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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 10 de septiembre de 2023

LA CAJAMARCA DE PEPE CHÁVEZ TEJADA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 10 DE SEPTIEMBRE)

 


El sábado pasado tuve la oportunidad de asistir, parcialmente, a la presentación del libro de fotografías Cajamarca. Belleza, soledad y coraje del autor José Luis Chávez Tejada con quien tuve una conversación interesante sobre el origen y gestión de este libro que muestra a una ciudad de bellas construcciones que conforman un patrimonio monumental notable, que es la atracción e interés de arquitectos, historiadores, promotores culturales y operadores turísticos; y que genera una gran cadena de servicios de la que los peruanos y, sobre todo, sus autoridades no somos todavía conscientes del gran potencial que tenemos a mano. Pepe me comentó cómo logró obtener todo ese corpus fotográfico, logrados en la soledad y enclaustramiento de la pandemia, cuando las ciudades de casi todo el mundo parecían espacios fantasmales. Además, contó todo el tortuoso camino recorrido, entre burocracia e indiferencia de muchos actores decisivos, para tener el libro en sus manos. Hacer cultura en nuestro país es apasionante, pero también frustrante al no haber una respuesta efectiva no sólo por parte de las autoridades, sino de la población en general, sea por desinterés, desconocimiento y, las más de las veces, prejuicio. Hay todavía en el ambiente esa idea de que la cultura es aburrida o inaccesible al entendimiento. Tema para discutir en otros ámbitos. Este artículo se centra en la preocupación de Pepe y la de muchos ciudadanos que habitan en ciudades con rico patrimonio histórico cultural, pero que ven día a día su lenta desaparición. En agosto estuve de visita en su ciudad y muchas de la periferia; aunque Cajamarca y Cajabamba tratan de preservar su centro histórico evitando construcciones inapropiadas, no ocurre lo mismo con ciudades como Chota, Bambamarca, San Marcos, entre otras. Sus bellas plazas de armas dejaron de ser un espacio equilibrado para ser ahora un muestrario de edificios de mal gusto, sin enlucir, como una muestra equivocada del “crecimiento”. Esa desgracia es la que vemos en nuestra ciudad. Pese a todas las gestiones en Trujillo para convertir a Trujillo en Patrimonio Cultural de la Unesco convocando a vecinos, empresas e instituciones para ese objetivo; no se va a poder lograr, pues el espacio propuesto está tan deteriorado, tugurizado o derruido que se hace difícil lograrlo. Quizás una o dos calles. Actualmente Arequipa, una de las pocas ciudades que tiene ese estatus, se encuentra en riesgo de perderlo debido a la inadecuada intervención de constructoras en zonas intangibles. José Chávez se propone con este libro lograr convertir a Cajamarca en Patrimonio Cultural. Este objetivo debe interesar a todos, incluido el mundo empresarial. Los réditos serán beneficiosos para la ciudad y sus habitantes logrando una actividad alternativa y limpia que mejore su calidad de vida. Esperemos que los cajamarquinos asuman un rol más proactivo en el manejo de su ciudad evitando el mal ejemplo de nuestra indiferencia.



lunes, 8 de agosto de 2022

AL LÍMITE (DIARIO CORREO ARTÍCULO DE OPINIÓN TRUJILLO 07 DE AGOSTO)


En una semana llena de pantomimas y desplantes en el mundo político peruano, y un avance alarmante y descarado de la corrupción en el Poder Judicial, una triste noticia nos estremeció y nos debe de invitar a una profunda reflexión, esa que los partiduchos que nos gobiernan en los poderes legislativo y ejecutivo no nos permiten abordar por ocuparse estos más en cubrir sus veleidades y trafas que en preocuparse por la ciudadanía.

El fin de semana pasado vi una obra teatral puesta en escena por jóvenes actores trujillanos. El tema: el suicidio. Dos jóvenes entablaron un diálogo, cínico y desesperante, sobre la realidad que los empujaba a tomar tan drástica respuesta a un pesado morral cargado de frustraciones, rechazos y derrotas; esas que agobian a miles de personas. Las procesiones van por dentro. Pese al acercamiento entre ambos, toman la fatal decisión de saltar al vacío. Tras dos años de pandemia (que parece rebrotar galopantemente), todos nos sumimos en el silencio de nuestras casas, en un aislamiento cargado de temor e incertidumbre. Cuando reviso los textos de entonces, asombra saber que llegamos hasta aquí. Pero no llegamos íntegros. En el camino muchas heridas mentales se abrieron; pero hubo la esperanza de que en algún momento las íbamos a abordar para reconstruir nuestra psique, nuestras emociones, nuestro mundo interior. Algo de esperanza. Mis textos escritos a inicio de este año invitaban a la reflexión y diálogo, luego de conversaciones sostenidas con profesores y psicólogos durante los primeros meses de retorno a la presencialidad estudiantil. Olas diversas de emociones recorrían las aulas y patios de diversos colegios; niños y jóvenes volvían a verse; pero, en el trayecto fueron emergiendo grandes carencias en infantes y adolescentes. Duelos truncos, miedo a la socialización, reclamos no oídos, miedos y tics iban surgiendo entre ellos. Capacidades motrices truncas entre los más niños y dificultades de trabajar en equipo. Quizás otras carencias vayan a surgir en las aulas universitarias, fuera del deterioro académico. En la absurda creencia de que los adultos pueden ser más capaces de controlar sus frustraciones, he ido teniendo algunos amigos quienes partieron por sus manos sin habernos preocupado por sus silencios. Decidieron saltar al vacío al no tener las respuestas que necesitaban. La sociedad nuestra enfrenta estos nuevos vacíos que agobian a muchos profesionales de la salud mental, profesores, padres de familia. A la sociedad en general. Los puentes están débiles y muchas veces son muchos elementos externos los que empujan a tan fatal decisión.

Además, muchas personas son víctimas de vejaciones por inescrupulosos abusivos y, también, por medios escandalosos; algunas personas aprovechan para sacar ganancia del escándalo público; de eso viven: del morbo de la chusma. Estos inescrupulosos son culpables de esta situación justificando su accionar lesivo para satisfacer a “su público”.


domingo, 27 de febrero de 2022

RETORNO A AULAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 27 DE FEBRERO)

 


El último día del año pasado, un amigo me invitó a una entrevista radial sobre el retorno a aulas de manera semipresencial. En la entrevista le comentaba mis inquietudes, ya no sólo las logísticas (que son muchas) o sociopolíticas (incertidumbre política, clima de guerra), sino las nuevas relaciones que vamos a establecer dentro de nuevos escenarios con diversas coyunturas que generan dudas, temores y esperanzas. Uno de los principales aspectos a tomar en cuenta es el paulatino cambio de hábitos que vamos a tener como sociedad dentro de aquellos centros que retornen a la semipresencialidad. Previamente, todos nosotros hemos tenido una serie de modificaciones de conducta empujadas por el ambiente de pandemia y la mortalidad que asoló a muchas familias. Muy difícil que a estas alturas no haya hogar peruano que no haya tenido casos de contagio o, más extremo, de mortalidad. El temor nos encerró y muchas personas se vieron forzadas a convivir en espacios reducidos no sólo por horas, sino por meses. Varios hogares forzaron una convivencia que, en algunos casos, terminaron en disputas. Padres e hijos vivieron esta situación anómala como pudieron, fuera del permanente temor económico y sanitario. La casa se volvió el lugar de trabajo y el salón de clases. La intimidad se vio reducida buscando lugares dónde no ser invadido por la virtualidad laboral o estudiantil, u otras circunstancias.

Pero veamos qué pasará ya en el meollo de la educación en sí. Fuera del hecho de que nuestro país fue uno de los pocos que aisló a la mayoría de sus alumnos en sus hogares, hay que tomar en cuenta algunas cosas muy puntuales leídas en el artículo El sueño de la razón de Juan Villoro el cual destaca el libro Los siete saberes necesarios para la educación del futuro del sociólogo francés Edgar Morin; en este artículo, Villoro destaca la necesidad de desarrollar el pensamiento crítico no como una pose, sino como urgencia. Ante un mundo virtual construido por una rapidez informativa y acentuado en estos dos últimos años, casi no hay tiempo para reflexionar y se construye una verdad que viene de afuera nada tamizada y en la cual nuestra parte emotiva juega un rol importante; construimos una verdad en base a emociones que contornean nuestra percepción. A esto hay que agregar el hecho de que los humanos nos hemos vuelto dependientes de aparatos que almacenan nuestra memoria; estos determinan nuestra vida, literalmente. El texto es muy interesante; con una investigación cuantitativa enuncia que la capacidad de raciocinio de la humanidad ha descendido a partir de los 70 cuando irrumpen las máquinas en proceso más íntimos entre los hombres. Es una realidad latente en nuestros estudiantes para tomarse en cuenta en el marco del retorno gradual a aulas. Algunas decisiones tomadas en los últimos años para salvar la situación educativa en pandemia deberán ser motivo de otros artículos pertinentes de un antes y un después desde marzo.

domingo, 26 de diciembre de 2021

SALUD EN SALA UCI (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 26 DE DICIEMBRE)


Ómicron, restricciones, vacunas, tercera dosis, confinamiento, libertades individuales, antivacunas. Palabras que uno encuentra con mayor frecuencia en todos los medios de comunicación nacionales e internacionales, así como en las redes sociales. Fiestas navideñas, fin de año, frustración. Desde diciembre del 2020 al actual, muchos elementos nuevos, mismo escenario.

Cuando en marzo del año pasado nos fuimos al confinamiento, una sombra de incertidumbre cubrió a todo el tejido social; en un inicio, los acontecimientos eran vistos como lejanos e, incluso, generaban dudas. La presión económica fue decisiva para ir saliendo de nuestro enclaustramiento, pero también contribuyó en la expansión de la pandemia: grandes focos de contagio no sólo eran los mercados o tiendas, sino las fábricas, las minas y las agroindustriales. Estos hechos trataron de ser poco difundidos, pero fueron conocidos sottovoce. En la desesperación de la gente surgieron propuestas, algunas temerarias, que han pasado al olvido como el cloro o la ivermectina que fue muy usada con resultados aún nada claros. Hubo intentos desesperados y cuestionables de atacar la pandemia, de la importación de vacunas por privados hasta el famoso Vacunagate que arrastró a Vizcarra y mucha gente de su gobierno. Las fiestas de hace un año fue el inicio de una ola más agresiva y mucho más mortal: tras el sueño iluso de haber superado la peor parte, los peruanos nos vimos avasallados viendo a muchos familiares, vecinos o amigos fallecer en medio de acciones indignas de muchas personas e instituciones. Los cementerios se poblaron de entierros rápidos. La llegada de las vacunas fue campo de la especulación y del escepticismo. Programas de periodistas cuestionables despotricaron de la efectividad de algunas vacunas, las listas de vacunados privilegiados (fuera de Vizcarra) y la presión de grupos de poder para importar sus propias vacunas hicieron que la ciudadanía dudase de recibir por lo menos una dosis este año. Ya, a finales del 2021, muchos tenemos las tres dosis; ahora ya han vacunado a grupos etarios más jóvenes y pronto se estarán vacunando un segmento sensible y numeroso: de 5 a 12 años. Sin embargo, surgen personajes que no dejan de sorprender por su actitud: el caso de Juan Francisco Escobar, por ejemplo, causó mucha indignación. Un prurito raro de entender de estas personas. He visto a personas dudar de la ciencia médica y llevan litros de bótox en su rostro: no quieren inocularse, pero sí se inyectan en el cuerpo elementos estéticos. Una cosa es cierta: la epidemia se convierte en pandemia ayudada por dos grandes factores no biológicos, fuera de la pobre salubridad: el comercio y las grandes movilizaciones humanas. La Peste Negra llegaba con los buques mercantes. El gran desplazamiento de tropas en la Primera Guerra Mundial permitió que la Gripe Española diezmase familias y pueblos. Dos elementos que confluyen en estas fiestas. Para reflexionar.


domingo, 14 de febrero de 2021

CLARIDAD Y OSCURIDAD (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 14 DE FEBRERO)

Vacunas. Una luz en las tinieblas. Una pesadilla para la estupidez humana.

Rashomon, filme del maestro Akira Kurosawa, tiene por tema la descripción de una violación y posteriormente el asesinato de un samurái en manos de un asaltante de caminos. Desde un punto de vista de la magnitud del caso, sería un simple crimen, uno más en la época medioeval japonesa en la que cundía el desorden y primaba la ley del más fuerte y avezado. Pero la historia es muy singular, pues el hecho o incidente es narrado desde cuatro perspectivas: la de un testigo, un peregrino que vio casi todo el incidente; la del bandido que explica sus motivos; la de la mujer que había sido violada por el bandido y esposa del asesinado; y, para redondear la increíble narración, el mismo samurái muerto que se encarna a través de una médium. El hecho es el mismo: cada uno describe cómo fueron los sucesos antes, durante y después de la muerte del guerrero; todos coinciden en los mismos. Pero ver las motivaciones, temores, mentiras y dudas que van surgiendo en cada uno de ellos para entender el porqué de estos crímenes van hundiendo cada vez más a un monje budista que va perdiendo la fe en la humanidad por conocer estas simples narraciones.

El domingo pasado arribó a nuestro país un lote de 300 mil vacunas para tratar de controlar la pandemia que está en su segunda ola agresiva no solo aquí, sino a nivel mundial. Una esperanza que comenzó a alegrar a muchas personas, sobre todo los que trabajan en salud, como una forma de ayudar a todo el terrible trabajo que están soportando diariamente. Me contaba un médico que ya se había contagiado dos veces y no tenía ánimos de seguir adelante. Pero mucha gente y medios vieron el hecho para construir imágenes e información negativas de la llegada de este lote: desde que la vacuna no sirve hasta que la cantidad era ínfima. Es más, en redes sociales se leen mensajes informando que todo es fraude o farsa y, en el caso más insano, esperaban que estas vengan falladas o el haberse extraviado en el mar. Las redes están plagadas de basura y circulan libremente. El otro caso es la cobertura que se le da al expresidente Vizcarra por su decisión de haberse vacunado o no; sea lo que haya hecho, su acción ha hecho sepultar el reconocimiento a miles de peruanos y peruanas que sí pusieron el hombro para que ahora muchos de los que despotricaban de las vacunas terminen siendo inoculados. Como colofón está el accionar de los alcaldes, como el de Trujillo, que quiere gestionar la compra y manipulación de vacunas, cuando su gestión no ha concluido correctamente con el asfaltado de calles y haya hecho algunas ciclovías que enfrentan ciclistas con choferes. Me abstengo de opinar sobre este nefasto Congreso, rémora cómplice de la pandemia.

Rashomon, obra maestra de observación de la naturaleza humana, le da una opción de redención al monje: rescata a un niño abandonado y decide criarlo para restituir la fe en la humanidad. Ojalá.

domingo, 7 de febrero de 2021

ROMPECABEZAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 07 DE FEBRERO)

Vacunas. Comunicados de farmacéuticas. Oxígeno. Confinamiento. ONP. El laberinto de palabras con los que estamos construyendo las realidades cotidianas de todos los peruanos. Cuarentena rígida. Huanchaco. Pozas de oxidación. Ciclovías. Gestiones municipales. Son otras palabras que conforman el imaginario de nuestra vida citadina, local. Palabras que han estado dando vueltas en los medios de comunicación y en las murmuraciones de los vecinos en medio de arranques de populismo y especulaciones.

Las ansiadas vacunas se acercan cada vez más a nuestro país, mientras que el laboratorio creador y dueño la patente de Ivermectina ha sacado un comunicado que ha dejado pasmadas a muchas personas que la ingieren o promueven su consumo. Desde que empezó esta pandemia, desesperados ciudadanos buscaban formas de prevención o cura contra este mal, desde la lejía, cloro hasta este medicamento; personas de toda condición social y académica son declarados seguidores y hasta fanáticos (se ha llegado hasta el insulto y el agravio en medios contra personas que descalificaban su consumo). Han surgido especulaciones, como siempre; pero los hechos ahí están y no creo que un laboratorio envíe un mensaje con el fin de desprestigiar su producto: es solo una aclaración y un deslinde de responsabilidades a complicaciones que puedan surgir en cualquier momento. La segunda ola motivada por las lamentables reuniones masivas en las fiestas de fin de año del 2020 ha creado el colapso, nuevamente, del sistema sanitario e incremento del consumo de oxígeno. Hay iniciativas positivas de ciudadanos honestos, sensibles y empáticos ante este drama social; pero, como siempre, los grandes especuladores han visto en esta necesidad (al igual que el gas doméstico) una fuente rápida de enriquecimiento. En cada tragedia, siempre hay grandes oportunidades de negocios y oportunismos. Y de esto tenemos como clara evidencia la trasnochada idea del uso de los recursos de la ONP para emplear dichos recursos de manera inconsciente, una expectativa digna de políticos populacheros que solo aspiran a buscar votos entre una población deprimida por salud y economía.

Mientras en nuestra ciudad, hay movidas para que la Municipalidad tome la iniciativa de importar vacunas para la población. Si vemos el manejo que existe en la actualidad con las demás actividades y gestiones que compete a cualquier municipio, uno puede hacerse la pregunta cómo podrían manejar recursos de esta magnitud que implican una infraestructura y una logística que necesariamente tendrían que coordinar con el Gobierno central. El infierno está empedrado de buenas intenciones. La ciudad tiene diversos asuntos que atender para su buen funcionamiento desde el mantenimiento de un sistema vial adecuado (ver intento fallido de ciclovías), de comunicación asertiva sobre la basura y el manejo de esta (el tema de Huanchaco y las aguas servidas, situación colateral, está pendiente). Que empiece a hacer bien lo que compete ahora.

domingo, 31 de enero de 2021

DESCONCERTADOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 31 DE ENERO)

 Nuevo confinamiento en varias partes del país. Muchas actividades se verán afectadas en su regular funcionamiento, pero la expansión del virus es evidente y el sistema hospitalario se encuentra colapsado en muchas regiones del país. Algunas suposiciones lanzadas durante la primera ola como la famosa inmunidad de rebaño no son verdaderas y esas falsas expectativas causaron la tragedia que vive Manaos y es una amenaza latente en las ciudades amazónicas.

Pero hay otras pandemias tan terribles como la que se vive a nivel mundial. Es la de proliferación de las noticias falsas, incluso en medios de comunicación supuestamente formales; y los hechos y promesas incoherentes que estamos viendo en esta campaña electoral; siembran dudas en un electorado que decidirá su voto delante de las urnas. En nuestra Región, la visita proselitista de César Acuña ha dado claro mensajes de lo que se le viene: CAP recibió sanciones por haber convocado mítines públicos en Lambayeque y el abucheo de personas que le enrostraban su apoyo al fallido golpe de estado de noviembre; también su falta de compromiso con la Región que le dio el espaldarazo para sus ambiciones. CAP fue, además, bastante artero en las declaraciones hechas sobre sus ex hombres de confianza: ha marcado distancia de su enfant terrible, Luis Valdez Farías, y de Daniel Marcelo. Su posición con este último raya con la traición; su hombre clave, su adalid para la recuperación de la alcaldía municipal, ha recibido las espaldas olímpicas de su otrora líder. APP parece una olla de grillos entre hombres de Marcelo, Ruiz (no muy querido en círculos apepistas antiguos) y Llempén. A uno le cabe la pregunta: ¿está CAP liderando su partido? La propuesta trasnochada, por ejemplo, de Carmen Omonte y la posterior enmienda de CAP sobre su proyecto de ley de manejo de las AFP nos siembran dudas de cómo se está manejando este partido que “asiló” a personajes tan cuestionados como César Villanueva. Benicio Ríos o Edwin Donayre. Para colmo, su candidata por Puno, Yeni Quispe, es acusada de transportar un alijo de cocaína. Nos recuerda otro vientre de alquiler: Fuerza Popular. KFF dice que aplicará mano dura una vez electa: la pregunta es si se refiere a la paz de los cementerios, actividad muy conocida en por su reo padre. O las actitudes preocupantes de Rafael López de casi convocar a la desobediencia civil como el dar entrevistas sin mascarilla. Hasta la fecha no hay ninguna entrevista en la que se pregunte a los candidatos por planes de emergencia sanitaria, salvo la lamentable intervención de De Soto. Pareciera que esta realidad apabullante solo se arreglará con la llegada de las vacunas. ¿Sólo?

Y comunicaciones: la declaración de Butters en Willax sí es una falta reñida con la ética y la salud social. El mostrar un documento después desmentido por el laboratorio involucrado sigue dañando la credibilidad profesional del periodismo. ¿Hubo algún pronunciamiento al respecto? 

domingo, 24 de enero de 2021

RESPONSABILIDADES ABRUMADORAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 24 DE ENERO)

A uno le gustaría empezar una actividad, como el redactar un texto, con buena predisposición. Sin embargo, la presencia de tantos incidentes, cifras y noticias ligados a la pandemia lo hacen a uno cambiar de opinión en el camino. Por ejemplo, el mundo político con su campaña electoral daría tanto que hablar que uno podría escribir muchos artículos al respecto, entre alarmantes y jocosos, irónicos y reflexivos. O el Poder Judicial y sus sorprendentes liberaciones de personajes peligrosos. Pero no.

Círculos cercanos de amigos y experiencias personales me han llevado nuevamente a este asunto, que ya parece monotemático, único. La semana comenzó a fragmentárseme al leer los textos de diversos grupos de amigos y colegas de trabajo que informaban sobre el contagio de amigas y amigos que habían sido muy cautelosos en su quehacer. A estas alturas, puedo afirmar que no hay ningún chat colectivo en los que participo en el que no haya habido personas contaminadas, enfermas o fallecidas desde el inicio de la pandemia. En junio y julio del año pasado leía textos desesperanzados de familiares cuyos padres, hermanos o tíos habían caído enfermos y necesitaban urgente apoyo. O saber que algunos de ellos fallecieron. Y, de pronto, en estas últimas semanas se repite ese duro panorama. Dos buenos amigos están infectados y guardan su aislamiento de rigor. Un excolega de trabajo y su familia están en el hospital bajo observación. Mi madre que sigue un tratamiento por una dolencia tuvo que ser desplazada a un piso superior por la demanda de espacio para personas infectadas. Mi esposa me comenta que Portugal vive lo mismo y en los hospitales hay hileras de ambulancias esperando colocar a los enfermos. Ahora los jóvenes conforman el nuevo grupo de riesgo; cada día hay más infectados. Acabo de hablar con un exalumno mío que sale de su convalecencia. Estos datos no son de noticias elaboradas, son los que recibo de manera directa.

La gente pide no parar las actividades económicas. Nos tratamos de recuperar. Pero nuestros errores como sociedad nos han puesto en esta encrucijada. El debilitamiento del sistema de salud pública es uno de ellos y estamos pagando las consecuencias. Hay gente que pide que el sector privado asuma la entrega de vacunas. Si algún candidato ofrece esto, ese es el promotor de una estrategia terrible: genocidio. Vemos que no hay una receta social eficaz que contenga el avance de la pandemia hasta la fecha. Algunos datos preocupantes latinoamericanos:  Panamá, un país modelo de economía pujante: población 4´711 mil habitantes y 4,980 muertos por COVID. En otras palabras, un poco más de un muerto por cada 1000 habitantes; al igual que nuestro país en relación con el número de habitantes. Colombia y Argentina se dispararon. Ni hablar de Brasil o México. Y cada vez rodeados de irresponsables antivacunas o antimascarillas (hasta un candidato sale así en las entrevistas). La verdad, ¿la hay?

domingo, 17 de enero de 2021

INCERTIDUMBRES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 17 DE ENERO)

Esta semana no nos ha traído buenas noticias. Había luces de esperanza en cuanto a las vacunas, pero el contexto no es muy motivador. Además, lo que iba a pasar, pasó: incremento de casos de personas infectadas por COVID y un alza en el número de fallecidos por dicha epidemia. En realidad, no era de sorprender, pues con todas las actividades realizadas durante las últimas fiestas el número de contagios iba a ser inevitable, sobre todo por la costumbre calurosa (ahora muy peligrosa) de abrazos, besos y muestras efusivas de cariño que exponen a mucha población vulnerable (no solo mayores de edad) a un inminente contagio. A estas alturas, puedo confesar con vergüenza que no pude evitar la visita de muchos familiares a casa; pese a que en mi caso no hubo algo que lamentar, no sucede lo mismo en muchos hogares peruanos e, incluso, a nivel mundial; lo que obliga a casi todos los gobiernos volver a modos de cuarentena más rígida. En algunos casos, la justificación económica se va a sustentar para enterrar a un familiar cercano o internarlo en un clínica u hospital para el tratamiento necesario (disculpen la ironía o el cinismo). Tras una enredada explicación de las medidas por parte del presidente Sagasti, la única certeza que nos queda pues es que cada uno de nosotros debe ser lo más responsable posible consigo mismo y toda su familia inmediata, familiares o amigos cercanos propenso a verse contagiados. Debemos tener siempre en mente la pesadilla que fueron los meses de junio a agosto para todos los peruanos.

Por otro lado, la incertidumbre de la llegada de las vacunas se da en el contexto del rechazo de muchas personas de recibirla para su prevención. Cierto es que uno puede tener sus reticencias ante algo nuevo y, sobre todo, en lo concerniente a la salud e integridad física; sin embargo, estas se vienen testeando, tal como se informa, en muchas personas voluntarias para ver los efectos de la vacuna china Sinopharm a lo largo de los últimos meses del 2020. Dudas, fanatismo religioso, manipulación política o comercial, ignorancia o rechazo individual o colectivo son grandes enemigos no solo de la persona como individuo, sino en la posibilidad potencialmente peligrosa de ser portadora de esta una vez adquirida por un rápido contagio. Hay casos tristes como la muerte de más de 140 mil personas durante el 2018 a causa del sarampión, enfermedad controlable si la gente se vacunase; pero hay muchos grupos antivacunas, no necesariamente religiosos, promotores de la no vacunación. Campañas educativas no solo dirigida por médicos, sino por maestros y artistas que elaboren mensajes adecuados se hace necesario.

Hay que tener en claro que estas elecciones generales en abril próximo el tema de salud será manoseado hasta el hartazgo por varios candidatos populistas generando más confusión en una sociedad carente de líderes positivos y un digno sistema adecuado de salud. Basta ver lo que prometen alcaldes y congresistas con las vacunas. Lamentable.

domingo, 27 de diciembre de 2020

2021 (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 27 DE DICIEMBRE)

Hace un año despedíamos el 2019 con incertidumbres políticas y sociales, pero con la voluntad de que podíamos aspirar a un avenir positivo. Rumores de una enfermedad nos llegaban desde el Asia, pero nos eran lejanos en ese entonces. Nadie presagiaba que nuestro mundo, tal como lo conocíamos hasta esos momentos, iba a dar un giro sorprendente. Y a lo largo de este año hemos ido descubriendo, para bien o para mal, las capacidades e incapacidades que como humanos tenemos y que es una dura lección por enfrentar, y que es la herencia con la que entramos al 2021.

Desde los meses iniciales, cuando la pandemia azotaba ya varios países, comenzaron voces de alerta, así como las de negación y escepticismo que un evento de esta magnitud acarrea. Hemos visto líderes de opinión, políticos y personalidades de toda índole convirtiéndose de la noche a la mañana en una suerte de exégetas en una materia tan complicada y novísima como lo fue este virus. Grandes errores se fueron acumulando al haber permitido que personas que no tenían nada que ver con el tema médico aseverasen opiniones que generaban grandes desconciertos. Líderes como Bolsonaro o Trump, muy interesados en salvar otras cosas que vidas, llevaron a desastres sanitarios a sus países. En nuestro país, periodistas de diversos medios mostraban su incredulidad ante este evento y, peor aún, se mofaban del mismo. Cuando dos de ellos cayeron contagiados, su sonsonete paró. Los medios han jugado un papel tan ambiguo en las campañas realizadas por todo el mundo como en nuestro país. Y hemos visto que incluso no han sido transparente en informar todo el problema sanitario en nuestro país. Focos grandes de contagio como zonas industriales, agrarias o mineras, tanto formales como informales, no fueron difundidas del todo o lo hicieron de manera parcial más por intereses económicos que por el manejo de la verdad. Por otro lado, las marchas de noviembre eran difundidas con la advertencia de ser un caldo de cultivo para la pandemia; pero parece ser que esto no ha sucedido al no haber el temido rebrote pandémico a fines de noviembre. Más que la opinión de políticos u otros personajes, esperamos que la ciencia dé más explicaciones al respecto para poder actuar con propiedad y salvar vidas.

Pero las sociedades, como la peruana, han buscado soluciones ante esta situación. Se vio una interesante capacidad de organización y respuesta que nos queda como aprendizaje con la cual debemos de trabajar para futuro. Muchas personas han salido adelante tanto por ingenio, resiliencia; pero también de trabajo colaborativo. Son fortalezas que deben primar, de ahora en adelante, en nuestras planificaciones.  

2021 puede ser un año de reconstrucción en todos los ámbitos. Hemos sido golpeados por muchas pandemias: COVID 19, corrupción política, informalidad en todos los campos y deficiencias de un modelo incapaz de haber satisfecho pilares de nuestra sociedad: salud, educación y seguridad. ¿Seguiremos en lo mismo?

domingo, 13 de diciembre de 2020

NEUROSIS BICENTENARIA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 13 DICIEMBRE)

Calles y avenidas cerradas, tráfico sin rutas alternativas. Choques entre ambulantes y la policía municipal. Vecindarios con pistas destrozadas. Hospitales que colapsan. Radiografía diaria de una ciudad neurótica.

Este es el retrato de una urbe que, de pronto, se ha visto sometida a situaciones caóticas que atormentan a los preocupados y sufridos trujillanos. En medio de la crisis sanitaria y económica que muchos estamos pasando, hemos sido testigos de fuertes reacciones como lo fueron las protestas sociales contra la asonada provocada por congresistas de móviles oscuros y, por otro lado, el problema agrario que causó zozobra en la ciudadanía al haber mucha población laboral involucrada en esta modalidad. Cada vez es más frecuente ver negocios que se ven forzados a cerrar sus puertas o ver por muchas partes carteles que alquilan o venden inmuebles. Los intentos de retornar a una suerte de resurgimiento económico chocan con otras veleidades del mundo político que genera desconfianza e incertidumbre. Las acciones populistas y ramplonas, y el doble lenguaje empleado por parlamentarios y líderes de partidos políticos han generado un fuerte resentimiento en la población que va a ser difícil de ser olvidado; y esperemos que así sea, pues hay tristes evidencias de amnesia colectiva política como lo podemos ver a lo largo de nuestra historia electoral. En cuanto al panorama sanitario, no deja de causar grandes temores. Se habla de una segunda ola, mientras muchos ciudadanos se vuelcan a las calles para satisfacer sus ansias de consumo o para disipar las tensiones vividas en nuestro forzado encierro. Mucha gente clama por libertades individuales y exigen libre circulación. Tras la amarga experiencia que vivimos entre los meses de junio a septiembre nos debería invitar a la reflexión y no convertirnos en portadores de la desgracia para sus familiares o para uno mismo.

En este complicado escenario, surgen acciones desatinadas que obedecen a un prurito proselitista más que el bien cívico. De haber pensado en este último, no nos veríamos en la estresante situación que ahora estamos viviendo: mientras cientos de ciudadanos reclaman el asfaltado de calles que fueron abandonadas por la gestión edil (otro caos que raya con la hilaridad), se abocan a romper otras sin haber generado rutas alternativas y causando molestias en momentos como estos. El desatino cunde por la ciudad que pareciera ser golpeada por diversas plagas, muchas de ellas evitables si hubiera la coordinación correcta, el criterio técnico más que el político, una visión más global de la ciudad y una comunicación más efectiva; realidades bastante escasas por las evidencias que estamos sufriendo.

Si todo esto obedece como parte de una campaña electoral de un debilitado líder identificado como mendaz y traicionero, dudo que la población se sienta agradecida por esto. Salvo que el lema “Sufre, peruano, sufre” sea parte de nuestra compleja identidad.

domingo, 19 de julio de 2020

DUDAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 19 DE JUNIO TRUJILLO)


Un nuevo Premier. Nuevos ministros. El anterior gabinete presidido por Alfredo Zeballos sale golpeado tras haber lidiado con esta pandemia que no cesa de crecer. Del gabinete anterior se retiran varios ministros, algunos de los cuales han sido objeto de cuestionamientos por su capacidad para hacer frente a la dantesca situación; entre los salientes, son los de salud, Víctor Zamora, y de trabajo, Sylvia Cáceres, pues han sido las carteras más “calientes” durante estos últimos cuatro meses: el de salud, por la situación a la que se ha llegado y la de trabajo por el cuantioso número de puestos de trabajo perdidos tras la cuarentena. Otros como interior también reciben diversas objeciones por el manejo de diversas instituciones a su cargo como sucede con la Policía en el que se han visto numerosos casos de corrupción, incluso de altos funcionarios. Pero cabe recalcar que la situación es grave, puesto que muchos de los sistemas públicos como Salud, Seguridad y Educación fueron hasta intencionalmente debilitados por la mala política hacia lo estatal en las últimas décadas. Esta es una responsabilidad que debe recaer en el gobierno a elegirse en 2021.
Por la composición de este nuevo gabinete y las propuestas que alcanza el nuevo Premier surgen varias preguntas. No bien se anunció la designación de Pedro Cateriano, las redes sociales estallaron, tanto a favor como en contra a su elección.  Cateriano ya conoció la urdimbre barroca de palacio. Más ruido generó la designación de algunos nuevos ministros encargados de carteras pesadas en estos tiempos de crisis sanitaria. La promesa de “sudor, honestidad y conducta democrática por un Perú más justo y libre” va acompañada de muchos temores y alertas por la designación de algunos nuevos ministros. Hay temor de atropellar derechos laborales y cometer crímenes ecológicos por activar la economía. El caso de Pilar Mazzetti en Salud es interesante; varias voces clamaban su retorno a esta cartera; esperemos que sus decisiones profesionales puedan lidiar contra la posición de mucha gente que quiere poner a marchar la maquinaria económica relegando medidas para atenuar la rapidez del contagio. Se habla del retorno a una nueva cuarentena, la cual no sería nada raro, pues ya se ha visto en otras naciones. Ana Cristina Neyra, nueva ministra de Justicia y DDHH, sube en momentos en el que la Fiscal de la Nación denuncia constitucionalmente a Tomás Gálvez y otros implicados en el caso Cuellos Blancos; además, España permite la extradición de César Hinostroza. Aunque autónoma en sus funciones, la Fiscalía necesita de recursos y disposición de procesos, los cuales deben ser prioridad para luchar contra la corrupción. Pero el más intrigante es el joven ministro de trabajo, Martín Ruggiero, cuestionado por muchos por carecer de experiencia en una cartera tan sensible al haberse perdido casi millón y medio de trabajos. Su actuación será observada acuciosamente por millones de desempleados.

domingo, 14 de junio de 2020

HÉROES Y CAÍDOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 14 DE JUNIO)


Las dos últimas semanas han sido luctuosas para La Libertad, epicentro peruano del COVID-19, compartido con Lambayeque, Piura, Lima y Loreto. Hombres y mujeres, profesionales y aspirantes han ido cayendo en esta lucha sin cuartel contra esta pandemia. Personas que, lastimosamente a pesar de su sacrificio, pronto van a pasar al olvido en una epidemia en la que, como la guerra, la muerte pierde todo ese rito de recordación y homenaje que solemos respetar en tiempos relativamente normales. Así vamos viendo, cada día, caer policías, militares, brigadistas, enfermeras, voluntarios. Personas valiosas y valerosas que han enfrentado con pocas herramientas y muchas carencias una de las más grandes catástrofes de estas últimas décadas que aún estamos sufriendo. No solo han tenido que pelear contra la escasez de recursos y la premura de la situación, sino contra la indolencia de personas irrespetuosas, díscolas e, incluso, agresivas que atentan contra su labor e integridad; la ignorancia perniciosa que cunde cada vez más en espacios caóticos; la corrupción hasta de las mismas autoridades que presiden tal o cual institución (como los sonados casos de la policía); el acaparamiento de material indispensable por parte de personas inescrupulosas e insensibles (incluso médicos) para poder hacer su riesgosa labor. Y todo para que al final se conviertan en cifras más o cifras menos en medio de esta locura. No habrá tiempo para el luto, pues las exigencias y la competencia serán los nuevos faros de la vida que queremos restablecer a la normalidad.
La muerte de César Flórez Corbera, subgerente de Defensa Civil, el reciente 11 de junio, ha puesto un rostro visible a las víctimas de la pandemia. Hombre comprometido con su labor, le tocó atacar uno de los mayores focos de contagio: los mercados. Se enfrentó a esos espacios en los cuales la desgracia va desnudando más ese sueño inconsistente que los peruanos hemos vivido por casi tres décadas. Sueño en el que se permitió que la brecha entre un país idealizado se alejaba del país real. El rostro de Flórez Corbera, como el de otros cientos de peruanos, debe de quedar en el inconsciente colectivo para cuestionarse y replantear nuestra sociedad una vez culminada esta pesadilla. Pero me temo que esos héroes anónimos y conocidos se les olvidará para seguir con la rutina de un estilo de vida, ese que nos exige trabajar por metas prescindiendo lentamente de todo el entorno social que nos rodea y mantener una suerte de burbuja para negar lo demás; ese que ha venido siendo desnudado por críticos nacionales y extranjeros, por periodistas de opinión que han cortado fino la burbuja peruana.
Crónica de un suicidio anunciado. Así es como quería llamar a este artículo de opinión. Hubiera sido más justo para la triste realidad de la que somos asombrados y atemorizados testigos. Y, quizás, como cómplices, nos olvidemos de ellos. Espero que no.

domingo, 31 de mayo de 2020

TERREMOTOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 31 DE MAYO)


31 de mayo, 1970. 3:23 pm. Una gran parte del Norte peruano es sacudido por un violento terremoto que ha pasado a nuestra historia como el más mortífero y destructivo de entre todos los que nos han azotado. Más de 70 mil personas perecieron por derrumbes, caídas de construcciones y un impresionante alud que, en pocos minutos, borró del mapa a dos ciudades: Yungay y Ranrahirca. Tuvimos tragedias naturales antes y después de esta catástrofe, pero nunca hubo alguna que haya causado la cuantiosa pérdida de vidas humanas y los daños materiales que sufrió toda la infraestructura productiva de nuestro país. No viví el movimiento telúrico; pero las noticias que, día a día, colmaban los diarios y los noticieros radiales o televisivos de ese entonces nos iban mostrando la magnitud de la catástrofe que había asolado nuestro territorio. Recuerdo claramente aquel día en que nos levantamos felices después de haber vitoreado por las calles gracias al triunfo de nuestro equipo en el Mundial de Fútbol de México, cuando el hermano supervisor del colegio en el que estudiaba llevó un diario de tabloide ancho y lo desplegó ante nosotros mostrando el titular 70 MIL SON NUESTROS MUERTOS y una foto aérea en gran dimensión que mostraba la trayectoria del alud. Aunque, luego de la tragedia, la sociedad comenzó a responder con ayuda para asistir a heridos y damnificados; este sismo desnudó muchas debilidades sociales: desde la comunicación hasta la capacidad de organización, desde la información detallada hasta el manejo de la resiliencia social que tuvimos los peruanos hace 50 años. Como respuesta del Estado, se tuvo que crear un organismo que aglutinase todo lo necesario para estar atentos a esos momentos claves: Defensa Civil (actual INDECI)
15 de marzo, 2020. Nuestro país entra en cuarentena por causa de la pandemia que venía de arrasar varias naciones. Cada país busca su propio modo de enfrentar el COVID-19: algunos con medidas extremas, como las implantadas en varios países, incluido el nuestro; otros con medidas más relajadas, como USA o Brasil. Pero tal como evoluciona la crisis, no hay una solución certera, pues no tenemos cifras reales de ningún país (¿algún día las habrá?) y las propuestas tomadas como modelos (Suecia o Chile), luego cayeron en el descontrol; y la pandemia no ha terminado. Como el terremoto, nos está mostrando muchas anomalías: el pernicioso centralismo socioeconómico que genera una gran brecha de servicios; descuido de sectores públicos claves que ahora tienen graves problemas de fondo, como la salud, seguridad y educación; débil organización de la sociedad en general; corrupción en todos los niveles; desinformación perniciosa fomentada por determinados intereses políticos o económicos; informalidad socioeconómica que nos está llevando al desastre, fomentada por un modelo económico centrado en el crecimiento, no en el desarrollo.
¿Esperamos 50 años más para una sociedad que tiene que cambiar muchas cosas?

domingo, 17 de mayo de 2020

VIRUS PEORES: CORRUPCIÓN, POPULISMO, OPORTUNISMO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 17 DE MAYO TRUJILLO)

Hay virus naturales, aquellos que surgen en la naturaleza, o los creados artificialmente para uno u otro propósito. Pero existen unos virus que pueden ser peores, puesto que conllevan otro tipo de mortalidad: los sociales. El contexto que estamos viviendo, cuando nuestro país está entre los veinte en los que hay más contagiados y estamos al inicio de una recesión mundial, es un verdadero caldo de cultivo en el que vemos cómo estos virus latentes han crecido haciendo tanto o más daño que la pandemia que nos aqueja. Para exacerbar el caos, algunos medios de comunicación juegan un rol muy ambiguo al no tener una posición clara frente a algunas medidas tomadas para controlar la pandemia y juegan a favor de muchas acciones hechas por personas e instituciones inescrupulosas.

Ejemplos de oportunismo. Iquitos: balón de oxígeno de precio regular 1085 soles a cerca de 4 mil soles. Precios de medicinas ligadas a los problemas respiratorios o sus efectos colaterales sufren alza de precio en los monopolios de farmacias de nuestro país. Ciro Maguiña, representante del Colegio Médico, renuncia al Comité de Expertos del COVID-19 en momentos críticos y cuando surgen severas críticas contra el comportamiento de muchos médicos que prefieren trabajar en el sector privado a expensas del público, incluso con goce de haber.

De populismo. El inefable Congreso del Perú, tras algunas medidas cuestionables, lanza un proyecto de ley que autorizaría la circulación de taxis colectivos en medio de la expansión de la pandemia. Durante años, lobbies de microbuseros, dueños de combis o colectivos han impedido con sus amenazas hacer un verdadero cambio del sistema de transporte y hubiera sacado de circulación muchos vehículos que son chatarra y contaminantes. Por otro lado, el cierre forzoso de mercados infecciosos se está dando en este contexto, cuando esta acción era reclamada por mucha parte de la población que exigía la clausura de estos focos de contaminación de manera paulatina con propuestas alternativas a los comerciantes que se dedican a estos servicios sin control sanitario ni tributario. El populismo y el afán electorero primaron.

Ejemplos de corrupción: muchos. Dos públicos: el apoyo económico estatal ha sido distribuido escandalosamente entre personas favorecidas por municipios e, incluso, entregado bajo banderas proselitistas; o altas autoridades de la PNP están involucrados en compras irregulares de material urgente para proteger al personal de la Institución que presiden. Uno privado: el mismo apoyo estatal de promoción empresarial es posible que esté siendo direccionado hacia los clientes de determinado banco en desmedro de los demás empresarios que quieran acceder al mismo.

Por eso, la sociedad civil debe de trabajar en conjunto para una reconstrucción social ordenada erradicando estos virus enquistados impunemente y a vista y paciencia de los ciudadanos golpeados por la pandemia.


domingo, 10 de mayo de 2020

¿CAMBIAR? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 10 DE MAYO TRUJILLO)


El Gobierno peruano decidió ir “soltando” diversas actividades económicas con el fin de paliar la presión económica de algunas empresas y, sobre todo, de muchas familias que viven el día a día, segmento al cual se han venido “adhiriendo” un buen grupo de personas quienes han perdido sus empleos durante esta crisis. La acción se da en momentos en que vemos una sociedad peruana costeña, la más “rica y con mejores potenciales” económicamente hablando, que presenta cuadros verdaderamente patéticos de contagios y de desorden civil, producto (quizás) de errores sociales que se han cometido en las últimas décadas; y con manifestaciones alarmantes reflejadas en un lenguaje basado en la incapacidad de comprender la real dimensión de la situación como lo dicho por la presidenta de la CONFIEP que ha dejado a más de uno destemplado por las observaciones hechas ante las medidas de seguridad que se requieren para volver a un intento de normalidad. También está ese espíritu mal concebido del “emprendedor” en ver “oportunidades de negocios”; así surgieron los servicios de entrega (delivery) con escasas o nulas medidas de seguridad que exponen no solo al vendedor, sino al comprador de cualquier producto. Sensato es pensar que las cosas no serán como antes, obtuso es pensar lo contrario.
Mientras tanto, otras actividades, las informales, sí han estado “laborando” de manera efectiva en todas partes del mundo. Una de ellas es la tala ilegal, la gran depredadora de nuestros bosques y selvas. Ante la concentración del control en regiones urbanas, la tala ha prosperado y, con ella, la minería ilegal. Cómo habrá sido de escandalosa esta situación que hasta Jair Bolsonaro, el presidente brasileño promotor silencioso de esta actividad, ha tenido que mandar al ejército a detener esta depredación de la selva amazónica. ¿Estas actividades cambiarán? ¿es posible apuntar a trabajar en energías limpias cuando vemos que los países ricos tienen un sobre almacenamiento del crudo y con precios extremadamente bajos?   
En esta pandemia, el Norte peruano se volvió en un paradigma negativo cuyas explicaciones no son de índole económico ni comercial; sino sociológico o antropológico, incomprensible para muchos imbuidos en cuadros estadísticos o flujos de mercado que no toman en cuenta estos detalles. Las preguntas surgen por sí solas: ¿podremos cambiar para que, en una situación futura de la misma gravedad, las respuestas sean más asertivas y pensando en el bien común, pese al sistema en el que han crecido las últimas generaciones bajo esa mentalidad? ¿Podremos aspirar a una sociedad con buenos mecanismos de respuesta que protejan sus preciados bienes como salud y educación?
En la biografía escrita por Alonso Salazar sobre Pablo Escobar, el autor concluye con una pregunta hecha a un hombre de confianza del famoso narcotraficante: “¿Qué significaría la muerte de Escobar?” y tuvo por respuesta: “¡nada! ¡Absolutamente nada, todo seguirá como antes!”

domingo, 3 de mayo de 2020

EN NUESTROS FRÍOS LABERINTOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 03 DE MAYO TRUJILLO)


Las noticias que nos rodean. Segundo país en la zona sudamericana con más contagiados. Revuelta carcelaria con reos fallecidos. Keiko y Susana Villarán libres. Colas inmensas para comprar cerveza en Piura, una de las zonas más castigadas por la pandemia. Viaje cuestionado del Ministro de Salud a Lambayeque llevando un puñado de pruebas para el coronavirus. Ley que faculta el retiro del 25 % de las AFP. Empresas grandes pugnando acceder a la Suspensión Perfecta. Renuncia del Ministro de Interior por graves casos de corrupción. Varios policías muertos por contagio. Trabajadores de servicios públicos, como SEGAT, suspenden sus labores por contagio de muchos trabajadores. El desempleo crece día a día. Comienza la migración en masa de residentes transitorios en grandes ciudades hacia sus lugares de origen. El dilema entre hambre o enfermedad. Reacción negativa de padres de familia contra la educación virtual. Fatiga social por el aislamiento. Colapso de la Salud Pública. Fotos de grandes fosas comunes de algunas ciudades que muestran entierros masivos. Redes llenas de noticias alarmistas que hablan de conspiraciones chinas y comunistas contra el mundo. Perú entre los primeros veinte países con más contagio a nivel mundial. Recesión nacional y mundial.
Hay muchas más noticias que estas. Son las que pueblan los diversos medios de comunicación, sean virtuales o físicos. En el mundo virtual, plagado de noticias falsas, estas van acompañadas de comentarios de toda índole, siendo los negativos los que más abundan en estas redes de las que están pendientes millones de personas “prendidas” a sus celulares, computadores o televisores. La gente está atenta a cifras, números, curvas y cuadros estadísticos, de campanas de Gauss. Hemos preferido congelar nuestro miedo a través de envolturas numéricas, fotos o filmaciones digitales en HD.
Paulatinamente, de manera personal, estas frías cifras comenzaron a tener rostro humano. Primero, ya son 14 personas del vecindario que cayeron enfermas con 2 muertos. Un policía, conocido de varios colegas míos, fallece por complicaciones respiratorias a causa de la infección. Luego, un compañero de trabajo está en UCI con respirador artificial con pronóstico reservado. Casi a inicios de la pandemia en nuestra sociedad, una amiga española, directora de un colegio, me escribió un extenso correo en el que me contaba el panorama lamentable de su escuela, PPFF y profesores contagiados, y con un sistema de salubridad en camino al colapso. Al leer su correo sentí lejano ese mensaje, pero como una clara advertencia. Ahora toca nuestra pequeña realidad. Pero, pregunté a varias personas si tenían conocidos o familiares suyos infectados, y la respuesta es negativa. Quizás estemos negando esta realidad por defender nuestro único rincón de protección frente a esta hecatombe que nos está arrollando. 
Defendemos con garras nuestro último reducto. 
Urge crear espacios de alivio social.

domingo, 26 de abril de 2020

NUEVOS ESCENARIOS Y DESAFÍOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 26 DE ABRIL TRUJILLO)


A estas alturas, sabemos qué decisiones ha tomado el Gobierno central para ciertos procesos claves de la sociedad peruana. En el terreno de la educación, la suspensión de clases presenciales a todo nivel educativo era una situación irremediable debido al escenario de la pandemia que se ha ido agravando con el pasar de las semanas. Y esta puede empeorar. Pero hay procesos vitales de una sociedad que no pueden parar. Esta crisis, lamentablemente, ha demostrado que la educación y salud, pilares fundamentales de cualquier sociedad, tienen problemas para dar respuestas puesto que no han sido prioridad en nuestro país. El gasto anual del erario en las últimas décadas lo dice todo.
Pese a todo, el Estado ha dado como respuesta la educación a distancia, modalidad empleada por décadas en diversas sociedades como la nuestra por diversos medios. Primero fue la radio, estrategia que permitió a países tan divergentes como Cuba o Corea del Sur hacer una campaña agresiva contra el analfabetismo logrando con creces su objetivo. Luego la televisión, llamada Caja Boba por Charles De Gaulle por el paulatino deterioro de los contenidos de esta. Para muchos la señal abierta, por su programación, tiene asociación negativa que es la que en el fondo ha motivado reacciones adversas a su uso para las clases a distancia. Y la Internet. La aplicación de esta, más los programas educativos televisivos, se da en un marco de emergencia en el que se halla todo el país. Es una respuesta como las que surgen en todos los sectores con el fin de continuar con esta institución vital.
Las observaciones hechas por diversos sectores y personas ajenas a la educación son interesantes y revelan muchas cosas:
1)    La relevante importancia del maestro en el proceso educativo. No es un “facilitador”, es un personaje vital que asume diversos roles en el proceso de enseñanza.
2) El desconocimiento de muchas familias de la enseñanza en sí. Se han visto abrumados por carencias de estrategias de motivación y seguimiento de este proceso. Esperemos que, tras esta amarga experiencia, muchos padres se involucren más en el aprendizaje de sus hijos. Los colegios no son guarderías.
3)    La desconfianza de la modalidad virtual por dos razones:
a)    Muchos profesores tienen escasa o nula experiencia. Varios han comenzado un aprendizaje “sobre la marcha”.
b)    El sistema en sí. Esto pone en entredicho cualquier enseñanza obtenida por esta modalidad, pues incluso se está cuestionando la enseñanza universitaria. Esto automáticamente pone en una encrucijada toda oferta educativa virtual desde simples cursos, diplomados, maestrías y doctorados. La educación es un desarrollo paulatino con acompañamiento y, bajo esa perspectiva, la virtualidad entra en cuestionamiento.

Esperemos que, cuando otras áreas profesionales vayan a tomar decisiones, permitan que el sector educativo participe e, incluso, le permitan modificar planes que vayan contra sus objetivos globales.

domingo, 19 de abril de 2020

TROGLODITAS Y FANÁTICOS EN EL CORONAVIRUS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 19 DE ABRIL)


Chepén. Un mototaxista lanza de su vehículo a una mujer con acceso de asma pensando que estaba infectada de coronavirus. La mujer dio negativo. En diversas ciudades de España, mujeres y doctores reciben anónimos mensajes amenazantes e insultantes en sobres, colgados en los vidrios de las puertas principales e, incluso, pintas en sus autos estacionados en el parqueadero colectivo del edificio; para su vecindario, el cuerpo médico es la nueva peste que circula. En Lima, fallece el propietario de una discoteca quien, una vez iniciada la cuarentena, vociferaba delante de las cámaras que esta pandemia era una farsa. Hace recordar, a la larga, a la sorna que protagonizó Rafael Rey, excongresista, quien resultara infectado. O los comentarios de Donald Trump y Jair Bolsonaro sobre la pandemia. El primero ya atenuó sus desafortunadas opiniones al respecto, mientras que la obstinación del segundo ha hecho que surja una suerte de gobierno en paralelo para evitar una catástrofe social en Brasil.
Por otro parte, diversos pastores religiosos protestantes, judíos ortodoxos o seguidores de sectas fatalistas son reacios a acatar todas las medidas de seguridad sanitaria para evitar el contagio y propagación de la pandemia. Basta recordar la reunión de más de 600 personas de varios grupos religiosos en el Swissôtel en Lima una vez iniciada el aislamiento social. O las noticias de ver a diversos pastores que lucran con la desesperación de la gente o amedrentan a sus feligreses por usar mascarillas, pues “la divinidad les da una coraza contra el virus”. Por otro lado, seguidores de un modo de pensar y defensores de algunos modelos económicos y sociales centrados en el liberalismo han chocado con las medidas tomadas por diversos gobiernos en pro de la protección social, tal como ha sucedido en Michigan, Ohio y Texas en contra del adalid del liberalismo económico, Donald Trump. Muchos estados se están viendo en la necesidad de replantear sus fundamentos económicos, aquellos que medraron lo público para dar prioridad a la iniciativa privada que la está pasando bastante mal en cuadros como estos. Grandes y pequeñas empresas piden que el Estado tome medidas de flexibilización y, en otros casos, que las salven. La Salud Pública ha sido el detonante por el cual las cosas no deben de ser como antes. Es un grave error que no se sabe cuánto nos va a costar como sociedad.
Tenemos muchas lecciones: mayor conciencia ecológica es una de ellas. Nuestra presencia en el planeta es nociva. Necesitamos energías limpias y renovables. Además, muchos arquitectos y planificadores hablan de priorizar ciudades pequeñas en desmedro de las megápolis. Cambio de modelo económico; la durabilidad de los artículos debe de ser más larga, solo nos preocupa el consumo, el mercado. Y pensar en el control de la natalidad como un principio racional de una sociedad que apunta hacia una armonía holística.
¿Podremos dar el salto?

domingo, 12 de abril de 2020

FACTURA DE 30 AÑOS DE ANOMIA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 12 ABRIL)


Preguntaba un amigo tratando de identificar al o a los culpables del fallecimiento del primer médico peruano en medio de esta pandemia, en medio de esta locura que está transformando desde los vínculos sociales más íntimos hasta la economía de nuestra nación. La respuesta creo que nos atañe a todos.
Desde hace tres décadas y tras los crasos errores de la gestión de AGP, el Estado se convirtió en una suerte de paria en la sociedad peruana. Las palabras “estatal” o “gestión pública” tenían una carga semántica muy negativa, la cual se ha acentuado más gracias a los múltiples de actos de corrupción, la cual se ha incrustado en todos los tejidos del aparato estatal, sobre todo en el político y en el judicial. Son tres décadas de habernos martillado que lo estatal y lo público son lacras sociales. Casi dos generaciones de peruanos han crecido bajo esa mirada.
El debilitamiento del Estado ha permitido, tras su desmantelamiento productivo, que surjan diversas formas de poder económico que, incluso, pueden cuestionar su autoridad. El sistema impuesto por el Fujimorato no solo desarmó todo lo que pudo del aparato estatal, sino que supo, además, cómo hacer una sociedad acrítica, hedonista, aprovechadora, trasgresora, egoísta y poco empática con la problemática nacional. La palabra del Estado era y es cada vez más débil y carente de credibilidad y autoridad, tanto de este como de todos los organismos encargados de ejecutarla. Esto nos permite entender que, incluso, entidades religiosas convocaran reuniones o la actitud de muchos jóvenes recién empezada la cuarentena. Una real anomia.
A lo largo de estas décadas hemos visto crecer poderes alternativos que asumen roles que ahora están colapsando. El crecimiento de corporaciones en este periodo lo explica. Incluso esto ha influido en pilares esenciales como la educación y la salud; en el primer caso, se la orientó al sentido del mercado, modelando las habilidades y capacidades de las personas con el fin de poder incorporarse en una empresa o crear una, realidades en total situación crítica por los momentos que vivimos. Habilidades blandas como empatía y solidaridad no han sido prioridad, justo cuando más las necesitamos y pueden salvar la vida de varios, incluida la tuya, estimado lector. En la salud, se permitió una lamentable reducción, cual escarnio social, del sistema público. Con esta pandemia, enfrenta además la herencia de tuberculosis y dengue. La sociedad, nosotros hemos permitido llegar a esta situación a través de políticos electos que aceptaron dichas condiciones; nosotros los colocamos a través de las urnas. Esa es la verdadera democracia; no es un término económico, es un término social y compartimos todos este sistema. Reflexionemos, además, sobre la situación de los llamados partidos políticos y sus líderes, los cuales han demostrado hasta ahora no estar a las alturas de las circunstancias.
Estos son, pues, nuestros 30 años de boom económico.