Conversando con varios amigos que hacen gestión cultural o son artistas, concuerdan que nuestra ciudad tiene una gran diversidad social y creativa, pese a todos los contratiempos públicos y privados que son el pan de cada día en este ámbito. La ciudad ha crecido y ha tenido en las últimas décadas una gran movilidad social por parte de muchos ciudadanos que han decidido hacer de Trujillo su hogar y su centro de trabajo. Tras la pandemia, además, ante tan anómala situación, muchas formas de vida como la laboral han sufrido un gran vuelco del cual aún no terminamos por adaptarnos. Durante la pandemia, la vida cotidiana tuvo un giro inesperado y el forzado encierro hizo que la sociedad entera opte por estrategias para poder sobrellevar tan duro trance. Además de otras manifestaciones culturales como la historia y la religión, fue el arte el que ayudó a muchas personas salir adelante durante este periodo que nos tuvo en aislamiento forzado. Como comentaba la artista Lutgarda Reyes ante un grupo de estudiantes del Colegio Alternativo Talentos, fue la alegría de la música, de los gráficos, de la pintura, los que nos permitieron seguir adelante en medio de la zozobra y la incertidumbre que no olvidamos todavía. En vez de haberse puesto en verdadero valor el rol del arte y la cultura en nuestra sociedad, las seguimos postergando o atentando contra ellas, pese al rol tan crucial que jugaron. Estos acomodos han cambiado bastante el rostro de nuestra ciudad y sus habitantes. Pero no se han encontrado con las personas responsables en el mundo privado o público que generen los reales espacios para que toda manifestación cultural tenga su adecuado y sostenido desarrollo. El desamparo en muchos campos de esta actividad es evidente, sea por escasez de escenarios adecuados o el real soporte a los actores principales de estas actividades. Sin embargo, artistas, intelectuales y gestores siguen adelante con su trabajo, creatividad y presencia: presentaciones de libro; festivales teatrales (como el Festival Cuenta, Pe); ciclos o festivales de cine; exposiciones de arte, fotografía e instalaciones; intervenciones en espacios públicos o privados educativos. Las pocas galerías de arte que quedan en nuestra millonaria ciudad (pasamos ya el millón de habitantes) siguen sus actividades artísticas. Además, algunas entidades alternativas asumen roles académicos, labor de las numerosas universidades que existen en nuestra ciudad. Ese es uno de los roles principales de la Academia. Cada vez es más ausente la universidad en la actividad cultural de nuestra ciudad. Como alternativa, algunos grupos de ciudadanos optan por ocupar esos roles como las asociaciones trujillanas de numismáticos y filatélicos. La inacción de unos encuentra un contrapunto positivo en ciudadanos entusiastas que hacen labor de difusión, información y educación; las que han sido abandonadas por quienes tienen esas responsabilidades con la ciudadanía.
Este espacio ha sido creado por Gerardo Cailloma con el fin de difundir mis ideas y poder compartir con el que esté interesado temas sobre cine, música, educación, viajes, literatura y todo aquella diletancia que produzca placer estético (como el buen comer)
Datos personales
- Gerardo Cailloma
- Trujillo, La Libertad, Peru
- Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
domingo, 14 de diciembre de 2025
domingo, 20 de marzo de 2022
MARZO ¿MES NEFASTO? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 20 DE MARZO)
Este mes parece signado por
grandes desgracias colectivas. En el 2017 una fuerte lluvia dio el inicio de
una semana de pesadilla que sumió a la ciudad entera en el caos y la
desesperación; en el 2020, el gobierno nos mandó a un aislamiento radical a
causa del COVID-19 por crisis sanitaria. 15 de marzo, un deslizamiento de
tierra en Retamas, Pataz, la sierra liberteña pone una raya más en la lista de
infortunios. Todo en el marco de un conflicto bélico que tiene fuertes
repercusiones económicas en nuestra sociedad y el desatino de un TC que abre
nuevas heridas sociales en una convulsionada ciudadanía.
Los famosos “castigos divinos” no son más que la evidencia de la incompetencia, corrupción o desidia, tanto de autoridades como de la ciudadanía en general. Aún recuerdo el Niño del 82-83, del 97-98 y el reciente Niño costero del 2017, los que tuvieron los famosos huaicos que asolaron casi los mismos espacios, calles y avenidas de la ciudad. Para el último Niño el gobierno había asignado fondos para la prevención de zonas que iban a ser abatidas. Tras las riadas de esa semana, la famosa prevención quedó en nada. El fenómeno esperado en noviembre del 2016 nos sacudió en marzo del año siguiente. Las zonas asoladas, ya identificadas como zonas de riesgo, volvieron a ser ocupadas y reconstruidas; ya hay pistas, agua y desagüe, sistema eléctrico. Algunos planes de reconstrucción son cuestionables. ¿A esperar que se los lleve el agua otra vez? El COVID derrumbó el sueño de un país pujante por décadas. Dos pilares de su supuesta pujanza fueron bastante relegados: salud y educación. Las brechas abiertas nos desencajaron en todos los aspectos mostrando buenos, pero también viles gestos sociales que vieron en la desgracia una excelente oportunidad de negocio. ¿Habrá cambios para la prevención de una posible nueva catástrofe sanitaria? Lo de Retamas ya linda con la tozudez más precaria: erosión, falta de prevención, informalidad y mucho de criminalidad que también se ha visto en las otras desgracias. Inescrupulosos traficantes de terrenos tienen mucho que ver en el asunto y se coluden con el populismo de autoridades quienes terminan transformando titulaciones en votos. Muchos problemas podrían evitarse si es que el accionar humano fuese el correcto y no confundiéramos perspectivas. La mujer que sobrevivió a una riada de lodo y piedras en Punta Hermosa en el 2017 ocupaba ilegalmente terrenos. Prevención y planificación son palabras postergadas ante la galopante corrupción, populismo, angurria o desprecio por la persona que vemos a diestra y siniestra, no importando el tinte político o el estrato socioeconómico. Así podemos entender el porqué de un accidente en un parque de diversiones, un accidente mortal en una cadena de comida rápida, más de 60 casas dañadas y víctimas mortales en Pataz, los sobrecostos de algunas clínicas o los precios inflados por los balones de oxígeno. Y, por supuesto, “la ira divina nos seguirá castigando, porque así lo dicta el destino”.
domingo, 26 de diciembre de 2021
SALUD EN SALA UCI (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 26 DE DICIEMBRE)
Ómicron, restricciones, vacunas, tercera dosis, confinamiento, libertades individuales, antivacunas. Palabras que uno encuentra con mayor frecuencia en todos los medios de comunicación nacionales e internacionales, así como en las redes sociales. Fiestas navideñas, fin de año, frustración. Desde diciembre del 2020 al actual, muchos elementos nuevos, mismo escenario.
Cuando en marzo del año pasado nos fuimos al confinamiento, una sombra de incertidumbre cubrió a todo el tejido social; en un inicio, los acontecimientos eran vistos como lejanos e, incluso, generaban dudas. La presión económica fue decisiva para ir saliendo de nuestro enclaustramiento, pero también contribuyó en la expansión de la pandemia: grandes focos de contagio no sólo eran los mercados o tiendas, sino las fábricas, las minas y las agroindustriales. Estos hechos trataron de ser poco difundidos, pero fueron conocidos sottovoce. En la desesperación de la gente surgieron propuestas, algunas temerarias, que han pasado al olvido como el cloro o la ivermectina que fue muy usada con resultados aún nada claros. Hubo intentos desesperados y cuestionables de atacar la pandemia, de la importación de vacunas por privados hasta el famoso Vacunagate que arrastró a Vizcarra y mucha gente de su gobierno. Las fiestas de hace un año fue el inicio de una ola más agresiva y mucho más mortal: tras el sueño iluso de haber superado la peor parte, los peruanos nos vimos avasallados viendo a muchos familiares, vecinos o amigos fallecer en medio de acciones indignas de muchas personas e instituciones. Los cementerios se poblaron de entierros rápidos. La llegada de las vacunas fue campo de la especulación y del escepticismo. Programas de periodistas cuestionables despotricaron de la efectividad de algunas vacunas, las listas de vacunados privilegiados (fuera de Vizcarra) y la presión de grupos de poder para importar sus propias vacunas hicieron que la ciudadanía dudase de recibir por lo menos una dosis este año. Ya, a finales del 2021, muchos tenemos las tres dosis; ahora ya han vacunado a grupos etarios más jóvenes y pronto se estarán vacunando un segmento sensible y numeroso: de 5 a 12 años. Sin embargo, surgen personajes que no dejan de sorprender por su actitud: el caso de Juan Francisco Escobar, por ejemplo, causó mucha indignación. Un prurito raro de entender de estas personas. He visto a personas dudar de la ciencia médica y llevan litros de bótox en su rostro: no quieren inocularse, pero sí se inyectan en el cuerpo elementos estéticos. Una cosa es cierta: la epidemia se convierte en pandemia ayudada por dos grandes factores no biológicos, fuera de la pobre salubridad: el comercio y las grandes movilizaciones humanas. La Peste Negra llegaba con los buques mercantes. El gran desplazamiento de tropas en la Primera Guerra Mundial permitió que la Gripe Española diezmase familias y pueblos. Dos elementos que confluyen en estas fiestas. Para reflexionar.
domingo, 21 de noviembre de 2021
PRIORIDADES Y RECHAZOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 21 DE NOVIEMNBRE)
Las semanas pasadas han develado muchas cosas que invitan a este artículo reflexivo: una ciudad con muchas y graves debilidades, y una sociedad con contradicciones nocivas. El accionar de muchos personajes del circo político peruano nos hacen postergar algunos puntos álgidos que debemos abordar urgentemente.
Cuando estalló la pandemia obligándonos
a sumirnos en un aislamiento riguroso, comenzaron a surgir una serie de
movimientos y personas que promovían una acentuada oposición a todo lo que
estaba pasando. Surgió una corriente “anti medidas” contra el aislamiento, uso
de mascarillas o las vacunas. Hubo reacciones que proponían el rechazo total a
dichas medidas arguyendo razones religiosas o las promovidas por científicos de
todo tipo, grupo en el que había desde charlatanes hasta investigadores que se
oponían a la poderosa industria farmacéutica. Líderes religiosos pedían a sus
feligreses no usar mascarillas o inocularse cualquier vacuna. Hubo
comunicadores que rechazaban cualquier intento de controlar esta epidemia hasta
sufrir en carne propia el contagio. Sólo basta recordar el caso de Rafael Rey o
lo vivido por Beto Ortiz quien usó sus influencias para obtener una situación
privilegiada en los momentos de mayor crisis sanitaria. Luego este comunicador,
coludido con un personaje oscuro de la política, creó desasosiego en plena
campaña de vacunación al difundir parcialmente los resultados de una
investigación de una de las vacunas que se estaba aplicando en nuestro país; esta
incertidumbre se acentuó por el abuso de poder del expresidente Vizcarra y un
círculo allegado, incluida Pilar Mazzetti, exministra de Salud, quienes
se vacunaron a espaldas de la ciudadanía. Las campañas pesimistas eran
dramáticas y las voces disidentes contrarias a la vacunación no tenían tanta
repercusión como sí las tenían las que dudaban de una rápida vacunación. Aún
recuerdo en las redes comentarios escépticos de grupos etarios muy jóvenes quienes
se veían vacunados en el 2022 o 2023. Uno de los países con mayor reticencia,
USA,
buscó mover su economía con la angustia de muchos que dudaban de la eficiencia
del sistema sanitario en este proceso. Miles de peruanos se agolpaban en los
centros de salud o puntos de vacunación. Hoy el MINSA sale a las calles,
mercados e, incluso, casas a buscar personas que no hayan recibido dosis
alguna. En enero ya se vacunará a niños desde los 5 años. Pese a todo, estamos
aún en un poco más de 51 % de población vacunada. Ahora es el turno de los antivacunas.
Las redes revientan con sus argumentos, algunos claros, otros insostenibles; voy
conociendo a personas que rechazan la vacuna. Ahora argumentos legales circulan
en las redes y los medios. Se arguyen derechos personales, pero también derechos
colectivos que protegen a grupos vulnerables, cuyos integrantes fueron
diezmados en estos meses y que hubieran, gustosos, puesto su hombro para luchar
por sus vidas. Difícil encrucijada.
domingo, 2 de mayo de 2021
CLARA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 02 DE MAYO)
Hay muertes que nos golpean duro. Te causan una herida difícil de restañar. Esas que llegan a ti de la manera sigilosa y que calan duro en tu memoria.
Clara Claros fue una buena
trabajadora en su área y, sobre todo, una buena amiga. Recuerdo vagamente
cuando ella comenzó a trabajar en el Departamento que dirigía en una
universidad local. Mi Departamento, el de Humanidades, convocaba un buen número
de profesionales de todas las especialidades: había ingenieros, abogados,
psicólogos, literatos, docentes de diversas especialidades, filósofos,
artistas, estadísticos y, por supuesto, periodistas. Las reuniones eran amenas
y matizadas por conversaciones de toda índole, y una de esas personas dinámicas
fue Clara Claros. Discreta ella, me iba sugiriendo detalles que iban haciendo
de nuestras reuniones un buen espacio de intercambio de ideas y buen trabajo en
equipo. Responsable con sus clases, nunca tuve queja alguna de su puntualidad
con los procesos requeridos y sí comentarios de alumnos que habían pasado por
sus aulas y habían recibido observaciones puntuales con anécdotas graciosas
que ella hacía. Muchos de estos eran comentados por los colegas, pues quitaba
ese rigor excesivo con el que muchas veces se ve a un docente universitario.
Les dio mucha calidez humana.
La Clara Claros amiga se fue
mostrando paulatinamente. Con su incondicional amigo Luis Quintanilla, como Don
Quijote y Sancho Panza, buscaban seguir trabajando en el bichito que tenían
incorporado: el periodismo. Un día, ambos me invitaron a compartir su locura:
un programa radial. Así, poco a poco comenzamos a trabajar en eso; hasta hubo
días que me quedaba en la conducción de las entrevistas radiales siempre con el
apoyo silencioso de Clara. Cada idea que se me ocurría encontraba escepticismo
de algunos, pero de ella no. Alentaba a todos en sus proyectos y meditaba los
suyos hasta poder negociarlos. Uno de estos proyectos que sé que le causaron
mucha alegría personal fue la creación de la revista digital Letras, que
alcanzó más de un centenar de números. Fue un espacio que permitió que todos
escribiésemos y nos aguzó el gusto por la redacción: después me comentaron que
eso solía hacer con los jóvenes periodistas que ingresaban a la redacción de un
periódico local. Maestra. Sé cuánto le dolió cuando órdenes centralistas
unilaterales fueron cancelando diversos proyectos de mi Departamento, como el
de su revista digital. Comentábamos con preocupación y nostalgia el avance de
modalidad virtual, esta que terminó invadiendo nuestras vidas a causa de esta
pandemia. Se mortificaba al no saber quiénes eran sus alumnos, muchos de los
cuales jamás llegó a conocerlos, jamás tuvieron la oportunidad de disfrutar su
buen humor y disposición para el trabajo. Sin embargo, algunos medios virtuales
sí nos permitieron tener una comunicación, en cierta forma, regular. Habíamos
intercambiado opiniones del ambiente político no hacía una semana. Buen viaje,
Clara.
domingo, 24 de enero de 2021
RESPONSABILIDADES ABRUMADORAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 24 DE ENERO)
A uno le gustaría empezar una actividad, como el redactar un texto, con buena predisposición. Sin embargo, la presencia de tantos incidentes, cifras y noticias ligados a la pandemia lo hacen a uno cambiar de opinión en el camino. Por ejemplo, el mundo político con su campaña electoral daría tanto que hablar que uno podría escribir muchos artículos al respecto, entre alarmantes y jocosos, irónicos y reflexivos. O el Poder Judicial y sus sorprendentes liberaciones de personajes peligrosos. Pero no.
Círculos cercanos de amigos y
experiencias personales me han llevado nuevamente a este asunto, que ya parece
monotemático, único. La semana comenzó a fragmentárseme al leer los textos de diversos
grupos de amigos y colegas de trabajo que informaban sobre el contagio de
amigas y amigos que habían sido muy cautelosos en su quehacer. A estas alturas,
puedo afirmar que no hay ningún chat colectivo en los que participo en el que
no haya habido personas contaminadas, enfermas o fallecidas desde el inicio de
la pandemia. En junio y julio del año pasado leía textos desesperanzados de familiares
cuyos padres, hermanos o tíos habían caído enfermos y necesitaban urgente
apoyo. O saber que algunos de ellos fallecieron. Y, de pronto, en estas últimas
semanas se repite ese duro panorama. Dos buenos amigos están infectados y
guardan su aislamiento de rigor. Un excolega de trabajo y su familia están en
el hospital bajo observación. Mi madre que sigue un tratamiento por una
dolencia tuvo que ser desplazada a un piso superior por la demanda de espacio
para personas infectadas. Mi esposa me comenta que Portugal vive lo mismo y en
los hospitales hay hileras de ambulancias esperando colocar a los enfermos. Ahora
los jóvenes conforman el nuevo grupo de riesgo; cada día hay más infectados.
Acabo de hablar con un exalumno mío que sale de su convalecencia. Estos datos
no son de noticias elaboradas, son los que recibo de manera directa.
La gente pide no parar las
actividades económicas. Nos tratamos de recuperar. Pero nuestros errores como
sociedad nos han puesto en esta encrucijada. El debilitamiento del sistema de
salud pública es uno de ellos y estamos pagando las consecuencias. Hay gente
que pide que el sector privado asuma la entrega de vacunas. Si algún candidato
ofrece esto, ese es el promotor de una estrategia terrible: genocidio. Vemos
que no hay una receta social eficaz que contenga el avance de la pandemia hasta
la fecha. Algunos datos preocupantes latinoamericanos: Panamá, un país modelo de economía pujante:
población 4´711 mil habitantes y 4,980 muertos por COVID. En otras palabras, un
poco más de un muerto por cada 1000 habitantes; al igual que nuestro país en
relación con el número de habitantes. Colombia y Argentina se dispararon. Ni
hablar de Brasil o México. Y cada vez rodeados de irresponsables antivacunas o
antimascarillas (hasta un candidato sale así en las entrevistas). La verdad,
¿la hay?
domingo, 17 de enero de 2021
INCERTIDUMBRES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 17 DE ENERO)
Esta semana no nos ha traído buenas noticias. Había luces de esperanza en cuanto a las vacunas, pero el contexto no es muy motivador. Además, lo que iba a pasar, pasó: incremento de casos de personas infectadas por COVID y un alza en el número de fallecidos por dicha epidemia. En realidad, no era de sorprender, pues con todas las actividades realizadas durante las últimas fiestas el número de contagios iba a ser inevitable, sobre todo por la costumbre calurosa (ahora muy peligrosa) de abrazos, besos y muestras efusivas de cariño que exponen a mucha población vulnerable (no solo mayores de edad) a un inminente contagio. A estas alturas, puedo confesar con vergüenza que no pude evitar la visita de muchos familiares a casa; pese a que en mi caso no hubo algo que lamentar, no sucede lo mismo en muchos hogares peruanos e, incluso, a nivel mundial; lo que obliga a casi todos los gobiernos volver a modos de cuarentena más rígida. En algunos casos, la justificación económica se va a sustentar para enterrar a un familiar cercano o internarlo en un clínica u hospital para el tratamiento necesario (disculpen la ironía o el cinismo). Tras una enredada explicación de las medidas por parte del presidente Sagasti, la única certeza que nos queda pues es que cada uno de nosotros debe ser lo más responsable posible consigo mismo y toda su familia inmediata, familiares o amigos cercanos propenso a verse contagiados. Debemos tener siempre en mente la pesadilla que fueron los meses de junio a agosto para todos los peruanos.
Por otro lado, la
incertidumbre de la llegada de las vacunas se da en el contexto del rechazo de
muchas personas de recibirla para su prevención. Cierto es que uno puede tener
sus reticencias ante algo nuevo y, sobre todo, en lo concerniente a la salud e
integridad física; sin embargo, estas se vienen testeando, tal como se informa,
en muchas personas voluntarias para ver los efectos de la vacuna china
Sinopharm a lo largo de los últimos meses del 2020. Dudas, fanatismo religioso,
manipulación política o comercial, ignorancia o rechazo individual o colectivo
son grandes enemigos no solo de la persona como individuo, sino en la
posibilidad potencialmente peligrosa de ser portadora de esta una vez adquirida
por un rápido contagio. Hay casos tristes como la muerte de más de 140 mil
personas durante el 2018 a causa del sarampión, enfermedad controlable si la
gente se vacunase; pero hay muchos grupos antivacunas, no necesariamente
religiosos, promotores de la no vacunación. Campañas educativas no solo
dirigida por médicos, sino por maestros y artistas que elaboren mensajes
adecuados se hace necesario.
Hay que tener en claro que
estas elecciones generales en abril próximo el tema de salud será manoseado
hasta el hartazgo por varios candidatos populistas generando más confusión en
una sociedad carente de líderes positivos y un digno sistema adecuado de salud.
Basta ver lo que prometen alcaldes y congresistas con las vacunas. Lamentable.
domingo, 5 de julio de 2020
SOBREVIVIENDO AL COVID-19 (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 05 DE JULIO)
domingo, 28 de junio de 2020
DESANGRADO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 28 DE JUNIO)
domingo, 17 de mayo de 2020
VIRUS PEORES: CORRUPCIÓN, POPULISMO, OPORTUNISMO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 17 DE MAYO TRUJILLO)
Hay
virus naturales, aquellos que surgen en la naturaleza, o los creados
artificialmente para uno u otro propósito. Pero existen unos virus que pueden
ser peores, puesto que conllevan otro tipo de mortalidad: los sociales. El contexto
que estamos viviendo, cuando nuestro país está entre los veinte en los que hay
más contagiados y estamos al inicio de una recesión mundial, es un verdadero
caldo de cultivo en el que vemos cómo estos virus latentes han crecido haciendo
tanto o más daño que la pandemia que nos aqueja. Para exacerbar el caos,
algunos medios de comunicación juegan un rol muy ambiguo
al no tener una posición clara frente a algunas medidas tomadas para controlar
la pandemia y juegan a favor de muchas acciones hechas por personas e
instituciones inescrupulosas.
Ejemplos de oportunismo. Iquitos:
balón de oxígeno de precio regular 1085 soles a cerca de 4 mil soles. Precios
de medicinas ligadas a los problemas respiratorios o sus efectos colaterales
sufren alza de precio en los monopolios de farmacias de nuestro país. Ciro
Maguiña, representante del Colegio Médico, renuncia al Comité de Expertos del
COVID-19 en momentos críticos y cuando surgen severas críticas contra el
comportamiento de muchos médicos que prefieren trabajar en el sector privado a
expensas del público, incluso con goce de haber.
De populismo. El inefable
Congreso del Perú, tras algunas medidas cuestionables, lanza un proyecto de ley
que autorizaría la circulación de taxis colectivos en medio de la expansión de
la pandemia. Durante años, lobbies de microbuseros, dueños de combis o
colectivos han impedido con sus amenazas hacer un verdadero cambio del sistema
de transporte y hubiera sacado de circulación muchos vehículos que son chatarra
y contaminantes. Por otro lado, el cierre forzoso de mercados infecciosos se está
dando en este contexto, cuando esta acción era reclamada por mucha parte de la
población que exigía la clausura de estos focos de contaminación de manera
paulatina con propuestas alternativas a los comerciantes que se dedican a estos
servicios sin control sanitario ni tributario. El populismo y el afán
electorero primaron.
Ejemplos de corrupción: muchos.
Dos públicos: el apoyo económico estatal ha sido distribuido escandalosamente
entre personas favorecidas por municipios e, incluso, entregado bajo banderas
proselitistas; o altas autoridades de la PNP están involucrados en compras
irregulares de material urgente para proteger al personal de la Institución que
presiden. Uno privado: el mismo apoyo estatal de promoción empresarial es
posible que esté siendo direccionado hacia los clientes de determinado banco en
desmedro de los demás empresarios que quieran acceder al mismo.
Por eso, la sociedad civil
debe de trabajar en conjunto para una reconstrucción social ordenada erradicando
estos virus enquistados impunemente y a vista y paciencia de los ciudadanos
golpeados por la pandemia.



