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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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viernes, 6 de abril de 2012

MUJERES QUE HABLAN SOBRE MUJERES QUE ESCRIBEN


El martes 03 de abril en la Alianza Francesa de Trujillo se realizó la primera ronda de exposiciones hechas por mujeres que hablan sobre otras mujeres que escriben. En nuestra primera versión se invitó a dos personalidades: Orietta Brusa, docente universitaria, especialista en arte, polémica pensadora de nuestra ciudad y compulsiva lectora; y Miriam Núñez, docente de lengua y literatura, con amplia experiencia en la formación de estrategias de lectura para adolescentes. Cada una de ellas tuvo como misión acercar al público al mundo literario y personal de dos escritoras desconocidas para las mayorías. Para esta exposición, ambas expositoras nos acercaron a Elsa Morante y María Emilia Cornejo.

Con su peculiar estilo, Orietta nos fue acercando al alma sensible y combativa de la Morante, quien tuvo como un fuerte sino ser esposa de un grande de la literatura italiana: Alberto Moravia. No opacada por la imagen de su esposo, la Morante fue una prolífera escritora en narrativa, testigo de una de las épocas más duras de Italia en el siglo XX: el ascenso del fascismo y la caída de éste arrastrando con él a la sociedad italiana de post guerra. La exposición de Orietta se centró en un solo libro en el cual, según Orietta, vamos a ver resumidas su filosofía y actitud de vida frente a las circunstancias que le toco vivir. El libro, La Storia (la Historia – existe traducción en castellano-) nos habla sobre la vida de una mujer, que podríamos llamar, insignificante. Judía (como la autora, también de origen hebreo) en un momento trágico de la humanidad, es violada por un soldado alemán que va huyendo de la estrepitosa caída del fascismo del Duce. Ante el avance aliado, Italia es arrasada por bombardeos y ella, la protagonista, sufre todas las vicisitudes de un conflicto como lo fue esta guerra. Por la violación, engendra un hijo, bastardo de esta guerra, al cual oculta por ser ella una madre soltera, y, sobre todo, una mujer pobre: nadie.  Para legitimar su existencia, si cabe el término, se aboca a uno de los clásicos roles de la mujer en nuestra sociedad: madre. Su hijo es un niño débil que arrastra las penurias del conflicto que ya había llegado a su fin. Italia comienza una dura reconstrucción y los primeros años son duros. Muchas ciudades, como muchas consciencias habían sido arrasadas. Ida, una de las principales protagonistas (hay otros dos: Nino y Useppe), como la mayoría de personas, tratan de adecuarse para sobrevivir. Su hijo bastardo, Useppe, enfermizo, muere demasiado joven; esta situación cae sobre Ida, ya que en la lógica social, que ella tiene muy inherente, su rol ya no existe. Deviene en un ente, un ser sin rumbo.  No existe otro rol más que el de madre. El otro personaje, Nino, es un joven de variables militantes, desde fascista, pasando por partisano hasta terminar como contrabandista, que nos muestra la sociedad italiana de entonces. El libro cuando apareció cayó mal para una sociedad que reclama estar entre las más pudientes del mundo actual. Fue criticada, como lo fue LADRÓN DE BICICLETAS, por ser demasiado trágica, nada de optimismo. No sé si puede ser optimista si en una sociedad en la que se han construido bellas entelequias sobre los derechos individuales, aún seamos testigos pasivos de abusos de género, laborales, raciales, culturales. Como muchos críticos, y esa fue la reflexión con la que Orietta cerró su exposición, La Storia es una novela río cuyo propósito es mostrar a los débiles, a los sin voz, a esos Don Nadie que caminan por las calles de cualquier ciudad y  cuyas existencias anárquicas ya son casi una tragedia.


Miriam Núñez se adentró dentro del alma de una gran poeta mujer, María Emilia Cornejo. ¿Cuál es el gran valor de su obra? Fuera de una calidad estética, la grandeza de la Cornejo es haber hablado libremente de temas tabúes en una sociedad regida por el mundo masculino; nos habla de la felicidad femenina, desde sus perspectivas, desde su sexualidad y su erotismo. Los críticos literarios han sido muy parcos con la producción literaria hecha por mujeres, nuestros textos escolares, aquellos que tratan de acercar a la mayoría a un primer encuentro estético con la literatura, nos hablan de Amarilis, de Clorinda Matto de Turner (siempre la pertenencia, aunque ahora la presentan como Clorinda Matto) y alguna que otra poeta mujer de nuestros tiempos. La revolución sexual de los 60 en Europa trajo sus buenos coletazos por Sudamérica. Para las mujeres el camino hacia su espacio propio ha sido duro, muchas no soportaron el viaje y decidieron irse antes. Otras, como la Matto, fueron maltratadas, vejadas por su sociedad. La Cornejo habló francamente de esos demonios que vamos aprendiendo a través de la educación y cultura, los estereotipos que tenemos que seguir para ser “adecuados” (como Mundo Feliz) en una sociedad tradicional que se les escapa el control de las manos. Desde los 60 la revolución de los géneros cambiará la sociedad. Pese a los intentos retrógrados vividos en diversas instituciones sociales (políticas, religiosas, culturales), lo avanzado ha calado en nuestras sociedades.  Para Emilia su sexualidad y erotismo eran una suerte de tabú, producto de siglos de dominación y censura por todo aquello que significase descubrir su cuerpo y las manifestaciones de este. Según los nuevos críticos literarios, con Emilia se inicia prácticamente la poesía erótica femenina en nuestro país. Ella es la frontera. Cuando hablábamos con Miriam, como docente, le pregunté si los poemas de Emilia Cornejo deberían ir a los textos escolares. Es obvio, como me respondió, el querer tapar la realidad es tan inútil como querer tapar el sol con un dedo. Emilia Cornejo le tocó vivir una realidad dura, contextos políticos que marcaron nuestra sociedad como el periodo de Odría hasta Velasco, ya que se suicida en 1972.  Pero esta talentosa escritora dejó varios poemas para descubrirla y para que millones de mujeres más la descubran. Alberto Escobar la nombra en sus referencias poéticas peruanas, puesto algunos de sus poemas fueron  publicados en la revista EROS en EEUU a iniciativa de ese raro personaje que fue Carlos Castañeda (devenido Castaneda). Un poema para recordarla.




TÍMIDA Y AVERGONZADA

tímida y avergonzada
dejé que me quitaras lentamente mis vestidos,
desnuda
Sin saber qué hacer y muerta de frío
me acomodé entre tus piernas
¿es la primera vez?
preguntaste,
sólo pude llorar.
oí que me decías que todo iba a salir bien
que no me preocupara,
yo recordaba las largas discusiones de mis padres,
el desesperado llanto de mi madre
y su voz diciéndome
“nunca confíes en los hombres”.
Comprendiste mi dolor
Y con infinita ternura
Cubriste mi cuerpo con tu cuerpo,
tienes que abrir las piernas, murmuraste,
y yo me sentí torpe y desolada.

En este vínculo electrónico pueden hallar su poemario EN LA MITAD DEL CAMINO:

http://www.contranatura.org/literat/biblioteca/Cornejo-En_la_mitad_del_camino_recorrido.htm#01


martes, 27 de diciembre de 2011

LA UNIDAD DE LOS CONTRARIOS DE LUIS EDUARDO GARCÍA

29 de setiembre. Después de algunas dudas, LEG decidió presentar su poemario con el cual había logrado el Premio Copé de Bronce del 2009. Y me invitó a hacer la presentación del mismo ante un nutrido público conformado por sus entrañables alumnos y el intelectual ávido de conocer la nueva producción de LEG, quien ya tiene un sitio en las letras de nuestra ciudad y región.

Confieso que soy poco lector de poesía, la cual demanda un rigor y recursos de lector frecuente que tuve que trabajar para poder estar a la altura de las circunstancias. LEG es un empedernido lector y tiene referentes amplios que son sus leit motiv poético. Gran admirador de la obra de Pessoa, es él quien le ha de dar recursos creativos de heteronimia que lo acercan mucho a los que fue este gran escritor portugués en vida. El velado homenaje atraviesa este libro desde el mismo hecho de cómo quiere abordar el principal y único tema de este poemario: el amor. Y además halló en el poeta argentino Roberto Juarroz el material necesario para crear sus epígrafes y que ayudan a crear una unidad interna en los tres bloques como se presenta el poemario, así como la división que uno, como lector, establece en el mismo; así, se puede decir que hay otro bloque visto desde la perspectiva de trato del tema y que se puede establecer uno del poema 1 al 7 inclusive, y de ahí hasta el 22.

Los siete primeros poemas el amor es acompañado por la tristeza (salvo el 2, que da cierta esperanza). El abandono, la decepción, son esas formas manifiestas del dolor que causa el amor que fue o el no correspondido. Y cierra con su poema 7 como un ángel caído, Lucifer, cuya luz se apaga, pese al brillo. De ahí, los poemas discurren en lo contradictorio que es el amor. Los permanentes recursos empleados, metáforas y sinestesias, corroboran esa contradicción a la cual termina llamando la unidad de los contrarios. Así llegamos al poema 10, tomando prestada la idea de Juarroz que atraviesa su Octava poesía vertical,  13, la cual es usada en el epígrafe de esta parte. El último verso del poema 10, va a ser el elemento de cohesión del resto del poemario. Este verso es el título de este poemario. Y es, además, el nombre de la última parte, cuyo último verso es nuevamente el mismo. En esta parte hace una explícita declaración de amor a su pareja, Natalia, y es el único nombre propio que ha de aparecer en toda la obra. La aparición de los heterónimos de Pessoa comienza a darse desde el poema 14, veladamente dedicado a la amada ideal de Pessoa, Ofelia Queiroz, a quien por coincidencia le escribió una carta un 29 de septiembre de 1929 en la cual trata de restablecer el vínculo roto entre Pessoa y ella, pero colocándola en otro sitio, al cual podía quizá acceder como otra creación, como un heterónimo; no como un ortónimo. Coincidencia o no, LEG se presenta ante el lector amado como un ortónimo, así lo hace explícito y lo tiene como exigencia.  Y cierra esta primera parte con un bello poema en el que resume todos los amores que un ser humano puede tener.  Aunque a su madre sí le alcanzó el tiempo para poder enterarse de la buena nueva, que había ganado un nuevo premio con un nuevo poemario, su figura de madre ausente se ve a lo largo del poema, como adelantándose a la pronta ausencia terrenal, y para eso juega con los opuestos para hacernos entender, a través de la contradicción, con el uso del oxímoron, lo que él espera del amor y lo que ha obtenido de éste.

La segunda parte, LEG toma distancia para hacer reflexiones del amor, “de acuerdo al cristal con que se lo mire”.  Y sus observaciones, aunque despojadas de cronicidad, son varias reflexiones de los múltiples hombres que pueblan a un ser humano. Es la parte más filosófica del poemario, y recurre a otro gran poeta que él ama mucho: Jorge Luis Borges. El poema 21 condensa, a través de sus versos, la persistencia de las contradicciones del amor, que aunque esquivo e inasible, dan en cierta manera una razón o sentido a las breves vidas de los hombres. Aunque quiere ser duro con los hombres como especie, reconoce que hay batallas en nuestro tránsito de la vida.
Sé que para poder comprender la integridad de este poemario, hay que haber leído el anterior, Teorema del Navegante, que fue presentado casi un año antes que éste. Conforman una unidad y anafóricamente refiere a éste en el actual poemario. Pero el extenso canto de amor que tengo en mis manos sacia la sed que uno tiene por ese sentimiento que como, dice Juarroz, es un centro que no coincide con el de la vida.    

miércoles, 22 de octubre de 2008

DONDE HABITE EL OLVIDO


Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allá donde termine este afán que exige un dueño a
Imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizontes que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.


LUIS CERNUDA (1902-1963)