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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 16 de enero de 2022

CUSCO, LA RUTA BARROCA

 





Jueves 30 de diciembre. Ruta del Barroco. Por fin, una meta que me había propuesto realizar. Antes de este viaje, me había informado mucho al respecto. Hay una página en Facebook (https://www.facebook.com/rutadelbarrocoandino) que te puede dar muchos datos. Además, en los últimos días estuve leyendo el libro La conquista intelectual del Perú de Luis Martín (es más, llevé el libro al Cusco) que habla sobre la presencia e influencia jesuita en la colonia gracias al famoso colegio San Pablo de Lima, el cual fue clausurado cuando esta congregación fue expulsada por Carlos III. Hay buenas guías de visita de la misma Ruta del Barroco. Esta ruta empieza con la iglesia de la Compañía de la ciudad misma (que visitaría el 01 de enero) y otras tres iglesias en dirección al Sur como yendo a la Cordillera del Vilcanota. En viajes anteriores tuve la oportunidad de ir a la bellísima iglesia de Andahuaylillas (pude fotografiar el interior en una visita en 1991) y siempre es una grata sorpresa. En las conversaciones con el grupete les había hablado sobre esta ruta y los persuadí para poder hacerla. Un día previo a la salida, habíamos coordinado con Isaac, responsable del hotel, para culminar detalles de esta jornada (por ejemplo, dónde almorzar). Chino había hecho otras coordinaciones. Al final veíamos algunas opciones cómodas para poder ir los 4: Verónica, Chino, Goyo y yo. Así logramos un precio módico que nos permitió ir a nuestro ritmo, entrando a diversos lugares de nuestro interés y respetar las pausas para el andar de Goyo. Nos recogió nuestra guía y chofer a las 9 am. Luego pasaríamos a recoger a Chino y Verónica de su casa: era una distancia considerable. Felizmente estaban en la ruta hacia nuestro destino. Ya todos ubicados, iniciamos nuestro periplo a través de la ruta que lleva a Puno, Juliaca y Arequipa. En el camino cruzamos muchos lugares interesantes que ameritan una estancia mayor en Cusco para conocer todos estos espacios cargados de historia. No en vano fue la capital del Imperio Inca, el más grande de América. Muchos nombres los recordaba por mis clases escolares de Historia del Perú (ya más de 50 años) y la lectura del libro La rebelión de Túpac Amaru de Charles Walker, libro que refrescó muchos datos anteriormente aprendidos, pero que dio muchos nuevos detalles de este personaje aún no del todo comprendido. Cruzamos Saylla, Choquepata, Oropesa, Piquillacta, Rumicolca hasta llegar a Andahuaylillas. Recientemente, en 2019 estuve en esta iglesia y siempre hay algo para ver. Recién bajando nos encontramos con Ricardo Chiappe y su esposa María, con su hija y la nieta de ambos. Un encuentro simpático. Estuvimos charlando un rato y quedamos para vernos más tarde (si el cuerpo daba). La iglesia es una verdadera joyita. Extraigo algo de lo escrito en la visita del octubre del 2019: “[..] El siguiente lugar a visitar es la maravillosa iglesia de Andahuaylillas. Ahora la visita ha sido para mí un deslumbrante reencuentro con este bello monumento. Uno ve la iglesia desde afuera y no vislumbra la maravilla que uno va a encontrar en el interior. Es camino al éxtasis. La iglesia muy bien restaurada, muebles, paredes, lienzos, marcos, altares, imágenes; todo restaurado. Ha sido una gratísima visita y me hubiera gustado oír el órgano que fue restaurado con el apoyo del gobierno francés. He visto grabaciones de interpretaciones corales, como Hanan Pacha, en este lugar; imagino cómo se habrán sentido las personas que estuvieron en la entrega-concierto del órgano restaurado para la comunidad. Para estar más tranquilo compré un libro sobre la iglesia, un cd con la música de ese concierto. Fabuloso. (https://www.wmf.org/downloads/World-Monuments-Fund-Fall2011-Newsletter-ESP.pdf). Este otro catálogo que uno debe de leer antes de ir a Cusco y ver otros lugares que, muchas veces, no salen en los paquetes turísticos (http://rutadelbarrocoandino.com/wp-content/uploads/2015/05/AF_RBAnew_catalogo2015_V18_RGB_WEB.pdf). Y para oír Hanan Pacha, este el lugar indicado (https://www.youtube.com/watch?v=S7Z5bf-x2V0). [..]”. Lastimosamente en esta oportunidad no hubo más libros ni CD. Parece ser que se les habían agotado el material bibliográfico. El lugar es bastante fotogénico. El pueblo en sí ha tenido una transformación positiva por el flujo de visitantes. Pero la pandemia los ha golpeado, como cualquier centro que haya dedicado el principal rubro de su actividad económica en el turismo. Esperemos que vaya mejorando. 




Luego de esta pausa, nos embarcamos en nuestro segundo objetivo: habíamos decidido ir a la capilla de Canincunca y la laguna de Urcos ((Qoyllurcocha) y de ahí tomar el camino de retorno a Cusco con parada en Lucre para almorzar en un lugar recomendado. Ahora sí, íbamos por algo nuevo. Esta capillita está muy cerca de la laguna y el pueblo de Urcos. Canincunca significa “cuello mordido” (raro). Está sobre un adoratorio de la cultura Wari, que tuvo una fuerte presencia en la zona (cerca están Piquillacta y Rumicolca). Aunque pequeña, es una joya por la profusión de sus paredes pintadas y su pequeño altar barroco presidido por la Virgen Purificada o Virgen de la Candelaria, como una buena mamacha que caracterizó a la imaginería cusqueña del siglo XVII y XVIII. Las paredes y techo están pintados con detalles naturales; parece que era el estilo de la época y me hizo recordar la bella capilla de La Compañía de Arequipa. Además, tiene muchos detalles que asemejan a la trama de textiles, que era otro detalle de entonces. Interesante. Los textiles eran elementos importantes, poderosos en la cultura local. Lo interesante es también ver el cementerio local que se halla adyacente al conjunto religioso, en una colina; esa distribución le da un aspecto fuera de lo común que marca el paisaje del lugar. Y hacia la mano izquierda, la laguna. Aparte de la página de la Ruta del Barroco, hay un documento de 1980 que describe la reconstrucción de la iglesia. Y han respetado el documento en sí (escrito a máquina de escribir) y vale la pena leerlo:  https://repositorio.cultura.gob.pe/handle/CULTURA/879?locale-attribute=en. Gracias a la iniciativa de Verónica, nos dirigimos hacia la laguna y logramos dar una vuelta al lugar para conocer de más cerca los cambios que está “sufriendo” el lugar: construcciones no muy felices que rompen la armonía del lugar. Hay un raro concepto de modernidad al colocar inmensas construcciones de ladrillo con vidrios traslúcidos de color morado y con paredes sin acabados que comienzan a desentonar agresivamente con el espacio en el que se ubican. Este es un mal en todo nuestro país: el mal gusto y la pésima costumbre de no enlucir paredes laterales e, incluso, principales. Una pena. Y es una amenaza en Cusco: vimos cómo construcciones totalmente fuera de lugar comienzan a crecer como hongos en los diversos barrios de su casco antiguo como San Blas, por ejemplo.







Terminado nuestro recorrido por las estrechas vías que rodean la laguna, nos fuimos a nuestro siguiente objetivo: la Iglesia de Huaro o San Juan Bautista de Huaro. Esta zona fue una reducción de población indígena para su cristianización y asimilación, la iglesia tiene un altar mayor bastante interesante; pero lo más destacado son los murales hechos por un pintor del siglo XVIII: Tadeo Escalante. Los murales tenían esa función de ser muy explícitos con una población que no sabía leer la forma de escrituras, pero sí había una gran capacidad lectora en los murales, los que muestran diversas imágenes de la imaginería religiosa católica de la época. Esto dice un texto al respecto: “[..] El Templo colonial de Huaro, construido entre los siglos XVI y XVII, es de estilo barroco y en su interior se conservan murales empleados durante el proceso de evangelización y firmados en 1802 por el artista cusqueño Tadeo Escalante. Fue el máximo representante del arte mural cusqueño de fines del siglo XVIII e inicios del siglo XIX. Es un verdadero prodigio del arte mural. Los murales miden, aproximadamente, de 3 a 4 metros de largo por 2 metros de altura. El arte es de una belleza desconcertante y terrorífica. [..]” (https://www.fundacionendesa.org/es/prensa/noticias/2014/octubre/templo-juan-bautista#:~:text=Huaro%2C%20Cusco%20(Per%C3%BA)&text=El%20Templo%20colonial%20de%20Huaro,el%20artista%20cusque%C3%B1o%20Tadeo%20Escalante.&text=El%20arte%20es%20de%20una%20belleza%20desconcertante%20y%20terror%C3%ADfica.) Para más lectura, este blog también contiene información interesante: http://blog.pucp.edu.pe/blog/juanluisorrego/2009/02/03/quispicanchi-cuzco-la-iglesia-de-huaro/





Luego de esta visita, nos fuimos en dirección a Rumicolca, lugar que siempre quise visitar en mis anteriores andanzas cusqueñas. El lugar es un asentamiento Wari que, parece ser, tenía por objetivo controlar el acceso hacia el valle cusqueño desde el Sur. Los Inca intervinieron el lugar y usaron las mismas estructuras y las comenzaron a cubrir con piedras pulidas (andesita). Ahora, todo esto es hipotético, pero tiene cierta lógica. Aquí más datos:  https://arqueologiadelperu.com/portada-de-rumiqolqa-ciudad-prehispanica-de-pikillacta-cusco/. El espacio es impresionante y nos permitió ver la laguna de Huacarpay, cerca de Lucre y el hermoso cielo azulado, el cual súbitamente se volvió oscuro y comenzó una tenue lluvia. Por tal motivo, nos fuimos al auto para ir a nuestro siguiente objetivo: almorzar en Lucre. 





Con el fin de cortar camino, nuestra guía tomó un sendero asfaltado que rodeaba dicha laguna que se inicia desde el balneario de Huacarpay. Lucre es famoso por su arroz con pato y la trucha (hay muchas granjas). Como en Trujillo en Los Patos, uno escoge el pez que uno quiere comer: una acción un poco tétrica. Nos habían recomendado el restaurante Cristo Rey: llegamos casi con la lluvia ya desatada; bajamos del auto y nos fuimos a ubicar un lugar guarecido. Parece ser que llegamos un poco tarde, pues el servicio fue lento y los platos tanto de Chino como el mío no fueron buenos. Una pena, pues habíamos puesto mucha expectativa gastronómica. En fin.

Ya cerrando nuestra jornada, nos fuimos en dirección de Oropesa, la ciudad del pan chuta. En nuestra ruta, fuimos a visitar a una compañera de trabajo de Chino y Verónica. No estaba en su casa, pero se aprovechó en comprar un helado como postre. Llegamos a Oropesa ya un poco cansados. Compramos panes grandes que se venden ya embolsados y luego nos fuimos a ver la portada de la iglesia del pueblo. San Salvador de Oropesa es un edificio hecho en piedra y tiene también, como Huaro, un campanario en espadaña. Nos contentaremos con la información que se da de manera virtual: https://www.facebook.com/1857047297910068/posts/templo-de-oropesa-cuscola-iglesia-de-san-salvador-de-oropesa-es-toda-de-piedra-c/2786483344966454/. Aquí más información: http://blog.pucp.edu.pe/blog/juanluisorrego/2009/02/02/quispicanchi-cuzco-la-iglesia-de-oropesa/.




Ya bastante cansados retornamos a Cusco. Dejamos a Chino y Verónica. No estábamos muy seguro de vernos esa noche, pero sí al día siguiente, víspera de Año Nuevo para hacer las compras en el mercado de San Pedro. Llegamos al hotel y Goyo había coordinado con Ricardo y María para verse más tarde. Mi garganta no iba bien. Luego de un buen reposo, quedamos en vernos a las 7:30 pm en el Café Restaurante que se volvió el punto en nuestra permanencia en Cusco: el Café Plaza. Tuvimos una buena y larga conversa, entre chismes, risas y experiencias de nuestros años universitarios. Genial. Momentos que uno debe de tener para saldar vacíos de la memoria. Nos despedimos de ellos y tomamos nuestro usual taxi para ir a descansar. Fin de esta jornada.






domingo, 2 de diciembre de 2018

CUARTO DÍA EN CUSCO: PISAC, PIQUILLACTA, ANDAHUAYLILLAS, TIPÓN, OROPESA





02 de octubre. Luego de haber visitado Machu Picchu el día anterior, nos íbamos a visitar varios lugares, uno de los cuales iba a ser nuevo para mí: Tipón. Luego de un sueño reparador de la larga jornada entre trenes y buses de la visita del día anterior, esta iba a ser en nuestros buses para ir a Pisac, Pikillacta, Andahuaylillas, Oropesa y Tipón. Íbamos a almorzar en el camino e íbamos a hacer muchas visitas. Un buen desayuno en el hotel y salimos raudos en dirección de Pisac. Este lugar no pudimos visitarlo previamente debido a la lentitud del grupo para poder desplazarse rápido, tal como nos pasó el primer día que se perdió la visita a Sacsayhuaman.








En el camino nos detuvimos a hacer algunas compras simpáticas en Ccorao. Varios puestos de artesanías nos esperaban en el primer alto de esta visita. En realidad, se pidió que los chicos compren las artesanías, puesto que al día siguiente nos íbamos a otros lugares pendientes y no iba a tener la mañana libre; además teníamos que estar temprano en el aeropuerto para nuestro retorno a Trujillo, vía Lima. Pisac lo había visitado varias veces. Fue en 1991 que hice una visita prodigiosa con Cecilia Eguiluz y otras personas. Le habían prestado un auto y así pudimos movilizarnos de manera independiente y sin prisas a los lugares que queríamos. En esta oportunidad, hicimos una visita relámpago a lugar tan interesante como lo es Pisac. Es un lugar que merece ser visitado disfrutando sus restos arqueológicos y cómo estos han armonizado con el paisaje impresionante que tiene. Aquí coloco información sobre el sitio ( http://www.arqueotur.org/yacimientos/parque-arqueologico-de-pisaq.html). Todo indica que era un lugar creado por Pachacútec para su uso “personal”. He aquí un texto al respecto (https://www.arqueologiadelperu.com/pisac-la-hacienda-real-de-pachacutec/?print=pdf). Hay bellos acabados en los edificios y construcciones que quedan en pie. Ahora hay varias zonas en restauración. Lo ideal es ir por los senderos que serpentean por el cerro. Lastimosamente esto no pudimos hacer, pues el tiempo apretaba y faltaban otros sitios interesantes por ver. Vale la pena leer la tesis siguiente para conocer el potencial del lugar (http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/123456789/6669/FATULE_JUAN_PAISAJE_CULTURAL.pdf?sequence=1) En anteriores oportunidades visitábamos el pueblo para ver su mercado en plena plaza y algunas tiendas que te venden extraños objetos. En una visita hace a inicios de este siglo compré una escultura hecha en hueso de llama con forma antropomórfica y cuyos ojos son piedras turquesas. Seguimos nuestro camino, ahora hacia Pikillacta. En el camino vimos a lo lejos el Santuario del Señor de Huanca, imagen muy venerada en la zona. Aquí tenemos unas breves historias del mismo (http://www.cuscoenportada.com/conozca-la-historia-del-senor-de-huanca) (https://reporteobligado.com/reporte-senor-de-huanca-fe-de-montanas). Nosotros íbamos en una carretera en paralelo al río Vilcanota. La ruta se bifurca, una para Paucartambo y la otra hacia nuestro objetivo.







Pikillacta me sorprendió gratamente. Ahora hay una suerte de garita de control en la que se halla un pequeño museo de sitio que tiene, entre otras piezas, un esqueleto de gliptodonte, hallado en la zona. Pikillacta es un sitio wari, el poderoso imperio que se extendió por los Andes. En la sierra liberteña hay varias evidencias, siendo Wiracochapampa, cerca de Huamachuco, uno de sus más interesantes evidencias. El trazado de la ciudad me hizo recordar a Pachacamac (otro sitio wari) y Wiracochapampa. El sitio ahora está más limpio y se ha intervenido acertadamente en la restauración. La limpieza de maleza es importante, además, para poder apreciar en toda su dimensión, este sitio arqueológico (http://cosituc.gob.pe/pikillaqta/) . Este blog de Catherine Lara tiene buena información del lugar (http://arqueologia-diplomacia-ecuador.blogspot.com/2011/02/pikillacta-un-sitio-wari-en-el-valle.html).



El siguiente lugar a visitar es la maravillosa iglesia de Andahuaylillas. Ahora la visita ha sido para mí un deslumbrante reencuentro con este bello monumento. Uno ve la iglesia desde afuera y no vislumbra la maravilla que uno va a encontrar en el interior. Es camino al éxtasis. La iglesia muy bien restaurada, muebles, paredes, lienzos, marcos, altares, imágenes; todo restaurado. Ha sido una gratísima visita y me hubiera gustado oír el órgano que fue restaurado con el apoyo del gobierno francés. He visto grabaciones de interpretaciones corales, como Hanan Pacha, en este lugar; imagino cómo se habrán sentido las personas que estuvieron en la entrega-concierto del órgano restaurado para la comunidad. Para estar más tranquilo compré un libro sobre la iglesia, un cd con la música de ese concierto. Fabuloso. (https://www.wmf.org/downloads/World-Monuments-Fund-Fall2011-Newsletter-ESP.pdf). Este otro catálogo que uno debe de leer antes de ir a Cusco y ver otros lugares que, muchas veces, no salen en los paquetes turísticos (http://rutadelbarrocoandino.com/wp-content/uploads/2015/05/AF_RBAnew_catalogo2015_V18_RGB_WEB.pdf). Y para oír Hanan Pacha, este el lugar indicado (https://www.youtube.com/watch?v=S7Z5bf-x2V0). Seguimos en nuestra rauda visita y ahora nos dirigimos hacia Tipón. Antes de llegar al lugar pasamos por Oropesa, la zona del pan famoso. Como hicimos un pequeño alto, logramos comprar el famoso pan chuta que ahora lo presentan de manera atractiva para el viajero. Los colocan en bolsas de papel vistoso. Esta compra llegará hasta Trujillo para ser repartida.





Tipón, aparte de la belleza del lugar, es un extraordinario ejemplo de ingeniería civil. El manejo de aguas es impresionante y han sabido aprovechar este escaso recurso gracias a toda una técnica que ahora se muestra al mundo. Es una visita imprescindible una vez que uno está en Cusco. (https://www.arqueologiadelperu.com/tipon-sabiduria-hidraulica-inca-maravilla-de-la-ingenieria-civil/?print=pdf) (http://www.usmp.edu.pe/vision2017/pdf/materiales/LA_INGENIERIA_CIVIL_EN_EL_TIEMPO_DE_LOS_INCAS.pdf) (https://www.ancient-origins.es/noticias-general-lugares-antiguos-americas/tip%C3%B3n-la-maravilla-ingenier%C3%AD-hidr%C3%A1ulica-los-incas-002510). Esta visita fue para mí una de las más importantes que haya tenido en Cusco.
Nos dirigimos a almorzar (ya un poco tarde) y luego nos enrumbamos a la ciudad. Interesante. Cusco cuenta con una vía de evitamiento que, a medida que ingresamos a la zona urbana más densa, se vuelve en una vía expresa. Cuánto nos falta en Trujillo para ir mejorando nuestro sistema vial. Por la noche nos fuimos a cenar a un simpático restaurante con un show en vivo. Así cerramos nuestro penúltimo día.