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Trujillo, La Libertad, Peru
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sábado, 7 de octubre de 2023

BAMBAMARCA, CHOTA Y EL MUNDO MINERO (CRÓNICA DE VIAJE)

 




04 de agosto. Nos toca ahora hacer un periplo hacia el norte, hacia Chota. Un viaje que tenía pendiente a esta parte de la Región Cajamarca. He ido con mucha frecuencia a esta Región desde que la visité por primera vez en 1984 en mi viaje Cajabamba y Cajamarca. Luego he ido con cierta regularidad sobre todo a la ciudad de Cajamarca, cuando trabajaba para una universidad trujillana que tiene una sede allí. Y muchas vacaciones las tomaba en esta ciudad y eso me permitió conocer más allá del entorno citadino y sus joyitas. Chota ha adquirido mucha fama, buena o mala, en los últimos tiempos por diversos personajes políticos que actúan en nuestra realidad. Además, algunos dichos populares como el de “al chotano, ni la mano”, son parte de refrenaría popular. Este dicho surge (no lo sabía) durante la Guerra con Chile (https://todosloshechos.es/que-significa-al-chotano-ni-la-mano). Además, la Región Cajamarca ha tenido estrechos vínculos con Chiclayo y toda su región, una zona de la cual vienen ambos padres míos y, por lo tanto, hay mucha sangre cajamarquina que recorre por todos sus habitantes; basta ver en Chiclayo el número de vehículos (buses, camiones, camionetas) que sale hacia esta región (Jaén, San Ignacio, Chota, Cajamarca, Cutervo) para ver la fuerte migración que ha habido recíprocamente. También lo mismo con Pacasmayo. Recuerdo en la propuesta de regionalización que hubo en el primer gobierno aprista, Pacasmayo se identificaba más con Cajamarca que con Trujillo. Lazos comerciales unen a estas ciudades y la migración ha reforzado esos vínculos. Con todos estos antecedentes salimos, pues, en dirección a Chota, nuestra meta final de ese día. Tomamos nuestro buen desayuno para irnos a esta nueva ruta. César se iba esa noche hacia Tembladera y luego a Trujillo, donde nos encontraríamos el domingo para almorzar en casa. Tomamos el camino hacia Porcón. La granja Porcón la he visitado numerosas veces, por lo que en este viaje no la incluimos. Pero la ruta era esa. Es más, teníamos que pasar por el desvío del lugar hasta llegar a Porcón alto y de ahí hacia la ruta que lleva a Hualgayoc. Al día siguiente tomaríamos la misma ruta para ir a San Pablo y Kuntur Wasi. En el camino vimos la intervención en una gran porción del bosque de pinos que ha sido removido por la empresa minera Yanacocha. Ahora hay grandes montículos de relaves donde hubo bosques extensos de coníferas. Porcón, pese a todos los problemas de liderazgo, es un modelo de cooperativa, sistema socioeconómico que podría ser exitoso en algunas comunidades (https://turismoalperu.com/granja-porcon-el-paraiso-de-cajamarca/). Precisamente fue este extenso bosque de pinos que generaron todo un movimiento turístico que generó (y genera) buenos ingresos a esta cooperativa. El pino es un árbol que genera una serie de actividades (https://agrotendencia.tv/agropedia/forestales/cultivo-de-pino/) y es mucho mejor que el eucalipto, árbol muy bueno para lo medicinal, pero  que genera más deterioro al campo y problemas con la solidez y los recursos hídricos de la tierra (https://ecocosas.com/plantas-medicinales/eucalipto/). Aquí una interesante lectura al respecto, que habla de sus bondades y leyendas negras de su existencia: https://ecoinventos.com/eucalipto-los-mitos-de-un-arbol-maldito/. Por lo contrario, este video tiene un contenido nada positivo para el eucalipto: https://www.youtube.com/watch?v=o5_8oHE3ZJU. Pasamos, como ya indiqué, por la entrada de la Cooperativa y seguimos la ruta a Hualgayoc. Pasada la bifurcación de la ruta hacia San Pablo, entramos a la zona en la que actúa la minera Yanacocha. La carretera está en muy buen estado, pero fuimos testigos de grandes cerros de relaves donde antes hubo una extensión del bosque de pinos. No sé si esto se recuperará, pues este espacio lo pasamos en el 2018 y vemos un crecimiento de la zona intervenida. Son cerros muertos, tal como lo podíamos distinguir. Esta zona tiene muchas empresas mineras, algunas de las cuales (creo que todas) han tenido conflictos con las comunidades campesinas de la región. Hay un tramo de unos cuatro kilómetros que está sin pavimentar, pues hay un conflicto que raya con lo absurdo. Cajamarca y toda la región ha vivido fuertes conflictos entre el mundo campesino y compañías mineras (https://conflictosmineros.org.pe/noticias/) (https://conflictosmineros.org.pe/wp-content/uploads/2021/12/Revista-Informe-de-Conflictos-Mineros-29-3-1.pdf) (https://www.revistamineria.com.pe/actualidad/diseccionando-los-conflictos-mineros-en-el-peru:-breve-analisis,-deficiencias,-problemas-de-gestion,-propuestas-de-mejora). Esta ruta hacia Chota conecta algunas mineras grandes. 






En el camino llegamos a las Lagunas del Alto Perú, una zona interesante, pero en riesgo de que estos ojos de agua sean explotados por una empresa minera que está instalada muy cerca de estas. Este espacio tiene casi 300 lagunas, pequeñas y grandes, y bofedales. La visión es impresionante (https://siar.regioncajamarca.gob.pe/sites/default/files/archivos/public/docs/alto_peru_.pdf) (https://www.youtube.com/watch?v=kbkuj8SvnR8). A pesar de ser aún temprano (no era ni mediodía), corría un viento helado (estamos casi a 4 mil metros). Estamos en plena zona Jalca o Suni (http://infoandina.org/infoandina/sites/default/files/publication/files/La_Jalca_Peruana.pdf). De ahí seguimos nuestro camino primero hacia Bambamarca. El camino es bastante sinuoso hasta llegar cerca de Hualgayoc, ciudad minera por excelencia. La carretera es penosa por este espacio. Se estrecha peligrosamente y está demasiado deteriorada. Había autos pequeños que iban por esta vía; imagino que estos vehículos acaban destrozados muy pronto. Y es una zona por la que pasan muchos camiones de diversas empresas que laboran en la zona. No ingresamos la ciudad, pues queríamos ir rápido a Bambamarca y Chota. Pasamos por una suerte de vía de evitamiento espeluznante, tan estrecha que sólo podía pasar un vehículo. La carretera estaba bajo reparación y había que parar cada tanto para permitir el paso de vehículos en doble dirección. 




Así llegamos a Bambamarca, que está en las faldas de cerros por lo que sus calles tenían buenas inclinaciones. Estacionamos en la plaza de armas para averiguar más sobre el lugar y nos dimos con la triste realidad que la bella plaza antigua ha sido prácticamente destrozada con moles de varios pisos llenas de vidrios de colores y las paredes laterales de esos edificios sin enlucir. Como habíamos visto la plaza de Cajabamba el día anterior, comenzamos a comentar el peligro que esta ciudad pueda terminar como Bambamarca o, peor, como Chota como lo comprobaríamos luego. Estuvimos no más de una hora; fuimos a la municipalidad para tener información turística y hacer uso de los baños. En una oficina municipal nos comentaron de una necrópolis como Otuzco o Combayo: Ventanillas de Bellavista. Estas las visitaríamos al retorno. 




Subimos nuevamente en la camioneta y nos enrumbamos hacia Chota. La ruta estaba mejor, pero plagada de rompemuelles. Llegamos a Chota pasado mediodía y nos fuimos a buscar un lugar para dejar la camioneta y ver el lugar. Al entrar al centro en sí, nos sorprendió el gran coso que tiene esta ciudad, el cual es visitado por diversos toreros de diversas partes del mundo a realizar faenas (https://www.portaltaurino.net/enciclopedia/doku.php/plaza_de_chota) (https://www.youtube.com/watch?v=pUliC42LhAE). Logramos dejar la camioneta cerca de la plaza principal para ir a ver la plaza y la iglesia mayor. Como ya habíamos advertido, la hermosa plaza que se veía en fotos antiguas, se ha plagado de verdaderas moles antiestéticas. Aquí una idea de cómo era el lugar: https://gentedechota.com/chota/historia-chota/. La iglesia se ve nueva y estaba en proceso de restauración (https://seve126.wordpress.com/2010/12/06/datos-sobre-la-iglesia-de-chota/). Ya estábamos hambrientos, así que preguntamos sobre algún restaurante simpático para ir a almorzar. Un chico nos dio el dato: Chicharronería El sabor chotano RZ. Fuimos al lugar y pedimos el plato de rigor. Fue un error para Maria, quien aún no estaba del todo recuperada del primer día. Una vez concluido nuestro almuerzo iniciamos el camino de retorno. Cuando salíamos de la ciudad de un más de cincuenta mil personas, de aire rural, vimos un restaurante que tenía muchos autos: ese, creo, era el lugar para almorzar. Chicharronería La Curva. El camino ya era más conocido y pudimos llegar con comodidad a Bambamarca. A la salida de este, nos fuimos a un mirador en el que había también un parque de diversiones: Cruz Verde y Juegos Extremos. Luego descubrí este video que nos da a conocer de más espacios atractivos del lugar: https://www.youtube.com/watch?v=MLd1hgJ6LIo.






De ahí seguimos nuestra ruta hacia las ventanillas de Bellavista. Hay una cantera de cal cerca y eso hace un poco riesgosa la entrada. Pero la vista es impresionante (https://www.bambamarca.pe/turismo/2022/11/06/ventanillas-apan-bajo-bellavista-arascorgue-chulipampa-maraypampa-y-llaucan/) (https://www.youtube.com/watch?v=74V-cRWJuZU). Indudablemente que Cajamarca tiene muchos tesoros prehispánicos por mostrar, pero que debe integrarlos a circuitos más extensos y crear instalaciones para facilitar su acceso y atraer a los turistas que aman espacios; fuera de Combayo y Otuzco, hay más sitios como Bellavista. No muy lejos de este sitio arqueológico, hay otro: Ventanillas de Arascorgue (https://www.youtube.com/watch?v=vpsCaRjPDkg). Una riqueza que espero pronto sea mejor difundida; pero hay que mejorar hoteles, infraestructura vial, servicios (restaurantes, posta médicas u hospitales, guías preparados, información simpática, sensibilización en la comunidad, un etcétera que hay que comenzar a trabajar ya. Por ejemplo, el acceso a las Ventanillas carece de señalización y sólo puedes llegar con una buena camioneta; ya identificamos dos falencias. Y luego la carretera, llena de rompemuelles, la única que se conoce aquí para controlar la velocidad. Y peor aún, grandes tramos donde el asfalto es aún un sueño y sectores, como el cercano a Hualgayoc, plagado de huecos en el que un pequeño auto puede desaparecer de la faz de la tierra. Tanto por hacer. Así llegamos a Hualgayoc, esquivando huecos. Decidimos entrar a la ciudad para evitar la carretera de evitamiento que es de terror. Hualgayoc es un pequeño pueblo minero que tuvo su esplendor tal como se ve en el libro Hualgayoc, riqueza y tradición de William Guillén y Pepe Chávez Tejada. En este vemos toda la historia de este lugar, desde tiempos prehispánicos hasta poco antes de su edición en 2019. En el texto, encuentro el nombre de ingenieros italianos apellidados Zas Friz, apellido de un amigo de mis tiempos universitarios. También leí este texto que da otra visión de este pueblo: https://cajamarcaaldia.com/hualgayoc-la-tragedia-de-un-pueblo-minero/. Pasamos rápidamente por el lugar, pues ya se estaba haciendo un poco tarde y queríamos regresar con la luz solar todavía. Los tramos cercanos a Hualgayoc son penosos y peligrosos con tramos asfaltados y de trocha. Ya la llegar a las Lagunas de Alto Perú hasta Porcón la ruta fue más tranquila. El descenso desde Porcón Alto sí puede ser lento, pues la ruta de entrada/ salida de Cajamarca y sólo hay un canal para cada dirección. Llegamos casi a las 7 pm. César iba a viajar ese día, fue a ver sus cosas. Fuimos a cenar al restaurante del hotel Costa del Sol en plena plaza de armas. César nos iba a dar el alcance. Primero fui a guardar la camioneta y luego nos encontraríamos con César para despedirlo yéndonos al Fri.to restaurante también en plena plaza (https://es.restaurantguru.com/Frito-restaurante-Cajamarca). 







La pasamos muy bien, pues había una banda en vivo que se llamaba Los Banana. Buena música cover, tan buenos que me parece que pueden estar en la próxima Fiesta de la Música de la Alianza Francesa de Trujillo. Genial y el lugar es simpático.

Fin de nuestro tercer día. Al día siguiente nos íbamos a Kuntur Wasi.

martes, 19 de septiembre de 2023

CAJAMARCA, UNA NUEVA VISITA (CRÓNICA DE VIAJE)

 





01 de agosto. Todavía me quedaba una semana de vacaciones. Carmen Ortega, una buena amiga española, estaba de visita por Perú y con María habíamos coordinado para ir a Cajamarca por unos cuantos días. César Alva, otro buen amigo, ya había hecho todas las reservaciones necesarias (hotel) para ir con tranquilidad, pues estas semanas son temporada alta y el hotel estaba lleno. Además, gracias a un sobrino de César, nos habíamos contactado con un señor para que nos alquilase una camioneta por esos días: íbamos a estar cuatro días en la ciudad y sus alrededores. Este viaje era descubrir varias cosas de manera personal; gracias a la guía de César pudimos llegar a nuestros destinos fuera de Cajamarca. Las últimas visitas han estado signadas por trechos como Celendín y Balsas, o San Pablo. Ahora queríamos ir a Cajabamba por el sur y Chota por el norte. Íbamos a salir el martes 01 por la noche por Línea. Habíamos almorzado con Carmen y María en el Club Central, y María pidió una sopa criolla que no le iba a caer nada bien y que iba a marcar nuestra visita. En el viaje terrestre a Cajamarca, Maria estuvo bastante mal. Quizás hubiera esperado tomar un desayuno ligero, pues por la tarde no iba a estar bien.





02 de agosto. Llegamos a Cajamarca muy temprano, ya nos estaban esperando en el Hotel El Cabildo, no lejos de la Plaza de Armas. Nos instalamos provisionalmente en un cuarto hasta que nos cambiaron a otro más amplio y cómodo. Tomamos un buen desayuno con el delicioso “pan de piso” que hay en esta ciudad. César vino a vernos y se coordinó el recojo de la camioneta, la que nos entregaron casi a las 10 de la mañana. Ya con vehículo decidimos ir primero a Polloc, una zona que tiene un proyecto con los salesianos que han permitido la construcción de una bella iglesia y la instalación de talleres para una comunidad con una artesanía y creatividad tan ricas. Tomamos la ruta para los Baños del Inca y con ayuda de César fuimos yendo por ciertos lugares para evitar el tránsito. Además, nos premunimos de protector solar, pues el sol sí quema. El trayecto mostraba un tráfico considerable para llegar al lugar, cuyo acceso ha sido cambiado al que yo recordaba. A nuestra llegada, llegaron otros vehículos más. La primera vez que lo visitamos no había mucha gente, ahora hay más fluidez de turistas. Llegamos a la entrada. Son los mismos pobladores los que están a cargo del lugar que va creciendo cada vez más. La primera vez que fui a este lugar fue en el 2015, durante los carnavales y la visita fue genial. Aquí la crónica de esta primera visita (https://elrincondeschultz.blogspot.com/2015/02/polloc-y-los-carnavales-cajamarquinos.html). Hicimos una segunda visita también con María y su hija en ese mismo año en octubre (https://elrincondeschultz.blogspot.com/2015/12/cronicas-arequipenas-y-cajachas.html). Esta era nuestra tercera oportunidad. Cabe recordar que en la segunda visita hubo cosas que no fueron del todo simpáticas, pero en esta tercera, como se dice, va la vencida. Todos salimos satisfechos y mucho más Carmen, pues para ella era la primera vez que iba. De esa visita, hace ya 8 años, hay varios cambios. Por ejemplo, el altar tenía una puerta lateral de salida al patio, ahora ya no existe tal, han arreglado la plazuela de entrada, y el espacio intervenido con las piedras incrustadas es cada vez mayor, por lo que es mayor el cuidado y, como veremos luego, la influencia de este estilo se ha comenzado a expandir por otras pequeñas ciudades (https://turismoalperu.com/iglesia-polloc-hermoso-santuario-escondido-cajamarca/) (https://www.youtube.com/watch?v=pIvYmcFCjiI). En el lugar presenciamos una acción que muchos turistas suelen hacer, sea por ignorancia o por poco respeto del lugar: treparse a lugares para tomarse fotos poniendo en riesgo a las personas y al lugar. Hace poco vi en redes cómo un turista borracho irlandés rompió el brazo de una estatua. Aún recuerdo a unos estudiantes limeños que llegaron a la Huaca del Dragón y unos infelices (no cabe otro término, aunque pueden ser de mayor calibre) comenzaron a jugar con los muros de los restos arqueológicos Anteriormente habíamos estado en el lugar y habían instalado un espacio pabellón para poder vender sus trabajos artesanales, pero era pequeño; ahora es más grande y la oferta de trabajos es más variado y con mejores acabados; había cosas muy bellas y Carmen se puso a meditar qué llevar. Había trabajos primorosos en piedra de colores, pequeños trabajos de madera, unas interesantes lámparas estilo art-déco (ese mobiliario que ves en muchos museos europeos) (https://www.ifema.es/noticias/arte/que-es-el-art-deco-artistas-obras-mas-importantes) y también de Art Nouveau (https://htdeco.fr/es/blog/Mueble/muebles-art-nouveau). Imagino que los padres italianos y los voluntarios que llegan al lugar han influido en desarrollar esta interesante estética entre los artesanos. Hay que darse una vuelta para ver las lámparas y algunos muebles de madera y otros utensilios decorativos que están haciendo. María se estaba sintiendo mal por lo que estuvo sentada un buen rato fuera del local. Ya era más o menos las dos de la tarde y nos fuimos a almorzar. César sugirió ir a almorzar a Encañada o La Encañada que no se halla lejos de Polloc (unos 43 km). Llegamos a la Plaza de Armas del lugar y dejamos la camioneta estacionada en la plaza en un sector cerrado al tránsito, la calle que daba a la puerta principal de la iglesia principal. Almorzamos lo que abunda en la zona: trucha. Encañada es un distrito creado por Ramón Castilla (https://munilaencanada.gob.pe/index.php/turismo/resena-historica). Como muchas regiones mineras, disfruta de canon minero y esperemos que se esté dando buen uso de este, pues se han visto tantos casos de corrupción de todas las partes involucradas. Ya hemos visto cómo autoridades incapaces han hecho gastos en construcciones inútiles como cosos de toros o monumentos a la ojota, por ejemplo. Este poblado pudo contar recién con un hospital equipado tras haber tenido la construcción paralizada por más de 8 años. Lo que sí pudimos constatar fue que la iglesia principal está siendo intervenida por los mismos artesanos de Polloc, dándole un aire medio bizantino. Al culminar la iglesia, esta va a ser un atractivo turístico; pero, personalmente, espero que haya la voluntad de tener servicios de salud y educación de calidad, tan necesarios para salir de la pobreza y la crisis en las que periódicamente vivimos.





Decidimos retornar a Cajamarca para buscar un lugar dónde dejar la camioneta, pues el estacionamiento que dispone el hotel estaba lleno. En el retorno decidimos ir por las Ventanillas de Otuzco. Cuando fui aquí la primera vez en 1986, este sitio arqueológico estaba lejos de la ciudad; ahora ya es una amenaza para el lugar; ya está muy poblada y muestra lo que es la pesadilla de todas nuestras ciudades: el caos urbano y las construcciones sin ninguna medida de seguridad. Volviendo a lo del sitio arqueológico, lo he visitado muchas veces (https://cajamarcaperu.org/lugares-turisticos/ventanillas-de-otuzco/). Pero Cajamarca tiene muchas de estas necrópolis, algunas mucho más grande, pero que no son visitadas por no tener servicios para atender al viajero, como es el caso de Combayo, impresionante lugar que he visitado en dos oportunidades. Aquí la crónica de mi última visita a este interesante lugar: https://elrincondeschultz.blogspot.com/2015/12/cronicas-arequipenas-y-cajachas.html. (https://cajamarcaperu.org/lugares-turisticos/ventanillas-combayo/). Pero en este viaje iba a descubrir otras ventanillas grandiosas, las de Apan, cerca de Bambamarca, las que visitaría dos días después. Bordeamos el aeropuerto y entramos a la pesadilla que se ha vuelto el tráfico de esta ciudad, llena de mototaxis que invaden todas las calles. Logramos dejar la camioneta cerca del hotel y dejamos a María en el hotel para que descanse. Fuimos a caminar la ciudad y nos dirigimos al siempre interesante Complejo Belén. Gracias a César por sus conocidos, nos permitieron ver el interior del templo y luego visitamos una interesante exposición sobre Kuntur Wasi, exposición que nos animó vivamente a visitar San Pablo, el museo de sitio y el sitio arqueológico el último día de nuestra estancia. La iglesia de Belén es siempre una maravilla y es una visita obligada para ver una gran manifestación del barroco en nuestro país (https://issuu.com/saldivar2003/docs/portafolio_iglesia_belen_cajamarca_-_saldivar_gera) (https://elperuano.pe/noticia/95581-arte-historia-y-cultura-de-cajamarca-con-un-click). En las salas de exposiciones está una dedicada a un gran pintor indigenista regional Andrés Zevallos, quien falleciera en abril del 2017 (http://www.cajamarca-sucesos.com/cajamarca/promocion_1965/biografias_de_profesores_promo_1965/zevallos%20de%20la%20puente%20andres.pdf) (https://www.cronicaviva.com.pe/columna/andres-zevallos-de-la-puente-el-pintor-de-cajamarca/). Fue una extraordinaria visita.






De ahí pasamos a la iglesia de San Francisco para visitar las catacumbas, pero era muy tarde. Con César y Carmen nos fuimos a ver qué cenábamos hasta llegar a una pizzería en el Pasaje San Martín. Comimos algo ligero, pues tenía urgencia de guardar la camioneta. Vimos un estacionamiento ubicado en la calle Amalia Puga, lugar en el que dejaríamos el auto los días siguientes. Así terminamos nuestra primera “jornada”. Al día siguiente iríamos a Cajabamba.





domingo, 10 de junio de 2018

SAN NICOLÁS Y LLACANORA, CAJAMARCA VIEJA (ÚLTIMO DÍAS EN CAJAMARCA)





Sábado, 31 de marzo. Cumpleaños de María. Último día para sacarle el jugo a la camioneta, pues el domingo, que solo íbamos a estar hasta un poco más allá del mediodía en Cajamarca de retorno a Trujillo. Fue un día con viajes cortos, pero no por ello menos interesantes. Ese día el periplo no iba a ser muy lejos de la ciudad. Habíamos decidido visitar una laguna de San Nicolás, gracias a las recomendaciones de César Alva. Así pues, con el fin de no llegar exhaustos por la noche para ir a una buena cena, decidimos hacer este corto periplo. Partimos por la misma ruta que habíamos tomado el día anterior para Celendín. A cierta altura de la carretera, mucho antes de llegar a Polloc, ingresamos a un desvío que nos tomó un largo trecho para llegar a la laguna. En realidad, fue errada la vía que habíamos tomado, pues la ruta indicada era la que llevaba a Llacanora y Namora. Felizmente, las distancias y el paisaje que íbamos viendo recompensaba nuestro extravío. Llegamos a San Nicolás, una laguna simpática con regular cantidad de junco y varios patos serranos que han hecho su hábitat regular. Los patos han aprendido a convivir con los humanos, pues este lugar es empleado como un lugar de esparcimientos por los cajamarquinos y los visitantes como nosotros. En realidad, el sitio se ha convertido en un parque recreacional lleno de juegos de adrenalina, como el que experimentamos en Iquitos. María y yo decidimos hacer una visita por la laguna con un kayak. Portando nuestras cámaras, nos subimos a uno y nos fuimos a tomar fotos a los patos y algunas atracciones acuáticas (raros insectos de largas patas que flotan y se desplazan por las aguas). Decidimos almorzar en la zona, había un simpático restaurante en el cual ordenamos trucha. Esperamos un rato aprovechando refrescarnos con una cerveza. La trucha frita estuvo buena. Una vez culminado nuestro almuerzo nos enrumbamos a Llacanora para ver las cataratas del lugar. La carretera está en buen estado; nos fuimos despacio para no extraviar el camino, pero esta vez las indicaciones eran correctas, fuera de que en la carretera hallamos la orientación adecuada. Un problema muy generalizado en nuestras ciudades y zonas de interés es la escasez de señalética: o no la hay, o de existir es inadecuada. Felizmente al llegar al lugar se nos dijo que se podía ingresar con la camioneta. Eso fue lo que hicimos, tomamos una estrecha senda por la cual previamente había pasado un camión; si tal vehículo pasaba sin problemas, el nuestro iba a pasar con comodidad. Llegamos al punto en el que dejamos la camioneta para ir a buscar las cataratas (son pequeñas) que tienen la denominación de hembra y macho. El lugar es simpático. Hace varios años fui al lugar y no había señalización alguna; ahora tienes información en diversos carteles, lastimosamente algunos han sido dañados o pintarrajeados, actos de incultura cívica. Pobres imbéciles.






Una vez culminada nuestra visita a ambos lugares, regresamos temprano con el fin de devolver la camioneta, no sin antes haber hecho algunas compras finales como ropa y artesanía que María quería llevar a Trujillo como ollas de barro y platos de igual material. La cosecha fue bastante buena, pues hicimos buenas compras finales. Llegamos temprano a nuestro hotel, previa llamada al dueño de la camioneta; ya habíamos cargado de combustible para dejarlo tal como se nos entregó. María se encargó de entregar el vehículo, pues me estaba duchando. Por la noche nos fuimos a cenar al Hotel Costal del Sol, el Páprika, para cenar riquísimo. Hay una buena carta que ofrece buenas fusiones de productos oriundos con comida internacional. Una vez terminada la cena, nos fuimos un rato al bar a tomar una última copa en nuestra última noche en Cajamarca por esta vez. Cerramos nuestra visita nocturna con la visita de algunas iglesias, siempre La Recoleta, preparándose para la misa de resurección y fuimos a algunos locales a ver artesanía.




Al día siguiente, 01 de junio, último día en Cajamarca, nos levantamos temprano para dejar todo ordenado; María tenía varias cosas por llevar. Una vez terminado nuestro opíparo desayuno, arreglamos las últimas cosas que faltaban embalar para poder hacer una caminata por la ciudad para fotografiar sus bellas casas antiguas. Además, por primera vez entré a la iglesia de San Pedro ubicado en una simpática plaza. También tuve oportunidad de detenerme a ver con más detalles el Arco del Triunfo de la Calle Comercio, detalle que nunca tuve el tiempo de observarlo y conocerlo más. Aquí más detalles de la calle (http://cronicascajamarca.blogspot.com/2010/06/jr-del-comercio-ayer-y-ahora.html). Como María buscaba aún algunas cosas, nos fuimos al mercado donde pude ver todo un  mundo que yace a veces oculto para muchos turistas.





Cajamarca tiene numerosas casas con bellas portadas, algunas de las cuales están muy descuidadas o ya en franco deterioro. Se ve, paulatinamente, el deterioro de la misma. Espero que haya la buena voluntad de preservar con más celo este bello centro. Recuerdo el segundo día a un mexicano que se coló con nosotros para sacar la camioneta. La portada de la casa es impresionante, pero es solo un cascarón. El mexicano había perdido la oportunidad de haber viajado con otros amigos a Cuzco, por lo que decidieron enrumbarse a Cajamarca y luego Chachapoyas. Para él, Cajamarca fue todo un hallazgo impresionante. Espero que sea siempre así. Ya depende de sus habitantes de seguir siendo el asombro para los demás.