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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 17 de diciembre de 2023

ENEMIGOS SOCIALES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 17 DE DICIEMBRE)

 



La semana que termina nos ha permitido identificar enemigos fácilmente reconocibles y los ocultos que surgen en momentos críticos como los que estamos viviendo. Tanto a nivel local como nacional, estamos siendo testigos de ataques contra los ciudadanos de manera directa.

Tras la caída de la cuestionada Fiscal de la Nación, muchos de los congresistas involucrados en las fechorías de Patricia Benavides buscan argumentos para detener la acentuada apertura de la caja de Pandora en el que se volviendo este caso: las redes simpatizantes de los congresistas de todas las bancadas lanzan ideas tratando de desprestigiar a la JNJ. Una campaña de mostrar los sueldos de la Junta se volvió en un búmeran al anunciarse la desorbitante ganancia que van a tener estos congresistas, cínicos, que tratan de sacar provecho de su puesto poniendo en entredicho sus funciones: representar a la sociedad para buscar su bienestar legislando adecuadamente en pro del bien común. Estos individuos atentan contra la calidad universitaria, la institucionalidad de los partidos políticos, la promoción de justicia y la independencia institucional de organismos del Estado. Es verdaderamente lumpen lo que hallamos en estos personajes. Sin embargo, ahora podemos ver a algunos medios que solían defender a estos personajes que comienzan a resquebrajarse ante tamaño despropósito.

Por otro lado, el Centro Histórico de Trujillo y varias vías de tránsito masivo han sido cerrados de manera casi sorpresiva e intempestiva sin ningún plan de contención. El desconcierto y malestar de la ciudadanía no se hizo esperar. Hubo cancelaciones que afectaron a varios negocios, fuera del número de horas-hombre perdidas ante un tráfico insoportable, generando mayor contaminación gracias al viejo parque automotor que tenemos (veamos la cantidad de unidades de transporte público de gran antigüedad que circula), estrés entre las personas y las pérdidas causadas a establecimientos formales en plena campaña navideña. Cierto es que las calles y avenidas nuestras necesitan una urgente reparación. Pero, ¿será esta reparación lo suficientemente buena para soportar las lluvias habida cuenta de que no contamos con ningún sistema de drenaje, por ejemplo? ¿Coordinó con el área respectiva para ver la reducción de cables aéreos que según la autoridad edil serán erradicados? ¿Hubo alguna planificación y aviso a los residentes y negocios establecidos en el centro para que tomasen las medidas necesarias? ¿Se diseñó un plan alternativo para que el tránsito fuese desviado adecuadamente? ¿Qué pasa si los bomberos y las ambulancias en emergencia se encuentran con este atolladero y no cumplen con sus debidas funciones? ¿Quién asume esa responsabilidad en caso de haber pérdidas humanas? Tal como sucede en ese impopular congreso nacional, las autoridades locales actúan a espaldas de la ciudadanía, pues saben que tendrán la inacción por respuesta. ¿En eso hemos quedado como ciudadanos?


domingo, 12 de noviembre de 2023

CIUDAD DECADENTE (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 12 DE NOVIEMBRE)

 


Noticias van, noticias vienen. Acontecimientos que identifican a nuestra vecindad, a nuestra ciudad, a nuestra sociedad. Tiburones, ferias placeras, vallas descuajadas de murallas antiguas, calles y avenidas plagadas de huecos y sus antípodas, los rompemuelles, Tren de Aragua intimidante, incendios que huelen a cupos; y, para rematar, un Niño amenazante con lluvias que podrían lavar las nuevas estatuas de roqueros nacionales que estarán, imagino, en nuestra Plaza principal. Dicen que las comparaciones son odiosas; pero son necesarias, algunas veces, para poder tomar algunos puntos de referencias. Estuve en Arequipa que sufre en su estructura urbana una verdadera pesadilla: el tráfico. Esa ciudad tiene viaductos, varios puentes a desnivel, menos calles con huecos y rompemuelles, pero el caos vial es patente por la presencia de una gran cantidad de transporte público de pequeñas y medianas unidades; custer, por ejemplo. No tienen las pesadillas que son los mototaxis o los ticos. Aún así, el tráfico es imposible. Hay planes para hacer, como Bogotá, un servicio de grandes buses que erradique todo ese parque automotor antiguo y contaminante; pero eso va a generar un gran problema social por la débil regulación que existe en la otorgación de licencias y permisos de uso de rutas. Fuerte corrupción como lo vemos en todas las ciudades de nuestro país. Y las autoridades no ayudan mucho por esa viciosa simbiosis que se ha generado entre los dirigentes de líneas de servicio público, propietarios de estas unidades y las autoridades políticas que les deben “favores”, entiéndase votos. Esta pesadilla tiene muchas décadas y terminó de hacerse un cáncer cuando el Fujimorato permitió la libre importación de ticos, autos de segunda y otras unidades que son, en realidad, chatarra. Metástasis total. Pero Arequipa, pese a todo, no se ha degradado como está pasando con nuestra ciudad. También hay enemigos de patrimonios, invasores de tierras en zonas intangibles. Pero la ciudad es Patrimonio de la Humanidad y debe mantener ese estatus que le trae réditos a la sociedad arequipeña en su conjunto. Intervenir su Centro Histórico no puede estar sujeto a caprichos de una autoridad que le permita demostrar sus devaneos mentales o sus crisis de megalomanía. Aún recuerdo el mural externo que se encuentra en el cementerio de Pacasmayo en el que un alcalde de los inicios de este siglo decidió ponerse como la cúspide de la evolución del planeta Tierra. Nuestra ciudad está a merced de autoridades y sus exhibiciones, y sus rivales y los contraataques relativos que la van deteriorando cada vez más. Creo que, a estas alturas, ya es necesario expresar con severidad nuestra disconformidad contra estas decisiones despojándonos del prejuicio inculcado en las últimas décadas sobre nuestro derecho a manifestar nuestro malestar; peor aún sabiendo que nuestras autoridades no han sido efectivas en las prevenciones necesarias para el Niño que se nos viene.


domingo, 20 de agosto de 2023

INFRACIUDAD (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 20 DE AGOSTO)

 


En los clásicos filmes de western, veíamos ciudades empolvadas en las que el viento arrastraba arena, polvo y arbustos (aún no había las benditas bolsas de plástico) en las que imperaba la ley del más fuerte, del bravucón. Calles polvorientas por las que circulaban carretas y caballos que establecían ciertas reglas de desplazamiento colectivo en ese momento. Una ciudad del siglo XIX. Las calles no conocían el asfalto y eran pobladas por vehículos de diversas dimensiones que se desplazaban por la fuerza de caballos. Esa era la imagen de una ciudad del Lejano Oeste norteamericano. Dos siglos después, a muchos kilómetros al sur del mismo continente, hay varias ciudades peruanas que se asemejan a esta descripción con algunas variantes y con una conglomeración humana más grande y una presencia vehicular mayor. Pero la descripción calza en muchos aspectos: sucias, con afirmado (carente de pavimentación) y con un comportamiento de jungla de sus habitantes que conducen los vehículos. En este conjunto de ciudades está Trujillo incluida.

Fuera del problema del comportamiento de la población que se desplaza en cualquier vehículo, las condiciones del sistema vial en las que se encuentran casi todas las calles, avenidas y pasajes de nuestra ciudad son deplorables. Una ciudad en decadencia en muchos aspectos. Ya se ha denunciado muchas veces la cuantiosa pérdida que provoca el estado del “pavimento” empleado. Tras la última lluvia de marzo de este año que duró casi tres horas desnudó la calidad (y corrupción) del material empleado en reparaciones que se hicieron apresuradamente como parte del cierre de la campaña electoral de la anterior gestión edil. Calles y avenidas con asfalto novísimo quedaron con grietas y cráteres que son la pesadilla de conductores de todo tipo de vehículos. Lo más indignante es que los usuarios están aceptando esta realidad y afirmación: después de cada lluvia las calles deben quedar dañadas. Es casi una tautología irrefutable: lluvias = huecos. Así vehículos, conductores y pasajeros experimentan una verdad irrefutable en la realidad trujillana. No es una evidencia que no cuestionamos y que esperamos. Como el mito de Sísifo, los trujillanos sabemos que la lluvia debe destruir el asfalto. Y los elementos corruptos involucrados, públicos y privados, alimentan esta idea, pues es negocio lucrativo para ellos. Carentes de drenajes, se construyen rompemuelles en los que las aguas se acumulan que generan más deterioro del ralo pavimento de la calle o avenida que lo tiene. Nuestro sistema vial es totalmente ilógico. La “Autopista” del Sol tiene la aberración de contener rompemuelles: ¡una autopista con rompemuelles! De lo más insano como sistema vial. Cuando comento esto con amigos que nos visitan me explican que, por estas condiciones, esa vía no es una autopista. Trujillo es una ciudad que va perdiendo su calidad de urbe rápidamente. Una ciudad que es cada vez menos atractiva para vivir.



domingo, 1 de enero de 2023

2023, NUEVA GESTIÓN EDIL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 01 DE ENERO 2023)



La gestión edil saliente está cerrando su periodo entre el ridículo y la incompetencia. Es el pequeño universo que encierra la política peruana en general: movidas subrepticias, palabras fatuas y silencios cómplices y fatales para la sociedad en su conjunto. Además, Daniel Marcelo, como despedida, hizo algunos cambios que han lanzado a la calle a varios trabajadores de diversas áreas con el consiguiente descontento social ad portas del nuevo año. APP colocó a estos dos políticos que han terminado en un abierto enfrentamiento para beneplácito de pocos y pesadilla de muchos. Pero nunca hay puntada sin hilo, y esta oscura situación puede ser una gran rémora para la nueva gestión que recibe el gobierno municipal hoy 1 de enero.

La ciudad arrastra algunos problemas puntuales desde décadas: tratamiento de desechos, colapso del sistema vial y seguridad ciudadana. Hay que agregar sistema sanitario y educación que colapsaron durante la pandemia. La última caótica gestión no ha hecho sino agravarlos. Y todos tienen que ser vistos de manera holística para no atacar los problemas de manera parcial o unilateral: por eso, hay que trabajar con la vecindad, el mundo académico, cultural, educativo y empresarial; y rodearse de un equipo de comunicación asertivo y verdaderamente multidisciplinario. Muchos de los problemas que la ciudad tiene son de corte cultural-educativo por lo que se hace necesario abrir canales de comunicación con la ciudadanía en el manejo de desechos sólidos y reciclaje, y el trabajo colaborativo en seguridad ciudadana. Asesoría y coordinación con otras ciudades que han desarrollado planes globales para el tratamiento de la violencia y ornato serán pertinentes y las medidas adoptadas deben ser coercitivas como política ciudadana, difundidas a todos los niveles (importante trabajo articulado con actores culturales y educativos). Hay ciudades que han tenido muchos logros macro: Medellín, Cuenca, Guayaquil y algunos planes desarrollados por Arequipa o Piura, sin ir muy lejos. Un ejemplo: Trujillo todavía carece de un plan en conjunto de mantenimiento de calles: sistema eléctrico, telefónico, agua y desagüe y reparación de calles deberían coordinar permanentemente y de manera expeditiva para intervenir en reparación de calles y avenidas de nuestra deteriorada ciudad.

Esta nueva gestión podría pasar a la historia de planificar un sistema de drenaje y un completo tratamiento de residuos sólidos y líquidos para una ciudad que ve incrementar lluvias que afectan el endeble asfalto, y que arroja 400 toneladas diarias de basura, muchas de las cuales pueden ser recicladas efectivamente. Pero hay un fantasma que recorre toda gestión municipal: la corrupción. El ejemplo del corrupto clan Becerril en Chiclayo deshizo todo un plan de manejo global de residuos con la Cooperación Suiza. La corrupción a todo nivel puede, eso sí, acelerar la corrosión edil en desmedro de la ciudad. ¿Podrán contra ese cáncer?


domingo, 20 de noviembre de 2022

INSEGURIDAD E IRRESPONSABILIDAD (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 20 DE NOVIEMBRE)


Cerramos una semana tensa y con hechos luctuosos. Mientras la inefable clase política (ejecutivo, legislativo e, incluso, el Poder Judicial) hace tontería y media cada vez mostrando la incapacidad y cinismo que los caracterizan, dos accidentes lamentables, signados por la irresponsabilidad, enlutan hogares y acrecientan el sentimiento de inseguridad en nuestra sociedad.

El accidente de la empresa EMTRAFESA segó la vida de trece personas, aunque todavía las cifras son inciertas en el momento que escribo este texto. Una volcadura que pudo evitarse si se hubiera actuado con prudencia y dentro de las normas que deben de regir esta actividad: se habla de la inexperiencia del conductor, del sistema de construcción de una eternamente inacabada Autopista del Sol, del escaso control de la SUTRAN. De haberse cumplido con todos los protocolos, este lamentable accidente se hubiera evitado: un chofer nuevo asesorado por uno de experiencia, el conocimiento del uso adecuado de un óvalo y el uso consciente de todo ciudadano del cinturón de seguridad. Todo indica que la empresa envió a una persona novata que ahora arrastrará en su conciencia la muerte de numerosos pasajeros; que hubo y hay un verdadero desconocimiento sobre el uso de óvalos y rotondas; y que la mayoría de ciudadanos no cumple con las medidas de seguridad como el uso del cinturón. Muchos foráneos ven con asombro nuestro modo de conducir y el total desconocimiento de reglas básicas de tránsito, tanto del sector público como privado. Alguna vez escuché a un dirigente de transporte público que no encontraba sentido del uso de una rotonda u óvalo. Desde este punto ya comenzamos mal. Ante una forma tan agresiva e individualista de los conductores de todo tipo de vehículo, no es extraño que haya graves desastres como el que acaba de suceder.

El segundo accidente pone muchos elementos en entredicho. El fatal hecho que causó la muerte lamentable de dos bomberos y tres en estado grave surge del problema de comunicación en un aeropuerto que se jacta de ser uno de los mejores de Sudamérica. Y el desenlace pudo haber sido más grave de haberse incendiado el avión que trataba de decolar lleno de pasajeros. El incidente también ha desnudado el problema de un país excesivamente centralista. Cerrado el aeropuerto internacional, comenzó el drama para miles de personas que salían o entraban a Lima desde el interior o exterior del país. Un caos total. Es el pago que tenemos por haber permitido que todo sea priorizado en la capital (como el famoso puerto de Chancay, el futuro nudo portuario cercano a Lima). Una situación crítica para la seguridad y continuidad del resto de nuestra nación. Por ejemplo, ayer Trujillo prácticamente quedó incomunicada con el resto del mundo, salvo los vuelos hacia a otras latitudes como Arequipa o Santiago de Chile, que son poco frecuentes. ¿De haber habido una catástrofe de mayor magnitud, nuestro país paralizaría?


domingo, 26 de septiembre de 2021

PESADILLA VIAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 26 DE SEPTIEMBRE)





Mensualmente debo llevar a mi madre al Hospital de Alta Complejidad para su respectivo chequeo. Estas visitas que llevo realizando en los últimos ocho meses me ha permitido verificar el estado de abandono paulatino que tiene todo el sistema vial de nuestra ciudad. En la última visita, el trayecto hacia dicho hospital se ha convertido en toda una verdadera odisea. La avenida José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru), anteriormente identificada como la Panamericana, se ha vuelto una verdadera pesadilla no sólo por su mantenimiento, sino también por el denso tráfico que soporta por el cual discurren camiones, micros, buses, combis, autos y camionetas de todo tamaño, y las infaltables mototaxis: hago destacar esto, pues no es el problema del número de vehículos que pueda llamar la atención, sino la forma de conducir dichas movilidades por personas habituadas, tanto de transporte privado como público, a un tráfico salvaje y con un mínimo de respeto por las normas, dizque, vigentes: ¿falta de autoridad?

El estado de calles y carreteras en nuestra ciudad y región es bastante lamentable: vimos, por ejemplo, toda la increíble demora de asfaltar (no sé si intencional) un conjunto de calles en Huerta Grande, lo que fue toda una pesadilla para los residentes del lugar: los vecinos buscaban desesperados una solución a este problema que traía basura y moscas por haber dejado en abandono el asfaltado: un sector ubicado a sólo media cuadra del Centro Histórico. Ahora hemos visto una “diligente” reparación de calles en las que los huecos son rellenados, una reparación que es verdadero maquillaje el cual será borrado (como todo maquillaje) en las próximas lluvias. Trujillo se ha vuelto una ciudad bombardeada por diversas razones; algunas de estas causas son “contribución” de los mismos ciudadanos al emplear las calles como lavaderos de autos o el tránsito y estacionamiento de vehículos pesados. Algunas calles y avenidas céntricas (San Martín y Miraflores, por ejemplo) convertidas en ríos en cada Niño, aún no restañan sus daños. Ver barrios periféricos a nuestro Centro nos da una idea del gran olvido en que el que se halla nuestra ciudad. Volviendo a la avenida Túpac Amaru, imagino la pesadilla que debe de ser para cualquier vehículo de emergencia (ambulancias) que trasladen a enfermos críticos al destino que les urge. Quizás sea una malévola forma de control poblacional.

Tal como indicamos la semana pasada, en 2022 tendremos elecciones municipales y regionales.  Muchas promesas se harán, varias de ellas apostando por el cemento y construcciones aparatosas, quizás. Pero tener un sistema vial decente para una ciudad que se jacta ser una de las más importantes del país, debería de ser una prioridad tanto municipal como regional. Habrá que ver qué propuestas coherentes tendrán para esta realidad, puesto que el transporte es vital para atender urgencias e incrementar el desarrollo de una zona tan poblada como la nuestra.

domingo, 12 de septiembre de 2021

¿UNA CIUDAD CANGREJO? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 12 SEPTIEMBRE)




T
rujillo tiene, según datos del 2020, una población metropolitana de 1´110,220. En los últimos años, el panorama social ha cambiado sustancialmente. Las migraciones internas y externas han sido un factor decisivo en su crecimiento poblacional. Por ejemplo, según datos del 2017, había una población de 148,992 ciudadanos venezolanos residentes. Casi un 11% de la población total. La coyuntura ha cambiado en algo estos datos, no mucho. La pandemia hizo que muchas personas hayan regresado a su sitio de residencia por la modalidad del trabajo remoto, sobre todo aquellos que residían en pensiones o casa de parientes en otras ciudades como Lima. Eso ha generado otras condiciones especiales, fuera del hecho de que muchos han establecido pequeños y medianos negocios de servicios de todo tipo. La posibilidad de una migración masiva hacia el exterior no será significativa para la presión poblacional que la ciudad tiene. Al igual que otras ciudades de la costa, Trujillo tiene un fuerte déficit de infraestructura en muchos rubros: agua y desagüe, sistema vial, electricidad, interconectividad, reciclaje y manejo de residuos sólidos, sistema de sanidad y salud mental, macroproyectos de impacto ambiental, erosión costera. Un largo etcétera que se ha ido agudizando por diversas razones, muchas de ellas por incompetencia de autoridades pertinentes, así como una acentuada corrupción que afecta todo quehacer de nuestra ciudad. La planificación urbana en Trujillo deja mucho por desear: la reiterada edificación de construcciones, incluso de material noble, en zonas prohibidas son el producto de una extensa mafia de terrenos que incluye no sólo a autoridades, sino al aparato judicial y un grupo de empresarios inescrupulosos que fomentan acaparamiento de terrenos, invasiones o actividades ilegítimas en el Poder Judicial sobre títulos de propiedad. Por falta de control y por la misma corrupción, muchas áreas destinadas a parques y zonas de recreo terminaron convirtiéndose en viviendas; nuestras ciudades ofrecen pocos m2 de áreas verdes por cada uno de nosotros. Sin embargo, algunos municipios han comenzado a desarrollar planes interesantes en pro de sus ciudadanos. Moche, por ejemplo, tiene un plan de acopio para uno de los residuos más contaminantes: pilas de cadmio. Esperemos que estos desechos sean correctamente tratados para tener un plan global. Muchas buenas ideas ecológicas, como clasificar la basura, terminan en sólo buenas intenciones al terminar dichos desechos en un relleno sanitario en el que pululan recicladores y negociantes. Las iniciativas ciudadanas de participar activamente en las políticas urbanas deben de ser apoyadas y promovidas para invitar a más personas a sumarse a estas causas.

PD. Jean-Paul Belmondo ha muerto. Para los cinéfilos, este díscolo actor marcó una época que nos preparó para la Nueva Ola y el Mayo del 68 francés. Feo pero guapo, tuvo una ceremonia digna a su memoria. Bon voyage.

domingo, 24 de mayo de 2020

¿VOLVER A LO MISMO? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 24 DE MAYO TRUJILLO)


Diciembre 2019. Más 250 mil vehículos circulan por las mal tenidas calles trujillanas; de estos, casi un 30 % son de servicio público. Un dato interesante es que, por antigüedad, anualmente unos seis mil vehículos, tanto públicos como privados, deberían estar fuera de circulación; por una u otra razón, la más de las veces política, estos aún circulan poniendo en riesgo a la población y haciendo de Trujillo una de las ciudades peruanas más contaminadas. Ticos, combis, microbuses, colectivos que han pasado de los 20 años de antigüedad siguen ofreciendo servicio con todo el peligro que esto significa, adosado actualmente al hecho de ser grandes focos contaminantes en las últimas semanas. Las horas punta trujillanas están pobladas de choferes irresponsables, tanto particulares como públicos. Pese a la restricción se ha visto a una buena cantidad de salvajes al timón de una 4X4.
Mercados, comercio ambulatorio, basura. La pesadilla trujillana que rebasó el control municipal en las recientes fiestas de fin de año ha sido otro de los factores que han hecho de nuestra ciudad un centro de contagio y caos. Infructuosos proyectos de formalización, estropeados por el populismo y afán electorero, y carencia de autoridad han hecho que esta anomia socioeconómica haya prosperado en las últimas décadas. La informalidad campea impunemente; ante esta situación, incluso negocios formales afectados por esta comenzaron a realizar sus actividades económicas orientadas hacia esta modalidad. Esta incrementó con la migración venezolana que vio una forma de subsistencia gracias al descontrol que les permitía ganar ciertos derechos sobre los sitios ocupados a vista y paciencia de la pintada autoridad. Ahora, es bastante posible que el segmento microempresarial, modalidad resaltada como forma de espíritu emprendedor, engrose el número de personas dedicadas al comercio ambulatorio. Y de este último se desprende otra gran preocupación: la basura. Su incremento en las últimas semanas se ha dado por la cantidad de guantes, táper, envases de gaseosas, mascarillas desechados en cualquier lugar. De volver los mercados, más todo lo anterior nombrado, ¿volverá Trujillo a generar 300 toneladas diarias de desechos?
¿La normalidad significará, entonces, que se abra nuevamente La Hermelinda, el lugar indicado como uno de los de mayor contagio en el Perú? ¿Los otros mercados desordenados y caóticos? Ya hay mucha gente que ve con esperanza su retorno para lo cual surgen todos los argumentos posibles. Estos espacios son una demostración de una de las famosas frases del presidente Prado: “En el Perú hay dos tipos de problemas: los que nunca se arreglan y los que se arreglan solos”. Ante la posición de muchas personas, no será nada raro que este espacio vuelva a ser lo mismo.
Con la poca capacidad que han tenido muchas autoridades en nuestra ciudad y Región, y el escaso sentido cívico de la población; la normalidad promete una pesadilla peor.

domingo, 19 de enero de 2020

AISLADOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 19 DE ENERO TRUJILLO)


En un reciente artículo informativo difundido por las redes este último 13 de enero, da cuenta del buen número de turistas que visitaron el museo Tumbas Reales de Lambayeque. Datos varios que se dan en esta noticia deben llamarnos poderosamente a la reflexión.
Comencemos por la información de que dicho museo se considera entre los diez mejores del mundo; imagino en el ámbito de su especialidad, la arqueología. Veamos números: el Museo Egipcio de El Cairo recibió cinco millones; Museo de Antropología de México, un poco más de un millón; el Museo del Oro de Colombia, un poco más de setecientos mil. Museo Tumbas Reales, 176,337. Otro dato que preocupa es el hecho de que los siguientes museos que captaron buen número de visitantes no son de la zona ni de las regiones colindantes como La Libertad. Por ejemplo, los museos importantes de nuestra zona (Museo Cao, Museo de Sitio de Chan Chan y Museo Huacas de Moche) no figuran en la lista. Otro dato: del número de turistas visitantes a dicho museo, solo el 6 % son foráneos.
De los datos anteriores, podemos inferir muchas cosas. Primero, la necesidad de trabajar con los datos para partir de principios correctos y verídicos; la exaltación es buena por un momento, pero puede terminar por tergiversar los proyectos de un país que debe de apostar por el turismo. El segundo sí es grave, pues denota una falta de coordinación de todos los actores que trabajan en la aún incipiente industria sin chimeneas de la Región Norte. Las empresas y organismos estatales y regionales deben focalizar su trabajo en la coordinación y comunicación para poder hacer de esta una industria cuyos efectos se expandan por nuestras regiones. El último punto. Tomemos la cifra del museo, ancla para otros sitios turísticos: según los datos, solo 10,580 turistas foráneos llegaron al Museo citado. Si en agosto del año pasado, se daba la noticia de que Perú había recibido 2´177,142 (se recibió más de 4 millones); los datos del museo no representan ni el 1% de la cifra captada a nivel internacional.
La situación puede revertirse con un trabajo en equipo. La remodelación del aeropuerto de Chiclayo es una gran ventaja para no desperdiciarse. Kuelap, pese a sus limitaciones, es otra estrella que generará cada vez más valor a nuestras regiones. Por eso, la reparación de la infraestructura de nuestras ciudades es vital para no dar la imagen de ciudad arruinada que tiene Trujillo (por ejemplo) por el estado lamentable de sus calles. O la culminación de vías rápidas que permitan a viajeros terrestres ir a nuestras ciudades; pero la insufrible Autopista del Sol, plagada de desvíos y accidentes, aleja a los que gustan conocer al país de esa manera. Y la coordinación de todos los que trabajan directa e indirectamente en esta industria es necesario. Sector público y privado (hoteles, restaurantes, servicios, transporte) deben de articularse para un real trabajo en equipo. Sino esos magros porcentajes permanecerán.

domingo, 1 de septiembre de 2019

TURISMO NORTEÑO: RIESGOS Y OPORTUNIDADES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 01 DE SETIEMBRE)


Este año con un grupo de amigos y familiares, he tenido la oportunidad de ir a diversos lugares del Norte peruano. Tumbes, Lambayeque y Amazonas fueron las regiones elegidas por mis amigos para poder buscar descanso y conocer más maravillas naturales y arqueológicas que tiene nuestro país. Durante los fascinantes y, a la vez, frustrantes viajes uno puede constatar cuáles son las fortalezas de nuestro Norte y cuáles son las debilidades y riesgos que aquejan a nuestras ciudades y entornos por las cuales nos estamos quedando rezagados en el circuito mundial de un turismo selectivo como el arqueológico, gastronómico, ecológico y paisajista.
Me quiero focalizar en dos debilidades: sistema vial en su conjunto y servicios. Lo relacionado a servicios, hay notables avances que puedes percibir tanto en hoteles como restaurantes, este último con un buen camino por recorrer aún. Es frustrante llegar a diversos establecimientos y ver las condiciones higiénicas del mismo. En ese sentido, el núcleo de Chachapoyas y sus alrededores han dado un salto cualitativo significativo: cada vez hay más restaurantes con condiciones de salubridad satisfactorias. Lo mismo se ve en Tumbes al visitar algunos hoteles y restaurantes. La ola de turistas ecuatorianos en esa zona ha permitido el incremento de la oferta gastronómica. Y Chiclayo sí tiene una interesante variedad que resulta atractiva para los viajeros extranjeros. Pero hay que avanzar más.
En cuanto al sistema vial hay todavía una gran brecha urgente de solucionar; no solo para el turismo, sino para el bienestar de todos nosotros. Además, es necesario incluir en este punto la cultura vial tan venida a menos en el Norte peruano. El estado de las carreteras y calles de las ciudades norteñas ahuyenta a los conductores que viajan por placer; además está la avezada forma cómo se conduce por todas las vías costeñas norteñas. Accidentes pequeños y mortales son frecuentes, no solo por choques y arriesgadas maniobras que hacen vehículos públicos como privados; sino por accidentes causados por peatones que no tienen conciencia del espacio en que se desplazan. Manejar en Perú es un acto que linda con el heroísmo y el riesgo mortal. La inacabada Autopista del Sol es una gran frustración. La red vial es insuficiente. En la Región Amazonas hay zonas bellas, valles sorprendentes y restos arqueológicos interesantes; pero las rutas de acceso son lamentables. Por otro lado, conducir en nuestras ciudades plagadas de mototaxis y ticos, duchos en hacer maniobras irresponsables, termina por hacer colapsar los nervios de cualquier templado conductor. Las reglas de tránsito son letra muerta y un ejemplo de ello es Trujillo. Una diferencia que experimentamos con las autopistas y calles ecuatorianas en nuestra visita en mayo. Envidia total.
El turismo es un motor que involucra muchas empresas, instituciones y ciudadanos. Cuidemos nuestra gallina de los huevos de oro.

miércoles, 24 de julio de 2019

MONSTRUOS TRUJILLANOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 21 DE JULIO)



La venida de amigos de otras latitudes nos permite refrescar situaciones comunes entre nosotros, pero que no serían toleradas en otras partes, incluidos nuestros vecinos del Norte o del Sur. Incluso en algunas ciudades del Perú. Los errores de gestiones y gobiernos anteriores; más el sentido de impunidad, escaso o nulo respeto por el otro y la deficiente educación cívica han hecho que muchas ciudades peruanas se hayan convirtiendo en lugares insufribles e, incluso, con pocas esperanzas de mejora. Lentamente, Trujillo va convirtiéndose en una ciudad dentro de este rango.
Tanto sus habitantes como autoridades elegidas por nuestros votos en democracia formal hemos generado situaciones de deterioro que nos hacen ver con pesimismo la disposición de la ciudad para las próximas fiestas de independencia tanto de Trujillo como la del país. En un pasado artículo mío publicado en este medio hablaba del deterioro de la calidad de vida del trujillano, en el caso concreto del manejo del ruido en nuestra ciudad. Ha cesado un poco el escándalo generado por diversas empresas de ventas de artículos eléctricos en diversos puntos de la ciudad, pero bandas escolares, polladas y discotecas son los nuevos elementos perturbadores. Pero se yerguen otros monstruos que deterioran la ciudad: la violencia, comercio informal, el tráfico y la manipulación de la basura son verdaderas pesadillas. De la violencia y la informalidad se ha vertido mucha tinta y están estrechamente vinculados con los otros dos.
El incremento exponencial del tráfico privado y público se da por la significativa presencia de vehículos nuevos, pero también por el nulo control para retirar vehículos en estado lamentable y de alto riesgo para la población. La crisis se acentuó con el populismo del fujimorismo que permitió el ingreso de autos usados o no aptos para circulación urbana, menos para uso público. Así aparecen los ticos, los colectivos y los mototaxis. Lo que en un momento fue una rápida solución para los miles de desempleados públicos, se convirtió ahora en una franca pesadilla compleja de solucionar. Un solo gran bus acoplado sustituiría a varios micros y combis, gran parte del gran problema. Pero generaría el desempleo de muchas personas (varios informales) que viven de esto. El retiro masivo de estos vehículos menores significaría una solución con dos rostros.
El problema de la basura tiene un amplio espectro: desde el económico (negocio redondo y mafias) hasta la escasa educación cívica. Se habla de un nuevo relleno sanitario, pero no hay plan global para la solución integral, incluido lo educativo, que pueda generar muchas oportunidades como energía, por ejemplo. El cobro de bolsas plásticas es algo. El sueño de una planta de residuos sólidos se aleja más de una ciudad que bota 330 toneladas diarias y es benevolente con sus agentes que ensucian más, tipo La Hermelinda o las compañías constructoras.
¿Quién le pone el cascabel al gato?

domingo, 19 de mayo de 2019

COMPARACIONES ODIOSAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 19 DE MAYO)

Una escapada por otras realidades nos abre los ojos y permite medir muchas cosas de los innumerables planos que conforman nuestra sociedad. El día a día nos atrapa y no nos permite observar la realidad que una ciudad y una Región encierra, caso Trujillo y La Libertad. Un viaje a Ecuador generó en mí una sana, bastante sana envidia y, también, una frustración por las posibilidades perdidas por nuestra sociedad debido a diversos factores. Con un grupo de amigos logramos cruzar la frontera en auto para poder hacer una rápida y selectiva visita a Machala, la cuarta ciudad de Ecuador en economía y la quinta en población; y su puerto, Puerto Bolívar, no muy lejos de la misma. Haber ido en auto nos permite hacer las primeras comparaciones: su sistema vial. No es que uno se sorprenda por la buena autopista que une la frontera con esta ciudad, sino que es una zona que también sufrió los embates del Niño costero del 2017. Pueden leer el trabajo de investigación hecho por Shiela Serrano con otros al respecto. Viajar por tierra de un lado a otro de la frontera es frustrante, puesto que del lado ecuatoriano quedan pocos daños en sus calles y carreteras, producto del Fenómeno de ese año; sin embargo, Trujillo, tercera ciudad peruana, y su sistema vial están aún en un lamentable proceso de reconstrucción que, me temo, sea solo un paliativo hasta el próximo Niño. Ni hablar de Chiclayo, ni de Piura.
Ingresar a Machala fue otra experiencia; yendo al volante en un país ajeno al tuyo, el estado de alerta es latente; pero la no circulación de combis, ticos o mototaxis es todo un alivio para cualquier conductor. Manejar en Trujillo, Chiclayo, Piura e, incluso, Tumbes se ha convertido en un verdadero desafío para el más paciente y tenaz. El casco antiguo machaleño tiene algunas zonas peatonales y posee anchas calles, en las que se ha destinado un carril para transporte de buses. En una ciudad con muchos vehículos, hay poco uso del claxon, son respetuosos de semáforos y señales de tránsito, y respetan el orden de ingreso a un óvalo. Recuerdo una entrevista radial a un dirigente de transporte público pesado, quien se quejaba de la presencia de óvalos en una carretera o en la ciudad. Bueno, si un chofer, dizque llamado, profesional desconoce su uso, dice mucho del riesgo que todos tenemos al transportarnos en buses y explica el alto número de accidentes mortales viales.
La ciudad lucía limpia, ordenada. Ecuador trabaja mucho en atenuar el impacto generado por la deforestación y la contaminación de la basura. Esta ciudad ha obtenido logros; a diferencia de nuestras ciudades. El caso La Hermelinda quedará, todo parece, en una intentona de calmar las iras de molestos ciudadanos que esperaban una acción más radical y eficaz contra este flagelo de nuestra salud, seguridad y ornato de nuestra ciudad.
Tanta gastronomía de calidad y bellos paisajes se deslucen gracias al desorden que somos como sociedad, paraíso de la impunidad.

domingo, 12 de mayo de 2019

¿SUEÑO IMPOSIBLE? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 12 DE MAYO TRUJILLO)


Noticias van. Chismes vienen. Trujillo está dando algunos pasos adelante, otros atrás. La urbe en la que ha devenido nuestra ciudad ha desbordado servicios, controles y normas; ha convertido a muchos de sus habitantes en prisioneros y mudos testigos de un crecimiento desordenado, impune y agresivo en el cual miles de sufridos ciudadanos nos vemos involucrados directamente e indirectamente y, asidos de una inacción absurda, hemos permitido que la informalidad, la matonería y la misma delincuencia encubierta hayan ido creciendo con cierta anuencia encubierta y, a veces, abierta de autoridades corruptas de toda índole. Así Trujillo ha visto cómo un transporte público condicione a una ciudad a sus “exigencias”, mientras micros, combis, buses y ahora mototaxis circulen por las calles amedrentando a los usuarios, atropellando reglas de tráfico para una buena convivencia ciudadana, y contaminando a diestra y siniestra. Sabemos que muchos vehículos son armas ambulantes por la antigüedad que tienen encima; la carencia de brevetes profesionales o de al menos uno por parte de choferes que deben de tener licencia para conducir vehículos de transporte público (¿habrán hecho algún censo al respecto?); y la protección legal que tienen varios de estos conductores para seguir circulando pese a tener varias papeletas a cuesta. Ahora llegaron los mototaxis, muchos de ellos conducidos por imberbes que dudo tengan documento en regla para transportar pasajeros. Muchas veces ves a madres de familia con bebés en brazo siendo transportadas por estos medios. ¿Dios es grande?
Sin embargo, no todo puede ser malo. A veces aprendemos de nuestros errores. La Hermelinda, ese espacio que se inició (como diría Matos Mar) como respuesta popular a la carencia oficial de oportunidades laborales en los 80, será clausurado por haber tergiversado su original propósito. La actitud de conmiseración hacia muchos de estos comerciantes amparados en la informalidad ha sido nociva, pues no hubo intención alguna de mejorar; por lo contrario, acogidos a trampas legales y poses sensibleras, han estado generando grandes problemas sociales: gasto injustificable de los recursos que podrían tener otros destinos citadinos y centro de delincuencia de todo tipo. La suciedad, ese gran problema que mortifica a todos los estratos de la ciudad (ya hemos tenido varios conatos de epidemias), ha sido el gran detonante. La basura generada por estos comerciantes es equivalente a casi un 25 % de la producida por la ciudad diariamente. Y precisamente, estos ciudadanos no son un dechado de pago de impuestos. En otras palabras, los demás ciudadanos les pagamos su basura. No es correcto poner a todas las personas en el mismo saco, pero algunas medidas deben de pensar por el bien ciudadano, no de un grupo de ellos que extraen ilícitamente la riqueza de los otros.
De no implantar autoridad, el sonsonete imputado a la anterior gestión edil se va a replicar en esta.

domingo, 7 de abril de 2019

TRÁFICO TROGLODITA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 07 DE ABRIL) EL TRÁFICO NUESTRO DE CADA DÍA


Miércoles 03 de abril, 6:45 de la noche. Tratando de cruzar la Av. Manuel Vera Enríquez desde la Av. Gerónimo de la Torre, una camioneta irrumpe metiendo toda su carrocería contra mi auto.  A pesar de llamarle la atención, lo único que lo inmuta es el hecho de que su espejo lateral haya topado contra el mío. Lejos de corregir su actitud, en cuanto pude adelantar, el troglodita metió todo su vehículo sin importarle los conductores a los cuales los había perjudicado con su franca conchudez y cinismo.
Jueves 04 de abril, 4:30 de la tarde. Av. Juan Pablo II con cruce Av. España. Tres micros instalados cada uno en un carril diferente tientan doblar hacia la mano izquierda para ingresar a la Av. Pedro Muñiz. Pese a estar ubicados a la mano derecha y contra toda norma, dos de los micros, uno de ellos en condiciones deplorables y peligrosamente inclinado, tienden a voltear a su objetivo sin importarles los vehículos ubicados atrás de ellos.  
Jueves 04 de abril, 11:05 am. Un camión en el centro histórico frena por cambio de luz en plena calle Gamarra frente a la SUNAT. De pronto, algunas tablas caen al suelo golpeando a unos transeúntes. Lejos de demandar al piloto por su acción temeraria, las personas ayudan al irresponsable a subir las maderas nuevamente al camión.
Historias como estas abundan todos los días. Habría que agregar la proliferación silenciosa de moto taxis que ya circulan de lo más campantes incluso por la plaza de armas “para recoger material de desmonte”. Las hileras de taxis que esperan frente a cada supermercado ya es de tradición, pese a que algunos de ellos son autos ocupados por hampones que esperan a algún cliente incauto que se convertirá en una cifra más de robos al paso. Hay muchos conductores en nuestra ciudad que tienen escasa cultura cívica y esto cuestiona la organización vial de nuestra ciudad en la que se encuentran evidencias de corrupción.  Esto va no solo transporte público (que es de manejo privado), sino para los particulares. Cada vez se ven vehículos nuevos manejados por personas bastante inescrupulosas en su conducir. La ciudad es una verdadera jungla en la que el más avezado determina las reglas del juego. Así, vemos micros o combis, por un lado, como camionetas o autos por el otro, subiendo veredas, rompiendo bermas o yendo en sentido contrario, en un marco de impunidad.
Debemos de agregar a esta dramática situación el hecho de que Trujillo tiene un parque automotor de casi 360 mil vehículos con un crecimiento del 6 % anual. En 2017, según datos de entonces, las autoridades debieron de haber retirado un total de 6 mil vehículos de todo tipo, pero solo se retiraron 600.
Medidas drásticas deben de ser aplicadas con el fin de atacar esta situación. Las medidas son impopulares en un principio, por lo que deben de ser bien planificadas, pero no postergadas. El populismo ya ha hecho demasiado daño a los ciudadanos. ¿O es que ya es este nuestro estilo de vida?

domingo, 17 de marzo de 2019

BICENTENARIO COPIOSO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 17 DE MARZO) ¿CÓMO VAMOS A RECIBIR NUESTRO BICENTENARIO?


2020. La ex Intendencia de Trujillo festeja su independencia como una declarada rebeldía contra la corona española. Todo esto en un agitado 1820, cuando casi todas las otrora posesiones ibéricas en esta parte del mundo habían cortado el cordón umbilical con la metrópoli. Muchas ciudades y naciones, desde 2010, han venido celebrado sus respectivos bicentenarios preparando actividades a la altura de una conmemoración de este nivel. ¿Qué estamos haciendo como ciudad para nuestras actividades conmemorativas?
Gobiernos y ciudades trazaron planes para embellecer sus espacios geográficos, mejorar las condiciones sociales y trabajar con diversos actores sociales (culturales, académicos, empresariales, educativos, religiosos) una serie de grandes y pequeñas propuestas con el fin de recibir tan importante acontecimiento que marcó la historia de nuestros países. Recuerdo que, para los sesquicentenarios de nuestra independencia en 1971 y la batalla de Ayacucho en 1974, el gobierno de turno embelleció Lima, Ayacucho y otras ciudades; hizo una intensa campaña de información en diversos medios para sensibilizar y educar a la población.
Trujillo es una ciudad de rápido y caótico crecimiento, desbordada en muchas de sus funciones básicas. Ha carecido de una planificación, pues ha ido parchando los problemas generados en las últimas décadas, incluso autorizando y legalizando situaciones insostenibles como el haber otorgado licencias de construcción en zonas de alto riesgo y haber invertido dinero público en instalar servicios de agua y luz en dichas zonas. Este desorden tiene un alto costo económico y social que pasa una pesada factura a todos los ciudadanos por no haber actuado con autoridad y decisión a quienes les compete. Trujillo es una ciudad que debe de aprender a vivir con el agua: estrategias para evitar su erosión costera y construcciones para preparar a la ciudad con su nueva realidad climática. El litoral es cada vez más estrecho y nuestra falta de planificación acentúa este fenómeno. Las lluvias estivales, con o sin Fenómeno del Niño, son una realidad trastocando nuestro diario quehacer.
¿Cuál sería el mejor regalo de la ciudad? Una solución holística a esa realidad. Un sistema de drenaje que implicaría rehacer las lamentables calles que tenemos y revisar el colapsado sistema de desagüe. Arborizar la ciudad, crear grandes parques como una forma de reciclaje natural de agua, así como una verdadera planta de tratamientos de aguas servidas para dejar de contaminar nuestro océano, obviamente vinculado a una verdadera planta de reciclaje de residuos.
Alguien me dijo que eso era imposible para Trujillo. Otras ciudades peruanas lo han hecho de manera silenciosa. Ni qué decir de otras ciudades sudamericanas: ejemplos como Cuenca, Guayaquil y Arequipa deberían de ser nuestro derrotero y superarlo. Pero, es innegablemente decisión política que tomar. Este sería el mejor obsequio por nuestro Bicentenario.

domingo, 7 de enero de 2018

DESPROPORCIÓN (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 07 DE ENERO=

La primera semana del 2018 cierra con dos hechos luctuosos para la sociedad peruana: un grave accidente en el serpentín de Pasamayo y una alta médica de Alberto Fujimori. Ambos sucesos han golpeado la sensibilidad, tranquilidad y confianza de nuestra sociedad en el año de “El Diálogo y Reconciliación Nacional”.
El primer lamentable caso fue la estrepitosa caída de un bus en la fatídica Curva del Diablo en el temido Pasamayo. Este hecho es la conjunción de toda la informalidad del transporte terrestre de nuestro país: exceso de velocidad, mayor número de pasajeros del que figura en el registro oficial, uso de una zona de tránsito restringido cierto tipo de transporte, cobro inadecuado de peajes, escaso control de carretera y la cúspide de la viveza criolla que toma, de vez en cuando, vidas humanas. La informalidad empieza en comparar la lista de fallecidos con la cantidad “oficial” de pasajeros: 52 fallecidos y 5 heridos vs. 50 pasajeros y tripulación que deberían haber estado en el bus accidentado. Luego de este accidente surgen como culpables autoridades, pero la empresa y los usuarios (como siempre) tratan de pasar desapercibidos, pese a ser trasgresores de normas establecidas; por ejemplo, el exceso de velocidad y el ingreso informal de pasajeros no dependen de factores externos, sino de personas que van dentro de un vehículo dirigido por un vivazo chofer irresponsable, sojuzgado por una empresa que quiere abaratar costos y pasajeros que no saben cómo o no quieren hacer cumplir sus derechos. Nuestras inacciones nos pasan factura también.
El segundo caso es un golpe más a la graciosa denominación del año 2018: reconciliación nacional. El cuestionado indulto humanitario ha causado el rechazo del mundo jurídico internacional y ha sido motivo de columnas de diarios internacionales de derecha, como The Economist, que lamentan la absurda situación de polarización en la que PPK está dejando a la sociedad peruana. Parias internacionales. La reciente alta médica de la clínica del ex Reo, tras un súbito restablecimiento, y su traslado a una suntuosa casa en La Molina acentúan el sentido irregular de este arbitrario indulto. La reconciliación tiene un largo camino por delante en nuestra sociedad. Por otro lado, los hermanos Fujimori y sus seguidores se encuentran medio enfrentados. Fortalecido Kenji frente a su hermana Keiko, ahora es visto como un héroe salvador para muchos y esto hará, para el grueso de sociedad civil, que ciertas situaciones aún nada esclarecidas pasen al olvido colectivo como el caso Limasa, la conexión con Joaquín Ramírez y los tentáculos del narcotráfico en ese partido, cayendo en la impunidad. Y por otro lado, los petardos de Marcelo Odebrecht reducen la cada vez más delicada situación de Keiko frente a la Fiscalía; de ser así, ¿será enviada a prisión preventiva para el velado beneplácito de los “fujimoristas rebeldes”? ¿Papá permitirá eso durante la visita del Papa?

domingo, 19 de febrero de 2017

CIUDAD ENFERMA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO 19 DE FEBRERO)

Las primeras manifestaciones vivas, rápidas y directas que tiene un visitante de una ciudad son su sistema vial y en el manejo de sus ruidos. A través de estas, el foráneo tiene una radiografía inevitablemente fortuita de sus habitantes, pues son las maneras y convenciones cómo los ciudadanos, Trujillo en este caso, nos interrelacionamos diariamente.
He tenido oportunidades de constatar cuál es la primera impresión que algunos visitantes se llevan de la ciudad. Recuerdo una ciudadana norteamericana invitada para una conferencia en una universidad local y su reacción nos sorprendió mucho; desde el taxi que la recogió del aeropuerto hasta su retorno al terminal aéreo para regresar a su país estuvo aterrada durante el trayecto o cuando iba por nuestras pistas y calles: la intrepidez insana de los conductores, el estado deplorable de muchos vehículos de transporte público o privado, el uso indiscriminado del claxon y las radios a todo volumen, más el caos la aterrorizaron.
El retiro de más de doscientos microbuses vetustos es un grano de arena en el caos vial actual, pero es un buen comienzo. Hay gente interesada que estas operaciones no se lleven a cabo, sea por demagogia o por intereses económicos mezquinos. Los plazos para su retiro han sido negociados por diversas tiendas políticas no en beneficio de la ciudad, sino en la contabilización de votos o la posibilidad, que ahora cabe, de actos corruptos oscuros que pudieran haber beneficiado a una u otra parte. La liberalización del transporte por el fujimorato ha tomado caminos dentro de un concepto de libre mercado que nos está dejando estos monstruos incontrolables. Y esas mismas hidras económicas hacen inválidas diversas ordenanzas para regularizar el tránsito de nuestra sufrida ciudad. Un ejemplo: cada vez es más frecuente ver mototaxis que ingresan osadamente por la periferia del centro histórico, muchas de ellas portando calcomanías que las ubican bajo un paraguas de grupos de extorsionadores. A través de esta maraña también salta el fantasma de la corrupción al ver entes del poder judicial emitiendo amparos judiciales a líneas de transporte o, lo más terrible, la posibilidad de circulación de choferes que acarrean varias multas en su haber. Recuerdo que hubo el caso, entre varios, de un chofer que atropelló a varias personas e, incluso, mató a una anciana, y el criminal seguía conduciendo, aduciendo que era el pan que llevaba a sus hijos diariamente. La extorsión de los sentimientos es algo que los peruanos sabemos trabajar en contra de nosotros mismos.

La Municipalidad debe de crear un buen servicio público “público”, no privado que solo buscan lucro y pocas veces se preocupan del usuario o peatón. Esperamos el día en que solo halla buses articulados, tranvías modernos o un metro que saquen de circulación a tanto vehículo pequeño (buses, micros y combis) contaminante (ruido y esmog) y arma asesina potencial en mano de tanto chofer inescrupuloso. Larga marcha.