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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 29 de enero de 2017

MIGRACIÓN Y FIJACIÓN DE IDEAS (DEBATE EN LA ALIANZA FRANCESA DE TRUJILLO)

El jueves 26 se realizó en las instalaciones de la Alianza Francesa de Trujillo un interesante debate sobre la migración de ideas y personas europeas (y de otras latitudes) que llegaron a nuestro país y, en especial, a nuestra ciudad a finales del siglo XIX e inicios del XX. Se centró en tres derroteros: sociología, filosofía y arte, todas vistas desde la perspectiva histórica. Por más de dos horas, Juan Gamarra Nieto, Alfredo Alegría y Hugo Florián Orchessi, integrantes de la mesa, expusieron ese interesante caudal de ideas y hechos que marcaron la vida social, política y cultural de nuestro país durante el siglo XX en adelante. Hechos como la Guerra con Chile, la segunda Revolución Industrial, la Revolución Rusa (este año cumple su primer centenario), la Primera y Segunda Guerras Mundiales desencadenarán cambios violentos en la aletargada Trujillo de esos años. La expansión productiva capitalista reflejada en las haciendas azucareras que agobiaban el crecimiento físico de la ciudad encontraban su justificación en clases sociales arraigadas en la posesión de la tierra y sus especiales relaciones laborales; como lo dijo un espontáneo espectador del público durante el debate, un espíritu gamonal de hacendado marcaba a la ciudad y al país entero. Así surgen los movimientos políticos como el APRA y el Partido Comunista que tratarán de remover al país desde sus cimientos. No en vano la Revolución del 32 marcará al Sólido Norte, aunque ese espíritu inicial haya cambiado tanto. Las migraciones trajeron varios cambios positivos: desarrollo industrial (dirigido principalmente en los ingenios azucareros) y comercio, ingreso de tecnología en un mercado muy virgen, desarrollo del intelecto y nuevos movimientos artísticos (llega la fotografía, el cine, importación de libros y obras de arte), continuidad de corrientes literarias europeas o nuevas propuestas como las hechas por el Grupo Norte o el Indigenismo. Perú entraba, quiérase o no, en el concierto mundial; pero también acentuaron algunas lastras y taras que marcan a la sociedad peruana hasta nuestros días: una de ellas, el racismo.
La migración de ciudadanos hacia una sociedad no tan xenófoba como la nuestra fue positiva en su gestión, pero un fracaso en cuanto a planificación estatal. La emigración europea fue una migración voluntaria, pero no halló un Estado organizado y con capacidad de respuesta ante la llegada de los foráneos; muchos emigrantes fueron abandonados a su suerte, como sucedió con los alemanes de Oxapampa y Pozuzo. Las migraciones japonesa y, sobre todo, china fueron promovidas por enganches laborales que rayaban con la esclavitud. Durante la IIGM, hubo un movimiento xenófobo y racista contra la comunidad japonesa. La historia está llena de sorpresas y nos permite entender la realidad que nos rodea.

Aunque pasado más de un siglo, las ideas siguen vigentes y se sofistican. Se usan para excluir e incluso construir barreras y muros, no solo mentales, sino físicos. Las ideas se convierten en herramientas o armas, depende cómo las usemos: para construir o destruir. Al concluir el debate y con las reflexiones finales de los participantes, pese a las perspectivas sombrías actuales, se otorgó la esperanza de una vida mejor para nuestras sociedades. Depende de nosotros.

martes, 24 de junio de 2014

LA ALIANZA FRANCESA Y EL CENTENARIO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Este año Europa y el mundo se preparan para conmemorar el primer centenario del estallido de guerra entre el extinto Imperio austro-húngaro contra Serbia. Esa declaración de guerra marca el fin de un ciclo de la humanidad y el cambio de estructuras sociales, políticas y económicas globales. Fue, además, la primera manifestación de globalización efectiva: la primera conflagración mundial que, una vez concluida, cambió el mapa geopolítico mundial, con la desaparición de dos grandes imperios y la aparición de diversos países como Polonia; la implantación de las raíces de dos movimientos políticos tenebrosos, como el fascismo y el nazismo; la aniquilación de una familia imperial  y la caída de varias dinastías, y la aparición del primer estado comunista y el desplazamiento del Imperio inglés por los Estados Unidos como primera potencia mundial.

Pero, extrañamente, el campo de acción bélico fue bastante reducido (en comparación de la segunda guerra mundial, veinte años después): el campo de batalla se circunscribió al noreste de Francia, parte del territorio belga, en algunas regiones de Polonia, norte de Italia y zonas focalizadas en Serbia. Además, los costos y pérdidas de la maquinaria productiva de cada nación envuelta, salvo Rusia, en este conflicto no significaron grandes pérdidas como lo sería en la segunda guerra. Es más, muchas florecieron y recobraron su brío pocos años después. El injusto castigo impuesto a Alemania (Tratado de Versalles) por sus intenciones de querer entrar en el grupo de los grandes imperios no fue para pagar las pérdidas ocasionadas a los países vencedores del conflicto.

Sin embargo, la Gran Guerra (como la llaman) es la primera guerra de medios que convocan, persuaden, seducen a los hombres a ir al campo de batalla; es una guerra en la que la información es recibida por los medios impresos, que también fungen de propaganda; y los líderes gubernamentales se ven pronto expuestos. Se dirigen a sus pueblos, son cabeza de una campaña enfervorizada contra el enemigo. Es una guerra en la mente de la gente. De ahí su gran repercusión. Es una guerra de los pobres y los ciudadanos de pie que van a caer en las terribles trincheras de Verdun, Somme, Loos u otros nombres que causan una dolorosa recordación. Entre las consecuencias, una vez terminado el conflicto, se tiene un nuevo mapa de Europa y del mundo: la desaparición del gran Imperio Austro-Húngaro y el Imperio Otomano, así como la transformación del extenso Imperio Ruso en un conglomerado de soviets que se convertirá en la Unión Soviética. La aparición de Hungría, Checoslovaquia y reaparición de Polonia. Irónicamente, los dos imperios coloniales dominantes en ese entonces,  Gran Bretaña y Francia, alcanzan su cenit, pero también inician su acelerada decadencia. Otro gran detalle: la intervención de los Estados Unidos en suelo europeo ya es un indicio de lo que vendría. Esta guerra replantea los roles continentales. EEUU, un país de ultramar, interviene por primera vez en Europa, lo que lo convierte en una gran potencia del orbe; y en Asia, vemos los inicios de la expansión de otro gran imperio: Japón. Los grandes imperios ya no se encuentran solo en Europa.

La intelectualidad europea de esas décadas participó directa o indirectamente en la conflagración. Artistas y escritores fueron enviados al frente y ellos mostraron, a través de sus diarios, novelas, poemas o ensayos;  el estado del espíritu de la época, de su tiempo. Así, por el lado francés, tenemos una vasta producción literaria hecha por autores como los poetas Louis Aragon y Guillermo Apollinaire, los novelistas Marcel Proust, Romain Rolland, Céline, el artista multifacético Jean Cocteau, entre otros.  Del lado inglés, el poeta Robert Graves sobrevive a la batalla de Loos, pero el hijo de Rudyard Kipling, John, morirá en combate, como le sucedió a la joven promesa Rupert Brooke. Varios apoyaron la causa a través de los medios, como Arthur Conan Doyle, H. G. Wells y Chesterton. Por el lado alemán, también su intelectualidad se ve envuelta en esta fiebre bélica. Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque y Tormentas de Acero de Ernst Jünger son novelas pacifistas. Hubo también personajes polémicos que ensalzaron la guerra, como Gabrielle D´Annunzio, poeta que con sus ideas no solo artísticas, sino políticas han de crear las bases de otra lacra que llevará a Europa a una segunda guerra mundial: el fascismo. Para este poeta, la Gran Guerra era una forma de galantería.

La Alianza Francesa de Trujillo inicia un ciclo de conferencias para conmemorar este evento que cambiará el rostro de la humanidad. El día jueves 26 de junio a las 7:30 pm en la Mediateca de nuestra Institución, el profesor Alfredo Alegría, docente de la Universidad Privada del Norte, y el profesor Gerardo Cailloma, Presidente de la AFT y Director de Humanidades de la Universidad Privada del Norte, dictarán dos conferencias: LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA DE EUROPA EN 1914 y LAS CAUSAS DE LA GRAN GUERRA respectivamente para ubicar a la Europa de inicios del siglo pasado. A partir de la semana siguiente, los viernes 04, 11 y 18 de julio habrá diversas conferencias en las que diversos ciudadanos extranjeros residentes en Trujillo y cuyos países participaron en esta guerra hablarán sobre la participación de sus respectivas naciones en este conflicto: el 04 empieza Francia y Alemania; el 11, Italia y Gran Bretaña; y el 18, Rusia y Japón.

Cordialmente invitados




lunes, 20 de enero de 2014

EL CINE Y LA GRAN GUERRA

Este año Europa y el mundo se preparan para conmemorar el primer centenario de la declaración de guerra entre el extinto Imperio austro-húngaro contra Serbia. Esa declaración de guerra marca el fin de un ciclo de la humanidad y el cambio de estructuras sociales, políticas y económicas globales. Fue, además, la primera manifestación de globalización efectiva: la primera conflagración mundial que, una vez concluida, había cambiado el mapa geopolítico mundial, con la desaparición de dos grandes imperios y la aparición de diversos países como Polonia; la implantación de las raíces de dos movimientos políticos tenebrosos, como el fascismo y el nazismo; la aniquilación de una familia imperial  y la caída de varias dinastías, y la aparición del primer estado comunista (Unión Soviética); la primera guerra de grandes masacres (que se “perfeccionarán” en la segunda guerra mundial); y los Estados Unidos desplaza al Imperio inglés como primera potencia mundial. Es la primera gran muestra de la globalización efectiva de nefastas consecuencias. Extrañamente el campo de acción bélico fue bastante reducido (en comparación de la segunda guerra mundial, veinte años después): el campo de batalla se circunscribió al noreste de Francia, parte del territorio belga, en algunas regiones de Polonia, norte de Italia y zonas focalizadas en Serbia. Por los detalles expuestos sobre los costos y pérdidas de la maquinaria productiva de cada nación envuelta en este conflicto, la guerra no significó muchas alteraciones en sus economías. Muchas florecieron y recobraron su brío pocos años después. El injusto castigo impuesto a Alemania por sus intenciones de querer entrar en el grupo de los grandes imperios no fue por causas de tener que pagar las pérdidas ocasionadas a los países vencedores del conflicto. Esta acción va a generar en el país teutón un fuerte desasosiego social, crisis económica y la aparición de propuestas sociopolíticas extremas.  Además, la primera guerra mundial es una guerra de medios que convocan, persuaden, seducen a los hombres a ir al campo de batalla; es una guerra en la que la información es recibida por los medios impresos, que también fungen de propaganda; y los líderes gubernamentales se ven pronto envueltos en la contienda de manera excesivamente expuesta. Se dirigen a sus pueblos, son cabeza de una campaña enfervorizada contra el enemigo. Es una guerra en la mente de la gente. De ahí su gran repercusión. Es una guerra de los pobres y los ciudadanos de pie que van a caer en las terribles trincheras de Verdún, Somme, Loos u otros nombres que causan una dolorosa recordación. Entre las consecuencias, una vez terminado el conflicto, se tiene un nuevo mapa de Europa con la desaparición del gran Imperio Austro-Húngaro y el Imperio Otomano, así como la transformación del extenso Imperio Ruso en un conglomerado de soviets que se convertirá en la Unión Soviética;  la fugaz aparición de la joven Alemania en el concierto mundial y su absurda rendición en esta guerra traerán lamentables secuelas a toda Europa y el mundo en general un par de décadas posteriores; irónicamente los dos imperios coloniales dominantes en ese entonces,  Gran Bretaña y Francia, alcanzan su cenit, pero también inician su acelerada decadencia. Francia se vio debilitada por esta guerra en cuanto a sus planes geopolíticos, mientras que Gran Bretaña se vio algo favorecida por la anexión de los territorios perdidos por la desaparición del Imperio Otomano. Pero la intervención de los Estados Unidos en suelo europeo ya es un indicio de lo que vendría. Esta guerra replantea los roles continentales. EEUU, un país de ultramar, interviene por primera vez en Europa, lo que lo convierte en una gran potencia del orbe; por otro lado, vemos los inicios de la expansión japonesa en Asia y un hecho importante: la amenazante realidad comunista que tuvo su primera manifestación concreta en la Rusia de entonces. En muchas partes, posteriormente durante los años 20, la bandera roja flamea en lugares tan diversos como el ayuntamiento de Glasgow en Escocia, en fábricas italianas o en las duras huelgas generales en Gran Bretaña, Francia o Alemania. El peligro rojo precipita el surgimiento del fascismo y el nazismo. La intelectualidad europea de esas décadas participó directa o indirectamente en la conflagración. Artistas y escritores fueron enviados al frente y ellos mostraron, a través de sus diarios, novelas, poemas o ensayos, l´état d´esprit, el estado del espíritu de la época, de su tiempo. Así, por el lado francés, tenemos una vasta producción literaria hecha por autores como los poetas Louis Aragon y Guillermo Apollinaire, los novelistas Marcel Proust, Romain Rolland, Céline, el artista multifacético Jean Cocteau, entre otros.  Los desgarradores manifiestos en pinturas, novelas, poemas, crónicas de guerra o partes periodísticos nos muestran la crueldad de esta contienda, el sinsabor de saberse abandonados en medio de bombardeos de obuses o francotiradores. Testimonios como Viaje al fin de la noche de Céline o varios poemas del poemario Caligramas de Apollinaire nos muestran la condición y soledad de hombres que fueron al campo de batalla con una ilusión y que van descubriendo amargamente que son olvidados o carne de cañón. Muchos de ellos cayeron heridos y acentuaron su espíritu antimilitarista o antisistema. Pero la campaña de adormecimiento civil acalló a las mentes pacifistas y predominó el espíritu bélico. Gran Bretaña envía a poetas o hijos de grandes pensadores. El poeta Robert Graves sobrevive a la batalla de Loos, pero el hijo de Rudyard Kipling, John, morirá en combate, como le sucedió a la joven promesa Rupert Brooke. Coincidencias de la vida: el famoso poema If fue dedicado especialmente por Kipling para su hijo. Kipling, un hombre que creía en la grandeza del imperio, que apostó por la misión salvadora de su nación y que había usado su influencia para apoyar a su hijo, miope y limitado para las órdenes, se vio con la triste realidad de que su hijo varón había sido una víctima más de esta hecatombe humana. Su cuerpo jamás será hallado, pese a las gestiones de su desamparado padre. A pesar de todo, siguió apoyando la causa a través de los medios, como hicieron también Arthur Conan Doyle, H. G. Wells y Chesterton. Este último se prestó para reclutar a irlandeses, católicos, bajo el mando británico. Se estaba creando el odio contra los bárbaros teutones. Pero por el lado alemán, también su intelectualidad se ve envuelta en esta fiebre bélica. Dos grandes voces sobrevivientes, pacifistas a su manera, escriben notables novelas que conmoverán al mundo: Sin novedad en el frente (im Westens nichst neues) de Erich Maria Remarque y Tormentas de Acero (In Stahlgewitter) de Ernst Jünger. La segunda novela fascinó a muchas personas ligadas al nazismo, pero siempre el autor se mostró independiente y sobrevivió como pudo a la locura nazi; mientras que la primera novela y su autor sacaron provecho al espíritu antibélico de postguerra y se asentó en los Estados Unidos para vivir cómodamente su sueño americano gracias a las regalías obtenidas por la venta de los derechos de su novela al cine de Hollywood. Hubo también personajes polémicos que ensalzaron la guerra, como Gabrielle D´Annunzio, poeta que con sus ideas no solo artísticas, sino políticas han de crear las bases de otra lacra que llevará a Europa a una segunda guerra mundial: el fascismo. Para este poeta, la Gran Guerra era una forma de galantería. Amaba su posición de subteniente en la guerra. Pero por otro lado, otros literatos venidos de América describirán a esta como una acción incomprensible para el genio humano: Hemingway. El mundo del arte que se había entusiasmado con el desarrollo de la máquina (maquinismo) cambia su materia de trabajo, tras haber contemplado que aquellas máquinas invencibles no lo eran tal (hundimiento del Titanic) o se volvían contra sus creadores, como el caso de las nuevas máquinas voladoras, los aviones. Este acontecimiento creó un nuevo mapa europeo y mundial por dos décadas. Y el mundo pronto se verá envuelto en nuevos y graves problemas sociales, políticos y económicos. El gran crack capitalista del 29 en EE.UU. tocará las puertas de Europa y golpeará a las poblaciones más vulnerables, como sucedió  con Alemania y su famosa hiperinflación; y con esta situación, vendrá un salvador: Hitler. El resto ya es historia.

 LA  GRANDE ILLUSION (LA GRAN ILUSIÓN) JEAN RENOIR 1937  La película antibélica por antonomasia dirigida por Jean Renoir, hijo del famoso pintor del impresionismo, Auguste Renoir. Europa estaba al borde de la guerra, los vientos bélicos se venían venir. Los artistas pacifistas de la época lanzaban sus manifiestos en contra de las fuerzas avasalladoras que ascendían en Italia y Alemania. Y la historia se encargó de demostrar que no lograron su objetivo: dos años después, un 1 de septiembre, la locura se formalizó. Abel Gance había hecho una película conmovedora, Yo acuso, en la cual todos los muertos en la batalla de Verdún se levantaban e iban a sus casas (de ambos frentes, durante la Primera Guerra Mundial) a reclamarles el porqué de la acción de sus familiares y a confrontarlos por el inútil sacrificio de sus vidas dos décadas antes. Las escenas son burdas, pero emotivas. Renoir era un director provocador, veía las fracturas de una sociedad que se preocupaba por formalidades absurdas más que el rescate de los valores humanos vitales; logró    reunir en plena tensión geopolítica a actores de ambas naciones, como es el caso de Erich Von Stroheim – Rauffenstein en la película- Jean Gabin, Dalio (que hace el rol de un judío, situación tan escabrosa para el momento, cuando en toda Europa se hablaba de las políticas antisemitas). Llegó a sus límites cuando muestra la convivencia de un soldado francés (Gabin) con una campesina alemana (Dita Parlo) chocó contra la intolerancia que se vivía en ese entonces, cuando todos sospechaban de todos. Es por eso que muchos países la prohibieron y recién se pudo verla tras el fin de la guerra. Además, muestra la marcada decadencia de castas que fueron arrasadas una vez concluido el conflicto. Tanto Rauffenstein como Boëldieu encarnaban una aristocracia militar decadente y totalmente desbordada por el apabullante desarrollo tecnológico, pero regida por formalismos y convenciones de “caballeros” que sucumbirán en la guerra moderna; así lo van  a demostrar Petain y Gamelin en su pobre desempeño en la segunda guerra mundial. La historia sí sucedió y muchos quisieron negarla por lo incómoda que resultaba para el momento. Hubo varios casos verdaderos, que mostraron que el sentido humano estaba más allá de las ambiciones en juego, habida cuenta que muchas de estas guerras eran declaradas más por pactos con otras naciones que por una acción directa contra la nación en la que vivían. Un caso parecido se muestra en la película Joyeux Noël, en el que la noche de navidad del primer año de conflicto, soldados alemanes, franceses y escoceses bajaron las armas para vivir un momento de paz. Todas las tropas y sus jefes fueron sancionados y removidos de la zona.

ALL QUIET ON THE WESTERN FRONT (SIN NOVEDAD EN EL FRENTE) LEWIS MILESTONE 1929-1930 Este bello filme anti bélico está basado en la novela del alemán Erich Maria Remarque, quien aprovechó el espíritu antibélico y neutral de los norteamericanos luego de unos años de concluida la Gran Guerra. El film nos muestra inicialmente el espíritu explosivo y jubiloso durante el reclutamiento de jóvenes en un liceo, incluso promovido por varios profesores, salvo alguno que otro; la algarabía y la excitación no dejaban ver la sinrazón de una guerra: una sociedad inflamada de orgullo nacionalista envía a su población juvenil a una masacre segura. Cuando los jóvenes reclutas se encuentran con los veteranos, estos se encargan de “bajarlos a tierra” y comienzan  a ver la crueldad y crudeza de la guerra. El mundo estaba susceptible a estos hechos, puesto que hacía 10 años había concluido la Gran Guerra, por eso el impacto en la sociedad norteamericana, quien no dudó en otorgarle el Óscar a la mejor película en 1930. Sin embargo, pese a las muchas películas que criticaban las guerras, nueve años después el mundo se dirigía penosamente hacia una segunda.

PATHS OF GLORY (LA PATRULLA INFERNAL) STANLEY KUBRICK 1957 Este film está basado en hechos reales, lo que motivó que sea censurado por el gobierno francés, por el gobierno español, en ese entonces encabezado por el tirano Francisco Franco, (quien se dice fue directamente afectado); y por todos los círculos militares norteamericanos. Tal como le sucedió  a la novela LA CIUDAD Y LOS PERROS (que fue quemada y prohibida en los colegios militares peruanos), el halo de prohibición acrecentó la fama de este film. Esta película es una abierta denuncia a la casta militar y su verticalidad, la falsa idea del patriotismo y los excesos que se cometen en cualquier conflicto armado. Muchos ven en este film el delicado y preciso movimiento macabro y frío de piezas de ajedrez al que someten un ejército, un batallón o un pelotón de soldados para lograr su objetivo, por eso los descarna de cualquier elemento sentimental, el cual sólo hallamos hacia el final de la película. El propósito del film es denunciar y denostar la fría maquinaria del poder y su manipulación de los seres humanos, en este caso, soldados. Está inspirado en un hecho real, una ejecución de cuatro soldados  de la Brigada 119 del ejército francés. En la historia real, las familias de los cuatro soldados lograron que la memoria de los mismos fuese recuperada, pese a que las familias recibieron una pobre indemnización. La práctica de fusilar soldados de manera aleatoria era una forma de sancionar la indisciplina (en cualquiera de sus manifestaciones) a todo el batallón. Como los romanos solían diezmar (matar un soldado de cada diez) para dar una lección a sus legiones. Hubo muchos problemas para su rodaje. En Francia sólo pudo estrenarse el film completamente en 1972.

LAWRENCE OF ARABIA (LAWRENCE DE ARABIA) DAVID LEAN 1962 Este film narra la historia de Lawrence en su misión de hacer contacto con las diversas tribus árabes y aglutinarlas contra el Imperio Otomano durante la I Guerra Mundial. A través de él (Lawrence) vemos a un pueblo con un amplio sentido de libertad, quizá producto de ese ambiente tan sobrecogedor que es el desierto en su terrible belleza. La fuerza de un hombre rayano a la obstinación hace que sus metas se hagan realidad. Llegar a Aqaba, cruzar el desierto hasta llegar al canal de Suez, luchar con las tribus y luego contra los turcos, acción que lo arrastra a las honduras de su alma (como Roger Casement en El sueño del celta) lo van pintando en cuerpo entero. Pero su acción, lejos de lograr la ansiada libertad y triunfo contra los otomanos, tristemente todas las promesas ofrecidas por él a los árabes sobre su independencia no fueron sino otorgadas hasta después de la II Guerra Mundial. Esta bella película, con el recientemente fallecido Peter O`Toole, Omar Shariff y Alec Guiness, presenta las más bellas escenas de un desierto, espacio muchas veces visto como poco atractivo y bastante traicionero; y estas poderosas escenas son acentuadas con la banda sonora compuesta por Jarré.

THE AFRICAN QUEEN (LA REINA AFRICANA) JOHN HUSTON 1951 Debido a la acción de censura que sufrió una de sus películas, La Roja Insignia del Valor, (filme que denuncia las absurdas situaciones del valor y la franca reacción de la cobardía frente a la guerra), Huston se aleja de Norteamérica y recala en África, donde dirige este film que es una de sus obras maestras. El film es también la oportunidad de reunir a dos grandes actores y una acción de aventura muy simpática: Dos personajes antagónicos, una misionera (Katherine Hepburn) y un aventurero borrachín (Humphrey Bogart) llevan a cabo la más absurda misión durante la lucha entre las potencias en las colonias africanas durante la primera guerra mundial: el hundimiento de un barco de guerra. La historia es bastante ágil, divertida y tiene en esta pareja la cumbre de la actuación de aventura y amor; y además con un triunfo irrisorio que trae más a la risa que al coraje de haber triunfado. Parece ser que la conversión de esta aburrida novela de C. E. Forrester se logra por la feliz consecución del talento de los actores y por el quizá espíritu festivo de Huston. La película no deja de tener un sentido de sorna que nos hace pensar que nuestro director se la pasó riendo a lo largo de la filmación. La escena del izamiento del pabellón británico o el hundimiento de su objetivo son francamente una burla solapada a los hechos de los hombres. Es todo un clásico.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

LA FRANCIA DE VALLEJO

“Los hijos se parecen más a su tiempo que a sus padres”
Proverbio árabe

LA FRANCIA DE VALLEJO

Conferencia presentada por mi persona en homenaje a César Vallejo

Cuando César Vallejo dejaba el Perú por barco con Julio “El Chino” Gálvez Orrego el 17 de junio de 1923  en dirección a Europa para nunca más volver con una moneda de oro de 500 soles[i], el viejo Continente era un campo de experimentos políticos y sociales que iban a configurar el mundo contemporáneo que hemos heredado. La tendencia a la idealización y la sacralización de personas que admiramos no nos permiten ver el contexto que les tocó compartir y las circunstancias de cotidianeidad que, en este caso, experimentó nuestro vate en su periplo geográfico y humano vivido desde su llegada a la capital francesa hasta su muerte el 15 de abril de 1938. Gracias a la iniciativa de su amigo Julio Gálvez y su desprendimiento, este cambió su pasaje de primera en barco por dos de tercera; así Vallejo se alejó del Perú dejando atrás injustas demandas que aún el día de hoy ensombrecen su imagen.  Desde su arribo a París el 13 de julio del año 23, César Vallejo vivió una serie de vicisitudes, producto de su posición como emigrante de ajustados recursos y desconocedor del francés, situación que fue mejorando con los años;  así como de las turbulencias políticas y sociales coyunturales que terminarían por estallar en la segunda guerra mundial, conflicto declarado desde inicios de la década de los 30, pero oficialmente reconocido desde el 1 de setiembre de 1939.
No quiero entrar en un análisis interpretativo de la obra de Vallejo, no tengo autoridad para hacerlo; pero quisiera contribuir en el campo de la hermenéutica para una mejor interpretación de su obra y una mayor comprensión del Vallejo humano que vivió una serie de situaciones adversas, las cuales muchas veces no le hicieron placentera su vida el momento que le tocó vivir; y, más aún, tomando el concepto de que el artista es un vaso comunicante entre los hombres y la belleza que le permite trascender por encima de la vida prosaica que a todos nos corresponde. Vallejo es ese vaso comunicante que abrió un nuevo lenguaje para una gran masa humana silente que esperaba una voz. Ya un pensador contemporáneo a Vallejo y también conocedor de su obra, José Carlos Mariátegui, había visto en nuestro poeta el creador de una nueva estructura comunicativa que se adecue a los nuevos cambios. Mariátegui le permitió publicar en la revista Amauta diversas colaboraciones enviadas desde Europa. Además incluyó su aguda reflexión sobre la poética vallejiana en su obra capital 7 Ensayos de interpretación de la realidad peruana[ii], precisamente en el séptimo ensayo, capítulo XIV.  Se puede, también, ahondar en la obra narrativa no literaria de Vallejo a través del trabajo hecho por el investigador Jorge Puccinelli[iii] quien realizó, en vida, una exhaustiva revisión del trabajo intelectual y periodístico que Vallejo redactó para la revista Mundial y el diario El Comercio de Lima entre otros.  Identificados ideológicamente en el tiempo, Mariátegui, en su obra El artista y la época[iv], nos acerca una herramienta de comprensión a la creación de un hombre que resume, sintetiza su tiempo, y que vislumbra los cambios sociales necesarios. Vallejo es un hombre de su tiempo; visionario, sí; pero también un hombre que encarna las luchas ideológicas que sacuden a Europa en esos momentos. Su acercamiento a la doctrina comunista, así como su profundo rechazo al fascismo galopante que asolaba a muchos países del viejo continente nos muestran su marcado compromiso con el hombre y la sociedad de su tiempo. Tal como leemos el breve ensayo de George Lambie, El pensamiento político de Vallejo,[v] el artista se preocupa por la historia que le está tocando vivir. Como escribe Lambie, Vallejo ya había tenido un desarrollo político en nuestro país en su juventud; pertenecía a una generación preocupada por la búsqueda de una identidad nacional. No pertenece a ese grupo de artistas del torremarfilismo que comenta José Carlos Mariátegui[vi], claramente desdeñado por este intelectual; Vallejo no es un artista encerrado en su torre de marfil, aislado y ajeno a los problemas que aquejan a los hombres; Vallejo pertenece al grupo de artistas, hombres y mujeres, que se sumaron a las causas sociales. Eran hombres y mujeres testigos activos de su tiempo.
Pero, ¿cuál es esa época que le cupo vivir a César Vallejo?
Pese a la actual revolución tecnológica que nos hace creer que todo tipo de cambio se realiza por segundos, la historia nos ha demostrado que los cambios sociales son, pese a todo, lentos. Y estos se generan en todos los estratos de una sociedad. Tomemos cualquier postulado de las teorías del cambio social y las mismas nos darán la razón sobre estos mismos que pueden tener una nueva visión paradigmática o una revolución profunda que cambie sus estructuras, como las explica Pior Sztompka[vii]. Pero, ¿cuáles son esos acontecimientos que envolverán a Europa, a sus ciudadanos, a su cultura, a Vallejo? Podemos identificar cuatro grandes acontecimientos: la primera guerra mundial, oficialmente culminada cinco años antes de que nuestro vate llegase a París; el ascenso del fascismo y nazismo; la revolución bolchevique que daría el nacimiento de la extinta Unión Soviética; y la guerra civil española, cruenta guerra fratricida en la cual estuvo directamente involucrado. Basándome en las reflexiones de Lambie, con los dos primeros acontecimientos, Vallejo acentuaba en sí el pesimismo por ver una Europa y la civilización occidental en decadencia, tal como se planteaba en el libro de boga La decadencia de occidente (1928) de Oswald Spengler. Como anécdota queda que ese mismo año, Vallejo deja de pertenecer al APRA y pasa a formar parte del nuevo Partido Socialista Peruano; este giro le permitió ver una esperanza para un nuevo mundo en los dos últimos grandes acontecimientos.
Quisiera focalizar mi exposición en el primer gran acontecimiento, el cual ha de cambiar, incluso, el mapa intelectual de Europa de entonces. Los otros acontecimientos ha sido abordados por diversos investigadores peruanos y extranjeros a través del estudio de la obra de César Vallejo o su identificación ideológica, como bien lo hizo David Sobrevilla en su investigación César Vallejo, poeta nacional y universal y otros trabajos vallejianos; su viuda, Georgette Vallejo, entre otros
La primera guerra mundial o la llamada Gran Guerra es un gran acontecimiento humano que influirá en el imaginario social. Este conflicto mundial cambió completamente la geopolítica europea y fue el primer gran movimiento masivo de personas y también la primera gran masacre colectiva realizada en el espacio de cinco años[viii].  Es la primera gran muestra de la globalización efectiva de nefastas consecuencias. Extrañamente el campo de acción bélico fue bastante reducido (en comparación de la segunda guerra mundial, veinte años después): el campo de batalla se circunscribió al noreste de Francia, parte del territorio belga, en algunas regiones de Polonia, norte de Italia y zonas focalizadas en Serbia. Con los detalles expuestos sobre los costos y pérdidas de la maquinaria productiva de cada nación envuelta en este conflicto, la guerra no significó muchas alteraciones en sus economías. Muchas florecieron y recobraron su brío pocos años después. El injusto castigo impuesto a Alemania por sus intenciones de querer entrar en el grupo de los grandes imperios no fue por causas de pagar las pérdidas ocasionadas a los países vencedores del conflicto.  Además es una guerra de medios que convocan a los hombres a ir al campo de batalla; es una guerra en la que la información es recibida por los medios impresos, que también fungen de propaganda; y los líderes gubernamentales se ven pronto envueltos en la contienda de manera expuesta. Se dirigen a sus pueblos, son cabeza de una campaña enfervorizada contra el enemigo. Es una guerra en la mente de la gente. De ahí su gran repercusión. Es una guerra de los pobres y los ciudadanos de pie que van a caer en las terribles trincheras de Verdun, Somme u otros nombres que causan una dolorosa recordación. Entre las consecuencias, una vez terminado el conflicto, se tiene un nuevo mapa de Europa con la desaparición del gran Imperio Austro-Húngaro y el Imperio Otomano, así como la transformación del extenso Imperio Ruso en un conglomerado de soviets que se convertirá en la Unión Soviética;  la fugaz aparición de la joven Alemania en el concierto mundial y su absurda rendición en esta guerra traerán lamentables secuelas a toda Europa y el mundo en general un par de décadas posteriores; irónicamente los dos imperios coloniales dominante en ese entonces,  Gran Bretaña y Francia, alcanzan su cenit, pero también inician su acelerada decadencia. Francia se vio debilitada por esta guerra en cuanto a sus planes geopolíticos, mientras que Gran Bretaña se vio algo favorecida por la anexión de los territorios perdidos por la desaparición del Imperio Otomano. Pero la intervención de los Estados Unidos en suelo europeo ya es un indicio de lo que vendría. Esta guerra replantea los roles continentales. EE.UU, un país de ultramar interviene por primera vez en Europa, lo que lo convierte en una gran potencia del orbe; por otro lado, vemos los inicios de la expansión japonesa en Asia y un hecho importante: la amenazante realidad comunista que tuvo su primera manifestación concreta en la Rusia de entonces. En muchas partes, durante los años 20, la bandera roja flamea en lugares tan diversos como el ayuntamiento de Glasgow en Escocia, en fábricas italianas o en las duras huelgas generales en Gran Bretaña, Francia o Alemania. El peligro rojo precipita el surgimiento del fascismo y el nazismo[ix]. Quisiera resaltar que este contexto llamó mucho la atención a Vallejo, como lo menciona Greg Dawes en su artículo Neruda y Vallejo ante la vanguardia.[x]
Pero, ¿cómo afectó esta gran guerra al ciudadano simple en sociedades que estuvieron involucradas en la guerra y que forman parte del inconsciente colectivo actual? El próximo año, Europa se prepara para recordar el primer centenario del inicio de la Gran Guerra. La intelectualidad europea de esas décadas participó directamente o indirectamente en la conflagración. Grandes escritores franceses fueron enviados al frente y ellos mostraron, a través de sus diarios, novelas, poemas o ensayos, l´état d´esprit, el estado del espíritu de la época, de su tiempo. Así tenemos una vasta producción literaria hecha por autores como Maurice Genevoix, Roland Dorgelès, Henri Barbusse, Charles Péguy, Henri Fournier, Louis Aragon, Guillermo Apollinaire, Louis Pergaud, Blaise Cendrars, Maurice Barrès, Jean Giono, Marcel Proust, Georges Bernanos, Romain Rolland, Alphonse de Châteaubriand, Céline, Jean Cocteau, entre otros[xi].  Sus desgarradores manifiestos en novelas, poemas, crónicas de guerra o partes periodísticos nos muestran la crueldad de esta contienda, el sinsabor de saberse abandonados en medio de bombardeos de obuses o francotiradores. Testimonios como Viaje al fin de la noche de Céline o varios poemas del poemario Caligramas de Apollinaire nos muestran la condición y soledad de hombres que fueron al campo de batalla con una ilusión y que van descubriendo amargamente que son olvidados o carne de cañón. En las agudas reflexiones de Ferdinand Bardamu, una especie de heterónimo de Céline, advierte lo que la guerra es para el hombre cotidiano, la manipulación de los poderosos y la absurda pasión nacionalista que arrastra a la humanidad a acciones sin sentido. Muchos de ellos cayeron heridos y acentuaron su espíritu antimilitarista o antisistema.
Pero no solo Francia mandó al frente a su intelectualidad. La campaña de adormecimiento civil acalló a las mentes pacifistas y predominó el espíritu bélico. Gran Bretaña envía a poetas o hijos de grandes pensadores. El poeta Robert Graves sobrevive a la batalla de Loos, pero el hijo de Rudyard Kipling, John morirá en combate, como le sucedió a la joven promesa Rupert Brooke. Coincidencias de la vida: el famoso poema If fue dedicado especialmente por Kipling para su hijo. Los versos iniciales de este poema se volvieron premonitorios:
Si puedes conservar tu cabeza cuando todos los demás pierden la suya y te culpan por ello.
Kipling, un hombre que creía en la grandeza del imperio, que apostó por la misión salvadora de su nación y que había usado su influencia para apoyar a su hijo, miope y limitado para las órdenes, se vio con triste realidad de que su hijo varón había sido una víctima más de esta hecatombe humana. Su cuerpo jamás será hallado, pese a las gestiones de su desamparado padre. A pesar de todo, siguió apoyando la causa a través de los medios, como hicieron también Arthur Conan Doyle, H. G. Wells y Chesterton. Este último se prestó para reclutar a irlandeses, católicos, bajo el mando británico. Se estaba creando el odio contra los bárbaros teutones. Pero por el lado alemán, también su intelectualidad se ve envuelta en esta fiebre bélica. Dos grandes voces sobrevivientes, pacifistas a su manera, escriben notables novelas que conmoverán al mundo: Sin novedad en el frente (im Westens nichst neues) de Erich Maria Remarque y Tormentas de Acero (In Stahlgewitter) de Ernst Jünger. La segunda novela fascinó a muchas personas ligadas al nazismo, pero siempre se mostró independiente y sobrevivió como pudo a la locura nazi; mientras que la primera novela y su autor sacaron provecho al espíritu antibélico de postguerra y asentó en los Estados Unidos para vivir cómodamente su sueño americano gracias a las regalías obtenidas por la venta de los derechos de su novela al cine de Hollywood[xii].
Hubo personajes polémicos que ensalzaron la guerra, como el polémico Gabrielle D´Annunzio, poeta que con sus ideas no solo artísticas, sino políticas han de crear las bases de otra lacra que llevará a Europa a una segunda guerra mundial: el fascismo. Para este poeta, la Gran Guerra era una forma de galantería. Amaba su posición de subteniente en la guerra. Pero por otro lado, otros literatos venidos de América describirán a esta como una acción incomprensible para el genio humano: Hemingway.
Este acontecimiento creó un nuevo mapa europeo y mundial por dos décadas. París se volvió una ciudad que recibía a todos los ciudadanos del mundo. Sin embargo, pronto se verá envuelta en problemas sociales, políticos y económicos. El gran crack capitalista del 29 en EEUU tocará las puertas de Europa y golpeará a las poblaciones más vulnerables. Vallejo acentúa su acercamiento al comunismo como lo hemos expuesto. Este movimiento atraía, cada vez más, a cientos de artistas e intelectuales, y Francia reaccionó. Vallejo fue expulsado por su afiliación comunista y por haber estado hasta tres veces en la Unión Soviética[xiii], producto de lo cual escribió el libro Rusia en 1931[xiv]. El París de esos años era un hervidero de creatividad e intelectualidad, como también lo era Berlín. Ambas ciudades, capitales de naciones que habían vertido mucha sangre de su juventud trataban de recuperar. Pero la sombra de la inestabilidad social, la increíble inflación alemana, el surgimiento de movimientos comunistas por diversos países tendrán en zozobra a las inestables naciones. El compromiso y la identificación ideológica de César Vallejo se van a acentuar durante las visitas a España, nación que estaba atravesando una crisis por la declaración de la Segunda República hasta el estallido de la guerra civil. Durante cinco años esta joven república quería modernizar y, como dice Georgette Vallejo, nuestro poeta que tenía dudas sobre su militancia debido a los ecos estalinistas que hacían cuestionar su pensamiento ideológico para asumir con dinamismo su militancia marxista incondicional. Era un hombre de su época[xv].
Espero que estos datos, genéricos aún, nos sirvan para entender más su producción literaria, sea en verso como en prosa. El acercamiento a diversos intelectuales en París o en sus visitas a España o Unión Soviética, herederos de este mundo posbélico moldearon, quizá, parte de su obra que nos sigue deslumbrando.




[i], Ricardo Silva-Santisteban (1997) César Vallejo, Poesía Completa. Tomo 1, PUCP, Lima.
Georgette Vallejo (2012)  Allá Ellos, Allá Ellos, Allá Ellos,  UAP, Lima.
[ii] José  Carlos Mariátegui (2005) 7 Ensayos de interpretación de la realidad peruana, Biblioteca Amauta, edición 71, Lima.
[iii] Jorge Puccinelli (2002) Artículos y crónicas completos, PUCP, Lima.
[iv] José  Carlos Mariátegui (1978) El artista y la época, Biblioteca Amauta, edición 6, Lima.
[v]  George Lambie (Enero 2011-diciembre 2012) El pensamiento político de Vallejo, revista Norte, Instituto de Estudios Vallejianos, Universidad Nacional de Trujillo, No 17-18, Trujillo.
[vi] José  Carlos Mariátegui (1978) El artista y la época, Biblioteca Amauta, edición 6, Lima.
[vii] Pior Sztompka. Sociología del cambio social, Alianza Editorial, Madrid.
[viii] David Shermer (2004) World War I. Chancellor Press, Londres.
[ix]  David Shermer (2004) World War I. Chancellor Press, Londres.
[x] Greg Dawes (2008). Neruda y Vallejo ante la vanguardia, Nerudiana, Fundación Pablo Neruda, Santiago de Chile.
[xi] Le Figaro (junio 2013) Ceux de 14, les écrivans dans la Grand Guerre, Hors-série. París.
[xii] Jean-Louis Thiérot (2013) Vent de l´est. Ceux de 14, les écrivans dans la Grand Guerre, Le Figaro, Hors-série. París.
[xiii] Georgette Vallejo (2012)  Allá Ellos, Allá Ellos, Allá Ellos,  UAP, Lima.
[xiv] Alejandro Bruzual (2006) Los viajes de César Vallejo a la Unión Soviética: La dialéctica del vaso de agua. University of Pittsburgh, Vol. 4, No. 1, Otoño 2006, 23-39.
[xv] Georgette Vallejo (abril-diciembre 1999), Apuntes biográficos sobre “Poemas en prosa” y “Poemas humanos”, Norte, Instituto de Estudios Vallejianos, Universidad Nacional de Trujillo.