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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 11 de agosto de 2019

SEMBLANZAS PANAMERICANAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 11 DE AGOSTO)


Algunas reflexiones numéricas de estos Juegos Panamericanos 2019. Al momento de escribir este artículo, tengo a la mano estos datos medalleros cuando ya solo faltan dos fechas para que culminen estos juegos.
Los recientes Juegos Olímpicos en Río de Janeiro y los Juegos Panamericanos 2011 (Guadalajara) permitieron que ambos países sedes, Brasil y México, hayan tenido la oportunidad de haber desarrollado su mundo deportivo. En el cuadro histórico de medallas acumuladas durante los todos estos juegos desde 1951, México podría ascender al quinto puesto, desplazando a Argentina en el cuadro medallero histórico. Esta es una primera lección para aprender. Estos juegos serán, espero, el trampolín para que el deporte en general tenga mejores desempeños en todos los campos y hagamos un mejor papel en los próximos Juegos Panamericanos Santiago 2023. En el histórico, Perú podría llegar a alcanzar a Guatemala en oro (sí, Guatemala); y en el global, se podría desplazar a Ecuador.
Veamos otras cifras. Colombia tiene 49 millones de habitantes: 60 medallas a la fecha. Ecuador, 17 millones: 24 medallas. Chile, 18 millones: 34 medallas. Cuba, 11 millones: 70 medallas. Venezuela (a pesar de su gran crisis), 30 millones: 27 medallas. Trinidad y Tobago, 1 millón 700 mil: 10 medallas. Perú, 31 millones 660 mil: 31 medallas. Estas cifras están ligadas a la promoción, desarrollo, diversificación y apoyo al deporte en cada uno de los países nombrados. En el nuestro, la fijación por dos deportes colectivos, fútbol masculino y vóleibol femenino, han mellado en el desarrollo de otras disciplinas deportivas. Los logros obtenidos por los medallistas peruanos lindan con el heroísmo, pues algunos tuvieron que solventar sus gastos y recibieron apoyo del patrimonio familiar. Si ahondamos más en nuestra reflexión, el equipo peruano ha sido poco efectivo pues los 599 deportistas han dado 31 medallas, mientras que Brasil trajo 487: 142 medallas; Canadá, 478: 131 medallas; Ecuador, 201: 24 medallas; Chile, 317: 34 medallas; República Dominicana, 209: 31 medallas. Pero, ha sido una buena oportunidad para nuestros deportistas de tener un buen roce con personas de talla mundial, de aprender estrategias e implementar herramientas que les permita su desarrollo personal, en todas las disciplinas. Cabe recalcar que los dos deportes colectivos populares han tenido presentaciones lamentables. Quizá estos sean un retrato en pequeño de lo que es nuestra sociedad.
Parafraseo las palabras de Natalia Málaga al salir molesta del partido de vóleibol femenino entre Perú y Colombia: no hay semilleros en colegios. Las bases se hallan en estos; pero, mientras las direcciones asignen erradamente a profesores de otras áreas a enseñar el curso de Educación Física (como sucede con Arte), toda esa bella infraestructura hecha para estos Juegos Panamericanos se convertirá irremediablemente en elefantes blancos.
Gran oportunidad de tomar decisiones.

domingo, 3 de marzo de 2019

PRIMER DÍA DE CLASES (ARTÍCULO PARCIALMENTE REPRODUCIDO EN EL DIARIO LA INDUSTRIA DOMINGO 03 DE MARZO)


Se da inicio del año escolar 2019.  
Como cada inicio del nuevo periodo escolar, este coincide con cambios climáticos drásticos que Trujillo, la Región y el país, están experimentando. Estos están afectando toda actividad humana (económica, cultural, social y la educativa) y, como desafío, tenemos que aprender a convivir con ellos. Estos son una constante que debe de incluirse ya en el calendario anual de Educación (como, imagino, ya se está haciendo en otros rubros como Salud, Producción, entre otros) que obligan a replantearnos algunas propuestas de cambios o adaptaciones con el fin de no paralizar una actividad tan importante para una nación como la educativa.
La infraestructura educativa es un primer escollo a lo largo del país. En Trujillo, muchos planteles de más de tres décadas, aunque sólidos, no fueron pensados para la tropicalización que estamos viviendo. Proyectos como Chavimochic y los cambios dramáticos vividos en las últimas décadas han motivado la presencia de mayor humedad, la que nos exige hacer una revisión sesuda de la infraestructura escolar. Ya no es necesario tener un Fenómeno del Niño en la Región para tener lluvias. Las tenemos casi todos los veranos. Hay que hacer severas modificaciones en edificios, en sus aulas y partes administrativas. Debemos de contar más con áreas verdes, una buena arborización para tener sistemas frescos naturales de ventilación que reemplacen un posible equipamiento costoso, imposible de acometer para el Estado. Es tiempo de que buenos arquitectos e ingenieros hagan suyo el reto de mejorar la infraestructura educativa innovando e implementando materiales no costosos. Lastimosamente, todo apunta a que no habrá marcha atrás en estos drásticos cambios (habrá veranos más calurosos y torrenciales, como inviernos un poco más crudos)
En medio de este duro panorama, esta realidad debe de ser incorporada, casi obligatoriamente, como parte de los contenidos educativos; la descripción de esta debe de ser incluso diversos temas escolares transversales para que los estudiantes logren un aprendizaje muy significativo y permita, entre ellos, propuestas de soluciones ante la realidad que se pueda presentar como adversa, pero que, de ser comprendida, puedes hallarse soluciones simples que atenúen estas circunstancias y que respondan a una mayor conciencia ciudadana responsable y solidaria. Por ejemplo, proyectos de arborización tanto en su propio centro educativo, como en el de sus comunidades movilizarían a estudiantes para ejercer presión a desidia y desinterés de autoridades que deberían asumir estos proyectos como suyos. Una circunstancia adversa como esta requiere respuestas colectivas coercitivas.
La educación puede aportar así, a través de sus alumnos y docentes, respuestas constructivas a la adversidad.

domingo, 21 de agosto de 2016

CONVIDADOS DE PIEDRA (NUESTRA PARTICIPACIÓN EN RÍO, ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 21 DE AGOSTO)

El día de hoy cae indefectible el telón de la trigésima primera versión de los Juegos Olímpicos de la era moderna. Es también la primera versión en tierras sudamericanas y que, pese a que se  han llevado a cabo en un periodo político y económico turbulentos en Brasil, la magia y alegría cariocas han sido parte condicionante del éxito de los mismos. Es también un escaparate fulgurante en el que tanto atletas como países muestran sus notables avances en tal o cual disciplina. Es también una buena oportunidad de ver una gran gama de deportes que se practican en diversas latitudes y que por la tiranía y mediocridad de nuestra pobreza periodística deportiva nunca los conoceríamos. Es también una forma de validar todo el dinero invertido en la organización de juegos anteriores para demostrar que lo gastado no fue en vano; así podemos entender el avance del deporte británico, chino, australiano, surcoreano y español, cuyos países fueron sede de versiones anteriores; el brasileño que es la actual sede; y el japonés, cuyo país los hará en el 2020. Es interesante ver que, aunque Rusia no esté entre los cinco primeros países, golpeado por el boicot contra sus atletas, de sumar todas las medallas de las anteriores repúblicas que conformaban al ex URSS, ocuparía el primer puesto del cuadro medallero.
El avance de muchos países latinoamericanos es de destacar. Anteriormente teníamos solo a Cuba y esporádicamente a Brasil en los cuadros medalleros. Además de estos, tenemos con medallas de oro a Colombia y Argentina,  este último con diversas disciplinas colectivas de calidad. Se suman a este cuadro, Venezuela, Puerto Rico, México y República Dominicana. ¿Y Perú? Veamos cifras. Perú envió 29 atletas y obtuvo 0 medallas; Bahréin 35, 2 medallas; Filipinas 13, 1 medalla;  Vietnam 23, 2 medallas; Kosovo 8, 1 medalla de oro. Lo mejor logrado por Perú en estos juegos: Julissa Diez Canseco que quedó en séptimo puesto en Taekwondo femenino (49 Kg) y Kimberly García en puesto 14 en Marcha de 20 km. Gladys Tejeda llegó en el puesto 15 en Maratón femenina. Cuando se escribe este artículo, queda pendiente la participación de tres maratonistas. Esperamos una actuación decorosa.

2019. El 26 de julio de ese año, la capital peruana será la sede de la décimo octava versión de los Juegos Panamericanos. Como país anfitrión, hay muchos retos por abordar; estos tres años que quedan obligan a una ciudad caótica y bastante desorganizada a tener claras sus metas. Pero, por el lado deportivo sí es preocupante. Como dueños de casa, es una obligación que estemos presente en cada una de las 48 disciplinas, en ambas ramas, que se realizarán entre el 26 de julio al 11 de agosto.  ¿Estamos a la altura? ¿Son conscientes los medios de comunicación deportivos de lo que se nos viene? Un  indicador para todos: el fútbol, rey en nuestros medios, tuvo una única participación notable en Berlín ¡en 1936! Tres años nos quedan para cambiar el “chip”. ¿Lo lograremos?

lunes, 4 de julio de 2016

NUEVOS VIENTOS Y DESAFÍOS SOCIALES (ARTÍCULO DE OPINIÓN CORREO DOMINGO 03 DE JULIO)

Estamos ya a menos de un mes para que el nuevo Presidente asuma el mando de la Nación peruana. El nuevo Gobierno ha de recibir los logros del saliente y enmendar los varios errores generados y los que arrastramos de antaño.
Logros los hay, sobre todo en la rama educativa, en la que se hizo una mayor inclusión de grupos sociales de limitados recursos que les impedía acceder a una mejor opción en estudios superiores o, en muchos casos, a ninguno. He participado en entrevistas a jóvenes a quienes las oportunidades de poder realizar sus sueños académicos se han hecho realidad. Como proyecto hay aún cosas y puntos pendientes, pero son para corregir y mejorar, no para descartarlo o eliminarlo. Es también una opción de internacionalizar a nuestros jóvenes que, de concretar todo el proceso, han de mejorar nuestra educación que se halla aún rezagada; este sea quizá uno de los puntos que tendrá que abordarse y afinar para que cuando esos jóvenes retornen puedan ejercer en campos laborales adecuados y realicen labor académica en diversas universidades del país (no solo Lima) y que puedan trabajar tanto en el mundo público como privado. Si se ha “sembrado” en este gobierno esta interesante simiente, está en los posteriores incorporar el proyecto, mejorarlo, complementarlo, hacerlo política de estado. 

Gobiernos anteriores han fracasado en el proceso de repatriación de académicos e investigadores de diversas ramas por diversas índoles: ineficiencia, corrupción y celos profesionales han sido las más de las veces que han boicoteado estos proyectos que hubieran permitido a nuestro mundo universitario mejorar con creces. Aparte del orgullo de ver a un académico triunfar en otras latitudes, debería de ser una invitación a reflexionar a nuestra sociedad que no ha sido capaz de darle los recursos y opciones para que desarrolle su potencial en las ciencias exactas, puras o humanas. Reflexionemos sobre algunos frecuentes escollos que han atentado contra la repatriación de académicos: ineficiencia por la escasa o nula preparación para acogerlos a su llegada y el proceso de adaptación. Hubo casos de peruanos que se habían ido por más de tres décadas y venían con familia y casa. Tuvieron un frío recibimiento, puesto que, más que una oportunidad de crecer, el recién llegado se convertía en un grave riesgo para la zona de confort de los demás. La morbilidad de la pereza está presente en todos los campos laborales. Pero, el más grave sea, quizá, la corrupción, aquella que cala toda actividad humana y que pareciera que se ha instalado definitivamente en nuestra sociedad, un mal difícil de erradicar. Desde el hecho de que fondos destinados para sueldos o implementaciones de laboratorios hayan sido dirigidos a otros intereses, hasta situaciones extremas como robo de patentes o extorsiones han desalentado a muchos académicos.
Hay un gran desafío abierto para este Gobierno. 

domingo, 12 de junio de 2016

LECCIONES APRENDIDAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 12 DE JUNIO)

Luego de casi cuatro días de zozobra, la Nación ya tiene un nuevo Presidente que gobernará nuestros destinos por los cinco siguientes años. El nuevo Presidente tiene delante de sí un escenario interesante en el cual deberá de realizar su trabajo para recibir nuestras celebraciones del Bicentenario de la Independencia.
El escenario político regional ha confirmado algunas tendencias que PPK deberá tomar en cuenta. Un ex Sólido Norte, con imagen naranja es el primero por destacar. Casi todas las regiones norteñas y nororientales dieron su respaldo a Keiko, salvo Cajamarca que envía un mensaje claro al nuevo Gobierno.  Viendo el mapa electoral es como si el APRA hubiera dejado toda la “infraestructura” social necesaria para que dos nuevos partidos, APP y FP, le arrebatasen sus otrora incólumes predios.  El  APRA sobrevivió a las justas en esta contienda y ha sido un clarinazo para este partido que arrastraba multitudes. Lastimosamente las estrategias de conciencia política de antaño han ido cambiando por las del asistencialismo (llamemos dádivas) impuesto por APP, inicialmente, y por FP en los últimos años; y con fondos no poco cuestionables en su origen. Ha sido extraño que solo César Acuña haya sido separado de la contienda por el JNE y no lo hiciera con Keiko, quien decidió sacrificar a Vladimiro Huaroc. Pero también ha sido una labor silenciosa del partido naranja que ha trabajado con la juventud, bastante descuidada por los demás partidos. Todavía se carece, salvo FP, de una construcción permanente  con adolescentes quienes se convierten en una gran masa electoral en cada nueva contienda. La construcción de mensajes y la organización de cuadros juveniles han sido sostenidas y han rendido sus frutos. Esto debe de invitar a la reflexión a otras tiendas políticas que se ponen activas solo en campañas electorales: la política debe de volver a ser la conversación diaria de nuestros jóvenes. Pero, y aquí radica el peligro, esta juventud recibió una educación deficitaria y se convirtió fácilmente en un verdadero llano en llamas que obedece consignas a pie juntillas: pocas diferencias en el accionar ideológico existen entre organizaciones como el MOVADEF y los partidos que dicen carecer de una ideología y se acercan a posiciones fascistas. Solo así se puede entender que cuestionamientos éticos y hasta policiales puedan haber sido pasado por alto por miles de jóvenes frente a tan graves actos que anularían la participación de cualquier candidato en otras partes del mundo. La misión de los viejos y nuevos partidos políticos es la de restablecer una sostenida credibilidad en la política entre muchos jóvenes escépticos y la educación de líderes juveniles que puedan sumar más que restar en la construcción de sostenibilidad social.

Ese es el espacio que el nuevo Gobierno debe de fomentar para desarrollar gobernabilidad futura en nuestra Nación.

martes, 13 de enero de 2015

SANTUARIO DE CARHUAC, JOYA DE HUAYLILLAS

Sábado 11 de octubre. El día de la sorpresa. Este era nuestro último día en este lugar y para tal ocasión, nos habían dejado el plato de fondo: el santuario de Carhuac. La noche anterior había llovido intensamente y temíamos que esa mañana íbamos a tener un nuevo aguacero. Hicimos una previa visita al colegio para ver que todo quedase en calma y organizado para la mañana deportiva y para el almuerzo. Habían conseguido muchas truchas para que podamos comer luego del paseo. De ahí comenzamos a subir al cerro Ventana para llegar al santuario. Por el camino de ascenso ves el paisaje que rodea a Huaylillas. Premunidos de un poco de agua, comenzamos a subir pausadamente, nos acompañaban dos profesores y el sacerdote, joven él de Piura, para mostrarnos este bello tesoro. Antecede a la llegada al convento, el cementerio del pueblo. En sus muros de protección y demarcación vemos algunas cruces. Según nuestro guía, corresponde a vecinos que se pelearon con varios de los habitantes del lugar y su idea es la observarlos diariamente para ver las fechorías que cometían y descubrir la verdadera persona que se oculta atrás de ese hombre o mujer ideal. Simpática anécdota. Lo interesante es que hay de más de cuatro tumbas que corresponde a cada cruz.
Vimos los alrededores de este santuario, creado por los jesuitas a mediados del siglo XVI (1650 aprox.) y manejados por ellos hasta su expulsión de las tierras españolas cuando la compañía fue disuelta en 1773;  luego pasó a manos de los franciscanos. Era una zona estratégica para la evangelización (ceja de montaña o selva alta). Los datos para este santuario son pocos, aunque un docente se ha preocupado en hacer una investigación detallada. Sería bueno ver la posibilidad de cumplir con su posible publicación y tener acceso a archivos. Antes de ingresar a la iglesia, fuimos al patio del claustro que nos da una idea de lo importante que fueron estas instalaciones para el proceso de evangelización de la selva norte peruano.

Si ubicamos este lugar en el espacio colonial, correspondía a la Intendencia de Trujillo y, si trazamos una línea recta imaginaria de penetración hacia el oriente, Huaylillas se comunicaría con la actual Tocache en la Región San Martín. Algunas de las construcciones en el claustro son empleadas, como el que correspondía a la gran cocina que es en la actualidad un gran depósito.  Ingresamos a la iglesia por la puerta lateral para encontrarnos con una de las muestras más bellas y bastante conservada de arte barroco indígena. Su altar mayor está bastante conservado, cuenta con 10 hornacinas (dos sin imágenes), un sagrario de madera pintada y cuatro espacios de pinturas (los evangelistas), dos de ellas lamentablemente borradas. Las hornacinas han sido talladas en la piedra caliza, la cual ha sido pintada dándole una apariencia de mármol. Las imágenes corresponden a periodos diferentes. El tratamiento pictórico se asemeja al altar de la iglesia de Lucma, imaginería de ángeles, vegetación y frutas. Algunos altorrelieves han sido destacados con pintura dorada y se ubican en las hornacinas centrales. Es obvio que las imágenes actuales no les corresponden por las dimensiones de las mismas. La imagen de Dios creador de la parte superior está muy dañada y ya no tiene, por ejemplo, el rostro. Una buena restauración nos daría a conocer los procesos y todas las capas que han de encerrar tanto imágenes como las paredes.


Aunque recargada en detalles, el conjunto es esplendoroso, es un interesante ejemplo de los artistas que adecuaron las ideas evangelizadores a su propia realidad. Siendo un mundo agrario, este se ve en todas partes graficado y evocado. Hay otros dos altares en yeso laterales, no tan próximos al altar mayor. Estos son casi totalmente blancos, pero tienen varias partes polícromas; parece que anteriormente estaban profusamente pintados como el altar principal. Un estudio de la iconografía también nos permitiría ubicar todas las imágenes de manera temporal. No sé si algunas corresponden al periodo jesuita, esto es, el periodo inicial. Mención aparte merece el púlpito. Está hecha de madera polícroma tallada y presenta también a los evangelistas. Hay escenas de la Biblia en algunos de los marcos que hay enchapados. Urge una restauración antes que todo el monumento ingrese el periodo de escasa recuperación. Un detalle interesante es el viejo techo del templo: hay vigas para sostener el peso del techo de dos aguas: cada viga es un obsequio de algún vecino del lugar. Como la famosa contribución en adobes que se hacía en tiempos prehispánicos en el norte peruano.


Salimos para dar una caminata por la verdura que rodea a este bello distrito; así íbamos identificando frutos y plantas medicinales que hay de manera generosa en la zona. Un edén. A medida que avanzábamos, el cielo se iba oscureciendo, amenaza de lluvia. Pero esta esperó a que llegásemos a las puertas de Huaylillas para ver la caída de las primeras gotas. Un poco antes de llegar a las primeras casas del poblado, nuestro guía había comprado bastante pan, calentito, delicioso. Así nos dirigimos a almorzar trucha y luego prepararnos para la clausura del evento, puesto que algunas instituciones ya regresaban a sus lugares de destino. El evento fue muy simpático, lo bonito era ver la cara de alegría de estudiantes y profesores que veían el esfuerzo suyo recompensado por su trabajo conjunto. Incluso se premió al equipo que ganó en las olimpiadas que se habían realizado entre los estudiantes, mientras visitábamos el bello claustro por la mañana. Así cerrábamos nuestra visita a este lugar paradisíaco.

El domingo 12 de octubre, iniciamos nuestro poco accidentado retorno a Trujillo. 




domingo, 11 de enero de 2015

JORNADA EDUCATIVA EN HUAYLILLAS

Viernes 10 de octubre. Segundo día de actividades. Nos levantamos nuevamente temprano para tomar nuestro desayuno. María, César y yo íbamos a participar como jurado en los proyectos de productividad y de interculturalidad desarrollados por los diversos colegios en la Región. Por la tarde, íbamos a hacer una capacitación docente en una de las aulas del colegio.

Antes de ir a realizar nuestra labor académica, cumplimos con una invitación hecha por el párroco a ver una exposición de fotos que estaba instalada a un costado de la iglesia central. Además pudimos ver el interesante de trabajo que hacen con los jóvenes para que desarrollen habilidades en artesanía. Vimos una interesante máscara, que nos muestra el marcado mundo agrícola de la zona. Luego de esta breve visita, llegamos al colegio en el cual ya estaban instalados los toldos para que cada colegio exponga sus proyectos. César iba a ver los de productividad (halló un par muy buenos a tal grado que sugirió a sus docentes ponerse en contacto para poder hacer efectivo el proyecto y pueda beneficiar a toda su comunidad), y María y yo veríamos los de interculturalidad. Hubo dos proyectos muy interesantes, los que ocuparon primer y segundo puesto: cómo integrar a personas de “minorías”, caso de discapacitados, una joven estudiante embarazada; estrategias para evitar el acoso de sus compañeros. Cuando veíamos los proyectos nos decíamos que en realidad somos ciegos de solo ver lo que está a nuestro alrededor en las ciudades, pero no vemos lo que sucede en otras realidades más pequeñas. Soberbio ejemplo para luchar contra la soberbia de los autosuficientes.

 Hubo un percance; los vientos soplaron fuerte y un toldo se elevó cayendo estrepitosamente sobre el pie de un docente. Felizmente no hubo fractura ni algún joven o niño comprometido. Terminamos tarde la evaluación, duró más de lo esperado. Y ya teníamos en ciernes la capacitación a docentes. Esta última fue muy interesante. Los profesores necesitan espacios para hablar, intercambiar sus dudas, hacerse oír. Lo que empezó como una cosa fría, terminó con una amable conversación y la construcción de propuestas para trabajar con sus jóvenes. Estos profesores, además, son responsables que, en cierta forma, el proyecto siga adelante incentivando entre sus jóvenes a aquellos que tengan un verdadero perfil de líder. Por la noche, cerrábamos la actividad con una fiesta, baile, música. Al día siguiente, iba a ser la clausura y la entrega de premios. 




EN EL CORAZÓN DE HUAYLILLAS

Jueves 09 de octubre. Primer día de actividades. Nos levantamos temprano y fuimos a tomar un suculento desayuno. En la sierra, y sobre todo en esta zona tan libre de “modernidad” negativa, cuentas con muchos productos frescos, lo que aquí llamamos “orgánicos”. Además el costo de vida es mucho menor que en la ciudad. Pero también cuenta con sus problemas como salubridad y otros detalles que depende cómo los veas. Este primer detalle fue en el de las comunicaciones inalámbricas como Internet. Huaylillas es pequeño. Está asentado a las orillas del pequeño río Cajas, cuyas aguas dan al Marañón. Su población es pequeña, no pasa de los mil seiscientos habitantes; cuenta con dos grandes instalaciones educativas, una para primaria y otra para secundaria. La primera fue utilizada para todas las actividades. Además el reelecto alcalde había mandado a construir un salón de ceremonias, el cual aún estaba inconcluso. Pese a todo, ahí se realizaron varias actividades como la inauguración, talleres, fiesta y clausura. Luego de la ceremonia de apertura, se realizó el simpático desfile. Nosotros no estuvimos en la ceremonia de inauguración, ya que nos dimos una vuelta por la iglesia principal del distrito.
En Trujillo me habían comentado sobre la existencia de una iglesia de la colonia, pero las personas del lugar y el párroco nos indicaron que este no era el edificio del cual habíamos oído hablar. Ese lo veríamos unos días después. La iglesia de la plaza de armas estaba en reconstrucción. Los paisanos residentes en otras ciudades, sobre todo en Lima, habían agrupado fuerzas y fondos para esta gestión. Pero el problema, tal como vimos en Lucma, es que muchas veces no se cuenta con los profesionales apropiados para hacer una buena reconstrucción. Muchas veces prefieren construir con cemento o ladrillo, cuando el edificio originalmente no lo tenía y, lejos de ayudar a rescatar el monumento, terminan por hacer una suerte de edificio Frankenstein. A veces cambian por calaminas, techos que fueron originalmente de tejas. O cambian vigas de madera o colocan columnas con cemento. La iglesia estaba cerrada para el culto. El simpático párroco nos permitió ingresar a ver los interiores. Luego de nuestra cacería fotográfica, nos fuimos a ver el desfile. Jesús Ágreda me contó que la tradición era marchar en forma de comparsa. Estupendo.
Comparar con las marchas escolares que tenemos en la ciudad nos hace ver lo lamentablemente cuadrados que somos con el carácter “oficial” de este tipo de encuentros de estudiantes. Les metes marchas militares, cuando los jóvenes lo que quieren es alegría, no rigidez de un momento que desean compartir con otros a los cuales vas a conocer por primera vez luego del largo viaje realizado. Había centros educativos venidos desde Bolívar (un día mínimo de viaje, a veces a lomo de mula), Pacasmayo, u otros lugares de la costa y sierra liberteñas. Una lástima que este evento haya coincidido con las elecciones, con las evaluaciones de docentes (hubo directores y profesores que no fueron ratificados) e incluso un nefasto accidente de tráfico en la zona de Julcán que hizo desistir a varias instituciones de participar. Pese a todo, el ambiente era de fiesta. Los jóvenes líderes ordenaron a los grupos de escolares para dar el inicio al desfile. Las bandas comenzaron a tocar la comparsa y el sonido atrajo a los vecinos. Era todo un acontecimiento para la comunidad, ya que la población estaba directamente o indirectamente involucrada. Para una pequeña población como esta, la llegada de más de doscientas personas significa muchos cambios y algunos problemas logísticos. Sin embargo, la comunidad se esmeró en dar lo mejor de sí, por sus hijos y por ellos mismos. Vale. Una a una, las delegaciones pasaban y veías a alumnos, profesores y otras personas que los habían acompañados avanzar bajo la simpática música; hasta César y María se animaron a bailar con la misma. Cerraba el paso de las delegaciones, el colegio anfitrión. Bonito inicio de los días que teníamos por delante.
Por la tarde nos fuimos a orillas del río Cajas que bajaba turbulentamente. Ya había empezado las temporadas de lluvias y más de una nos sorprendió. Por la tarde fuimos testigos de algunos talleres. En la caminata por las dos pocas calles de la ciudad, nos encontramos con un fruto abundante de la zona: el capulí.  Una de las angustias que comenzamos a pasar fue el difícil acceso a la comunicación vía internet. Como personas con ansias de estar informados, comenzamos a angustiarnos. De pronto, María descubrió un punto en el cual podías captar la señal. Pero conforme pasamos los días, esa angustia decayó. Cuando veíamos el cielo estrellado y no sentir claxon alguno que te perturbara, nos dimos cuenta de varias cosas que habíamos perdido por estar más preocupados de lo demás que de nosotros mismos.

Así cerramos nuestro primer día de actividades.




sábado, 10 de enero de 2015

HACIA HUAYLILLAS

Miércoles 08 de octubre. Feriado. Gracias a la invitación del profesor Jesús Ágreda, docente de lengua y Presidente del Consejo Directivo de la Asociación para el Desarrollo Intercultural, fui a la pequeña ciudad de Huaylillas en la provincia de Pataz de la Región La libertad. La forma de acceso más segura a esta zona no es precisamente por la misma Región, sino por Áncash. Esta tiene una infraestructura vial más conservada y más extensa que la nuestra. Y esta deficiencia también se ve cuando una vez que llegas a la frontera que traza el Marañón, las diferencias saltan a la vista. Éramos tres los viajeros al evento: María Ramos, César Alva y yo, invitados para ser jurados en el Décimo Octavo Encuentro de Líderes Juveniles. El viaje toma aproximadamente 18 a 20 horas y vamos por la carretera a Sihuas. Había estado allí en el 2013, cuando fui a Tayabamba como parte del programa de Beca 18. Ir en verano a la sierra tiene sus riesgos, ya que llueve con intensidad y hay varios derrumbes, como así me pasó en ese entonces. Esta vez pude ver el hermoso paisaje que había atravesado con anterioridad bajo una densa niebla. Para este viaje, íbamos con una movilidad especial que había destinado Jesús a todo el grupo viajero. Nos acompañaba también otro bus más pequeño que llevaba a un grupo de estudiantes y docentes que habían “bajado” a Trujillo desde Otuzco para ir por la vía de Áncash. Tratamos de salir lo más temprano posible. Ya había varios jóvenes líderes que ayudan en este interesante proyecto, que habían pernoctado en casa de Jesús. No salimos a las 6 a.m, pues hubo varios retrasos entre los viajeros que no llegaron a tiempo. Salimos de Trujillo y comenzamos a dormir. Nos despertó el sol que ya salí en el horizonte y nos daba de lleno. Además, la carretera pavimentada se convirtió en una carretera de trocha que corresponde al proyecto Chavimochic. Es un tramo que pensé que iba a ser más breve, pero no lo era tanto. Además terminas medio molido por la condición de la carretera. Logramos retomar el tramo asfaltado que corresponde a esta carretera de penetración que se dirige, sea para el Callejón de Huaylas, sea para Sihuas. La carretera está asfaltada hasta cerca del poblado de Chuquicara y luego ya es una camino bastante bien tenido. Antes de llegar a Yuracmarca, el lugar de los cruces, atraviesas una serie de túneles que identifican a esta carretera. Antes de seguir camino, realizamos un breve pascana para ver un poco este lugar, punto neurálgico de comunicaciones.
La primera vez no pude ver el intenso movimiento que tiene este sitio. De ahí comienza un alucinante ascenso para cruzar el primer tramo de nuestra accidentada orografía andina: la cadena occidental. A medida que el bus iba subiendo, veíamos a través de las ventanas el caudaloso río Santa que se iba empequeñeciendo. En sitios como estos, ves la fuerza de la naturaleza, así como la voluntad del hombre por querer dominarla. El viaje es bastante lento, puesto que la carretera no es muy ancha y vamos bordeando cerros. Hubo momentos en los cuales el silencio era general, no solo por el temor, sino por la belleza del paisaje que estábamos viendo. Incluso en un tramo tuvimos la visita de unos loros, muy frecuentes y populares en la zona, a tal grado que hasta una danza típica tiene (como vimos en Huaylillas). Cruzar los Andes y llegar a las zonas cálidas en una experiencia interesante. Cerca de Sihuas, se halla el punto más alto de la travesía y el frío caló nuestros huesos; desde ahí se inicia el descenso no solo hasta Sihuas, capital de la provincia del mismo nombre, sino a nuestro objetivo final.
Sihuas tiene una población de unos seis mil habitantes dedicada al comercio, agricultura y ganadería. Cerca de esta pequeña ciudad hay un centro minero (oro). Espero que esto no convierta la zona en un lugar potencial de minería informal y todos los problemas que esto conlleva.

En Sihuas nos detuvimos a almorzar. El mejor para hacerlo: el mercado. El lugar es limpio y los platos son prodigiosos. Antes de hacerlo, me fui a dar una vuelta por algunas calles con María y César, y nos topamos con algunos chicos que estaban viendo el busto de José Carlos Mariátegui. Un hecho insólito, pero Jesús me contó que el distrito tuvo un alcalde de izquierda y, en homenaje a este pensador, mandó a hacer este pequeño busto. Luego, ya con el hambre encima nos fuimos a comer. Estaba un poco indispuesto, pero la conversación con los chicos me hizo pasar el mal momento. Conocer a Olinda, Amanda, Luis Ángel, Dennis y el loco Gustavo Rojas fue muy simpático, son jóvenes que estudian en diversas universidades y diversas profesiones; jóvenes que están muy comprometidos con el proyecto y se dan de lleno como lo pude comprobar todos estos días que compartimos la experiencia. Durante la conversación, Gustavo hizo un movimiento que terminó con la rotura de un vaso de vidrio. Lo terrible fue que un niño de unos tres años caminaba jugando cerca al grupo y vio un pedazo de este vidrio, y lo quiso agarrar.  En ese momento, todos saltamos, ya que el niño no era consciente del peligro que estaba pasando. Aunque lo tomó con sus manitas, felizmente no tuvo ningún corte. Fue increíble. Algunos prácticamente se quedaron sin aliento. La adrenalina de todos se puso al tope. Pedimos una escoba para limpiar hasta la última astilla que hubiera en el piso. La gente fue un poco descuidada, puesto que no hubo interés por parte de los dueños de limpiar los restos.

Subimos al bus nuevamente, ya para enrumbarnos a un lugar que nos iba a encantar: el río Marañón.  El encuentro con este río supone también que pocos kilómetros más hacia el sur, cuando lo cruzamos por un puente estemos en la confluencia de tres fronteras regionales: Áncash, Huánuco y La Libertad. Hicimos un breve alto en el puente para las fotos recordatorias. De ahí, ya estábamos en territorio liberteño. En tramo hasta Huancaspata está regularmente preservado. Huancaspata es la primera población grande con la uno se encuentra en la provincia de Pataz. Este distrito se ganó cierta fama a raíz de que en las elecciones municipales y regionales las ánforas fueron quemadas. El distrito además fue destacado como una posible zona roja en potencia a causa del narcotráfico, debido al abandono de las autoridades políticas en que se halla. Bueno, para contactarse con la capital de su Región, Trujillo, el viaje puede llegar, en tiempos de lluvia, a tomar más de un día.
Las paradas nos fueron “robando” tiempo, por lo que nuestra llegada al primer distrito de la provincia fue ya con la caída del sol. Y de noche, todos los gatos son pardos. Tal es así que cuando salimos de Huancaspata en dirección a Tayabamba, no se podía reconocer la ruta. Señalización no hay y todo era un albur.
El tramo hasta la capital de la provincia es de 67 kilómetros y nos tomó casi tres horas y media. Inaudito. Íbamos con la atención “en punta”, puesto que tomar un camino equivocado nos hubiera alejado de nuestro destino final. Hicimos llamadas permanentes con las personas que nos esperaban en Huaylillas. Llegamos a Tayabamba ya bien entrada la noche. Desde aquí nos faltaban otros 19 kilómetros para llegar a nuestro destino final. Entre datos más, datos menos, hallamos el camino hacia el distrito. La lluvia dificultaba el camino (¡qué mal tenidas están nuestras vías en La Libertad!) y en la marcha vislumbramos los primeros destellos de nuestra meta. De pronto, en una curva estos desaparecían. Nuestro chofer, ya bastante molesto y cansado, decía que la ciudad caminaba o desaparecía. Por fin llegamos al lugar, pasada la media noche. La gente nos estaba esperando; hay una suerte de comprensión del destino que no compartimos mucho en la costa. Los profesores comenzaron a emplazar a los chicos del colegio que iba en el bus que nos acompañaban. Luego de esto, con los jóvenes guías, Jesús y su equipo, y nosotros nos instalamos en casas de vecinos ubicadas a una cuadra de la plaza de armas. Estábamos tan casados que lo único que queríamos era dormir. Habíamos viajado casi todo el día.  Así empezábamos nuestra actividad de cuatro días.








domingo, 24 de marzo de 2013

VIAJE A TAYABAMBA. ILUSIONES Y VENTANAS AL FUTURO


La primera semana del mes de febrero tuve la oportunidad de participar directamente en el  proyecto educativo BECA 18, que el Gobierno peruano realiza en diversas regiones de nuestro país con el fin de favorecer a las clases sociales más desfavorecidas en uno de los diversos programas de inclusión social. Por esos días, viajamos a la capital de la provincia de Pataz,  pudimos tomar el examen a 77 candidatos de la zona e hicimos un viaje de retorno bastante accidentado y largo. Gracias a diversas gestiones institucionales y personales, se gestó este viaje, postergado por una serie de acontecimientos que pusieron en riesgo la vida de las personas involucradas. Hubo diversas adversidades infraestructurales y climatológicas que pude constatar personalmente. Situaciones inauditas como que para ir a esta Región perteneciente a La Libertad uno debe ir por Áncash, puesto que tiene un sistema vial mejor conservado que la que debería corresponder a nuestra Región; o que las lluvias condicionen toda la vida de estas zonas, su economía, su comunicación, su vida diaria.















El día martes 05 salimos hacia la ciudad de Tayabamba con una persona de la oficina de Admisión de la Universidad en la que trabajo, responsable de la parte logística de la evaluación; y el chofer de la camioneta, ducho en la materia y viajero frecuente por la zona. Hora de partida: 6 am. Gracias a la información de colegas de trabajo, el mejor camino para ir era por las provincias serranas norteñas del Dpto. de Áncash. Ya a esa hora, el tráfico por la Panamericana rumbo a Chimbote es penoso. Ya he comentado lo peligroso que es este tramo, una vía de solo dos carriles y con un tráfico pesado que va y viene  hacia los valles que conforman el proyecto Chavimochic. A tempranas horas van llegando muchos buses desde Lima y todos hacen una alocada carrera para llegar rápidamente a sus destinos. El viaje se realizó con algunos sobresaltos hasta Puerto Santa, cerca de Coishco. Desde ahí iniciamos nuestro ascenso para cruzar los Andes en tres oportunidades. Por una pista bien asfaltada llegamos a Chuquicara, un pequeño poblado en el que ya uno puede sentir el aire de la sierra. Aquí la gente puede proveerse de algunas cosas para el camino. Desde que se ingresa por esta carretera de penetración uno va, prácticamente, en paralelo al río Santa; en el camino hicimos un alto para ver algunas pequeñas represas que marcan el inicio del proyecto Chinecas. Chuquicara es el inicio de una serie de poblados de esta vía de penetración así como el final de la vía pavimentada; ingresamos a una carretera bastante bien tenida (relativamente) hasta Sihuas.  Pero como era temporada de lluvias, los rumores eran variados y algunos de ellos fueron ciertos: puentes caídos, derrumbes. Algo podía pasar. Es un viaje de adrenalina en cualquier época del año, por la contundencia de la naturaleza como tu principal rival. Nos jugó varias “bromas”; por ejemplo, hubo un pequeño puente que está sobre un lecho de riachuelo seco de una pequeña vertiente, el cual estaba en reparación a causa del desgaste de su piso metálico (una suerte de puente Bayly) por lo que hicimos un alto de una media hora más o menos; así comenzaban algunas complicaciones. No es un deporte de aventura, puesto que no escoges vivir estas experiencias.















El tramo de Chuquicara hasta Yuracmarca es interesante, puesto que cruzas una serie de túneles que, en cierta manera, son parte del complejo Cañón del Pato. Si hubiéramos tomado la ruta hacia Huallanca, los túneles se hubieran incrementado e hubieran sido más extensos. Llegamos a una encrucijada siendo un puente una de las vías alternativas; cruzamos  el mismo para nuestro camino a Sihuas. En realidad uno debe ser conocedor de estas rutas para no perderse, ya que hay poca señalización y, de repente, te topas con una bifurcación que no se halla en el mapa que llevaba a mano. Una odisea. Así, pues, con este cruce de puente dejábamos la vertiente del Pacífico y comenzamos a remontar nuestro primer cruce cordillerano. El ascenso es bastante interesante, cada vez más se acentuaba la profundidad abismal y el río Santa se volvía una hilacha plateada. El entorno era árido hasta llegar a una zona  que se encuentra literalmente “en las nubes”. Lo que sucedía es que existe una gran condensación de humedad, hay una frondosa vegetación y también una tupida (y peligrosa) niebla todo el año. La vía era lo suficientemente ancha para el paso de dos vehículos en ambas direcciones, pero hubo tramos en los cuales peligrosamente se estrecha. Y en algunos tramos hallamos camiones estacionados que hacían la vía peligrosamente estrecha, con una suerte de pista enlodada por las lluvias y por la llegada de otros vehículos en la dirección contraria. Pese a ser temporadas de lluvias, la voluntad de la gente no se detiene y está en permanente movimiento; vimos varios camiones transportando madera, así como varios buses de diversas empresas. Un desafío al equilibrio.

Después de cruzar esta zona de nieblas y despejado ya el paisaje, comenzamos a ascender un poco más para llegar a ciertas zonas mineras. Antes de llegar a Sihuas, el camino está trazado como una gran serpentina. Ya era casi mediodía y aún no se vislumbraba algún gran pueblo. El descenso fue rápido y a lo lejos contemplamos Sihuas. Luego de varias acentuadas curvas, llegamos a esta capital de provincia y no veremos otro gran poblado sino cuando ingresemos al Dpto. de La Libertad. Y para eso faltaban muchas horas más. En Sihuas almorzamos algo contundente para el resto del tramo. Sihuas tiene todos los servicios necesarios y además arreglamos mejor las maletas que iban en la tolva de la camioneta y eran mojadas por las persistentes lluvias. Y en verdad que actuamos rápidamente, puesto que una vez que salimos de Sihuas, se desató una fuerte lluvia. Ahora nos dirigíamos hacia la Serpiente de Oro de Ciro Alegría: el río Marañón. Es la frontera natural entre Áncash, La Libertad y algo de Huánuco. El camino ya muestra algunos derrumbes, deslizamientos y también, para suerte nuestra, un permanente mantenimiento. Corriendo paralelamente al río Sihuas, llegamos al Marañón. Las aguas bajaban cargadas y en el resto del tramo que nos faltaba íbamos ver un par de afluentes más. Recorrimos un breve tramo en el margen occidental y, luego, atravesamos un puente para ir al tramo oriental, el cual nos llevaría a nuestro destino. Pronto llegaríamos a Mamaguaje, punto de bifurcación  para ingresar a Huánuco, a la ciudad de Huacrachuco. De ahí, hicimos un ascenso de casi dos horas y media hasta el primer gran pueblo de La Libertad: Huancaspata. La lluvia era persistente y el tramo recorrido, que ya es la región La Libertad, estaba mal tenido en comparación de los tramos de Ancash. De Huancaspata a Tayabamba, el tramo duró casi tres horas y lo hicimos cayendo la noche. La carretera está plagada de agujeros y, por las precipitaciones pluviales, se hacían pozas peligrosas llenas de agua enlodada que no nos permitían conocer su profundidad.  La llegada fue a las 9 de la noche. Ya no llovía, pero las calles estaban enlodadas y sentías la presión de la altura. La ciudad está ubicada un poco más de los 3,200 metros y eso ya pesa en nuestras actividades físicas. Una breve cena y luego instalarse a dormir para que el cuerpo se adapte.
 El miércoles 06 fue el día central: por la mañana tuvimos una reunión en la UGEL Pataz. Las autoridades han puesto mucho interés y energía en el éxito del proyecto de BECA 18 y les preocupa, con justa razón, el futuro de esta juventud que, una vez concluidos sus estudios, puedan retornar a su Región para poder aportar a su desarrollo y resolución de problemas (que son muchos). A las 10:15 am. Fernando, el consejero de admisión y encargado de la logística del viaje, tuvo la oportunidad de presentar la Universidad tanto a alumnos como padres de familia. Esta reunión matutina fue bastante interesante, puesto que oíamos las dudas y temores de ambas partes. Estas regiones tienen todo el derecho de dudar de este tipo de proyectos, debido a que han sido (y son) víctimas de permanentes engaños electorales, pues han oído y oyen promesas y no reciben nada posteriormente. Los jóvenes candidatos postulaban a carreras de ingeniería para poder solucionar el problema infraestructural de esa rica Región, pero con graves carencias. La ciudad queda a merced del capricho pluvial, puesto que, en las temporadas de lluvias, Tayabamba quedaba aislada por días. La ciudad, también, tiene problemas con el abastecimiento de agua potable (zona de estrés hídrico) y sus calles están en un estado lamentable que se acentúa con la lluvia, como pudimos constatar personalmente. Como la historia es fascinante, recurrimos a ella para saber un poco más de esta zona y el profesor Orlando Peña, y luego corroborado por Iván La Riva, nos dijo que fue en esta Región que el investigador Antonio Raimondi acuñó la frase “El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro”.

La prueba fue tomada por la tarde, exactamente a las 4 pm. Se presentaron 77 candidatos, algunos de los cuales les tomó casi dos días para llegar a Tayabamba, ya que se desplazan a pie u otros medios. La realidad es tremenda. Pero el espíritu de estudio es envidiable, es una ola de energía que uno puede percibir cuando habla con cada uno de ellos, chicos y chicas con ansias de poder seguir una carrera universitaria y ven en este proyecto la oportunidad de sus vidas. Quizá no todos estén en la capacidad de poder seguir estudios universitarios, quizá sea mejor para varios de ellos seguir estudios técnicos (están participando otras dos instituciones técnicas de buen nivel). Y espero que todos estos jóvenes ansiosos de estudiar tengan una buena oportunidad para seguir los estudios correctos para su bienestar y el de todos aquellos que apuestan por estos jóvenes. Reto tremendo.

Una vez concluidos los exámenes, nos fuimos a dar una vuelta por la bonita plaza de armas. La pausa entre la charla y el examen la habíamos aprovechado para hacer algunas compras como panes serranos, y dar una vuelta por la ciudad, la cual tiene sus diversos atractivos. Tayabamba es una ciudad minera, agrícola y comercial. De mejorar sus pistas, la ciudad no se vería tan sucia por los lodazales. La lluvia limpia si es que encuentra la forma de hacerlo. Pero no nos preparamos para ello. Y las pendientes de esta pequeña ciudad ayudarían a dejar la ciudad bastante despejada. Ya sin el compromiso del examen, me fui a tomar fotos en el interior de la iglesia, de techo alto, altísimo. Luego cenamos relativamente temprano, puesto que el plan era salir a las 5 de la mañana hacia Trujillo.
Pero el clima nos iba a jugar una mala pasada: no bien nos acostamos, se desató un fuerte aguacero que ya nos iba a dar una idea de los que iba a pasar a nuestro retorno. Incluso habíamos quedado con un joven parte del proyecto que iba a retornar con nosotros en la camioneta. A la hora pactada y ya con todos nuestros bultos preparados, nos decidimos partir, pero el joven no se apareció; se las olía. Como queríamos llegar temprano a Trujillo, salimos raudos de la ciudad, aún con lluvia. Ya en el camino nos íbamos a encontrar con ciertos vestigios un poco alarmantes. Una camioneta estaba mal parqueada en la ruta; los ocupantes se quedaron en ella, ya que la camioneta no podía prender a causa del agua que había ingresado al distribuidor, agua acumulada en los charcos de la ruta. Felizmente nuestra camioneta era alta, pero ese indicio nos estaba alertando de lo que se nos venía. El paisaje era impresionante, pese a lo persistente de la lluvia y el frío que iba penetrando en la camioneta. Seguimos avanzando hasta llegar a Huancaspata. En el camino vimos pequeños derrumbes y en algunos tramos el paso era un poco difícil. En ese descenso nos topamos con una camioneta que nos dio la primera advertencia: un derrumbe había interrumpido el paso ya cerca del Marañón. Seguimos descendiendo, puesto que teníamos la esperanza que esta situación fuese pronto resuelta. Nos encontramos con dos jóvenes en motocicleta y nos dijeron que sí había paso, eso nos dio optimismo. Pero luego nos hallamos una camioneta que llevaba policías y delincuentes. Retornaban puesto que la carretera sí estaba obstruida. Llegamos hasta Mamaguaje para curiosear. Era una realidad; desde ese momento las conjeturas comenzaron a crearse como que eso se arreglaba en un par de horas o que teníamos que regresar a Trujillo por Huamachuco con huelga de mineros y la posibilidad de más y peores derrumbes o huaycos. En Mamaguaje comimos algo (la idea era tomar un buen desayuno en Sihuas) y, viendo que la cosa tenía para largo, decidimos regresar a Huancaspata para pernoctar. Habíamos conversado con la gente de la zona, en el lugar del único teléfono del pueblo para saber las noticias. Tuvimos que subir nuevamente hasta Huancaspata y buscar un hotel. Hallamos uno para pasar la noche y salir temprano al día siguiente. Pero ya tratando de instalarnos en dicho pueblo, comenzó el rumor de que ya carretera ya se había abierto. Llamamos por teléfono al lugar y nos confirmaron. Eso significaba que íbamos a viajar toda la noche. Coordinamos con otra camioneta para poder ir juntos y poder ayudarnos. Llegamos al tramo abierto a eso de las 10 de la noche. Antes pasó un camión y pensé que nuevamente  nos íbamos a quedar en la zona. Además no teníamos mucho combustible. Logramos pasar este tramo no sin un buen susto. El camino hacia el Marañón estaba despejado, pero uno nunca sabe lo que puede ocurrir. Felizmente y con los cinco sentidos totalmente atentos, nos fuimos desplazando a buena velocidad hacia Sihuas. Llegamos a esta ciudad a la 1 pm. Desde ahí comenzamos otro ascenso. La carretera era iluminada solo por los faros de la camioneta. Pocas zonas eran reconocibles debido a la tenue neblina. Pronto pasamos la zona de la espesa niebla y desde ahí comenzó el descenso hacia el río Santa. Pero hubo tramos en los que veías ramales de carretera y no tenían señalización, ¿estábamos yendo por buen camino? Dos veces tuvimos que retornar por el camino andado. Los nervios te traicionan y ves solo un laberinto de caminos sin paneles. Todo en una noche cerrada. De pronto vimos el puente que conectaba con la carretera a Huallanca y respiramos tranquilos. Aquí hicimos una pascana. En el lugar vimos varios camiones y camionetas que hacen un alto para descansar un poco. La ruta es dura. Ya era casi 4 de la mañana. Ya nos quedaba el tramo de los túneles y de ahí a Chuquicara. Seguimos en nuestro camino y entramos a la Panamericana a las 6 pm. Llegamos a Trujillo a las 8 de la mañana. Me esperaba una buena siesta. Fin de viaje.