Un nuevo Premier. Nuevos
ministros. El anterior gabinete presidido por Alfredo Zeballos sale golpeado
tras haber lidiado con esta pandemia que no cesa de crecer. Del gabinete
anterior se retiran varios ministros, algunos de los cuales han sido objeto de
cuestionamientos por su capacidad para hacer frente a la dantesca situación;
entre los salientes, son los de salud, Víctor Zamora, y de trabajo, Sylvia
Cáceres, pues han sido las carteras más “calientes” durante estos últimos
cuatro meses: el de salud, por la situación a la que se ha llegado y la de
trabajo por el cuantioso número de puestos de trabajo perdidos tras la
cuarentena. Otros como interior también reciben diversas objeciones por el
manejo de diversas instituciones a su cargo como sucede con la Policía en el
que se han visto numerosos casos de corrupción, incluso de altos funcionarios.
Pero cabe recalcar que la situación es grave, puesto que muchos de los sistemas
públicos como Salud, Seguridad y Educación fueron hasta intencionalmente
debilitados por la mala política hacia lo estatal en las últimas décadas. Esta
es una responsabilidad que debe recaer en el gobierno a elegirse en 2021.
Por la composición de este
nuevo gabinete y las propuestas que alcanza el nuevo Premier surgen varias
preguntas. No bien se anunció la designación de Pedro Cateriano, las redes
sociales estallaron, tanto a favor como en contra a su elección. Cateriano ya conoció la urdimbre barroca de
palacio. Más ruido generó la designación de algunos nuevos ministros encargados
de carteras pesadas en estos tiempos de crisis sanitaria. La promesa de “sudor,
honestidad y conducta democrática por un Perú más justo y libre” va acompañada
de muchos temores y alertas por la designación de algunos nuevos ministros. Hay
temor de atropellar derechos laborales y cometer crímenes ecológicos por
activar la economía. El caso de Pilar Mazzetti en Salud es interesante; varias
voces clamaban su retorno a esta cartera; esperemos que sus decisiones
profesionales puedan lidiar contra la posición de mucha gente que quiere poner
a marchar la maquinaria económica relegando medidas para atenuar la rapidez del
contagio. Se habla del retorno a una nueva cuarentena, la cual no sería nada
raro, pues ya se ha visto en otras naciones. Ana Cristina Neyra, nueva ministra
de Justicia y DDHH, sube en momentos en el que la Fiscal de la Nación denuncia
constitucionalmente a Tomás Gálvez y otros implicados en el caso Cuellos
Blancos; además, España permite la extradición de César Hinostroza. Aunque
autónoma en sus funciones, la Fiscalía necesita de recursos y disposición de
procesos, los cuales deben ser prioridad para luchar contra la corrupción. Pero
el más intrigante es el joven ministro de trabajo, Martín Ruggiero, cuestionado
por muchos por carecer de experiencia en una cartera tan sensible al haberse
perdido casi millón y medio de trabajos. Su actuación será observada acuciosamente
por millones de desempleados.
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