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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

jueves, 30 de diciembre de 2010

MIGUEL RIOS - Himno a la alegria (1970) FELIZ 2011

martes, 28 de diciembre de 2010

LUCHINO VISCONTI, IL MAESTRO

Luchino Visconti nace en Milán un 02 de noviembre de 1906, en el seno de una antigua familia aristocrática. Amante del teatro y de la ópera, su vida trascurre en situaciones límites, como por ejemplo haber admirado la imagen fascista que teñía su juventud, ya que sentía inclinación estética por toda la parafernalia militarista como los grandes desfiles y los uniformes militares. Para limpiar este pasado vergonzante y limpiar su conciencia, viaja a Francia. Estuvo en París y allí conoció a Jean Cocteau y Jean Renoir para quien trabajó como su ayudante de dirección en el rodaje del film Une Partie de Campagne en 1936. Fue el maestro Renoir quien lo empujó a realizar obras de cierto compromiso social lo que le permite identificarlo entre los directores de la órbita del movimiento neorrealista.


Su obra cinematográfica discurre entre la pasión literaria, las tablas y la gran representación del pensamiento burgués durante el siglo XIX en el escenario: la ópera. Su interés por llevar a la pantalla diversas obras literarias se manifiesta con una de sus primeras versiones fílmicas, OSSESIONE (1943), basada en la obra El Cartero siempre llama dos veces del escritor norteamericano James Cain (quien no la aprobó).

El año 1943 fue arrestado por sus actividades antifascistas y vuelve a trabajar en el cine en 1948 con su obra LA TERRA TREMA. Luego de haber trabajado en la representación fría y cruda de la sociedad italiana lo que permite identificarlo como un neorrealista social –pesimista-, ahondó un estudio de la historia alemana a través de tres filmes y el trabajo de uno de sus autores literarios favoritos, Thomas Mann. Andrés Caicedo hace una crítica muy dura de la obra de Visconti, la cual –según Caicedo- va a ser condicionada por los gustos de las grandes empresas cinematográficas, sobre todo las norteamericanas, las cuales van a exigir que alguna de sus obras sean dobladas totalmente al inglés, o, en el peor de los casos, mutiladas por la censura o por ser demasiado largas para las expectativas y gustos de un público envilecido por el tipo de cine de Hollywood. Por esa razón, una de sus obras cumbres, El Gatopardo, fue reducida de 205 a 161 minutos.

Se puede distinguir hasta 3 periodos de su obra; uno primero de un marcado compromiso social, periodo en el que trabaja muchas veces con actores no profesionales. Un segundo periodo es el acercamiento al melodrama, tal como lo había logrado la ópera. Pero además muestra un cuidado de escenas (la escenografía cuidada, equilibrada) en las que los actores se desplazan y que permiten entenderlos más. Fotografía cuidada, trabajo de banda sonora muy fino y una colaboración permanente con diversos actores y actrices que actúan para y por él en sus films. Se puede hablar de un tercer periodo, maduro, que presagia su muerte. En este periodo filma su obra Confidencias, obra en la que un profesor es desnudado y debilitado de su mundo burgués egoísta y deteriorado (muchos lo llamaban el maestro de la decadencia) que pinta a una clase intelectual que fracasó en su participación de apuntalar un mundo mejor y digno. Es una suerte de amargo testamento en la que se auto denuncia, como lo hizo en otras más en la que la sociedad se hacía cómplice de abiertos crímenes como el nazismo, el fascismo y la explotación de clases trabajadoras ignorantes.

Llevó una pasión intensa entre las ideas izquierdistas (pese a su origen aristocrático) y su homosexualidad que ocultó por mucho tiempo, manteniendo una figura de galán empedernido, pero que iba trasluciendo en cada una de sus obras que se iban proyectando en la pantalla. Mantuvo una relación discreta como Helmut Berger, quien se convirtió en una suerte de actor fetiche en algunas películas suyas como Ludwig, La Caída de los Dioses y Confidencias (Gruppo di Famiglia in un interno).

Pese a que sufrió un derrame, siguió con su obra y completó tres filmes más, en los que denotaba un exquisito gusto por lo barroco, situación que Caicedo criticó en él como una exageración y atiborramiento innecesarios; lo percibió muy lejos del Visconti de sus primeros filmes. Pero su madurez alcanzó a dar ciertas propuestas, algunas de las cuales plantean un desencanto con la realidad. Y, sobre todo, dejó obras abiertas para ser resueltas por sus seguidores como debe ser cualquier obra abierta.

Visconti dejó este mundo un 17 de marzo de 1976 en compañía de su hermana y oyendo una sinfonía de Brahms. Gloria Mundi.


LA TERRA TREMA (LA TIERRA TIEMBLA) (1948) Basada en la obra literaria de Giovanni Verga, es la obra que lo circunscribe entre los autores neorrealistas concretos (algunas obras dentro de este movimiento no estaban cargadas de un verismo social, sino de un mundo ideal – un ejemplo de ello en MIRACOLO A MILANO (Milagro en Milán) de Vittorio De Sica -, por lo que el reflejo de la obra verista en más cruda y pesimista). Para la realización de la misma contó con el apoyo de pescadores de una pequeña villa, Acci Trezza en Catania, de isla de Sicilia; incluso se filmó en dialecto de la zona, lo que obligó a que la película para su proyección en Italia tenga subtítulos. Es una obra que muestra la cruda explotación de la gente rica a los pobres e ignorantes, a los cuales condicionan, amenazan y marginan (una historia de explotación que persiste en la actual sociedad, sobre todo como la nuestra donde las brechas sociales son cada vez más marcadas). Y muchas veces las mismas personas que tratan de gestar un cambio, independizarse en este caso, para la mejora de su grupo social, halla entre las personas de su clase a encarnizados enemigos, sea por querer mantener el statu quo, o los que en muchas veces sucede, se han enrolado en los círculos de poder (como la mafia de contrabandistas) y se tornan enemigos de sangre. Ambos casos se ven en el film: viejos conservadores que tratan de mantener las relaciones laborales (y culturales) de la sociedad por mil años más; por otro lado, se ve a jóvenes desesperados por el hambre o falta de trabajo que son fácilmente reclutados por gente del hampa para convertirlos en sus esbirros. La acción gestada, la de querer navegar y pescar por sí solo, termina en un fracaso debido a un naufragio; pero la semilla del descontento y un principio básico de solidaridad movilizan a los demás pescadores jóvenes. Es una verdadera obra maestra de observación social, una suerte de laboratorio de los esquemas humanos (la cultura, las relaciones económicas en cuanto a los medios de trabajo y la fuerza laboral) en la cual cada uno de los bisoños actores supieron sacarle lustre a su candidez e inexperiencia. Tuvo una gran aceptación en la sociedad italiana, la cual estaba casi al borde de una guerra civil para evitar el ascenso de una fuerte izquierda (Partido Comunista) al poder.


BELLISSIMA (BELLÍSIMA) (1951) Este es un extraordinario estudio de la pobreza en toda su crueldad y miseria humana. Una mujer, Maddalena Ceccini (Anna Magnani), sueña con su hija convertida en una estrella infantil del cine. Obsesionada y contra la voluntad del padre, invierte sus ahorros en torturar a la niña en cursos de canto, baile, moda, todo aquello que permite a varias personas explotar la desesperación y estupidez que pueda tener una persona para cumplir sueños irrealizables. En la accidentada trayectoria hacia el estrellato, la mujer es estafada, humillada por inescrupulosos que sacan ventaja de su inocencia; cuando el soñado estrellato llega, de repente ve a su hija acosada por los cazatalentos dispuestos a tragarse enteras a estas nuevas figuras para explotarlas en su “etapa útil” para luego descartarlas (como sucede en el “showbiz” actual). Es un estudio nada benévolo de esa clases arribista que existe entre las personas que aspiran a más sin tener escrúpulos (aquí recurre a la coima, a la recomendación – como el famoso tarjetazo peruano o los infaltables padrinos –, a la intriga y la calumnia).


ROCCO E I SUOI FRATELLI (ROCCO Y SUS HERMANOS) (1960) Otro duro film de la realidad italiana; en este caso, vemos la emigración de la gente del sur hacia el norte más desarrollado en todos los sentidos económicos, no tanto en lo humano; y es en este campo donde se van a generar las pequeñas tragedias de esta familia meridional con una madre viuda a la cabeza. Para esta gente las perspectivas laborales son duras y esporádicas; pero es en el boxeo donde hallan el triunfo, primero Simone y luego Rocco. Pero la formación poco sólida de Simone, pendenciero, jugador y mujeriego, va acarreando una serie de problemas que han de desembocar en toda una tragedia, no antes haber visto celos, envidia, rivalidad y todos los posibles elementos que van a causar el deterioro familiar. Para muchos críticos del film, la “orquestación” de esta película está más ligada a la de la ópera, como un melodrama en que los actores son presas de un cierto destino, leit motiv, del cual somos testigos en la pantalla. Y en verdad, la historia desemboca inexorablemente a entender que las leyes sociales están por encima de los hombres y que el intentar modificarlas significan un grave desafío a lo establecido: la moral divina, las buenas costumbres, la legitimidad de lo establecido.

MORTE A VENEZIA (MUERTE EN VENECIA) (1971) Este film no es muy valorado por la crítica cinematográfica, pese a que la hizo con una extraordinaria exquisitez y haber sido un justo intérprete de uno de sus más escritores preferidos: Thomas Mann. Es la historia del conflicto personal de Von Aschenbach, músico, quien se enamora de un joven a quien apenas conoce durante sus últimas y fatales vacaciones en Venecia. En la obra vemos una reflexión estética predominante en la Europa central. Aunque muchos ven en este film un manifiesto sobre lo estético y la pedofilia, es una profunda reflexión sobre el arte, la belleza, la juventud y la muerte. En la construcción de su film, recurre a las técnicas empleadas por otro gran escritor de su admiración, Marcel Proust. Además trabaja con músicos de la época como es el caso de Gustav Mahler y con algunas concepciones nietzscheanas. Tal como se había explicado previamente, Visconti amaba la idea de llevar obras literarias al cine; una de sus empresas soñadas pero no acometidas fue llevar En busca del tiempo perdido, al cine, pero no se atrevió a hacerlo sabiendo lo inmenso que este acto y estuvo temeroso de no estar a la altura de la misma. Lo mismo sucedió con la obra La Montaña Mágica de Thomas Mann.


Fuentes:

Diccionaire des Films – Bérnand Rapp, Jean-Claude Lamy, LAROUSSE, 1995.


Hablemos de Cine – No 71, Año XV, abril 1980.


Ojo al Cine - Andrés Caicedo, Grupo NORMA, 1999.


Luchino Visconti: la estética del noble marxista – Julio Cesar Moran, http://www.psiconet.com/tiempo/historias/visconti.htm

lunes, 6 de diciembre de 2010

MITOS Y TABÚES DE LA HISTORIA

La reciente visita de César Arias Quincot ha sido una buena oportunidad para ver una serie de temas que son considerados mitos que tergiversan el conocimiento de las acciones sociales en sociedades, como la nuestra, y algunos tabúes que no somos capaces de abordar por una serie de prejuicios que impiden asumir retos sociales.


La historia está plagada de mitos que han distorsionado la verdad, sea por ignorancia o por verdadera intención de los gestores de tales mitos. Veía recientemente un programa francés que se preocupa de la vida marina; en este programa se trató de un controvertido personaje como lo fue el pirata Barbanegra, en torno al cual se han tejido un sinfín de dantescas historias. Gracias a la paciente labor de investigadores de muchas áreas de las ciencias, estas ideas han sido aclaradas para mostrar a un personaje más concreto y una biografía más veraz.

En los últimos años, los avances de la arqueología han ido demoliendo uno a uno, una serie de mitos con los que crecimos en nuestra etapa escolar, por lo tanto, era la historia oficial de esa época. La idea de unos Inca justos, nobles y bondadosos, tipificados por Garcilaso y Guamán Poma, ha sido un poco desplazada al hacerse estudios de las culturas con las que los Inca tuvieron contacto o fueron avasalladas por el expansionismo Inca. Un ejemplo de ello lo vemos en los restos de Chan Chan y los restos de los Chachapoya. Otro mito que recuerdo mucho era el contraste de ritos que tenían los Inca frente a las culturas aztecas, estas últimas presentadas como sangrientas desde la perspectiva europea. Sus museos muestran las obras de sus “dioses”. En los nuestros por mucho tiempo era una suerte de tabú pensar que nuestras culturas hayan sido sangrientas. Los descubrimientos de la cultura Moche, sea en Trujillo como en Chiclayo, han revelado los sangrientos ritos que realizaban los moche, y se sugiere campañas “floridas” para capturar prisioneros sacrificables para sus ceremonias. Los entierros realizados por la cultura Sicán (como los hallados en la Huaca del Oro) eran toda una orgía de sacrificios. Los señores de Sipán no se fueron solos de este mundo, acarreaban mujeres, soldados y hasta animales para el más allá. En mi época escolar, eso era impensable.

El mito construido en torno a la derrota con Chile entre 1879-1883 ha arrastrado la psique peruana a una suerte de pecado original que no cesa de mover nuestros sentimientos de frustración, revancha, inferioridad e incluso injusticia. Nuestro accionar discurre siempre viendo qué es lo que hace nuestro vecino del sur. Extrapolando la situación, es como ver que Ecuador viera qué es lo que hacemos los peruanos para dirigir su vida nacional psíquica. Creo que eso no sucede; no he escuchado hablar a sus recientes gobernantes en preocuparse en vencernos en nuestro PBI o Renta Per Cápita. Sí se lo hemos oído a AGP de manera pública cuando hablaba de Chile. Lo expuesto en la presentación de César Arias a muchos alumnos universitarios me pareció lo más sensato (aunque pueden caber otras posibilidades): Chile tiene toda la intención de convertirse en un aliado natural de los Estados Unidos en esta parte del continente. Nuestra absurda carrera para lograr este objetivo empezó con la historia de Pinochet y sus Chicago Boys, y la idea de ser aceptados en el selecto círculo de países del primer mundo. Chile no se ha armado para hacernos la guerra, sino para convertirse en un gendarme que apoye la política norteamericana. Perú no puede mostrar estas características debido a que nuestras clases dirigentes no han sido capaces de poder articular la nación, pese a algunos notables esfuerzos (no sólo físicamente, sino – y sobre todo- mentalmente). Nuestro país quiere convertirse en otro gendarme, pero la realidad nos muestra un país caótico, con grandes brechas económicas (cada vez más acentuadas) y con políticas no claras de lo que quiere ser y hacer como nación, y como ejemplo tenemos que hay pocas políticas de estado compartidas con todos los habitantes de nuestra nación. La propuesta de hacer andar solo a Perú (junto a Colombia) surgió por una interesante estrategia del gobierno de Toledo, oportunidad en la que pudimos haber trabajado en bloque para obtener precios más justos para nuestras materias primas (eufemísticamente llamadas “commodities”), hacer válido los acuerdos de Doha y haber trabajado en bloques de negociación. Ya los países del primer mundo saben lo que es lidiar con bloques de negociación (recordemos la OPEC y el efecto de su política en el boicot de los años 70). Perú y Colombia decidieron caminar solos para obtener TLC que sólo ayudan a mantener nuestra peligrosa economía basada en exportaciones de materia prima. Este periodo me recuerda (salvando distancias y actores) al periodo del Oncenio de Leguía, etapa de un gran desarrollo económico hasta la debacle del 29. Nuestra dispersión nos ha dejado un poco solos y apurados en buscar cuanto TLC podamos firmar para “solidificar” nuestra economía y así hacerla atractiva para ser un país del primer mundo. Los medios de comunicación nos lo dicen todos los días. Pero a la par tenemos un fuerte movimiento social disfuncional (malestar, rebrotes de violencia, aparición de movimientos políticos regionales, narcotráfico) que impide convertirnos en un prometedor gendarme; nuestro camino debe ser otro. Ante la situación mostrada anteriormente muchos ciudadanos añoran la “sólida”, obviamente ficticia, paz social vivida en la época de Fujimori. He ahí el porqué de la popularidad de su hija que la hace una rival de ciernes en nuestra contienda electoral del año entrante.

En la desesperación de hallar una meta, se quiere arrasar con todo y aquí hallamos un tabú: Juan Velasco Alvarado. Este personaje que subió por un golpe de estado en el año 1968, expresó la coyuntura de una época. Algunas situaciones vergonzosas, más una fuerte crisis económica (tuvimos una fuerte devaluación del sol) y la aparición de diversos brotes guerrilleros, demolieron la fe que se había tenido en este gobierno que había prometido una reforma agraria y reformas inclusivas para la época. Pero la onerosa alianza UNO-APRA en el parlamento impedía cualquier reforma, fuera de los grandes oligarcas de la época (en torno a su mayor representante: Beltrán Espantoso, dueño del extinto diario La Prensa). En cierta manera, Belaunde quedó en un gobierno de buenas intenciones, con una extraña reforma agraria que pretendía colonizar la selva para no tocar los ingenios azucareros de la costa, ni los grandes latifundios de la sierra. Su caída un 03 de octubre tuvo una repercusión limeña y en algunas ciudades; pero la situación crítica nacional por la devaluación, la famosa Página 11, el escandaloso contrabando que involucraba a varias personalidades de su gabinete y la ocupación de la IPC en Talara hizo que la gente viera la situación gubernamental de otra manera. El grupo de militares que había tomado el gobierno no era un grupo de caudillistas tradicionales; se habían formado en CAEM, habían estado en otros centros de estudios, incluso habían visto la política que EEUU tenía con nuestros países a raíz de lo de Cuba. La explosiva realidad peruana (recordemos Hugo Blanco, De la Puente Uceda, Héctor Béjar, entre otros) exigía cambios drásticos en nuestra sociedad. Una de las consecuencias de este periodo fue la desarticulación de la oligarquía terrateniente que se resistía a perder su estatus. De no haberse hecho esto, según análisis del Departamento de Estado de EEUU el país iba irremediablemente a una guerra de guerrillas que podría haber terminado en una virtual guerra civil como la que tuvimos en los 80 hasta los 90. La posibilidad de inclusión empezó durante este periodo, pero fue paulatinamente saboteado. El periodo de la Junta Militar del 68-75 contuvo un volcán social; la desarticulación promovida por Morales Bermúdez y luego Belaunde, y posteriormente el pastiche que fue el primer gobierno de AGP reactivaron ese temible volcán manifestándose en dos violentos grupos extremistas: Sendero Luminoso y MRTA. La propuesta de la Junta dinamizó la sociedad peruana, se gestaron los nuevos grupos emergentes (uno de ellos va a ser el grupo Romero), hubo grupos sociales que se manifestaron, como los afroperuanos: es la época de Nicomedes Santa Cruz y Perú Negro, del Toro Mata. Se quiso desarrollar una industria para consumo nacional y regional andino; hay que recordar que el desarrollo de parques automotores iba a recaer en cada país de dicho mercado (Pacto Andino) y recuerdo que la ciudad elegida para hacer el gran parque automotor del Perú iba a ser Trujillo (incluso había algunas fábricas de motos y de aros). La gente condenó este proyecto por auto reconocernos como incapaces de usar y crear tecnología, y quedarnos como lo que somos ahora, meros productores de materia prima. Además, el odio mostrado posteriormente ha acentuado un odio casi vesánico de la sociedad oficial con el otro Perú, el que quiso ser mostrado, incluido y valorado. Por eso a los eventos masivos como el entierro masivo de Flor Pucarina, la aparición de la Chicha, Chacalón, los Chapis, y el boom de lo que se vive como la moda de lo chicha aún no se han asimilado en nuestra sociedad formal. Se quiera o no, esta ola de la gastronomía es, en cierta forma, nieta de esta forma de pensar. El tabú queda, y muy marcado.

Para cerrar esta reflexión a raíz de la visita de Arias, ha quedado claro que el mito de amistades entre gobiernos es un mero eufemismo para disfrazar el verdadero interés que subyace en las relaciones entre países. Quiero aclarar que las relaciones a alto nivel no están estrechamente ligadas a las relaciones entre los pueblos, pero sí las puede afectar. El reciente lanzamiento en la red de Wikyleak (el goteo informativo) nos ha corroborado la verdadera intención que cada estado tiene con sus pares en el mundo: intereses. Así podemos entender acciones hechas por los gobiernos de Argentina durante el conflicto con Ecuador, la posición de Perú frente al golpe de estado de Honduras, entre otras. Para entender la magnitud está la más desfachatada de todas es la perspectiva que se tiene de Angela Merkel, la primera ministra alemana, quien ha hecho una intensa campaña de estrechos lazos con EEUU y la diplomacia gringa ha hecho algunas observaciones lesivas sobre su persona; aunque se difundía en Alemania que estas declaraciones no iban a afectar las relaciones, sin embargo ya rodó la cabeza del ministro de relaciones exteriores. Lo interesante es ver cómo se mueve nuestra diplomacia, la cual ha tenido un trabajo pesado para poder restañar algunas relaciones tensas con varios países latinoamericanos y entender la posibilidad de reordenar nuestras relaciones con Chile, habida cuenta que los lineamientos geopolíticos de ellos no necesariamente pasan por un choque frontal con nosotros, sino que quiere seguir un curso el cual (tal como lo hizo Toledo y lo proclama AGP) envidiamos y aspiramos a ser un buen patio trasero. Una pregunta: ¿estaremos vendiendo la idea de un nuevo plan Colombia como plataforma nuestro país? ¿O nuestra capacidad tan desequilibrada nos hace un país en pleno proceso de colombianización?

sábado, 4 de diciembre de 2010

CRISIS GENERACIONAL, CRISIS EDUCACIONAL

La reciente visita del analista político internacional César Arias Quincot ha puesto en relieve algunas profundas deficiencias de la juventud universitaria actual frente a la realidad internacional y nacional, en un mundo de acceso rápido y amplio a la información local y mundial. La conversación sostenida por dicho analista con los jóvenes y los no pocos jóvenes presentes en sus diversas presentaciones tanto en la Universidad Privada del Norte como en la Alianza Francesa mostró las deficiencias sobre la información manejada por muchas de los asistentes o, en el peor de los casos, ninguna información. Esta situación se puede deber a muchos motivos. Sugiero algunos:


1) Escasa o nula formación escolar en los cursos de Ciencias Sociales. La reducción de horas en los colegios de las materias como Geografía e Historia, está pasando la factura a una juventud que conoce poco su región, país, continente y planeta. Además, los cambios gestados en los últimos años en ambas áreas, sea desde el área de la arqueología, la sociología, historia, geografía física y social, demandan una permanente capacitación a docentes y actualización de libros y textos virtuales.

2) La educación recibida en esta área es bastante deficitaria, tomando en cuenta el motivo expuesto anteriormente. Además, el desprecio como muchas veces se ve a los cursos mencionados (cursos de relleno) ha hecho que muchas direcciones de centros escolares del país hayan colocado a docentes de otras áreas en la enseñanza de estas materias. Es sabido que muchos docentes contratados especialistas en áreas como Lengua, Religión, Ciencias, Matemáticas e incluso Educación Física, se les asigne esos cursos para poder completar su carga horaria.

3) Ante lo anteriormente expuesto, muchas personas interesadas en estos temas desestiman seguir estas especializaciones por verlas, en efecto, como poco rentables y pocas posibilidades laborales. En mi vida como docente, me he topado con esta realidad; además he visto a diversas personas de sólida formación en estas áreas, pero con poca formación de metodologías de la enseñanza, trabajando en el dictado de clases con estrategias que muchas veces no eran las adecuadas para los niños, adolescentes e incluso jóvenes (universidad) y generaban repercusiones negativas sobre la percepción de los contenidos de estos nobles cursos.

4) Los currículos universitarios, cada vez más centrados en un raro sentido de productividad (cual institutos), han ido desechando paulatinamente estos cursos por verlos “poco rentables”. Hay que ver los currículos de las facultades de todas las universidades de nuestro país para constatar la desaparición de estos cursos, por lo que, adosado al problema de la educación escolar, el joven universitario tiene escaso o nulo conocimiento de su entelequia social y su espacio físico. Los temas hablados en clases para presentaciones de libros en mi curso de Lengua muestran una desesperante ignorancia de hechos históricos recientes como el caso Fujimori, el primer gobierno de Alan García, Sendero Luminoso y uno más remoto como la Guerra con Chile. El caso más patético es el de una alumna en una clase de nuestra Universidad haya conocido con mucha sorpresa que hubo alguna vez una guerra con Chile. Peor es la idea que el mundo (y en esto discrepo del dogma religioso) fue creado en 7 días, producto de una discusión que hubo en clase por un tema expuesto por una docente. Sé que se debe respetar las creencias religiosas, pero aseverar que el mundo demoró tan sólo 7 días de 24 horas en su creación torna alarmante la formación histórica y geográfica de nuestros jóvenes. Esgrimir temas dogmáticos como temas científicos en una universidad torna peligrosa la educación y envuelve a todos los integrantes de una institución educativa en una atmósfera fundamentalista, sea de pensamiento económico, político, cultural o religioso. Peor aún, si lo que se quiere de ellos es hacer líderes conscientes y responsables de su sociedad y su entorno físico, llamado como medio ambiente. Digo esto, ya que fundamentalismos de corte económico y político nos están acompañando en estos días con una única verdad “democrática” y no se tolera el pensamiento divergente.

5) El conocimiento de la realidad exige de todos y cada uno de sus actores una lectura diversa, con perspectivas que muchas veces pueden (y deben) ser diferentes a las dominantes, ya que con esas otras alternativas podemos formar seres humanos con mejores criterios para tomar futuras decisiones. Es interesante el retroceso (aunque aún pálido) de esa enseñanza “para la excelencia” de muchas universidades norteamericanas que se habían avocado en “adiestrar” a sus lumbreras en ser profesionales “de éxito” con poca formación académica de humanidades y ahora son autores, aún no sancionados, de la debacle económica del 2008. Lumbreras económicas, pero con un mínimo sentido ético o de responsabilidad de su entorno social. Es irónico que sus currículos hayan sido “maquillados” con la inclusión de algunos cursos desechados por poco rentables como ética, historias u otros, para reparar el daño generado a la humanidad. Si hay alguien a quien hay que reclamar de los tumbos económicos de nuestros días son a esas casas de estudios, que (y he aquí lo grave) son paradigmas educativos. Tienen aún el descaro de ofrecer estudios diversos a precios altísimos para los que quieren ser estudiantes “de éxito”.

6) La acreditación a la que aspiran las universidades (ahora ya va para los colegios además) exige un currículo con el retorno de muchos cursos de formación humanísticas y sociales para poder formar un espíritu, en teoría, más crítico, solidario, comprometido con su mundo y con él mismo (ya que el alumno no es un satélite o un ser exógeno social). Pero hay que ser cuidadosos que dicho espacio sea un verdadero espacio de discusión democrática, formación responsable y comprometida con los demás: tenemos una crisis social grave en ciernes y un deterioro de la calidad natural del planeta, entonces ¿no amerita estas contundentes variables replantear las cosas o seguiremos como islas de tu sociedad? Sólo basta ver los currículos de las universidades de nuestra sociedad y tendremos un panorama de lo que se nos viene en cinco años.