Mañana 11 de marzo, millones de estudiantes vuelven al colegio. Aunque ya hay varias instituciones privadas que han retornado a las aulas, la cantidad de niños y adolescentes no es significativa al grueso de la población escolar peruana. A lo largo del casi millón trescientos mil km2 de territorio, más de nueve millones de escolares poblarán las aulas de varios colegios con problemas de infraestructura, débil conectividad y apuros urbanos en torno a estas construcciones. La Libertad tiene más de 500 mil almas que irán a sus colegios a lo largo de sus 12 provincias y 83 distritos. Es un gran movimiento humano que moviliza a casi toda la población peruana, tanto en lo social como en lo económico. Perú es uno de los pocos países grandes de Latinoamérica que tiene un bajo gasto público frente a otros países en el área educativa: 3,9% del presupuesto frente al 5,3 de Colombia o 5,6% de Chile. Aunque la carrera docente ha ido mejorando paulatinamente, hay todavía un gran trecho por recorrer. Todavía hay muchos puntos débiles en la formación universitaria en la carrera de pedagogía, pero hay avances. Muchas veces nos encontramos con docentes que manejan criterios procedimentales que exige la burocratización de esta labor, pero tienen falencias en el manejo de contenidos de sus cursos: he conocido docentes de lengua que habían leído un libro en su vida o tienen grandes vacíos en conocimientos de ciencias u otras áreas. La capacitación para docentes en cuanto al manejo de contenidos debe ser activa. Pero sí hay que reconocer que muchos docentes se desalientan por los numerosos documentos que se exigen que hacen pesada su labor. Además, la débil posición de un docente frente a problemas, incluso judiciales, ha desalentado a no muchas personas que ya no hallan atractivo enseñar por las múltiples barreras y relajaciones que repercuten en la autoridad del docente en el aula y fuera de ella. Muchas personas han encontrado una forma de lucro a través de quejas insólitas contra docentes y colegios. Las normativas relajan la exigencia académica debilitando los logros que, a la larga, repercuten negativamente contra la sociedad. Para colofón, el docente debe enseñar valores a sus alumnos; sin embargo, el mundo adulto que lo rodea ve a políticos inescrupulosos que atentan contra el medio ambiente y se pide conciencia ecológica. Ser honesto y vemos a nuevos ricos surgidos de la ilegalidad que corrompen a la sociedad en su conjunto. Apreciar y respetar el arte y cultura, y vemos la millonada que se gasta en personajes nada edificantes para la niñez manipulados por conveniencia política. Ser responsables de su ciudad y vemos la actitud de sus ciudadanos que actúan de manera egoísta e individualista como lo vemos en el tráfico de nuestra ciudad. Amar a su patria y son los jóvenes quienes quieren irse lo más pronto del país. Una obra titánica por delante, pero no imposible con un camino por trazar gracias al trabajo silencioso de miles de docentes y padres de familia que quieren un país mejor. Una luz de esperanza en el camino.