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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

domingo, 25 de abril de 2021

LECCIONES DE UNA PESADILLA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 25 DE ABRIL)



Dos candidatos comienzan la carrera y, también, la refriega para acceder al sillón presidencial. Este 06 de junio, los peruanos nos volcamos nuevamente a las urnas. Nos hemos quedado con dos males, los peores posiblemente. Tenemos que optar por uno de ellos. Esa es la encrucijada de la sociedad peruana para celebrar su bicentenario. Una mirada hacia un posible abismo.

Ambos candidatos vienen con mochilas muy pesadas. Uno, la de haber pertenecido a movimientos que causan temor entre muchas personas que vivimos la dantesca década de los 80, que creció ante la ineficiente respuesta de los gobiernos de turno; además, Castillo ha dirigido una larga huelga de los docentes en el 2017 y mantiene vínculos con personas ligadas a la corrupción, como es el caso de Vladimir Cerrón.  Keiko tiene una mochila mucho más pesada, por eso arrastra tras de sí un rechazo de mucha gente en nuestra sociedad: trae a rastras el pasado de su padre que permitió que la corrupción calase en todas las instituciones de la sociedad peruana; envileció medios de difusión, amenazó a opositores a su régimen; compró el Poder Judicial a su medida y destruyó la credibilidad en las fuerzas armadas y policiales. Permitió un modelo económico exitoso a nivel macro, pero no hubo un desarrollo positivo en todos los niveles sociales. En su plan de privatizaciones, lanzó a las calles a miles de personas y, para atenuar la situación, permitió el ingreso de ticos, buses camión, combis, custer, mototaxis; convirtiendo al sistema de transporte público en la pesadilla que es ahora. Aceleró el centralismo y permitió el crecimiento de monopolios de servicios como el de telefonía e internet convirtiéndolo en uno caro. Permitió la apertura de instituciones educativas lo que fue lentamente envilecido por personas que vieron más un negocio que un servicio en bien de la comunidad.

Ambos candidatos tienen un bolsón duro de votantes, uno bastante mayor que el de la otra. La refriega se va a dar en el campo de los indecisos. Hay muchas personas que no cederán su voto al otro contrincante; otros dudan. Castillo es una inmensa incertidumbre. Pero, la imagen asociada de Keiko a realidades que se han desnudado con la pandemia y la corrupción, con el comportamiento de sus congresistas que generaron tanta inestabilidad y los escándalos que la asocian con lavado de activos y narcotráfico; todo eso hace dudar a muchos. Su influencia se ha visto en medios que la apoyan abiertamente y la reciente destitución en América TV genera muchas más dudas. Los estrategas de marketing político de cada candidato tratarán de convencer a gente que ha sido olvidada o ha sido testigo de tantos desaciertos que nos han llevado, quiérase o no, a la situación en la que nos hallamos. Y hay algo que sí debería de preocuparnos mucho: el narcotráfico. Ser un narcoestado es una condición que nos hundiría en una espiral de violencia tan grave o peor como la que pasamos en los 80. Duro dilema.


domingo, 18 de abril de 2021

INCERTIDUMBRE TOTAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 18 DE ABRIL)

11 de abril 2021 pasará para la historia. Millones de peruanos han decidido entre 19 candidatos los dos que pasarán a segunda vuelta para ver quién será el presidente del Bicentenario y el que nos gobierne por cinco años, si antes no pasa algún raro incidente en un país en el que pueden pasar tantas cosas. Acostumbrados a votar por el mal menor para evitar al mayor, tenemos en el escenario a dos posibles males mayores, según sus lamentables recorridos políticos a la fecha. Hay muchos factores que han jugado de por medio como la pandemia, los impedidos de votar por estar contagiados y los temerosos de contagiarse, así como el prurito de generar pánico en unas votaciones que a la larga han sido más tranquilas de lo esperado. De manera personal y tal como pregunté a varios amigos por redes, las elecciones fluyeron rápido después de los problemas iniciales como suelen suceder en cualquiera de los procesos electorales previos, como el caso de las mesas no constituidas. Del total de votos válidos emitidos, los dos candidatos que pasan a segunda vuelta, Pedro Castillo y Keiko Fujimori, reciben un respaldo bastante débil pues ninguno de ellos llega al 20 % deseado; si los nulos y blancos representasen a un candidato, este era un bolo fijo para la segunda vuelta y posible ganador de la banda presidencial. Juegos de la democracia.

El ascenso de Castillo ha sido insospechado. Quizás haya sido inflado por los estrategas de campaña de partidos de derecha que fueron minando a la posible rival: Verónica Mendoza. Pero también indica un total desconocimiento de una fuerza social que ido creando conexiones que los demás desconocían. Por otro lado, la antigua costumbre de la izquierda de desmembrarse en pequeños partidos ahora ha sido asimilada por la derecha; tantos candidatos de esta tendencia han hecho que se canibalicen entre ellos y las de ganar las tenía el fujimorismo que, pese a todo, cuenta con un aparato político mejor constituido y presente a nivel nacional que los otros partidos que surgen solo para estos momentos. Si analizamos en frío, Castillo hubiera podido haber barrido a otros contrincantes, pues tiene más presencia que los otros partidos de derecha centrados en Lima y algunas grandes ciudades. Así de improvisada y frágil es la política peruana. El caso de Keiko es interesante, pues llega a esta segunda vuelta gracias al socavamiento sistemático de personajes como López Aliaga, Soto, Lescano y Forsyth.

Tenemos dos opciones de espanto. Una ya mostró las facetas que la hacen un peligro; por ejemplo, lo vivido en este último lustro con sus lamentables congresistas. El otro tiene pasado turbulento que aterroriza a muchos. Queda un poco más de un mes para ver qué conceden ambos candidatos. Hay algo que sí es preocupante y de lo cual poco se ha hablado en estas elecciones: el narcotráfico. La pregunta está saber con cuál de los dos legitimaríamos un verdadero narcoestado y, de paso, nuestra perdición.

domingo, 11 de abril de 2021

ELECCIONES AL VACÍO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 11 DE ABRIL)

Hoy es un día clave para millones de peruanos. Tras una década turbulenta, llegamos a un periodo electoral trascendental para nuestra sociedad: hoy debemos elegir al presidente del Bicentenario. No solo para que dirija el destino de nuestro país en los próximos cinco años, sino la persona que reciba una celebración clave que debe de resaltar nuestra identidad como nación.

Este último lustro ha sido una agonía por nuestra inestabilidad política. No bien se determinó una segunda vuelta entre PPK y Keiko Fujimori para que diversos analistas vieran la fragilidad de la situación. Ambos candidatos venían con duros pasivos de corrupción (no olvidar Panamá papers, por ejemplo). El triunfo por escaso margen de PPK fue el inicio del suplicio para la sociedad peruana: un poder legislativo desafiante y boicoteador contra un endeble presidente que veía a sus ministros censurados, oír pedidos extravagantes y soportar la malcriadez de la candidata contrincante por no reconocer el triunfo del contendor e, incluso, sugerir fraude. PPK se vio en el tortuoso camino de entablar conversaciones con diversos partidos con el fin de generar estabilidad. Hasta que llegaron las negociaciones con un grupo de disidentes del fujimorismo con Kenji a la cabeza obteniendo el insólito indulto a Alberto Fujimori, acción que precipitó la caída de su gobierno de turno y el inicio de una larga pesadilla entre el legislativo y el ejecutivo lo que devino en dos congresos (uno peor que el otro), cuatro presidentes (incluidos PPK), todo en medio de una avasallante pandemia que mostró la realidad de una sociedad que aparentó ser rica y solo sirvió para acentuar las profundas divisiones socioeconómicas y geográficas. Las últimas décadas, lejos de haberse trabajado en ser una sociedad más inclusiva, más equilibrada en servicios para su población, con mejor sistema de salud y educación, con sistema de justicia más eficiente y con criterio de imparcialidad, y una seguridad otorgada a toda su población; todo esto, por lo contrario, se derrumbó con la crisis sanitaria. Una salud pública venida a menos ha hecho que miles de peruanos se hayan visto forzados a asumir costos onerosos que la salud privada exigía y sigue exigiendo. Cosas como balón de oxígeno o camas UCI pueden significar la ruina familiar, todo por haber descuidado un sistema que debió haber sido reforzado y haberse convertido en paradigma para los demás países que se compraban el concepto de vernos un país con un modelo económico exitoso. De manera brusca, los peruanos nos hemos desnudado. Una segunda fantasía del guano llega a su fin.

Las encuestas finales son, sin embargo y de ser ciertas, una triste evidencia de que no se ha aprendido. Temerosos y avasallados, los ciudadanos se están volcando en extremismos pensando que hallarán estabilidad. Además, con un posible congreso peor que los anteriores, veremos más oscuridad en el horizonte. Todo está ahora en nuestras manos.

domingo, 4 de abril de 2021

SALDOS NEGATIVOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 04 DE ABRIL)


En exactamente una semana, millones de peruanos, tanto en nuestro país como en otras naciones, iremos a las urnas en una de las elecciones generales más anómalas de nuestra historia como país independiente, exactamente 200 años después. La situación política irregular vivida desde hace un lustro, producto de una serie de errores de las últimas décadas y el voluntarismo negativo de una lideresa, confluyen con una feroz pandemia que ha ayudado a desnudar las miserias de este sistema y ha sacado lo mejor, pero también lo peor, de nuestra sociedad. Cinco años en los que hemos tenido tres presidentes y dos congresos, todos electos por votos ciudadanos, los nuestros.

Estamos en la recta final. Durante estas dos últimas semanas presenciamos (y sufrimos) diversos debates de candidatos tanto para la Presidencia como para el Congreso. Personalmente, me hallo ante una encrucijada difícil de dilucidar; pero también me ha sido fácil descartar candidatos para sendos puestos. Pese a todo, los debates permitieron delatar a individuos con pésimas actitudes frente a otras situaciones y otros posibles escenarios. Fuimos testigos de cómo las posiciones extremas se tocaron en el camino y, luego extrañamente, terminaron por negarse. Vimos reacciones de todo tipo contra candidatos juzgados desde ópticas racistas, machistas, clasistas; muchas de estas reacciones son producto de formas violentistas con las que muchos postulantes difunden sus ideas cargadas con actitudes impulsivas que generan la exacerbación de emociones negativas vistas a lo largo de esta accidentada campaña; estas sirven para acentuar hondas diferencias, fuera de las que la pandemia nos está mostrando en su rostro más cruel y perverso. Oí propuestas populistas tanto de izquierda como de derecha. He visto el deterioro de personas enfrascadas en defender a su candidato, más que permitirse una autocrítica. Bien se dice que en un bar se prohíbe hablar de fútbol, política o religión, los cuales terminan por ser campos de dogmas más que de racionalidad. Muchos ciudadanos están más preocupados en conseguir oxígeno, una cama UCI o recursos económicos; todo esto producto de errores acumulados por décadas por haber descuidado los pilares de una sociedad con tantas carencias como la peruana. Lo más terrible es el desencanto de habernos creído los pumas de América en la primera década de este siglo para terminar como estamos ahora. Burbuja dorada.

Los ciudadanos tenemos la responsabilidad de tener no solo un presidente, sino un Congreso equilibrado que es mucho más importante. Elegimos en los últimos años unos congresos Frankenstein que no contribuyeron en casi nada a favor de la ciudadanía, esa que los puso en el poder. Y también está la irresponsabilidad innegable de los partidos políticos, aquellos que nos proponen candidatos más a la medida de sus intereses que a la ciudadanía. La democracia formal ha engendrado monstruos que nada la benefician. Reflexionemos.