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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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martes, 31 de julio de 2012

ROBERT DE NIRO: UNO DE LOS GRANDES ÍTALOS AMERICANOS

La influencia italiana en la cultura norteamericana ha sido bastante relevante a inicios del siglo pasado y durante el que estamos viviendo. La llegada de las primeras oleadas de italianos que dejaban su país por el nuevo mundo cambió la fisonomía social de las grandes ciudades norteamericanas. Las primeras migraciones se dan a fines del siglo XIX, cuando el país del norte recibe las grandes oleadas de europeos que se iban instalando en el oeste norteamericano. Algunos europeos iban a fundar ciudades en el interior, pero los migrantes italianos se han de apostar en las ciudades que se iban convirtiendo en grandes metrópolis gracias a esta sangre nueva que venía del viejo mundo. En el siglo XX, las poblaciones que no se circunscribían en el famoso grupo WASP comienzan a buscar su pertenencia a esta sociedad multirracial y pluricultural. Algunas alternativas de estos grupos no propiamente adecuados son de aglutinarse y crear sus guetos con sus propias reglas de juego traídos desde sus lejanas tierras. En la situación extrema se llegaron a crear células cerradas, denominadas mafia, para crear una suerte de estado de protección frente a la carencia de uno más grande y efectivo. Aunque de origen italiano, esta palabra se refiere también a los clanes polacos, irlandeses, judíos, entre otros. Lastimosamente, la difusión de este mundo de violencia convirtió a un emigrante italiano, Al Capone, en uno de los más famosos de la sociedad norteamericana, dominada por una situación bastante extraña y muchas veces hipócrita (como el caso de la ley que prohibía el alcohol y sus ciudadanos pagaban grandes sumas para consumirlo durante la ley seca). Esa visión arquetípica distorsionó la percepción de este gran grupo humano, de fuertes raigambres familiares, fuertemente unido a la religión católica y que se identificaban a la comida, gracias a la fuerte presencia de las trattorías en las urbes estadounidenses, algo así como la colonia china con los famosos restaurantes chinos, llamados chifas en nuestra sociedad.

Pero la sociedad italiana, se fue integrando a la norteamericana en todos los planos, como el artístico. En muchos campos de las artes norteamericanas van apareciendo artistas de origen italiano que adoptan el inglés y la cultura de ese país como su propia vida e identidad. Uno de los grandes de la literatura norteamericana y miembro de la generación Beat es Lawrence Ferlinghetti. En la música popular, destacaron con grandes cantantes y compositores que trabajaron para el cine; el caso más notable es Frank Sinatra o el del cantante de rock Bon Jovi, cuyo verdadero nombre es Jon Bongiovanni; o el caso notable de la cantante Madonna, cuya traducción literal del italiano sería “mi señora”. Pero el campo del cine es el lugar en el cual se van a ir creando estas hornadas de artistas que han de colocar la sangre italiana en lugares destacados. No en vano las personas de origen itálico en USA llegan a más de 18 millones de ciudadanos. En ese sentido, este grupo latino ha tenido más presencia en las pantallas (grandes y pequeñas) que el de los hispanohablantes; y ambas presencias han tenido un duro camino por recorrer para no ser severamente estereotipados como lo fuimos los latinoamericanos en los años 40 y 50. Muchos de los films del cinema noir tuvieron como inspiración el mundo del hampa de Chicago o Nueva York. Y los referentes eran los delincuentes mafiosos que asolaron sus calles. En los 60 y 70, se origina el gran boom de los actores, productores y directores de la escuela italiana; y son geniales. Nombres como Martin Scorsese, Francis Coppola (se agregó el apellido Ford en homenaje a otro grandes del cine que fue John Ford), Michael Cimino, Brian de Palma, Leonardo di Caprio, Al Pacino, Steve Buscemi, Danny DeVito, Joe Pesci, Nicolás Cage, Christina Ricci, Paul Giamatti, Mira Sorvino, Tea Leoni, Quentin Tarantino, Tony Danza (¿lo recuerdan de la serie televisiva “quién es el jefe”?), John Travolta, John Turturro, entre muchos, muchísimos más, dieron al cine una vitalidad nunca antes vista, con un cine directo, de autor, que se desprendía un poco del cine de los grandes estudios, como influidos por el neorrealismo que conmovió al cine en el país de sus abuelos. Filmes como Calles Peligrosas o Taxi Driver, muy cercanos al formato de edición televisiva, cambiaron la percepción de un cine sacudido por el fenómeno que significó los 60 para los Estados Unidos. Pero también hubo otro cine de estudio, inteligente, atrevido, audaz en la temática y nos pone en la pantalla El Padrino, para ver el microcosmos social de este grupo dinámico que había participado en el cambio social de ese país.

En este contexto surge Robert de Niro, un gran actor. Nació un 13 de agosto de 1943 (ya 69 años) en Nueva York; de padres (ambos) artistas, vive con su madre después del divorcio en Manhattan y en Greenwich Village, el barrio bohemio neoyorquino. Para suerte de él, su padre se instalaba en lugares no lejanos a la residencia de Robert, por lo que pudo pasar una infancia y adolescencia compartiendo con ambos. Cuando tenía 10 años, realizó el papel del León Cobarde en la obra El Mago de Oz, una obra escolar que lo de marcar para toda su vida, tanto así que dejó el colegio a los 16 para entrar en diversas academias de actuación. Su primera actuación fue Brian de Palma en 1963, pero verá la fama mundial en 1973 en el trabajo de Scorsese: Calles Peligrosas. Pero 1974 recibe su primer Óscar como Mejor Actor de Soporte en la obra El Padrino segunda parte, en la que hace el papel de Vito Corleone. De ahí la fama lo sigue con la gran película que quedó casi como un arquetipo para su persona: Taxi Driver. Trabajó con Scorsese de manera intensiva, mas eso no le impide trabajar con otros directores e, incluso, en el extranjero (como en 1900). Hizo incursiones en la comedia en roles que en los cuales se sentía cómodo. Un poco para soltarse de la imagen estática ganada por el papel de Travis en Taxi. Incluso prestó su voz para una obra de ficción: Cuentos de Tiburones. En 1993 realiza otra aspiración: dirigir. Su más grande éxito fue la obra EL BUEN PASTOR con Angelina Jolie y Matt Damon. Además, el año pasado fue nombrado Presidente del Jurado del Festival de Cannes.

En su larga vida de actuaciones, ha ganado dos Óscar de la Academia, fuera de otras denominaciones. Posee un largo compromiso con el partido demócrata, ha asumido el compromiso de su nueva ciudadanía italiana que le fue conferida en el 2006, luego de diversas polémicas por este asunto. Además sostuvo una delicada situación policial en Francia, lo que le hizo alejarse de este país de manera definitiva.


THE GODFATHER II (EL PADRINO PARTE 2) FRANCIS FORD COPPOLA (1974) Este film es la continuación de la saga Corleone y Robert De Niro encarna aquí el papel del Padrino cuando su juventud en Sicilia y su emigración a Norteamérica. Prácticamente vamos a ver a casi todos los personajes de primera película, salvo Marlon Brandon. Este filme muestra cómo la mafia va instalando sus raíces en la joven sociedad norteamericana. Los migrantes tienden a formar clanes o guetos en los cuales aplican sus formas de vida traídas desde la lejana tierra. Vemos costumbres buenas y malas, pactos para protegerse entre ellos ante una sociedad que fue, inicialmente, bastante hostil contra ellos. Un joven Vito Corleone, hablando en dialecto siciliano, va asumiendo paulatinamente el control total de todo el clan y sus tentáculos de poder, primero en su barrio y, como se ve en las otras dos películas, en toda la sociedad norteamericana; además nos muestra la corrupción de los diversos estamentos sociales, políticos y económicos de aquella opulenta nación. El film recibió el Óscar a la mejor película.


TAXI DRIVER (TAXISTA) MARTIN SCORSESE (1976) Este es uno de los varios films que trabajó con Scorsese; es un frío estudio del deterioro de una mega sociedad como la neoyorquina, vista por los ojos de un no menos desquiciado taxista Travis Bickle (Robert De Niro). El recorrido nocturno por la gran ciudad le permite encontrarse con toda una fauna, siendo una de ella la famosa niña prostituta (Jodie Foster). La caracterización de este personaje fue tan lograda que quedó en el imaginario cinematográfico y que fijó, muchas veces, la perspectiva de este actor para el resto del público cinéfilo. Un antihéroe con muchos seguidores. Este personaje desató todo en escándalo entre los moralistas de una pacata sociedad que tiene una interesante y, muchas veces aviesa, percepción de los graves problemas sociales de sus grandes ciudades. El reciente hecho de sangre en Denver durante la premier de un film no hace sino reflexionar sobre ese latente conflicto que subyace en el colectivo urbano de sus metrópolis. Aunque no ganó el premio Óscar al mejor film, se llevó uno mayor: la Palma de Oro del Festival de Cannes.

MILNOVECENTO (MIL NOVECIENTOS) BERNARDO BERTOLUCCI (1976) esta película o film-río es una de las megas producciones que realizó este director italiano, quien ya había hecho otra obra que le dio renombre fuera de sus fronteras: El último tango a París. Esta producción internacional cuenta la historia de dos familias, una aristocracia terraniente y la otra prole campesina, cuyos nietos, en un inicio grandes amigos, se van a ver enfrentados por la lucha de clases. Alfredo Berlinghieri (De Niro) asume el rol de patrón y se enfrenta a Olmo Dalcò (Depardieu), quien se va a convertir en un líder campesino. El film evoca los primeros 40 años después de cambio de siglo. Estos cambios se ven en la unidad italiana y la decadencia de la aristocracia gamonal que ya se había visto retratada, además, en Il Gattopardo de Visconti. Además el oscuro ascenso de un grupo político que ha de ensombrecer a la sociedad italiana: el fascismo. Fue una gran producción millonaria, siguiendo la tradición de los films americanos de los 50. Debido a su extensión en muchas partes se proyectó en una versión de cuatro horas, pero en esta oportunidad será proyectado en su manera original (5 horas y 3 minutos) por lo que este empezará a las 5: 21 de la tarde.

THE DEER HUNTER (EL FRANCOTIRADOR) MICHAEL CIMINO (1978) La infancia de ese director con varios rusos emigrados le permitió conocer mucho el mundo eslavo, con personas impulsivas y muy francas con sus sentimientos. Una película que muestra la construcción multirracial que es los Estados Unidos, con pueblos que buscan ser reconocidos como norteamericanos, pese a tener apellidos de origen eslavo u otros. Cimino observa sociedades que, a diferencia de los WASP o los intelectuales, son americanas por su pertenencia a ese país y por las acciones que los identifican con él. Este film surge en años en que los artistas e intelectuales tratan de asimilar la derrota de Vietnam y el trauma que causó a esa generación. Pero, como dice Huayhuaca, es una obra mucho más sincera que lo pudo ser Coming Home, la cual es mucho más fría y obedece más a una idea que a un conjunto de sentimientos de diversas situaciones. Además muestra la experiencia dolorosa vivida por un pueblo pequeño minero e industrial de Pennsylvania que mandó a sus jóvenes a dicha guerra y regresaron mutilados o en un ataúd. De Niro hace el papel de Michael, quien logra regresar después de una larga y dolorosa captura en manos del Vietcong. El film ganó el film a la mejor película y el mejor director. Cimino, hosco él, sólo emitió una frase cuando recibió el Oscar.

IT WAS UPON A TIME IN AMERICA (ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA) SERGIO LEONE (1984) Es otro film épico como Novecientos. Se inicia en los años 20 en los guetos judíos de Nueva York en el lado este de Manhattan y es un recorrido de casi 40 años de hampa. El narrador es David Aaronson (De Niro en la madurez), apodado Noodles (Fideos) quien es enviado a la cárcel por 10 años y a su salida, en 1932, comienza una intensa carrera delincuencial con sus antiguos amigos de la infancia. La prohibición del alcohol les va a generar ingresos notables y van a tener una amiga de lujo y despilfarros, hasta que se comienzan a manifestar desuniones y desaciertos. 30 años después, David regresa a este lugar para ver la tumba de sus tres amigos, tumba que deberá relocalizarse para permitir la demolición del antiguo cementerio. Film intenso, un poco irregular, es el sueño de una década de este gran director italiano afincado en USA, donde había revitalizado el agónico género del western con algunos clásicos como El bueno, el malo y el feo. El film cuenta con 229 minutos, por lo que se empezará a las 6:30 pm.


martes, 28 de diciembre de 2010

LUCHINO VISCONTI, IL MAESTRO

Luchino Visconti nace en Milán un 02 de noviembre de 1906, en el seno de una antigua familia aristocrática. Amante del teatro y de la ópera, su vida trascurre en situaciones límites, como por ejemplo haber admirado la imagen fascista que teñía su juventud, ya que sentía inclinación estética por toda la parafernalia militarista como los grandes desfiles y los uniformes militares. Para limpiar este pasado vergonzante y limpiar su conciencia, viaja a Francia. Estuvo en París y allí conoció a Jean Cocteau y Jean Renoir para quien trabajó como su ayudante de dirección en el rodaje del film Une Partie de Campagne en 1936. Fue el maestro Renoir quien lo empujó a realizar obras de cierto compromiso social lo que le permite identificarlo entre los directores de la órbita del movimiento neorrealista.


Su obra cinematográfica discurre entre la pasión literaria, las tablas y la gran representación del pensamiento burgués durante el siglo XIX en el escenario: la ópera. Su interés por llevar a la pantalla diversas obras literarias se manifiesta con una de sus primeras versiones fílmicas, OSSESIONE (1943), basada en la obra El Cartero siempre llama dos veces del escritor norteamericano James Cain (quien no la aprobó).

El año 1943 fue arrestado por sus actividades antifascistas y vuelve a trabajar en el cine en 1948 con su obra LA TERRA TREMA. Luego de haber trabajado en la representación fría y cruda de la sociedad italiana lo que permite identificarlo como un neorrealista social –pesimista-, ahondó un estudio de la historia alemana a través de tres filmes y el trabajo de uno de sus autores literarios favoritos, Thomas Mann. Andrés Caicedo hace una crítica muy dura de la obra de Visconti, la cual –según Caicedo- va a ser condicionada por los gustos de las grandes empresas cinematográficas, sobre todo las norteamericanas, las cuales van a exigir que alguna de sus obras sean dobladas totalmente al inglés, o, en el peor de los casos, mutiladas por la censura o por ser demasiado largas para las expectativas y gustos de un público envilecido por el tipo de cine de Hollywood. Por esa razón, una de sus obras cumbres, El Gatopardo, fue reducida de 205 a 161 minutos.

Se puede distinguir hasta 3 periodos de su obra; uno primero de un marcado compromiso social, periodo en el que trabaja muchas veces con actores no profesionales. Un segundo periodo es el acercamiento al melodrama, tal como lo había logrado la ópera. Pero además muestra un cuidado de escenas (la escenografía cuidada, equilibrada) en las que los actores se desplazan y que permiten entenderlos más. Fotografía cuidada, trabajo de banda sonora muy fino y una colaboración permanente con diversos actores y actrices que actúan para y por él en sus films. Se puede hablar de un tercer periodo, maduro, que presagia su muerte. En este periodo filma su obra Confidencias, obra en la que un profesor es desnudado y debilitado de su mundo burgués egoísta y deteriorado (muchos lo llamaban el maestro de la decadencia) que pinta a una clase intelectual que fracasó en su participación de apuntalar un mundo mejor y digno. Es una suerte de amargo testamento en la que se auto denuncia, como lo hizo en otras más en la que la sociedad se hacía cómplice de abiertos crímenes como el nazismo, el fascismo y la explotación de clases trabajadoras ignorantes.

Llevó una pasión intensa entre las ideas izquierdistas (pese a su origen aristocrático) y su homosexualidad que ocultó por mucho tiempo, manteniendo una figura de galán empedernido, pero que iba trasluciendo en cada una de sus obras que se iban proyectando en la pantalla. Mantuvo una relación discreta como Helmut Berger, quien se convirtió en una suerte de actor fetiche en algunas películas suyas como Ludwig, La Caída de los Dioses y Confidencias (Gruppo di Famiglia in un interno).

Pese a que sufrió un derrame, siguió con su obra y completó tres filmes más, en los que denotaba un exquisito gusto por lo barroco, situación que Caicedo criticó en él como una exageración y atiborramiento innecesarios; lo percibió muy lejos del Visconti de sus primeros filmes. Pero su madurez alcanzó a dar ciertas propuestas, algunas de las cuales plantean un desencanto con la realidad. Y, sobre todo, dejó obras abiertas para ser resueltas por sus seguidores como debe ser cualquier obra abierta.

Visconti dejó este mundo un 17 de marzo de 1976 en compañía de su hermana y oyendo una sinfonía de Brahms. Gloria Mundi.


LA TERRA TREMA (LA TIERRA TIEMBLA) (1948) Basada en la obra literaria de Giovanni Verga, es la obra que lo circunscribe entre los autores neorrealistas concretos (algunas obras dentro de este movimiento no estaban cargadas de un verismo social, sino de un mundo ideal – un ejemplo de ello en MIRACOLO A MILANO (Milagro en Milán) de Vittorio De Sica -, por lo que el reflejo de la obra verista en más cruda y pesimista). Para la realización de la misma contó con el apoyo de pescadores de una pequeña villa, Acci Trezza en Catania, de isla de Sicilia; incluso se filmó en dialecto de la zona, lo que obligó a que la película para su proyección en Italia tenga subtítulos. Es una obra que muestra la cruda explotación de la gente rica a los pobres e ignorantes, a los cuales condicionan, amenazan y marginan (una historia de explotación que persiste en la actual sociedad, sobre todo como la nuestra donde las brechas sociales son cada vez más marcadas). Y muchas veces las mismas personas que tratan de gestar un cambio, independizarse en este caso, para la mejora de su grupo social, halla entre las personas de su clase a encarnizados enemigos, sea por querer mantener el statu quo, o los que en muchas veces sucede, se han enrolado en los círculos de poder (como la mafia de contrabandistas) y se tornan enemigos de sangre. Ambos casos se ven en el film: viejos conservadores que tratan de mantener las relaciones laborales (y culturales) de la sociedad por mil años más; por otro lado, se ve a jóvenes desesperados por el hambre o falta de trabajo que son fácilmente reclutados por gente del hampa para convertirlos en sus esbirros. La acción gestada, la de querer navegar y pescar por sí solo, termina en un fracaso debido a un naufragio; pero la semilla del descontento y un principio básico de solidaridad movilizan a los demás pescadores jóvenes. Es una verdadera obra maestra de observación social, una suerte de laboratorio de los esquemas humanos (la cultura, las relaciones económicas en cuanto a los medios de trabajo y la fuerza laboral) en la cual cada uno de los bisoños actores supieron sacarle lustre a su candidez e inexperiencia. Tuvo una gran aceptación en la sociedad italiana, la cual estaba casi al borde de una guerra civil para evitar el ascenso de una fuerte izquierda (Partido Comunista) al poder.


BELLISSIMA (BELLÍSIMA) (1951) Este es un extraordinario estudio de la pobreza en toda su crueldad y miseria humana. Una mujer, Maddalena Ceccini (Anna Magnani), sueña con su hija convertida en una estrella infantil del cine. Obsesionada y contra la voluntad del padre, invierte sus ahorros en torturar a la niña en cursos de canto, baile, moda, todo aquello que permite a varias personas explotar la desesperación y estupidez que pueda tener una persona para cumplir sueños irrealizables. En la accidentada trayectoria hacia el estrellato, la mujer es estafada, humillada por inescrupulosos que sacan ventaja de su inocencia; cuando el soñado estrellato llega, de repente ve a su hija acosada por los cazatalentos dispuestos a tragarse enteras a estas nuevas figuras para explotarlas en su “etapa útil” para luego descartarlas (como sucede en el “showbiz” actual). Es un estudio nada benévolo de esa clases arribista que existe entre las personas que aspiran a más sin tener escrúpulos (aquí recurre a la coima, a la recomendación – como el famoso tarjetazo peruano o los infaltables padrinos –, a la intriga y la calumnia).


ROCCO E I SUOI FRATELLI (ROCCO Y SUS HERMANOS) (1960) Otro duro film de la realidad italiana; en este caso, vemos la emigración de la gente del sur hacia el norte más desarrollado en todos los sentidos económicos, no tanto en lo humano; y es en este campo donde se van a generar las pequeñas tragedias de esta familia meridional con una madre viuda a la cabeza. Para esta gente las perspectivas laborales son duras y esporádicas; pero es en el boxeo donde hallan el triunfo, primero Simone y luego Rocco. Pero la formación poco sólida de Simone, pendenciero, jugador y mujeriego, va acarreando una serie de problemas que han de desembocar en toda una tragedia, no antes haber visto celos, envidia, rivalidad y todos los posibles elementos que van a causar el deterioro familiar. Para muchos críticos del film, la “orquestación” de esta película está más ligada a la de la ópera, como un melodrama en que los actores son presas de un cierto destino, leit motiv, del cual somos testigos en la pantalla. Y en verdad, la historia desemboca inexorablemente a entender que las leyes sociales están por encima de los hombres y que el intentar modificarlas significan un grave desafío a lo establecido: la moral divina, las buenas costumbres, la legitimidad de lo establecido.

MORTE A VENEZIA (MUERTE EN VENECIA) (1971) Este film no es muy valorado por la crítica cinematográfica, pese a que la hizo con una extraordinaria exquisitez y haber sido un justo intérprete de uno de sus más escritores preferidos: Thomas Mann. Es la historia del conflicto personal de Von Aschenbach, músico, quien se enamora de un joven a quien apenas conoce durante sus últimas y fatales vacaciones en Venecia. En la obra vemos una reflexión estética predominante en la Europa central. Aunque muchos ven en este film un manifiesto sobre lo estético y la pedofilia, es una profunda reflexión sobre el arte, la belleza, la juventud y la muerte. En la construcción de su film, recurre a las técnicas empleadas por otro gran escritor de su admiración, Marcel Proust. Además trabaja con músicos de la época como es el caso de Gustav Mahler y con algunas concepciones nietzscheanas. Tal como se había explicado previamente, Visconti amaba la idea de llevar obras literarias al cine; una de sus empresas soñadas pero no acometidas fue llevar En busca del tiempo perdido, al cine, pero no se atrevió a hacerlo sabiendo lo inmenso que este acto y estuvo temeroso de no estar a la altura de la misma. Lo mismo sucedió con la obra La Montaña Mágica de Thomas Mann.


Fuentes:

Diccionaire des Films – Bérnand Rapp, Jean-Claude Lamy, LAROUSSE, 1995.


Hablemos de Cine – No 71, Año XV, abril 1980.


Ojo al Cine - Andrés Caicedo, Grupo NORMA, 1999.


Luchino Visconti: la estética del noble marxista – Julio Cesar Moran, http://www.psiconet.com/tiempo/historias/visconti.htm

sábado, 13 de marzo de 2010

PINTURA EN EL LOUVRE: VIAJE A LA EXQUISITEZ (3)



Dejando atrás a la Victoria de Samotracia, ingresamos a la primera planta del ala DENON, para poder ver algo de pintura francesa, a los grandes maestros italianos del Renacimiento y algo del Barroco español. Al entrar a las  salas de grandes pinturas, vemos inmensos formatos de Géricault (impresionante LA BALSA DE LA MEDUSA), Antoine- Jean Gros (BONAPARTE Y LOS APESTADOS DE JAFFA)y el inmenso Delacroix (miré extasiado con muchos visitantes LA MUERTE DE SARDANÁPALO y la revolucionaria LA LIBERTAD GUIANDO AL PUEBLO). Los cuadros te van rodeando y fuera de la belleza, también te van hablando de historia, como las obras de Jacques- Louis David; o el gran maestro de la figura humana que es Jean-Auguste Ingres; ver su ODALISCA, la que vi por primera vez en una estampilla rumana en mi niñez, me hizo recordar cómo contemplaba esta mujer voluptuosa, generosa en carnes, que te lanza una mirada dubitativa entre sensual, atrevida y cándida; o los bellos paisajes de Camille Corot.
Pero el plato fuerte iba a venir con los maestros italianos; pero hay tantos y tantas obras en un sólo lugar que sientes una intoxicación de belleza. Por ahí sale un Cimabue y sus bellos retablos prerrenacentistas y ver la marcada influencia de escuelas de Cremona o el poder de la iglesia de Oriente en la estética de entonces. De pronto estás frente LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN de Fra Angélico y mudo contemplas el trabajo de la perspectiva en estos hombres de fe que quisieron rendir su obra a su creencia. Pero perspectiva pura la hallas en Uccello y su BATALLA DE SAN ROMANO, en la que las lanzas de los guerreros trazan las perspectivas que guían nuestros sobre este cuadro. Los platos fuertes estaban por venir: el primero lo ves con el SAN SEBASTIÁN de Mantegna, gran estudioso del cuerpo humano (algún  día iré a Brera en Milán para ver su CRISTO MUERTO); EL RETRATO DE UN ANCIANO Y UN JOVEN de Ghilandaio; LA VIRGEN DE LA ROCA y LA VIRGEN, EL NIÑO JESÚS Y SANTA ANA de Leonardo. Estaba rodeado de maestros que mostraban toda la visión del mundo de la Europa de entonces, la nueva visión de un mundo tras el descubrimiento de América y que iniciaba el viaje hacia sí mismo. Creo que el día que llegue a UFIZZI en Florencia habré colmado mis más grandes sueños del arte. Una sensación especial fue ver a LA GIOCONDA  en la sala en la cual estaban las otras obras de Leonardo; felizmente no me hallé ante un tumulto de gente como suele pasar con las obras vedette de un museo (como me pasó con la RONDA NOCTURNA en Amsterdam), pero no colmé las expectativas que había generado en mí al momento de hallarme con este famoso cuadro. Quizá ya estaba saturado, quizá no estuve preparado o quizá sobrestimé la obra. No lo sé.
Mucha más atractiva fue la pintura LA MUJER DE LOS ESPEJOS de Tiziano, obra equilibrada, con un dominio de luz magistral y esos volúmenes tan bien distribuidos. Y para cerrar esta visita a los italianos me extasié con el genio de Arcimboldo, del Veronés y del Tièpolo. No quiero olvidar de mencionar esos inmensos cuadros detallistas de Francesco Guardi, casi un fotógrafo de los eventos sociales masivos de su época. Sus cuadros retratan la vida fastuosa  de la Venecia rica y burguesa que le tocó vivir.
Tenía que cerrar con los españoles, tenía aún fresca la visita al Prado, por lo que tenía que ver en esta colección tenía que llenar mi retina con "novedades" impactantes. Con las obras de El Greco y las de Ribera, el Españoleto, me doy por satisfecho. Otras buenas piezas de Zurbarán y Goya completan la breve colección de pintura española del Louvre. La pintura de EL TULLIDO de Ribera siempre me ha parecido, salvo por el pie enjuto, el retrato del Lazarillo de Tormes; la cara pícara y su pobreza digna las hacen obras gemelas. Cumplí con un sueño más. 
El tiempo nos iba venciendo, Olivier me dijo que el museo ya estaba por cerrar; 5 horas de viaje por él no han sido suficientes para mi curiosidad, pero suficientes para mi físico. Ya regresaré por más.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

FEDERICO FELLINI


Las primeras imágenes del Eros y las premoniciones
de la muerte nos atrapan en cada sueño; el fin del mundo comenzó
con nosotros y no parece querer acabar; la película de la que tenemos
ilusión de ser solo espectadores es la historia de nuestra vida.”
ITALO CALVINO, “AUTOBIOGRAFÍA DE UN ESPECTADOR




Para muchos jóvenes, las distancias geográficas e históricas se han achicado gracias a la globalización informativa y ciertos viajes virtuales que nos hacen creer que accedemos a la verdadero conocimiento de la vida de un pueblo, sus costumbres, virtudes y defectos, su percepción del mundo. Gracias al arte, se va descubriendo que esta herramienta virtual nos ayuda a ver solo una pequeña parte de la inmensidad de la geografía humana en todas sus manifestaciones.
El arte ofrece a aquel que lo contempla, lee u oye, múltiples lecturas que tienen referentes diacrónicos, sincrónicos, además de la misma hermenéutica de la pieza bajo observación. Es una obra abierta, que puede tocar la fibra del momento vivido como un referente espacio-temporal; o puede hacer una elisión del mismo (pero que no escapa de un referente consustancial que le dé soporte de existencia). Así se llegue a situaciones de individualismo creativo o interpretativo como lo plantea Ortega y Gasset en su libro LA DESHUMANIZACIÓN DEL ARTE, el hombre no deja de tener esos referentes inmediatos. Por otro lado, tampoco es suficiente calcar la realidad para mostrarnos el interior del momento con un burdo realismo imitativo de lo visto, oído o sentido. Tanto creador como re-creador (lector u oyente) hacen sus propias lecturas desde referencias suyas de lo que estamos transformando (como lo plantea Sartre).
El extraordinario movimiento cinematográfico europeo de post guerra tuvo en el Neorrealismo italiano una feliz consecución de lo anteriormente dicho. Una Italia pobre, de escasos recursos una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, dio un puñado de directores, actores, fotógrafos, guionistas que deslumbró las pantallas del orbe. Películas como Roma, città aperta; Ladri di biciclette; Paisà; son filmes que marcaron toda una época y mostraron al mundo que con mucho ingenio y poco dinero se podía hacer obras maestras. Y los argumentos o contextos no eran nada del otro mundo, era como poner la cámara en la calle y rodar la vida cotidiana en su miseria, en su ternura, en su alegría. En esa coyuntura, en ese puñado de directores como de De Sica, Rosselini y otros, aparece LA STRADA de Federico Fellini.
Los directores italianos, como todos los europeos (y ahora los chinos), tienen poco qué pedir fuera de su espacio para darnos lecturas extraordinarias de vida. Estos pueblos viejos de historia, de revoluciones, guerras, conquistas, pensadores, artistas, no reclaman nada a nadie (y sería una mofa pedírsela a alguien o a otra cultura); sin pecar de autárquicos, sus referencias inmediatas son tantas, con una vida cotidiana tan viva y un ambiente de cultura en torno a ellos que casi sería una necedad no encontrar tema.
Nuestro maestro fue esa alma sensible que supo captar la inmensidad humana de su pueblo; sin pecar de conductista o revolucionario, nos mostró el espíritu de hombres y mujeres a través de personajes maravillosos que han quedado en nuestras retinas.

AMARCORD (RECUERDO) (1973) Aunque la palabra signifique “recuerdo” en dialecto romano, Fellini no quiso que este filme fuese encasillado como uno de remembranzas y nostalgias. Reuniendo a una buena cantidad de personajes simpáticos y más de uno extravagante, nos reconstruye la historia de un pequeño pueblo durante los años del fascismo de preguerra. Pero es cierto que hay muchos elementos muy fellinianos, como el espíritu colectivo circense y festivo de los habitantes del pueblo, con un sentido del humor ácido que nos remite a las diferencia de clases, todos estos evocados en las memorias de nuestro Director, reunidas en LA MIA RIMIMI. Ganó el Oscar al mejor filme extranjero.


LA STRADA (LA CALLE) (1954) ¿Qué hace a esta película tan bella y entrañable? Es la película felliniana por antonomasia, con circos, ferias, y personajes de farándula. Es un filme de llegadas y partidas, de fracasos y redenciones, de risas y lágrimas. Sobre todo hay un personaje femenino, Gesolmina (Giulietta Massina, la esposa de Fellini) extraordinaria, que encarna un personaje torpe a la que la vida le enseña lo que es la calle, en su soledad y la necesidad de aferrarse a alguien. Además es también una feliz unión de dos grandes como lo fue Fellini y el músico Nino Rota, el cual compuso esta inmortal melodía que desde ya tiene vida propia. Como ha escrito Ítalo Calvino, del cual hemos tomado un fragmento de su “AUTOBIOGRAFÍA DE UN ESPECTADOR”, es una película en la que nos vemos reflejados, en la que no somos simples espectadores sino vemos discurrir en ella, diversas escenas que se acercan a nuestra vida cotidiana.


SATYRICON (1969) Está basada en la obra de Cayo Petronio Árbitro, noble romano del Siglo I d.C. Es una de las relecturas más interesantes llevadas al cine, con una escenografía alucinante, un maquillaje que quedó en la retina de los primeros espectadores de este filme y un tratamiento moral de acuerdo a la época, pero con la también participación personal de nuestro Director; creó un escándalo por el tema, pero hay que entender todo esto en el contexto de una época como lo fue la del Emperador Nerón, gran amigo de Petronio. Circulan personajes vividores, poetas frustrados, artistas díscolos, nobles envilecidos, semidioses. Y seremos testigos de la orgía romana en su esencia. Todo a través de ocho historias que tratan de la disputa de dos jóvenes por el amor de un esclavo adolescente y hay tantos elementos y patrones de comportamiento tan parecidos a los nuestros que es casi una pequeña lección de historia, antropología y sociología.



Bibliografía:

Diccionaire des Films – Bérnand Rapp, Jean-Claude Lamy, LAROUSSE, 1995.

Las 100 mejores Películas, John Kobal, ALIANZA EDITORIAL, 4ta edición, 1995.

Historia del Cine Mundial, Georges Sadoul. SIGLO XXI EDITORES. 5ta edición, 1980

Tutto Fellini, Varios. LA GRAN ILUSIÓN, No 02, 1994.