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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 26 de enero de 2014

B E L L E Z A

B E L L E Z A Extrema belleza e inquietante.

miércoles, 31 de marzo de 2010

GUIMET: EL CERCANO LEJANO ORIENTE

Hace muchos años, había visto en un libro de historia la figura del dios Shiva en su famosa danza de la creación y de la destrucción. Era una bella estatuilla que se encontraba en un museo parisino: el Museo Guimet. En cuanto me instalé en el hotel Ibis en París ya en el hall principal del hotel había un dispenser con muchos folletos de la oferta cultural y de espectáculos que te ofrece la ciudad. En un lejano rincón encontré un folleto de este museo. Cumple 120 años (en realidad, 121) y reza en el mismo folleto que el Guimet es el museo más grande de Europa de arte asiático. El último viernes de enero era mi último día de visita en París. Inicialmente había comentado a Olivier sobre esta belleza y se entusiasmó por ir a conocerlo. Nos encontramos por el Notre Dame para almorzar con dos amigas suyas y luego nos fuimos a esta aventura lejana, por el Asia de los Himalaya.
Este museo fue concebido por un empresario industrial llamado Émile Guimet. Parece ser que esta persona era muy aficionada a las religiones orientales, a las religiones asiáticas. En realidad, no nos debe causar ningún asombro, puesto que cualquiera de las religiones practicadas en la actualidad y de culto masivo, todas tiene sus orígenes en Asia. Budismo, Cristianismo (Jesús fue judío), Judaísmo, Islamismo, Brahmanismo, Shintoísmo. Cualesquiera de las religiones modernas en nuestros continentes, sea Europa, América, África u Oceanía, somos cultores de variaciones de las mismas. Entonces, valgan verdades, hemos ido al origen de los cultos modernos.
























El Guimet tiene cuatro pisos, tematizados por regiones religiosas del gran continente. En el primer piso (planta 0) se encuentra todo el esplendor del mundo brahmánico. Es impresionante la delicadeza de esta gran cultura tan difundida y tan poco comprendida. Cuando veía algunas de las figuras de los dioses de este alucinante panteón, recordé el gusto y pasión que tuvo George Harrison por ello. Creo que hizo hasta un Khumb Mela. Las bellas estatuas labradas de las diversas formas de Shiva, Visnu; las diversas formas faciales del Gautama Buda y su rostro de la paz perfecta, el nirvana, me evocó a Siddharta y ese gran  poeta narrador Hesse. La perfección de la quietud, algo que ya no se ve en tu entorno. Era un baño de quietud. El silencio rodea a estas figuras.
La segunda planta (primer piso) nos acerca a la antigua cultura china, tan vieja como la humanidad. Hay bellas estatuillas, algunas más allá de los dos mil años. Qué peso de la historia. En realidad, China ocupa los dos pisos restantes pues hay tanto para ver y meditar. Caminas entre jarrones de diversas dinastías, delicados trabajos de jade, las primeras monedas de cobre. Hay espacios también para otras dos bellas culturas: Corea y el reino Silla; y el siempre maravilloso Japón y sus hermosos biombos, sus sofisticados trabajos de Ukiyo-e y las bellas armaduras de los señores feudales. Hace años, en Amsterdam, pude ver también una interesante colección de arte asiático. Pero el Rijksmuseum se centra en preservar el rico patrimonio holandés, sobre todo a sus maestros pintores, y el espacio asignado a lo asiático (tiene una interesante muestra de Indonesia, puesto que fue su colonia) es bastante pequeño. El Guimet es un museo delicado.
La visita fue todo un espacio de calma como los dioses que veían nuestro discurrir.


jueves, 25 de marzo de 2010

EL MUSEO SOÑADO: ORSAY


























Siempre fue un sueño. Hacía muchos años en casa de una tía mía que pinta vi un libro de su colección de pinturas: una colección antigua de la Editorial Codex publicó un pequeño libro sobre el Museo de los Impresionistas, que en ese entonces se llamaba Jeu de Paume, la Sala del Juego de la Pelota. Posteriormente, en la ex-estación de trenes Orsay, la que iba a ser demolida, un proyecto de Pompidou, apoyado por Mitterand y Giscard, el sueño de convertir este bello lugar en el museo de los impresionistas se hizo realidad y abrió sus puertas en 1985.

En París, en la semana que estuve deambulando por sus calles, no podía faltar a esta cita: era impostergable. El servicio público (que es público y no el pandemónium de transporte privado que hay aquí) en Francia es excelente, pese a las quejas de los usuarios parisinos; el metro y los sistemas alternos te llevan a toda esta inmensa ciudad y mi destino estaba estratégicamente ubicada. No hay que olvidar que fue una estación de trenes y que casi todo el servicio de transporte está conectado (es el caso de casi toda Europa).
Al salir de la estación de metro me di directamente con la entrada principal al museo. Era un viernes, tranquilo, con un poco de lluvia. La estación está cerca al museo y había poca marcha por hacer. Al ingresar ya estás en otro ambiente. La antigua estación  es de por sí una belleza y muestra el gusto de finales del XIX e inicios del XX, una muestra de la Belle Epoque. Lo que era la zona de trenes, ahora es una galería de estatuas en las que puedes hallar varias de Rodin, Carpeaux, Daumier. Los andenes son ahora las galerías por las que discurres para ver a los maestros. Entre por el ala izquierda y vi la belleza de Millet; no logré entrar a la exposición visitante de Ensor, pero en Amberes vi una gran colección de él. En la primera planta o la 0 están los maestros impresionistas: fui a buscar mi preferido Degas. Pero no podías dejar de ver a Manet, Monet y Renoir.
Uno de los pintores que siempre me llamó la atención y pertenece a una escuela anterior (realismo) es Honoré Daumier; había visto unas pinturas de él del Quijote y algunas obras sorprendentes sobre la clase obrera parisina; era su retratista, una suerte de Doisnaeu de la pintura.


Cuando recorres las galerías te detienes a contemplar a Millet y su Angelus, el que inspiró al surrealista Buñuel. Al atrevido Courbet, demasiado para su época. Pero Manet y su odalisca, a Monet y sus impresiones de la catedral de Saint Romain, sus nenúfares (para llorar), a Degas y sus desnudos y bailarinas. A Cézanne y sus bañistas, Van Gogh y su autorretrato, a Toulouse Lautrec y sus bailarinas. A Rousseau el aduanero y su increíble Encantadora de Serpientes.Gauguin, Seurat, Morisot, Bonnard, Boldini, Derain,.. Las esculturas de Carpeaux, el genial Daumier y su carácter ácido de crítico social. Degas y sus bailarinas. La bella e impresionante colección de Art Nouveau, muebles y arte utilitario. Demasiado.

Para cerrar vi una de las exposiciones itinerantes: L´Art Nouveau revival. Esta mostraba cómo dicha arte influyó en los gustos y objetos de los hombres del siglo XX. De pronto, hacia el final de la exposición comencé a identificar una serie de objetos de mi niñez y adolescencia: el Pop Art, la psicodelia. Súbitamente un periodo vivido por mí ahora se halla en el museo: ropa (la minifalda, las camisas psicodélicas) carátulas de LP (grupo YES, Procol Harum). Ahora ya soy parte de la historia como todos los de mi generación. A mucha honra.

sábado, 13 de marzo de 2010

PINTURA EN EL LOUVRE: VIAJE A LA EXQUISITEZ (3)



Dejando atrás a la Victoria de Samotracia, ingresamos a la primera planta del ala DENON, para poder ver algo de pintura francesa, a los grandes maestros italianos del Renacimiento y algo del Barroco español. Al entrar a las  salas de grandes pinturas, vemos inmensos formatos de Géricault (impresionante LA BALSA DE LA MEDUSA), Antoine- Jean Gros (BONAPARTE Y LOS APESTADOS DE JAFFA)y el inmenso Delacroix (miré extasiado con muchos visitantes LA MUERTE DE SARDANÁPALO y la revolucionaria LA LIBERTAD GUIANDO AL PUEBLO). Los cuadros te van rodeando y fuera de la belleza, también te van hablando de historia, como las obras de Jacques- Louis David; o el gran maestro de la figura humana que es Jean-Auguste Ingres; ver su ODALISCA, la que vi por primera vez en una estampilla rumana en mi niñez, me hizo recordar cómo contemplaba esta mujer voluptuosa, generosa en carnes, que te lanza una mirada dubitativa entre sensual, atrevida y cándida; o los bellos paisajes de Camille Corot.
Pero el plato fuerte iba a venir con los maestros italianos; pero hay tantos y tantas obras en un sólo lugar que sientes una intoxicación de belleza. Por ahí sale un Cimabue y sus bellos retablos prerrenacentistas y ver la marcada influencia de escuelas de Cremona o el poder de la iglesia de Oriente en la estética de entonces. De pronto estás frente LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN de Fra Angélico y mudo contemplas el trabajo de la perspectiva en estos hombres de fe que quisieron rendir su obra a su creencia. Pero perspectiva pura la hallas en Uccello y su BATALLA DE SAN ROMANO, en la que las lanzas de los guerreros trazan las perspectivas que guían nuestros sobre este cuadro. Los platos fuertes estaban por venir: el primero lo ves con el SAN SEBASTIÁN de Mantegna, gran estudioso del cuerpo humano (algún  día iré a Brera en Milán para ver su CRISTO MUERTO); EL RETRATO DE UN ANCIANO Y UN JOVEN de Ghilandaio; LA VIRGEN DE LA ROCA y LA VIRGEN, EL NIÑO JESÚS Y SANTA ANA de Leonardo. Estaba rodeado de maestros que mostraban toda la visión del mundo de la Europa de entonces, la nueva visión de un mundo tras el descubrimiento de América y que iniciaba el viaje hacia sí mismo. Creo que el día que llegue a UFIZZI en Florencia habré colmado mis más grandes sueños del arte. Una sensación especial fue ver a LA GIOCONDA  en la sala en la cual estaban las otras obras de Leonardo; felizmente no me hallé ante un tumulto de gente como suele pasar con las obras vedette de un museo (como me pasó con la RONDA NOCTURNA en Amsterdam), pero no colmé las expectativas que había generado en mí al momento de hallarme con este famoso cuadro. Quizá ya estaba saturado, quizá no estuve preparado o quizá sobrestimé la obra. No lo sé.
Mucha más atractiva fue la pintura LA MUJER DE LOS ESPEJOS de Tiziano, obra equilibrada, con un dominio de luz magistral y esos volúmenes tan bien distribuidos. Y para cerrar esta visita a los italianos me extasié con el genio de Arcimboldo, del Veronés y del Tièpolo. No quiero olvidar de mencionar esos inmensos cuadros detallistas de Francesco Guardi, casi un fotógrafo de los eventos sociales masivos de su época. Sus cuadros retratan la vida fastuosa  de la Venecia rica y burguesa que le tocó vivir.
Tenía que cerrar con los españoles, tenía aún fresca la visita al Prado, por lo que tenía que ver en esta colección tenía que llenar mi retina con "novedades" impactantes. Con las obras de El Greco y las de Ribera, el Españoleto, me doy por satisfecho. Otras buenas piezas de Zurbarán y Goya completan la breve colección de pintura española del Louvre. La pintura de EL TULLIDO de Ribera siempre me ha parecido, salvo por el pie enjuto, el retrato del Lazarillo de Tormes; la cara pícara y su pobreza digna las hacen obras gemelas. Cumplí con un sueño más. 
El tiempo nos iba venciendo, Olivier me dijo que el museo ya estaba por cerrar; 5 horas de viaje por él no han sido suficientes para mi curiosidad, pero suficientes para mi físico. Ya regresaré por más.

domingo, 7 de marzo de 2010

EL LOUVRE, LA LUZ CORPÓREA DE LA BELLEZA (2)

Luego de haber dejado las salas del Egipto faraónico, nos dirigimos hacia la zona de Levante (Cercano Oriente) e Irán. Atrás dejamos a Sejmet, Horus, las bellas estatuas del escriba o la del enigmático Amenofis IV para dirigirnos hacia otro lo de los rincones del mundo donde se inició la civilización: la Mesopotamia, el Cercano Oriente e Irán. Al ver las diversas piezas en los gabinetes, recordaba a muchas de estas vistas en mis libros de historia: ¡todas delante de mí! Hubo muchas piezas que rebuscaban en mi memoria su total significado, no verla ahí aislada de su entorno. Era todo un trabajo kantiano de situar el inmenso valor del objeto que tenías delante de ti para darle la verdadera dimensión de su importancia. Así tuve cinco bellezas por las cuales quedé absorto, mudo por el peso de la cultura: la Estela de la Victoria del Rey Naram- Sin (casi 4100 años de antigüedad), el Código de Hammurabi (impresionante, además de ver ese increíble principio del hombre por querer determinar su convinencia con entelequias que aún no son aprehendidas por nosotros para vivir en armonía),  la pequeña estatuilla de la diosa Ishtar (la cual va a ir evolucionando en variantes en las culturas vecinas), los impresionantes Toros Alados del palacio de Sargon II (impresionantes y, como leí alguna vez, aterradores vigías de la fe de ese entonces) y los inmensos Capiteles del palacio de Darío, que adornaban una sala de audiencias (apadana) en un número de 36. Había visto majestuosidad de columnas en los palacios egipcios, sobre todo en Luxor y el inmenso "bosque" de columnas en el Templo de Amón en Karnak; pero los detalles de estos capiteles son mucho más impresionantes y estéticamente mejores.

En nuestro discurrir, nos dirigimos hacia las salas de las esculturas francesas, allí me iba a encontrar con todo un bello mundo visual. Reconozco que no hemos tenido una cultura en nuestra ciudad hacia la escultura, hacia el concepto de monumento tanto del punto de vista cívico-político, como el estético. Tenía una velada intención de ir al cementerio Père - Lachaise para poder ver todos esos mausoleos cargados de historia y belleza. En el Museo Nacional de Atenas había visto, en 1988, la estatua de bronce de Poseidon (la hallada en Sounion), así como la bella estela funeraria de Hégeso, hijo de Próxenos, un niño montado sobre un caballo, todo en movimiento. Desde ese entonces, mi interés por la escultura la veía estimulada en visitas a museos, parques públicos, cementerios. En Lima fui al Presbítero Maestro y tuve muchas satisfacciones. Pero Europa es mucho más de lo que pides, anhelas o puedes ver. Lo vi en los museos daneses de Roskilde, el medioevo escandinavo en su catedral, o Lousianna, con mi primer acercamiento a Giacometti. Pero el Louvre es el colmo. Este placer también lo viví en el Museo Bode de Berlín, del cual hablaré en otro texto.
¿Qué puedes priorizar en estas salas de escultura francesa (sólo francesa, faltan las otras)? Deja que tus ojos se deslicen hasta que lo más bello te detenga; a mí me detuvo la Tumba de Felipe Pot, el gisant y su cortejo de plañideras; todo ese conjunto condensa el Louvre escultórico. Simplemente bello. La imaginería religiosa es otro punto interesante. Nuestros altares barrocos, sobre todo en Cuzco, Arequipa, El Carmen de Trujillo y Lima vieja tienen bellas estatuas de santos y santas, obras de anónimos o de artistas de la talla como Martínez Montañés, Juan y Alonso de Mesa o el gran maestro ecuatoriano Bernando de Legarda, cuyas bellas tallas las ves en el Convento de San Francisco de Quito o su bello Museo de Arte Colonial (hay que ir a verlo). Volvamos al festín Louvre; aquí me topé con bellas imágenes religiosas: la Virgen de los Dolores de Germain Pilon, del siglo XVI, cuya presentación se hace en un espacio de fondo anaranjado que resalta la vivacidad de tan bella talla; o su impresionante Cristo Descendido, un anónimo que se remite al siglo XII, proveniente de la Borgoña.
Luego de una merecida pausa, con Olivier nos dirigimos a ver otras bellezas, nos fuimos a ver las esculturas italianas. Luego de haber almorzado en el subsuelo, bajo la pirámide, retomamos fuerzas para ver estas maravillas; aquí nos íbamos a topar con Dos Esclavos de Miguel Ángel, estatuas destinadas al mausoleo del papa Julio II o la bella obra de Canova, Psique y Amor.
Tomanos una galería que atravesaba la Grecia preclásica para ver una bella estatua de un guerrero (Guerrero Borghese), ver el busto de Homero y dirigirte por las escaleras para ir a la primera planta para ver algo de pintura.
En la escalera nos encontramos la Victoria de Samotracia, que pese a los siglos, estragos y daños, es y será siempre la victoria de la civilización sobre la barbarie. Así dejé, fascinado, el mundo de las esculturas para ir a las pinturas.

lunes, 1 de marzo de 2010

EL PRADO, SUBYUGANTE

Madrid. 22 de enero. Habíamos aterrizado por la mañana en Barajas y nos habíamos dirigido con nuestras maletas hacia el centro de Madrid en metro. Nos ubicamos en un hotel a sólo media cuadra de la Gran Vía, cerca del gran edificio de la Telefónica. De ahí iniciamos una extensa marcha por el Madrid viejo e imperial del cual hablaré en otro texto. Ahora quiero hablar de mi visita a los maestros españoles que se encuentran entre las paredes de este gran museo con el cual inicié mi gran periplo europeo hacia las artes visuales. Habíamos llegado a la Fuente de Neptuno, cuando Olivier me señala a lo lejos los edificios Jerónimos Y Villanueva, el complejo que hace el Museo del Prado. La decisión de Olivier de hacer un alto en Madrid la tomé con cierta reticencia, pero el regalo visual que tuve con esta visita fue suficiente. Habíamos comido antes un sánguche como aperitivo y un poco descansado para ir cuadrando nuestro nuevo horario biológico: estábamos con 6 horas de adelanto o atraso, depende como lo vean; pero esto nos había alterado nuestro sueño. Pese a todo, la emoción de ver a Goya, Velásquez, Murillo, El Greco o Ribera nos hizo desplazarnos rápidamente.
Comimos nuestro aperitivo fuera del museo y las aves nos roedaban. Alucinante. Algunas de estas aves permanecían suspendidas para poder comer las migajas que sosteníamos en nuestras manos. Un espectáculo. Una pena que la batería de mi cámara se había bajado para entonces.
Ingresamos al museo y dejamos nuestras cosas en el vestuario. Así comenzó nuestro recorrido. En el camino iba viendo aquellas pinturas que siempre soñé ver. Cuando era pequeño, mi padre nos compraba libros de historia, geografía y arte, imposible no llegar a ver un Goya, un Velásquez, un Bosco. Muchas de estas obras eran para justificar no sólo a la más bella creación del hombre, sino para explicar la génesis de su creación, esto es su historia y su espacio. Gracias, papá.
Lentamente comencé a recorrer con Olivier como guía las obras que se abrían deslumbrantes ante mí. A veces la belleza te duele. Cómo no amar al genial Bosco y su Jardín de las Delicias; puedes quedarte delante de él horas, pero otras obras te esperan para que las acaricies con los ojos. Ahí tienes a Brueghel y su impresionante Triunfo de la Muerte; en esos momemtos comencé a recordar y recitar a Olivier las famosas "Coplas a la Muerte de su Padre" de Manrique. Cuánta verdad en sus versos, cuánta verdad en su pincel. Van Der Weyden y el dolor entorno al cuerpo de Jesús yaciente. Las Meninas de Velásquez, todas gráciles, me había encontrado en Viena en el Museo de Arte creado por María Teresa, una gran colección de pinturas de la escuela española de este periodo; pero la colección de El Prado es soberbia. La impresionante figura de El Caballero de la Mano al Pecho del Greco, todas las mujeres rollizas de Rubens y su famosas rellenitas Tres Gracias; o la desafiante e imponente Maja Desnuda. provocadora, dueña de la situación (recordé el film de Aitana Sánchez, Voleverunt), Murillo y sus vírgenes, Sánchez Coello, todo un maestro. El Tiziano. Zurbarán. Y ese gran maestro, Sorolla, maestro de la luz, tan opacado por los grandes del surrealismo que vi en el museo Reina Sofía.
Las colecciones están iluminadas frescas; puedes acercarte a ellas para ver la calidad de la obra como la locuacidad del que la pintó.
Había entrado, con el Prado, a una increíble visita al pasado bello vivo.
Inolvidable.

http://www.youtube.com/watch?v=_B91T6bomh4&feature=related

sábado, 27 de febrero de 2010

MI ENCUENTRO CON EL GUERNICA

Por fin. Sábado 13 de febrero. Madrid. Escala para retornar a Perú. Tras una nostágica despedida de París, emprendo el retorno con una escala en Madrid. Me hospedo en el Hotel Osuna, no muy lejos de Barajas. Llego casi a las 2 de la tarde y me queda un buen tiempo para visitar mi objetivo principal: el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Tomé el metro desde Callejas e hice conexión con Gran Vía para luego bajar en Atocha. De ahí caminas un pequeño trecho de una cuadra (dependiendo por dónde vas a ingresar). Este museo tiene una vasta muestra de arte contemporáneo (XX y XXI), tanto fija como itinerante, con lo mejor del arte español de principios de los XX, tanto en lo cubista como en lo surrealista; todo acompañado de fotos de autores como Man Ray (genial) u otros soportes de comunicación-arte de la época (como afiches, filmes  o diarios). El museo de reciente data (1988, poco para un museo de esta envergadura) y el propósito es de "aggiornar" el arte, el cual se vio bastante comprometido por la dictadura de Franco, quien gobernó con mano férrea España desde 1936 hasta 1975.
El patrimonio de este museo es impresionante y sigue creciendo: ves pinturas de grandes maestros que fueron un poco rezagados en los movimientos que casi surgen en paralelo.  Maestros como Gutiérrez Solana o Ramón Casas Carbó son opacados por maestros como Picasso, Dalí, Gris, Miró, Tàpies, entre otros, fuera de los franceses que participaron en el surrealismo como Delaunay, Braque, Léger.
Los edificios están perfectamente distribuidos y han aprovechado el Viejo Hospital General, creado por Fernando VI y acabado por Carlos III,  (tiene un patio bello y una arquerías espectaculares) y han construido una modernísima ampliación en las que figuran generalemente las exposiciones temporales.
Pero el corazón de la exposición se halla en la segunda planta, la cual recorres entre estatuas, gabinetes de afiches, pantallas de TV para ver los filmes de los surrealistas (ves Buñuel con sus obras cumbres como El Perro Andaluz, la cual a varios espanta con el famoso corte del ojo por una navaja; o los cortos de Man Ray, faltan los de Jean Epstein). De pronto llegas a las salas que abordan la guerra civil. Las salas no solo muestran las pinturas de los maestros comprometidos con la República, sino afiches, fotos, diarios, revistas, estatuas, instalaciones que se hicieron durante este doloroso periodo para España. Los españoles miran a su pasado con cierta madurez, pero duele. Fue una guerra fraticida y es increíble ver en las fotos, los cadáveres de cientos de madrileños que cayeron en los bombardeos. En Madrid también compré un libro que muestra los estragos de la ciudad (es de arquitectura) y su población asediada por el famoso escuadrón Condor enviado por Hitler para apoyar a las falanges de Franco. Pero hubo un grupo de fotos que iba a impactar y que generaron una de las obras más impresionantes que jamás haya visto: Guernica.
Quizá una de las acciones más crueles vista en una guerra es la que asoló a esta pequeña ciudad muy significativa y casi sagrada para los vascos. El lunes 26 de abril, día de mercado, la ciudad estaba llena de gente del campo que había llegado a la feria del mercado. A las cuatro de la tarde, comenzaron a caer los aviones sobre la ciudad desprotegida. La gente que huía por la carretera era ametrallada; fue una masacre de civiles indefensos. Pero en una Europa al borde de la guerra, este evento era uno más en los crímenes que se sucedían en todas partes. París estaba preparando su Exposición Mundial y España estaba atrasado en su pabellón. Picasso había recibido la visita del agregado principal de la embajada española en París, nada menos que Max Aub; este le encargó una pintura, una obra que muestre los riesgos a lo que la joven república se enfrentaba; ya hacía un año que Franco se había levantado en África y amenazaba Madrid. Poco inspirado, Picasso no tenía tema concreto. Pero la dura vida le dio la inspiración que necesitaba; ese bombardeo le abrió el corazón a la rabia e indignación; y sentimos era rabia e impotencia en la madre que llora por su hijo muerto (como Eisenstein y su Potiomkim), en el caballo que corre desbocado agonizante con las vísceras al aire, con la mano del brazo despedazado y el toro, símbolo de España, desconcertado. La luz que se coloca al centro es solo para iluminar la tragedia, no para buscar la consolación. La verdad es el dolor. En sus más de 3 metros de alto y sus casi 8 metros de alto, la imagen no deja de sorprenderte y por eso, quizá, el silencio que había en la sala, pese a que esta estaba totalmente llena. Algunos murmullos llegaban a ti, pero la mayoría miraba absorta esta descomunal obra. Gente de todas partes, jóvenes y viejos miraban concentrados cada milímetro de esta impresionante pintura.
En una sala aledaña, está la maqueta del pabellón español en el que estaba el Gernika (a la vasca). El pabellón se abrió tarde. La exposición se inauguró el 24 de mayo; recién España abrió su pabellón el 11 de julio. Además tuvo poco éxito, ya que estas exposiciones tienen por fin mostrar los avances tecnológicos de un país así como sus artes. Esto sí podía exhibir España, sumida en una guerra civil. Picasso se embarcó a trabajar esta obra desde el 01 de mayo. Al terminarlo, tras 24 días, había dejado el documento más impactante contra la estupidez de la guerra.
Mi primer encuentro con esta obra fue allá por los años 60, cuando LIFE le dedicó una edición especial, en la cual mostraba su ubicación en el MOMA de Nueva York. Desde que había acabado la Exposición de París, la obra no había pisado tierra española "hasta que no haya dictadura". Fue la orden exprofesa de Pablo Picasso. Había tomado distancia con el gobierno de la Falange y no permitió su retorno, salvo en democracia. Picasso muríó en 1973 y Franco en 1975, esto generó un menudo problema para el retorno de la obra a España. Como está sucediendo con la cabeza de Nefertiti entre Egipto y Alemania (extrapolando, claro), se generó toda una situación especial para su retorno, hasta que se logró en 1981. Ya en 1992, en plenos grandes festejos para España (Feria de Sevilla, Olimpiadas de Barcelona), el Gernika se muda (quizá definitivamente) a sus actuales aposentos.

http://www.youtube.com/watch?v=xQ_uGbQanNw&feature=related  Les alcanzo este archivo de youtube con una bella descripción del cuadro en 3D

lunes, 13 de octubre de 2008

WILLIAM, SIEMPRE ETERNO




Generalmente el desarrollo de una lengua ha estado íntimamente ligado a la presencia de una literatura sólida, un amplio mundo cultural, desarrollo de la ciencia y consolidación de una identidad estatal y política. La formación de los nuevos estados europeos de los siglos IX al XIX obedece a esta consolidación a nivel de la infraestructura como la supraestructura de una nación naciente. El siglo IX vio el surgimiento del estado franco, el cual se va a “reunir” entorno a la dinastía fundada por Carlomagno. La presencia de un latín en pleno proceso de decadencia va originando la formación de nuevas lenguas, mientras el norte de Europa va a tener una evolución bastante peculiar; ahí lenguas nórdicas se van a expandir gracias al espíritu aventurero del pueblo vikingo; su llegada a tierras sajonas no es más que una escala para enrumbarse a tierras más remotas. Hay hipótesis que sugieren que el primer hombre blanco que hubo pisado tierras americanas haya sido Erick El rojo, mucho antes que Colón, mucho antes....
Pero la evolución de las antiguas lenguas anglosajonas, las célticas, fueron violentamente influidas por el latín, gracias a la invasión de los romanos dirigidos por Julio César. Estos van a instalarse en la parte sur de la isla británica, fundando o reinstalando ciudades recibiendo nombres latinos; así tenemos una de las más conocida por nosotros: LONDINIUM...Londres.
¿Qué relación puede existir entre el oficio del habla de la mayoría con la literatura, en ese entonces, un arte de las minorías? La creación de una lengua franca en la babel que era en ese entonces la Europa del medioevo. La formación de una literatura con obras de carácter épico va a ser la piedra fundamental en la creación de los estados modernos. El medioevo va a aportar todo ese espíritu caballeresco con la aparición de personajes reales mitificados o ficticios humanizados; así tenemos a un Rolando, Ruy Díaz de Vivar, Un Sigfrido, un Arturo. Cada uno de ellos va creando una verdadera marca de identidad que van a conformar las nuevas nacionalidades; y, además, algunos de ellos van a conformar una nueva lengua como el caso del Cid o Rolando.
El devenir de los siglos XIII, XIV y XV nos va a mostrar la consolidación de nuevas lenguas a través de una floreciente cultural, todo acompañado de un pujante desarrollo económico y un verdadero sentido de Estado. Las pequeñas naciones burguesas del Mediterráneo van a marcar las pautas de una nueva forma de pensar, de ver el mundo. Esta nueva forma de ver el mundo va a ser motivo de conflicto con aquellas instituciones que dominaban la visión cosmogónica del europeo de entonces. La iglesia se va a aferrar a una serie de elementos que la sentía de su propiedad: el dogma, la Biblia, el latín. Con sutiles o toscos mecanismos de control quiso enfrentar a la nueva visión antropocéntrica de ese nuevo péndulo en la historia: el RENACIMIENTO.
Todo este preámbulo sirve para presentar a nuestro autor, nacido en la Inglaterra de Isabel I, quien a su vez había recibido un país bajo la reforma anglicana. La iglesia se hallaba en disputa con la corona inglesa y no aceptaba a esta reina bastarda, hija de un Enrique VIII, intrépido monarca que desafió a la iglesia por no haberle concedido el divorcio. Isabel I, hija de este rey con la decapitada Ana Bolena, reinó por muchos años e hizo florecer a su país llevándolo a la máxima potencia.
Por otro lado, las caídas estrepitosas de dogmas como el geocentrismo o la versión de la tierra plana motivaron zozobra en la intelectualidad europea, pero también la gran oportunidad hacia la total libertad de pensamiento. Las ideas de la observación y los puntos críticos formulados por los protestantes, sobre todo Lutero, ya habían calado hondamente en casi toda Europa Occidental. La valorización de las lenguas vernáculas frente al latín era esa total libertad del pensamiento que faltaba para que el hombre europeo despegara y volviera su lengua, la lengua de cultura y arte.
Pero esto último, desde el punto de vista del desarrollo de una estructura social, corresponde a lo que se llama la Supraestructura, el mundo del pensamiento y el arte. Los países que lograron un permanente desarrollo económico, mostraron un fuerte espíritu de cultura: España primero, luego Francia e Inglaterra.
Shakespeare nace en 1564 en Straford-upon- Avon, en una familia de cierta reputación y economía. Muchas cosas se han dicho sobre su vida. La biografía escrita por F.E. Halliday sugiere cierta hipótesis que quizá William no haya existido, sino que las obras hayan ido surgiendo de manera colectiva y presentadas bajo una suerte de seudónimo; esta hipótesis es un poco insostenible; pero surgen otras ideas de apropiación de obras de otros autores por parte de nuestro artista. Otros autores hablan de una supuesta homosexualidad por la cantidad de sonetos que escribió a un atractivo joven desconocido.
No quiero entrar en estas disquiciones que ameritan una investigación más profunda.
Según datos biográficos generales, sí existió y tuvo una sólida educación en letras por profesores graduados en Oxford que dirigían su escuela; según biógrafos, y al igual que Einstein, no fue bueno en su niñez en lenguas clásicas a decir de su maestro Ben Johson; pero sí lo fue en literaturas clásicas, francesa e italiana. Se casó a los 18, edades frecuentes para desposarse, con Anne Hathaway y a los 20, en 1584 ya se encontraba en Londres como dramaturgo. Sus primeras obras no están del todo identificadas cronológicamente pero parece ser que The Comedy of Errors vendría a ser la primera (1592-93) Se ganó una buena fama, quizá también menudos problemas de corte humano como ideológicos. Digamos que la libertad de expresión no era una institución desarrollada, no olvidando que los actores vivían del mecenazgo, sea de la Institucionalidad pública (llámese gobierno o su equivalente) o protectores privados. Es por esta razón que muchas obras no eran contemporáneas a su momento, sea desde el punto de vista temporal como espacial. Recurrió mucho a otras realidades geográficas (Hamlet-Dinamarca; Romeo y Julieta- Italia; Otello- Italia) como a la historia de su país para la reconstrucción de una época para, en forma velada, mostrar la suya. KING LEAR, HENRY IV, MACBETH son obras que nos muestran ese intrigante campo que es el poder, y éste no estaba ausente en el mundo isabelino que le tocó vivir, con sus tramas, atentados y acciones criminales.
Pero debemos a nuestro amigo también como un artista desde dos planos, pero siempre en la lengua:
EL TEATRO y LA LÍRICA.
¿Qué plano es el mejor de Shakespeare? Difícil discernir, un hombre, un artista que marcó su época y elevó la lengua cotidiana a su versión más culta y refinada; sea en su poesía, sea en los parlamentos de sus bellos personajes, la lengua inglesa llega a la cumbre de su versatilidad y creatividad. Pero era un siglo de belleza en toda Europa, pese a las guerras que desgarraban a sus pueblos. No sólo es contemporáneo a Marlowe o Johson, sino a Montaigne, Francis Bacon, Galileo, Kepler, René Descartes o Cervantes; a veces me pregunto qué hubiere pasado si nuestro genio hubiere tenido el mundo informatizado del día de hoy. Quizá lo hubiera rechazado por el mal uso que le damos. Pero eso es mera especulación.
Quiero centrarme en el Shakespeare del mundo teatral; muy ligado como estoy al cine, es quizá uno de los autores más recurridos por haber creado los personajes modernos que nos acompañan no sólo en libros o ecran, sino en los escenarios musicales como vamos a ver después. No en vano muchos de sus personajes ya han devenido en categorías gramaticales para describir personalidades los seres humanos; hamletiano, Romeo, Otello; son sustantivos o adjetivos tan válidos como edípico, dantesco o quijotesco, por nombrar la creación de otros genios literarios. Cada uno de sus personajes históricos, trágicos o cómicos son ya parte del patrimonio de la Humanidad: Lear, Yago o Falstaff son cada uno de nosotros en mayor o menor presencia. Conmueve ver que a pesar de haber transcurrido siglos de su partida, hay muchos hombres y mujeres en todo el mundo que siempre lo están “poniendo al día” para el grueso público. Por eso, cuando muchos alumnos tuvieron la oportunidad de espectar el seudo documental “En busca de Ricardo III”, me conmovió la reacción de muchos de los jóvenes espectadores ante la visión de éste; y mucho más el haber constatado que nuestro artista es un hombre universal.
¿Qué hace a un autor, UNIVERSAL? Es una palabra tremenda y vital para lograr la inmortalización; no sabemos cuántos de los escritores actuales se conviertan en uno; los premios institucionalizados en la actualidad no son un factor decisivo para crear uno; muchos premios Nobel ya han caído en el olvido. Shakespeare, no.
Ahora bien, muchas lenguas modernas lograron su consolidación gracias a su literatura y un autor o autores que la encumbraron: DANTE convierte el toscano en el actual italiano; Cervantes y todo el Siglo de Oro español eleva el castellano a su máximo esplendor. ¿Es pues Shakespeare uno de estos elegidos? Sí, lo es; lo es en la medida que manejo el lenguaje hasta sus límites, y puso a éste en boca de sus personajes o a través de bellos sonetos dirigidos a personas en la actualidad desconocidas. La sensualidad de su lenguaje, la búsqueda de las nuevas formas, la importación de algunas formas literarias y la experimentación lo hacen un genio de la lengua.
Ironías de la vida hacen que los acontecimientos tengan un peso en nuestro quehacer cotidiano, éste el caso de la muerte, sobre todo la coincidencia por la muerte de dos grandes, los maestros de sus lenguas: CERVANTES y SHAKESPEARE mueren el 23 de abril de 1616. Si existiere un cielo, espero que ambos estén festejando la gloria de los idiomas que elevaron a lo que son: brillantes y vitales, cuyas existencias están por demás aseguradas.

domingo, 10 de agosto de 2008

CONCIERTO DE MÉLISANDE CHAUVEAU AL CLUB CENTRAL DE TRUJILLO


Ayer sábado 09 de agosto hemos sido testigo de un extraordinario recital de una artista excepcional en las instalaciones del Club Central de Trujillo; su recital dejó a mucha gente atónita, no sólo por la calidad interpretativa y su voluntad de seguir frente a un instrumento que tenía problemas técnicos, sino porque lentamente su compromiso personal con cada una de las piezas que iba interpretando nos arrastraba a "vivir" la música que discurría en cada nota que pulsaba en el aún inefable piano del Club. Me había comentado que había trabajado todo el mes de julio para este concierto y que ella, amante del mar puesto que había nacido en Nice, se había privado este verano europeo para trabajar en este trabajo personal que la iba a traer a Perú por estos días. Y su trabajo metódico (y atrevido) le rindió frutos. Su osadía y capacidad la hicieron tomar la decisión de celebrar a un compositor capital para la música culta moderna: OLIVIER MESSIAN, de quien celebramos el primer centenario de su nacimiento. El concierto (muy francés) empezó con una breve pieza de Maurice Ravel, a quien el famoso Círculo de los Seis le debe mucho de su inspiración y sus propuestas revolucionarias de la música del siglo XX. La segunda obra se centró en varias partes de la magnífica Vingt regards sur l'enfant-Jésus, compuesta en 1944 para la pianista (en cierta forma, "protegée") Yvon Loriod, durante el periodo sombrío de la Segunda Guerra Mundial; cada "regard" tiene previamente una introducción hablada que centra la idea o leit motiv de la pieza. Los "regards" son densos y muestran toda una visión metafísica pesimista que rodea a la Europea a fines de la Segunda Guerra. Olivier Messian se encierra en un visión mística. Hacia fines de la guerra, mucha gente se tornará escéptica y una nueva filosofía se cernirá en el mundo europeo de post guerra; caminos como la nueva fenomenología o el existencialismo buscarán un compromiso de la humanidad. La pianista Mélisande ha encontrado esa agonía de una alma con dudas y temores, y que busca aferrarse a una suerte de misticismo muy católico en un "valle de lágrimas"; la fuerza expresiva de la pianista acentuó la angustia de los temas. Luego de tremenda expresión de la pianista, nos ofreció un breve mascarada para piano sólo para la mano izquierda. Para cerrar la noche, la pianista escogió a uno de los más grandes compositores rusos que fue admirado por Messian: Modesto Mussorgsky y su inmenso CUADROS DE UNA EXPOSICIÓN. Esta obra ha sido capital en muchas corrientes. Tuve la suerte de haberla oído en su versión original por un pianista francés (allá por el año 80 en Lima), luego en una versión rock (¡) del grupo EMERSON, LAKE AND PALMER; una versión orquestal con la propuesta de Leopold Stokowsky y por último la versión del japonés ISAO TOMITA.