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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 8 de octubre de 2023

MOVIDAS OSCURAS CONTRA LA SOCIEDAD PERUANA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 08 DE OCTUBRE)

 


Varios lamentables sucesos en las últimas semanas han ocurrido, sucesos que involucran directamente a la casta política gobernante. Son sucesos bochornosos y luctuosos que incrementan el nivel de desaprobación de ese circo que es el congreso peruano. Están en competencia de impopularidad, Gobierno y Congreso. Fuera de los escándalos habituales centrémonos en dos, pues dan una radiografía cruda de lo que está pasando en el país. La muerte de Nano Guerra García desnuda muchas cosas, tanto de él como del sistema de salud peruano. Aún se recuerda cuando este congresista participó en una sesión congresal estando en el balneario Punta Sal en junio del año pasado; situación indignante, sobre todo cuando comentó suelto de huesos, sin más, “lamentable he tenido que trabajar”. Estando en playas arequipeñas, enfrentó una crisis cardiaca que no pudo ser abordada a tiempo por la precariedad del sistema público sanitario. Este sistema colapsó en la reciente pandemia y muestran la realidad que enfrentan millones de peruanos diariamente. Pero este lamentable acontecimiento fue prontamente relegado de las primeras planas y por los líderes políticos, pues temen echar más leña al fuego al índice de rechazo social. Las opiniones y reacciones vistas en redes sociales pueden ser censurables, pero es también una muestra del hastío contenido de la población. Y ni bien comenzaba el luto político cuando fuimos testigos de un escándalo que involucra directamente a una congresista, nada menos que la tercera vicepresidente del congreso: Rosselli Amuruz. En una fiesta hecha por su pareja, Paul García (excongresista), hubo una pelea que terminó con un comunicador muerto de un balazo. Es una situación bastante confusa y con diversas versiones que trataban de sacar del escenario a dicha congresista, las recientes revelaciones van desmintiendo toda la narrativa hecha tras el cruento escándalo. Esta situación permitió escudriñar más el pasado de este personaje para ir descubriendo una serie de perlas más que involucran a la pareja, como contrataciones irregulares para el Congreso, para el Estado, ese que defenestran, pero del cual viven sangrándolo; además, realizó viajes al exterior durante la semana de representación. Y su famosa celebración de cumpleaños durante la tercera ola del COVID, mientras miles de compatriotas fallecían por la pandemia. Se espera una moción de censura contra ella, pero conociendo la realidad del este hemiciclo, es bastante difícil que prospere. “Otorongo no come otorongo”. Somos pues rehenes de una casta política semidelincuencial que ha formado “partidos políticos” a su medida y que se juntan, gobierno y congreso (con minúscula), para jugar en pared con el fin de perpetuarse en el poder al estilo Fujimori. ¿A estas alturas alguien tiene dudas al respecto? Esos escándalos pueden estar ocultando tramas oscuras para copar otros poderes de manera silenciosa. Piensa mal y acertarás. 

domingo, 15 de enero de 2023

BAÑO DE SANGRE (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 15 DE ENERO 2023)

 



Horror. Esa es la palabra que describe tenuemente la crisis que estamos viviendo todos los peruanos estos últimos días. Casi media centenar de muertos al momento de escribir este texto. Cientos de heridos, alguno de ellos de gravedad, con la posibilidad de engrosar la lista de decesos. Mensajes desatinados y nada empáticos por parte de los poderes del Estado. Violencia exacerbada por diversos intereses y esquivas reflexiones de las personas que deberían hacer un mea culpa urgente para salvar la poca dignidad que le va quedando a este poder político, tan ajeno al país en líneas generales. Las cartas de renuncia de algunos ministros están advirtiendo y dando las pautas implícitamente de lo que deben hacer a Dina Boluarte, al Consejo de Ministros y a un Congreso del Perú; este que pareciera que juega su partido aparte para ver qué tajada puede sacar de todo este río revuelto. Dilectos padres de la patria. Si las encuestadoras se arriesgarían a hacer con más frecuencia sondeos de popularidad y aceptación de todos estos personajes y organismos, esto les puede servir de referencia a los mencionados y así responder a las preguntas que hacía Dina Boluarte en su última presentación pública. Quizás.

Diversos organismos, politólogos, juristas, analistas de toda índole han presentado diversos escenarios para contener esta furia que se va expandiendo por todo el país. Esto implica la necesaria renuncia de la presidente, un gobierno de transición con un congresista de mayor aceptación (¿habrá?) y convocar elecciones generales con las reformas electorales urgentes de los partidos políticos con el fin de evitar más el deterioro en el que han caído. Un complicado panorama para los “otorongos que no comen otorongos”. De adelantar elecciones generales, el panorama es alarmante, pues la situación, tal como está, se agravará.

Por otro lado, la comunicación debe cambiar. Las simplificaciones ofensivas con los fallecidos civiles lindan con un tipo de insulto racista y clasista visto unívocamente desde el poder. El terruqueo contra jovencitos u otras personas que tuvieron la desgracia de caer por las balas no sólo hace enfurecer a los deudos (gran problema de DDHH que tendrán los actuales responsables), sino a los numerosos acompañantes del sepelio realizado en Juliaca: ¿toda esa gente es terrorista? ¿En qué cabeza puede caber semejante simplificación? Los grandes medios de comunicación se han vuelto una verdadera caja de resonancia, más preocupados por las pérdidas económicas (son graves, obviamente) que por las vidas perdidas. La percepción de los ciudadanos enlutados en que las vidas de sus difuntos no son relevantes. Frustración y posible impunidad. 

Además, la situación que estamos viviendo cuestiona también la efectividad de la inteligencia de seguridad y las cabezas de este sistema que no advirtieron lo que se venía. Uno puede preguntarse: ¿Seguridad interna no vislumbró la coyuntura? 

Estas heridas demorarán mucho tiempo en cicatrizar.


domingo, 15 de mayo de 2022

BAJEZAS A LA PERUANA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 15 DE MAYO)

 


Desde octubre de 1994 hasta enero del 95, participé en el sistema educativo danés gracias a un proyecto escolar en Bornholm y que contaba con una beca otorgada por la Dansk AFS para los profesores visitantes de Perú y otros países africanos (sobre todo Ghana). Esta beca me permitió trabajar en aulas con colegas y alumnos daneses para compartir conocimiento sobre nuestra sociedad. Temas peruanos eran abordados por dichos alumnos de diversos grados con la guía de sus profesores. La convivencia en esta sociedad, una de las más felices del mundo, me enseñó a desarrollar altos niveles de tolerancia y respeto por el otro, mejorar la empatía y tratar de ser un mejor ser humano modulando mis reacciones ante tal o cual hecho. Recibí una fuerte observación cuando una vez conté un chiste centrado en las características físicas de una persona para hacer una caricatura de ella y automáticamente las reacciones de las personas me mostraron que mi broma no era aceptable bajo ningún motivo. El respeto por el otro es uno de los principales principios de la educación que se imparte en sus aulas bajo de la filosofía del educador Nicolás Grundtvig.

El ruido político generado con marcado interés por diversos grupos políticos y personas de diversas tendencias nos va distrayendo de estas graves situaciones que involucran a la sociedad peruana en su conjunto a través de hechos y acciones que ponen en entredicho a nuestra comunidad, la que se está convirtiendo a pasos agigantados en retrógrada, insensible y egoísta; todo esto sintetizado, en cierta forma, por el mundo político que nos representa. Comentarios de diversos congresistas, así como diversos personajes de la cúpula gubernamental son ofensivos y denigran a los oponentes de turno. Ante la escasez de argumentos se recurre a opiniones y percepciones lesivas para describir a una persona o determinado grupo social, cultural o de contienda política. Así se puede entender las posiciones machistas bastante ofensivas de personajes como Guido Bellido o Vladimir Cerrón o las expresiones grotescas de Patricia Chirinos sobre una ministra del actual gabinete. Pero esas expresiones lacerantes tienen eco en varios grupos que ven con simpatía las expresiones empleadas por estos personajes; peor aún, cuando las personas humillan a otras por sus características culturales, raciales y de clase en un país tan multirracial y pluricultural como el nuestro, o cuando por la crisis sanitaria muchos peruanos pasan por una situación crítica generándose una dura movilidad social como no se había visto en décadas. Peligroso escupir al cielo. Hay muchos retos por delante para poder construir puentes urgentes, esos que los puede crear la sociedad civil. Pero, si diversos personajes faranduleros u otros de dudosa reputación marcan la agenda social de nuestro país, arduo camino hay por delante.

PD. Si uno escribe sobre el nivel cultural de otro, un buen cuidado en la ortografía y redacción no vendría mal. Comencemos por casa.

domingo, 4 de septiembre de 2016

RESTAÑANDO HERIDAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 04 DE SEPTIEMBRE)

Esta última semana fui testigo de dos eventos que se enmarcan en esas décadas de guerra interna (1980 – 2000): la presentación del libro Señor Cioran de Luis Eduardo García y la sentencia dictada a los autores de la masacre de Accomarca hace 31 años.
Luego del retorno de la democracia formal en nuestro país con  la elección de Fernando Belaunde, un movimiento sedicioso llamado Sendero Luminoso hacía pública su presencia ante la comunidad peruana con la famosa  quema de ánforas en un pequeño pueblo llamado Chuschi un 17 de mayo de 1980. Para los que íbamos, por esos años, a diversas universidades nacionales o privadas en diferentes partes del país, este movimiento clandestino ya era conocido en los pasadizos y en las elecciones de Centros Federados o de representantes por aula. Lo digo por experiencia propia. Pero nadie les dio la debida importancia sobre sus oscuras intenciones: dar el gran salto. Diversos autores intelectuales, entre historiadores, antropólogos, sociólogos y periodistas, han tratado de hallar explicaciones para este movimiento al cual Simon Strong denominó “el movimiento subversivo más letal del mundo” (HarperCollins Publishers, 1992); los trabajos de Carlos Iván Degregori (El surgimiento de Sendero Luminoso, 1990) y Gustavo Gorriti (Sendero, historia de la guerrilla milenaria en el Perú, 1990) son libros obligados que todo peruano debe de leer y debe de incluirse como tema a ser estudiado en las aulas por nuestra niñez y juventud a pedido de muchos educadores. No solo la academia abordó este periodo oscuro de nuestra historia; el arte ha ido más lejos. Muchos artistas, por su vena social, fueron confundidos como terroristas. Cuando Juan Acevedo y su famoso Cuy aparecían entonces en el Diario Marka, o los diversos dibujantes y escritores bajo la batuta de Nicolás Yerovi publicaban Monos y Monadas, solo esperábamos que la censura o la prisión no fuesen el destino de alguno de ellos. O quizá una bomba. Dura fue la experiencia de Francisco Lombardi y toda su gente para filmar La boca del lobo; tuvieron todas las trabas posibles en un año tan duro (1987) para que sea rodada en las sierras de Tacna. Los excesos se cometían por todos los frentes

No hubo peruano o familia que no haya sido tocado por este periodo. Muertos, exiliados, clandestinos, desterrados, aterrados por coches bombas y por una inflación galopante, corrupción y desgobierno. La mayoría tenía sed de venganza; por eso se aceptó todo lo que vino con el Fujimorato, el cáncer que destruyó instituciones íntegras que se tenían por sólidas e impolutas. Muchas personas canalizaron inadecuadamente esos demonios que los peruanos aún no hemos exorcizado. La CVR presidida por Salomón Lerner dio pautas y líneas para que el Perú oficial y su sociedad comiencen a abordarlos con criterios de justicia para que en cada uno de nosotros comience a restañarse esas heridas que quedan en nuestra psique social. 

domingo, 7 de agosto de 2016

POR UNA MÁS (A RAÍZ DE LA MARCHA NI UNA MENOS) ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO DOMINGO 07 DE AGOSTO

En torno a la marcha “Ni una menos”, han surgido comentarios positivos y negativos tanto desde afuera como en el interior del círculo de personas sobre las cuales recaerán los efectos de esta. Los cambios sociales que deben de ir surgiendo en cualquier sociedad son cambios lentos y difíciles; llevan su propio ritmo. Algunas veces estos cambios son acelerados por voluntad popular como la famosa Revolución Francesa o el Mayo del 68. El movimiento hippie de los 60 fue una reacción paulatina que devino en un cambio necesario en la sociedad norteamericana de entonces, en la que la guerra de Vietnam era uno de los detonantes principales que exigían un reacomodo urgente de diversos actores sociales. Los cambios deben de ir madurando en el grupo social para ir despojándose de paradigmas aprendidos por décadas y que se convierten en lastres enraizados en los entes sociales más insospechados. El término “machista”, por ejemplo, no es imputado solo al varón sino a muchas mujeres que enseñan, bajo ese filtro, a los demás miembros  de la sociedad; en este caso, a sus hijos. El desarrollo de la equidad de género ha tomado un largo camino y aún le falta mucho por recorrer, puesto que lo más difícil no va a ser crear leyes o condiciones para que estos derechos puedan prevalecer. Lo difícil va a estar en el cambio de la mentalidad de una sociedad que, quiérase o no, sí ha sido homogénea en considerar ciertos roles y posiciones estructurales como naturales e inalterables, incuestionables. Incluso desde diversas manifestaciones sociales, como la lengua, hay diversos ejemplos que muestran en su organización e interpretación un mundo orientado hacia lo masculino. Aún a las mujeres que trabajan se les reclama el hecho de que posterguen su maternidad u otros roles para las cuales fueron “creadas”, como algunos líderes religiosos sostienen muy sueltos de huesos. Para muchos historiadores, la segunda Revolución Industrial fue una partera de los movimientos feministas, los cuales surgieron con movimientos socialistas o comunistas, los que no veían con buenos ojos el despertar de las mujeres en el nuevo orden social. Peor aún fue en los sesenta cuando la mujer comenzó a controlar su fertilidad a través de la píldora anticonceptiva por la cual surgieron miles de detractores. Solo basta ver toda la turbulencia actual con la píldora del día siguiente. Y son, muchas veces, las mismas mujeres que “lanzan el grito al cielo” por haberles permitido acercarse más a su independencia.  
Esta marcha puede tener una repercusión poderosa en la sociedad urbana peruana, en el pensamiento colectivo, en la visión de nuestra sociedad. Se espera que esta no sea un evento social, ni un encuentro de amigos, ni la oportunidad para         que muchos fanáticos de la virtualidad se dediquen a cazar Pokemones durante esta. La posibilidad de estropear o debilitar sus objetivos radica en gestos de sus participantes. 
Y, sin embargo, se mueve.

jueves, 4 de abril de 2013

LA VIOLENCIA EN EL CINE

Violento: que está fuera de su estado natural. // Que obra con ímpetu y fuerza. // Aplicase a lo que uno hace contra su gusto. // Dícese de la muerte que se da a uno con hierro, veneno u otra cosa. // Dícese de genio arrebatado e impetuoso. // Que se hace contra el modo regular.” Esta es la definición dada por el diccionario Espasa-Calpe del año 1956. Esta se mantiene vigente e incrementada en una sociedad global con graves problemas de anomia política y social, debido a una serie de circunstancias dadas en los últimos tiempos. Pero la violencia no es una acción humana reciente, ha acompañado al hombre desde que existe como especie. La historia (y suponemos la prehistoria también) ha sido un amplio muestrario de las diversas manifestaciones violentas que incluso han cambiado el curso de esta: guerras, revoluciones, alzamientos, grupos guerrilleros o terroristas; crímenes pasionales, venganzas, actos de rapiña o por hambruna. Miles han sido los móviles que han hecho de la humanidad un conjunto de criaturas que predican la paz y hacen la guerra. Y su inteligencia le ha permitido crear constructos mentales (como el racismo) como físicos (las armas) para hacer esta violencia más sofisticada, selectiva y efectiva. Como la producción en serie. Los últimos cien años de historia nos han permitido ver esa capacidad de poder generar toda una maquinaria destructiva para eliminar o someter al otro. Los nazis no son el único ejemplo, pero se los toma como paradigma.


Pero la violencia se ve en todos los niveles de nuestra sociedad. Algunos lucran con ella, no sólo los vendedores de armas, sino los creadores de videojuegos, juguetes o propietarios de medios de comunicación. Una primera plana de prensa amarilla vende mucho más que una revista de corte cultural o científico. “Lo que le gusta a la gente” es el eslogan. En esta situación esquizofrénica, contradictoria en la que crecen los niños, es usual mostrarse como una persona buena, asiduo a los servicios religiosos y ser un buen ciudadano, pero, a la vez, ser corruptor de ciudadanos, ejercer maltrato a los miembros de su familia y aborrecer a los pobres y a las personas contrarias a sus intereses o ideas. Eso, trasladado a un ámbito social, se acentúa mucho más cuando la sociedad deteriora sus mecanismos persuasivos para hacer del espacio en que vives un lugar seguro y adecuado para convivir. En los últimos años, la corrupción de los restos del Estado ha hecho desbordar el control que tenía sobre la sociedad, gracias a una serie de razones (narcotráfico, delincuencia juvenil, intereses políticos, desarticulaciones caprichosas). El Estado ha desaparecido como tal en muchos países por haber confiado en demasía en el mercado como el gran regulador social y nos hemos convertidos en guetos poco integrados. Trujillo es un ejemplo palpable de este aislamiento, cuando vecindarios enteros cierran sus calles para convertirse en lugares enclaustrados.

El cine, como arte, toma directamente esos problemas para hacerlos temas en sus películas. Estos films incluso obedecen a géneros ya determinados, como el bélico, policial, terror. Pero es muy frecuente que en las películas que reflejan la vida cotidiana se muestre actos de violencias de diversas índoles, desde el hogar hasta la sociedad misma.

PIXOTE, A LEI DO MAS FRACO (PIXOTE, LA LEY DEL MÁS DÉBIL) HECTOR BABENCO, 1981, BRASIL. Pixote es un joven de una favela, como muchos que abundan en el Brasil. Y como los hay en PPJJ, callampas, u otras poblaciones de gente de escasos recursos y con pocas circunstancias de hacerse un futuro. El joven actor que encarna a Pixote, Fernando Ramos Da Silva, fue un joven que representó su verdadera vida, tanto así que fue asesinado por la policía cuando cumplió 19 años. Nos muestra una triste realidad que surgió (y surge) en nuestras grandes ciudades: los escuadrones de la muerte. Estos aparecieron como una suerte de solución rápida a los problemas generados por la anomia social, producto de una serie de factores: crecimiento demográfico explosivo, marcadas diferencias sociales, escasas o nulas oportunidades para mejorar la calidad de vida, migración, disfunción familiar, narcotráfico. Si vemos el conjunto de causas, Trujillo es una sociedad que tiene en su haber muchos Pixote que caminan por sus calles. ¿La solución?

LA BATTAGLIA DI ALGERI (LA BATALLA DE ARGELIA), GILLO PONTECORVO, 1966, ITALIA. El colonialismo ha sido una de las acciones históricas humanas más conflictivas. El mundo ha visto siempre al colonialismo como una acción violenta justificable para el ejecutor, puesto que venía revestida de diversos principios de validez bastante cuestionables, desde religiosos (evangelización, guerras santas) hasta culturales e, incluso, fisiológicas; en el fondo, era un criterio económico que obedecía a una expoliación de las colonias en pro de las metrópolis (Europa lo tenía claro). Y los intentos independistas eran reprimidos de manera violenta, acompañados de una difusión satanizada de los “rebeldes”. Españoles, franceses, ingleses, japoneses, rusos, norteamericanos han edificado imágenes anatematizadas de los Gandhi, Simón Bolívar, Washington, Ben Bella, Chang Kai-Sheck, Martí, San Martín que se embarcaron en las guerras de liberación de sus propios países. Este film, casi narrado como un documental, nos muestra las fuerzas represivas que imponen los países colonizadores sobre los vencidos. Así fue la historia y esta sigue repitiéndose..

LA HISTORIA OFICIAL, LUIS PUENZO, 1984, ARGENTINA. Este es una valiente película filmada poco después de la caída de los militares argentinos tras su fracaso en las Malvinas y haber asolado todo el país con secuestros y masacres. Con este film salieron a la luz para el grueso público esa etapa oscura de la Argentina: secuestros, raptos de bebés, desaparecidos, las locas de Mayo. Cuando se venía abajo el barco, los militares y colaboradores huyen y es, a través de una profesora de historia, genialmente interpretada por Norma Aleandro, que vamos descubriendo la triste verdad, la otra historia no oficial, que mereció como reflexión de la comisión que se ocupó de averiguar sobre estos crímenes una sola frase: NUNCA MÁS.

O HOMEM DO ANO (EL HOMBRE DEL AÑO), JOSE HENRIQUE FONSECA, 2003, BRASIL Un hombre se enfrenta a un delincuente común que aterrorizaba a un vecindario. Esta acción lo convierte en el héroe de los vecinos y, en cierta forma, le rinden pleitesía: le obsequian cosas, le otorgan facilidades e, incluso, se hacen de la vista gorda ante algunas fechorías menores iniciales. Y poco a poco el hombre del año va sacando provecho de su nueva situación y opta por el camino errado. Obtiene poder y placer. Basado en la novela El matador de Patricia Melo, nos muestra la triste transformación de un simple joven en un criminal de alto vuelo por el esplendor que lo termina rodeando a partir de un giro en su vida.

THE WIND THAT SHAKES THE BARLEY (EL VIENTO QUE AGITA LA CEBADA), KEN LOACH, 2006, INGLATERRA/ IRLANDA Una guerra civil es un guerra fratricida. Varios países del mundo, incluido el nuestro, han vivido o viven una en sus territorios. Los casi setenta mil peruanos muertos en dos décadas, muertos por otros peruanos en una suerte de guerra no declarada nos da un triste escenario de nuestra realidad. Las guerras civiles dividen familias. Y este es el triste caso que nos muestra esta poderosa película anglo-irlandesa que nos narra la historia de la independencia de Irlanda y la posterior confrontación entre sus pobladores. Dos hermanos, Teddy y Demian abrazan la causa independista; pero, luego del armisticio propuesto por los ingleses, surge la fractura por los acuerdos conseguidos. Y todo lleva a un triste desencuentro. Ganó la Palma de oro de Cannes en 2006.

IF… (SI...) LINDSAY ANDERSON, INGLATERRA, 1968 En plena efervescencia de los años 60, así como hubo pensadores (Russell y Sartre) que generaron un malestar que desembocaron en los cambios sociales y políticos del mundo occidental (con su cúspide en el mayo del 68 francés), también las artes (y sobre todo ellas) estuvieron a la altura para poder reflejar los cambios de una sociedad industrial rica, pero con excesivas diferencias. Los hippies estaban alterando el ambiente norteamericano y muchas bandas de melenudos roqueros sacaban de quicio a los padres de los adolescentes que iban en masa a estos conciertos de música estridente, gritos; venían, paso a paso, cambios que iban a marcar la sociedad posterior. Pero todo cambio es doloroso y esta película nos muestra, en un microcosmos, lo que sucedía en una sociedad rígida. El sistema educativo inglés es observado con una lupa inquisidora y los protagonistas, los alumnos de un internado aristocrático, van a estallar en varios rebeldía hasta las escenas finales que se exigieron fuesen censuradas. Este film y la Naranja Mecánica de Kubrick fueron considerados películas incitadoras a la violencia que se manifestaba por todos los claustros universitarios de Europa y el mundo. Pero Cannes le otorgó la Palma de oro.

SALVE GERAL (TIEMPO DE MIEDO), SERGIO PEZENDE, 2009, BRASIL. Basada en hechos reales acaecidos en mayo del 2006 en São Paulo, esta película muestra la relación que establece una mujer viuda con una abogada de un líder de una banda delincuencial muy poderosa (PCC), la cual organizó una asonada con disturbios, ataques a cuarteles de policías, asesinato de algunos de ellos. A través de la trama en la que se ve envuelta esta viuda profesora de música, vamos viendo la fuerte corrupción existente en las prisiones brasileñas (que no excluyen a las nuestras), así como el poder que muchas bandas organizadas han obtenido en nuestros países. Paralizar una ciudad de casi veinte millones de personas lo dice todo. Y es una advertencia de lo que podría suceder (y está sucediendo) en muchas ciudades latinoamericanas (incluida Trujillo) frente a un Estado debilitado y una ciudadanía ajena a sus problemas.

DO THE RIGHT THING (HAZ LO CORRECTO) SPIKE LEE, 1989, EEUU Un verano intenso, un espacio social plagado de descontento, un racismo latente; todo esto son parte de un caldo de cultivo para cualquier manifestación violenta como la que vamos a experimentar en esta película. La convivencia entre personas de diversas creencias, religiones, costumbres, lenguas y razas es bastante difícil y pende de un hilo muy delgado que puede romperse ante cualquier manifestación de antagonismo. La presencia de guetos, costumbre de separar a un conjunto de personas con ciertas características culturales aparece en la Alemania del medioevo. Esta costumbre se acentúa cuando hay una fuerte masa migrante que se asienta en un nuevo país. El caso notorio en nuestro país se da en las comunidades chinas. Pero esta palabra carga, muchas veces, un valor semántico negativo, sobre todo por evitar la tendencia hacia la integración y la asimilación. En este caso, la ciudad de los diversos guetos, como lo es Nueva York, va a presenciar este oscuro drama teñido de racismo, intolerancia y desesperación.

KATYŃ, ANDRZEJ WAJDA, 2007, POLONIA. Uno de los sucesos más escandalosos de la segunda guerra mundial, que significó la aniquilación de la cabeza del ejército polaco por las órdenes de Stalin. Aunque la guerra despierta los instintos más oscuros del hombre y muestras de salvajismo se ven por todas partes en un campo de conflagración, la memoria debe persistir. 22 mil oficiales (incluido el padre del mismo director) fueron masacrados en los bosques de esta zona (ubicado en la actual Ucrania) cuyo nombre retumba y empaña las relaciones entre la actual Rusia y Polonia. El film hace un crudo recuento, a través de los mismos militares, así como sus familiares (padres, esposas), de los sucesos precedentes a esta matanza hasta su ejecución y el modo en el cual se fueron enterando los deudos. Rusia reconoció oficialmente esta matanza en 1990, luego de haberla negado y haber dado la autoría a los nazis. Irónicamente, cuando hubo un acercamiento entre el polémico Lech Kaczynski y el presidente ruso Dmitri Medvédev, el presidente polaco murió en un extraño accidente de avión al intentar aterrizar en Smolensk, la ciudad cerca de Katyń. En este accidente murieron muchos miembros del gobierno polaco y, pese a las investigaciones que se hicieron y las explicaciones que se dieron, los polacos no dudaron en culpar a Moscú de este extraño incidente.

EL APANDO, FELIPE CAZALS, 1976, MÉXICO. Un film bastante violento centrado en tres personajes, adictos a las drogas; un par de ellos, completamente cegados por el vicio, induce a su tercer compañero para que su madre sea la que introduzca dichas drogas en el penal y, para eso, lo hace en sus genitales. La desestructuración de una sociedad violentada por las drogas ha marcado a muchos países en Latinoamérica, incluido Perú. Si leemos los periódicos tremendistas y truculentos que abundan en nuestra débil sociedad formal, los subtemas expuestos en la película ocurren en nuestras ciudades. Hay escenas muy violentas y de intensa carga erótica, de relaciones lésbicas, que aún hoy causan repulsión. Pero esta triste historia es el retrato del submundo en el cual muchas personas se sumergen y que terminan por denigrarse para lograr sus objetivos.

THE KILLING FIELDS (LOS GRITOS DEL SILENCIO), ROLAND JOFFÉ, 1984, EEUU. La humanidad ha presenciado a lo largo de su historia grandes crímenes étnicos que cuestionan su condición de ser racional. Las masacres de kurdos, tutsis, armenios, gitanos, judíos, indios norteamericanos, la esclavitud negra, muchos ejemplos son los que empañan nuestra historia como especie civilizada. La desplazamiento y masacre de casi dos millones (algunos hablan de más) de camboyanos a manos del Khmer Rouge es el último gran genocidio perpetrado en el siglo XX. Bajo el tirano régimen de Pol Pot, la población fue desplazada del campo a la ciudad, siguiendo a ultranza los principios maoístas. Además diezmaron la población intelectual del país: tener una profesión o hablar otro idioma significa la muerte. El caso de este periodista traductor, Dith Pran, es representado por el actor-doctor Haing S. Ngor, quien personalmente presenció la muerte de su esposa en el momento del parto de su único hijo, quien también murió. Ngor recibió un premio por su actuación y murió asesinado por su extraño caso de robo. Pese a que ya el Khmer Rouge estaba derrotado y sus líderes, juzgados; muchos sospechan que los largos tentáculos de este sombrío partido hayan alcanzado a este actor. La historia lo dirá.

domingo, 10 de enero de 2010

TRUJILLO, LA CIUDAD EN LA QUE QUEREMOS VIVIR

Una semana interesante se nos viene por delante. El día de ayer sábado veía con mucho interés una exposición didáctica de Bernardo Toro a un grupo de "elites" sociales de Asunción, Paraguay. La conferencia versó en su experiecia del rescate que se hizo de Bogotá como ciudad. Y es una experiencia que tiende a replicarse por toda América Latina, por ser Colombia un país que tiene muchas similitudes con  los demás de la región, esto es aquejado de los mismos problemas y que presenta las mismas potencialidades como las que tenemos en nuestros países. Su proyecto (con todo su grupo de trabajo) es exitoso y comenzó en 1995, cuando las fuerzas sociales de la ciudad se sentaron para ver qué podían hacer para salvar a Bogotá y convertirla en un lugar digno para sus habitantes y para vivir.
El proyecto demás está repetirlo, ya que es bastante difundido entre las autoridades y políticos de nuestros países. Estuve en Bogotá en 1992 y la ciudad era famosa por su violencia. Tuve dos percances que acentuaron ese temor; uno en el aeropuerto, que me salvé de ser asaltado gracias a la intervención de un policía, y el otro cuando fui a comprar libros luego de haber estado en el teatro; un grupo de amigos que bebía aguardiente me sugirió no salir de la tienda; sospechamente luego de mi ingreso, ingresó un grupo conformado por una mujer y dos hombres; compraron textos escogidos al azar y pagaron. Cuando me acerqué a pagar mis libros (uno de ellos La Gramática de Rufino Cuervo) el que hacía de cajero me advirtió de no salir. Eran, según él, de seguridad del estado. El grupo me invitó a tomar unas cuantas copas de aguardiente. Un momento después, uno de ellos salió y me dijo que me podía ir. Era un 06 de febrero de 1992.
Ayer en la reunión de casa de Marcela, hubo comentarios positivos de Bogotá. Ahora es una ciudad segura y agradable para vivir. Ahora, parece ser que nuestras ciudades, Lima, Trujillo, se han vuelto las ciudades violentas en las que hay mucho por hacer.
Las reflexiones que hizo Toro en su exposición son muy interesantes y que implican, sobre todo, un cambio de actitud de todos los agentes sociales de la sociedad latinoamericana. El ver la ciudad como un bien común implica no sólo un cambio de abajo, sino y, sobre todo, de arriba. En realidad, es una suerte de revolución copernicana de las relaciones sociales en Latinoamérica.
Una de las frases más contundentes que escuché en dicha exposición es la que enuncia que si creamos formas de exclusión la violencia es una respuesta segura. Es una verdad dicha y demostrada; el problema es que no la extrapolamos en nuestra sociedad. Cosas tan absurdas como no integrar a todas las fuerzas vivas de una sociedad como ambulantes, prostitutas y personas marginales (pandillas) en la construcción de nuestra ciudad, ya vamos por mal camino. Las estamos excluyendo de un espacio el cual comparten y tienen derechos, como deberes, con la ciudad en la que vivimos.
La narración descriptiva de las experiencias iniciales de Bernardo Toro fue bastante aleccionadora del camino que tenemos por delante. Temas como violencia, infraestructura, salud y educación son temas álgidos que exigen de nosotros como ciudadanos una revalorización del sentido comunal público de los mismos, los cuales han sido irresponsablemente dejados de lado y "tercerizados" (graciosa palabra empleada para cuando quieres deshacerte de un  tema espinoso) a la actividad privada. La pregunta es si la actividad privada ha hecho algún bien con el caótico transporte público de nuestra ciudad. ¿Lo ha hecho? La actividad pública fue postergando su responsabilidad y los ciudadanos otorgaron su complacencia a algo que nunca debió salir del patrimonio de todos los ciudadanos de una ciudad. La aceptación de este fenómeno adosado al hecho del rechazo de lo público ha acentuado esta brecha que va a tomar tiempo subsanar. Pero no va a ser difícil.
La educación es otro tema bastante álgido que se ha tocado en esta gran problemática. El pago de los contribuyentes origina el sueldo de los servicios públicos de la ciudad; entonces la ciudadanía debe aprender a organizarse para "aprender" a exigir con coherencia este nuevo proceso. La ciudadanía no debe exigir derechos, también debe asumir responsabilidades y ésa es una de ellas: no debemos actuar relegando nuestras responsabilidades y derivando a otros acciones que nos competen. El plan es un trabajo colectivo que apunta a un bien común: la ciudad.

sábado, 19 de diciembre de 2009

LA VIOLENCIA EN TRUJILLO


Creo que para todos nosotros los trujillanos y los peruanos, en general, no nos cabe duda de que las noticias sobre la violencia urbana y su tratamiento han sido objeto de diversas reflexiones y propuestas a un problema bastante enraizado por mucho tiempo en nuestra sociedad. Quizá lo que se esté viviendo en Trujillo es producto no de una espontánea reacción a una situación, sino un problema generado por años en nuestro espacio urbano. En cierta manera, lo de Trujillo es una realidad violenta estructurada gestada en los últimos lustros; es, también, el reflejo de la crisis social que existe en el país y la cual se ha focalizado en nuestra ciudad, como un laboratorio. El modelo de violencia social en los 80 se dio en  Ayacucho; ahora es el turno de Trujillo.
Una serie de elementos se ha conjugado para vivir lo que estamos viviendo; y lo que se ve es la punta del iceberg.
Quiero contar una historia que un día mi padre nos la narró cuando éste vivía. Mi padre tenía un negocio en la calle Unión, zona densamente comercial (cercana al movimiento de transporte hacia la sierra de La Libertad); vecina a esta calle estaba la temida Cerro de Pasco (ahora podría considerarse una suerte de parque infantil frente a otras zonas bastante turbulentas de la actualidad). La prosperidad de muchos negociantes de la zona, en los 80, se veía amenazada por una delincuencia incipiente (comparemos con las bandas actuales, muchos de estos delincuentes hacían sus fechorías por dinero rápido para conseguir droga, la famosa pasta básica de cocaína). Teníamos algunos delincuentes identificados que proliferaban por la zona para hallar a algún transeúnte incauto (los había por cientos). La actividad comercial atraía a muchas personas de la sierra que llegaban a hacer sus negocios. Había uno claramente identificado, al cual lo llamaban "el Piurano". Este individuo era un ex-reo, el cual en sus momentos de lucidez paseaba pidiendo un pan; cuando estaba bajo efectos de la droga, mostraba con orgullo y desafiante, las cicatrices logradas en sus reyertas en prisión o sus lides callejeras. Era bastante avezado.
Cierto día, un grupo de comerciantes de la zona se reunió, entre ellos, mi padre. Habían hecho, los comerciantes, contacto con un grupo de policías, quienes ofrecían sus servicios para una suerte de escuadrón de seguridad. En cierta manera, los vecinos y comerciantes de la zona estaban desesperados al ver cómo personajes, como el nombrado delincuente, eran capturados por dichos policías y, luego de un día, se los veía merodear nuevamente por la zona. Había una serie de comentarios: abogados corruptos que los protegían; policías corruptos que cobraban su cupo; leyes muy blandas que impedían retener por más de un día al hampón capturado. La idea de un escuadrón especial era "lo ideal" para este grupo de comerciantes y vecinos. Mi padre estuvo muy asustado por la idea; creo que se fue a la tumba con el secreto de si apoyó o no a dicho escuadrón. Sospecho que el escuadrón (lo podemos llamar así)  sí fue cierto, ya que muchos delincuentes, incluido nuestro famoso Piurano, desaparecieron (pero aparecieron otros); según decían, habían huido de la zona; otra versión que escuché a mi primo que trabajaba con nosotros era que habían capturado a un delincuente, lo habían subido a un patrullero y que, accidentalmente, recibió un disparo en la pierna, a la altura de la femoral; tras varias vueltas por la ciudad, llegaron a un hospital para constatar que el delincuente era cadáver.
Haya sido cierto o no, esa es la idea que cruza ahora por la mente de muchas personas como la del taxista con el cual conversé hace dos días. Ya había sufrido un asalto y estaba cansado de vivir en la zozobra, ya que muchos delincuentes se encubren de taxista para cometer sus fechorías; y para hacerlo, deben "sacar del mercado" a los taxistas verdaderos, ya que no les permiten acceder a sus posibles "clientes". Según me comentaba el taxista, estos delincuentes negocian sus pasajeros-víctimas con otros delincuentes. Hace unos años presenté una buena selección de cuentos del escritor Fernando Ampuero; en dicha selección, el primer cuento, Taxi Driver, sin Robert de Niro, narraba las historias de taxistas que vendían borrachos a drogadictos y traficantes de órganos y otras cosas. Cuando leí el cuento, sentí pavor; cuando me narró sus historias aquel taxista, me vino a la memoria aquella increíble historia y reflexioné sobre aquella frase: "la realidad suele superar la ficción".
El triste paradigma de violencia en los 80 fue la ciudad de Ayacucho, la cual reflejaba el problema que asolaba a todo el país; una violencia estructural social, producto del descontento acumulado por años en la sierra deprimida del Dpto. de Ayacucho, que generó una violencia vertical del Estado.
El siglo XXI, en sus inicios, nos escogió para ser el nuevo paradigma. Trujillo tuvo un boom los primeros años de este siglo que se manifiesta, orgullosamente, en sus centros de ventas, sus grandes tiendas comerciales, la gran presencia de tarjetas de crédito y una suerte de pujanza industrial básica generada por la agroindustria y la minería, sus dos grandes pilares. Estas "piedras de toque" permitieron una movilidad comercial y social nunca antes vista en nuestra ciudad. Se desarrolló el comercio, pero lo demás quedó bastante rezagado. Lentamente la ciudad comenzó a incubar ciertas situaciones para crear eventos propicios para una suerte de choque social.
En cierta manera, Trujillo recibió tranquila un fuerte boom comercial que trajo consigo un flujo humano atraído por las oportunidades laborales. Mucho de este flujo humano halló un puesto de trabajo (no necesariamente adecuado y digno, pero a la larga un trabajo); otros muchos, no. Trujillo ya adolecía de oportunidades laborales previas al boom; a la llegada de este, la población desempleada trujillana compitió con la migrante y el conflicto social incrementó.
Esta situación se ha visto más acentuada en los últimos meses a raíz de la crisis económica mundial que ha jaqueado la producción agroindustrial. Hay zonas como Alto Salaverry cuya población laboralmente activa trabajaba en las esparragueras. Ahora casi el 90 % de ellos no trabaja. Son  desempleados.
La aparición de las pandillas, producto del fuerte desajuste sociofamiliar de los 90 (gran cantidad de padres y madres migraron a USA, Japón, Chile, Italia, España y Argentina), suplió esa carencia de las figuras paterna y materna, y fueron apareciendo bandas de adolescentes de manera inquietante. Pero estuvo, en cierta manera, controlada. Estas pandillas, en cierta forma, van a ser el terreno del cual se van a "alimentar" las bandas organizadas. Ya desde la segunda década de los 90 era frecuente apreciar las formas cada vez más sofisticadas de delincuencia en nuestra ciudad. La presencia de delincuentes "importados", sobre todo colombianos, halló un terreno bastante fértil en Trujillo y otras ciudades peruanas. Los ciudadanos nos enfrentamos con una delincuencia más astuta y avezada: clonación de tarjetas, secuestro al paso, robo electrónico. Modalidades a las cuales no estábamos preparados.
El crecimiento de un mall es signo de una riqueza visual; eso nos han querido mostrar y es, como el azúcar, la golosina que quería ver el niño. La primera parte de esta década, ciudades como Chimbote o Chiclayo, conocidas por su movimiento comercial, acompañada de un hampa más o menos organizadas, fueron perdiendo paulatinamente su identidad peligrosa. Trujillo fue acogiendo estas bandas. En un principio, eran bandas de paso, trásfugas, migratorias; luego, se afincaron.
Alguna vez hablé con un docente que había trabajado para la prensa amarilla de nuestra ciudad; dicha experiencia le permitió acumular una impresionante información de lo que son varios sectores de las periferias de Trujillo: tierra de nadie. Lo de los distintivos que identifican a las bandas se han vuelto toda una industria del tatuaje y de stickers (pegatinas) que pululan por nuestras calles en personas y vehículos.
La ciudad está llegando a situaciones un poco extremas. La desesperación de muchos se ha transformado en respuestas rápidas y violentas, las cuales van a conllevar a más violencia.
La violencia actual obedece a más factores que sólo el de la perspectiva policial: así tenemos lo laboral justo; lo educacional (la calidad educativa es paupérrima en el país y de esto no escapa Trujillo); lo comunicacional (los medios tienen una alta responsabilidad por crear patrones de conducta en los jóvenes, los cuales tienen nuevos "héroes" bastante deplorables); la planificación de una ciudad ; la imagen institucional (si tenemos paradigmas corruptos como tomar 15 mil dólares del estado para apoyar graciosamente un espectáculo, ¿qué podemos exigir de personas de escasos recursos a ser modelos de conducta? ); la corrupción de las instituciones del Estado (judicial -sobre todo -, policial) y éste mismo; la necesidad de un diálogo permanente de las instituciones vivas de una ciudad.
Estamos, pues, frente a la punta de un iceberg; saquemos o tratemos de sacar todo el iceberg para atacar de fondo el problema. Sino, no lograremos solucionar el problema y será, como los rebrotes de Sendero, un mal endémico que no pararemos por más que organicemos marchas de buena intención.