Datos personales

Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
Mostrando entradas con la etiqueta polonia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta polonia. Mostrar todas las entradas

martes, 7 de junio de 2011

ROMAN POLAŃSKI, UN SOBREVIVIENTE

DEFINIR“..Soy un enamorado del cine,

de ahí que tenga ganas de hacer el amor con todos los géneros”


ASEDIO A ROMAN POLANSKI, HABLEMOS DE CINE 73-73, Junio 1981



Raro personaje de la cinematografía mundial, Polanski ha sido un director díscolo con los sistemas, pero un verdadero sobreviviente de la vida. Muy pequeño, a los tres años, se va desde Francia, país donde nació, a Polonia, la tierra de sus padres y su patria adoptiva. La sombra nazi destruye a su familia; su madre, aunque era católica, es la primera en morir por estar casada con un judío en un campo de concentración y luego su padre caerá prisionero en el momento que ayuda a su hijo a huir del gueto de Cracovia. Se esconde en el campo y será cobijado por una familia campesina que lo protege hasta la liberación. Su vida en la campiña será evocada en cierta manera en su film TESS, añoranza que le hará recordar su largo y accidentado paso por la vida. Su iniciación a las artes se inicia en la escuela de Łodz, a la cual logra ingresar, según dice, gracias a errores de su documentación. Su vida se ha caracterizado por excesos, según dice Protzel, quizá signada por esa búsqueda de identidad. Comenzó su fama con un film tenso, EL CUCHILLO EN EL AGUA, y desde entonces su fama se fue acrecentando, abordando todos los géneros (incluso intentó un western, pero los italianos “le ganaron por puesta de mano” como decía él en clara alusión a los spaghetti -western y al maestro Sergio Leone).

Polanski estuvo en Lima en 1980 para la presentación de su film TESS y tuvo una larga entrevista con la gente de la revista HABLEMOS DE CINE. En dicha entrevista, Roman habla de sus pasiones, sus amores en el cine y lo que vendría a ser sus periodos signados por la juventud y la madurez. Obviamente la parte escabrosa de du vida aún faltaba por venir, pero nuestro director ya llevaba para ese entonces una esposa asesinada (Sharon Tate). En dicha entrevista confiesa su gusto por las adolescentes, gusto que le causará problemas al ser acusado de abuso sexual contra una menor de 13 años en 1977. Desde entonces se alejó de los Estados Unidos y ni siquiera fue a recibir el Oscar por su película EL PIANISTA. Pero su amor por el cine, donde trabajó no sólo como director, sino como actor (como veremos en LA DANZA DE LOS VAMPIROS), ha signado siempre su vida, asumiendo proyectos muy personales y algunos comerciales por los apremios que toda persona pasa en la vida: la necesidad de dinero. A veces se embarcó en proyectos arrebatados, como la peculiar historia de piratas que rodaba y que resultó un fracaso económico. Sin embargo, su cine será siempre una muestra interesante de un chico sobreviviente y que necesitó del cine para ubicar sus derroteros.

REPULSION (REPULSIÓN) 1965 De sus primeras obras fuera de Polonia, es una película de obsesiones, de situaciones extremas. En este caso, una bella manicurista que vive con su hermana en un departamento en Londres no tolera lo sexual y censura la vida que lleva su hermana, quien mantiene una relación con un hombre casado. Su represión estallará en el momento que su hermana y su pareja deciden tomarse unas vacaciones quedando ella totalmente sola en un espacio pequeño, agobiante; este recurso que ha de emplear posteriormente en obras como EL BEBÉ DE ROSEMARY y EL INQUILINO. La bella Catherine Deneuve encarna el papel de la chica obsesa.

THE FEARLESS VAMPIRE KILLERS (LA DANZA DE LOS VAMPIROS) 1967. Divertida parodia sobre los vampiros es un film a color en el que Polanski no sólo la dirige sino actúa. En realidad, el título alude a un doctor (parodia de Van Helsing) y su discípulo que se van de cacería de vampiros en los Cárpatos. Se suceden todas las historias ya conocidas de los vampiros que además los identifican como nobles decadentes. Hay escenas francamente hilarantes y fue la llave que usó nuestro Director para entrar en el mercado norteamericano. En la película también sale la que será su futura esposa, Sharon Tate, con la cual se casará en 1969.

ROSEMARY´S BABY (EL BEBÉ DE ROSEMARY) 1968 Soberbio filme, construido a través de planos incompletos, es el triunfo de la sugestión; angustioso, vemos cómo el entorno de Rosemary se va estrechando alrededor de su futuro bebé, al cual nunca veremos el rostro una vez nacido; todo ayuda a crear ese clima tenso, música, escenarios, ambientes cerrados, los acercamientos a los rostros de los amigos de la familia. Imaginar que la esposa de nuestro director iba a ser víctima de una secta de culto al terror dirigida por James Mason. Según nuestro Director, la obra respeta la novela original y recreó de manera visual el mundo textual.

CHINATOWN (BARRIO CHINO) 1974. Este es un film genial, como en los tiempos del cinema noir, magistralmente dirigido por Polanski quien le dio forma a este intrincado libreto, oscuro por lo incestuoso y los tenebrosos manejos del poder económico y político. Jake (Jack Nicholson) hace el papel de detective un poco inescrupuloso, el cual se ve involucrado cada vez más en un extraño crimen y va descubriendo los agobiantes tentáculos de una poderosa familia de Los Ángeles de los años 30. En el rompecabezas va descubriendo ciertas verdades oscuras gestadas en lo inescrupuloso por el ambicioso padre (John Huston) con su hija (Faye Dunaway).

TESS 1979 Este film es un sueño ambicionado y logrado por nuestro Director, el de llevar a la pantalla esta obra de Thomas Hardy. Este libro le fue dado por su esposa Sharon Tate, la cual fue asesinada posteriormente. Fines del siglo XIX, mundo campestre de Marlott, un hombre revela el origen confuso de su apellido y los posibles vínculos con personas poderosas; con el fin de obtener favores, este hombre envía a su hija, Tess (NATASSIA KINSKY), la cual es engañada, embarazada y abandonada; crítica situación para una joven mujer, decide huir y va a otra población, allí se enamora de Ángel (PETER FIRTH). Pero la abandona cuando sabe de su pasado. Cruda realidad para una sociedad como la victoriana que anatematizaba a la mujer en su condición de pobre, analfabeta y mancillada. Una bella fotografía y un estrellato fulgurante en nuestra joven actriz la hacen una joyita de este director polaco. El film fue dedicado a su fallecida mujer con su simple “To Sharon”.


THE PIANIST (EL PIANISTA) 2002 Una de las obras maestras gestada en la madurez serena del Director. Como él confiesa, muchas de las escenas que el pianista Władysław “Władek” Szpilman vive a la largo de la penuria y holocausto en el gueto de Varsovia, también le tocaron vivir a Roman en su niñez. Su madre fue enviada y muerta en un campo de concentración, y su padre fue capturado y cautivo por dos años. Pero como lo había propuesto otro sobreviviente del holocausto, Viktor Frankl, Szpilman halló la música una forma de sobrevivencia en las condiciones más duras de una de las etapas más sombrías de la humanidad. Este film ganó el Oscar de ese año, además de las Palmas de Oro de Cannes, representando a Francia, país natal de Polanski.

martes, 2 de diciembre de 2008

BIENVENIDOS AL ESTE DE EUROPA




Este texto fue escrito por un ex-alumno mío, Luis Escobedo. Ma parece muy interesante su experiencia en un país como POLONIA.


Luego de un año en los Estados Unidos y seis años en Alemania decidí venir a vivir a Polonia. A mi salida de Alemania, más de una persona me preguntó sorprendida por qué es que luego de vivir en países tan desarrollados, elegía un país que a su parecer no estaba en el mismo nivel. Dado a que mi elección no se dio de la noche a la mañana, a un mes de cumplir mi primer año en la ciudad de Varsovia, suficientes razones no sólo me mantienen ligado a la cultura polaca sino que día a día reafirman que dicha decisión fue correcta y oportuna. Correcta porque en tan poco tiempo ya me siento tan integrado a esta sociedad que me costaría mucho dejarla algún día y oportuna porque Polonia es un país europeo que no ha tocado techo aún. Luego de su independencia del régimen comunista y, más tarde, su integración a la Unión Europea (EU), la economía polaca ha estado creciendo a pasos acelerados, alcanzando un buen nivel de estabilidad política y ejercitando una fuerte inversión pública. A través de la presente crónica trato de mostrar mis impresiones sobre la vida en Polonia, como parte del Este de Europa, después de mi primer año en este país, poniendo énfasis en los factores que la hacen atractiva desde el punto de vista de un peruano. Del mismo modo, busco brindar una visión general de la situación de la Polonia post-comunista.

La región del Este de Europa siempre me pareció un lugar indefinible. Desde que tengo uso de razón, mi opinión sobre ésta no era tan distinta a la de algunos otros peruanos. Prácticamente se resumía en un juego de términos claves: herencia comunista, ciencia y tecnología, altos niveles de pobreza, pesimismo, muy bajas temperaturas y un excesivo consumo de vodka. Durante los tres años que pasé viviendo en un campo universitario en el norte de Alemania, tuve la oportunidad de verificar si es que aquella impresión que tenía de esta región era certera ya que más del 50% del alumnado provenía del Este de Europa. En efecto, en ciertos aspectos no me equivoqué.

Especialmente en las carreras de ciencia, los que ocupaban los primeros puestos solían ser del Este de Europa. Evidentemente, muchos de ellos, cuyos padres normalmente eran subempleados, provenían de una situación económica comparable a la de una familia peruana de clase económica media baja, y tan sólo un número insignificante de ellos venía de ciudades grandes. De cualquier manera, su nivel académico era tan elevado y el deseo de dejar a sus países en busca de una mejor vida tan determinado que la mayoría de ellos había llegado a estudiar a Alemania con beca completa. Además de su potencial académico, otro aspecto en el que no me equivocaba era el pesimismo que caracterizaba a una gran mayoría de ellos. Contaban con la gran habilidad de realizar un trabajo impecable bajo presión, pero no se sentían capaces de crear algo que les hacía falta o de innovar aspectos con los que estaban en desacuerdo. Sin embargo, cuando se trataba de festejar, el ambiente de jolgorio que esta gente era capaz de generar es simplemente incomparable. Docenas de botellas de vodka eran vaciadas en cada jarana.

Aunque mantenía en cierta forma mi vieja opinión sobre el Este de Europa, a través de los años, nuevos aspectos característicos de su gente fueron dándole una forma más elaborada a dicha perspectiva, así como hacían cada vez más evidente las diferencias entre los países de la región.

Hace un par de años, fui invitado por amigos míos a visitar su tierra natal: Polonia. Cruzar en automóvil la frontera entre Alemania y Polonia fue muy interesante. Salía de un país con un sistema de seguridad social, de salud y vial que se encuentra entre los más avanzados del mundo para entrar a una realidad totalmente distinta: la frontera estaba llena de kioscos vendiendo cigarrillos a mitad de precio; campesinos en puestos improvisados vendían pepinillos encurtidos a granel; restaurantes con mesas cubiertas con manteles de plástico y decorados con espejos y floreros con plantas artificiales ofrecían menús a precios equivalentes a los de mercados zonales en el Perú; y encima de todo, la deteriorada carretera no contaba con alumbrado público pero sí con un número de cruces alumbradas en memoria de fallecidos en accidentes automovilísticos. Hasta entonces, a algún lugar me recordaba todo esto.

Al llegar a la ciudad de Olsztyn, con la ayuda de amables transeúntes, y abrir el grifo del lavatorio de la cocina para servirme agua, los dueños de la casa en la que me hospedaba se acercaron a mí diciendo: “no tomes agua del grifo a menos que haya sido hervida o purificada; mucho mejor si es que viene de un bidón de marca.” En ese momento, mi reacción fue: “Aquí me quedo.” Y, en efecto, mi siguiente visita a Polonia fue para entregar mis documentos de postulación para una maestría en Varsovia.

Las causas del impacto que tuve durante mi primera visita a Polonia y que hicieron que me enamorara de ella, eran justamente las razones por la que mis ex compañeros universitarios habían dejado el Este de Europa en busca de algo que a su parecer es superior. En cierta forma, no se equivocan. Y es que luego de vivir en Varsovia por algunos meses me he dado cuenta de que aquí los estándares de vida son comparables a los de cualquier lugar en Europa Occidental, mas en el resto del país sucede lo contrario. El acelerado crecimiento económico dado por el desarrollo de la industria polaca, la fuerte inversión pública y privada, el dinamismo del consumo interno, y el significativo apoyo de la Unión Europea se reflejan en Varsovia a través de un eficiente sistema vial, modernos edificios, grandes centros comerciales, discotecas y restaurantes ostentosos, entre otras cosas. Sin embargo, la pobreza y el desempleo aún colman de pesimismo a las ciudades pequeñas y pueblos as en el resto del país. Bartek, mi compañero de departamento, constantemente me repite: “Varsovia no es Polonia; es simplemente el emporio de la gente más ambiciosa del país con una buena vara o con un buen financiamiento inicial.” Es así como mis ex compañeros universitarios, quienes no venían de ciudades grandes como Varsovia y solían vivir bajo un ingreso familiar insignificante, dejaron sus tierras en busca de una vida mejor.

En conclusión, a pesar de las deslumbrantes cifras macroeconómicas, en Polonia hay mucha tierra por labrar. Y es así como, al mismo tiempo, doy a entender el porqué de mi gran atracción por este país. Mientras aprovecho al máximo las ventajas de su sistema educativo de alto nivel y, por una menor cantidad de dinero, vivo en mejores condiciones que en Europa Occidental, me doy la oportunidad de ser partícipe del proceso de desarrollo del país. A esto se suman el particular arraigo a las tradiciones y creencias; el fuerte apego a la familia, pareja y amistades; la expresividad emocional y la alegría de vivir de la gente; la gran aceptación de lo foráneo; y la inmensa generosidad que caracteriza a los polacos.

Spotkamy sie w Polsce![1]
[1] En Castellano, “Nos vemos en Polonia!”