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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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miércoles, 7 de enero de 2009

50 AÑOS DE NOUVELLE VAGUE




À sa façon, Godard déclare la guerre à l´univers sensible.
Dans le même temps, toute une generation, nourrie d´extrêmes,
entame sa monté au ciel.
BERNAD RAPP, JEAN-CLAUDE LAMY, DICTIONNAIRE DES FILMS


LA NOUVELLE VAGUE: 50 AÑOS

Quizá uno de los periodos más ricos e intensos vividos en las últimas décadas corresponde al periodo entre los años 60 y 70, periodo que ha de marcar nuestra contemporaneidad y los nuevos cambios sociológicos de los cuales ahora somos partícipes. Durante aquel lapso se suscitaron en el mundo fuertes cambios sociales, políticos, y obviamente culturales. El mundo de los 50 venía influido por la sombra de la Segunda Guerra Mundial y el nuevo equilibrio de fuerzas que se va a llamar LA GUERRA FRÍA, periodo en que las grandes potencias dispersaban un conflicto frontal a través de conflictos regionales que se había iniciado con la casi guerra civil en Grecia y trasladado luego a Corea. El mundo estaba dicotomizado, polarizado. Hacia los inicios de los 60 ya se hablaba de un Tercer Mundo emergente con nuevos líderes que ofrecían alternativas a los dos mundos más desarrollados; este grupo va a estar liderado por Tito de Yugoslavia, Sukarno de Indonesia y Nasser de Egipto.
Europa era el continente que más situaciones dramáticas había sufrido durante la II Guerra Mundial, azotada por bombardeos. Durante la posterior reconstrucción de los países europeos ven cómo una a una de sus colonias va independizándose por las buenas o por las malas de su yugo colonial. Casi toda África tiene un solo puño levantado y la violencia de las colonias también se trasladó a varias ciudades europeas, sobre todo en Francia. Así como Gran Bretaña va perdiendo mucho territorio de ultramar, lo mismo acontece con Francia sobre todo con la pérdida de colonias como Indochina y Argelia; la violencia independentista en esta última va a golpear algunas ciudades grandes francesas con las consiguientes repercusiones revanchistas. Algunas de las acciones realizadas en contra de los independistas fueron denunciadas en algunos filmes como LA BATALLA DE ARGEL, la cual fue censurada por muchos años en la comunidad gala.

Los cambios generados en la sociedad europea van a repercutir en el orden social regente en ese entonces. La reconstrucción se hace bajo una rígida estructuración de la sociedad francesa, postergando algunos cambios generacionales en pro del “bien común”. Esta situación se va a tornar insostenible entre los jóvenes y en los 60 todo iba lentamente apuntando hacia un cambio drástico de la sociedad: mayo del 68.

El arte en general recibe los fuertes cambios de una sociedad que va hacia revoluciones cortas y drásticas (como el Mayo del 68) y comienza a verse a sí mismo; el arte se vuelve una suerte de ventana para poder comprender mejor lo que va sucediendo en el entorno de cada hombre o mujer. Además se genera una rica intelectualización que va a permitir cierta racionalización de los movimientos que se gestan por ese entonces. Hay una fuerte admiración y difusión de las ideas maoístas en desmedro de la ideología del soviet luego de la tumultuosa invasión a Hungría.

El cine va a experimentar un cambio rotundo y contestatario frente a los movimientos que iban surgiendo. El cine de Hollywood es visto de otra manera, con animadversión e, incluso, rechazo. Ya no es necesario grandes escenarios sino ver cosas más cotidianas y sencillas (quizá por el impacto del neorrealismo italiano, pero en otro contexto) que expresen de manera más veraz los convulsos cambios que se van operando en esas sociedades como ya lo iba describiendo Marcuse en su libro “El Hombre Unidimensional”. La tendencia a la homogenización de la sociedad encuentra una respuesta insospechada en el cine experimental francés y que va a teñir las otras cinematografías del continente. Este movimiento va a llevar por nombre Nouvelle Vague y éste va a ser seguido por sus propuestas e ideas por los cineastas de ambos lados del continente, la Europa del Este y del Oeste con extraordinarios resultados. El cine ya no es dictado por los estudios cinematográficos ni por los productores, y surge el famoso “cine de autor” con el cual se sistematiza el “cine de ideas” en el cual (herencia de los conceptos de BRECHT y MAO) lo importante es priorizar el concepto más que el sentimiento. Un puñado de gente ligada al cine, encabezado por GODARD y TRUFFAUT, formó un nuevo movimiento en torno a una revista de crítica cinematográfica (CAHIERS DE CINÉMA) agudamente dirigida por el gran ANDRÉ BAZIN. Esta revista va a ser el corazón del movimiento. Las primeras manifestaciones se dan con algunas películas de ALEXANDER ASTRUC y AGNÈS VARDA, pero la que va a marcar el hito va a ser LOS CUATROCIENTOS GOLPES en 1959, hace 50 años. La “legitimización” de este movimiento va a venir con la premiación de dicha película en el Festival de Cannes de dicho año. Posteriormente, años después, en pleno 68, va a ser un grupo de seguidores de ese movimiento quien va a exigir a la gente de Cannes adoptar una actitud de protesta y logran que ese año no haya festival.
Años después este gran movimiento en el cual se incluye a ERIC ROHMER, JEAN PIERRE MELVILLE, CLAUDE CHABROL va en cierta manera a disgregarse, pero ese fundamento del “cine de autor” los va a marcar para toda la vida, incluso algunos hasta su muerte.

La participación de este movimiento es los eventos de Mayo del 68 va a ser decisivo; la “renuncia” de HENRY LANGLOIS de la Cinemathèque por parte del Ministro de Cultura francés, ANDRÉ MALRAUX va a ser el detonante de la revuelta universitaria. GODARD quería registrar todo y lanza manifiestos y panfletos que plantean un nuevo cine frente a la decadencia del cine burgués. Francia estaba “patas arriba”. El cine va a tener una alta carga política que va a desequilibrar a la sociedad francesa y mundial en general. Décadas después algunos cineastas van a retomar este paraje intenso que vivió Francia y sus artes, sobre todo en el cine y toman como referencia el incidente de la destitución de Langlois de la Cinemateca. Dos de estos filmes son SOÑADORES de Bernardo Bertolucci y LOS AMANTES REGULARES de Phillipe Garrel.

Luego de 50 años, queremos rendir un pequeño homenaje a este puñado de hombres y mujeres a través de dos de los directores más simbólicos como son GODARD y TRUFFAUT para entender los cambios sustanciales que generaron esta impresionante propuesta para el cine mundial, del cual bebieron todos los cines del Tercer Mundo sobre todo (ver Sanjinés en Bolivia o el Cinema Nôvo de Brasil)


LES QUATRE CENTS COUPS (LOS CUATROCIENTOS GOLPES) (1959) Este notable filme de François Truffaut puede ser considerado el hito de la Nouvelle Vague y desde ya es todo un clásico. Truffaut descubre a un actor fetiche con el cual va a continuar su extensa filmografía, Jean-Pierre Léaud, quien encarna al niño Antoine Doinel; este niño es maltratado y se vuelve cómplice en un hogar conflictivo al ser testigo de relaciones extramatrimoniales. Una sanción lo hace huir hacia lo desconocido. Es uno de los más entrañables filmes de nuestro director, quien siempre gustó de trabajar con los niños y su mundo; en esta película, ese mundo no es nada grato y nuestro pequeño héroe es un ser desterrado, rechazado y obligado a buscarse un sitio en este mundo totalmente solo. La mirada final hacia la cámara sintetiza la soledad de toda una generación y pone las semillas de un proceso contestatario.

À BOUT DE SOUFFLE (AL FINAL DE LA ESCAPADA) (1960) con este filme Jean Luc Godard da un vuelco a la concepción del cine. Una sencilla historia de marginales se vuelve toda una propuesta cinematográfica, como haber cortado trozos de realidad y haberlos ensamblado en la dinámica de la imagen. Fue hecho en casi un mes y es la síntesis de la búsqueda hecha por diversos cineastas de los 50, como Melville, Franju y Bresson, marcada con un fuerte dinamismo y perturbadora que ha de afectar a sus principales actores: Jean Paul Belmondo y Jean Seberg. Todo es fortuito, como muchas cosas de la vida.

JULES ET JIM (UNA MUJER PARA DOS) (1961) Uno de los más bellos filmes de Truffaut y una de las obras maestras de la cinematografía francesa, historia tomada de la novela de Henri-Pierre Roché, es una muestra de amor y lealtad; todo se inicia en París a inicios del Siglo XX. Jules (OSKAR WERNER) es alemán y gran amigo del francés Jim (HENRI SERRE); aparece una bella mujer en sus escenarios, Catherine (JEANNE MOREAU), y se casa con Jules; la Gran Guerra aleja a los amigos, pero obliga a Catherine a vivir con Jim; una vez concluida la guerra, se reencuentran y ella retorna a Jules. Cuando, Jim va a casarse, se toma una drástica decisión. Una bella historia de amor y amistad.

VIVRE SA VIE (VIVIR SU VIDA) (1962) Esta es una de las mejores películas de Godard, uno de los grandes maestros de la nouvelle vague francesa, con una de sus actrices fetiches como lo fue Anna Karina (trabaja en otras de él como ALPHAVILLE o BAND À PART). La vida para Nana es difícil y su sueldo como vendedora no le alcanza por lo que se ve en la necesidad de prostituirse, busca la protección de un proxeneta. Su vida se va a convertir en una mercancía para su desalmado explotador, quien no duda en venderla a su rival. Su vida no vale nada. Es una historia sencilla, tenebrosa, rodada en las calles de París. Hay toda una secuencia presentada en negativo.

BAND À PART (BANDA APARTE) (1964) Este es uno de los filmes más interesantes personal y testimonial de Godard. Muchos ven en la película la reflexión sobre la creatividad del autor frente a los hechos y el hecho de acometer una empresa con el riesgo del fracaso pero reconociendo el intento. Es una comedia negra policial de dos hampones que se vinculan con una chica que trabaja en casa de una mujer madura solitaria adinerada. Organizan el plan, pero todo da indicios de su fracaso. Evoca muchas escenas de À BOUT DE SOUFFLE y muchas escenas fueron tomadas por Bertolucci para hacer su film SOÑADORES.

SIMPATHY FOR THE DEVIL – ONE PLUS ONE - (SIMPATÍA POR EL DIABLO) (1968) El año de la realización de este film lo dice todo: Godard hace un documental de uno de los grupos de rock más simbólicos de los 60: THE ROLLING STONES. En pocas líneas, sería la grabación ininterrumpida de esta famosa canción de los Stones, pero a su vez vemos situaciones que se van sucediendo tanto internamente en el grupo (la ya marcada separación y ausencia del famoso músico Brian Jones de la banda, quien fallecería al año siguiente), así como el eventos sociales de ese convulsionado año; hay momentos en que entrevista a líderes de las famosas PANTERAS NEGRAS (BLACK PANTHERS), a quienes recordamos por su famosa lideresa ANGELA DAVIS. En realidad es un film de alto contenido político que exigió a Godard hacer nuevas búsquedas del cine comprometido. El film se proyectará en inglés con subtítulos en francés.

Nota: más información sobre filmes influidos por la Nouvelle Vague se pueden hallar en el texto ALGO SOBRE LA NOUVELLE VAGUE

domingo, 4 de enero de 2009

CINE Y PINTURA




Cada cuadro, todas las versiones de la misma imagen, representan
un nuevo experimento, con referencias a lo anteriormente hecho
y adelantándose, con nuevas cualidades traídas a la luz.
REMBRANDT, THE MISTERY OF THE REVEALED FORM, MICHEL BOCKEMÜHLLa magia de la pintura es que nos entrega la materia del mundo
-luz y arcilla, tierra y color- de manera totalmente inédita,
pero concreta como una veta de oro el Perú de Szyszlo,
un muro azul añil en el México de Tamayo.
INTRODUCCIÓN, ARTISTAS LATINOAMERICANOS EN SU ESTUDIO, CARLOS FUENTES


El mundo cromático es quizá uno de los más esplendorosos acercamientos que tenemos todos los seres humanos diariamente. El abrir nuestros ojos nos acerca a ese estallido de colores y formas, producido por el encuentro de las ondas o elementos cuánticos, corpúsculos mínimos de materia- energía, con nuestra retina y rápidamente procesado por nuestro cerebro para ver el mundo de tonalidades reflejadas por los volúmenes. Es el mundo creado por la naturaleza, el de los cuerpos celestes y de las cosas naturales, de los seres que integran los reinos naturales, la pigmentación natural de los corpus, incluso los etéreos. Luego viene el mundo artificial, el creado por el hombre, quien, como la reflexión de Marx, ha transformado su entorno para hacer el mundo que actualmente tenemos (aunque esto lo haya hecho con cierta gran irresponsabilidad), este mundo ha aprovechado el mundo natural de la pigmentación para ir creando nuevas propuestas, aunque el lenguaje evoque los elementos a los cuales se les “robó” esa condición (blanco metálico o blanco hueso, por un decir). No podemos imaginar en pleno siglo XXI algo ácromo, incluso el negro (ausencia de color) es ya un color. La indagación del humano por ese mundo físico ha permitido separar el color en dos conceptos: el de pigmentación y el de luz, condición natural y proyección, la imagen que llega a mi retina. Esto ha sido trabajado no solo por físicos, sino además por arquitectos, decoradores, publicistas, modistas y sobre todo por pintores. Estas concepciones son las que han permitido a ciertos titanes de la pintura trabajar en la búsqueda, sea en el pigmento, sea en la luz. Las proyecciones de la luz en los objetos fueron creando la concepción del espacio en la ubicación de los objetos que se querían mostrar; así ciertas técnicas como el sfumato permitían desvanecer imágenes a distancia frente a otras; o como la del claroscuro tan bien trabajada durante el barroco español, la que mostraba no solo dominio del tema cromático y luz, sino que ayudaban a reflejar la época, el momento histórico: el tremendismo de lo que iba pasando en la España del Siglo de Oro, que anunciaba su decadencia. Un todo supraestructural que explica los cambios que la humanidad iba experimentando.

Por otro lado, la investigación del volumen y volúmenes en el espacio es otro largo camino que llega a su clímax en la aventura renacentista de Uccello, Mantegna y los grandes maestros italianos. Lo que ellos hicieron con la línea, los maestros del impresionismo, sobre todo Matisse, lo van a hacer con el color; la sensación de profundidad, los primeros planos. Y luego arribar a la visión de un cubismo sorprendente que acompaña la concepción de la Relatividad a los planos visuales. El arte visual, sobre todo la pintura, ya no será el mismo. El pensamiento ordenado del hombre quiere poner en sitio su mundo y darle una lógica de lectura introspectiva a las cosas, sus momentos y el constructo en general.

Gracias a esta intensa y larga investigación del color, del volumen y el espacio, las otras artes visuales han ido creciendo y ofreciendo sus propios aportes al camino recorrido desde el arte rupestre hasta el conceptualismo. La especial lectura que ha hecho la pintura de su espacio por siglos le ha permitido crear su propio y siempre cambiante lenguaje. Además la fotografía, la ilustración y el cine la han acompañado y los aportes de éstas han sido vitales en el crecimiento mutuo.

Estos filmes tienen por leit motiv a la pintura de manera directa o tangencial. Algunas de ellos escudriñarán el secreto de la creación pictórica, otras se centrarán en la biografía de algunos de ellos; y otros han surgido de un script cuya motivación fue un evento de algún pintor o cuadro conocidos.

EL MISTERIO PICASSO (LE MISTÈRE PICASSO) HENRY CLOUZOT (1955) Este es un documental logrado gracias al tesón de nuestro director, para arrebatarle esos momentos de la creación, momentos imperceptibles (chispazos de divinidad, vaso comunicante como decía Neruda) y que fueron en cierta manera plasmados en fragmentos visuales que no dejan de maravillar incluso al neófito en la materia. Es interesante ver esos momentos en los que un genio trabaja. Acompaña a toda esta danza visual, una exquisita de música de un gran autor contemporáneo francés: Georges Auric.

VOLEVERUNT BIGAS LUNA (1999) Luego de una trilogía fílmica que desencajó a la sociedad española (Jamón, Jamón; Huevos de oro y La Teta y la Luna) la producción de Bigas Luna se vuelve un poco más convencional, si cabe el término. Esta película se inscribe en estos cánones. El film está basado en una novela de Antonio Larreta, la cual trata de reconstruir un periodo de la vida de la Francisco Goya y su relación con la Duquesa de Alba, a la cual retrató vestida y desnuda creando sendas obras maestras, llamadas la Maja desnuda y vestida. La historia se desarrolla en un entorno intrigante en las cortes borbónicas españolas, así como en la fastuosa residencia de la duquesa. Ella es envenenada y se desata una fuerte pesquisa, y vamos descubriendo la densa madeja de la política oscura e implacable del Primer Ministro Manuel Godoy, la reina María Luisa y el rey Carlos IV. Actúan Aitana Sánchez Gijón, Jordi Mollà, el cubano Jorge Perrugorria y Stefania Sandrelli.

REMBRANDT ALEXANDER KORDA (1936) Esta es una notable producción británica de la vida del famoso pintor que pone nombre al film. Interpreta al pintor, Charles Laughton, magistral actor británico, secundado por un grupo de actores y actrices de la vieja escuela inglesa, que se vio diezmada por la Segunda Guerra Mundial. Los fragmentos de la película muestran los momentos relevantes del trabajo del gran pintor, muchas veces incomprendido sobre todo en sus trabajos de retratista, ya que muchas veces sus clientes no estaban a la altura de los desafíos que hacía Rembrandt cuando alguien era captado en su paleta. Queda aún en la memoria el escándalo que muchos celadores hicieron contra uno de sus mayores trabajos: La Ronda Nocturna.

LA JOVEN DE LA PERLA PETER WEBBER (2004) Una buena reconstrucción inglesa de un periodo de la vida del maestro Vermeer y la Holanda del siglo XVII, basado en la novela Tracy Chevalier. Todo sucede en ciudad de Delft, ciudad llena de burgueses comerciantes que trafican todo, incluso el arte; es así que van creando escuelas que acogen grandes maestros y que compiten entre sí; pero su obra muchas veces se ve influida y perturbada por grandes caprichos de los comerciantes, quienes actúan como verdaderos mercenarios imponiendo condiciones o bravatas a los artistas. Por otro lado, pero sin llegar a la altura, hay momentos muy parecidos a la novela El Perfume de Süskind, en cuanto al tratamiento del lenguaje con la materia de trabajo; en uno es el olor y la búsqueda del perfume perfecto; en esta es la búsqueda de la pigmentación perfecta y el trabajo de la luz; pero no llega a la talla de la famosa novela, ya que queda más en una mera reflexión de amores no correspondidos y situaciones de opresión y tiranía. Hay una buena fotografía. Trabajan Scarlett Johansson, Colin Firth y Judy Parlitt (notable).

DIARIO ÍNTIMO PETER GREENAWAY (1996) esta coproducción franco-inglesa es un film bastante raro. ¿Por qué incluirlo en un ciclo como éste? El centro de la película está en la escritura ideográfica, tal como la sinología la suele abordar: una idea sintetizada en un ideograma. Además es un homenaje a un clásico homónimo del siglo X escrito por Sei Shonagon. Una mujer cuyo cuerpo fue empleado como papel para escribir reflexiones, y luego su vida. Hija de un calígrafo japonés, es testigo de los vejámenes a los que se somete su padre ante el editor, con quien mantenía relaciones sexuales. Su primer esposo no podía tolerar que su mujer lea y escriba, demasiado para una sociedad machista como la japonesa. Su huida le cambia toda la vida y decide buscar a amantes calígrafos que usaran su cuerpo para la escritura. En una babel de lenguas (japonés, chino, inglés) va buscando a hombres a los cuales también seduce; mas luego se da cuenta que tenía que escribir su diario y este es escrito a través de bellos ideogramas con diversos colores en diversos cuerpos de jóvenes desnudos, los cuales también son mensajes locuaces del contenido del diario que va escribiendo. Actúan Vivian Wu, Yoshi Oida, Ken Ogata, Hideko Yoshida y Ewan McGregor.

MOULIN ROUGE JOHN HUSTON (1952) Este film es un justo tributo a uno de los más grandes pintores de los impresionistas franceses: TOULOUSE-LAUTREC. Al hacer la reconstrucción de su vida, Huston se centró en este famoso cabaret parisino que acogió a este dolido pintor, quien supo retratar a toda su fauna nocturna, fauna por la que se hizo famoso este lugar a nivel mundial. Sus pinturas, afiches y carboncillos son vivos trabajos que evidencian ese mundo sórdido pero apasionante de millonarios, prostitutas, bailarines, vividores. Notable actuación de José Ferrer como el tullido y atormentado artista, Zsa Zsa Gabor (quien entona una canción que le dio mucha fama) y Suzanne Flon.

jueves, 16 de octubre de 2008

Des Grands Films Français




Desde la aparición del cine en 1895 con las primeras proyecciones de los Hermanos Lumière, Francia ha desarrollado una intensa, rica y creativa producción cinematográfica, ciertas veces alterada gravemente por las dos grandes guerras mundiales (sobre todo la segunda) que sumió en la oscuridad al arte y la intelectualidad gala. Las primeras proyecciones en el Café de Capuchinos en diciembre de 1895 permitieron dar los primeros pasos de esta nueva arte. Gracias a la visión de un gran artista como lo fue George Méliès, el cine ocupó su lugar como la séptima manifestación estética global. La segunda gran globalización a causa de la Revolución Industrial y el desarrollo de la tecnología, la fotografía dio paso a la imagen en movimiento, la que había sido previamente captada por aquella (la fotografía); ya no había sólo que congelarla, sino darle movimiento (de ahí el nombre de cine-movimiento/grafos-figura). Los Lumière vieron a su invento como otro descubrimiento más de la revolución tecnológica que iba a ser el motor del siglo XX. Méliès vio en este la revolución del entretenimiento. Y como todo experimentador, fue viendo todas las posibilidades de esta arte con sus implementos: ver qué se puede hacer con la cámara y con los demás implementos de la creación de las historias: guión, escenografía, vestuario, etc.
La situación privilegiada de Francia como centro de cultural y arte hizo que muchos artistas fueran ahí para dar sus aportes, así vemos a Carl Dreyer y Fritz Lang dirigir en Francia; vemos a artistas rusos, muchos de ellos refugiados de la Revolución Bolchevique afincarse en la pantalla gala: Iván Mosjukin y Nathalie Lissenko. Algunos grandes fotógrafos apoyarán, como el ruso Rudoph Matté, en la producción de los primeros grandes filmes del mudo y del sonoro. Pero las guerras mundiales y las crisis económicas van a mermar la producción cinematográfica. Ante la sombría ocupación nazi, muchos artistas tuvieron que irse hacia los Estados Unidos para poder seguir viviendo; algunos de ellos tuvieron suerte, pero la mayoría tenía problemas con el idioma o con la forma de trabajo del sistema hollywoodense. La culminación de la última guerra mundial significó el retorno al trabajo de grandes directores como Jean Renoir (quien a las justas había culminado con la obra maestra Les règles du jeu-Las reglas del juego- cuando estalló el conflicto en 1939. Tras la caída de Hitler, las reglas del juego iban a ser diferentes para la Europa occidental. El plan Marshall para la reconstrucción de las economías de varios países suponía postergar su independencia y tener una sutil presión en las decisiones políticas de muchos de ellos, pasa en Italia y Alemania, sobre todo. Bajo esa sombra, la producción cinematográfica de muchos de estos países se vio muy afectada y sobre todo relegada de circuitos comerciales de distribución. Hollywood quedó como el omnipotente centro de producción de cine y su estilo inundó el mundo. Pero no todos querían ser sometidos y surgen escuelas como el Neorrealismo. Francia, pese a todo, mantuvo un carácter independiente en todos los campos posibles, incluido el político e intelectual. El surgimiento del Festival de Cannes apunta también a dar un buen contrapeso al poder que tenía Hollywood; la línea estética impuesta por sus estudios se va a ver cuestionada con mucho éxito con la Nouvelle Vague, que ayuda a la sociedad francesa hacia su famosa Revolución del 68. Es por eso que artistas del cine francés se reúnen para hacer su anti- Oscar (El César) y se vuelve una suerte de política de estado, no muy bien visto por el gobierno norteamericano, ya que no participaba “en una leal competencia del libre mercado”. Se ha visto que bajo esa filosofía se puede llegar a desastres tan impensados como la catástrofe provocada por los neoliberales capitalistas (quienes irónicamente han tenido que pedir ayuda a papá “gobierno”). La posición de los artistas dio y da grandes frutos, puesto que Francia no ha dejado de producir grandes filmes, ni ha dejado de aportar diversos avances tanto en la producción, creación o concepción cinematográfica.
Este breve ciclo de filmes entrañables (muchos clásicos ya han sido proyectados en diversos ciclos tanto en la AFT como en la UPN) se hace para cerrar un promisorio año de muestras cinematográficas actuales y pasadas, de filmes no sólo franceses, sino europeos y que aportan, enriquecen el séptimo arte. Este ciclo va todos los viernes en su usual horario de las 7:18 de la noche (salvo indicación expresa) en nuestra Biblioteca.

LA CHUTE DE LA MAISON USHER (LA CAÍDA DE LA CASA USHER) JEAN EPSTEIN 1928 Francia ha sido siempre un lugar de experimentación cinematográfica, tanto en la técnica como en la creación textual para filmes. El surrealismo encontró un campo fértil entre el mundo artístico e intelectual gracias a la diversidad de corrientes que se comienzan a gestar en el hervidero que fue Europa entre guerras. El desarrollo del psicoanálisis permitió ese mundo onírico que se gestó en las artes visuales, sobre todo en la pintura y el cine. Las exigencias oníricas presiona sobre la capacidad creativa de los artistas, y estos navegan en los recursos técnicos. El cine experimenta con la imagen y la creación de escenarios; así como en la fotografía tenemos a MAN RAY, o DALÍ en la pintura; en el cine lo va a ser LUIS BUÑUEL, JEAN COCTEAU y JEAN EPSTEIN. Este film presenta todo ese campo onírico que significó el periodo surrealista. Un clásico.

SOUS LES TOITS DE PARIS (BAJO LOS TECHOS DE PARÍS) RENÉ CLAIR 1930 Los inicios del sonoro fueron motivo de mucha desconfianza de varios directores. Podemos ver varios ejemplos al respecto, como el caso de FRITZ LANG, con su filme M DE MUERTE; en el que el sonido complementa la imagen. Este film presenta las mismas características, el sonido como un complemento visual y no presenta ciertos destaques del mismo. Emplea la música para suplir los diálogos, y así redondear la descripción contextual; pero vemos a un París acústico en la que la canción representa las vivencias de una sociedad con fuertes problemas económicos, que lucha por subsistir.

PEPE LE MOKO (EL DEMONIO DE ARGELIA) JULIEN DUVIVIER 1936 La Argelia ocupada por los franceses es un lugar de garitos y corrupción, por sus calles caminan truhanes y ladrones. Pero hay un cabecilla al que se le debe capturar, ése es PEPE, interpretado por JEAN GABIN; es un héroe atractivo, sórdido, el rey del submundo delincuencial. Es un film noir de rara belleza en una Francia que está a poco de verse sumida en la Segunda Guerra.

DON CAMILO JULIEN DUVIVIER 1952 Este personaje fue inmortalizado por el actor cómico FERNADEL, como un cura de un pequeño pueblo que había sido trasladado a una comunidad descabezada de su cura de parroquia. A través de las situaciones hilarantes, vemos desfilar una serie de personajes que retratan el mundo rural semiurbano: el medio burgués que asume roles políticos, el aristócrata por el cual no ha pasado la revolución francesa, el dirigente comunista con el quien tiene una buena amistad, las beatas, los desconfiados.

HIROSHIMA, MON AMOUR (HIROSHIMA, MI AMOR) ALAIN RESNAIS 1960 De la novela del mismo nombre de la literata Marguerite Duras, esta historia de amor surge entre la novelista y un japonés en el Japón de post guerra. En la pesadilla de la hecatombe atómica, surge el amor para restañar heridas surgidas por la desconfianza de la derrota y el triunfo. En un principio, la obra estaba concebida como un documental y muchos pensaron que la calidad literaria de la obra escrita por Duras iba a ser sacrificada por la idea cinematográfica. El resultado es una obra equilibrada y sincera.

TIREZ SUR LE PIANISTE (DISPAREN AL PIANISTA) FRANÇOIS TRUFFAUT 1960 Una film en el que actúa el gran CHARLES AZNAVOUR como Charlie Koler quien trabaja como pianista en un baile popular. Sus hermanos, Richard y Chico, acuden a pedirle ayuda. La situación creada por esta visita intriga a Plyne, el gerente del bar, que está enamorado de la camarera Lena, la novia de Charlie. Típica obra a la TRUFFAUT, con personajes a los que se les complica la vida por una serie de eventos que se les van de la mano. Filmada con recursos simples, este film se circunscribe en la nouvelle vague.

LE GENOU DE CLAIRE (LA RODILLA DE CLAIRE) ERIC ROHMER 1971 Este film del grupo de CUENTOS MORALES es un profunda y bella reflexión sobre el amor y la fidelidad. Con extensos diálogos, un par de amigos, hombre y mujer, reflexionan sobre lo complicado que es la relación de pareja, las situaciones que exigen el sacrificio y la posibilidad de la infidelidad; vemos los límites a los que uno como ser humano se ve enfrentado y los dilemas de los que uno no se puede eludir.


LE CHARME DISCRET DE LA BOURGEOISIE (EL DISCRETO ENCANTO DE LA BURGUESÍA) LUIS BUÑUEL 1972 Sólo la visión tan aguda e irónica como la de Buñuel podía dar como resultado este desestabilizador film. La crítica social bajo lo zúrrela permite jugar con símbolos y paradigmas para desnudarlos en su desfachatez; una visión demoledora de la burguesía en sus actos y comportamiento, así como su moral y visión de la vida; no es concesivo y nos va ridiculizándolos a través de las acciones de 3 parejas.

NAPOLEON ABEL GANCE 1927 este es un impresionante film de este director, el cual siempre experimentó con las posibilidades técnicas para enriquecer la visualización de las ideas. Para esto utilizó la cámara en movimiento y sobre la proyección en 3 pantallas para que el asistente pueda ver en simultáneo las acciones acaecidas en paralelo. Este film fue muy visionario y bastante atrevido como propuesta. Es una visión muy particular que tuvo nuestro Director de este personaje histórico. Según cuentan algunos biógrafos, esta obra emocionaba mucho al General De Gaulle. Debido a la extensión del film, éste será proyectado en dos días continuados.

sábado, 17 de mayo de 2008

MAYO DEL 68 ¿QUÉ PASÓ?. ARTÍCULO DE ALAN WOOS
















AUTOR: ALAN WOODS

http://www.elmilitante.org/content/view/4697/85/

Este artículo me pareció muy bueno y nos muestra lo que fue ese mayo del 68. Tomando distancia con las posiciones doctrinarias, es un extraordinario documento sobre este acontecimiento que los jóvenes no deben perder de vista y de motivación. (Gerardo Cailloma)

Previsión y estupefacción

Mayo de 1968 fue la mayor huelga general de la historia. Este poderoso movimiento tuvo lugar en el punto culminante del auge económico capitalista de la posguerra. Entonces, como ahora, la burguesía y sus apologistas se felicitaban porque las revoluciones y la lucha de clases eran cosas del pasado. Por eso, cuando llegaron los acontecimientos franceses de 1968, parecían caer como rayos de un cielo azul claro. También pillaron por sorpresa a la izquierda que en su mayoría había descartado a la clase obrera europea como fuerza revolucionaria.
En mayo de 1968, The Economist publicó un suplemento especial sobre Francia para celebrar los diez años de gobierno gaullista. En este suplemento, Norman Macrae elogiaba los éxitos del capitalismo francés, destacaba que los franceses tenían niveles de vida más altos que los británicos, comían más carne, poseían más automóviles y otras cosas por el estilo. Citaba la "gran ventaja nacional" de Francia sobre su vecino del otro lado del Canal: sus sindicatos eran "penosamente débiles". Apenas se había secado la tinta en el artículo de Macrae cuando la clase obrera francesa asombró al mundo con una insurrección social sin parangón en los tiempos modernos.

Los acontecimientos de mayo no fueron previstos por los estrategas del capital, ni en Francia ni en ninguna otra parte. No fueron previstos por los dirigentes estalinistas ni reformistas. Peor aún fue la posición de las damas y caballeros intelectuales que se consideraban marxistas (la mayoría de los cuales habían pasado décadas hablando de la "lucha armada", la insurrección etc.,) no sólo no previeron ningún movimiento de los trabajadores franceses, sino que negaban específicamente cualquier posibilidad de que éste pudiera desarrollarse.

Tomemos a uno de los "teóricos" de los marxistas académicos, André Gorz. Este individuo escribió en un artículo que "en el futuro previsible no habría ninguna crisis del capitalismo europeo tan radical como para llevar a las masas de trabajadores a huelgas generales revolucionarias o insurrecciones armadas en apoyo de sus intereses vitales". (A. Gorz. Reform and Revolution. Publicado en The Socialist Register. 1968. El subrayado es mío). Estas líneas fueron publicadas en mitad de la mayor huelga general revolucionaria de la historia.

Gorz no era el único que descartaba la lucha revolucionaria de la clase obrera. Ese "gran marxista" llamado Ernest Mandel, sólo un mes antes de estos grandes acontecimientos, habló en una reunión en Londres. Durante su intervención, habló sobre todo lo que había bajo el sol pero no dedicó ni una sola palabra a la situación de la clase obrera francesa. Cuando una o dos personas le preguntaron desde la sala por esta contradicción, su respuesta fue que los trabajadores estaban aburguesados y "americanizados", que los trabajadores franceses no protagonizarían ningún acontecimiento de este tipo durante los próximos veinte años.



El contexto

Lo que ninguno de estos caballeros comprendía era que el largo período de auge capitalista que comenzó en 1945 había transformado la correlación de fuerzas de clase y fortalecido enormemente a la clase obrera europea. Después de la experiencia de la Comuna de París la burguesía francesa tenía un miedo mortal al crecimiento del proletariado y trató de evitarlo desarrollando una economía rentista parasitaria muy basada en el capital financiero, en la banca y las colonias. Sin embargo, después de la Segunda Guerra Mundial la industria francesa se desarrolló de una forma importante y provocó un rápido fortalecimiento del proletariado y el declive general del campesinado.

El desarrollo de la industria creó un proletariado mucho más fuerte que en los años treinta y más aún que en la época de la Comuna de París, cuando prácticamente todos los trabajadores estaban en pequeñas empresas. Incluso en 1931, casi dos tercios de todas las empresas industriales de Francia no empleaban trabajadores asalariados y otro tercio de ellas empleaban a menos de 10. Sólo el 0,5% de las empresas industriales empleaban a más de cien trabajadores.

En la crisis revolucionaria de 1936 la mitad de la población francesa ganaba su sustento de la agricultura, mientras que hoy la población rural es inferior al 6% de la población. En 1968 la clase asalariada había crecido no sólo en número, sino también en términos de su potencial para la lucha. En 1968 se pudo ver este cambio fundamental en el papel clave que jugaron fábricas gigantescas como la Renault de Flins, con una plantilla de 10.500 trabajadores, de los cuales 10.000 participaron en los piquetes y con un mínimo de 5.000 trabajadores asistiendo regularmente a las asambleas de huelga.

En 1936, cuando la correlación de fuerzas de clase era infinitamente menos favorable. Trotsky dijo que el PCF y el PSF podrían haber tomado el poder: "Si el partido de León Blum realmente fuera socialista, podría, basándose en la huelga general, haber derrocado a la burguesía en junio, casi sin guerra civil, con los mínimos trastornos y sacrificios. Pero el partido de Blum es un partido burgués, el hermano más joven del podrido radicalismo". (León Trotsky. ¿A dónde va Francia? El subrayado es mío).

La correlación de fuerzas en 1968 era inmensamente más favorable. Era posible la transformación pacífica, si los dirigentes del PCF hubieran actuado como harían los marxistas. Es esencial insistir en este punto. Sólo la traición de los dirigentes reformistas, que se negaron a tomar el poder cuando existían las circunstancias más favorables, impidió a los trabajadores franceses tomar el poder.


El papel de los estudiantes

Los estudiantes siempre son un barómetro sensible de las tensiones que se están acumulando en las profundidades de la sociedad. La oleada de manifestaciones y ocupaciones estudiantiles que precedieron a los acontecimientos de mayo fue como el relámpago que anuncia la tormenta. En los meses previos a mayo ya había fermento entre los estudiantes que se había expresado en una serie de manifestaciones y ocupaciones.

Frente a la oleada ascendente de protestas estudiantiles, el rector de la prestigiosa universidad de la Sorbona decidió cerrarla; era la segunda vez en sus setecientos años de historia. La primera fue en 1940 cuando los nazis ocuparon París. El intento de la policía de desalojar el patio de la Sorbona el 3 de mayo fue la chispa que prendió el barril de pólvora. La violencia estalló en el Barrio Latino, el resultado fueron más de cien heridos y 596 arrestados. Al día siguiente se suspendieron los cursos en la Sorbona. Las principales organizaciones estudiantiles, la UNEF y el Snesup convocaron huelgas indefinidas. El 6 de mayo hubo nuevos enfrentamientos en el Barrio Latino: 422 detenidos, 345 policías y unos 600 estudiantes resultaron heridos. La represión provocó una amplia indignación. Los estudiantes enfurecidos arrancaron adoquines para arrojárselos a la policía y levantaron barricadas siguiendo la buena vieja tradición francesa. Los estudiantes de las universidades de toda Francia salieron en su apoyo.

La noche del 10 de mayo hubo una amplia revuelta en el Barrio Latino. Los manifestantes levantaron barricadas que la policía atacó con gran violencia. Las bandas armadas de la CRS (policía antidisturbios) asaltaron apartamentos privados y golpearon salvajemente a gente corriente, incluso a una mujer embarazada. Pero se encontraron con una resistencia que no esperaban. Los parisinos desde las ventanas bombardearon a la policía con macetas y otros objetos pesados. De los 367 hospitalizados, 251 eran policías. Otras 720 personas resultaron heridas y 468 detenidas. Se quemaron o destrozaron coches. El Ministro de Educación insultó a los manifestantes: "Ni doctrine, ni foi, ni loi" (Ni doctrina, ni fe, ni ley).

Durante la primera semana, los dirigentes del PCF habían menospreciado a los estudiantes y los dirigentes sindicales habían intentado ignorarles. L'Humanité publicó un artículo del que sería futuro líder del PCF, George Marchais, con el título: "Hay que desenmascarar a los falsos revolucionarios". Pero frente a la indignación general de la población y la presión de la base, la burocracia sindical tuvo que entrar en acción. El 11 de mayo los principales sindicatos, CGT, CFDT y FEN, convocaron una huelga general para el 13 de mayo. Unas 200.000 personas se manifestaron gritando consignas como: "¡De Gaulle, asesino!"

George Pompidou, entonces primer ministro, regresó rápidamente a París y anunció la reapertura de la Sorbona ese mismo día. Pretendía ser un gesto de compromiso para evitar una explosión social. Pero era demasiado poco y muy tarde. Las masas lo vieron como un signo de debilidad y siguieron adelante.


La huelga general

El fermento entre los estudiantes sólo era la manifestación más evidente del descontento de la sociedad francesa. A pesar del auge económico, los empresarios franceses habían aplicado una presión despiadada sobre los trabajadores. Debajo de la superficie de aparente calma existía una enorme acumulación de descontento, rencor y frustración. Ya en enero hubo intercambios violentos durante una manifestación de huelguistas en Caen.

La huelga general del 13 de mayo marcó un punto de inflexión cualitativo. Cientos de miles de estudiantes y trabajadores se lanzaron a las calles de París. Una idea de la situación es la siguiente descripción de la poderosa manifestación de un millón de personas que tomó las calles de París el 13 de mayo:

"Pasaban constantemente hileras. Había secciones enteras de personal hospitalario con batas blancas, algunos llevaban carteles en los que se podía leer: 'Où sont les disparus des hôpitaux?' (¿Dónde están los heridos desaparecidos?). Cada fábrica, cada centro de trabajo importante parecía estar representado. Había numerosos grupos de ferroviarios, carteros, impresores, personal del Metro, trabajadores del aeropuerto, comercio, electricistas, abogados, alcantarillado, banca, construcción, del vidrio y el sector químico, camareros, empleados municipales, pintores y decoradores, trabajadores del gas, dependientas, oficinistas de aseguradoras, barrenderos, operadores de cine, trabajadores de autobús, profesores, trabajadores de las nuevas industrias del plástico, todos ellos en filas, la sangre de la sociedad capitalista moderna, una masa interminable, una fuerza que podía arrastrar todo lo que se encontrara a su paso, si se decidía a hacerlo". (Citado en Revolutionary Rehearsals. p. 12).

Los dirigentes de los sindicatos esperaban que esta manifestación bastaría para detener el movimiento, no tenían intención de continuar y extender la huelga general. Para ellos la manifestación sólo era una forma de soltar vapor. Pero una vez comenzó, el movimiento pronto adquirió vida propia. La convocatoria de huelga general fue como una roca pesada lanzada sobre un lago tranquilo. Las ondas se extendieron a cada rincón de Francia. Aunque sólo había aproximadamente tres millones y medio de trabajadores organizados en sindicatos, en la huelga participaron diez millones y comenzó una oleada de ocupaciones de fábrica en toda Francia.

El 14 de mayo, un día después de la manifestación de masas en París, los trabajadores ocuparon Sud-Aviation en Nantes y la fábrica de Renault en Cléon, seguidos por los trabajadores de Renault en Flins, Le Mans y Boulogne-Billancourt. Comenzaron huelgas en otras fábricas por toda Francia, además de RATP y SNCF. No se distribuían los periódicos. El 18 de mayo, los mineros del carbón dejaron de trabajar y el transporte público se paralizó en París y en otras ciudades importantes. Los ferrocarriles nacionales fueron los siguientes, seguidos por el transporte aéreo, los astilleros, los trabajadores del gas y la electricidad (que decidieron mantener el suministro doméstico), los servicios postales y los ferris que cruzan el Canal de la Mancha.

Los trabajadores tomaron el control de los suministros petroleros en Nantes, negaron la entrada a todos los camiones cisterna que no llevaban autorización del comité de huelga. Se colocó un piquete en el único surtidor de gasolina que funcionaba en la ciudad, así se garantizaba que el único combustible suministrado era para los médicos. Se establecieron contactos con las organizaciones campesinas en las zonas circundantes, se organizaron los suministros de comida, los precios eran fijados por los trabajadores y los campesinos. Para evitar la especulación, las tiendas tenían que mostrar una pegatina en el escaparate con las palabras: "Esta tienda está autorizada a abrir. Sus precios están bajo la permanente supervisión de los sindicatos". La pegatina iba firmada por la CGT, la CFDT y FO. Un litro de leche se vendía a 50 céntimos comparado con su precio normal de 80 céntimos. El kilo de patatas pasó de 70 a 12 céntimos. Uno de zanahorias de 80 a 50 y así sucesivamente.

Los estudiantes, los profesores, los profesionales, campesinos, científicos, futbolistas, incluso las bailarinas del Follies Bergères salieron a la lucha. En París los estudiantes ocuparon la Sorbona. El teatro de l'Odéon fue ocupado por 2.500 estudiantes y los estudiantes de secundaria ocuparon los institutos:

"La fiebre de la ocupación afectó a la intelectualidad. Los médicos radicales ocuparon los locales de la Asociación Médica, los arquitectos radicales proclamaron la disolución de su asociación, los actores cerraron todos los teatros de la capital, los escritores encabezados por Michel Butor ocuparon la Societe de Gens de Lettres en el Hotel de Massa. Incluso los ejecutivos de las empresas participaron ocupando durante un tiempo el edificio del Conseil National du Patronat Francais, después se trasladaron a la Confederation Generale des Cadres". (David Caute. Sixty-Eight, the Year of the Barricades. P. 203).

Como las escuelas estaban cerradas, los profesores y los estudiantes organizaron guarderías, ludotecas, comidas gratuitas y actividades para los hijos de los huelguistas. Se crearon comités de mujeres de huelguistas que jugaron un papel destacado en la organización de los suministros alimenticios. No sólo los estudiantes, sino también los abogados profesionales estaban infectados por el microbio de la revolución. Los astrónomos ocuparon un observatorio. Hubo una huelga en el centro de investigación nuclear de Saclay, donde la mayoría de los 10.000 empleados eran investigadores, técnicos, ingenieros y científicos. Incluso la iglesia se vio afectada. En el Barrio Latino, jóvenes católicos ocuparon la iglesia y exigían un debate en lugar de misa.

El poder en las calles
Los disturbios en París continuaron, los trabajadores y estudiantes desafiaban el gas lacrimógeno y las cargas policiales. En una sola noche hubo 795 detenidos y 456 heridos. Los manifestantes intentaron incendiar la Bolsa de París considerada un símbolo odiado del capitalismo. Un comisario de policía fue asesinado en Lyon por un camión.

Una vez metidos en la lucha, los trabajadores comenzaron a tomar iniciativas que iban más allá de los límites de una huelga normal. Un elemento clave en la ecuación fueron los medios de comunicación de masas. Formalmente, eran armas poderosas en manos del Estado. Pero también dependían de los trabajadores que manejaban las emisoras de radio y televisión. El 25 de mayo, la radiotelevisión estatal, la ORTF, se puso en huelga. Suprimieron las noticias de las ocho de la tarde. Los impresores y los periodistas impusieron una especie de control obrero sobre la prensa. Los periódicos burgueses tenían que someter sus editoriales al escrutinio y debían publicar las declaraciones de los comités obreros.

La Asamblea Nacional discutió la crisis universitaria y las batallas del Barrio Latino. Pero los debates en los salones de la asamblea ya eran irrelevantes. El poder se había escapado de las manos de los legisladores y ahora estaba en las calles. El 24 de mayo, el presidente De Gaulle anunció un referéndum en la radio y la televisión. El plan de De Gaulle de celebrar un referéndum fue frustrado por la acción de los trabajadores. El general fue incapaz incluso de conseguir imprimir las papeletas del referéndum debido a la huelga de los trabajadores de imprenta franceses y la negativa de sus colegas belgas a actuar como esquiroles. Este no fue el único ejemplo de solidaridad internacional. Los conductores de tren alemanes y belgas detenían sus trenes en la frontera francesa para no romper la huelga.

Las fuerzas de la reacción, hasta ese momento aturdidas y obligadas a estar a la defensiva, comenzaron a organizarse. Se crearon los Comités de Defensa de la República, CDR, como un intento de movilizar a la clase media contra los trabajadores y estudiantes. La correlación de fuerzas de clase no es una cuestión puramente numérica del tamaño de la clase obrera respecto al campesinado y la clase media en general. Una vez el proletariado entra en la lucha decisiva y demuestra ser una fuerza poderosa en la sociedad, atrae rápidamente a la masa explotada de campesinos y pequeños comerciantes que son víctimas de los bancos y los monopolios. Este hecho era evidente en 1968, cuando los campesinos levantaron bloqueos de carreteras alrededor de Nantes y distribuían comida gratis a los huelguistas.

El mito del "Estado fuerte"

El movimiento pilló totalmente desprevenidos a la clase dominante y al gobierno. Estaban aterrorizados ante el movimiento de los estudiantes, Pompidou admitía en sus memorias: "Algunos... han pensado que al reabrir la Sorbona y liberar a los estudiantes yo había demostrado debilidad y había puesto en marcha de nuevo la agitación. Yo respondería simplemente lo siguiente: supongamos que, el lunes 13 de mayo la Sorbona hubiera seguido cerrada bajo protección policial. ¿Quién se puede imaginar que la multitud, avanzando hacia Denfert-Rocearau no habría conseguido entrar llevándose todo por delante como un río en una inundación? Prefería dar la Sorbona a los estudiantes que verla tomada por la fuerza". (G. Pompidou. Por Rétablir une Verité. pp. 184-185).

En otra parte añade: "La crisis era infinitamente más seria y más profunda; el régimen se mantendría o sería derrocado, pero no podía ser salvado con una simple remodelación ministerial. No era mi posición la que se ponía en duda. Era el general De Gaulle, la Quinta República y, hasta cierto punto, el propio poder republicano". (Ibíd., p. 197. El subrayado es mío).

¿A qué se refería Pompidou cuando hablaba de que "el propio poder republicano" estaba en peligro? Lo que quería decir es que el Estado burgués estaba en peligro de ser derrocado. Y en esta idea, tenía bastante razón. Más adelante Pompidou intentó difuminar la crisis reabriendo la Sorbona, pero el movimiento simplemente fue a más, con una manifestación de 250.000 personas. Aterrorizado de que los estudiantes pudieran unirse a los obreros y tomar el Elysée, el palacio presidencial fue evacuado.

De Gaulle, inicialmente, depositó su confianza en los dirigentes estalinistas para salvar la situación. A su Ayudante de Campo Naval, François Flohic, le dijo: "No te preocupes, Flohic, los comunistas les mantendrán bajo control". (Phillippe Alexandre. L'Elysée en péril. P. 299). ¿Qué es lo que demuestran estas palabras? Ni más ni menos que el sistema capitalista no podría existir sin el apoyo de los dirigentes obreros reformistas (y estalinistas). Este apoyo les es mucho más valioso que cualquier cantidad de tanques y policías. De Gaulle, como burgués inteligente, lo entendía perfectamente. En un intento de demostrar su suprema indiferencia hacia los acontecimientos en Francia, el presidente De Gaulle hizo una visita de estado a Rumania, donde fue recibido con los brazos abiertos por el "comunista" Ceausescu. Sin embargo, la confianza del general no duraría demasiado.

La esencia de una revolución es que las masas empiezan a participar activamente en los acontecimientos, comienzan a tomar los asuntos en sus propias manos. De regreso a Francia, los dirigentes "comunistas" estaban perdiendo el control. A bandera roja ondeaba en las fábricas, escuelas, universidades, bolsas de trabajo, incluso en los observatorios astronómicos. El gobierno era impotente, estaba suspendido en el aire debido a la insurrección. El "Estado fuerte" gaullista estaba paralizado. El poder realmente estaba en las manos de la clase obrera.

Los informes del rápido deterioro de la situación en París conmocionaron a De Gaulle. Frente a la creciente marea de rebelión el presidente tuvo que abandonar su pose de indiferencia, interrumpir su viaje a Rumanía y regresar rápidamente a Francia. En el palacio del Elysée, el presidente De Gaulle pronunció las inmortales palabras: La réforme, oui; la chienlit, non (¡La reforma sí, los mocosos, no!). La palabra chienlit es difícil de traducir pero significa un niño que todavía no ha aprendido a utilizar un orinal.

Al utilizar este lenguaje, De Gaulle expresaba su desprecio por los "chicos" en las calles. Pero el movimiento había ya ido más allá de la etapa de manifestaciones estudiantiles. Era como una enorme bola de nieve rodando hacia abajo por una montaña escarpada, ganando fuerza e impulso a cada momento. Capas sociales de lo más inesperadas se vieron arrastradas por el torbellino de lucha revolucionaria. Los profesionales del cine ocuparon el Festival de Cine de Cannes. Importantes directores de cine franceses retiraron sus películas de la competición y el jurado dimitió, obligando al cierre del festival.

El 20 de mayo se calcula que 10 millones estaban en huelga, el país se encontraba prácticamente paralizado. El 22 de mayo fracasó una moción de censura presentada por los partidos de la oposición, les faltaron 11 votos para conseguir la mayoría en la Asamblea Nacional. El gobierno estaba en una situación inestable y De Gaulle sumido en la desesperación. Fue precisamente en este momento cuando los dirigentes de las confederaciones sindicales lanzaron una cuerda de salvamento a De Gaulle haciendo una declaración en la que mostraban su disposición a negociar con la asociación de empresarios y el gobierno.

La Asamblea Nacional aprobó una amnistía para los manifestantes. ¡Naturalmente! Después de no conseguir aplastar el movimiento mediante la represión, las autoridades recurrieron a las concesiones para intentar enfriar la situación y ganar tiempo. De esta manera, tanto el gobierno como los dirigentes sindicales colaboraron para desviar el movimiento revolucionario y encauzarlo hacia canales seguros. Mientras ofrecían concesiones a los dirigentes estudiantiles y sindicales, el Estado continuaba con la represión selectiva dirigida contra los que consideraba elementos subversivos. Daniel Cohn-Bendit, al estudiante anarquista le retiraron su permiso de residencia. Fue un movimiento estúpido porque la influencia real de Cohn-Bendit en el movimiento era mínima. Pero la acción del gobierno consiguió provocar una manifestación de masas en París para protestar por esta medida.

De Gaulle desmoralizado
El biógrafo de De Gaulle, Charles Williams, describe de manera gráfica su estado de ánimo en la víspera de su discurso a la nación del 24 de mayo:

"No hay duda de que después de la excitación de Rumania, el general estaba profundamente conmocionado por lo que se encontró a su regreso a Francia. Durante los siguientes tres días, a un visitante que no lo había visto durante algún tiempo, le pareció viejo e indeciso, su andar encorvado más acentuado. Parecía como si todo eso estuviese siendo demasiado para él.

"El discurso del 24 de mayo, cuando se produjo, fue un fracaso total. El general parecía y sonaba insincero, asustado. Es cierto, él anunció un referéndum sobre la 'participación', pero no estaba claro cuál iba a ser el contenido concreto de la pregunta y, a aquellos que le escucharon, les sonó sospechosamente como un truco. Dijo que era el deber del Estado asegurar el orden público, pero a su voz le faltaba su vieja resonancia y sus frases, aunque todavía utilizaban el viejo lenguaje solemne, de alguna manera, ya no llevaban la misma convicción. Se presentó como un hombre viejo, cansado y herido. Sabía que había perdido. 'He fallado el objetivo', dijo esa noche. Lo mejor que Pompidou le pudo decir fue: 'Podía haber sido peor'.

"Pero el estado de ánimo de De Gaulle en la mañana del 25 de mayo había empeorado. Estaba, en palabras de uno de sus ministros, 'postrado, encorvado y envejecido'. Repetía una y otra vez, 'esto es un lío'. Otro ministro le encontró como un hombre viejo que no 'tenía sentido por el futuro'. El general envió a buscar a su hijo Phillippe, que encontró a su padre 'cansado' y se dio cuenta de que casi no había dormido. Phillippe sugirió que su podría irse al puerto atlántico de Brest, sombras de 1940, pero le dijeron que no se rendiría.

"Desde el 25 al 28 de mayo, De Gaulle se mantuvo en un estado de profundo pesimismo. Las negociaciones de Pompidou con los sindicatos habían sido una farsa. Simplemente les había dado todo lo que pedían: enormes aumentos salariales y beneficios sociales, y un aumento del salario mínimo del 35%. El único obstáculo era que, incluso después de haber firmado, la CGT insistió en que tenían que ser ratificados por sus militantes. George Séguy, el dirigente de la CGT, se fue rápidamente hacia el barrio parisino de Billancourt, donde 12.000 trabajadores de la Renault estaban en huelga. Cuando se les planteó el acuerdo, humillaron a Séguy rechazándolo de plano. Los llamados acuerdos de Grenelle fueron abortados.

"El Consejo de Ministros se reunió a las 3 de la tarde del 27 de mayo, poco después de que los trabajadores de Renault rechazaran los acuerdos de Grenelle. El general lo presidía, pero se notó que su corazón y su mente estaban en otra parte. Miraba a sus ministros sin verles, sus manos listas en la mesa frente a él, sus hombros hundidos, aparentemente 'totalmente indiferente' a lo que pasaba a su alrededor. Hubo una discusión sobre el referéndum, el general aparentemente sólo escuchó trozos de ella". (C. Williams. The Last Great Frenchman. A life of General De Gaulle. Pp. 463-4-5. El subrayado es mío).

Estos extractos de una biografía favorable a De Gaulle, pinta una imagen intensa de la total desorientación, pánico y desmoralización en la que estaba inmerso. Según el embajador norteamericano, De Gaulle le dijo: "el juego se ha acabado. En unos pocos días los comunistas estarán en el poder".

¿Intervención militar?
La situación había alcanzando un punto donde ya no se podía resolver por métodos parlamentarios normales. ¿Qué se podía hacer? La intervención militar fue una de las opciones barajadas por De Gaulle desde el mismo comienzo de la huelga general. En las primeras etapas de la huelga, se hicieron planes para detener y encarcelar a más de 20.000 activistas de izquierda en el estadio de invierno, donde habría sufrido un destino similar al de sus homólogos chilenos cinco años después.

Pero la operación nunca se puso en práctica. Estos planes del gobierno francés son similares a los planes de todas las clases dominantes en la historia cuando se enfrentan a la revolución. El gobierno del zar Nicolás ("el sangriento" como le llamaban) no estaba falto de estos planes militares de contingencia antes de febrero de 1917. Pero otra cosa bien distinta era llevar estos planes a la práctica, como descubrió Nicolás a su propia costa. Lo que es decisivo en una revolución no son los planes del régimen, sino la correlación real de fuerzas en la sociedad. De Gaulle era un burgués bastante astuto, plenamente consciente de la situación real (aunque, como veremos, al principio la subestimó y como resultado cometió un error muy serio. Como todos los demás, tampoco esperaba que los trabajadores franceses se movieran).

De Gaulle estaba al borde de un abismo. Aterrorizado por el inmenso alcance del movimiento, el general era completamente pesimista. Estaba convencido de que los dirigentes comunistas llegarían al poder. Innumerables testigos confirman que De Gaulle estaba totalmente postrado y desmoralizado, que al menos en dos ocasiones contempló la idea de huir del país. Su propio hijo le pidió que escapara a través de Brest, otras fuentes dicen que consideró la posibilidad de quedarse en Alemania Occidental, donde tenía que ir a visitar al general Masseu. De Gaulle era un político inteligente y calculador que nunca actuaba por impulsos y, raramente, perdía los nervios. Si le dijo al embajador norteamericano: "el juego se ha acabado. En unos pocos días los comunistas estarán en el poder", es porque lo creía. Y no sólo él, sino también la mayoría de la clase dominante.

Sobre el papel, De Gaulle tenía a su disposición una maquinaria formidable de represión. Había unos 144.000 policías (armados) de distintas categorías, incluidos 13.500 de la tristemente famosa policía antidisturbios CRS, y unos 261.000 soldados estacionados en Francia o en Alemania Occidental. Si se aborda la cuestión desde un punto de vista puramente cuantitativo, entonces habría que descartar no sólo la posibilidad de una transformación pacífica, sino también de la revolución en general, y no sólo en Francia en 1968. Desde este punto de vista, ninguna revolución habría triunfado jamás en toda la historia. Pero la cuestión no se puede plantear de esta manera.

En toda revolución se levantan voces que intentan asustar a la clase oprimida con el espectro de la violencia, el derramamiento de sangre y la "inevitabilidad de la guerra civil". Kámenev y Zinoviev hablaban exactamente de la misma forma en vísperas de la insurrección de Octubre. Heinz Dieterich y los reformistas en Venezuela hoy utilizan la misma línea de argumentación para intentar poner freno a la revolución venezolana.

"Los adversarios de la insurrección, incluso en las mismas filas del Partido Bolchevique, encontraban sin embargo bastantes motivos para sus deducciones pesimistas. Zinoviev y Kámenev advertían que no había que subestimar las fuerzas del adversario. 'Petrogrado decide, pero en Petrogrado los enemigos disponen de fuerzas importantes: cinco mil junkers perfectamente armados y que saben batirse; un Estado Mayo, batallones de choque, cosacos y una parte importante de la guarnición, más una considerable artillería dispuesta en abanico alrededor de Petrogrado. Además, es casi seguro que los adversario intentarán traer tropas del frente con la ayuda del Comité Ejecutivo central...'".

Trotsky respondió a las objeciones de Kámenev y Zinoviev de la siguiente forma: "La lista suena imponente, pero sólo es una lista. Si un ejército, en conjunto, es un reflejo de la sociedad, entonces cuando la sociedad abiertamente se divide, ambos ejércitos son copias de los dos bandos en combate. El ejército de los poseedores llevaban dentro el gusano del aislamiento y la disgregación". (León Trotsky. Historia de la Revolución Rusa. P. 1042).

Presa del pánico De Gaulle de repente desapareció, viajó a Alemania donde mantuvo una reunión secreta con el general Massu, el hombre a cargo de las tropas francesas estacionadas en Baden-Wurttemberg. El contenido preciso de estas conversaciones nunca se conoció, pero no hace falta demasiada imaginación para hacerse una idea de lo que le preguntó: "¿Podemos basarnos en el ejército?" La respuesta no se encuentra recogida en ninguna de las fuentes escritas por razones obvias. Sin embargo, The Times envió a su corresponsal a Alemania para entrevistar a los soldados franceses, la gran mayoría eran hijos de la clase obrera que cumplían el servicio militar obligatorio. Uno de los entrevistados por The Times respondió a la pregunta de si abriría fuego contra los trabajadores: "¡Nunca! Pienso que sus métodos [de los trabajadores] pueden ser algo duros, pero yo soy el hijo de un trabajador".

En su editorial The Times hacía la siguiente pregunta: "¿Puede De Gaulle utilizar el ejército?" y respondía a su propia pregunta diciendo que quizás pudiese utilizarlo una vez. En otras palabras, un solo enfrentamiento sangriento bastaría para romper en pedazos el ejército. Esa era la valoración de los estrategas más duros del capital internacional en aquella época. No hay ninguna razón para dudar de su palabra en esta ocasión.

Crisis del Estado

El 13 de mayo una organización sindical de la policía que representaba al 80 por ciento del personal sacó una declaración en la que "... considera la declaración del primer ministro como un reconocimiento de que los estudiantes tenían razón, y como una renuncia total a las acciones de la fuerza policial que el gobierno mismo ha ordenado. En estas circunstancias es sorprendente que no se buscara un diálogo efectivo con los estudiantes antes de que se produjesen estos lamentables acontecimientos". (Le Monde. 15/5/1968).

Si esta era la postura de la policía, el efecto de la revolución sobre la base del ejército sería aún mayor. Como así era, a pesar de la falta de información, existían informes sobre del fermento entre las fuerzas armadas e incluso de un motín en la armada. El portaaviones Clemenceau debía ir al Pacífico para una prueba nuclear, de repente dio la vuelta y regresó sin explicación a Toulon. Llegaron noticias de un motín a bordo y dijeron que habían "perdido en el mar" a varios marineros. (Le Canard Enchiné. 19/6/68, se publicó un informe completo en Action el 14 de junio, pero fue confiscado por las autoridades).

Según dice un famoso aforismo de Mao: "el poder emana de la punta del fusil". Pero los fusiles son empuñados por soldados que no viven en el vacío, sino que están influenciados por el estado de ánimo de las masas. En cualquier sociedad, la policía es más atrasada que el ejército. Sin embargo, en Francia, la policía, por citar una editorial de The Times (31/5/1968) "hierve de descontento".

"Hierve de descontento por el trato que les da el gobierno" dice el artículo, "y el departamento encargado de la información sobre la actividad estudiantil ha estado deliberadamente privando al gobierno de información sobre los dirigentes estudiantiles, en apoyo de sus reivindicaciones salariales.

"... Tampoco la policía ha estado muy impresionada con el comportamiento del gobierno desde que empezaron los disturbios. 'Están aterrorizado de perder nuestro apoyo' dijo un hombre.

"Tal descontento es una de las razones de la aparente inactividad de la policía en París en estos últimos días. La semana pasada, hombres en diferentes comisarías locales se negaron a salir de los cruces y plazas de la capital". (The Times. 31/5/1968. El subrayado es mío).

Un panfleto publicado por miembros del RIMECA (regimiento de infantería mecanizada) estacionado en Mutzig, cerca de Estrasburgo, indica que secciones del ejército ya estaban siendo afectadas por el ambiente de las masas. Incluía la siguiente sección:

"Como todos los soldados de la leva, estamos confinados a los cuarteles. Se nos está preparando para intervenir como fuerzas represivas. Los obreros y los jóvenes tienen que saber que los soldados del contingente NUNCA DISPARARÁN CONTRA LOS TRABAJADORES. Los Comités de Acción nos oponemos a toda costa a que los soldados rodeen las fábricas.

"Mañana o pasado se espera que rodeemos una fábrica de armamentos cuyos trescientos trabajadores quieren ocupar. CONFRATERNIZAREMOS.

"Soldados del contingente ¡formad vuestros comités!". (Citado en Revolutionary Reherasals. p. 26)

La publicación de este panfleto claramente fue un ejemplo excepcional de los elementos más revolucionarios entre los conscriptos. Pero, en medio de una revolución de proporciones tan masivas, ¿es posible dudar de que la base del ejército rápidamente se "contagiaría" del bacilo de la rebelión? Los estrategas del capital internacional no lo dudaban. Ni tampoco sus homólogos franceses.

¿Quién salvó a De Gaulle?
No fue en absoluto el ejército o la policía (que estaban tan desmoralizados que incluso la rama reaccionaria de la inteligencia, como hemos visto, se negaban a colaborar con el gobierno contra los estudiantes) los que salvaron la situación para el capitalismo francés, sino que fue el comportamiento de los dirigentes sindicales y estalinistas. Esta conclusión no sólo es nuestra, sino que encuentra apoyo en la Enciclopedia Británica:

"De Gaulle parecía incapaz de controlar la crisis o comprender su naturaleza. Sin embargo, los dirigentes comunistas y sindicales le proporcionaron un respiro, se opusieron a ningún levantamiento más allá, evidentemente temían la pérdida de sus seguidores ante sus rivales más extremistas y anarquistas".

Arrinconado, Georges Pompidou aceptó negociar con todos. Cuando la clase dominante está amenazada con perderlo todo, entonces no le importa desviarse de sus planes originales y está dispuesta a hacer grandes concesiones. Para sacar a los trabajadores de las fábricas ocupadas y disolver su poder no dudaron en ofrecer a los dirigentes sindicales cosas que superaban lo que estos últimos pedían originalmente, subida del salario mínimo, reducción de la jornada laboral y de la edad de jubilación, restauración del derecho a organización, etc., En un intento de aplacar a los estudiantes, Pompidou aceptó la dimisión del Ministro de Educación.

Tanto el gobierno como los dirigentes sindicales estaban alarmados por el alcance del movimiento y decididos a detenerlo. El 27 de mayo se llegó a un acuerdo entre los sindicatos, las asociaciones de empresarios y el gobierno. Pero los dirigentes sindicales tenían la dura tarea de presentar el acuerdo ante los trabajadores. A pesar de las grandes concesiones, los trabajadores de Renault y otras grandes empresas se negaron a regresar al trabajo. Recuerdo que estaba en París en un bar con otras personas mirando las asambleas de masas por televisión dentro de la gigantesca planta de Renault, donde se congregaba un gran número de trabajadores, algunos de ellos sentados en las grúas y caballetes para escuchar a George Ségui, el secretario general de la CGT, leer una lista de lo que ofrecían los empresarios: grandes aumentos salariales, pensiones, reducción de horas y así sucesivamente. Pero en medio de su discurso le interrumpieron los trabajadores cantando: "¡Gouvernement populaire! ¡Gouvernement populaire!" Recuerdo que no pudo terminar su intervención.

En ese momento los trabajadores ya eran conscientes su propia fuerza, que tenían el poder a su alcance y no estaban dispuestos a renunciar a él. A las 17 horas, 30.000 estudiantes y trabajadores marcharon desde Boelins al estadio Cherléty, donde celebraban una reunión a la que asistía Pierre Mendés-France. Ese mismo día la CGT había convocado, previamente a este acuerdo, una manifestación que consiguió a medio millón de trabajadores y estudiantes en las calles de París. Una vez más, el objetivo de los dirigentes sindicales y del Partido Comunista era proporcionar una válvula de escape al movimiento, controlar lo que se deslizaba de sus manos.

La iniciativa pasa a la reacciónEl 30 de mayo en la radio, el presidente De Gaulle anunció la disolución de la Asamblea Nacional y dijo que las elecciones se celebrarían dentro del calendario habitual. George Pompidou seguiría como primer ministro. También insinuó que utilizaría la fuerza para mantener el orden si era necesario. Era un mensaje dirigido a los dirigentes sindicales y del Partido Comunista. Les ofrecía la perspectiva tentadora de elecciones y una futura oficina ministerial bajo el régimen burgués, y al mismo tiempo era una advertencia de que la burguesía no entregaría el poder sin luchar.

Se remodeló el gabinete y se convocaron elecciones para el 23 y 30 de junio. Al mismo tiempo, De Gaulle intentó movilizar sus fuerzas fuera del parlamento. Unas decenas de miles de seguidores del gobierno se manifestaron desde la Concordia hasta el Étoile. Se celebraron manifestaciones similares de apoyo al gobierno en toda Francia. Pero una mirada a las fotografías en los periódicos revelaba inmediatamente la verdadera naturaleza de estas manifestaciones: alcaldes jubilados engalanados con fajas tricolores, ciudadanos de clase media barrigones, pensionistas y otros restos destartalados y deshechos de la sociedad.

Sólo hace falta comparar estas fotografías con la masiva manifestación proletaria unos días antes y basta para descubrir la verdadera correlación de fuerzas. Todo lo que vivo, fuerte y vibrante de la sociedad francesa se reunía bajo la bandera de la revolución, mientras que todo lo marchito, viejo y decadente estaba al otro lado de las barricadas. Un buen empujón bastaría para derribarlo todo. Lo que hacía falta era el golpe de gracia final. Pero nunca llegó.

La clase obrera no se puede mantener en una situación permanente de agitación. No se puede apagar o encender como si fuera una tapa que se abre y se cierra. Cuando la clase se moviliza para cambiar la sociedad debe llegar hasta el final o fracasa. Ocurre lo mismo que en una huelga. Al principio los trabajadores están entusiasmados y dispuestos a participar en las asambleas de masas. Están dispuestos a luchar y hacer sacrificios. Pero si la huelga no tiene un final a la vista, el ambiente cambia. Empezando por los elementos más débiles, el cansancio finalmente llega. La asistencia a las asambleas de masas cae y los trabajadores regresan al trabajo.

Los dirigentes sindicales hicieron un buen uso de las concesiones arrojadas apresuradamente por los capitalistas, como un hombre desesperado lanza un salvavidas desde un barco que se hunde. El salario mínimo se subió a tres francos la hora, aumentaron los salarios y se hicieron otras mejoras. En ausencia de otra perspectiva, muchos trabajadores aceptaron el acuerdo que los dirigentes sindicales presentaban como una victoria. El martes, después de un fin de semana de vacaciones a principios de junio, la mayoría de los huelguistas poco a poco abandonaron y los trabajadores regresaron a sus trabajos.


1968 fue una revolución

¿Qué es una revolución? Trotsky explica que una revolución es una situación donde la masa de hombres y mujeres normalmente apática comienza a participar de manera activa en la vida de la sociedad, cuando adquiere consciencia de su fuerza y se mueve para tomar en sus manos su destino. Eso es una revolución. Y es lo que ocurrió a una escala colosal en Francia en 1968.

Los trabajadores franceses estiraron los músculos, fueron conscientes del enorme poder que tenían en sus manos. Aquí vimos el poder inmenso de la clase obrera en la sociedad moderna: no se enciende ni una bombilla, no se mueve ninguna rueda y no suena ningún teléfono sin el permiso de los trabajadores. Mayo de 1968 fue la respuesta final a todos los cobardes y escépticos que dudan de la capacidad del proletariado para cambiar la sociedad.

La correlación de fuerzas de clase se expresó aquí, no como un simple potencial o una estadística abstracta, sino como un poder real en las calles y en las fábricas. En realidad, el poder estaba en manos de los trabajadores, pero no lo sabían. Como cualquier otro ejército, la clase obrera necesita una dirección. Y eso es lo que estaba ausente en mayo de 1968. Aquellos que deberían haber proporcionado la dirección, los dirigentes de las organizaciones de masas de la clase, los sindicatos y el Partido Comunista, no tenían la perspectiva de tomar el poder. Su única preocupación era terminar la huelga lo más rápidamente posible, devolver el poder a la burguesía y regresar a la "normalidad".

Una huelga general es diferente de una huelga normal porque plantea la cuestión del poder. Lo que está en juego no es uno u otro aumento salarial sino ¿quién es el dueño de la casa? En el transcurso de la lucha la conciencia de los trabajadores aumentó a una velocidad de vértigo. Empezaron a comprender que no era una huelga normal por reivindicaciones económicas sino algo más grande. Fueron conscientes del poder en sus manos y veían la debilidad de los que se suponía representaban todo el poder del Estado. Todo lo que hacía falta era que en cada centro de trabajo se eligieran delegados y se vincularan comités de huelga en cada ciudad y región, culminando con la formación de un comité nacional, que podría haber tomado el poder en sus manos, arrojando al viejo poder estatal al cubo de basura de la historia.

Pero nada de esto se hizo y el enorme potencial revolucionario del movimiento se evaporó, como el vapor se disipa inofensivamente en el aire a menos que se concentre en una caja de pistones. Al final, los trabajadores regresaron al trabajo y la clase dominante concentró de nuevo el poder en sus manos. Cuando el movimiento comenzó a menguar, el Estado inició su venganza. Hubo incidentes violentos, sobre todo el 11 de junio cuando hubo 400 heridos, 1.500 detenidos y un manifestante murió de un disparo en Montbéliard. Al día siguiente, se prohibieron las manifestaciones en Francia, poco después, los estudiantes fueron desalojados del Odéon y, dos días más tarde, de la Sorbona.

Entonces comenzó la criminalización. En la cadena estatal de radio y televisión, ORTF, fueron despedidos 102 periodistas por sus actividades durante los acontecimientos. Enviaron la policía a las universidades de Nanterre y la Sorbona para controlar las tarjetas de identificación de los estudiantes y no se retiraron hasta el 19 de diciembre. Se aprobó un paquete de medidas de austeridad el 28 de noviembre en la Asamblea Nacional. El Estado que no había vacilado en aplastar los cráneos de los estudiantes y huelguistas en las manifestaciones ahora mostraba clemencia ante los fascistas, los terroristas de extrema derecha de la OAS. Mientras Cohen-Bendit era expulsado de Francia, Georges Bidault podía regresar y Raoul Salan era liberado de prisión.

Los dirigentes reformistas y estalinistas fueron castigados por su cobardía y la clase dominante les negó los puestos que intensamente anhelaban. La campaña electoral comenzó el 10 de junio. En la primera vuelta de las elecciones, la federación de partidos de izquierda y los comunistas perdieron terreno. En la segunda vuelta, una semana más tarde, los partidos de la derecha consiguieron la aplastante mayoría. La izquierda perdió 61 escaños y los comunistas 39. Pierre Mendés-France [una figura histórica de la izquierda francesa] no fue reelegido en Grenoble. El Partido Comunista que en 1968 era el principal partido de la clase obrera francesa, entró en declive y fue superado posteriormente por el Partido Socialista, que en 1968 había conseguido sólo el cuatro por ciento de los votos y por tanto parecía difunto. El sindicato comunista, CGT, perdió apoyo frente a la CFDT que en 1968 había mantenido una posición más combativa.

El maravilloso movimiento de los trabajadores franceses terminó así en una derrota. Pero las tradiciones de Mayo de 1968 siguen en la conciencia de los trabajadores de Francia y todo el mundo. Hoy, después de un largo período de boom económico, el sistema capitalista de nuevo está entrando en una crisis donde saldrán a la superficie todas las contradicciones que se han ido acumulando durante los últimos veinte años. En toda Europa estarán en el orden del día grandes enfrentamientos de clase.

No tenemos tiempo para aquellos ex - revolucionarios pequeño burgueses que hablan de 1968 en términos sentimentales y nostálgicos, como si fuera historia antigua sin ninguna relevancia práctica para el mundo en el que vivimos. Tarde o temprano los acontecimientos de 1968 reaparecerán pero a un nivel incluso superior. ¿Cuál es el candidato más probable para este escenario? Podría perfectamente ser Francia, pero también Italia, Grecia, Portugal, España o cualquier otro país, y no sólo en Europa. Esperamos con impaciencia el futuro. Lo deseamos y nos preparamos para ello. Estamos intentando preparar a la vanguardia así la próxima vez triunfaremos. Y ante este aniversario glorioso decimos: La revolución no ha muerto. ¡Viva la revolución!