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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

domingo, 31 de julio de 2016

NUEVOS AIRES DE MODERNIDAD (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 31 DE JULIO)

El discurso emitido a toda la nación por el nuevo Presidente este 28 de julio aún resuena entre muchos peruanos y es motivo de comentarios de los más diversos. En los cuarenta minutos que duró el mensaje, se esbozaron algunas líneas troncales que serán el norte del nuevo Gobierno y que esperan el consenso de todos los peruanos, incluso de aquellos que dicen ser la oposición, pese a que tienen más puntos en común que de disentimiento. Las propuestas tuvieron que ser presentadas de manera general por ser un discurso que presenta lo que se quiere trabajar y sobre las que fundamentará su trabajo por este lustro.
Un punto de interés y que es vital para el país es el de la Educación. En su original Plan de Gobierno, se contempla una serie de detalles que abarcan a esta de manera global y articulada. Hay programas que se van a continuar con los afinamientos necesarios; pero la necesidad de retornar a ciertos cursos en el currículo escolar, importantes para la formación holística de un ser humano, es un buen anuncio. Un buen ejemplo es el caso del curso de Música. Para muchos, este curso no es más que un relleno en un plan curricular; sin embargo, además de incrementar la cultura y sensibilidad de cualquier niño o niña, es también una herramienta indirecta, pero efectiva,  para el aprendizaje de idiomas, uno de los puntos más débiles de nuestros proyectos educativos.  Un conocimiento básico de la tonalidad y la melodía aproxima a los jóvenes a nuevas lenguas con más ventajas que aquellos que tienen una pobre formación acústica. El sentido excesivamente utilitarista que prima en las personas e instituciones debe de dar un paso atrás para poder mejorar diversos índices educativos que nos avergüenzan continuamente. Otro curso que se debe de revalorar es Educación Cívica, curso vapuleado que, en muchos casos que conozco, su evaluación dependía de la participación de un alumno en marchas, ceremonias religiosas u otras actividades que exigían la presencia de este. Un curso como este debe de ser el constructor de la ciudadanía, por lo que debe de ser un cuestionador de los problemas sociales generados por la corrupción u otros defectos sociales. Su buena implementación va a permitir fortalecer el tejido social tan venido a menos en las últimas décadas; además de tener ciudadanos responsables y conocedores de sus derechos, permanentemente pisoteados en todos los campos sociales. Importante es haber oído sobre la necesidad de un retorno urgente de las humanidades en toda la educación de nuestro país. Estos cursos fortalecen la conciencia individual y colectiva de una sociedad. Hemos sido testigo cómo estos cursos han sido siendo desplazados paulatinamente de todos los currículos educativos, no solo escolares, sino en institutos y con mayor descaro en universidades.
Pero dicen que el infierno está empedrado de buenas intenciones. Espero que la voluntad nacional no sea que lo dicho quede en intenciones

domingo, 24 de julio de 2016

VOTO DE CONFIANZA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO JULIO 24)

Faltan pocos días para el cambio de gobierno. Este 28 de julio, millones de peruanos estaremos atentos a lo que Pedro Pablo Kuczynski nos anuncie en su discurso, pues ciframos esperanzas de una situación mejor y que se aborden temas cruciales con más entereza y definición de lo que se ha venido haciendo en las versiones gubernamentales de las últimas décadas. Temas fundamentales como seguridad y corrupción, educación de calidad y una efectiva reducción de la pobreza, las tres íntimamente relacionadas, no han sido del todo directamente abordados por haberse dado prioridad a otros intereses que no eran de todo fundamentales para la sociedad peruana, sino a grupos de poder determinados. Solo basta ver los ataques y posturas en contra de la ley universitaria propuesta por el congresista Daniel Mora con el fin de monitorear la fábrica de títulos en la que se han convertido muchas universidades tanto públicas como, sobre todo, privadas. Las enmiendas económicas necesarias para formar las bases de una distribución más equitativa y una economía más dinámica han sido boicoteadas permanentemente aduciendo temores sobre alteraciones del “exitoso” modelo económico de las últimas décadas que ya está haciendo agua por diversos frentes. Estas demoras han impedido un desarrollo equilibrado en pro de un crecimiento que ha acentuado diferencias sociales y ha ahondado injusticias a lo largo del territorio peruano. La fe ciega en una economía extractiva y la pronunciada centralización política, económica y cultural de nuestro país nos están pasando la factura por no haber actuado en el momento preciso y por solo haber escuchado a determinados grupos de poder que tienden a lavarse las manos con relativa facilidad. Asuntos pendientes como una profunda reforma del Estado y una verdadera lucha contra la corrupción y el narcotráfico han estado en los pendientes de los últimos tres gobiernos de la casa de Pizarro. Además queda reparar ese descrédito que ha generado la dinámica política en grandes sectores de la sociedad peruana, pues en campañas electorales se promete una cosa y luego se procede a hacer otra.

El panorama tiene algunos visos poco prometedores por el variopinto Congreso con el que le va a tocar gobernar. Ya algunos de los congresistas han declarado su intención de ser una oposición a rajatabla e incluso ya ha habido algunos contubernios como los que hubo ancestralmente cuando ciertas alianzas entre partidos hacían borrón y cuenta nueva del pasado generando escándalos memoriosos, todo en pro de desequilibrar al nuevo estadista elegido. Además, ya estas alturas con un equipo de ministros anunciados, algunos personajes del nuevo gabinete ministerial ya han sacado varias ronchas como el caso de Cayetana Aljovín o la excesiva presencia de tecnócratas que hace temer una continuidad de lo vivido en los últimos gobiernos.
Pese a todo, 8'591,802 de peruanos estamos poniendo nuestro voto de confianza por un país mejor.

domingo, 17 de julio de 2016

FANATISMO CALCULADO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 17 DE JULIO)

El 14 de julio es una celebración simbólica para el desarrollo del concepto y las ideas de la democracia. Aunque se desató una vorágine sangrienta por casi una década, las ideas desarrolladas por un grupo de pensadores humanistas iban a ponerse en práctica en un continente que clamaba a gritos un cambio drástico en la estructura social y todo lo que surge en torno a ella. La Revolución Francesa, llamada también, la revolución burguesa, permitió un giro de 180 grados en cuanto a lo que el poder y el orden social significaban en ese entonces. Y la sociedad occidental se inclinó por ese cambio que va a gestar las democracias formales de muchos países de la actualidad; además va a iniciar una perspectiva nueva de la visión del individuo frente a toda manifestación de la construcción social como las ideologías y la cultura. Es el triunfo del concepto de hombre que unifica a la humanidad por encima de todas las manifestaciones que crean sus diferencias y sus exclusiones. Ese es el valor que una efeméride como la Toma de la Bastilla recibe por varios hombres y mujeres que luchan por ideales democráticos alrededor del planeta.
El ataque perpetrado en la ciudad balneario de Niza asume un peso ideológico más allá del acto criminal e insano cometido por un fanático de origen tunecino que ha causado la triste cifra de 84 víctimas. Se ha escogido una fecha para atacar los principios de los derechos fundamentales de la humanidad. Es el fanatismo, en cualquiera de sus versiones, el que halla a esta fecha como una razón antagónica a sus intereses. La acción, además de crear el caos y la zozobra, genera el repudio a un sistema y el cuestionamiento del propio, acentuando las diferencias y generando los recelos, caldo de cultivo muy bien aprovechado por extremistas y fanáticos de cualquiera índole. Los temores exacerbados atacan directamente al sistema democrático; lo debilita en su esencia, pues se lo identifica como un modelo gubernamental débil y excesivamente permisivo.
La raíz del problema no nace en la supuesta debilidad de la democracia; nace en la carencia de una adecuada educación ciudadana. Por eso los revolucionarios franceses entendieron que para que su sistema sobreviva debían apostar por la educación obligatoria, laica y universal. Lo que hemos visto estas últimas semanas son diversas manifestaciones que empañan la búsqueda del trabajo común. Así se pueden entender desde los fanatismos religiosos suicidas, la masacre de una discoteca gay en Florida, el famoso Brexit o intentonas golpistas como la de Turquía, hasta el acaparamiento del poder por diversas estrategias basadas en el miedo y la intolerancia en los juegos electorales que quieren poner en jaque la estabilidad de un gobierno o diversas instituciones que conforman el tejido social de una ciudad, región o país.

Queda un largo y tortuoso camino por recorrer.

domingo, 10 de julio de 2016

AVANCES AMENAZADOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN EN EL DIARIO CORREO DE TRUJILLO)

La comunidad peruana ha visto el sábado 02 de julio una marcha en muchas de sus ciudades que ha removido varias conciencias, ha llamado la atención a diversos medios y ha perturbado la mente y la tranquilidad de ese extraño statu quo que atenta contra muchas minorías. La marcha de la comunidad LGBT por las calles de Trujillo el último sábado ha perturbado muchos pareceres de varios trujillanos sobre el problema de minorías. Quizá para muchos, algunas actitudes de los participantes no eran las adecuadas y trasgredían ciertos códigos de moral cotidiana, pero estas marchas ocurren porque algo no está marchando bien entre nosotros. Sin embargo, actividades como estas ya están calando en nuestra sociedad aún intolerante y anclada en zonas de confort que supuestamente reflejan el pensamiento de una mayoría. Estamos cambiando.
Pero mientras vemos a personas e instituciones que luchan por lograr una sociedad más tolerante y que se maneje con criterios de justicia y equidad, en otros lares de nuestro planeta hemos visto, conmovidos y aterrorizados,  cómo la intolerancia y la intransigencia están a flor de piel y se manifiestan de las maneras más cruentas e implacables. La absurda muerte de más de dos centenares de personas por una bomba asesina en la vieja Bagdad y la de dos ciudadanos afroamericanos y la masacre de una discoteca gay y la de cinco policías en Norteamérica, así como la silenciosa muerte de un joven travesti en un barrio de nuestra ciudad,  nos muestran que el camino aún es largo por recorrer. El hombre crea más instrumentos y referentes de segregación que de integración; y los extremos de estos son los fanatismos y dogmatismos. Son herramientas supuestamente prácticas e, incluso, incuestionables que usamos para “medir” al otro, para encasillarlo y clasificarlo, ubicarlo en un escalafón de una estructura social que queremos que sea inamovible. Hombres y mujeres tratan de hallar mecanismos de integración para lograr una sociedad menos violenta y más inclusiva, pero diversos motivos se hallan para que estos no se logren. Solo basta ver  todas estas herramientas que me permiten segregar: raciales, generacionales, lingüísticos, económicos, geográficos, culturales, físicos, de género, de opción sexual. 
El mundo jurídico e intelectual propone mecanismos y posturas que tratan de contrarrestar esta situación, pero las costumbres y los saberes adquiridos desde la niñez en el hogar y escuela enraizados en nosotros impiden su implementación. Es un proceso lento que parte desde la casa y las aulas. Muchas sociedades han comenzado a trabajar en propuestas inclusivas que han tenido muchas reacciones de animadversión, más por ignorancia que por planteamientos coherentes. Pero se ha avanzado. Y la peruana está en ese camino inexorablemente.

lunes, 4 de julio de 2016

NUEVOS VIENTOS Y DESAFÍOS SOCIALES (ARTÍCULO DE OPINIÓN CORREO DOMINGO 03 DE JULIO)

Estamos ya a menos de un mes para que el nuevo Presidente asuma el mando de la Nación peruana. El nuevo Gobierno ha de recibir los logros del saliente y enmendar los varios errores generados y los que arrastramos de antaño.
Logros los hay, sobre todo en la rama educativa, en la que se hizo una mayor inclusión de grupos sociales de limitados recursos que les impedía acceder a una mejor opción en estudios superiores o, en muchos casos, a ninguno. He participado en entrevistas a jóvenes a quienes las oportunidades de poder realizar sus sueños académicos se han hecho realidad. Como proyecto hay aún cosas y puntos pendientes, pero son para corregir y mejorar, no para descartarlo o eliminarlo. Es también una opción de internacionalizar a nuestros jóvenes que, de concretar todo el proceso, han de mejorar nuestra educación que se halla aún rezagada; este sea quizá uno de los puntos que tendrá que abordarse y afinar para que cuando esos jóvenes retornen puedan ejercer en campos laborales adecuados y realicen labor académica en diversas universidades del país (no solo Lima) y que puedan trabajar tanto en el mundo público como privado. Si se ha “sembrado” en este gobierno esta interesante simiente, está en los posteriores incorporar el proyecto, mejorarlo, complementarlo, hacerlo política de estado. 

Gobiernos anteriores han fracasado en el proceso de repatriación de académicos e investigadores de diversas ramas por diversas índoles: ineficiencia, corrupción y celos profesionales han sido las más de las veces que han boicoteado estos proyectos que hubieran permitido a nuestro mundo universitario mejorar con creces. Aparte del orgullo de ver a un académico triunfar en otras latitudes, debería de ser una invitación a reflexionar a nuestra sociedad que no ha sido capaz de darle los recursos y opciones para que desarrolle su potencial en las ciencias exactas, puras o humanas. Reflexionemos sobre algunos frecuentes escollos que han atentado contra la repatriación de académicos: ineficiencia por la escasa o nula preparación para acogerlos a su llegada y el proceso de adaptación. Hubo casos de peruanos que se habían ido por más de tres décadas y venían con familia y casa. Tuvieron un frío recibimiento, puesto que, más que una oportunidad de crecer, el recién llegado se convertía en un grave riesgo para la zona de confort de los demás. La morbilidad de la pereza está presente en todos los campos laborales. Pero, el más grave sea, quizá, la corrupción, aquella que cala toda actividad humana y que pareciera que se ha instalado definitivamente en nuestra sociedad, un mal difícil de erradicar. Desde el hecho de que fondos destinados para sueldos o implementaciones de laboratorios hayan sido dirigidos a otros intereses, hasta situaciones extremas como robo de patentes o extorsiones han desalentado a muchos académicos.
Hay un gran desafío abierto para este Gobierno.