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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 5 de diciembre de 2021

CAVILACIONES TRUJILLANAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 05 DE DICIEMBRE)



Visitas inesperadas de amigos de antaño son siempre una verdadera cajita de sorpresas y un gran regalo para nuestras abrumadas vidas cotidianas. Así sucedió el pasado fin de semana con la visita de un amigo de tiempos universitarios con el que nos fuimos alejando por el tráfago de nuestras vidas en particular. El reencuentro inicial fue bastante simpático y entrañable, pues miraba en él un optimismo y alegría no sólo por el encuentro, sino por sus planes personales que habían empezado a caminar prácticamente con esta visita. No quiero ahondar detalles en sus planes de vida, pero sí reflexionar sobre las circunstancias que fueron rodeando este reencuentro.

Su entusiasmo y admiración por la ciudad que lo acogió momentáneamente fueron decantándose y desvaneciéndose por una serie de eventos que me permitieron entender más, a través de su experiencia, nuestra propia decadencia. Trujillo no sólo son bellas casas solariegas, “las Huacas del Sol y la Luna o el coloso Chan Chan”. En su estancia inicial, hizo un viaje a nuestros patrimonios arqueológicos, visitas en las que pudo constatar el deplorable mantenimiento de nuestro sistema vial. Al final de su visita, ya no le causaba sorpresa hallar una calle o avenida en la que haya encontrado numerosos huecos, rompemuelles de irregulares dimensiones o escasa o nula señalética. Su capacidad de tolerancia a “mínimos” detalles le permitía aceptar hasta ese entonces que seguíamos siendo la segunda ciudad peruana y con una buena calidad de vida. Tras su retorno de una breve ausencia de nuestra ciudad y hospedado en un céntrico hotel, de pronto se vio abrumado por la clausura de la plaza de armas, el tráfico endemoniado generado por esta medida, el desorden de nuestras calles, la mendicidad de todo tipo y la violencia que se respira entre las personas. Lo llevé a Huanchaco para “relajarnos” y terminar encontrándonos con desorden y basura. Lo llevé por la ex Vía de Evitamiento para ver las “espaldas” de Chan Chan para encontrarnos con un nuevo relleno sanitario de la ciudad; en realidad, es una vía que hay que tratar de evitar. Por eso, “evitamiento”. Mi amigo trabajó un buen tiempo en el área de comunicaciones de PromPerú. Sus observaciones reflexivas tuvieron un buen fundamento: no era sólo para el visitante, sino también para el residente. Él está pensando pasar una larga temporada fuera de Lima, sea en Arequipa o Trujillo. El viaje le aclaró más la situación. Trujillo ve un marcado deterioro en el cual todos los ciudadanos hemos contribuido con nuestro grano de arena: desde permitir que personas o empresas intervengan nuestro espacio sin respeto a normas mínimas de vecindad, hasta elegir autoridades incompetentes y corruptas; desde trasgresiones arquitectónicas y físicas (ruido y tratamiento de basura, por ejemplo) hasta el mantenimiento de nuestras vías, erosión costera o el criminal tráfico de terrenos. Trujillo. Ay… Y el cadáver siguió muriendo.

domingo, 23 de octubre de 2016

EL VALOR DE LA VIDA EN EL PERÚ (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 23 DE OCTUBRE)

En lo que va de esta semana una serie de acontecimientos ha permitido ver cuánto valor otorga nuestra sociedad a la vida humana en general. Hechos luctuosos como la muerte de un comunero en Las Bambas o la de tres bomberos en un misterioso incendio en Lima; así como la letanía de la pena de muerte como solución a la violencia en nuestro país o la posible presencia de escuadrones de la muerte en varias ciudades del mismo, incluida Trujillo; o el tratamiento de un posible brote de una epidemia infantil en nuestra Región; cada una de estas situaciones nos pone en jaque y es interesante ver cómo reaccionamos ante ellas, ya que es una radiografía de nuestra psique social de cuánto valoramos la vida humana en situaciones de riesgo. Y más contradictorio aún es el informe emitido por un estudio realizado por William Chopik de la Universidad Estatal de Michigan (https://www.indy100.com/article/psychopaths-countries-map-world-empathy-least-seven-lowest-7363926), estudio en el cual ubica a la sociedad peruana como la tercera más empática a nivel mundial. La reflexión sobre este estudio es pensar en qué criterio de empatía se está tomando (cognitivo o afectivo) como lo plantea un interesante  artículo de Irene Fernández-Pinto, Belén López-Pérez y María Márquez de la Universidad Autónoma de Madrid (http://www.um.es/analesps/v24/v24_2/12-24_2.pdf) sobre la perspectiva de la empatía, el “ponerse en los talones del otro”.
Las situaciones presentadas al inicio de este artículo han provocado respuestas diversas y contradictorias a lo largo del país, sobre todo en las redes sociales. Las cargas emotivas descargadas son actos solidarios, pero con tintes políticos, raciales, económicos, entre otros tamices. El asesinato de un joven travesti en mayo de este año en La Esperanza no es igual a la muerte de los tres bomberos caídos este último miércoles, pero quizá tenga más en común con el comunero muerto el viernes 14 en Las Bambas. Ambos se asemejan más por su marginalidad y escaso interés para el grueso de nuestra sociedad. Estas personas muertas en los Andes lejanos o en una cantina de un populoso distrito son semejantes a los miles de peatones anónimos que intentan cruzar una transitada avenida poblada de combis o microbuses, o un usuario que pide cualquier prestación de una entidad pública (Seguro Social, por ejemplo); o una fuerza laboral juvenil barata disponible a aceptar cualquier trabajo hasta límites humillantes. Así también podemos entender los “negociazos” en la salud y otros rubros sociales, la sobreexplotación laboral, el crecimiento del sicariato, la aplicación de la pena de muerte; en todas estas acciones reales o potenciales vemos respuestas en la que la condición de vida no es relevante para el que las ejerce o las desea como solución. Hemos tomado una marcada distancia entre mi persona y aquel que es “medido” con ese barómetro.

Tenemos un camino largo a discutir al respecto. Pero algo se ha andado.

lunes, 8 de febrero de 2016

BUENOS EJEMPLOS EN TRUJILLO

Frecuente es ver u oír noticias que muestran el lado oscuro de nuestra sociedad. Los medios de comunicación masiva, en cualquier soporte que este emplee, llena sus titulares con malas nuevas que causan zozobra en la población, la insensibilizan por el excesivo manoseo de las circunstancias en las que ocurrieron y, a la larga, han desarrollado morbos y prejuicios en la sociedad urbana que le permiten crear estereotipos determinantes con los cuales identifican y se autoidentifican ciertos grupos humanos, sea por condición social, ubicación geográfica, género, edad, estudios, un largo etcétera. Estas observaciones fueron obtenidas gracias al estudio descriptivo y analítico sobre la criminalidad juvenil realizado en El Porvenir (http://juventud.gob.pe/publicaciones/102-criminalidad-y-violencia-juvenil-en-trujillo/).
A raíz de este estudio, la ONU se interesó en llevar a cabo un programa de fortalecimiento de la seguridad humana con el fin de apoyar, difundir y sistematizar aquellos proyectos que apunten, de manera desinteresada pero autosostenible, a fortalecer la prevención y la educación en áreas críticas en nuestra ciudad con el fin de atender a los grupos sociales más vulnerables y bastante desatendidos por los sectores público y privado. En Trujillo hay varias instituciones que trabajan más allá del carácter asistencialista a los que nos hemos acostumbrado para paliar momentáneamente un problema que necesita ser atacado más de fondo. Estuve visitando algunas de estas instituciones que han generado cambios en jóvenes y sus familias y, a través de ellos, el entorno social en el que se hallan. Algunas pequeñas aún como la asociación francesa Pour Les bébés que trabaja en Río Seco; la británico-norteamericana SKIP (https://www.facebook.com/SKIPPeru/) en el mismo Río Seco (https://www.youtube.com/watch?v=O84PqHm_dvk); o la asociación alemana El Puente, localizada en El Milagro; son algunas que tienen proyectos que fomentan la política de ayudar a esos estratos sociales generalmente en el área educativa (http://www.puente-trujillo-peru.com/). Por el lado peruano también hay algunos interesantes, uno de los cuales espera pronto implementarse en nuestra ciudad, como D1, el cual fomenta la danza entre la juventud y ha tenido buenos resultados en Lima. El camino para lograr sus metas no está exento de diversos problemas: desconfianza de la población, provecho político (algunos bastante descarados), engaños y criolladas, desinterés e inconstancia por parte de los invitados a participar en estas interesantes propuestas que buscan mejorar sus vidas, no bajo el concepto de dádivas, sino en base a un compromiso sólido que exige disciplina y aprecio al trabajo. También está la desinformación y desconocimiento del grueso de la población de la labor hecha por estos ciudadanos que han abandonado su zona de confort para aportar en hacer de esta ciudad un lugar más agradable y lleno de oportunidades a sus habitantes.