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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 25 de febrero de 2024

CIUDAD MARGINAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 25 DE FEBRERO)

 



Acabada la telenovela de Paolo Guerrero, UCV y el clan Acuña; es necesario volver a los asuntos que son importantes y urgentes para la ciudad, como lo son la seguridad ciudadana y la erosión costera. Pero también hay que abordar temas que, aunque para muchos no son tan relevantes, sí coadyuvan a que la violencia e inseguridad se hayan tornado elementos cotidianos que comienzan a ser aceptados sin tanto remordimiento por las autoridades o asombro por la población. El deterioro de la planificación urbana de nuestra ciudad es una historia vieja, ahora agravada con el caos arquitectónico que ha convertido a muchas residenciales o el centro histórico es lugares desagradables y lesivos contra la calidad de vida en general. Es sabido que mucha gente construye de acuerdo con sus propios intereses, trasgrediendo muchas veces los espacios de los vecinos o de la comunidad en general; la construcción en nuestras urbes es una muestra de lo caótico que es la vida cotidiana sumándose a ello el tráfico de terrenos y el cuestionado otorgamiento de licencias de construcción en zonas restringidas. Hay que resaltar que muchos de estos factores son generadores de violencia, pues hay bandas organizadas tras ello. Pero hay otros que incrementan el deterioro de la estabilidad social de determinado vecindario. En el experimento psicológico de las Ventanas Rotas, hecho por el psicólogo social estadounidense Philip Zimbardo se explica cómo ciertas condiciones permiten la germinación de la violencia en diferentes entornos sociales (https://psicologiaymente.com/social/teoria-de-ventanas-rotas). Este experimento, aplicado en diferentes espacios urbanos socioeconómicos, dio resultados interesantes de cómo una condición especial podía generar reacciones insospechadas en núcleos sociales disímiles. Con dos autos abandonados, se comenzó el experimento; con el hecho de haber roto un vidrio de uno de los autos abandonados en un barrio acomodado, una sutil violencia comenzó a generarse y, de pronto, la calidad de vida de esos ciudadanos se deterioró. Esta experiencia tiene repercusiones psicológicas, sociológicas, culturales y económicas. El resultado de este experimento de las ventanas rotas puede extrapolarse con otros elementos que puedan generar el deterioro de un vecindario. Y esta decadencia se manifiesta en diversos grados de violencia que afectan a los residentes. ¿Es Trujillo una realidad socioeconómica que va en camino a ello? Basta ver diversas urbanizaciones para observar cómo han ido afectando, por ejemplo, el patrimonio de las familias que residen en los mismos. Sólo con revisar la variación de costos de los terrenos y casas a lo largo de los años comprobaremos cómo esta silenciosa situación causa estragos en el tejido social y económico de nuestra ciudad. Muchos arguyen que eso es el progreso y que es inevitable. Entonces cabe preguntarse cómo estamos entiendo el progreso nosotros, así como nuestras autoridades.


martes, 26 de septiembre de 2023

CAJAMARCA, CAJABAMBA, NAMORA... DULZURA E HISTORIA (CRÓNICA DE VIAJE)

 


03 de agosto. Nos íbamos de periplo hacia el sur, hacia Cajabamba. He estado en esta ciudad dos veces. La primera vez fue en 1983, luego de El Niño del 82-83. En ese entonces el viaje desde Trujillo a Cajabamba era complicado. Salías en un pequeño ómnibus para 40 personas y terminaron viajando casi 100 ¡Hasta en el techo! Una real locura, con peripecias peligrosas como los retrocesos ante la presencia de camiones u otras unidades más grandes que el bus en el que íbamos. De locura. Aquí comparto mis impresiones de ese viaje más el que hice en el 2010 (https://elrincondeschultz.blogspot.com/2010/08/reencuentro-con-cajabamba-1.html). Salimos temprano de Cajamarca. César había ido a tomar desayuno con nosotros para agilizar la salida. Hay una carretera asfaltada hasta el lugar, por lo que el viaje no iba a ser tan tedioso (aunque después nos daríamos cuenta de que sí, en cierta manera). Antes de salir de la ciudad, echamos un poco más de diésel. Por si acaso. La camioneta alquilada era una Toyota Hilux totalmente nueva (2023). El dueño ofrece servicio a las compañías mineras del lugar. Una camioneta prácticamente estrenada por nosotros y que con la que íbamos a pasar una peripecia al día siguiente. Este trayecto lo hice, de manera inversa, en 1984. El viaje fue largo, la carretera era de trocha y terminamos la ruta llenos de polvo de toda la tierra levantada en el trayecto de entonces. Ahora hacíamos el camino en sentido contrario. En la segunda visita sólo la hicimos desde Trujillo a Cajabamba. Era, pues, todo relativamente nuevo para mí. César me iba indicando la ruta. Fui conduciendo todo el trayecto y parábamos en ciertos lugares. Veíamos cómo se iban construyendo conjuntos habitacionales o nuevas urbanizaciones en terrenos fértiles; esta errada situación va a pasarle factura con el tiempo a la sostenibilidad alimenticia de la zona. Además, César nos contaba todo el problema que hubo y hay con el manejo de comunidades campesinas con las tierras y zonas agrícolas que generan todo un tráfico de corrupción. Sin ir muy lejos, lo vemos también con ciertas comunidades campesinas como las de Huanchaco que se acogen a una ley otorgada durante el Fujimorato y ha desembocado en el caos que vivimos tanto en la ciudad como los procesos de urbanización que no están bien regulados. Basta ver lo que sucedió en Piura con las recientes lluvias e inundaciones, las cuales terminaron dañando e inundando tierras que se vendían como seguras. Sin embargo, hay algunas interesantes propuestas de zonas urbanizadas a modo de retiro de la ciudad y su caos; recuerdo que, en Israel, ya en los 80 mucha gente no vivía en las ciudades; iban a pequeñas aldeas (no en el sentido infraestructural de servicios, pues tienen todo) con buenas de comunicación que permite a la gente vivir cómodamente e ir rápidamente a sus zonas de trabajo por buenas autopistas o buen sistema de transporte masivo, cosas de las que nuestro país adolece. Miguel, en Buenos Aires, no vive en la ciudad, sino lejos de ella. Se pensaba que con lo del COVID 19 iba a generar esa tendencia, pero la costumbre gregaria al extremo y el mal diseño de nuestro país con el terrible centralismo limeño hace que esa tendencia no prospere en nuestra sociedad. Veamos un caso colombiano (https://www.semana.com/hablan-las-marcas/articulo/migracion-por-la-pandemia-en-que-tipo-de-ciudades-prefiere-vivir-la-gente-y-que-espacios-quiere-habitar/202100/). Otro caso:  https://blogs.iadb.org/ciudades-sostenibles/es/mudarse-a-los-suburbios-una-tendencia-transitoria-generada-por-la-pandemia/. El centralismo y la gran concentración económica son otros de los males que nos tomarán mucho tiempo de erradicar en la sociedad y su imaginario (https://www.wikiwand.com/es/Centralismo_en_Per%C3%BA) (https://www.youtube.com/watch?v=KNkgWcsnDEs).



La carretera, aunque asfaltada, está plagada de curvas (muchas) y rompemuelles que ralentizan demasiado el viaje. Como la carretera ha sido hecha vinculando las poblaciones, generalmente los nuevos pobladores tienen la mala costumbre de construir, de instalarse al lado de la carretera. Esa es la pesadilla de la Autopista del Sol que tiene ¡Rompemuelles! Una autopista con rompemuelles. Alucinante. Entre curvas y rompemuelles, llega a ser una tediosa visita. Sé que hay viajeros locos y lo ves en las combis que cruzan intempestivamente; pero a estos locos del volante los rompemuelles no les hacen la menor mella. Así llegamos a Namora, lugar que visitaremos con más calma al retorno. En el trayecto de Namora a San Marcos, María se sintió mal; llegamos a San Marcos y nos detuvimos temporalmente en un grifo en las afueras de la ciudad. Como teníamos que ir a una farmacia, nos fuimos a la plaza principal de la ciudad. Ahí estuvimos un poco más de una hora y nos dio tiempo de visitar su iglesia principal, pequeña y en proceso de restauración. Aquí su historia: https://munisanmarcos.gob.pe/web/index.php/provincia/historia-de-la-provincia. A la salida cruzamos un puente sobre el río Cascasen donde empieza un tramo de trocha. Este río, como muchos de nuestro país, se había convertido en un verdadero botadero de todo tipo de residuos. El año pasado lo limpiaron (https://www.regioncajamarca.gob.pe/portal/noticias/det/5130). ¿Cuánto durará? Hicimos un alto, pues César quería recoger tara, la cual es muy buena para la garganta, fuera de ser empleado antiguamente como tinte (https://www.amazon-andes.com/es/tara-usos-beneficios-propiedades/). Nos falta mucho por aprender de la medicina natural, esa que fue parte del folklore y que muchos investigadores extranjeros han sabido robar para ser patentados y luego limitar su uso libre como ha pasado con la Uña de Gato, por ejemplo. Leamos este artículo, por ejemplo: https://www.aldia.unah.edu.pe/la-tara-una-planta-de-importancia-economica-en-el-peru/. Un mendigo sentado en un banco de oro, Raimondi dixit. Seguimos nuestra ruta. Llegamos a Aguas Calientes, sobre el río Crisnejas (https://www.asiescajabamba.com/2009/10/rio-crisnejas-limite-entre-cajabamba-y.html). Este lugar fue de grata recordación de ese primer viaje, pues nos quedamos “varados”, luego de una visita a La Grama. Un señor conocido de mi padre nos invitó a ir a recoger zanahoria y otros vegetales para llevar a Cajamarca. Como no podíamos regresar a Cajamarca tan tarde por ser los tiempos de Sendero Luminoso y el toque de queda, nos fuimos hasta Aguas Calientes. En el trayecto vimos el cielo estrellado más limpio que uno pueda imaginar. Nos alquilaron un cuarto con colchón de paja: experiencia de viajeros. Al día siguiente, queríamos lavarnos y la señora nos dijo que fuéramos al río para tener agua caliente, pues es zona de aguas termales. En ese entonces, no estaba ordenado; ahora es otro paisaje. Y para poner la cereza a la crema de la experiencia, aquel julio de 1983, la zona estaba en emergencia por epidemia de paludismo. Ahora es otra cosa: https://consultasenlinea.mincetur.gob.pe/fichaInventario/index.aspx?cod_Ficha=672. (https://rpp.pe/peru/actualidad/cajamarca-aguas-calientes-destino-turistico-de-san-marcos-noticia-593787). 40 años no han pasado en vano. En la ruta habíamos captado una buena emisora de radio con música de rock del recuerdo. Este encuentro también me traería un grato momento. Comenzamos el ascenso a Cajabamba. Un poco antes de llegar hay un serpenteo que hay que ir con cuidado. Hay, además, muchos locos de volante que hacen colectivo Cajamarca – Cajabamba diario. De pensarlo. Así llegamos a Cajabamba, la “Gloriabamba” de Simón Bolívar. 





Dejamos la camioneta en la plaza de armas, la cual está bien conservada y no tiene feas construcciones como veríamos en Chota o Bambamarca. Cajabamba sigue siendo una ciudad atractiva (https://rpp.pe/peru/actualidad/conozca-la-siempre-fiel-ciudad-de-cajabamba-noticia-595883). Tomamos el Jirón Grau, ahora peatonal, para tener información de la zona y ver otros atractivos; en mi anterior visita fui a las cataratas de Cochecorral, una visita muy accidentada que cuento en esta crónica: https://elrincondeschultz.blogspot.com/2010/08/cajabamba-hasta-una-proxima-vez.html. También fuimos a Cauday, como narro en esta otra crónica (https://elrincondeschultz.blogspot.com/2010/08/cajabamba-hasta-una-proxima-vez.html). En realidad, íbamos a estar un par de horas en la ciudad, por lo que fuimos a caminar un buen rato y de ahí a almorzar al restaurante Sabor Cajabambino. María sólo podía tomar una buena dieta de pollo y le agregó arroz. Nosotros atacamos otras truchas fritas. Al salir nos fuimos hacia el Mercado Municipal por el Jr. Grau. Allí me encontré con la farmacia que me curó las llagas que me hice en la visita accidentada a las cataratas de Cochecorral. Recuerdos. En la misma calle procedí a comprarme una gorra con visera y unas sandalias para baño, las que había dejado en uno de los viajes. Teníamos intenciones de ir a los Baños del Inca el último día de nuestra estancia en Cajamarca. Llegamos al Mercado, no encontramos nada atractivo, así que les sugerí visitar las calles aledañas a la plaza para ver con tristeza que muchas casonas antiguas estaban a la venta y con la certeza de que muchas iban a ser demolidas para ser horrorosos edificios como los que vemos ahora por todas partes como símbolo de poder económico y mal gusto. Antes de retornar a Cajamarca, fuimos a ver la casa de José Sabogal, la que espera alguna vez ser restaurada. Es lo mínimo que puede hacer la ciudad a un hombre que dio fama a la ciudad y se convocaba un concurso nacional e internacional a su nombre (como lo vi en el 2010). La casa está parcialmente intacta, pero falta mucho más para un hombre clave para la pintura nacional y promotor del movimiento indigenista (https://noticia.educacionenred.pe/2014/03/biografia-quien-fue-jose-sabogal-jose-arnaldo-sabogal-dieguez-wikipedia-org-050652.html) (https://hal.science/hal-01846780/document). La historia en cuanto a la relación entre Bolívar y Cajabamba es bastante enredada, aquí tenemos una interesante versión de este complicado periodo histórico: https://www.youtube.com/watch?v=T-vZn-ytR4k. Hay algunas explicaciones que merecen mayor investigación; también está la observación sobre una lucha de independencia incruenta, ¿sería posible o no? Sobre todo, en una sociedad tan acostumbrada al sistema del cual sacaban mucho provecho. Complicada la situación.



Iniciamos nuestro retorno. Al salir de Cajabamba en dirección a Cajamarca hay un mirador interesante que nos da una vista del valle: el Mirador Virgen del Rosario. En el camino pasamos por Ichocán, la tierra de la cantante Yma Súmac (https://andina.pe/agencia/noticia-yma-sumac-quien-fue-esta-prodigiosa-artista-peruana-y-como-logro-conquistar-mundo-909261.aspx). Esta cantante fue todo un prodigio (https://www.youtube.com/watch?v=7JWxNqyIRtk) (https://andina.pe/agencia/noticia-yma-sumac-quien-fue-esta-prodigiosa-artista-peruana-y-como-logro-conquistar-mundo-909261.aspx). Nuevamente pasamos por Aguas Calientes y en el trayecto, de pronto, en la radio comenzó a difundirse la canción Wish you were here de Pink Floyd (https://www.youtube.com/watch?v=IXdNnw99-Ic). Esa canción la escuchaba en mi primera visita en 1983: la escuchaba cuarenta años después. Una ola de recuerdos me vino a la memoria y las compartí con todos mis compañeros de viaje. Pasamos de largo San Marcos para irnos a Namora. Nos estaba esperando. Namora es un pueblo simpático, de postres y músicos. Luthier de guitarras y deliciosos alfajores de gran variedad y otros bocaditos (https://andina.pe/agencia/noticia-cajamarca-conoce-namora-ciudad-las-guitarras-hermosos-paisajes-y-deliciosa-comida-860087.aspx). Dejamos la camioneta en la pequeña plaza y nos fuimos a ver la iglesia que estaba siendo refaccionada. Al salir nos dirigimos a una tienda a ver guitarras, pero decidimos ir por alfajores; así nos dirigimos a La Casa del Alfajor Namorino. Entramos al lugar y nos dieron a degustar diversos tipos de alfajores (de maicena, de yema, etc.…) (https://www.youtube.com/watch?v=jDQ4Iq77v2w). El alfajor es siempre una delicia. En Argentina compré y me regalaron varios de estos; aquí también los hay deliciosos (https://www.directoalpaladar.com/cultura-gastronomica/que-alfajores-cual-su-origen-que-se-diferencian-cada-pais). Al salir de Namora nos fuimos a una formación de rocas en las que se distinguen formas de animales ayudados, obviamente, por la imaginación (https://seturismo.pe/cajamarca-bosque-de-piedra-los-sapitos/). En el lugar había algunos niños que vieron el lente zoom de mi cámara y se acercaron a ver con más detalles. Los chicos estaban fascinados. Ya se hacía tarde y queríamos regresar a una buena hora a Cajamarca. 




En la ruta, César nos sugiere regresar por Llacanora y de ahí a Baños del Inca. En Llacanora estuvimos en el 2018. Aquí la crónica de ese viaje: https://elrincondeschultz.blogspot.com/2018/06/san-nicolas-y-llacanora-cajamarca-vieja.html. Al llegar, nos fuimos al Real Plaza, pues María estaba buscando unos pantalones que había comprado en la visita que tuvimos en el 2015. En ese centro comercial hay varias tiendas que venden ropa especial para viajes. Ella no pudo encontrar lo suyo, pero yo compré unos calzados silenciosos. Nos fuimos a dejar las cosas y busqué un espacio para estacionar la camioneta. Eso nos dio tiempo para poder ir al Querubín. Una buena cena para cerrar el día.

Al día siguiente nos íbamos a Chota.







domingo, 18 de junio de 2023

QUO VADIS, TRUJILLO? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 18 DE JUNIO)

 Ilustración de Amorim para La Sonrisa Inca Cusco 2018




Asemejándose a la execrable y deteriorada política central, plagada de turbios y corruptos congresistas mochasueldos o con actitudes de gamonales, y personajes del poder ejecutivo ambiciosos de poder, encabezados por una lamentable presidenta; la ciudad de Trujillo va dando tumbos en espiral hacia un foso que se hace cada vez más profundo. El estilo de gobernanza de Arturo Fernández ha ido encontrando en el camino muchos detractores y poca buena voluntad de enfrentar los problemas de nuestra ciudad. La primera semana de julio, nuestra máxima autoridad edil estará cumpliendo medio año de gestión y lo que tiene en creces es el número de funcionarios renunciantes de diversos puestos del organismo municipal. Al borde de llegar al medio centenar de renuncias, esto está tornando caótica la gestión en general al descabezar procesos que se están ejecutando en momentos tan urgentes como el del enfrentar el venidero fenómeno de El Niño anunciado para inicios del año entrante. Las pocas lluvias que nos afectaron en marzo fueron un verdadero campanazo que debería servir para tener claro los objetivos y la ruta de trabajo para atenuar las consecuencias de este. No olvidar que el desastre lo hacemos nosotros por nuestra incompetencia o por las acciones dolosas hechas, productos de la corrupción (que es mucha). 

El estilo confrontacional de Fernández atrajo a muchos votantes que se sienten atraídos con posturas provocativas y altisonantes, cercanas al circo y a la gestualidad grandilocuente que cautiva a muchos. Estilos peligrosos ligados a la demagogia y que se impone cada vez en diversas partes del mundo; somos parte de este fenómeno que implica un desgaste de las clases políticas tradicionales que permiten el ascenso de personajes marginales y hasta cierto punto pintoresco, y llegan al poder. Desde Fujimori, hemos visto la desaparición de partidos como el APRA, PPC y otros y han surgido “partidos políticos” de clanes familiares u otras motivaciones usando en “pantalla” candidatos que fluctúan de acuerdo con las emociones de un electorado hastiado y muchas veces irresponsable con su voto; incluso Pedro Castillo encaja en este circuito que ha permitido que tengamos personajes insólitos en sillones municipales y regionales de muchas partes de nuestro país. Aunque en el caso regional seguimos en las mismas letanías, el sillón edil no escapa de ello. Fernández ha recibido una papa caliente, una municipalidad plagada de corrupción e ineficiencia en sectores que son una pesadilla como transporte público, seguridad, planificación urbana (¿existe?) y otros. Su actitud de desnudar la ineficiencia de sus trabajadores es, también, a la larga un reconocimiento de su incapacidad de poder haber seleccionado un personal más idóneo para su gestión. Está escupiendo al cielo. Y la posibilidad de poder contar con nuevos cuadros que reemplacen a los renunciantes se van reduciendo al ir ganando enemigos y detractores entre varios profesionales.



domingo, 18 de septiembre de 2022

EXPLICACIONES NECESARIAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO SEPTIEMBRE 18)

 


Nos acercamos rápidamente hacia el domingo electoral municipal y regional. A escasas dos semanas, los candidatos a ambas plazas se preocupan del proselitismo ramplón, ese que está “a la medida de la gente”, y hacer un permanente control de daños de todas las anticampañas contra tal o cual candidato.

En Lima se realizó un debate en el que se expusieron las ideas para solucionar diversos problemas que aquejan a esa ciudad, muchos de los cuales se asemejan a la nuestra. Dicho debate, por su formato, exige exponer una serie de propuestas puntuales, a veces de manera precipitada, para tratar de resolver temas álgidos como la seguridad y el sistema vial en una ciudad tan desordenada, caótica y desarticulada como lo puede ser Lima. El debate fue una demostración del escaso nivel que muchos candidatos tienen, incapacidad de comunicación y el empleo facilón de hacer pullas o ataques arteros contra el contrincante. Mucha gente los ve para ver cuál es el candidato que tiene “más calle”. En eso se están convirtiendo estos espacios, alentado por muchos medios que tratan de resaltar más los equívocos y la sorna que las ideas, muchas de las cuales son irrealizables por lo extravagantes que son. La falta de objetividad de casi todos los medios de comunicación ha hecho perder el sentido de lo que debe de ser este espacio, en el cual la ciudadanía tiene la oportunidad de escuchar las propuestas electorales bajo una lupa más crítica por parte de expertos que las desmenucen y vean las posibilidades de realización. Hay la necesidad de promover un debate de candidatos que aborden dos temas álgidos y urgentes de nuestra ciudad: inseguridad y sistema vial. Creo que es más que evidente que el sistema vial, en su conjunto, está amarrado a graves problemas de inseguridad y a variadas formas de corrupción de nuestra ciudad: desde el otorgamiento de licencias para vías saturadas al control de seguridad de las múltiples unidades de transporte público que rebasan la logística del área responsable; desde la informalidad que crece cada día más hasta la extensión de licencias de vehículos de transporte público que deberían ser retirados de circulación. La no existencia de un plan de ordenamiento vial, de mantenimiento de vías, de expansión urbana (ojo, tráfico de terrenos), de un verdadero plan de prevención y sanciones, hacen de este punto uno de los más complicados. Trujillo, una ciudad con ya un millón de personas, entre residentes y flotantes, no cuenta con un plan de obras viales que ayuden a aligerar un tráfico contaminante y peligroso, no promueva verdaderos medios de transporte masivo o medios alternativos como las bicicletas, modalidad cada vez más extendida en otras ciudades. Basta ver en qué terminaron todas las ciclovías hechas rápidamente sin ninguna coordinación de las partes interesadas y cuyo material fue literalmente robado a vista y paciencia de los transeúntes. Bien, ¿qué proponen nuestros candidatos?


domingo, 23 de enero de 2022

JORGE Y SU CIUDAD SOÑADA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 23 DE ENERO)



Jorge Saito, un buen amigo, nos dejó hace una semana; hombre de ideas comprometidas para generar cambios necesarios en nuestra sociedad, ha partido.

Lo conocí en los años 80. Tuvimos la oportunidad de conversar en su desaparecido instituto Matisse. Lo había creado con el fin de poder ofrecer a nuestra ciudad un espacio de arte y de innovación para una Trujillo que iba creciendo en población juvenil que se veía en la necesidad de emigrar para poder realizar estudios de arte y comunicación. Cuando me instalé en Trujillo definitivamente, hubo más oportunidades para conversar sobre diversos temas que Jorge veía urgentes e importantes para ayudar a las personas y, a través de estas, a la ciudad. Jorge era un firme creyente que la ciudad y el ciudadano tienen una íntima relación y ambos influyen sobre el otro de manera decisiva. Trataba de ver a la ciudad de manera holística integrando cada uno de los elementos que la constituyen, viéndola como un tejido integrado. Durante las campañas de sensibilización desarrolladas por nuestra desaparecida Marcela García en Los Tallanes, Jorge fue un agudo crítico de los numerosos planes presentados por diversos organismos privados e instituciones públicas para abordar temas álgidos como el transporte público o la planificación urbana; criticaba las visiones de corto plazo, nada integradoras y que, a la larga, iban a causar más problemas que soluciones. Con él y un grupo de amigos integramos una asociación con el fin de aportar propuestas para una ciudad golpeada por siete huaicos, sea por inoperancia municipal o regional, sea por intereses económicos y políticos. En sus propuestas, veía la necesidad de incorporar recursos naturales (arborización, por ejemplo) para amortizar daños y actuar sobre las zonas de riesgo con un plan sistemático de desplazamiento para ayudar a los ciudadanos afectados; soñaba una ciudad con más áreas verdes para atenuar el deterioro ciudadano a todo nivel (desde contaminación hasta mejora de calidad de vida), parques metropolitanos, un eficaz manejo de residuos sólidos, una interesante red de transporte en las que las ciclovías son importantes. Soñaba con crear ciudades satélites para evitar los monstruos urbanos en la que se ha convertido Lima, por ejemplo. Y, sobre todo, educar al ciudadano a tener una conciencia urbana para que este sea el elemento coercitivo sobre otros ciudadanos y sus autoridades con el fin de evitar el rápido deterioro en el que nos estamos sumergiendo. Ese proceso toma su buen tiempo; pero es una solución a la que están apuntando todos los países que son conscientes de su entorno. Así los ciudadanos entenderíamos con más razón por qué un derrame de petróleo en lugares naturales son verdaderos crímenes por los que hay que protestar y no esperar que esta tragedia suceda en tu propia casa para darte cuenta de esta desgracia como ha sucedido en las costas limeñas. Ojalá que su memoria no caiga en el olvido.

Pd. Esto ya no figura en el publicado en el Diario Correo. La naturaleza, nuestra aliada y vecina permanente, ha sido amenazada por nuestra propia acción. La naturaleza, de la cual venimos, nos ofrece miles de oportunidades para vivir bien. Lo sucedido en las costas limeñas es una acción más de las miles que hacemos todos los días, consciente o inconscientemente. Jorge nos pedía aprender de ella para vivir mejor. Duro aprendizaje para una sociedad desmemoriada.

domingo, 13 de diciembre de 2020

NEUROSIS BICENTENARIA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 13 DICIEMBRE)

Calles y avenidas cerradas, tráfico sin rutas alternativas. Choques entre ambulantes y la policía municipal. Vecindarios con pistas destrozadas. Hospitales que colapsan. Radiografía diaria de una ciudad neurótica.

Este es el retrato de una urbe que, de pronto, se ha visto sometida a situaciones caóticas que atormentan a los preocupados y sufridos trujillanos. En medio de la crisis sanitaria y económica que muchos estamos pasando, hemos sido testigos de fuertes reacciones como lo fueron las protestas sociales contra la asonada provocada por congresistas de móviles oscuros y, por otro lado, el problema agrario que causó zozobra en la ciudadanía al haber mucha población laboral involucrada en esta modalidad. Cada vez es más frecuente ver negocios que se ven forzados a cerrar sus puertas o ver por muchas partes carteles que alquilan o venden inmuebles. Los intentos de retornar a una suerte de resurgimiento económico chocan con otras veleidades del mundo político que genera desconfianza e incertidumbre. Las acciones populistas y ramplonas, y el doble lenguaje empleado por parlamentarios y líderes de partidos políticos han generado un fuerte resentimiento en la población que va a ser difícil de ser olvidado; y esperemos que así sea, pues hay tristes evidencias de amnesia colectiva política como lo podemos ver a lo largo de nuestra historia electoral. En cuanto al panorama sanitario, no deja de causar grandes temores. Se habla de una segunda ola, mientras muchos ciudadanos se vuelcan a las calles para satisfacer sus ansias de consumo o para disipar las tensiones vividas en nuestro forzado encierro. Mucha gente clama por libertades individuales y exigen libre circulación. Tras la amarga experiencia que vivimos entre los meses de junio a septiembre nos debería invitar a la reflexión y no convertirnos en portadores de la desgracia para sus familiares o para uno mismo.

En este complicado escenario, surgen acciones desatinadas que obedecen a un prurito proselitista más que el bien cívico. De haber pensado en este último, no nos veríamos en la estresante situación que ahora estamos viviendo: mientras cientos de ciudadanos reclaman el asfaltado de calles que fueron abandonadas por la gestión edil (otro caos que raya con la hilaridad), se abocan a romper otras sin haber generado rutas alternativas y causando molestias en momentos como estos. El desatino cunde por la ciudad que pareciera ser golpeada por diversas plagas, muchas de ellas evitables si hubiera la coordinación correcta, el criterio técnico más que el político, una visión más global de la ciudad y una comunicación más efectiva; realidades bastante escasas por las evidencias que estamos sufriendo.

Si todo esto obedece como parte de una campaña electoral de un debilitado líder identificado como mendaz y traicionero, dudo que la población se sienta agradecida por esto. Salvo que el lema “Sufre, peruano, sufre” sea parte de nuestra compleja identidad.