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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 19 de enero de 2020

AISLADOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 19 DE ENERO TRUJILLO)


En un reciente artículo informativo difundido por las redes este último 13 de enero, da cuenta del buen número de turistas que visitaron el museo Tumbas Reales de Lambayeque. Datos varios que se dan en esta noticia deben llamarnos poderosamente a la reflexión.
Comencemos por la información de que dicho museo se considera entre los diez mejores del mundo; imagino en el ámbito de su especialidad, la arqueología. Veamos números: el Museo Egipcio de El Cairo recibió cinco millones; Museo de Antropología de México, un poco más de un millón; el Museo del Oro de Colombia, un poco más de setecientos mil. Museo Tumbas Reales, 176,337. Otro dato que preocupa es el hecho de que los siguientes museos que captaron buen número de visitantes no son de la zona ni de las regiones colindantes como La Libertad. Por ejemplo, los museos importantes de nuestra zona (Museo Cao, Museo de Sitio de Chan Chan y Museo Huacas de Moche) no figuran en la lista. Otro dato: del número de turistas visitantes a dicho museo, solo el 6 % son foráneos.
De los datos anteriores, podemos inferir muchas cosas. Primero, la necesidad de trabajar con los datos para partir de principios correctos y verídicos; la exaltación es buena por un momento, pero puede terminar por tergiversar los proyectos de un país que debe de apostar por el turismo. El segundo sí es grave, pues denota una falta de coordinación de todos los actores que trabajan en la aún incipiente industria sin chimeneas de la Región Norte. Las empresas y organismos estatales y regionales deben focalizar su trabajo en la coordinación y comunicación para poder hacer de esta una industria cuyos efectos se expandan por nuestras regiones. El último punto. Tomemos la cifra del museo, ancla para otros sitios turísticos: según los datos, solo 10,580 turistas foráneos llegaron al Museo citado. Si en agosto del año pasado, se daba la noticia de que Perú había recibido 2´177,142 (se recibió más de 4 millones); los datos del museo no representan ni el 1% de la cifra captada a nivel internacional.
La situación puede revertirse con un trabajo en equipo. La remodelación del aeropuerto de Chiclayo es una gran ventaja para no desperdiciarse. Kuelap, pese a sus limitaciones, es otra estrella que generará cada vez más valor a nuestras regiones. Por eso, la reparación de la infraestructura de nuestras ciudades es vital para no dar la imagen de ciudad arruinada que tiene Trujillo (por ejemplo) por el estado lamentable de sus calles. O la culminación de vías rápidas que permitan a viajeros terrestres ir a nuestras ciudades; pero la insufrible Autopista del Sol, plagada de desvíos y accidentes, aleja a los que gustan conocer al país de esa manera. Y la coordinación de todos los que trabajan directa e indirectamente en esta industria es necesario. Sector público y privado (hoteles, restaurantes, servicios, transporte) deben de articularse para un real trabajo en equipo. Sino esos magros porcentajes permanecerán.

domingo, 31 de diciembre de 2017

MÁS TESOROS OCULTOS LAMBAYECANOS: MÓRROPE Y BRÜNING (MÁS JOYAS OCULTAS EN EL PERÚ)


El domingo 05 iba a ser un día corto de visitas. El día anterior habíamos devuelto la camioneta en el aeropuerto. Ena nos dijo que podíamos usar su amplia camioneta, pues ella iba a estar en sus clases universitarias. Ante tan grato ofrecimiento, nos arreglamos todos en ella, una vez que habíamos arreglado las cuentas en el hotel y haber preparado nuestras cosas. Ena y su esposo nos iban a dar el alcance a Lambayeque para almorzar. Así que llevamos  nuestros maletines con cámaras para ir a conocer un espacio que en julio se nos había negado: las iglesias de Mórrope.
En julio fuimos Orietta, María, Carmen y yo para conocer el lugar, pero llegamos tarde; ahora venía nuestra revancha. Enfilamos nuestro rumbo y raudos partimos para ir a conocer el lugar y luego ir a Lambayeque a ver dos museos: Tumbas Reales de Sipán y Brüning. Para suerte nuestra (depende como lo veamos también) era primer domingo de mes por lo que las visitas a ambos museos era gratis. Fuimos a Mórrope como primer objetivo. Ya es camino conocido por nosotros. Al llegar a la ciudad, fuimos directamente a la plaza de armas para ubicar nuestros objetivos. Había una ceremonia (mucha gente vestida para ello) y pregunté a un grupo de fotógrafos por la llave de la iglesia de indios que se halla al lado de la española. El conjunto arquitectónico es interesante, más la iglesia de indios sobre la cual he escrito en anteriores visitas. Pero este viaje nos permitió ver, lastimosamente, el daño causado por las recientes lluvias de febrero-marzo que causaron mucho daño a todo el Norte peruano. En la secretaría, un joven amable nos alcanzó la gran llave que se usa para abrir la puerta (le tomé una foto para que quede la evidencia) e ingresamos a ver el estado de esta interesante iglesia que fue popularizada por National Geographic en los 80, cuando se hizo el gran hallazgo de las tumbas de Sipán. Aquí les alcanzo los numerosos datos de una crónica anterior  de hace un año (https://elrincondeschultz.blogspot.pe/2015/12/cronicas-de-lambayeque-1.html). Lo que sí me parece impresionante es la rapidez con la que cambian el color de la iglesia virreinal. Antes tenía un rojo ocre simpático, ahora tiene un color casi celeste. El que estaba muy interesado por la técnica de construcción era Christian, pues como técnico le interesaba ver el tramado y la estructura empleada. Un gesto simpático fue el ver la lista de futuros esposos y sus respectivas fotos avisando a la comunidad su pronto matrimonio.









Luego de concluida nuestra breve visita a Mórrope, nos dirigimos a Lambayeque. Primero nos fuimos al Museo Tumbas Reales, recién ahí nos percatamos que el ingreso era gratuito. Dejamos la camioneta en el estacionamiento y María decidió quedarse para seguir avanzando con su trabajo. La visita a este museo siempre es grata y es una de las joyas del turismo peruano. Estaba repleto y fuimos avanzando a nuestro ritmo, pues ya era una marea humana. Una vez concluida la visita, nos dio tiempo para ir a Brüning, la otra joya de la ciudad de Lambayeque: esta vez no estaba abierta la exposición de la Dama de Chornancap, pero la sección de tejidos siempre es un gusto volver a ella. La visita de julio fue una agradable sorpresa que siempre tendremos presente y que registré en la siguiente crónica: https://elrincondeschultz.blogspot.pe/2017/08/ciudad-de-lambayeque-joyita-para-el.html. Una vez concluida la visita, nos dirigimos a la Casa Descalzi que es un restaurante simpático en una bella casa como las que hay en Lambayeque y que urge rescatar para convertir a Lambayeque en un verdadero polo turístico. Ena nos dio el alcance y almorzamos como se debía. Delicioso. 






Pero faltaba algo más: un postre y un café. Eso lo íbamos a lograr en nuestro retorno a Chiclayo. En las rutas había visto una heladería,  tomamos el camino al hotel y nos topamos con el Mapache Frío. Bajamos todos ansiosos para comer un delicioso helado y un café express como se merece. Una combinación de una bola de chocolate belga y otra de cereza y arándanos fue perfecta, toda rociada con un café amargo como se debe. Nos dirigimos al hotel para recoger nuestras cosas. Orietta y Lorena regresaban con Ena y su hija en la camioneta; los demás, en bus. Fin de nuestra corta jornada lambayecana.




TESOROS OCULTOS LAMBAYECANOS (VIAJE AL VIEJO TÚCUME)



Una rápida visita a Chiclayo siempre depara sorpresas. Esta vez fue la primera semana de noviembre con la visita de Isabelle Lemoal, quien vino desde Francia con un amigo suyo, Christian Mage, a apoyar el proyecto que tienen en Río Seco. Quedamos en salir el viernes 03 por la tarde para llegar a cenar a Chiclayo. Orietta y Lorena vendrían al día siguiente. Compré los pasajes en EMTRAFESA para salir a las 4:30 pm y llegar a las 8 pm e instalarnos en el hotel Embajador. Lo malo del hotel, aunque simpático, es la ubicación; este se halla en la calle 7 de Enero, el cual está plagado de restaurantes y al lado de una galería comercial. Felizmente, pese a ser fin de semana, el lugar no era ruidoso. Habíamos quedado alquilar una camioneta por un día (el sábado 04) pues el domingo pensábamos ir a Lambayeque y regresar a una hora moderada para estar en Trujillo temprano. Esos eran nuestros planes iniciales.
Salimos casi puntuales de Trujillo en dirección a Chiclayo. La gente del hotel nos estaba esperando para recogernos. Nos subieron en dos taxis muy pequeños con las  maletas; es un problema en Chiclayo hallar taxis grandes debido a la estrechez de las calles. Ya acomodados en nuestras habitaciones, acordamos salir a cenar a un lugar de carnes: La Parra. Nos fuimos caminando al lugar, pues no estábamos tan lejos de la Plaza de Armas y el restaurante tampoco lo estaba sobre la Balta en dirección a Santa Victoria. Cenamos bien, los platos eran generosos, todo rociado de buen vino. Retornamos al hotel para dormir temprano, pues el sábado 04 teníamos varios planes por cumplir. Íbamos a ir a Túcume y visitar, inesperadamente, Eten por la tarde. Teníamos que estar atentos, pues Orietta venía al día siguiente. Eso también cambiaría algo nuestros planes iniciales.
El sábado 04 nos levantamos temprano con el fin de ir a recoger la camioneta. Tomamos desayuno en el hotel y acomodamos nuestras cosas para ir al aeropuerto a recoger una camioneta 4X4. Las condiciones han cambiado, pues antes te dejaban el vehículo en el hotel; ahora debes de recogerlo en el aeropuerto. Fuimos a hacer la gestión para recoger el vehículo que estaba bastante usado. Luego nos fuimos a hacer compras en un supermercado como las ocasiones anteriores para comprar nuestro almuerzo: frutas, pan, huevos duros, atún. De ahí nos dirigimos raudos a Túcume para ganar tiempo y conocer algo nuevo. El museo ya lo había visitado en julio reciente, pero en el mismo había un detalle que me interesaba: la antigua iglesia de Túcume viejo.




La salida por carretera a Túcume fue toda una experiencia fascinante para Christian; había viajado en el panorámico de Emtrafesa y había visto cada cosa, impensables en Francia. Estaba viviendo la peruanidad. La carretera a Túcume fue una experiencia alucinante, exorbitante. Cada maniobra de buses o combis eran para él motivo de acercamiento a la divinidad en su más pura esencia o a los avatares, dioses hindúes que esperaban su ascenso a la inmortalidad. Nada de eso ocurrió; llegamos a Túcume y gracias a su experiencia como hombre práctico, nos ayudó muchísimo en apuros que pasamos por diversas razones. Una plantada de auto no era más que un truco del encendido; un espejo casi descolgado era solo una pequeña maniobra suya para que todo quede OK. Pese a todo, llegamos al museo de sitio que abarca ahora todas las pirámides y los otros espacios que han sido arreglados a modo de circuitos. La zona es extensa y por razones de tiempo teníamos que priorizar. Tanto María como Isabelle habían estado aquí (incluso juntas) así que con Christian fuimos a ver los lugares interesantes como ascender al cerro Purgatorio y ver una panorámica de la zona. Desde arriba tiene una visión bastante interesante de la zona. Además ahora muchas huacas están siendo intervenidas para salvarlas del deterioro natural y humano. Nunca hay pierde. Lo malo fue que al descender nos salimos del sendero y fuimos a parar a una suerte de hoya por la que bajamos de manera accidentada. Llegamos a nuestra meta. Isabelle y María no habían subido, pasamos por ellas y nos dirigimos al museo; pero en el camino para grata sorpresa nuestra había una reunión muestra de varios chamanes venidos de diversas partes del Perú, cada uno con su rito y estilo, haciendo limpias a la gente que se acercaba a ellos. Un poco incrédulos, nos aproximamos a ellos y vimos parte de los ritos; pero estábamos un poco apurados, pues tanto Orietta como Lorena estaban que llegar y no sabíamos la hora de su arribo, pues venían en el auto de otra amiga: Ena Obando. Decidimos ir al museo no sin antes haber visto el vivero. Al museo entramos con relativa calma viendo detalles que en visitas anteriores había pasado por alto.  Y esos datos pasados por alto era precisamente la vieja iglesia de Túcume, muchos de cuyos detalles son parte de la exhibición. Así que una vez concluida nuestra visita al museo, indagamos sobre esta iglesia, la cual se ubica en el pequeño caserío Túcume Viejo; este no es muy visitado por la gente. Es una iglesia de buen tamaño. Quiero tomar el texto de Fernando Vela Cossío, quien escribió un ensayo al respecto, llamado La construcción de la iglesia de Túcume Viejo. Algunos aspectos constructivos de la arquitectura religiosa virreinal de la Costa Norte del Perú. El extracto que tomo dice así: “Estas ruinas constituyen posiblemente uno de los ejemplos más interesantes de arquitectura religiosa que puede verse en toda la región norte peruana. Se trata de un templo presumiblemente de tres naves, divididas quizá por soportes intermedios de madera, sin capillas, de unos 164 pies, 8 de longitud por 52 pies de anchura, con una cabecera sencilla de 21 pies de ancho y 32 de largo, con remate recto tras el que se sitúan una serie de estancias de difícil interpretación mientras no se lleve a cabo la excavación arqueológica del conjunto, pero de uso muy probable como sacristías y espacios auxiliares. Esta clase de templo, de gran desarrollo longitudinal, es corriente como hemos visto en la arquitectura peruana de época virreinal, pudiendo encontrarse ejemplos del mismo por toda la geografía de este extenso y diverso país andino”. Felizmente el conjunto religioso se ha incluido en el programa de prevención de monumentos históricos por lo que en la actualidad hay toda una instalación que cubre el monumento. Además indagando encontré el blog de un bachiller de arquitectura, Piero Benites, quien alcanza una propuesta de preservación: http://pieroaq92.blogspot.pe/2013/06/templo-colonial-de-tucume-viejo-tema-y.html





Esta visita fue fructífera, pero tuvimos que apretar nuestros tiempos pues los demás viajeros estaban por llegar. Así que regresamos a Chiclayo.
En el hotel nos encontramos con las recién llegadas y almorzamos lo que habíamos comprado temprano. Todo lo regamos con cerveza. Por la tarde nos fuimos un grupo pequeño en la camioneta a Eten para que vean el muelle que aún queda en pie y conocer con un poco más de paciencia la capilla colonial del Divino Niño Jesús, en torno al cual hay varias leyendas (milagros) que se ven graficados en varios murales en la nueva capilla erigida no muy lejos de ahí. Es una pena que tan bella edificación colonial haya quedado en el olvido, como bien comenta el ensayo arriba nombrado y el libro de Juan Castañeda Murga, Templos virreinales de los valles de Lambayeque. Esos descuidos terminan matando la identidad de la zona, así como una posible ingente fuente de riqueza que atrae a turistas especializados que tienen gustos más precisos y que gozan de buen patrimonio personal.





Por la noche nos fuimos a cenar y, para cerrar mi ciclo de decepción, decidí que vayamos a Vichayo. El lugar estaba abierto. Había llamado y, ciertamente, había atención regular. Al sentarnos y recibir las cartas hicimos la consabida pregunta: el tipo de pescado que usaban para la preparación. Cuando el mozo nos dijo que era tollo, mi estómago se revolvió. Pregunté si había otros pescados, y nos dijo unos dos o tres más, los cuales variaban de precio y, sin embargo, esa información no estaba en la carta. Decepcionante. Última definitiva visita a este lugar que alguna vez fue bueno y ahora va de mal en peor. Nos fuimos a Casa Andina para cenar en el lugar.

Así cerramos nuestro primer día.





miércoles, 30 de agosto de 2017

CIUDAD DE LAMBAYEQUE: JOYITA PARA EL FUTURO TURÍSTICO




Nuestro último día, el 30, antes de regresar a Trujillo. Decidimos entregar la camioneta temprano para ir a Lambayeque donde tendríamos gratísimos descubrimientos. En verdad, de manera personal, luego de una accidentada noche y la triste visita a Huaca Rajada, esta iba a levantar mi ánimo y tener más esperanzas con este sitio. Una vez que tomamos nuestro desayuno, entregamos la camioneta, pagamos todo en el hotel y dejamos las cosas en una de las habitaciones; tomamos un taxi en dirección al Museo Brüning para visitar a la famosa Señora de Chornancap, lugar cercano a Huaca Chotuna (en realidad, es un solo complejo arqueológico).





El museo cuenta con tres pisos y un sótano; en este último se halla la actual exposición de los últimos descubrimientos en torno a esta dama y su tesoro. Recuerdo haber visto aquí hace varios años la famosa estatuita de la Dama o Venus de Frías, actualmente en Piura. He visto también parte del tesoro del Señor de Sipán a pocos años de su descubrimiento acogido aquí hasta tener su propio museo. Y en los pisos superiores vemos diversas muestras de la Cultura Lambayeque hasta la actualidad. Hubo una exposición interesante del patrimonio fotográfico de Heinrich Brüning, parte de cuyo patrimonio personal arqueológico es la base de este museo (hay una interesante edición hecha por la Sociedad de Investigación de la Ciencia, Cultura y Arte Norteño –SICAN- de 1989, que tiene sus textos monográficos y un buen número de fotos suyas de fines del siglo XIX e inicios del XX con prólogo de Mejía Baca; hay una nueva edición -2012- con solo sus textos monográficos y prólogo de Walter Alva). Algunas fotos antes tomadas en otros viajes:  (https://www.facebook.com/jesusgerardo.caillomanavarrete/media_set?set=a.625106374186054.1073741846.100000600914417&type=3). La visita a la sala Chornancap es interesante, no solo por el tesoro sino por todo el trabajo que se ha hecho al respecto. Espero que Chotuna se recupere pronto. Luego hicimos el “ascenso” por los siguientes tres pisos para ver los tesoros del Museo. Así como hay bellas piezas de oro, lo que impresiona es la pequeña pero valiosa colección de tejidos que preservan; fuera de los bellos ceramios que guardan como un verdadero tesoro; tienen piezas valiosas y curiosas.






El último piso muestra la vida cotidiana del pueblo que aún preservas costumbres sincréticas y que combinen con la modernidad; así uno ve cómo siguen hilando o practicando curandería dirigida por chamanes, tan populares como los sacerdotes. Una vez recorrida la exposición permanente, nos fuimos a ver la que figura en la sala de exposiciones itinerantes: era una sobre la fertilidad y el mundo erótico del antiguo Norte peruano, insólitamente vedado para los menores de edad. La colección de huacos es interesante y bien seleccionado; varios de estos los había visto en el libro Sexo en el antiguo Perú (2001) del Federico Kauffmann-Doig. El problema en el Museo era que por Fiestas Patrias habían puesto música un poco estridente emitida a través de unos parlantes externos que molestaban en general.









Una vez concluida nuestra visita, decidimos dar una vuelta por la Plaza principal para ver la iglesia mayor. Esta decisión fue en realidad una magnífica oportunidad para ver dos lugares que nunca los había visto en mis ya sesenta años de vida: el complejo religioso de San Pedro ha sido restaurado en su capilla lateral, la cual tiene un diseño especial: el techo se sostiene por algarrobos. Todo el conjunto ha sido restaurado. Nunca lo había visto. Aquí tienen más detalles del sitio: (http://lambayequealbicentenario.blogspot.pe/2016/12/la-capilla-doctrinal-o-ramada-de-san.html) Y en la iglesia mayor de San Pedro ingresamos a la Sacristía, donde vimos azulejos, retratos antiguos y muebles de madera tallada. Y coronado por una bella estatua de Cristo crucificado.








Pero el placer no iba a terminar ahí. Nos dirigimos hacia la Casa Descalzi y en el camino vimos una casa hospedaje, San Roque, una bella casa republicana habilitada como hotel. Este será nuestro siguiente hospedaje. Antes fuimos a ver la Casa de la Logia; este bello monumento que tiene el balcón más largo del Perú, ha sido bastante dañado por las lluvias de febrero y marzo. No se puede acceder al segundo piso; pero hay una muestra en el primer piso que muestra la importancia de la casa no solo para la ciudad sino para el país, cuna de la independencia en 1820. Un grupo numeroso de turistas colombianos estaba sorprendido por el poco apoyo que reciben lugares como este. En fin.






Terminamos nuestro periplo con un delicioso almuerzo en casa Descalzi, con cebiches y cervecitas, más otras delicias. Lambayeque debería de convertirse en la capital turística de la Región Lambayeque y potenciarla para hacerla el lugar de recepción de grupos que vienen a ver los dos museos que acoge y el simpático centro histórico que debe de ser más celosamente cuidado. Tienen una verdadera joya que ha salido a relucir con mucho brillo en este viaje.