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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

martes, 26 de febrero de 2013

MUJER

Acúdeme también ahora, y líbrame ya

De mis terribles congojas, cúmpleme que logre

Cuanto mi ánimo ansía, y sé en esta guerra

Tú misma mi aliada.

SAFO DE MITILENE (600 a.C.)



Nadie de mí se duela

Por verme atada,

Pues trocaré ser reina

Por ser esclava

ROMANCE 16 al Marqués de la Laguna, SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ

Quizá uno de los más grandes logros del pensamiento humano en los últimos 200 años es el avance arrollador de la mujer en diversos campos del quehacer humano. El rol femenino en muchas actividades humanas fue siempre el de un segundo orden, casi imperceptible y con patrones claramente establecidos por siglos, a lo cual contribuyeron factores culturales reforzados por la marcada división del trabajo basada en la actividad física, así como roles claramente delimitados en el ámbito familiar, a lo cual se adosaba un determinismo científico o religioso. Pero el desarrollo del capitalismo en el siglo XIX fue una gran oportunidad para que de manera consciente o no, la mujer comience a asumir un rol más protagónico en la sociedad; todo esto conllevó a replantear entelequias psicoculturales como es el caso de Género, palabra pobremente limitada a lo sexual, cuando es todo un constructo mental y social en proceso de revisión y que ha recibido más de un ataque artero por parte de personas (no solo hombres), sea por falta de conocimiento o por temor a este mar de oportunidades que se ha ido abriendo a las mujeres en los últimos años. Sociedades, como la nuestra, ven con un poco de recelo cambiar el statu quo, ya sea por poca capacidad de asimilación o, en muchos casos, por un oscuro temor a la competencia.

Decimos 200 años, ya que tomamos como referencia el inicio de la Revolución Industrial: hasta ese entonces el varón era el encargado de mantener el hogar, el trabajo de los demás miembros no pasaba de ser un aporte periférico a la economía de la casa. La aparición de la máquina permitió que lentamente ese sector periférico entrara también en el mercado laboral. Presionar un botón o mover una palanca no era cosa complicada o de gran demanda de fuerza física extraordinaria; de pronto un niño o una mujer también podían acceder a esta novedad: el trabajo asalariado. Es obvio que los primeros empresarios no tenían intenciones de proponer una reivindicación de derechos de la mujer, ni mucho menos; era cuestión de lucro, es más las mujeres recibían un tercio del sueldo de un varón: eran más baratas. Incluso para los pensadores socialistas de esas épocas era raro que se les cruzase por la mente una liberación social y mental de la mujer. Muchas lucharon en solitario, incluso muriendo por la causa de una emancipación femenina: Rosa Luxemburgo (asesinada) o las hermanas Pankhurst (muchas veces ambas en prisión).

Pero la historia de las ideas sobre la identidad del género femenino, del alma femenina, ha tenido una larga evolución desde el mundo helénico hasta nuestros días, en diversos espacios artísticos como intelectuales: desde Hipatia de Alejandría y Safo hasta Sor Juana Inés de la Cruz, desde Santa Teresa de Jesús hasta Marguerite Yourcenar; desde Flora Tristán y Selma Lagerlöf hasta Simone de Beauvoir, Margaret Mead o Susan Sontag; a inicios del siglo XXI occidental, hay un gran camino por recorrer aún. Sin embargo, la dinámica de la sociedad es contundente en los avances vividos; pese a que aún hay sombras oscuras que se ciernen sobre lo recorrido, sea por factores económicos (de apariencia sutil) o por los más terribles centrados en lo dogmático, como los religiosos (talibanes o las ortodoxias monoteístas, incluida el catolicismo). Desde el Informe Hite, la mujer va redescubriéndose a sí misma corpóreamente, y esta identificación de un Yo potencial le permite intentar roles nuevos en nuestra sociedad.

En siglos pasados, la mujer hubo participado en política, economía, ciencia u otros aspectos; muchas veces ella debía asumir un falso rol masculino; tal como lo indicaba María Rostwowroski sobre esas mujeres caudillos que tomaron el liderazgo político militar en el mundo quechua durante la desarticulación de la sociedad inca; casi como una explicación sistémica, el desplome del liderazgo masculino es acometido por el femenino, y así entenderemos a un personaje injustamente olvidado como Micaela Bastida. Cuando dominaba la cultura europea (basada en lo judeocristiano) de todo el mundo occidental, muchas mujeres se transformaron en hombres para poder tener acceso a campos del saber o de otros intereses reservados a los hombres: he ahí las historias de la Monja Alférez (Dominga Gutiérrez Cossio) o Aurora Dupin, convertida en George Sand; o Sidonie Gabrielle Colette, quien como la Sand, gustaba vestir de hombre; muchas vivieron bajo la sombra de grupos intelectuales dominados por varones; pocos conocemos a la pintora impresionista Bertha Morissot, más a Frida Kahlo o Georgia O´Keeffe. Pese a todo, el universo crece: Indira Gandhi, Golda Meir, Ana Pavlova, Madame de Pompadour, Marie Curie, Isadora Duncan, Janis Joplin, Dolores Ibarruri, Margaret Thatcher, Gabriela Mistral, Billie Holliday, Marguerite Duras, Coco Chanel, Edith Piaf, Mae West y miles de mujeres más anónimas ellas como Las locas de la Plaza de Mayo o las campesinas de Ayacucho, quienes gracias a su gestión se creó un museo de la memoria. Interesante es saber que en las sociedades latinoamericanas, identificadas como machistas, las mujeres han ganado un importante terreno político y han presidido varios países como Chile (Michelle Bachelet) o los presiden con sus aciertos y bemoles (Dilma Rousseff del Brasil y Cristina Fernández de Argentina)
Estas películas podrían estar en cualquier otra temática, pero nos muestra una visión particular de la mujer en diversos contextos humanos, desde lo geográfico hasta lo histórico. 


JULIA (FRED ZINNEMANN) (1977). Director comprometido con films enmarcados en intensos conflictos sociales, nos ofrece esta película que nos cuenta la historia de dos amigas, Lillian Hellman y Julia, quienes toman rumbos diferentes en sus vidas y se van a encontrar momentáneamente en una Europa enloquecida por la Segunda Guerra Mundial. Lillian, autora de esta obra llamada Pentimento, va narrando en off la historia en ausencia de su amiga, que había decidido ir a estudiar psicoanálisis con Freud en Viena y ve el crecimiento del oscuro Partido Nazi. Julia comienza a mover sus vínculos para comprar la liberación y huida de cientos de judíos cuyo futuro era bastante sombrío como ya la historia nos lo ha demostrado. Julia, comunista ella, compromete a todas las personas posibles para esta causa. Sólo Lillian se reencontrará con Julia para identificar su cadáver. Intenso film con una excelente actuación de Vanessa Redgrave. La misma autora del libro ayudó en la construcción del guion.


LUCÍA (HUMBERTO SOLÁS) (1968). Película cubana de gran disyuntiva. Quizá uno de los problemas más grandes y conflictivos para cualquier movimiento hacia la equidad y la justicia es el del género: la posición de la mujer en una nueva sociedad. En este caso, la idealizada por la revolución castrista triunfante en 1959. Así, bajo esta motivación y a través de 3 coyunturas históricas de la sociedad cubana, este film nos muestra a 3 mujeres, Lucía, en 3 momentos históricos y las difíciles situaciones de la mujer en su rol en la sociedad. Los roles que vemos no son estáticos, sino muy dinámicos, como la sociedad misma. Pero, ¿el statu quo? Incluso en la última de las tres historias, ya durante el periodo castrista, el macho no cambia de actitud pese a la nueva ideología que los rodea. Pastor Vega, otro interesante director cubano, hizo un film con el mismo contenido: Retrato de Teresa. En este trabajaba su esposa, quien encarnaba el rol de Teresa. En la película, la madre (actriz) de Teresa le decía que los patrones sociales de género no los cambia “ni Fidel”. Está bien una revolución, pero no tanto. Al 2013, 54 años después, ¿cómo pensamos al respecto?

LA MUJER SIN CABEZA (LUCRECIA MARTEL) (2008) Este film argentino de buena factura es dirigido por una mujer que cosecha sólidos con películas que retratan a la sociedad de clase media de las provincias argentinas. Como mujer, hace la reconstrucción muy sólida de este personaje maduro que se enfrenta a un accidente de carretera provocado por un descuido suyo. Lo que pensaba ser un simple atropello de un animal salvaje, se va convirtiendo en otra triste historia. Verónica, la mujer que “va perdiendo la cabeza”, va temiendo lo peor; pero sus familiares tratan de negar cualquier posibilidad de haber sido la causante de un fatal accidente. Y le van borrando cualquier evidencia para que se olvide del asunto. Sin embargo, la verdad va apareciendo de manera elíptica. ¿Indefensa, testaruda, inútil?

BOQUITAS PINTADAS (LEOPOLDO TORRES NILSSON) (1974) Film basado en la novela de Manuel Puig. La historia transcurre en una ciudad provinciana argentina de los 30. La muerte de un hombre, Juan Carlos, por tuberculosis hace recordar a su ex amada los diversos amores furtivos que Juan sostuvo con diversas prostitutas. Tanto la novela como el film nos muestran la represión sexual castrante sobre las mujeres en las pequeñas ciudades provincianas, acompañada de gente chismosa y frustrada. La mujer que tuvo la mala suerte de ser engañada es censurada cruelmente por las mismas personas de su género. Poca o escasa solidaridad para aquella que se convierte en la comidilla de hombres y mujeres que dicen ser los paradigmas de la moralidad. Ejemplos como estos sobran. La obra del escritor Puig siempre fueron polémicas y otra de ellas, El Beso de la Mujer Araña, fue llevada con éxito al cine por el brasileño Héctor Babenco.

miércoles, 13 de febrero de 2013

PAUL NEWMAN, MÁS QUE UN PAR DE OJOS AZULES

“El guapo antihéroe”


Luis Cano


Paul Leonard Newman nace en Shaker Heighs, Ohio, el 26 de enero de 1925 en el seno de una familia emigrante de Centroeuropa. El padre tenía orígenes judeo alemanes y la madre, húngaros. La familia regentaba una tienda de artículos deportivos y tenían las fuertes intenciones de ver a su hijo un experto agente de bolsa, realidad que felizmente nunca se concretó. Pese a que realizó estudios de Economía en la Universidad de Kenyon (de la que fue expulsado), las tablas lo jalaron y el arte ganó a un actor que logrará su espacio estelar en ese mundo de luminarias. Paul gustaba de deportes de adrenalina, como el automovilismo. Postuló a la marina con el fin de convertirse en piloto, actividad que tuvo que desistir por ser daltónico. Estuvo casado en primeras nupcias con Jackie Witte, con quien tuvo un hijo Scott, quien moriría a los 28 años. Su matrimonio no duraría mucho y, luego de la separación, se marcharía a Nueva York para meterse en el mundo de las tablas, actuando en la obra Picnic en 1953. Obtuvo su primera oportunidad al ser elegido para interpretar un film del cual en el futuro se arrepentiría: El cáliz de plata. Pese a no ser un gran film (incluso hizo un arrepentimiento público a través de la revista Variety), sí le abrió las puertas para otras películas hasta obtener su espaldarazo con La gata sobre el tejado caliente. Aunque su atractivo físico era una puerta de entrada para algunos films, él prefería ser considerado con actor de carácter, más que un sex-simbol; así pues rechazó varios papeles en los cuales se iba a explotar más su físico que su talento. En uno de los films rodados a finales de los 50, Paul conoció a la mujer con la cual viviría hasta el día de su muerte: Joanne Woodward. Esta inteligente actriz ha de rodar con su esposo varios films, algunos buenos; otros, bastante regulares. A lo largo de sus 83 años de vida, Paul hizo papeles diversos, incursionó en el drama, comedia, western, detectives. Su interés en el cine no se limitó a actuar, sino a dirigir, llegando a realizar cinco films de su factura, incluso una de ellas, Rachel, Rachel, fue candidata a mejor film.

Fue además un apasionado defensor de los indefensos y participó en actividades en favor de la niñez, colaborando permanentemente con la Unicef. Además, debido a la causa de su hijo Scott por sobredosis, creó una fundación Scott Newman para el tratamiento de jóvenes adictos. Abrazó causas políticas, por ejemplo contra Nixon, quien no dudó en ponerlo en su lista negra. Con el cine y su gran amor por la niñez, también tuvo gran afición a los autos, afición que compartió con su amigo Steve McQueen. Newman logró incluso ganar un segundo puesto en la famosa Vuelta de Lemans a los 70 años, siendo uno de los corredores de carrera más longevo en cualquier competencia de esta modalidad. Tanto amaba este deporte que prestó su voz para el film de animación Cars.

Paul Newman fue, en el fondo, un gran rebelde, una persona que trataba de sacar su lado malo para hacer el bien, disconforme del sistema y hasta con tintes de contestatario como lo hizo a través de la elección de algunos de los personajes elegidos para ser representados. Nunca quiso ser sólo un rostro bonito. Felizmente la memoria lo recordará más que eso. Dejó este mundo el 26 de setiembre del 2008. Le sobrevive su viuda.

LA GATA SOBRE EL TEJADO DE ZINC (CAT ON A HOT TIN ROOF) RICHARD BROOK 1958 Obra teatral de Tennessee Williams, fue el primer gran éxito de nuestro actor, quien encarna al hijo de un empresario enfermo. Paul hace el papel de Rick, un joven que extraña a su deportista amigo, muerto en un accidente, con quien parece mantuvo una relación homosexual. La esposa de Rick, Maggie (Elizabeth Taylor, bella) trata en todo lo posible llevar adelante un matrimonio que hace agua y con la competencia de un insulso hermano de este y su arribista esposa quien lo llena de hijos para hacerse atractiva y necesaria para el patriarca. Toda la historia bajo la opresión calurosa del sur racista y conservador norteamericano.

LA LEYENDA DEL INDOMABLE (COOL HAND LUKE) STUART ROSENBERG 1967 Quizá uno de los films más emblemáticos de nuestro actor, interpreta a un joven llegado de la guerra que se convierte en una suerte de desadaptado social y es llevado a prisión por haber destruido propiedad pública. Un perfecto disconforme, un verdadero rebelde que busca cómo evadirse de la prisión y mofarse de las reglas y los castigos. Hay un par de escenas en esta película que la hacen bastante memorable. Luke nunca fue dominado y el sistema se encargará de deshacerse de él (como lo hace cualquier sistema para mantener el status quo). Increíblemente, Paul decía no gustarle mucho este personaje, aunque lo interpretó de manera redonda.

EL GOLPE (THE STING) ROGER ROY HILL 1973 Esta es película hecha para que Paul Newman compartiese como una pareja de actores pendencieros atractivos ya maduros de los años 70 con Robert Redford. La película es muy ingeniosa y nos muestra a este par de timadores que se unen para vengar el asesinato de un buen amigo de ambos por parte de un capo de la mafia en el Chicago de los años 30. El plan urdido es genial y no está exento de diversos peligros que acechan a ambos truhanes. Las escenas finales son de antología.

EL COLOR DEL DINERO (THE COLOR OF THE MONEY) MARTIN SCORSESE 1986 Un film biográfico del gran billarista Eddie Felson, caracterización que le valió nominación al óscar. Hace una buena dupla con un jovencísimo Tom Cruise para formar una pareja de jugadores para ganar dinero, es una sociedad muy volátil, unidos por el afán de ganar. Newman venía de una mala racha de actuaciones que no iban a su nivel, puesto que trabajó en una serie de films de dudosa calidad, como los que proliferaron en los 70: cine de catástrofe. Hasta que Scorsese le ofrece este papel por el cual ganó el óscar a la mejor actuación. Ya en 1961 había hecho otro film centrado en el billar y, tras el film, aprendió a jugar bien este deporte de salón, por lo que la caracterización no le fue difícil.


TARATA, LA SIERRA AMABLE DE TACNA

























Mi segundo día en Tacna iba a depararme varias sorpresas de esta zona que ofrece pequeños tesoros si uno sabe abrir bien los ojos. Y esos pequeños tesoros se iban a encontrar en la sierra de este departamento: Tarata.


Para muchos peruanos el nombre de Tarata evoca uno de los momentos más tristes de nuestra reciente historia: una calle miraflorina que recibió un terrible ataque terrorista con varios muertos y muchos edificios colapsados. Este recuerdo triste empaña, en cierta manera, el verdadero espacio que recibió este nombre hace muchos años. Es evocado también, para los que gustan de la historia, como el primer pedazo de territorio devuelto por Chile, luego de una larga ocupación. Pero muy pocas personas del resto de país no lo evocan como un bello espacio de la serranía sureña con bellos paisajes, edificios coloniales escondidos, espacios arqueológicos rescatados y gente muy amable que transitan por sus calles, calzadas y campos. Así que ese viernes 18 de enero me fui a encontrar el significado geográfico de esta palabra. Y el encuentro fue fascinante. Había arreglado ya el tour desde Trujillo y todo marchaba sobre ruedas. Coordiné, a mi llegada, con la agencia y acordaron recogerme de mi hotel a las 8 de la mañana. Como desperté temprano, aproveché para dar una vuelta por el paseo cívico (que hace el papel de plaza de armas) que se hallaba frente a mi hotel. Esta espacio está rodeado de todo tipo de negocios, descendí un par de cuadras para ver la bella pileta (de origen francés) que representa las cuatro estaciones del año (parte inferior) y en la superior se ve a cuatro niños jugando. Me dirigí a la catedral, imponente, e ingresé un momento para no perturbar el oficio religioso. Luego, en camino nuevamente al hotel, me detuve frente al arco parabólico en el que se hallan Don Miguel Grau y Francisco Bolognesi. Fue inaugurado en 1959 y siempre se halla lleno de turistas que quieren tomarse fotos con las grandes estatuas. Espero que sepan a quiénes representan y lo que hicieron por el país. Ahora ignoramos tanto de nuestra historia.

A las 8 de la mañana, Martín, nuestro guía, llegó a la sala de entrada del hotel y me recogió; íbamos en el auto, fuera de nuestro guía Martín y el piloto, dos pasajeros chilenos más, madre e hijo, Milene y Sebastián Suazo, quienes venían desde Antofagasta a pasar sus cortas vacaciones en Tacna comiendo rico y visitando los lugares de nuestro país. Un poco incómodos en un inicio, nos fuimos acomodando. Pero hubo detalles que deben ir mejorando para estos casos: no habían aún cargado combustible y nos fuimos a una gasolinera con todos los pasajeros; no habían recogido los refrigerios y también tuvimos que ir a una casa a esperar recogerlo; y, por último, antes de salir de Tacna, nos apostamos en la gran duna-cerro que es Alto de la Alianza, zona que actualmente se ha convertido en una zona semiurbana, para hacer unas últimas compras y me pareció interesante hacer unas tomas fotográficas cuando se acercaron dos señores con no tan buen talante a hacerme algunas preguntas. Luego de esta situación un poco tensa, nuestro guía nos explicó que las personas afincadas en este barrio son, en su mayoría, personas procedentes de Puno, comerciantes y contrabandistas con Bolivia y Chile por lo que mi posible pinta de periodista fotógrafo les resultaba ya una amenaza. Tacna tiene varios mercadillos de productos ilegales, sea por contrabando o piratería. E, incluso, hay ciertos meses en que los contrabandistas hormigas abren grandes ferias para ofertar sus productos traídos desde Bolivia en las caravanas que cruzan ilegalmente hacia Puno y luego a varias ciudades del sur peruano, como Arequipa y Tacna. Todo esto se acentúa por su condición de zona franca, libre de impuestos. Todo esto marca la fisonomía de esta ciudad y será bastante difícil que cambie esta condición. Los peruanos “bajan” a comprar vehículos de segunda, o artefactos eléctricos (algunos de dudosa procedencia), mientras que los chilenos “suben” para aprovechar sus servicios baratos. Está, pues, en una encrucijada que le ha dado muy buenos réditos en estos últimos años. Cuando visité la ciudad en 1993 fui a Alto de la Alianza a conocer el monumento conmemorativo a la batalla por la ciudad y toda la zona estaba desierta, deshabitada. Ahora el paisaje es otro; en vez del paisaje de arbustos resistentes a la sequedad, ahora hay pequeñas casas de esteras y ya muchas de material noble. No fui al monumento esta vez, pero me figuro que desde este (el monumento) ya se deben comenzar a vislumbrar las casas “arriba el cerro”.

Ya pasadas estas tres obligatorias paradas, nos dirigimos a nuestros destinos. Nos narraba Martín Alonso, nuestro guía, que antes para ir hasta Tarata tomaba casi 8 horas; ahora con una pista asfaltada se hace en algo de tres horas, con paradas y todo. Y hay que detenerse, puesto que había que contemplar los paisajes diversos que iban cambiando a medida que íbamos ascendiendo. Nos deteníamos algunas veces para ver los lechos de ríos secos y las marcadas estribaciones andinas por las que íbamos bordeando hasta que llegamos a las ruinas de un puesto de frontera en desvío a Palquilla. En este puesto se ubicaba la guarnición chilena después de la devolución de Tarata a Perú el 1 de setiembre de 1925. Y sería la frontera hasta el 28 de agosto de 1926. Ahora sus ruinas acogen un poco de basura abandonada por viajeros. Frente a las ruinas del puesto se ve una suerte de tambo, donde solían guardar sus víveres. Esta zona ya está por encima de los 1500 metros y se siente frío. Nuestra siguiente parada iba a ser La Apacheta, un alto en el camino que acoge dos capillas y punto desde el cual ya tienes otro paisaje. Distingues la cordillera nevada del Barroso. Como el día estaba un poco nublado, los dos volcanes, Yukamani y Tutupaka, eran apenas perceptibles. Pero ya distinguíamos verdor y ya rastros de andenería. Un espectáculo genial. Aquí hicimos varias fotos y comenzamos a buscar un poco de abrigo. Una de las capillas acoge un altar para una imagen que no permanece en este lugar sino que la traen desde alguno de los pueblos aledaños durante sus fiestas.

















































Seguimos en camino a ver una verdadera joyita: la iglesia de Tarucachi. En un pequeño pueblo totalmente campesino hallamos esta iglesia colonial que tiene una pintura original de origen vegetal y que así la preservan. Nuestro guía nos comentaba que en el interior hay frisos antiguos y la imaginería era de la época. Pero la iglesia está a cargo de un pastor que había salido a ver su ganado. Decidimos ver el interior al retorno. Fallido intento, para otra vez será. Antes de entrar a Tarucachi, hicimos un alto en la carretera para ver una caprichosa formación de piedras que, según la leyenda, representa el castigo a una pareja de jóvenes que no lograron consumar su amor por razones sociales. La leyenda atrae a enamorados a buscar “su bendición”. Ahora sí, nos enrumbamos a Tarata. Aquí nos íbamos a hallar con un pueblo limpio, ordenado, con todos los servicios, una bella iglesia y un simpático mercado. La iglesia de San Benedicto está hecha en sillar y ha sido reconstruida luego del sismo del 2001. La reconstrucción ha respetado la estructura de la iglesia, se ha cambiado el techo (que se desplomó) así como las torres, pero la nave central y su fachada han sido limpiadas para mostrar su esplendor. Luego de ver la iglesia y dar una breve vuelta por el mercado para comprar las manzanas de la zona, nos dirigimos a un interesante objetivo: un trecho de camino inca puesto en valor. Es un tramo de unos dos kilómetros que desciendes y asciendes en este camino usado por la población. La historia no se ha detenido, vimos a personas solas o con ganado yendo y viniendo por este sendero. Y desde aquí sí ves la maravilla de la andenería preinca (es Colla), que rodea todo el valle y las faldas de los cerros vecinos. Luego de una caminata de descenso y ascenso, llegamos a un tramo que contenía una serie de cortos túneles y pequeñas cuevas que teníamos que ascender. Bonita experiencia.
Tras la caminata, nos dirigimos al poblado de Ticaco, lugar donde almorzamos (fue un almuerzo excesivamente generoso) y visitamos su mirador. En el camino a Ticaco, pudimos ver tres cachorros de una suerte de tigrillo (aunque es una especie no natural de la región). Ya las lluvias vespertinas comenzaban a acechar y no logramos ver todo el valle en su amplitud debido al colchón de nubes que iba cubriendo la zona. Así que nos dirigimos a los baños termales de Putina. Las instalaciones se están mejorando, te ofrece una piscina descubierta y varias habitaciones privadas para que puedas tomar un breve baño. Las aguas llegan a la temperatura de 40 grados y te debes exponer por no más de 30 minutos. Entré a uno de estos cuartos y tomé un baño relajante. Salí envuelto en mi casaca para evitar el fuerte choque de temperatura.

Tomamos nuestro camino de regreso, descendiendo a regular velocidad, una parada otra vez en La Apacheta para darle una última mirada a aquel valle interesante. Llegamos a Tacna promediando las 6 pm. Por la noche iba a encontrarme con mis amigos de colegio, reunirnos luego de 40 años..


domingo, 3 de febrero de 2013

TACNA, UN BUEN REENCUENTRO


Tacna es una ciudad con la que tengo ciertos vínculos entrañables. Viví en esa ciudad por casi tres meses en 1971, año en el que aún estaba en el colegio en Arequipa y mi padre me envió a casa de un amigo de su infancia que trabajaba como médico en el Hospital Regional de esa ciudad. El Dr. Arana y su esposa tenían fuera de su casa, cerca al Hospital, una gran parcela de terreno de cultivo y ganadería en La Yarada; además de una pequeña casa de playa en Boca del Río. En 1971, la ciudad era pequeña y para mucha gente la meta de Tacna era como una pascana para pasar a Arica en Chile. En 1993, hice un viaje a Bolivia y viajé en AeroPerú en un vuelo que hacía una escala en Tacna antes de dirigirse a o retornar desde La Paz. En mi retorno de aquel agosto de 1993, aproveché esa escala por un día y medio para visitar nuevamente al Sr. Arana e ir a Arica a ver el Morro, comprar algunos discos de música chilena (tipo Jaivas, Inti Illimani y otros), además de algunos diarios y revistas. Tacna, en ese entonces, no tenía mucho que ofrecer, salvo su siempre simpática plaza de armas y algún que otro rincón. No más.

20 años después muchas cosas han cambiado. La ciudad tiene un dinamismo notable y la población se ha duplicado de manera cuantiosa como lo comentaron amigos que viven en Tacna ya hace varios años. No sólo el comercio es el que ha crecido (lastimosamente la informalidad se ve por todas partes), sino una serie de servicios que se ofrecen a cientos de turistas chilenos que pueblan sus hoteles, restaurantes, calles y casinos. Tacna vive de ese comercio que lo caracteriza como cualquier ciudad de frontera; pero también puede ofrecer muchas más cosas que sólo ir a comprar contrabando, artículos libres de impuestos, vehículos de segunda mano o piratería. Puede ofrecer mucho más, pero aún está fuertemente vinculada a esa actividad. Digo esto, puesto que muchos elementos arquitectónicos de la ciudad bonita que solía ser en los 70 (como la recordaba) están siendo demolidos para dar paso a centros comerciales de negocios irregulares que afean una alameda que recuerdo como uno de los más bellos lugares de la ciudad (y que hubiese sido la envidia de cualquier ciudad): la alameda Bolognesi. Tacna en los 70 era una ciudad con bellas casas amplias de inicios de siglo, el XX, e incluso algunas de la época de la ocupación; también solía haber casas con techos de estilo mojinete, muy frecuentes en esta zona, y también Moquegua, que alternaban con esas inmensas mansiones. La alameda se está poblando de edificios neutrales como pabellones que han ido desplazando la tranquilidad de esta amplia avenida bajo cuyas losetas se halla en río Caplina (está canalizado). Vi con tristeza muchas casas derruidas que esperan su final irremediable. Lo que sí se ha salvado a esta vorágine son las palmeras, un símbolo distintivo de este paseo y de la ciudad misma. Lo interesante es que el paseo de palmeras se extiende más allá de los límites y llega hasta sus distritos. La expansión urbana de Tacna es sorprendente: el primer día fuimos hacia Pocollay, nombre aimara que significa “tierra de pukos u ollas”, una zona que ya es totalmente residencial, bastante bien urbanizada y perteneciente prácticamente al casco urbano tacneño. Aquí hicimos la visita a un viñedo y sus generosos productos: piscos, macerados y vinos. Tacna es un valle con viñedos y olivares (sus aceitunas son de excelente calidad) que tuvieron un auge notable hasta antes de la guerra con Chile. En los últimos años, y gracias al boom gastronómico, los viñedos y bodegas productoras de pisco, sobretodo, han permitido revalorizar su trabajo y han mejorado en calidad los derivados de la vid. Aún falta mejorar el vino, pero ya hay un camino trazado que Tacna no debe descuidar. Hay paquetes turísticos que ofrecen “la ruta del pisco”, pero hay que tener un poco de cuidado, puesto que luego de varias visitas y catas terminas medio borracho. Luego de la visita a esta bodega, El huerto de mi amada, nos dirigimos a Pachía  que se encuentra a unos 17 kilómetros de la ciudad. Pachía es una pequeña distrito que ya su ubica en altura (¡1,095 m.s.n.m.!)  y comenzamos a sentir un poco de frío. La zona es muy buena contra enfermedades pulmonares y tiene un hospicio para aquellas personas que quieren mejorar su salud, regentado por monjas. Contaba el guía que muchos chilenos ya mayores han hallado en este lugar el sitio ideal para descansar y mejorar su calidad de vida en la vejez. Tiene una pequeña iglesia, San José, reconstruida por la comunidad misma y posee aún algunas casas con el estilo mojinete; incluso se ven construcciones modernas que imitan este estilo de edificar los techos. Esta zona fue un lugar de intenso tránsito comercial que ve su esplendor en la colonia, cuando era vía obligada del comercio de Potosí, sus famosas minas de plata, con Arica. En 1843, durante las guerras entre Castilla y Vivanco fue momentáneamente capital del Perú (interesante), pero tuvo corta duración. Fue una corta visita a este simpático lugar, puesto que nos dirigíamos a Miculla, un lugar para la imaginación.

Miculla tiene dos atractivos: una extensa área cubierta de petroglifos (y aun hay geoglifos, como comentaba nuestro guía) en un espacio de 42 ha. Y los baños termales que se hallan muy cerca, a los cuales llaman Calientes. El primer atractivo amerita una visita más extensa, ya que vale la pena hacer una buena caminata para ver las piedras con dibujos hechos desde tiempos inmemorables (preinca). Algunos investigadores calculan más de 1500 piedras que tienen diversas y variadas manifestaciones, hasta las más discretas. Se llega a una suerte de museo de sitio, en el cual podemos ver varias piedras en excelente estado que muestran dibujos de los más diversos, zoomorfos, antropomorfos, algunos mostrando cacerías o rebaños; algunos, quizá, danzas; algunos tienen referencia astronómica. Las hipótesis son varias. Como teníamos poco tiempo y se avizoraba una lluvia, la visita se redujo a ver el complejo de sitio y hacer una breve caminata hacia un puente colgante (para muchos de los jóvenes fue lo más atractivo), lugar que es simpático (fue construido por el ejército, ya que esta zona pertenecía a esta fuerza armada), seguro, pero que no deja de tener sus riesgos. Una vez cruzado el puente y como se veía que la gente estaba fascinada con cruzarlo y balancearse, pedí al guía si podía ir a uno de los observadores cercanos para tener una mejor visión e idea del lugar: es impresionante. Contemplas desde uno de los miradores ese espacio árido que, según algunos historiadores, fue un gran centro ceremonial de culto al agua y a la fertilidad. Sorprende esta teoría por ser en la actualidad una zona árida; pero, como zona desértica, en temporadas de lluvias quizá esto cambie. No lejos de allí se halla en río Caplina. Una vez culminada nuestra visita y con escampando la lluvia, nos dirigimos a Calientes, los baños termales, lugar en el que hicimos una buena pausa. Como había bajado del avión y tomado el tour, no había almorzado, así que aproveché para comer algo sostenido en una de sus numerosas pascanas del lugar. Pedí un choclo con queso y un picante del lugar, a base de mondongo. Media hora después estábamos de vuelta a Tacna. El cielo ya se iba oscureciendo y llegamos a la ciudad promediando las 7 de la noche. Quedé con un amigo de colegio para cenar, y así lo hicimos. Tacna tiene una buena oferta gastronómica. Como José Castro, mi amigo, es un médico muy conocido de la ciudad, me sugirió algunos lugares y decidimos comer una buena parrillada en un restaurante de unos argentinos que nos sirvieron de manera prodigiosa, todo rociado con buenos vinos. Nos acompañó su hija menor y su enamorado. Luego de la opípara cena, José me llevó a ver la extensa ciudad en la que se ha convertido Tacna. Tiene su baipás, extensas y cómodas avenidas que conectan con diversos barrios nuevos de la ciudad y me llevó a ver un nuevo estadio en edificación. Cuando lo vi, pensaba que ese era el ideal para Trujillo y sus próximos Bolivarianos. Sueños de opio. Una cosa que me llamó poderosamente la atención de esta ciudad es el tránsito. Es muchísimo más ordenado. Los choferes respetan el semáforo, la cebra peatonal, el derecho al ingreso de un óvalo, el uso del claxon. La influencia y la frecuencia de autos chilenos en el tránsito de esta ciudad han dado sus frutos. No quiero decir que no haya desadaptados por sus calles y carreteras, pero el respeto a las reglas es mucho más evidente. Es una notable influencia que caería de perillas en nuestras ciudades caóticas.

José fue a dejarme a mi hotel en plena Plaza de Armas. Así terminé mi primer día en Tacna.