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Trujillo, La Libertad, Peru
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sábado, 23 de octubre de 2021

ANCASH Y SU NUEVO PATRIMONIO MUNDIAL: CHANQUILLO (CRÓNICA DE VIAJE)





Sábado 09 de octubre. Una visita que iba a reeditar, pero en otro contexto. Cuando en 2019 estuve en el lugar, en esta cuarta visita se hacía luego de que Chanquillo se la haya declarado Patrimonio de la Humanidad. En octubre del 2019 había ido con Galai Ahmed para una breve visita al lugar. Una cuarta visita no cae mal. E iba con varias personas que visitaban el lugar por primera vez. Nos levantamos temprano para dejar el hotel y recoger la camioneta de la cochera. El día anterior nos habían recomendado ir a desayunar al Hotel El Farol y no nos íbamos a arrepentir. Estuve en este hotel en mi primera visita en 1985. Habíamos llamado para buscar hospedaje ahí, pero quedaba una sola habitación. El Farol tiene también una sucursal en la playa Tortugas que visité en 1997. Había leído opiniones no muy positivas del lugar, pero el desayuno sí valió la pena. El lugar no estaba lleno por la hora, pero cuando habíamos acabado nuestro suculento festín iban llegando parejas y familias, algunos con niños muy pequeños. Hora de poner pies en polvorosa. Nuestro plan era ingresar al lugar por la parte superior (la fortaleza) y luego descender al Calendario lunar/ solar. Tomamos la autopista y, sí, lo recomendable es ir en una 4X4. No hay una señalización clara de ingreso al lugar y no está asfaltado; sin embargo, está asentada y han logrado ingresar, como nos comentó el vigía del lugar, que ya habían entrado vehículos pequeños. Mejor no arriesgar. La persona que viene de Lima o Huarmey tiene el ingreso a la mano derecha; nosotros tuvimos que ver un tramo en el que podíamos cruzar a la otra ruta de la autopista para ingresar al lugar. Ahí comienza la odisea. Aunque no está lejos de la carretera, había ciertos tramos cargados de arena; al llegar a nuestra meta, el guía nos indicó que luego podíamos descender al Calendario por un sendero que sí era más riesgoso (no para una 4X4) y nos evitábamos tener que salir a la autopista y tomar otro sendero más largo en distancia. Cuando visité el lugar en el 2011 con Orietta y Carmen aún la autopista no estaba concluida en esta zona por lo que fue más sencillo. Esperemos que esto a futuro mejore. Aquí están los detalles de mi viaje en ese entonces: https://www.blogger.com/blog/post/edit/4795243307169787731/1595814788900386402. Una vez estacionada la camioneta, nos fuimos a visitar el lugar. Había un grupo de trabajadores con sus familias que iban a recorrer el lugar. Ya está señalizado un sendero por el cual caminar y no afectar los pocos muros que no están colapsados. El sitio tiene anillos de piedra que rodean los restos de un santuario. 





Y a lo lejos se distingue el calendario, ese que ha hecho que el lugar arqueológico haya sido nombrado Patrimonio de la Humanidad. Aquí alcanzo la crónica de mi viaje en octubre del 2019: https://elrincondeschultz.blogspot.com/2019/12/chankillo-sechin-chimbote-otras-grandes.html. Buscamos al arqueólogo Alcides Álvarez, quien en octubre nos dio varias indicaciones del lugar y los recientes descubrimientos de ese entonces. Me hubiera gustado felicitarlo, pues sé que el trabajo en conjunto de todo ese equipo que involucra a académicos y pobladores, liderados por Iván Ghezzi, han logrado este reconocimiento. En cierta manera, Chanquillo o Chankilllo va a terminar de cambiar el rostro de Casma y de la región. Su nombramiento va a atraer a un tipo de turistas especializados y amantes de estos espacios con las características que encierra no solo los restos arqueológicos, sino el espacio físico geográfico y el social que ahora tiene que asimilar esta nueva realidad: eso va a implicar cuidar este patrimonio, conocerlo, mejorar servicios (hoteles, restaurantes, lugares de descanso), articularlo con ese espacio que es Tortugas y el mismo Chimbote, el sistema vial y la conectividad. Todo esto se va a venir a la zona si es que la población sabe manejar este tesoro que les ha llegado de pronto. Aquí hay más datos: http://www.fondecyt.gob.pe/interactiva/fondecyt-informa/chankillo-el-observatorio-mas-antiguo-de-america-esta-en-peru. Aquí hay una información más detallada del lugar: https://www.academia.edu/801593/El_observatorio_solar_mas_antiguo_de_America.






Luego de haber visitado parcialmente el observatorio, un lugar para la imaginación, nos fuimos a Sechín y su museo de sitio (Museo Regional de Casma Max Uhle). El día anterior no había abierto. Ahora tuvimos la oportunidad de ver con calma el lugar y visitar las ruinas de este extraño lugar que tiene unas figuras impresionantes talladas en piedra. Salimos de Chankillo hacia la carretera Panamericana y luego nos fuimos hacia la carretera por la que uno puede ir a Huaraz. Un par de kilómetros y llegamos al lugar. La visita al museo es siempre una forma condensada de conocer la historia de un lugar, sobre todo este tan viejo en nuestra línea de tiempo. El museo resume la numerosa presencia de espacios arqueológicos no solo de Casma, sino de una buena periferia de la costa de Áncash. La reciente renovación (2018) ya ha incluido a Chanquillo con más detalles. Hay una buena cartografía (https://www.peruenvideos.com/museo-regional-casma-max-uhle-viaje-tiempo/).





Luego de visitar el museo, nos dirigimos a Sechín. Personalmente he visto pocas cosas descubiertas en este sitio; han cubierto los restos y han puesto parantes con cordones para evitar que la gente se acerque y toquen las inmensas piedras que muestran feroces guerreros, así como pedazos de cuerpos, quizás, de víctimas de pueblos sometidos. Desde buen tiempo, se ha implementado un recorrido que permite el ascenso al cerro Sechín con el fin de tener una vista del interior del sitio y el valle: buena vista. Lastimosamente nos encontramos con un panal cuyas abejas que nos amenazaron. Aquí más datos de esta interesante visita: https://www.arqueologiadelperu.com.ar/cerrosechin.htm.







 

La idea era almorzar en Casma, pero preferimos hacerlo en Tortugas nuevamente, pues las opciones eran más numerosas. Así que nos dirigimos a este lugar, no sin antes pasar por el hotel donde habíamos pernoctado para recoger un frasco olvidado. Así, nos fuimos al dichoso balneario. Luego de visitar algunas calles sinuosas del lugar, nos dirigimos al restaurante La Barca. Un buen almuerzo para alegrar nuestros estómagos y corazones. Nuestros siguientes objetivos: Punkurrí y Pañamarca. Al llegar al óvalo de Samanco, nos dirigimos hacia la derecha en dirección de San José de Moro. Fuimos directamente a Punkurrí, pero el sitio estaba cerrado hasta el año que viene. Una pena. Esperemos que se haga una buena restauración y mejore el museo de sitio. Así nos dirigimos a Pañamarca, sitio de ocupación moche. De la piedra pasamos al adobe. El lugar estaba abandonado. Quisimos pagar nuestros boletos de entrada, pero no había nadie. Pero las puertas estaban abiertas y un señor nos indicó que sus hijos estaban bañándose en una laguna cerca del lugar y que podíamos ingresar. Hay mucho por hacer. Aquí información sencilla del lugar: https://turismoi.pe/arqueologia/ciudadela/ciudadela-de-panamarca.htm







Como el día anterior, decidimos irnos hacia la mar: Samanco. Es un gran terminal pesquero. Da el nombre de toda la bahía. El acceso al puerto estaba abierto por lo que decidimos ingresar al muelle en el que vimos muchas aves (sobre todo, pelícanos) y un barco totalmente deteriorado. A lo lejos veíamos Vesique. 






Con el objetivo de partir a Chimbote, preguntábamos por diversos hoteles y todos estaban ocupados. Así que decidimos regresar a Trujillo. En la entrada de Chimbote, ubicamos un lugar para lavar la camioneta. Una vez concluido el lavado, nos enrumbamos a Trujillo, donde llegamos a las 9 pm. Fin de este corto viaje.





domingo, 29 de diciembre de 2019

CHANKILLO, SECHÍN, CHIMBOTE: OTRAS GRANDES OPORTUNIDADES




Viernes 25 de octubre. Chimbote. La Municipalidad de Nuevo Chimbote organizó su Feria Internacional del libro. Gracias a Augusto Rubio, pude ir a esta feria para poder acompañar a Ahmed Galai, ciudadano tunecino quien fue uno de los ganadores del Premio de la Paz del año 2015 (https://www.youtube.com/watch?v=93J27Q6DDf4). Estaba invitado para la inauguración y para dar un discurso a la juventud (http://www.noticiasser.pe/premio-nobel-de-la-paz-inaugurara-la-feria-del-libro-de-nuevo-chimbote-2019). Me pasaron a recoger por Trujillo por la noche del jueves y así fuimos al aeropuerto para buscarlo en el Aeropuerto. De ahí nos íbamos directamente a Chimbote para dormir en nuestro hotel: Hotel Buenos Aires. Llegamos casi a medianoche así que nos fuimos a dormir directamente. El viernes nos levantamos para cumplir una larga jornada que comenzó, precisamente con la ceremonia de inauguración y su discurso. Estuve haciendo la traducción en sus diversas actividades que se desarrollaron el día viernes (https://letraschimbotanas.lamula.pe/2019/10/30/si-una-nacion-no-lee-no-tendra-desarrollo-global/viscely/). E incluso me sirvieron para escribir un artículo al respecto (https://elrincondeschultz.blogspot.com/2019/11/los-jovenes-y-la-anhelada-justicia.html). A la hora del almuerzo fuimos a un simpático lugar en el que servían prodigiosas raciones de cebiches y otros potajes. Por la noche, nos fuimos a una simpática pizzería que queda en la Av. Pacífico de un argentino que vive hace buenos años en Chimbote: Luperdi Pizza.
Lo bueno fue el sábado 26. Habíamos salido temprano para ir a ver la Iglesia de Nuevo Chimbote que es muy bonita. A cierta hora, Augusto me llamó para coordinar la partida para visitar Chankillo. Así que emprendimos el camino hacia el sur. La idea era ir a Chankillo, luego a Sechín y su museo de sitio, y de ahí partir hacia la playa Tortugas para almorzar. Esa fue nuestra intención. Pero llegar a Chankillo era un poco al albur. Felizmente la ruta estaba en buen estado y luego de un buen tramo, llegamos hasta el campamento de los arqueólogos. Ya están aplanando la ruta, pues ya tiene cierta fama en el mundo del turismo arqueológico y, si se abocarán más a ello, lo convertirían en una verdadera atracción más de esta zona que es bastante antigua desde el punto de vista histórico. Nuestro país tiene una fuente inagotable que debe de explotar de manera ordenada, inclusiva y sistemática. En la trocha que lleva al lugar, nos pasamos unos cuantos metros, pero felizmente una pregunta a unos campesinos nos hizo retornar a nuestro objetivo. Desde lejos, se ve la fortaleza de Chankillo, anillos de piedra que rodean un viejo templo que contenía ídolos que fueron destruidos, como sucedió con Túcume y sus pirámides. Lo interesante e impresionante es el reloj solar, monumento respetado por las culturas que se acercaron, incluida los incas quienes dejaron ofrendas en este lugar por ser un santuario solar. Es todo un potencial. En la zona nos encontramos con el arqueólogo Alcides Álvarez Vela, quien nos dio una explicación detallada del lugar. Es todo un espacio para la imaginación. Aquí un video que explica este interesante y viejo observatorio, quizás el más viejo de toda América: https://www.youtube.com/watch?v=VzAA0s3627c. El espacio ya es noticia internacional, aunque es poco visitada por los peruanos. Hay mucha gente de Chimbote que no tiene idea de que exista: https://www.bbc.com/mundo/noticias-39890936. Quisimos subir a la ciudadela, pero ya el cansancio nos ganaba un poco y era una colina empinada. Además, los arqueólogos del proyecto se estaban retirando, pues era sábado pasado ya el mediodía. 





Salimos en dirección a Sechín a ver su museo. Este ha sido reordenado y la museografía ha mejorado considerablemente. E incluso ya incluyen información de Chankillo. Hicimos una breve visita al templo, pues ya era tarde y aún no habíamos almorzado. Nos fuimos a Casma para buscar un buen restaurante para un ligero almuerzo: fuimos al Tío Sam. Los platos son opíparos y los precios son adecuados. Aquí vienen los arqueólogos a almorzar.




Luego de nuestro almuerzo decidimos ir a Tortugas. Este es un balneario siempre atractivo. Bajamos del auto para hacer una buena caminata, respirar un poco de aire marino antes de regresar a Chimbote. El viaje fue tranquilo, pues en un principio se nos dijo que íbamos a salir esa misma noche, pero hubo cambio de planes y se decidió salir al día siguiente, domingo. Por la noche, la cena fue en el restaurante Donde Victoria. Ese día hicimos una breve caminata, pues era nuestro último día en Chimbote.




El auto vino el domingo 27, muy temprano, pues íbamos con Marco Martos quien tomaba el vuelo a Lima desde Trujillo. El domingo almorzamos juntos y llevé a Ahmed a conocer Huanchaco y la iglesia de Huamán. Una jornada intensa.