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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 22 de octubre de 2023

DELINCUENCIA RAMPANTE (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 23 DE OCTUBRE)

 


Mientras el mundo se horroriza por la tragedia humanitaria que estamos viendo en el conflicto interminable del Medio Oriente (y otras zonas más, pero que han pasado a un segundo y lejano plano como la desgracia armenia o la guerra en Ucrania) y nuestros vecinos inauguran a todo vapor sus Juegos Panamericanos Santiago 2023 en el que ninguno de los deportes colectivos tradicionales en nuestra sociedad, como el vóley y el fútbol, estará presente (grave síntoma); los avezados personajes que se cubren con la investidura de congresista continúan haciendo de las suyas. Nos lamentamos de que la delincuencia crece entre nosotros, pero esta se expande sobre nosotros y se cubre de legitimidad a la cual se prestan una serie de medios de difusión, con opinólogos y juristas con el fin de lograr el objetivo: copar todos los poderes del Estado que deben por naturaleza ser independientes para equilibrar el poder. Y el descaro ya es tan evidente que en su accionar no van creando los elementos necesarios para justificar su proceder (argumentos), sino que los van construyendo de acuerdo con lo que va surgiendo y creando los Frankenstein con los que justificarán sus asaltos al poder, mientras la economía peruana entra en una fuerte recesión y que generará, a no dudar, un fuerte malestar social este año. Los actuales líderes de los partidos políticos están midiendo las consecuencias de esto y es, precisamente, el acelerado deterioro económico y social de estos últimos meses los que pueden reventar en sus manos por lo que buscan mecanismos kafkianos chuscos que les permitan salir airosos en el problema actuando descaradamente con el fin de aferrarse a sus feudos y permanecer en ellos a como dé lugar. La anunciada recesión y la escasa respuesta al Fenómeno de El Niño (sequía en el Sur y en la zona amazónica; lluvias torrenciales en el Norte) van a ahondar el descrédito de esta casta política unida para engendrar más daño a la sociedad y acentuar la anomia social, política y económica que hemos estado viviendo en las últimas décadas: es el apetito del poder los que los hace acentuar su cinismo ante evidentes torceduras de la ley como su atención alevosa contra el JNJ y la abierta intención de tomar el sistema electoral de nuestro país. Las acciones del Congreso han sido lamentables; pero, lejos de detener su irregular accionar, han vuelto a la carga con denuncias insostenibles. Pero para estos personajes, acostumbrados a vivir en la irregularidad, se adecua a su estilo de legislar: pareciera que es la forma de vida de varios de ellos, forma que trasladan al Hemiciclo. Quieren buscar legalidad en el contubernio. Quieren el poder para legitimar su sigilosa opresión contra la sociedad peruana disconforme con los resultados de una presidente y fiscal de la nación que mendigan reconocimiento, incluso cayendo en el ridículo; y la gestión de uno de los peores congresos que hemos tenido en nuestra vida republicana. 


domingo, 9 de julio de 2023

LA CIUDAD Y EL NIÑO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 09 DE JULIO)

 



Parece que se nos viene con fuerza El Niño. Y por partida doble, tal como anuncian los servicios meteorológicos nacional e internacionales. Y todo parece indicar que volveremos a lamentarnos y comentando, posteriormente, de las medidas que debemos tomar para prevenir. Una cultura de la prevención tan asimilada en nuestra cultura, así como la de la puntualidad. Desde que mi familia se asentó en esta ciudad en 1974, he sido testigo de varios Niños que han azotado a la ciudad y que generalmente destruyen los mismos lugares o afectan sectores que luego son poblados de manera irregular hasta que alguna autoridad municipal otorga títulos de propiedad a cientos de familias que ocuparon estos territorios considerados no aptos para viviendas. Hay dos factores que entran en juego y que son causa de la rampante corrupción que corroe el sistema peruano de la construcción: tráfico de terrenos y autorizaciones o licencias a construcciones reñidas con el sentido común. El reciente caso de corrupción de alto nivel que involucra a ciudadanos trujillanos del campo de la construcción es reflejo de ello. Recuerdo en una conversación informal con un arquitecto que me comentaba que había autorizado el uso destinado a áreas públicas (por ejemplo, parques) para la construcción de viviendas; por esa razón, no es raro ver ciertas casas que están construidas cercanas a postes de alumbrado e, incluso, es parte del territorio hogareño. Simpático. El caos urbano que muestra Trujillo en sus trazados de manzanas, calles, avenidas y parques es una muestra de ello. Algunas soluciones propuestas por expertos para mitigar los efectos de El Niño han sido rechazadas por otras que recurren a otras que pueden agravar los daños. Viendo todo de manera holística tenemos soluciones peligrosas. El fallecido arquitecto Jorge Saito proponía soluciones naturales como la arborización masiva y la hechura de grandes parques mitigantes en la ciudad que podrían atenuar los efectos. Recuerdo que en los 70, el Parque Industrial tenía un cerco vivo de árboles que detenía el avance de la arena sobre la ciudad hasta que los migrantes informales comenzaron a talar estos árboles para conseguir leña y el desierto comenzó a avanzar sobre la ciudad. Ahora tenemos la presencia de Chavimochic, proyecto que ha generado grandes cambios en la ciudad como el clima y la napa freática, incrementando la humedad. Y esto agravado con el problema generado por el molón de Salaverry que exigió la construcción de una barrera rocosa en Buenos Aires. Recordemos lo que pasó en esta zona en el Niño Costero del 2017. Sin comentarios. Hay silencios que han sido nocivos para nosotros, silencios que favorecen a oscuros intereses. ¿Nuestras autoridades estarán al nivel de poder exigir a sus ciudadanos un orden urbano necesario, fiscalizar las construcciones, erradicar y reubicar lugares poblados en zonas de alto riesgo como las quebradas? ¿O serán simples cómplices y acentuarán el deterioro en el que está sumido Trujillo desde hace décadas? Ojalá tengamos autoridades que den la talla.



domingo, 18 de junio de 2023

QUO VADIS, TRUJILLO? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 18 DE JUNIO)

 Ilustración de Amorim para La Sonrisa Inca Cusco 2018




Asemejándose a la execrable y deteriorada política central, plagada de turbios y corruptos congresistas mochasueldos o con actitudes de gamonales, y personajes del poder ejecutivo ambiciosos de poder, encabezados por una lamentable presidenta; la ciudad de Trujillo va dando tumbos en espiral hacia un foso que se hace cada vez más profundo. El estilo de gobernanza de Arturo Fernández ha ido encontrando en el camino muchos detractores y poca buena voluntad de enfrentar los problemas de nuestra ciudad. La primera semana de julio, nuestra máxima autoridad edil estará cumpliendo medio año de gestión y lo que tiene en creces es el número de funcionarios renunciantes de diversos puestos del organismo municipal. Al borde de llegar al medio centenar de renuncias, esto está tornando caótica la gestión en general al descabezar procesos que se están ejecutando en momentos tan urgentes como el del enfrentar el venidero fenómeno de El Niño anunciado para inicios del año entrante. Las pocas lluvias que nos afectaron en marzo fueron un verdadero campanazo que debería servir para tener claro los objetivos y la ruta de trabajo para atenuar las consecuencias de este. No olvidar que el desastre lo hacemos nosotros por nuestra incompetencia o por las acciones dolosas hechas, productos de la corrupción (que es mucha). 

El estilo confrontacional de Fernández atrajo a muchos votantes que se sienten atraídos con posturas provocativas y altisonantes, cercanas al circo y a la gestualidad grandilocuente que cautiva a muchos. Estilos peligrosos ligados a la demagogia y que se impone cada vez en diversas partes del mundo; somos parte de este fenómeno que implica un desgaste de las clases políticas tradicionales que permiten el ascenso de personajes marginales y hasta cierto punto pintoresco, y llegan al poder. Desde Fujimori, hemos visto la desaparición de partidos como el APRA, PPC y otros y han surgido “partidos políticos” de clanes familiares u otras motivaciones usando en “pantalla” candidatos que fluctúan de acuerdo con las emociones de un electorado hastiado y muchas veces irresponsable con su voto; incluso Pedro Castillo encaja en este circuito que ha permitido que tengamos personajes insólitos en sillones municipales y regionales de muchas partes de nuestro país. Aunque en el caso regional seguimos en las mismas letanías, el sillón edil no escapa de ello. Fernández ha recibido una papa caliente, una municipalidad plagada de corrupción e ineficiencia en sectores que son una pesadilla como transporte público, seguridad, planificación urbana (¿existe?) y otros. Su actitud de desnudar la ineficiencia de sus trabajadores es, también, a la larga un reconocimiento de su incapacidad de poder haber seleccionado un personal más idóneo para su gestión. Está escupiendo al cielo. Y la posibilidad de poder contar con nuevos cuadros que reemplacen a los renunciantes se van reduciendo al ir ganando enemigos y detractores entre varios profesionales.



domingo, 9 de abril de 2023

REFLEXIONES SOBRE EL RANCIO CINISMO POLÍTICO PERUANO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 09 DE ABRIL 2023)


El mundo político peruano es fascinante. Congresistas que hacen viajes inútiles alrededor del mundo despilfarrando dinero en momentos que Boluarte anuncia que no hay muchos recursos para apoyar a los damnificados del Norte. Arreglos de oficinas con gustos exóticos que demandan cuantiosos gastos. Promoción y participación en un evento de un partido de extrema derecha español cuya esencia se basa en el racismo y la xenofobia. Una expresidenta del inefable congreso comenta sobre las muertes de ciudadanos de manera despectiva, como ella suele hacerlo. Congresistas elegidas de APP que roban el sueldo de sus trabajadores, y cuyo líder ha dicho suelto de huesos en declaración sobre el suceso del último escándalo que es por culpa del pueblo obligado al voto que tiene escoger entre la miasma que nos pone cada uno de los partidos políticos que están en carrera.

Un amigo me enviaba un correo invitándome a la reflexión personal dando un mensaje positivo por esta Semana Santa 2023, pero la realidad genera desasosiego, pues se presenta totalmente convulsionada por el rechazo político, la ineficiencia de todos los organismos públicos para enfrentar a los fenómenos naturales y la casi segura presencia de un Mega Niño que azotará no sólo a nuestro país, sino será uno a escala mundial. En pleno riesgo que podamos tener un escenario catastrófico peor que el 2017, nuestro presidente regional ha pedido permiso para ausentarse por dos semanas. Este es el contexto en el cual uno trata de buscar momentos de perdón como lo sugiere el mensaje de esta conmemoración, pero creo que ya se ha perdonado mucho la ineficiencia, corrupción y cinismo de estos individuos cuyo accionar nos hunde más en el desastre social y preventivo de las últimas décadas. La reflexión debería ser hecha por ellos, los políticos, un verdadero mea culpa del crítico momento que se vive tanto en el Sur como el Norte y la Amazonía peruanos. Su visión centralista, apañándose con buenas intenciones que nunca se van a cumplir, y la escasa cultura cívica exigen un necesario análisis honesto de la esencia de sus partidos y su organización. Lastimosamente, estos organismos políticos están plagados de malos elementos corruptos y angurrientos que aspiran a un cargo público, desde regidurías hasta la Presidencia de la República, cargos que se obtienen gracias a los votos dados a los partidos políticos. Estos no tienen sistemas de candado para evitar el acceso de tanto indeseable, reglamento interno estricto y desechar el negociado que es el voto preferencial; además, plantear su ideología que les permitan reducir tensiones absurdas entre partidos que van a campañas electorales cada vez más virulentas y moderar, lo más difícil, sus ansias de poder, como lo hemos visto en eternos candidatos como el caso de Keiko, cuyo nocivo accionar ha creado todo el caos político que vivimos los peruanos desde la caída de PPK. ¿Lo harán?



domingo, 19 de febrero de 2023

NUBARRONES OSCUROS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 19 DE FEBRERO)

 


El informe final de Amnistía Internacional ha sido, a todas luces, bastante demoledor. Un informe, silenciado o ninguneado por muchos medios, que ha tenido repercusiones internacionales que le pasarán dura factura de este gobierno que se decanta en la ilegalidad. Un documento que debilita la posición de este gobierno ante la sociedad que, lejos de ser protegida por las fuerzas del orden, se pueden convertir en su asesino legítimo. Previamente hubo una marcha de fuerzas policiales el jueves 9 en Lima realizada en el Paseo de la República evocando la obra 1984 de Orwell o imágenes de filmes distópicos inspirados en este libro y el sábado 11 ocurrió un sangriento y coyuntural ataque del narcotráfico. Y para coronar la cereza, Otárola anuncia un bono de “efectividad” a las fuerzas policiales haciendo un juego sucio contra el sentido de servicio de esta institución generando malestar en la ciudadanía. Divide y reinarás. Además, Boluarte recibe la visita de Keiko Fujimori, personaje causante de la inestabilidad política desde el triunfo de PPK y promotora de la narrativa del fraude tras el triunfo de Castillo. Turbia reunión. El gobierno de Dina Boluarte juega en pared con el Congreso, entidad que ha demostrado un cinismo ramplón y chabacano para justificar su nuevo estatus por los ingresos que se han acrecentado exponencialmente a costa de la estabilidad de nuestra sociedad. Mientras que ni el MINJU ni el MINCUL son capaces de solucionar una absurda acusación contra Ruth Shady, directora del Proyecto Caral, amenazada por traficantes de tierras y otras alimañas; para cerrar la semana, el Congreso atentó contra la estabilidad de la SUNEDU, institución que trata de adecentar la mediocre educación superior de nuestro país. A nivel internacional, ya con problemas con muchos vecinos, la imagen del Perú está entrando en niveles negativos y vemos el retorno alarmante del narcotráfico en nuestro país y toda la secuela de corrupción que este trae.

Por otro lado, en nuestra ciudad el panorama tampoco es alentador por las amenazas climáticas que causan mucha mortificación a toda la comunidad trujillana. La posibilidad de un nuevo escenario como el del verano del 2017 se da en una coyuntura en que nuestras autoridades están enfrascadas en discusiones de poder. La lenta reconstrucción después del Niño de 2017 va a tener que enfrentar un duro escenario, quizás. Una ciudad amante del cemento ha desechado estrategias naturales para mitigar fenómenos naturales como el Niño. Varios urbanistas alertaron sobre esta situación, pero los traficantes de tierras y algunas constructoras corruptas usaron áreas destinadas a parques y jardines para construir viviendas. Esas zonas son colchones de mitigación, no sólo para las lluvias, sino para las olas de calor que estamos sufriendo ¿Las autoridades harán toda una red de parques necesarios para una ciudad carente de áreas verdes suficientes? Espero ver mi escepticismo derrotado.


domingo, 12 de febrero de 2023

ALERTA, PREVENCIÓN (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 12 DE FEBRERO)

 



Las escenas que nos han llegado desde Turquía y Siria son terribles. Mientras en el Sur peruano, violentas lluvias causaron mortales deslizamientos en zonas donde se asienta la minería ilegal. Y, por último, se anuncia de manera alarmante un escenario de triste recordación para los trujillanos: un posible Niño como el que tuvimos en 2017, aunque de baja intensidad. Como suele suceder, estas noticias han comenzado a diluirse en los medios de comunicación, tal como ha sucedido con la muerte de varios ciudadanos hace ya un poco de un mes en Juliaca. Todo pasa al olvido de manera intencional, quizás.

El caso del gran sismo turco está trayendo mucha cola. Las dolorosas imágenes muestran grandes edificios colapsados con mucha gente en su interior, mientras familiares impotentes tratan de rescatar entre los escombros a sobrevivientes. Extraña mucho la cantidad de edificios de más de 4 pisos que han colapsado. Son construcciones relativamente modernas que se han desplomado llevando la vida de sus inquilinos. Y las alertas han saltado en esa nación: corrupción en las licencias de edificación, promovida por los magnates turcos de la construcción. Miles de personas han perdido sus propiedades y muchas de ellas, sus vidas. Se genera automáticamente la duda para nosotros: ¿cómo estamos aquí en ese rubro? Uno ve construcciones tan precarias de varias plantas que uno se pregunta qué irá pasar con un verdadero sismo, ese que no se ha tenido en nuestra ciudad desde aquel mayo de 1970. Hay edificaciones en zonas de suelos no adecuados para construcciones de varios pisos, salvo que se cuentan con un buen reforzamiento en las bases y, en algunos casos, de zapatas en zonas pantanosas. Huelga decir dónde se hallan estas en Trujillo. Y esto va amarrado con la posibilidad de volver a sufrir un nuevo Niño que “partió” a nuestra ciudad de norte a sur aquel marzo del 2017. Tras la catástrofe, un grupo de amigos hizo las investigaciones para ver cómo se puede prevenir otro siniestro. Los resultados caían por su peso: licencias de construcción (algunas veces, construcción clandestina), titulación de terrenos en zonas de alto riesgo, un sinfín de errores que permitirán repetir el mismo escenario vivido en ese fatídico marzo. Quizás, todas las edificaciones dañadas en 2017 ya estén nuevamente “operativas” hasta el próximo desastre. Habrá que ver si se ha cumplido con la prevención en las zonas siniestradas de Pataz y Chavín de Huántar, colapsadas hace casi un año. El caso de los mineros ilegales en Secocha, Arequipa, es una evidencia de no haber acatado las disposiciones planteadas en su momento: más de 41 personas muertas por un huaico ya anunciado.

Acostumbrados a vivir en la cultura de la informalidad y la corrupción en todos los niveles de nuestra sociedad, la vida humana no es relevante para muchos inescrupulosos que prefieren lucrar ilegalmente en vez de velar por el bienestar de los demás. Dios nos coja confesados.


domingo, 25 de septiembre de 2022

LAS PESADILLAS TRUJILLANAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 25 DE SEPTIEMBRE

 


Desde que mi familia y, posteriormente, yo nos instalásemos en esta ciudad para hacerla nuestra casa, he sido testigo de varios grandes temas que han circulado por todos los medios como oportunidades y convertidos paulatinamente en grandes amenazas (pesadillas diría yo), estas ya confabuladas con uno que crece tenazmente día a día, año a año: el cambio climático. Son temas parcialmente o escasamente abordados en los planes de gobierno por candidatos a la alcaldía provincial, esa que tiene que coordinar estos problemas que agravan las condiciones básicas de nuestra ciudad afectando a todos los ciudadanos de una manera u otra.

El primero es la erosión costera, esa que se ha ido agravando año a año. La principal causa, el molón de Salaverry, es una realidad que no quiere ser tocada por ser ya una fuente de intereses comerciales poderosos por lo que hay la necesidad de encontrar otras soluciones coordinadas con los demás alcaldes de nuestro castigado litoral y la gobernación regional. El problema es tan complejo y politizado que dudo haya una intención de convertir una propuesta colectiva que involucre todas las partes, Salaverry incluido, que se convierta en una política regional de largo plazo. Hay que tomar en cuenta situaciones agravantes como el incremento paulatino del nivel del mar, situación que parece cada vez más irreversible. Trujillo pareciera ver a su mar no como una oportunidad y lo ve cada vez más como una amenaza. Quizás sea por eso que cada día se lanzan una buena cantidad de aguas servidas al mar. El segundo son los cambios generados por Chavimochic. Esta obra cambió la fisonomía de nuestra ciudad, tanto en lo social como en lo físico. En el último rubro está las condiciones climáticas como la pluviosidad y la humedad. En los años 80, Trujillo era una ciudad de clima seco, con pocas situaciones extremas. Ahora las lluvias veraniegas son cada vez más frecuentes. Esta situación se agrava con la regularidad con la que ahora vienen los Niños. Esta realidad pluvial no se toma en cuenta para el deficiente sistema vial que tenemos, sin drenajes y con rompemuelles que acumulan aguas que terminan por destruir la precaria pista inundada. El plan de desviación de aguas (ojalá funcione) es para ciertas zonas, pero la lluvia cae para todos. Una lluvia como la de ese fatídico marzo del 2017 que inundó diversos sectores de nuestra ciudad debe servir como modelo de lo que podría pasar en nuestra ciudad con un nuevo Niño, que ahora parecen ser cada vez más frecuentes. Hay otros temas graves como la contaminación y el tratamiento de la basura, poco abordados también.

Escuchaba comentarios de periodistas sobre la cantidad de candidatos que tienen diversos problemas judiciales y también haber visto un debate electoral en el que se dedicaron más a pullas y diatribas que planes concretos; ¿estarán los candidatos en la capacidad de ofrecer algo por el bien común? En fin, eso es lo que tenemos delante de nosotros. Sombrío panorama.


domingo, 5 de junio de 2022

¿CULTURA DE LA PREVENCIÓN? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 05 DE JUNIO)

 



El reciente 31 de mayo conmemoramos 52 años de un violento sismo que asoló muchas partes del Norte peruano, sobre todo Áncash. Participé en el simulacro anunciado en el colegio que estoy trabajando y, pese al escepticismo y poca seriedad de algunos, fue muy bueno en cuanto a los protocolos, el desplazamiento y a las acciones hechas por diversas personas que tomaron un rol muy activo durante dicho simulacro. Sin embargo, hay muchas cosas pendientes por mejorar como todo proceso que aún no ha pasado la verdadera prueba de fuego: un sismo de 7,8 o más. Trujillo no ha pasado un verdadero sismo como el que arruinó a toda la ciudad (y otras como Zaña y Lambayeque) el 14 de febrero de 1619 como según lo describe Antonio de la Calancha y que casi provocó el desplazamiento de la ciudad a otro espacio más seguro, según Miguel de Feijóo. Hay datos que deben de tomarse en cuenta para tener un hipotético escenario con el fin de poder salvar el mayor número de vidas posibles. Huanchaco tiene 13 metros sobre el nivel del mar (msnm); Buenos Aires de Víctor Larco, 3; Trujillo, 34. Comparemos con la altura de las olas promedio que arrasaron las costas de Japón, 40 metros; Chile en 2010, 10 metros; Indonesia en 2004, 30 metros. Cifras que deben invitar necesariamente a la reflexión de una población bastante desentendida de medidas preventivas como en este caso. Recuerdo que México, en 2017, pocas horas después de haber realizado un simulacro exitoso sufrió un fuerte sismo justo el mismo día que conmemoraban un aniversario más del devastador terremoto de 1985 que mató a miles de mexicanos por los derrumbes de edificios, torres, viviendas e iglesias. Tremenda conmemoración.

Nuestro país y, en especial, nuestra región y ciudad es altamente vulnerable. No sólo los sismos nos lo hacen evidente. Los Niños también nos han mostrado esa realidad con la que tenemos que convivir. Pronto tendremos secuelas más fuertes por el cambio climático, el cual afecta de sobremanera a nuestra nación, señalada como una de las más vulnerables. Hay otra realidad en ciernes: estrés hídrico, ese que ha hecho que algunas grandes ciudades del mundo como El Cairo o El Cabo hayan tenido que tomar medidas drásticas en cuanto al uso del agua. Lima es la tercera ciudad ubicada en una región con escasez de agua; el mapa indica una franja en la que está, irremediablemente, Trujillo (https://www.sostenibilidad.com/agua/ranking-paises-mayor-estres-hidrico/?_adin=02021864894). Los antiguos moche trataban de hallar cierto equilibrio entre esos Niños y la escasez hídrica. ¿Hay planes de contingencia al respecto? Muchas personas están planteando soluciones unilateralmente obviando otras voces y otros factores relevantes para una solución más holística. Desde cómo hacer un plan ordenado de la caótica ciudad que somos hasta dar una propuesta más equilibrada frente a un futuro Niño u otra catástrofe. Soluciones de ahora; grandes problemas del mañana.



domingo, 28 de noviembre de 2021

¿TRUJILLO SIN REMEDIO? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO 28 DE NOVIEMBRE)


Viernes por la madruga una lluvia cae sobre Trujillo. Una lluvia que desnuda cada vez más a una ciudad que se va hundiendo en una suerte de espiral de caos y abandono. Y una lluvia que reaviva muchos temores y que amenaza nuestra seguridad y, también, nuestros bolsillos. Y retornan palabras como “huaico” o “quebradas”.

Ya hace varios años (no sólo desde 2017), se ha hablado de planes de protección para una ciudad que creció en un espacio de ríos y quebradas secos, los que se activan ante una copiosa actividad pluvial como lo es cualquier Fenómeno de El Niño. Pobladores previos a su fundación española sufrieron duros embates e, incluso, fueron casi extinguidos ante la intensidad de algunos de estos Niños. Si uno visita espacios arqueológicos como la Huaca de la Luna, su historia encierra datos espeluznantes. Posteriormente, cronistas de la colonia describen los estragos causados a lo largo de este periodo histórico de nuestra ciudad. Cobra especial importancia la de Miguel de Feijóo quien, con lujo de detalles, describe el Mega Niño de 1728. ¿Qué narra Feijóo? En su obra Relación descriptiva de la ciudad, y provincia de Truxillo del Perú, reeditada en 1981, en el capítulo XII, habla de Mampuesto que fue el origen de un desborde con terribles consecuencias. Feijóo lo llama “Marapuesto” describiéndolo como un terraplén hecho por los indios gentiles que “[..] cerraba un gran espacio de una quebrada entre dos cerros, de lo que resultó se hiciese una profunda laguna; y humedecidas sus vasas, y cimientos, derrumbándose por lo más débil, precipitada la multitud de agua que se había recogido, corrió por los campos mediatos[..]”. Para suerte de Trujillo en ese entonces, las aguas no se dirigieron sobre la ciudad donde “[..] hubiera desbaratado parte de sus murallas [..]”, sino que se dirigieron al río Moche. En 1998, las aguas de Mampuesto inundaron a nuestra ciudad con cadáveres y ataúdes que flotaban por diversas calles y avenidas. En 2017, no hubo cadáveres, pero sí mucha agua enlodada y destrucción. La historia repite el mismo fenómeno. Con un grupo de amigos arquitectos fuimos a ver el territorio y esta zona había sido concesionada a una empresa para volver a hacer un cementerio. Este es uno de los tantos ejemplos en los que la desidia y la angurria humanas, juntas, generan grandes desastres, muy bien aprovechados por públicos y privados de manera criminal: tráfico de terrenos. Esta actividad ha permitido grandes ganancias a empresas de ventas de terrenos y construcción, así como votos a partidos políticos que promueven la titulación. Algunas soluciones plantean derivar las aguas de las quebradas hacia el río Moche, con la posibilidad de crear otro desastre. La ocupación “legalizada” de estos espacios conlleva a que el Estado instale todos los servicios básicos (electrificación, agua y desagüe), los que serán dañados en otra riada pluvial. Política y plata parecen enemigos de nuestra ciudad.


PD. Al colgar este texto, un fuerte sismo ha asolado una parte de la selva alta de nuestro país. Las ondas nos levantaron a las 5:55 am. Y esta situación nos expone en nuestras pobrezas y también fortalezas como ciudadanía. Mucha fuerza para los amazoneses y todos los que hayan sido afectados por este desastre.

domingo, 26 de septiembre de 2021

PESADILLA VIAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 26 DE SEPTIEMBRE)





Mensualmente debo llevar a mi madre al Hospital de Alta Complejidad para su respectivo chequeo. Estas visitas que llevo realizando en los últimos ocho meses me ha permitido verificar el estado de abandono paulatino que tiene todo el sistema vial de nuestra ciudad. En la última visita, el trayecto hacia dicho hospital se ha convertido en toda una verdadera odisea. La avenida José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru), anteriormente identificada como la Panamericana, se ha vuelto una verdadera pesadilla no sólo por su mantenimiento, sino también por el denso tráfico que soporta por el cual discurren camiones, micros, buses, combis, autos y camionetas de todo tamaño, y las infaltables mototaxis: hago destacar esto, pues no es el problema del número de vehículos que pueda llamar la atención, sino la forma de conducir dichas movilidades por personas habituadas, tanto de transporte privado como público, a un tráfico salvaje y con un mínimo de respeto por las normas, dizque, vigentes: ¿falta de autoridad?

El estado de calles y carreteras en nuestra ciudad y región es bastante lamentable: vimos, por ejemplo, toda la increíble demora de asfaltar (no sé si intencional) un conjunto de calles en Huerta Grande, lo que fue toda una pesadilla para los residentes del lugar: los vecinos buscaban desesperados una solución a este problema que traía basura y moscas por haber dejado en abandono el asfaltado: un sector ubicado a sólo media cuadra del Centro Histórico. Ahora hemos visto una “diligente” reparación de calles en las que los huecos son rellenados, una reparación que es verdadero maquillaje el cual será borrado (como todo maquillaje) en las próximas lluvias. Trujillo se ha vuelto una ciudad bombardeada por diversas razones; algunas de estas causas son “contribución” de los mismos ciudadanos al emplear las calles como lavaderos de autos o el tránsito y estacionamiento de vehículos pesados. Algunas calles y avenidas céntricas (San Martín y Miraflores, por ejemplo) convertidas en ríos en cada Niño, aún no restañan sus daños. Ver barrios periféricos a nuestro Centro nos da una idea del gran olvido en que el que se halla nuestra ciudad. Volviendo a la avenida Túpac Amaru, imagino la pesadilla que debe de ser para cualquier vehículo de emergencia (ambulancias) que trasladen a enfermos críticos al destino que les urge. Quizás sea una malévola forma de control poblacional.

Tal como indicamos la semana pasada, en 2022 tendremos elecciones municipales y regionales.  Muchas promesas se harán, varias de ellas apostando por el cemento y construcciones aparatosas, quizás. Pero tener un sistema vial decente para una ciudad que se jacta ser una de las más importantes del país, debería de ser una prioridad tanto municipal como regional. Habrá que ver qué propuestas coherentes tendrán para esta realidad, puesto que el transporte es vital para atender urgencias e incrementar el desarrollo de una zona tan poblada como la nuestra.

domingo, 17 de marzo de 2019

BICENTENARIO COPIOSO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 17 DE MARZO) ¿CÓMO VAMOS A RECIBIR NUESTRO BICENTENARIO?


2020. La ex Intendencia de Trujillo festeja su independencia como una declarada rebeldía contra la corona española. Todo esto en un agitado 1820, cuando casi todas las otrora posesiones ibéricas en esta parte del mundo habían cortado el cordón umbilical con la metrópoli. Muchas ciudades y naciones, desde 2010, han venido celebrado sus respectivos bicentenarios preparando actividades a la altura de una conmemoración de este nivel. ¿Qué estamos haciendo como ciudad para nuestras actividades conmemorativas?
Gobiernos y ciudades trazaron planes para embellecer sus espacios geográficos, mejorar las condiciones sociales y trabajar con diversos actores sociales (culturales, académicos, empresariales, educativos, religiosos) una serie de grandes y pequeñas propuestas con el fin de recibir tan importante acontecimiento que marcó la historia de nuestros países. Recuerdo que, para los sesquicentenarios de nuestra independencia en 1971 y la batalla de Ayacucho en 1974, el gobierno de turno embelleció Lima, Ayacucho y otras ciudades; hizo una intensa campaña de información en diversos medios para sensibilizar y educar a la población.
Trujillo es una ciudad de rápido y caótico crecimiento, desbordada en muchas de sus funciones básicas. Ha carecido de una planificación, pues ha ido parchando los problemas generados en las últimas décadas, incluso autorizando y legalizando situaciones insostenibles como el haber otorgado licencias de construcción en zonas de alto riesgo y haber invertido dinero público en instalar servicios de agua y luz en dichas zonas. Este desorden tiene un alto costo económico y social que pasa una pesada factura a todos los ciudadanos por no haber actuado con autoridad y decisión a quienes les compete. Trujillo es una ciudad que debe de aprender a vivir con el agua: estrategias para evitar su erosión costera y construcciones para preparar a la ciudad con su nueva realidad climática. El litoral es cada vez más estrecho y nuestra falta de planificación acentúa este fenómeno. Las lluvias estivales, con o sin Fenómeno del Niño, son una realidad trastocando nuestro diario quehacer.
¿Cuál sería el mejor regalo de la ciudad? Una solución holística a esa realidad. Un sistema de drenaje que implicaría rehacer las lamentables calles que tenemos y revisar el colapsado sistema de desagüe. Arborizar la ciudad, crear grandes parques como una forma de reciclaje natural de agua, así como una verdadera planta de tratamientos de aguas servidas para dejar de contaminar nuestro océano, obviamente vinculado a una verdadera planta de reciclaje de residuos.
Alguien me dijo que eso era imposible para Trujillo. Otras ciudades peruanas lo han hecho de manera silenciosa. Ni qué decir de otras ciudades sudamericanas: ejemplos como Cuenca, Guayaquil y Arequipa deberían de ser nuestro derrotero y superarlo. Pero, es innegablemente decisión política que tomar. Este sería el mejor obsequio por nuestro Bicentenario.

domingo, 24 de febrero de 2019

CUARTO MUNDO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO DOMINGO 24 DE FEBRERO) TRUJILLO, UNA CIUDAD DEL CUARTO MUNDO


Trujillo. Febrero, 2019.  Los encabezados de las noticias de estos últimos veranos, por estos meses, ya mantienen el mismo tenor: amenazas de lluvia, riesgo de huayco, la ciudad no está preparada para enfrentar un Niño. Pasan las temporadas de lluvias y se va la ola de calor, y retornamos a nuestras rutinas. Nada nuevo bajo el sol. Basta cambiar la fecha de una noticia para “actualizarla”.
Cuando me instalé en Trujillo en 1992, muchos cambios ya venían sucediendo de manera acelerada. La presencia de CHAVIMOCHIC en la geografía física y social de la Región marcaba fuertes cambios de los que muchos investigadores alertaban, pero que, bajo el designio del boom económico de entonces, prefirieron obviarlas o silenciarlas. Los veranos son cada vez más tórridos e inviernos cada vez más gélidos bajo un manto de humedad cada vez más creciente. Las autoridades de la ciudad de la eterna primavera no vieron la necesidad de tomar precauciones para lluvias que se han ido incrementando, fuera del hecho que tengamos o no un fenómeno del Niño u otro acontecimiento parecido. Alguna vez oí que la ciudad contaba con un sencillo sistema de alcantarillado, pero que este fue desmantelado puesto que la ciudad no iba a experimentar periodos pluviosos intensos, pese a que la ciudad y Región fueron afectadas por diversos Niños. Ya no hay persona viva que nos narre el terrible fenómeno de 1925, pero crónicas periodísticas y estudios históricos describen con detalles los desastres vividos por la ciudad. Para los que vivimos el Niño del 82-83, la ciudad se vio afectada no solo por las lluvias, sino por diversos desbordes como el de la acequia Mochica, cargada de maleza, basura y restos de construcción. La naturaleza y los errores humanos te dan ingratas sorpresas.
La Historia es una ciencia humana a la cual es necesario recurrir frecuentemente para conocer a detalle las amenazas del espacio que habitas con el fin de tomar medidas y proyectar tu crecimiento ordenadamente. En diversas crónicas se habla del peligro que es Mampuesto, por ejemplo; basta leer la de Miguel de Feijóo de ¡1728! en la que narra con detalles la tromba de agua que casi se tira abajo la muralla que defendía a nuestra ciudad. Pero el escaso manejo de las autoridades competentes y el divorcio marcado entre la academia y el mundo político o el que toma decisiones pasan la cuenta socioeconómica de los errores que vivimos, ahora, con mayor frecuencia.  
Así llegamos al 2019, desprotegidos, con incertidumbre de lo que vaya a pasar con nuestros bienes y vida. Cada verano se evidencia más de la pesadilla llamada Cambio Climático; esto, empeorado por las escasas e incorrectas medidas para enfrentar el fenómeno. Y cada vez nos va a salir más caro, tendremos reconstrucciones insulsas e inútiles: reparación de casas, edificios, calles y avenidas; colapso de desagües; epidemias que debemos de tratar; reconstrucción de viviendas en zonas prohibidas; sistema de agua potable destruido.
¿Para el Bicentenario, se podrá sacar a Trujillo del cuarto mundo?

domingo, 4 de junio de 2017

VISITA A LAS QUEBRADAS DE LA AMENAZA


El día sábado 27 de mayo un grupo de amigos, liderados por Jorge Saito, se decidió dar un paso importante para la idea que está rondando a todo los integrantes que nos une el fuerte interés de ayudar a Trujillo con un sólido plan de reconstrucción dentro del marco de una prevención lógica y coherente, y que sea abordada desde diversas perspectivas profesionales. La idea de visitar los lugares donde habían sucedido las más graves riadas de agua en el mes de marzo por fin se logró concretar y para ello, Silvia Ponce logró contactar con una movilidad con la que se iba a hacer el recorrido a tres quebradas que habían asolado la ciudad con siete huaycos. Nos reunimos en la Universidad Privada del Norte, punto de encuentro de las 10 personas que íbamos a ir en una Van de la empresa Emtrafesa. A las 9 de la mañana salimos hacia nuestro primer destino: Quebrada de San Idelfonso. Esta ha sido la que más ha afectado a la ciudad, acumuló más agua y es la que se encuentra más poblada de todas las demás. Es la que acoge el famoso cementerio de Mampuesto, el que en 1998 se hizo famoso alrededor del mundo cuando el embalse rebasó los frágiles muros de contención así como la fuga que se había hecho, para desbocarse con lodo, piedras, ataúdes y cadáveres por las calles de la ciudad. Aún tengo el recuerdo de ese huayco, pues con mi auto pisé un cadáver atascado cerca de las puertas del entonces ITN en la calle Borgoño. El haber ido casi dos meses después fue una buena decisión: primero porque la población aledaña está menos tensa que cuando sucedieron estos tristes eventos, la población estaba enardecida y temerosa de perder objetos; segundo, ya más calmada, la población da información sobre lo sucedido sin sentirse objeto de curiosidad por parte de muchas personas que, de manera impertinente, no respetan su incomodidad, frustración o privacidad. Llegar al cementerio para ver el entorno es preocupante, pues muchos de los vecinos ya están en proceso de reconstruir sus viviendas en esta zona que, ante una nueva versión de lluvias, será nuevamente declarada zona de desastre. Hay sí muchas casas colapsadas y abandonadas. De ver en la actualidad la magnitud de la situación, me imaginé cómo fue la zona en el mes de marzo. Las huellas de la evacuación de las aguas son visibles. Tal como lo fue en 1998, casi 20 años después. Lo interesante es el que afectado cementerio ha sido dado en concesión a la entidad que regenta el otro cementerio de la zona. Según datos históricos, Mampuesto ha sido testigo de muchos Niños desastrosos que asolaron la ciudad y sus alrededores. En 1897, todo el Norte peruano sufrió un mega Niño y Trujillo recibió dos meses de lluvias, desde febrero a abril, que dejaron maltrecha a la ciudad. Es interesante ver que en el Niño de ese año y el del 1728, como relata Don Miguel de Feijóo, Mampuesto tuvo una activa “participación” al ser el lugar donde se acumulaban las aguas pluviales que luego se desembalsarían sobre la ciudad. El breve artículo de Arturo Rocha Felices tiene datos interesantes al respecto en las páginas 9 y 10 (http://www.apiperu.com.pe/Presentaciones/articulos%20y%20libros/meganino1891.pdf). Del mismo autor, encontramos un texto virtual que habla sobre el mega Niño de 1728 y sus daños en la costa Norte del Perú (http://ponce.sdsu.edu/el_meganino_de_1728.html). Pero mejor es ir a las fuentes de Feijóo, cuya obra Relación descriptiva de la ciudad, y provincia de Truxillo del Perú fue reeditada en 1981 por el entonces Banco Industrial. En la página 159 del capítulo XII se habla de Mampuesto, el origen y las terribles consecuencias de su desborde. Feijóo lo llama Marapuesto y lo denomina como terraplén hecho por los indios gentiles que “[..] cerraba un gran espacio de una quebrada entre dos cerros, de lo que resultó se hiciese una profunda laguna; y humedecidas sus vasas, y cimientos, derrumbándose por lo más débil, precipitada la multitud de agua que se había recogido, corrió por los campos mediatos[..]”. Para suerte de Trujillo en ese entonces, las aguas no se dirigieron sobre la ciudad donde “[..] hubiera desbaratado parte de sus murallas[..]”, sino que se dirigieron al río Moche. La historia repite el mismo fenómeno. El hombre no aprende. Y la naturaleza no olvida.




Decidimos seguir con nuestra visita y enrumbamos hacia las alturas de Río Seco. A nuestro paso veíamos algunas calles o avenidas que se habían vuelto el cauce natural de las aguas que descendían a toda velocidad hacia el mar. Las huellas de la altura del cauce creado eran evidentes en varias casas, algunas de las cuales ya estaban deshabitadas. Decidimos bajar para ver la quebrada en una zona de Río Seco. Las personas estaban lotizando la zona, la cual en una próxima temporada de lluvia terminará por ser arrasada. Nos comenzamos a sentir como verdaderos intrusos en la zona, por lo que decidimos ir hacia nuestro segundo objetivo: quebrada del Cerro Cabras.




Fuimos hacia Wichanzao en el distrito La Esperanza a ver lo que había pasado en la zona. Pese a que sí hubo un cierto caudal, los estragos en la zona fueron pocos frente a la magnitud de lo anteriormente visto. Lo que es interesante es cómo en la zona ha prevalecido cierta forma de construcción similar a la andenería: las pirqas o pircas. Esta técnica permite nivelar y ganar terreno en las faldas de los cerros. El problema para la población que se asienta en las laderas de los cerros es crear buenas bases para evitar deslizamientos y tragedias que lamentar. El Cerro Cabras se está poblando así. Nuestra Región no ha experimentado un fuerte sismo desde 1970 y esa situación sí debería de preocupar a toda la ciudadanía. Una lluvia no causa estragos tan fuertes y extensos como un sismo. Las pequeñas casas que vimos en esta visita pasarán quizá su primera y última experiencia de tener un sismo de igual magnitud como el vivido en mayo del 70. El plan de reconstrucción que se quiere hacer en la zona Norte debe de ir pensando en eso. Trepamos el cerro Cabras hasta una mediana altura y pudimos contemplar la ciudad. Es un observatorio natural de la ciudad. A lo lejos contemplamos nuestro siguiente objetivo: quebrada del León.




Nuevamente ya en nuestra movilidad, nos enrumbamos hacia nuestra última visita. Antes de llegar  a la quebrada vimos un sector nivelado recientemente sobre el cual se han construido varias casas prefabricadas que acogerán a los damnificados de la zona del León. Además vimos el edificio del COER (Centro de Operaciones de Emergencia de Región La Libertad), el cual irónicamente está ubicado en un lecho de esta quebrada. Se ha pedido a muchos pobladores desalojar esta zona de alto riesgo, pero no se predica con el ejemplo. Lo que vimos fue más interesante aún. Las autoridades del Gobierno Regional y del distrito de Huanchaco estaban utilizando maquinaria pesada para limpiar el cauce de esta suerte de río seco. Pero dos detalles eran de película: cuatro o cinco personas trabajaban y por cada uno de los que trabajaban verdaderamente había casi 6 personas cuya única razón de estar ahí es inspeccionar, creo. No sé por qué había tanta gente en chalecos que los identificaban y no tenían función específica alguna. Horas extras que sirven para sangrar el presupuesto de cualquier gobierno municipal o regional. El segundo era la limpieza de este cauce natural que amplía su luz y posible caudal y el espacio de paso bajo un puente que conecta este canal natural. El diámetro de estos espacios era ridículamente estrecho y ante una primera lluvia estos estarán destinados a obstruirse. Cambiar mocos por babas. A toda luz, estamos siendo testigos de una obra cuya utilidad se asemeja a la de un cenicero en una moto. Y la presencia de todo ese personal sí rayaba con lo ridículo. Lástima que no hubo periodistas en funciones para informar sobre esta situación bastante irregular. Y mortificante, pues es dinero público, dinero nuestro.



Ya en nuestro retorno a la ciudad, hicimos un nuevo alto, ahora en el sector asignado para estas casas reconstruidas. Son pequeñas que alojan una suerte de tres habitaciones. Son bastante calurosas y tienen unas pequeñas ventanas para que ingrese aire. Los policías que custodian el lugar nos permitieron acceder a sus instalaciones. Debe de entenderse que son provisionales; pero conociendo nuestra capacidad de adaptación y conformismo se han de volver en viviendas “fijas”. Esperemos que no.

Fin de nuestra visita de casi tres horas.



martes, 28 de marzo de 2017

PIURA EN SU HORA (SUMA DE ERRORES EN UNA RICA REGIÓN)

Nací en Piura hace casi 60 años. Nací un mes después y el mismo año en que los soviéticos pusieron el primer artefacto humano en órbita fuera de la atmósfera. La era espacial había empezado. El hombre comenzaba a irse más allá de nuestros confines para dominar (esa es nuestra filosofía) otros lugares allende nuestro planeta. Piura fue mi lugar natural durante mis tres primeros años. Cálida, recuerdo dos hechos memorables de mi niñez: mi primer film en algún cine de la ciudad (un film de Chaplin) y ver a Xiomara Alfaro, quien había impuesto dos canciones de moda en esa época (Nunca en domingo y Moliendo café). La mudanza familiar a Arequipa hizo que me alejase de Piura. Retorné en 1967 a recoger una simpática herencia que incluía un piano de cola, el cual nunca pudimos trasladar a Arequipa. Sí recuerdo el problema del agua: riesgo de insalubridad. El agua de Piura, extraída de subsuelo, era muy salobre.  
Por muchos años solo sabía que cosas que sucedían en Piura por noticieros o diarios. Por mis tíos escuchaba todo lo que había sucedido en la inundación de 1972, cuando las aguas del río Piura llegaron más allá de la plaza de armas. Recuerdo lo de la Represa Poechos, toda la construcción hasta su inauguración en 1976. Ese año con un amigo decidimos ir a Ecuador y visitamos Piura tras una ausencia personal de 9 años. Piura había crecido, pero desordenadamente. Lo del Niño del 82-83 fue un golpe mortal para la ciudad y región; recuerdo situaciones como la de encontrarme con muchos piuranos en Lima (estudiaba en ese entonces en esa ciudad), familias de clase media, quienes habían dejado Piura para instalarse en la capital; los identificaba en los micros y era difícil para ellos: gente mayor a la cual le iban enseñando cómo desenvolverse en una ciudad nueva y grande, por ejemplo, para tomar un micro. Era fácil reconocerlos por su hablar y su desplazamiento tímido en una ciudad que no manejaban. En el 85 retorné a Piura. Ciudad que se levantaba, fue el año que conocí Canchaque y la bella sierra de esta Región; y la zona de Sechura con la impresionante iglesia mandada a construir por Martínez de Compagnon. Piura aún mostraba las heridas de ese duro Niño que le tocó vivir. Calles en mantenimiento, cambios de tuberías, reparación de edificios. En el 93 regresé nuevamente a la ciudad y había signos de progreso. Hasta el 98. Después estuve visitando a un amigo, ya que se había mudado a Piura y pude conocer la vastedad y riqueza, con mayor presencia. Vi el puente caído y la placa que recordaba a todos los que murieron ahogados o arrastrados por las aguas. Ese 2000 hice un viaje alucinante a las lagunas de las Huaringas. Para cruzar un tramo de la trocha, tenías que ir vadeando un río. Le pregunté al chofer cómo lo hacían en temporadas de lluvias a lo cual me respondió tranquilamente que se quedaban aislados hasta dos semanas. También veías cómo la ciudad vieja iba siendo demolida para dar paso a la modernidad: el viejo Piura caía para permitir que edificios reemplacen bellas casas semiabandonadas o semiderruidas. 
Estuve por Piura llevando a amigos para que conozcan Paita, Parachique, Sullana, Talara, Negritos, Cabo Blanco, Narihualá, Colán, Máncora, Chulucanas, Manglar de San Pedro, playa Cangrejos, Yacila, Yapatera, etc. Hemos cruzado por un bosque de postes de energía eólica inactivo aún cerca de Talara; hemos visto la nueva planta de fosfatos y la que estaba en construcción de Cementos Pacasmayo, empresa que se está mudando a esta Región. He visto Poechos, que acompaña a otra represa más pequeña: San Lorenzo. La ciudad se ha plagado de nuevas edificaciones, crecen malls por todas partes, algunos mucho más grandes que los que Trujillo o Chiclayo, ciudades más grandes poblacionalmente hablando; la ciudad y la Región son ricas. Pero, ¿qué ha pasado con toda esa riqueza? ¿Para qué ha servido este boom de todo nivel para una zona que ha sido doblegada por este último Niño? Como de costumbre, se han construido edificaciones sin criterios ni orden, se han zonificado espacios de alto riesgo sin medios de amortiguación (como bosques o grandes parques, por ejemplo)
El Gobierno Central, en 2015, destinó mucho dinero para esta Región pues se sabe que es una de las afectadas. ¿En qué se ha invertido el mismo siendo responsable del mismo el Gobierno Regional de entonces? Se está difundiendo por redes que en el 2007 se rechazó un proyecto de prevención para ser aplicado al río Piura y todo su cauce, y fue rechazado por no tener retorno económico  (como pasó, en cierta forma, con el rechazo al pedido para la zona de El Porvenir).
La gente comenta la ira divina para apuntar los ojos hacia el lado incorrecto; lo que debe de entenderse que más grande y peligroso es la estupidez humana o, lo que me parece más viable, la corrupción de esas personas que a la larga son las causantes de pérdidas humanas y materiales que ahora estamos sufriendo. ¿Prescripción para estos casos? Si el asesinato intencional está incluido ahora dentro de los delitos que pueden prescribir, bueno. La sociedad civil tiene la palabra. 

domingo, 26 de marzo de 2017

APRENDIZAJE DOLOROSO ( ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO DOMINGO 26 DE MARZO)

Ya vamos por nuestra segunda semana de riadas violentas, lluvias tropicales y una crisis social y de infraestructura que nos van a costar quizá un punto de nuestro ansiado récord de país en crecimiento sostenido y atractivo a las inversiones privadas. Pero, nos las tenemos ganada por no haber recapacitado como ciudadanos y habitantes de una ciudad, región y país que ya ha cambiado en su naturaleza física. Cualquier acción que se haga o se deje de hacer tiene una repercusión segura. Algunos extraviados surgen por ahí culpando a la naturaleza; tildan lo sucedido de castigo divino eludiendo así nuestra plena responsabilidad de haber cometido gruesos errores a lo largo de estos años perdidos: elegir autoridades incapaces, fomentar el desorden y caos, haber sido partícipes directos o indirectos de acciones contravenidas a la lógica urbanística (como construir en zonas inhabilitadas, participar en invasiones de terrenos o traficar con áreas prohibidas; hasta haber construido aberraciones en nuestros propios domicilios), haber sido parte de un tejido corrupto que ha ahogado propuestas que hubieran atenuado con creces el fuerte impacto que estamos sufriendo.  Esa es nuestra responsabilidad. Desde el fuerte Niño del periodo 82-83 a la fecha, hemos hecho acciones lamentables que ahora nos toca reflexionar para actuar con coherencia y visión de futuro. Ahora es el paso de los profesionales correctos, honestos y de proyección para que los dirigentes actuales, desde la más pequeña base (Junta Vecinal) hasta la Presidencia, tomen las medidas correctas, no populistas ni populacheras que son las que han alimentado estas últimas cuatro décadas en nuestro país. Por eso, vayamos a los libros de historia y veamos qué líderes y qué partidos nos arrastraron a la situación que estamos. Creo que este sería un buen referente para cualquiera de las próximas elecciones que tengamos.
Sin embargo, hay que destacar el trabajo silencioso de hormiga de organizaciones que hacen bien su labor; y de jóvenes, cientos, miles de ellos pertenecientes a diferentes instituciones o espontáneos que respondieron rápidamente a la adversidad sobrepasando la inercia, el desconcierto, el oportunismo e, incluso, el egoísmo de muchas autoridades (algunas de ellas fueron deshonestas con la sociedad actuando con avaricia y acaparamiento). Estos jóvenes han abierto los ojos, son la semilla para educar a una sociedad que no se le otorgó herramientas para actuar frente a adversidades como la actual (veamos qué lamentables hechos se han suscitado por vecinos que han provocado más caos en la ciudad). Estos son los héroes actuales y los ciudadanos de mañana con otra mentalidad, ameritan tener nuestro reconocimiento y no a esos falsos héroes como la mujer salvada de una riada, pobladora irresponsable de una zona ocupada ilegalmente. Héroes de barro no necesitamos ahora, los medios deben de rectificar su actitud que muchas veces es más tremendista que colaborativa.

miércoles, 22 de marzo de 2017

BREVE CRÓNICA DE UNA CIUDAD ABATIDA (TRUJILLO Y SUS HUAICOS NATURALES Y SOCIALES)

Miércoles 22 de marzo. Luego de una semana de lluvias y huaycos (riadas de lodo y piedra), salí a ver cómo estaban mis amigos y una parte de la ciudad: el centro histórico de Trujillo. Premunido de una máscara, gorro, agua y una cámara fotográfica me enfilé hacia la Av. América Norte, ubicada a dos cuadras de mi casa. Mi caminata fue un poco accidentada, pues se habían colocado bolsas de arena en lugares que entorpecían el paso o lo obstaculizaba del todo. Además se veían muchas calles con el acceso a ellas totalmente cerrado. Ojalá que alguno de sus residentes no vaya a pasar alguna urgencia, pues la posibilidad de llegar a cualquier domicilio en esa calle es nula. Agreguémosle la cantidad de tranqueras que se han colocado en varios barrios para que uno imagine el caos que hay en la ciudad. Y muchos vecinos han sacado sus bolsas de basura para depositarlas en las calles a las cuales, tal como están las cosas, dudo que llegue el camión de recojo. En varios aspectos, los ciudadanos, más que ser parte de la solución, somos parte del gran problema en situaciones como estas. En realidad, tenemos de nota en Civismo: 0.



Luego de seis riadas, el Centro Histórico ha sido uno de los barrios más castigados de la urbe. El Porvenir y Buenos Aires, ambos equidistantes, son también los que más graves consecuencias han tenido. Estos barrios han sido construidos sobre varios lechos de ríos secos que se activan en temporadas pluviales como esta. Recuerdo una visita que hice por el sur de Israel, zona generalmente desértica, en la cual hay lluvias esporádicas pero violentas. Las autoridades habían planificado estos lugares llamados Wadi (un poco como los lechos de ríos secos) para que nada se construyese sobre ellos y que haya advertencias para cualquier visitante, fuera de refugios por su hubiera una furtiva riada de agua. Me tocó la experiencia de vivir una tormenta sorprendente con rayos que iluminaban la noche y que retumbaban sobre las cabañas en las que estábamos hospedados; al día siguiente, hubo una fuerte lluvia y vi cómo esos lechos secos se cargaban de agua que formaban una fuerte corriente y que arrastraba con todo. Buen susto, pero todo bien previsto. Aquí varios de estos lechos son zonas urbanizadas e incluso lotizadas “legalmente”, producto de invasiones, traficantes de tierras y de políticos inescrupulosos para obtener votos futuros. A mi parecer, hay zonas en las cuales la intervención de un proyecto de canalización de aguas significará forzosamente la expropiación de casas e incluso cuadras para construir un gran canal dren para la ciudad. Esperemos que haya ese líder que se faje esta impopular medida, pero necesaria si la ciudad en su conjunto quiere seguir existiendo. Las medidas hechas en Ecuador para su sistema de drenaje han sido extraordinarias, un verdadero ejemplo para el de nosotros, el país que lideraba la economía del continente y no ha sido capaz de crear verdaderos proyectos de impacto social como sí lo ha hecho Ecuador. 19 años perdidos desde el Fujimorato con el Niño del 98 y 34 años desde el Niño 82-83 desde el segundo gobierno de Belaunde. Tiempo perdido.
Sigamos con el lamentable periplo. Entré por la Avenida Manuel Vera Enríquez para encontrarme con un tráfico endemoniado y que levantaba un polvo bastante dañino. Esta tierra llegó del famoso camposanto de Mampuesto, un ex reservorio chimú ahora un cementerio. Huelgan las palabras para preguntar cómo es que este reservorio natural terminó de cementerio que colapsa por ¡segunda vez! Imagino que en la era Chimú, muchos canales se servían de estas aguas cuando había lluvias cuyas aguas alimentaban este reservorio natural. Ahora no existen esas fugas o las mismas se han convertido en calles, avenidas o manzanas de casas. Al llegar a la esquina entre la avenida mencionada y la 8 de Octubre me hallé con un microbús atascado en un hoyo abierto por la corrosión de la capa asfáltica. La presencia de varios policías de tránsito como algunos voluntarios controló el tráfico de gente desesperada de salir como sea de ese tráfago. La gente acataba las reglas, pero no faltaba algún abusivo en camionetas 4x4 que generaban desorden: increíble, no era el transporte público, sino energúmenos al volante que se creen con todo el derecho del mundo a avanzar sin respetar a los demás; incluso algunos parecían tener la intención de arrollar peatones. Subí un par de cuadras la avenida 8 de Octubre y la situación era caótica. Muchas calles estaban bloqueadas u otras llenas de lodo de la riada del domingo 19 (la que fue más fuerte). Me dirigí nuevamente a la Avenida Manuel Vera y tomé la dirección de Av. España. Era un caos total, los policías indicaban a los choferes de no tomar la Vera Enríquez por la cantidad de barro acumulado. Crucé hacia la calle Junín. Un triste panorama; sin embargo, ya había maquinaria removiendo el barro para que haya un tránsito fluido. Tres cuadras de Junín, cercanas a la calle San Martín, estaban llenas de lodo y basura. Y así sucedió con todas las transversales a San Martín, la que ha soportado todas las riadas y, quizá, las que vengan aún. Cuando escribo esto, ya están anunciando otra.




Entrar a San Martín es sentirse desolado. Imagino la pesadilla que habrán vivido residentes y comercios que se hallan en esta calle. Aún discurría agua cerca de las bermas. Me acerqué a la Alianza Francesa a ver el edificio. No había nadie, pero luego hablé con el Director y me comentó que habían previsto varias medidas: cubrir objetos y elevarlos, igual libros y otros materiales, asegurar ventanas y puertas. En el 98, el entonces Director vio pasar flotando un gran conteiner de basura desde la avenida Miraflores. No sé qué habrán visto esta vez. Me acerqué al restaurante de unos amigos, el Patio Rojo: daños considerables. Espero que los bancos tengan una política de préstamos blandos a muchos pequeños y medianos empresarios que han sufrido pérdidas parciales o totales de sus medios de trabajo: es lo mínimo que pueden hacer, ya que ahora te prestan dinero a por doquier. Solo espero que no sea una política de usura total que es la esencia, en cierta manera, de un banco.
Seguí caminando por San Martín y vi las tres casas que amenazan desplomarse. Creo que se haría una acción de emergencia, ya que la gente pasa al costado de ellas sin medir el peligro de la caída parcial o completa de una de estas casas. Lamentable. Esta vez me dirigí hacia el Club Libertad. Hablé con el Sr. Anticona, guardián del lugar; me contó aterrado cómo el agua y el lodo ingresaron en el local inundando parte de las canchas de básquet y la entrada. De ahí me dirigí hacia la calle Almagro. Antes di una mano a un señor gasfitero que iba a hacer unos arreglos a una casa, el señor es discapacitado físico y no podía subir los montículos creados con los sacos de arena. Vi otros casos más; si la ciudad en sí es poco amable con los discapacitados físicos, por estos días el panorama es peor. De Almagro fui hacia la Plaza de Armas que yacía aún con polvo, pero ya no como la vi fotografiada el domingo. Subí por Pizarro y en el camino te encuentras con vendedores improvisados de venta de mascarillas. Fui a una farmacia a comprar una medicina que sí había, aparte pregunté por mascarillas: agotadas. Todas estas están en las calles sobrevaloradas. Imagino que el índice de inflación por estos días debe de estar llegando más allá del 40 %. Seguí por Pizarro, quise tomar un jugo y no tenía vuelto: el billete de 10 o 20 soles era raro. Me abstuve y me dirigí hacia la Casa de Emancipación: cerrada. Luego Club Central: cerrado. Doblé por Junín para ver Santa Clara: cerrada. Tomé la calle Independencia hasta España en cruce con Av. Del Ejército. Crucé la avenida, ya no tan caótica para dirigirme hacia la Av. Miraflores. Aquí ya es otro el panorama y el caos volvía a cundir. 




La Av. Miraflores ha sido el cauce “natural” de estas riadas. El asfalto se ha hundido por muchas partes, pero no se ven dichos huecos por la presencia de agua. El caos se iba acentuando a medida que uno se acerca a la Av. Túpac Amaru. La calle está cerrada y a lo largo de la avenida en dirección hacia la Av. América Este las calles trasversales están todas cerradas con barreras de sacos o tranqueras. Es la locura total. En algunos casos, la gente ha hecho una suerte de fortines que a la llegada del agua la derivan hacia el vecino afectándolo. Los trujillanos se quejan del molón de Salaverry y ellos han hecho réplicas del mismo sin importarles a quiénes afectan. Nuevamente, 0 civismo.
Pasé frente al Cementerio de Miraflores. No vi mucho, pero creo que los vivos se han preocupado más por sus vidas que por los muertos. Seguí hasta llegar a Borgoño, doblé para ver cómo estaba la Universidad Privada del Norte, mi ex centro de trabajo, poco afectado. Luego me dirigí hasta Daniel Hoyle para visitar a María. Estaba tranquila felizmente. Pero problemas de agua y organización son los que carcomen la paciencia de la gente. En su casa hice una buena pascana. Como reflexión es la necesidad de organizarnos para exigir a las autoridades presentes y venideras en embarcarse en proyectos globales urbanos que consideren drenes, canales, parques, una urbanización ordenada de la ciudad.




Tomé el camino hacia 8 de Octubre, luego de mi pascana. También en un estado lamentable. Hay algunos sectores que han llegado a situaciones extremas: han construido un muro rápido de ladrillos y cemento.

Trujillo tiene que pensar que ya somos una ciudad tropical y que esta experiencia sea el punto de partida de una ciudad mejor. No queda otra. Porque Trujillo sigue siendo un  lugar bonito para vivir y lo haremos.