Vacunas. Una luz en las tinieblas. Una pesadilla para la estupidez humana.
Rashomon, filme del maestro
Akira Kurosawa, tiene por tema la descripción de una violación y posteriormente
el asesinato de un samurái en manos de un asaltante de caminos. Desde un punto
de vista de la magnitud del caso, sería un simple crimen, uno más en la época medioeval
japonesa en la que cundía el desorden y primaba la ley del más fuerte y avezado.
Pero la historia es muy singular, pues el hecho o incidente es narrado desde
cuatro perspectivas: la de un testigo, un peregrino que vio casi todo el
incidente; la del bandido que explica sus motivos; la de la mujer que había
sido violada por el bandido y esposa del asesinado; y, para redondear la
increíble narración, el mismo samurái muerto que se encarna a través de una
médium. El hecho es el mismo: cada uno describe cómo fueron los sucesos antes,
durante y después de la muerte del guerrero; todos coinciden en los mismos.
Pero ver las motivaciones, temores, mentiras y dudas que van surgiendo en cada
uno de ellos para entender el porqué de estos crímenes van hundiendo cada vez
más a un monje budista que va perdiendo la fe en la humanidad por conocer estas
simples narraciones.
El domingo pasado arribó a
nuestro país un lote de 300 mil vacunas para tratar de controlar la pandemia
que está en su segunda ola agresiva no solo aquí, sino a nivel mundial. Una
esperanza que comenzó a alegrar a muchas personas, sobre todo los que trabajan
en salud, como una forma de ayudar a todo el terrible trabajo que están
soportando diariamente. Me contaba un médico que ya se había contagiado dos
veces y no tenía ánimos de seguir adelante. Pero mucha gente y medios vieron el
hecho para construir imágenes e información negativas de la llegada de este
lote: desde que la vacuna no sirve hasta que la cantidad era ínfima. Es más, en
redes sociales se leen mensajes informando que todo es fraude o farsa y, en el
caso más insano, esperaban que estas vengan falladas o el haberse extraviado en
el mar. Las redes están plagadas de basura y circulan libremente. El otro caso
es la cobertura que se le da al expresidente Vizcarra por su decisión de
haberse vacunado o no; sea lo que haya hecho, su acción ha hecho sepultar el
reconocimiento a miles de peruanos y peruanas que sí pusieron el hombro para
que ahora muchos de los que despotricaban de las vacunas terminen siendo
inoculados. Como colofón está el accionar de los alcaldes, como el de Trujillo,
que quiere gestionar la compra y manipulación de vacunas, cuando su gestión no
ha concluido correctamente con el asfaltado de calles y haya hecho algunas ciclovías
que enfrentan ciclistas con choferes. Me abstengo de opinar sobre este nefasto
Congreso, rémora cómplice de la pandemia.
Rashomon, obra maestra de
observación de la naturaleza humana, le da una opción de redención al monje:
rescata a un niño abandonado y decide criarlo para restituir la fe en la
humanidad. Ojalá.