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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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miércoles, 31 de enero de 2024

PASEO POR LA VIEJA HISTORIA LUSITANA (CRÓNICA DE VIAJE POR LISBOA)

 




Martes 26: día de despedidas. Maria y Soraia partían para Bruselas en el auto de Soraia con paradas previstas en Bilbao y París. Luego nos comentaron que pararon en París en casi un solo trote. Vaya. Tras la partida de ellas, Carmen y yo salimos a buscar nuevas aventuras en una Lisboa que tiene aún mucho por ofrecer. Decidimos ir nuevamente al Monasterio de los Jerónimos, pero dimos prioridad a un museo que ambos no conocíamos e íbamos a salir fascinado: Museo Nacional de las Carrozas (Museu dos Coches). Este museo es una iniciativa de la reina Doña Amelia D´Orleans y Bragança que tuvo la excelente idea de exponer la colección de carrozas que había en la casa real portuguesa. El museo tiene 119 años, estuvo en otro espacio más antiguo; pero ahora tiene un edificio más adecuado en el que puede sostener tan interesante exposición: http://museudoscoches.gov.pt/pt/museu/, https://www.museudoscoches-ipmuseus.pt/, https://www.youtube.com/watch?v=ZCwrTrgIVw4





La visita fue un verdadero descubrimiento. Cuando estuve en Lisboa en 2019, Maria y yo teníamos todas las intenciones de visitar este museo, pero había tanto por ver que pasamos por alto este bello museo. En el mundo virreinal, existieron las calesas, estas que eran usadas en la Lima de los siglos XVII y XVIII. Ricardo Palma cuenta en una de sus tradiciones un pleito que hubo entre dos destacados limeños del XVIII que tuvieron un encontrón con sus calesas en las tortuosas calles limeñas de antaño. Su famosa tradición fue la fuente de inspiración para el artista Teófilo Castillo, quien hizo una famosa pintura titulada como el duelo de las calesas, pintura que se encuentra en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú en Lima (https://museos.cultura.pe/actividades/al-museo-
desde-casa-el-pleito-de-las-calesas
). Teófilo Castillo fue un gran retratista de esa Lima de antaño y varias de sus obras se ven en el MALI (https://lsiabala-almanzur.blogspot.com/2011/01/pintor-para-la-evocacion.html). Siguiendo con las calesas,  recuerdo haber visto una calesa en el edificio de la Cancillería peruana en el Palacio de Torre Tagle en el patio de entrada (https://elcomercio.pe/lima/patrimonio/restauracion-del-frontis-de-la-sede-principal-de-la-cancilleria-la-nueva-imagen-de-la-fachada-de-torre-tagle-periodo-virreinal-noticia/?ref=ecr#google_vignette), pero ahora tiene una nueva ubicación, por lo que amerita una nueva visita (https://www.afsdp.org.pe/una-vista-al-palacio-de-torre-tagle-casa-de-la-diplomacia-peruana/). Incluso en la novela Un mundo para Julius de Alfredo Bryce Echenique se habla de una calesa que era usada por Julius para jugar con su hermana Cynthia y la cual se nombra en el primer capítulo de esa deliciosa novela. El terrible tránsito de Lima no es de ahora como informan algunos textos referentes. Es una herencia virreinal:  https://especiales.elcomercio.pe/?q=especiales%2Fel-trafico-en-lima-comenzo-con-las-carrozas-ecpm%2Findex.html, https://institucional.us.es/revistas/arte/25/vol_I/art_26.pdf.    ¿Cómo habrá sido el Trujillo virreinal? ¿Habrá alguna calesa en nuestra ciudad? Volvamos a nuestro excelente museo lisboeta. Después de la pausada visita en la que vimos interesante exposición de caricaturas de la realeza lusitana; de ahí pasamos a comprar algunos libros (como la guía del museo) y otros objetos. Compré un libro interesante: Século XVII, Lisboa setecentista vista por estrangeiros de las autoras Piedade Braga, Teresa Rodrigues y Margarita Sá Nogueira, libro de crónicas de viajeros alemanes, franceses e ingleses a la antigua Lisboa, sobre todo después del terremoto de 1755 (Colecção Cidade de Lisboa, Livros Horizonte: https://www.livroshorizonte.pt/categoria-produto/cidade-de-lisboa/). Lastimosamente no pudimos al edificio antiguo, pues estaba en restauración. Cruzamos el Jardín de Alfonso de Alburquerque (https://elpensante.com/biografia-de-afonso-de-albuquerque/), uno de los principales promotores del crecimiento del imperio portugués por el Océano Índico. Todo está ligado al mar. 






Decidimos ir al Monasterio de los Jerónimos. Ya había estado aquí en enero del 2019. Aquí mi crónica de esa visita: https://elrincondeschultz.blogspot.com/2019/05/los-jeronimos-en-lisboa-la-historia-de.html. Sin embargo, en esta oportunidad no íbamos a poder visitar ni el museo arqueológico ni todo el monasterio en sí, lo que nos causó bastante frustración. La cola era primero para ingresar al claustro (la vez pasada había una exposición en homenaje a Magallanes / Magalhães) y en esta hicimos una visita bastante reducida. Luego fuimos a la iglesia en sí para ver los mausoleos de los Luis de Camões y Vasco da Gama, y la interesante sacristía. Además, está la tumba de Fernando de Pessoa: https://www.jeronimosmonasterytickets.com/es/tumbas/, https://www.youtube.com/watch?v=yVcGVhfLsKA. Terminada l=a visita, ya listos para almorzar nos fuimos nuevamente al Restaurante Cervecería Portugalia. Ahora sí tuvimos que hacer una cola, pues había mucha gente en reserva. Luego de casi media hora logramos instalarnos para calmar el hambre (https://carta.menu/restaurants/lisboa/portugalia-cervejaria-belem); todo, por supuesto, rociado con vino verde. Ya acabado nuestro almuerzo, nos fuimos a nuestro último objetivo del día: El Museo de Arte Contemporáneo/ Museu do Arte Contemporânea. 







El museo está en un gran complejo, Centro Cultural de Belem, en el que hay otras instituciones públicas como privadas. En este museo (https://www.ccb.pt/macccb/), encuentras obras de Picasso, Braque, Duchamp, Dalí, muchos más. Además, hay exposiciones temporales como la que vimos de la artista belga Berlinde de Bruyckere, “Atravesar un puente en llamas”, con esculturas muy inquietantes por su temática y las formas presentadas (https://www.youtube.com/watch?v=VgLNgJJXZ7I)   (https://www.galleriacontinua.com/artists/berlinde-de-bruyckere-21). Y, por último, una exposición de grabados y diseños de muchos artistas. Éramos los últimos en salir; visitando la última planta, se nos avisó que ya estaban por cerrar. Fuimos a la tienda y compré un libro del fotógrafo brasileño João Salgado y un interesante almanaque de fauna mundial, el Animalario Universal del profesor Revillod, es un regalo genial (https://www.youtube.com/watch?v=VgLNgJJXZ7I). Como habían cerrado casi todo, tuvimos que buscar una salida alternativa y eso fue genial; nos encontramos con unos jóvenes mexicanos que también buscaban la salida, pero estaban más en plano de diversión. Con Carmen anduvimos cierto trecho hasta dar con un pasaje que nos ayudó a ubicarnos. Ya en la avenida, nos fuimos a comprar más pasteles de nata, pues Carmen quería llevar a España. Mañana iba a ser nuestro último día. Vimos un poco de televisión, una película inglesa con Helen Mirren y la historia de una familia hindú que se instalan en Francia a dedicarse a restaurantes y la dura competencia por las estrellas de Guía Michelin (https://guide.michelin.com/es/es/historia-de-la-guia-michelin).

Miércoles 27: penúltimo día en Lisboa. Tomamos desayuno y nos fuimos al Centro Comercial Colombo, pues me era urgente una buena casaca, con mayor cobertura. Nuestros objetivos: Museo Nacional de Arte Antiguo (¡espléndido!) y el Palacio de Ayuda. Tomamos el metro hasta Terreiro do Paço. El museo no se encontraba en este lugar, sino cerca de la Av. 24 de Julio. Amablemente, un conductor de bus nos dio las instrucciones pertinentes, dónde y qué línea de bus tomar para ir a nuestro objetivo. Nos pasamos del paradero en el que teníamos que descender, pero no fue problema. Además, con la nueva casaca, se podía aguantar el frío que estaba arreciando. Subimos una pequeña colina sobre la cual estaba la ciudad y ahí estaba el museo (no era la entrada principal). Preguntamos sobre el mismo y dejamos todas nuestras cosas, menos mis cámaras.  Ya más ligeros, empezamos la caminata por este grandioso museo. Cuando subimos a la última planta, aún no nos dábamos cuenta de la magnitud del museo que íbamos a visitar.






¿Qué ver en este Museo? ¿Los biombos japoneses o las lacas chinas de las salas orientales, o los platos hindúes o la vajilla oriental? ¿Las bellas esculturas medievales portuguesas o las pinturas de la escuela flamenca? ¿La pintura de Velásquez o el tríptico de El Bosco sobre las tentaciones de San Antonio? ¿Ver los nacimientos barrocos o los muebles de los diversos periodos de la historia lusitana? Una visita a fondo requiere mínimo cuatro horas. Nosotros nos tomó más de dos horas de disfrutar esta belleza (http://www.museudearteantiga.pt/collections/art-of-the-portuguese-discoveries) (https://www.youtube.com/watch?v=twTvYCwtOIo). En mi retorno, debo regresar a visitarlo con mucho más tiempo. Antes de ver el regalo que nos tenía el museo, una colección de pinturas barrocas españolas en la exposición itinerante, nos fuimos a almorzar. Al momento de salir del museo preguntamos cómo ir al Palacio de Ayuda; felizmente preguntaron por teléfono si estaban atendiendo y les informaron que estaba cerrado. Esto cambió nuestros planes: nos íbamos a un espacio cultural, económico y gastronómico, LX Factory. Llegamos a la estación y preguntamos a un jovencito, quien nos ayudó mucho. Tomamos el bus y al llegar nos indicó de bajar. Ya estábamos en el LX Factory (https://lxfactory.com/). Aquí hay una bella librería, Ler Devagar (http://www.sietelisboas.com/ler-devagar/), en la que compré dos cómics y un CD de jazz, de Egberto Gismonti, destacado músico brasileño (https://www.youtube.com/watch?v=WLVcrN3ndrc). Seguimos caminando viendo tiendas y restaurantes hasta llegar a una tienda de conservas (COMUR) decorada de una forma atractiva: vendían conversas de pescado como salmón ahumado, anchoas, entre otras especialidades. Las latas de conserva en sí son pequeñas obras de arte y, quizás por eso, de ahí el precio (https://www.centerofportugal.com/es/articulo/comur). El chico que vendía, brasileño él, era un vendedor nato. Una vez concluida nuestras compras, nos embarcamos hacia nuestra casa. Había que terminar las maletas, pues al día siguiente nos íbamos a España.

Fin de nuestra experiencia lusitana.






domingo, 28 de enero de 2024

NAVIDADES LISBOETAS

 




Sábado 23: Un día bastante casero. Hoy día llegaba Carmen a Lisboa desde Madrid. Maria y Soraia estaban abocadas en arreglar las cosas para su viaje y la cena navideña. Soraia ya pudo recoger su auto en el cual iban a viajar y tenían que equiparlo con ropa y otras cosas. Por la mañana salimos a comprar un par de zapatos de vestir que necesitaba. Nos fuimos caminando a la tienda Calçado Guimarães, una zapatería que no estaba lejos de la casa de Maria ( https://www.calcadoguimaraes.pt/). Una vez hecha la compra hicimos la visita a dos lugares muy simpáticos: la iglesia de Nuestra Señora del Amparo de Benfica (Igrejia de Nossa Senhora do Amparo de Benfica) y el Palacio Baldaya. La iglesia estaba abierta al público para que se puedan visitar los nacimientos. Es espaciosa y bien iluminada, y es parte del corazón del barrio (https://tropter.com/es/portugal/lisboa/church-of-our-lady-of-the-amparo-benfica). Antes de dirigirnos al Palacio Baldaya, hicimos un alto en un quiosco que vendía libros, discos y polos con figuras literarias. Había unos polos bonitos de los dos grandes héroes literarios de Portugal Luis de Camões y Fernando Pessoa. Pedí información al respecto, pero no había de mi talla; me dijo que tras la navidad le llegarían más. Nunca pode volver. Pero sí compré música: había en CD que rendía homenaje a Luísa Todi: As árias de Luísa Todi, cantadas por la soprano Joana Sera y acompañada de la orquesta Os músicos do Tejo. Incluye incluso música culta portuguesa. Además, encontré la ópera Rinaldo de Händel. Genial. Culminada esta rápida visita, nos fuimos al Palacio Baldaya que ahora es un centro cultural que tiene una biblioteca, una sección infantil, galerías de arte y sala de exposiciones. En esta había una sobre la estación de tren de Benfica, el medio que había en la antigüedad para poder comunicarse con Lisboa (https://bairrobenfica.pt/palacio-baldaya/) (https://bairrobenfica.pt/2022/11/17/2543/). Antes de ser un centro cultural manejado por la municipalidad local, era un laboratorio. Por la noche, llegó Carmen. Ya estábamos todos reunidos para recibir la navidad. Nos fuimos los tres, Maria, Carmen y yo, a cenar al restaurante Edmundo (https://www.cervejaria-edmundo.pt/). La comida a base de pescado es su fuerte. Lastimosamente presenciamos un escándalo de pareja que perturbó a todos los presentes. Cosas de la vida. Al día siguiente, Carmen y yo nos iríamos a caminar.

 




Domingo 24: vísperas de navidad. Tomamos desayuno temprano para una jornada interesante. Maria y Soraia iban a estar muy ocupadas con sus arreglos viajeros, así que decidimos salir Carmen y yo hacia el casco antiguo (Baixa) de Lisboa. El sistema portugués de transporte público (que es público y no privado) está muy organizado. Habíamos comprado los boletos para el metro anteriormente y este se usa para todo el sistema de transporte. Así, con nuestra tarjeta, tomamos en el paradero cerca de casa el bus 729 que nos dejaba en nuestro destino final: el monasterio de los Jerónimos. El transporte público, con buses modernos y acondicionados para el transporte amable y humano de pasajeros dista años luz de la pesadilla que tenemos en nuestras ciudades con todo tipo de transporte imposible como combis, mototaxis, custer y otras pesadillas destartaladas y contaminantes que compiten entre ellos para captar pasajeros llevándolos como ganado. Y es un mal enquistado que ha generado formas de corrupción a todos los niveles socioeconómicos de nuestra sociedad. Tan diferentes a otros sistemas, incluso el ecuatoriano. El de Portugal permite a los turistas poder visitar cualquier lugar atractivo de manera cómoda, simpática y barata. Eso fue lo que hicimos ese día y lo haríamos en los siguientes (https://essencial-portugal.com/es/visite-lisboa/transporte-publico-lisboa/), (https://www.youtube.com/watch?v=Hc67dsR0hgE&t=17s). Les comparto también información del transporte público de Machala, Ecuador, ciudad en la que estuvimos en 2019 y vimos una ciudad ordenada sin ninguna movilidad de pesadilla que pululan por nuestras calles (https://www.movilidadmachala.gob.ec/web/rutas-de-buses-urbanos-de-machala/). Tomamos, pues, nuestro bus a nuestro destino; el bus nos dejó tras 30 minutos en el paradero de Jerónimos. Al llegar vimos a muchos turistas en la puerta impedidos de ingresar. Domingo 24, muchos lugares no iban a estar abiertos. Decidimos cruzar el gran Jardín de la Plaza del Imperio (Jardim da Praça do Imperio) con su bella fuente, varios azulejos con árboles y flora de muchas partes del mundo, hacia la Torre de Belén. Lastimosamente también estaba cerrada, pero en nuestra caminata, Carmen vio el ferry que venía desde Terreiro do Paço. Nos detuvimos en el restaurante /embarque Confitería Nacional Belén (Confeitaria Nacional Belem) donde también funciona FRS Portugal (https://www.frs-portugal.pt/es/) para hacer la travesía. Íbamos a ir por el río Tajo. El trayecto dura unos 30 minutos hasta llegar al terminal de ferry en Terreiro do Paço desde donde nos iríamos caminando por la ciudad vieja. En la plaza hay dos lugares atractivos por conocer: el Museo del Bacalao, toda una institución portuguesa (Centro Interpretativo da História du Bacalhau) y Museu da História do Lisboa. Optamos por este último. Es un museo relativamente nuevo, Carmen no lo conocía aún. Y hay cosas nuevas implementadas de la visita que hice en enero de 2019 (https://www.voyalisboa.com/lisboa-story-centre/). 







Una de las salas más interesantes es la que replica el famoso terremoto del 1 de noviembre de 1755 que destruyó casi toda Lisboa. También se ve una sala en la que se reproducen los olores de los principales móviles de los descubrimientos europeos: las especias; olores de pimientas, clavo de olor, cúrcuma, cardamomo, canela, comino, etc... Y, siendo Lisboa la capital de un gran imperio marítimo, los descubrimientos técnicos estaban a la orden del día y muchos han pasado al olvido o han sido “apropiados” por otros debido a que este imperio perdió su poderío y, por lo tanto, su reconocimiento mundial, siendo usurpados por otras potencias como los ingleses, franceses u holandeses; como España, Portugal también es víctima, pero en menor grado, de la famosa Leyenda Negra. El museo muestra la grandeza de Lisboa de los siglos XVI al XVIII, y la historia moderna convulsa con la caída de la realeza lusitana y la dictadura de Salazar que culmina con la Revolución de los Claveles que estalla el 25 de abril de 1974. Por eso, el famoso Puente 25 de abril tiene esa actual denominación que anteriormente era Puente Salazar. Esta fue una buena visita que nos tomó casi una hora recorrerlo. Y luego los libros, marcadores, revistas o postales. Al salir fuimos a buscar un restaurante, pues ya era hora de almuerzo. Pasamos por el Arco de Augusto con el abre (o cierra) la Rua Augusta; la boletería estaba cerrada. Lástima. Encontramos un restaurante, São Nicolau, el cual después me enteré tiene muchas críticas negativas; sin embargo, para Carmen y para mí, estuvo bien y comimos bastante, siempre con vino verde. Salimos del restaurante a buscar las viejas iglesias, pues estas sí estaban abiertas. Caminamos por la Rua Augusta hasta la Plaza Rossio o de Don Pedro IV. Quería que Carmen vea la feria en la que había muchas cosas interesantes, pero esta ya había acabado. Seguimos buscando con el Google Map algunas iglesias cercanas y dimos con la de Santo Domingo (São Domingos de Lisboa). Preguntamos a unas personas que estaban paradas cerca de un bar tomando algunas cervezas y nos indicaron la ruta hacia la iglesia. Íbamos a tener tremenda sorpresa. Llegamos a la pequeña plaza de la Convivencia en cuyo monumento hay una placa en homenaje a la comunidad judía. 





Y luego ingresamos a la iglesia y ¡oh! Sorpresa: la iglesia sufrió un gran incendio en 1959 y la han mantenido tal como quedó hasta nuestros días. Alucinante (https://www.youtube.com/watch?v=J856UbJ2u3o&t=230s) (https://www.lisboa.es/que-ver/iglesia-de-santo-domingo/). Es una visita impresionante. Este descubrimiento para ambos nos alentó a buscar otras iglesias y nos fuimos a São Roque, iglesia que no conocía Carmen todavía. En el camino, vimos a la distancia la Estación de Rossio. Aunque el museo estaba cerrado, la visita a la iglesia en sí fue interesante: el esplendor del barroco portugués. Aquí les comparto lo que había escrito en mi primera visita en enero de 2019. En esa oportunidad estuvimos en su interesante museo: https://elrincondeschultz.blogspot.com/2019/03/la-lisboa-de-pessoa-y-de-sus-tranvias.html. Aquí información del barroco portugués (no hay que olvidar que la palabra “barroco” es una palabra portuguesa): https://monolito.es/blog/el-arte-barroco-en-portugal-una-mezcla-de-culturas-y-estilos, https://visitportugal.com/es/node/73844





Desde San Roque nos fuimos en dirección a la Plaza de Luis de Camões en la que hay dos iglesias, una frente a la otra: Nuestra Señora de Loreto y Nuestra Señora de la Encarnación. Como había culto en ese momento, no ingresamos; pero seguimos bajando por la Rua Garrett hasta llegar a la basílica Nuestra Señora de los Mártires (https://cloud.3dvista.com/hosting/7342916/0/index.htm). Ya era un poco tarde y queríamos tomar algo antes de partir a casa para la cena de Nochebuena. Quisimos entrar al simpático café A Brasileira, el que tiene delante de su fachada la estatua sentada de Fernando de Pessoa. Pero ya no estaban atendiendo. Intentamos en la Pastelería Bernand, tampoco. Todos ya querían ir a sus casas para los últimos preparativos. Por fin, nos atendieron en Castro, que es un taller de Natas. Así que pedimos las consabidas natas y una buena infusión para el camino de regreso. Bajamos hasta Terreiro de Pao nuevamente para tomar el metro hasta Benfica. Llegamos cuando ya estaban todos reunidos. Tuve un incidente con el maniobro de mi puerta y, gracias a Rogerio, el problema fue solucionado. La mesa estaba llena de dulces que habían traído Carmen y Maria, bolos do rei e da ranha, roscas de rey, confites, mazapanes. Espacio para la gula. El 25 de diciembre fue un día de reposo. Pero el 26 y 27, Lisboa nos mostrará sus otros tesoros.