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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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lunes, 4 de marzo de 2024

SOCIEDAD DESARTICULADA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 03 DE MARZO)

 


Hace unos días conversaba con una persona sobre la débil red de comunicaciones que tiene nuestro país. Había ido de visita a Contumazá y me comentaba lo complicado que fue la travesía. Por otro lado, vi una entrevista en el canal digital Nativa del periodista Carlos Cornejo a Christian Chávez, representante de la delegación empresarial ecuatoriana, de visita para ver oportunidades de inversión a raíz de la próxima apertura del mega puerto de Chancay (https://www.youtube.com/watch?v=Sxcpwa27LuI). La entrevista es muy buena, pues aborda puntos que son sensibles para que este mega proyecto sea un éxito rotundo o la posibilidad de un fracaso, uno de los tantos elefantes blancos que surgen por ahí, al no verse una serie de puntos urgentes e importantes. Quiero destacar tres puntos: la seguridad, la corrupción y la mala interconectividad, males que están, quiérase o no, muy vinculados. La escasez de buenas vías hacia el interior que debilita la cadena distributiva de alimentos tanto para productores como consumidores, así como la eternamente inacabada Autopista del Sol (una pesadilla); ambos problemas son producto de la inacción de las autoridades pertinentes o posibles casos de corrupción que se ven con frecuencia en la construcción o restauración de pistas y veredas en nuestra ciudad. Ecuador está interesado en transportar sus productos a esta mega instalación y el transporte terrestre es vital. Lo del tren está para largo plazo, aunque espero ver que algún día se haga realidad; en vez de ser una gestión colectiva apoyada y coordinada por todas las autoridades políticas de las regiones norteñas, estas están más preocupadas en otras cosas como lo vemos en algunos redomados congresistas de esas regiones involucrados en gruesos casos de corrupción. Hay tramos de la carretera de Trujillo a Chimbote que son de locura: una autopista con rompemuelles. Imagino grandes tráileres desplazarse a cierta velocidad para llegar con productos perecibles de exportación teniendo que demorarse por estos inauditos bloques que se ven sólo en las carreteras norteñas. Anteriormente estos rompemuelles eran aprovechados por gente del hampa para poder subirse a las unidades y comenzar un saqueo sistemático de lo transportado. La incapacidad de gestión que da una descoordinación en el sistema de transporte debe hallar pronto un remedio. Chancay se inaugura en septiembre, incluso viene el mandatario chino a dicho evento. Hay muchos intereses y contra intereses de por medio. Sin embargo, es una lástima que este problema de descoordinación no sólo se está presentando en el caso de Chancay; lo vemos con el acceso al nuevo Jorge Chávez, el cual será inaugurado en diciembre de este año; pero el acceso al mismo, el Puente Santa Rosa, se culminará ¡en 2027! Para salvar la situación, van a instalar provisionalmente puentes Bailey. Si esta es la realidad de dos megaproyectos centralizados en Lima, qué pasará en otras regiones.



domingo, 18 de febrero de 2024

GRUESO FAVOR (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 18 DE FEBRERO)

 


Muchos hinchas ya se imaginaban ver a Paolo Guerrero corriendo por la cancha del Mansiche. Trujillo, desde el punto de vista deportivo, saltó a la palestra de los medios, pues personaje tan mediático como este futbolista había concitado la atención de los aficionados como de los que no lo son tanto. En medio del reforzamiento del eslogan “Trujillo, la ciudad de la eterna balacera”, un poco de aire fresco y alegría deportiva corría por diferentes hogares y era la expectativa positiva de muchos niños y adolescentes, así como de los no tanto. Un aire tibio recorría la ciudad, incluso entre algunos escépticos que dudaban de la veracidad de la noticia; pero esos incrédulos acertaron, pero no en cuanto al motivo de la deserción. Cuando PG salió a declarar las razones de su alejamiento; muchas personas, descreídas ellas, argüían que era por motivos de edad y bajo rendimiento. No; eran razones de seguridad. La situación se tornó más oscura cuando César Acuña sale a declarar que la razón expuesta por PG era correcta. Un franco disparo a los pies de quien ha gobernado, sea él o su partido político, la ciudad y región por décadas. Tal declaratoria justifica la incapacidad de su gobernatura para poder controlar la crisis de inseguridad que estamos viviendo desde fines del siglo pasado e inicios de este. Recuerdo que la primera década del XXI los secuestros se incrementaban exponencialmente e íbamos llenando primeras planas de diversos diarios. En esos años, amigos míos me llamaban para ver si era seguro venir con reloj o celular y si podían caminar por las calles. No quiero preguntar a mis amistades cómo ven a nuestra ciudad en estos días; peor ahora que figura tan mediática como PG haya dado un anuncio corroborado por CAP. Qué daños colaterales habrá: alejamiento de inversiones, reducción del turismo, complicaciones de contratación de personal de alto nivel. ¿Quién se arriesgaría a venir a una ciudad en la que sus mismas autoridades se muestran incapaces de poder controlar el crimen organizado? Este está enquistado en diversos centros laborales e instituciones; promueve la informalidad gracias a la débil presencia del Estado lo que les permite actuar de manera descarada o en colusión con autoridades regionales corruptas; por eso, se permiten diversos tipos de delincuencia como minería ilegal, tráfico de terrenos y narcotráfico; todo esto ha puesto a nuestra ciudad entre las urbes con alto índice de asesinatos por cada cierta cantidad de personas. Trujillo está, pues, desamparada y muchos ciudadanos optan por aislarse, encerrar sus espacios o migrar, otro gran daño para el capital humano con que debe contar una ciudad que necesita personas con conocimiento y experiencia para resolver problemas que nos afligen en todos los campos. Trujillo está viviendo una franca pesadilla y las autoridades no están en capacidad para despertarnos de la pesadumbre que vivimos endilgándonos, además, un par de padres putativos no deseados.


lunes, 29 de enero de 2024

JALONEOS DESATINADOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 28 DE ENERO)

 


La jalada de cabellos contra Dina Boluarte en Ayacucho ha abierto, sin querer, una caja de Pandora exhibiendo un muestrario de contradicciones en uno de los rubros más sensibles de la sociedad peruana: la seguridad. El hecho muestra varias aristas en las que todos los poderes del Estado salen perdiendo: legislativo, ejecutivo y judicial; y esa pérdida es aprovechada no sólo por el crimen organizado (narcotráfico, tala y minería ilegal, trata de personas, tráfico de terrenos), sino por la delincuencia común que actúa ya con todo desparpajo en muchas ciudades de nuestro país. La reacción del gobierno tras el incidente ayacuchano ha sido una suma de desatinos en las que, incluso, han tenido que reconocer la inutilidad de los planes de gobierno en materia de seguridad propuesto por la cabeza de la Policía Nacional durante el cuestionado pase al retiro del general Jorge Angulo (toda una verdadera destitución) y la respuesta de este a la decisión, un verdadero desacato a su posición contra la disposición del Gobierno. Boluarte, en su afán de ganar puntos para su alicaída popularidad, comete desatinos tan burdos como esta visita a Ayacucho. La infantil e insultante acción de lanzar caramelos a la población, muestra de desprecio a esa comunidad, que arrastra una profunda herida social es una muestra de la incompetencia del equipo de imagen de esta persona. Pero el vejamen contra la autoridad hizo reventar el “chupo” de la inseguridad. Cierto es que es condenable la acción acometida contra la autoridad, pero los desaciertos de su accionar incitaron la cólera de una población que aún espera respuestas por parte de los organismos del Estado involucrados en la muerte de varios ciudadanos en diciembre de 2022. El “boquete” abierto de las campañas de seguridad, anunciadas con bombos y platillos por Otárola, ha dejado a la ciudadanía en una suerte de limbo: se nos informó que estas diversas campañas intensivas iban a restaurar esa seguridad perdida en tantos espacios sociales y geográficos de nuestro país. Pero el último caso, la suerte de contención en la frontera peruano-ecuatoriana, mostró una verdadera filtración en la que el Ecuador ha identificado un tráfico de armas que involucra a las fuerzas de seguridad peruanas. El Estado peruano es una coladera complaciente gracias en cierta manera a los personajes de todos los poderes vinculados (congresistas, fiscales, ministros) con el narcotráfico, la minería ilegal, los lavados de activos, un largo etcétera de la que somos testigos los ciudadanos de a pie. Los ciudadanos, ante la inutilidad de los poderes nacionales y locales en diversas materias, se organizan como pueden, a veces incluso trasgrediendo las leyes ciudadanas (como las tranqueras y la libre circulación), para poder hacer frente a ese crimen que, coludido con tantos corruptos en el poder, parece va ganando la guerra contra nosotros. Es la soledad de la sociedad peruana. ¿Caeremos en Fuenteovejuna?



domingo, 6 de noviembre de 2022

INSEGURIDAD, PESADILLA SOCIAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 06 DE NOVIEMBRE 2022)

 


La reciente conversación con un amigo quien ahora radica en Lima y trabaja en un organismo de la ONU motiva este texto. En este diálogo, él me comentaba alarmado la forma cómo cierto tipo de delincuencia se ha ido incrementando en diversos barrios y urbanizaciones de clase media y media alta. Esta delincuencia está bastante ligada a la migración irregular generada por las últimas oleadas de migrantes, sobre todo venezolanos, que llegaron a nuestro país antes de ponerse ciertos “candados” a dicha migración. Pero hay que ir por partes para entender este problema en el cual participan directamente muchos connacionales convirtiéndose en cómplices del avance de esta modalidad delictiva.

Toda migración siempre es dolorosa para quien la realiza. Se deja un estilo de vida, familia, recuerdos por una situación incierta las más de las veces. Muchos son obligados a tomar esta dura decisión, sobre todo cuando una sociedad sufre fuertes crisis, como una guerra o depresión económica. Muchos compatriotas se vieron forzados a emigrar durante el primer gobierno de AGP o la década fujimorista; precisamente fue durante este periodo que muchos gobiernos cerraron el libre tránsito a los peruanos como pasó con España que recibió un gran flujo de peruanos que trabajaron en todo, incluida la delincuencia. Diarios argentinos, chilenos, japoneses y españoles publicaban noticias de prensa amarilla en las que muchos compatriotas se veían involucrados. Como deducción simplista del vulgo, cada latinoamericano (peruano o colombiano especialmente) era un delincuente en potencia. Para nosotros encajaba perfectamente el despectivo “sudaca”. La actual crisis económica general ha hecho que muchos que vieron una posibilidad aquí se haya desvanecido. Hay ciudadanos honrados que han hecho su vida entre nosotros, pero también hay malos elementos que se unieron para delinquir. La excesiva informalidad de nuestra sociedad permite, precisamente, que estos elementos avancen impunemente gracias a, consciente o inconscientemente, la colusión y permisibilidad dada por la corrupción entre nosotros. Este avance está dado gracias a ciertas modalidades como el otorgamiento de licencias de funcionamiento a ciertas actividades que arrastran en conjunto todo un enjambre delincuencial: licencias para bares o clubes nocturnos, y hoteles donde hay prostitución atraen a ladrones, comercializadores de drogas y otros personajes de mal vivir, y hacen suyo el lugar. Las laxas reglas de migración permitieron que bandas organizadas ingresasen al país; también está el hecho de que muchos jóvenes sin trabajo se dediquen a comerciar droga o meretricio. En este sentido, la restricción municipal para ciertos negocios y la presión de autoridades hacia ciertas formas irregulares de asociación (como los hacinamientos en parques) deben ser coactados y trabajar con los vecinos para ejercer una mayor coerción social y económica sobre negocios irregulares.

lunes, 27 de agosto de 2018

PADRES EN SU SOLEDAD (ARTÍCULO DE OPINIÓN PARCIALMENTE REPRODUCIDO DIARIO LA INDUSTRIA DOMINGO 26 DE AGOSTO)


La reciente lamentable muerte de la niña Xohana Guerra en un buzón de la plaza de armas de Cerro Azul, Cañete, viene a ser una suerte de triste colofón, de una serie de errores inmediatos y mediatos que debemos de tener en cuenta. Rodeados por la cultura de informalidad y la displicencia, cada uno de los actores de esta triste experiencia es una larga suma de errores sociales (algunos de los cuales justificamos como casualidad) que está generando una larga retahíla de niños y adolescentes heridos o, en lo más extremo, muertos.
La cultura del aislamiento que se viene desarrollando agresivamente en nuestro siglo ha cambiado comportamientos y perspectivas de todas las personas de una sociedad, personas que asumimos diversos roles, entre los cuales están el de ser hijos y padres de una familia. Este acelerado proceso de aislamiento ha coincidido con una tergiversación de reconocimiento de valores individuales, así como un marcado ensimismamiento de las personas de su mundo personal, ayudado por la presencia de un mundo electrónico invasivo que hace que mucha gente deje sus labores de su compromiso social (como es el del preocuparse del prójimo, entre estas, la de cuidar de sus hijos) para sentirse raramente integrado con el mundo descuidando a su entorno. Así no es raro ver a policías, mozos, secretarias, maestros, padres de familia en general, más preocupados por su celular que de las personas a las cuales se dedica. El caso de Xohana, producto inicial de un descuido, es el largo hilo de una madeja. Agreguemos a esto, la informalidad y la escasa cultura de la prevención y seguridad para tener una de las tantas tragedias familiares de nuestro país.
La tergiversación de valores es otro de los grandes problemas en este mundo plagado de derechos y escaso de deberes. La niñez y la juventud han tenido grandes avances en el reconocimiento de sus derechos, aunque faltan muchos pasos más por dar. El abuso de estos derechos por parte de adultos, entiéndase padres de familia, genera una fuerte debilitación del crecimiento de relaciones sanas en el núcleo familiar. Los niños y adolescentes crecen en mundo avieso en el cual su persona es el centro del mundo y los demás son accesitarios. Craso error. Grandes conflictos de jóvenes mimados, carentes de límites y autoridad los vemos cada día. Estas carencias devienen en rebeldía extrema, escasa emoción social, frustración por su dependencia en todos los campos. Muchos jóvenes intentarán medidas extremas (como el suicidio) para hallar respuestas a un periodo doloroso el cual no tuvo cimientos sólidos desde la niñez por exceso de sobreprotección y carencia de reglas de convivencia. Hay muchos padres que en su accionar debilitan su propia figura de autoridad, la cual será un patrón referente para ese joven, quizá futuro padre o madre de familia.
La sociedad nuestra, además, genera situaciones que generan dudas en el crecimiento de niños y adolescentes. Se les habla de valores y ven un mundo adulto lleno de cínicos y corruptos; se les habla de la unidad familiar y vemos cada vez más madres adolescentes tratando ellas mismas de sobrevivir; por eso se llaman adolescentes, pues carecen de muchos recursos aún. La sociedad lejos de apoyar dando buenas herramientas a diversos jóvenes que desconocen todo, se les da la espalda aduciendo criterios religiosos o morales de quienes, a veces, no tienen ningún sustento más que el de sostener sus creencias. La educación sexual correcta en el Perú es urgente. Así no lanzaremos a la vida a padres tan jóvenes que después generan una cadena de problemas de nunca acabar.


domingo, 5 de febrero de 2017

DESNUDEZ TOTAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 05 FEBRERO 2017)

Lo sucedido el último jueves 02 en Trujillo desnudó totalmente a toda una ciudad de casi un millón de habitantes que teóricamente debería haber tenido una capacidad de respuesta más efectiva ante este fenómeno pluvial ocurrido, puesto que hasta hace menos de un año la ciudad y la Región entera estuvieron ejecutando diversas obras de prevención ante un fuerte fenómeno del Niño ampliamente voceado durante el 2015, tanto así que diversas actividades fueron elevadas a alerta amarilla, como sucedió con el año escolar en todo el Norte peruano. El fenómeno en sí se manifestó levemente y no tuvo el temido impacto que iba a golpear toda actividad humana en el Norte y específicamente nuestra Región y ciudad. Los efectos se vivieron en otras regiones del planeta. Uno al leer los diarios  de esos meses puede obtener información que da cuenta de las obras planificadas (algunas quedaron inconclusas, parece ser) e informes de monitoreo que iban y venían sobre las medidas preventivas que se hacían para el agro y sistema vial departamental, así como las que se iban tomando en una urbe que guarda en sus recuerdos los daños infligidos sobre sus habitantes en 1982 y 1998. Las autoridades de entonces estuvieron alerta hasta declararse oficialmente culminado en el mes de mayo del año pasado. Ergo, todo el país mantuvo, en teoría, su atención y precaución ante una grave ocurrencia hasta hace ocho meses.
Sin embargo, casi medio año después, lluvias de regular intensidad (no son las que un mega Niño trae) han mostrado de manera abrupta que todas aquellas voceadas prevenciones no han cumplido con su objetivo. El Estado había destinado una buena partida presupuestaria para ser ejecutada por el Estado mismo, los Gobiernos regionales y locales. El Gobierno de ese entonces había destinado presupuestos para medidas preventivas durante el 2015 y para reconstrucción en el 2016. El dinero estaba destinado a limpiar y mejorar de cauces de ríos, construcción de muros de contención, sistema vial, entre otros. Los resultados no pueden ser tan buenos si hemos tenido esta situación casi desastrosa que estamos viviendo y que tiende a agravarse. La pregunta es qué se hizo.
Lo de Trujillo como ciudad sí es lamentable. Las lluvias desnudan una gran verdad: nuestro sistema vial va camino al colapso. Entre rompemuelles y la carencia de drenes, la ciudad se convierte en un gran charco que incrementa la molestia por la lenta evaporación de las aguas estancadas y el peligro latente de un rebrote de las no pocas enfermedades endémicas de la Región, como el dengue. Pero además están los ciudadanos que somos poco conscientes de cómo actuar en estas situaciones: el caos generado en el tráfico casi rayano al salvajismo es una muestra de lo poco preparados, en general, que estamos. Los trujillanos nos convertimos, a la larga, en una gran parte del problema. Vayamos a cambios necesarios de estructuras sociales y mentales.

domingo, 27 de noviembre de 2016

FUEGOS QUE MATAN. ARTÍCULO PARCIALMENTE PUBLICADO EN EL DIARIO LA INDUSTRIA DE TRUJLLO 20 DE NOVIEMBRE

Hace tres semanas escribí en un diario local un artículo de opinión sobre el valor de la vida en el Perú. En ese entonces, me motivó escribir el mismo por la triste muerte de tres bomberos en un misterioso incendio en Lima aún no del todo esclarecido. Pocos días antes se había difundido por las redes un estudio realizado por William Chopik de la Universidad Estatal de Michigan (https://www.indy100.com/article/psychopaths-countries-map-world-empathy-least-seven-lowest-7363926), en el cual se ubica a la sociedad peruana como la tercera más empática a nivel mundial. El informe resulta de lo más irónico por la forma en que nosotros concebimos la seguridad y la prevención, medidas precisamente para velar la integridad de los demás y de uno mismo. De mantener ese criterio, la sociedad peruana debería de estar entre las más protectoras de la vida humana. Sin embargo un nuevo incendio este último miércoles nos salta en la cara. Así pues, todo lo que ha sucedido y viene sucediendo en nuestro país es una muestra que desmiente la posición de una sociedad altamente empática.
A lo largo de la historia peruana han sucedido diversas tragedias y desastres, muchos naturales, otros provocados por la mano del hombre, sea por intención o por descuido. Los desastres naturales son por ahora inevitables, pero la falta de previsión y el relajo en las medidas de seguridad en diversos procesos y protocolos hacen que un desastre sea altamente mortífero no por acción natural, sino humana. Los siniestros o incendios en construcciones no son de origen natural o, como aducen algunos, divino; son producto las más de las veces de la irresponsabilidad, la corrupción, la mala fe o la ignorancia de personas encargadas de dichas medidas. El uso de ciertos materiales, el otorgamiento de licencias de manera oscura, el robo sistemático de ingredientes o el uso excesivo de ciertos materiales que deberían estar de baja son algunos de los factores nada naturales que han sido grandes causantes de tragedias que comienzan con un cortocircuito, el desgaste de cables, la acumulación de material inflamable, etc. La negligencia humana está, además y hay que resaltarla, en la actitud de conmiseración que se tiene ante ciertas situaciones que sabemos son altamente riesgosas: un ejemplo de ello es el comercio ambulatorio que es permitido y hasta justificado para permitir que diversas personas puedan llevar un pan a sus hogares, cuando en realidad pueden llevar la muerte a otros. El caso de Mesa Redonda aún resuena para muchas personas, pero para otras no pasa de ser una anécdota hasta que esperemos otro gran incendio que cause la muerte de 277 víctimas. Entonces se volverá con eterna letanía y la búsqueda de culpables. Pero más irresponsable es el caso de diversas empresas que con el fin de reducir costos no titubean en “sacarle la vuelta a las normas” con el fin de incrementar sus ganancias adosando su irresponsabilidad a la vida de sus empleados, obreros o clientes. Basta darse una vuelta para ver las condiciones con las que ciertos locales de expendio masivo, centros comerciales, tiendas de departamentos en las que fueron inaugurados y en las que se encuentran ahora. Veremos puertas selladas, escasez de grifos o extintores, material inflamable que reemplaza a uno más seguro pero caro, un largo etcétera que valdría pena revisar, cuestionar y actuar antes de convertirse en un nuevo crematorio de inocentes.

Así ya podremos decir que somos una sociedad altamente empática.

domingo, 28 de agosto de 2016

GASTOS ILÍCITOS (EN RELACIÓN A LAS TRANQUERAS DE NUESTRAS CALLES, ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 28 DE AGOSTO)

Hace unos días, coloqué en las redes sociales una opinión que generó cierta polémica y que me gustaría compartir por este medio, puesto que concierne a todos los ciudadanos y que es motivo de discusión entre todos ellos ante la acción dubitativa de las autoridades de nuestro país. El uso de tranqueras en casi todas las ciudades peruanas es una muestra de ese caos social en el que nuestra sociedad se ha sumido en las últimas décadas siendo el argumento principal el de la seguridad no otorgada por el Estado o los Gobiernos regionales o municipales de tal o cual ciudad. En la actualidad, ha surgido una nueva justificación para su uso: cortar el paso al transporte público que rompe la paz del vecindario.
Uno al leer el Artículo 2 del Capítulo I de  la Constitución Política del Perú se puede identificar cuántos derechos son vulnerados por el uso de esta medida: 1, 2, 11, 14, 15, 16, 22, 24 (a, b); en el Título II, Capítulo I, la debilidad o ausencia del Estado en cumplir el Artículo 44 hace que grupos ciudadanos trasgredan el Artículo 45. Además, las trasgresiones se amplían cuando vemos a muchos ciudadanos que se ven forzados a aceptar (hasta de manera unilateral) el empleo de estas en su calle o vecindario. Así tendríamos casi todos los artículos del Capítulo III de nuestra Constitución.
Pero vamos al sentido común. Debido a la debilidad de los organismos competentes a validar los derechos de todos, el uso de muchas calles y parques de diversas urbanizaciones de nuestra ciudad ya son de uso exclusivo de un grupo de vecinos e, incluso, de uno solo. Ante tal anomia social, ese espacio se vuelve privado. Una suerte de ley del Medio Oeste del siglo XIX o de Uti Possidetis iuris interno. Sin embargo, los organismos públicos se ven obligados a cumplir con otras responsabilidades sobre estos espacios a los cuales el grueso de ciudadanos está literalmente prohibido de acceder. Tal es la incertidumbre sobre estos espacios que ya muchas compañías de taxis o de servicio de entrega a domicilio han preferido rescindir sus responsabilidades en dichas zonas. No es nada raro que haya personas que son dejadas en las tranqueras para que caminen dos o tres cuadras para acceder a su objetivo final. Y ni imaginarse de lo que pueda pasar en una emergencia como un sismo o incendio.

Como ciudadano contribuyente exijo que mis impuestos sean derivados al bien común, no al bien de un privado o privados. ¿Por qué debe la comunidad de reparar o asfaltar una calle a la cual solo acceden 4 o 5 vehículos? Desde un punto de vista pragmático, estas son responsabilidades que le competen a los usurpadores que ejercen como dueños de tales espacios. En estos momentos en que se debe de ser cuidadoso con el buen uso de un erario público, cualquier ciudadano en su derecho puede exigir y demandar por gastos ilícitos o uso doloso de fondos públicos para beneficios de pocos.