Datos personales

Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
Mostrando entradas con la etiqueta grandes voces. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta grandes voces. Mostrar todas las entradas

viernes, 19 de noviembre de 2010

FESTIVAL DE CANTO LÍRICO DE TRUJILLO, DÉCIMO CUARTA VERSIÓN

La ciudad de Trujillo ha estado viviendo durante esta última semana y media una verdadera fiesta del bel canto. Aunque para muchas personas identifiquen a éste, injustamente, como una arte intrascendente o aburrida, el bel canto es toda una verdadera manifestación del espíritu artístico del ser humano y la feliz consecución de dote personal (no todos tiene buena voz), talento interpretativo y carácter personal para salir adelante en este mundo de belleza, sufrimiento, alegría y, algunas veces, crueldad. Mi afición al bel canto data de pequeño; mi madre cantaba y desde su afición, más el hecho de haber heredado una buena voz (tenor con ribetes de barítono) me permitieron acercarme a este mundo. Canté desde pequeño música religiosa (de ahí mi afición a los grandes como César Franck o J.S. Bach), luego integré coros, sea como parte de él o solista y, durante mi estancia en Lima, canté en un cuarteto de voces y en la ópera que retornó a nuestrom país en los años 80. Así, pues, pude participar en Otello de Verdi y Aída de Verdi, pero mi afición se acercó a la obra coral de Haendel, Bach y la obra de los italianos del barroco como Monteverdi. Muchos amigos también se interesaron por desarrollar una vida en el bel canto como es el caso de Mariella Monzón. Comencé a oír ese exigente mundo de cantantes, siempre deslumbrado por timbres impresionantes como Teresa Berganza (grande como Rossina), Kathleen Ferrier (quien murió tan joven), Beniamino Gigli (soberbias interpretaciones en El buscador de Perlas de Bizet), Renata Scotto (impresionante Lucía de Lamermoor), Paata Burchuladzte, Nicolai Ghiauriov, José van Dam (genial Leporello), Cesare Siepi, Diana Damrau (qué tal carácter de mujer), Régine Crespin, tantas bellas voces que te tomaría toda una vida ir tras todas sus obras. El cine me ayudó a fomentar este sólido interés con filmes como E la Nave va, Amadeus, Diva, entre otros; e incluso algunos cantantes como María Callas (Medea de Pasolini) o José van Dam (La bella El Maestro de Música) me permitió verlos en otras facetas cuando hicieron sus pininos como actores, como ha sucedido también con otros cantantes populares (Sting o Tom Waits).El mundo de las bellas voces ha sido, pues, un mundo gratamente conocido, aunque he visto también el duro camino que implica dedicarse a esta bella arte, sobre todo en sociedades un poco reacias como la nuestra a esta manifestación.
Lo vivido el día miércoles 17 ha sido un muy gratificante experiencia personal, casi conmovedora por ver tantos jóvenes artistas venidos de otras partes del planeta (vinieron desde Angola, Corea y Japón) para mostrarnos su calidad como personas imbuidas en este arte y en camino a su perfeccionamiento. Es interesante ver cómo cada artista va buscando su personalidad en la aria que canta; el bajo bufo ecuatoriano (Diego Zamora) está dotado de un gran histrionismo, pero tiene todavía buen camino por recorrer para sus notas graves y algunas agudas que no calen. Pero tiene un buen dominio corporal, aunque éste no debe sacrificar la interpretación en sí. Personalmente me gustó la mezzo María Francisca Muñoz, quien hizo una Carmen con el verdadero timbre que debe tener. La Callas y Jessye Norman, ambas registro de soprano, "han jalado a su  molino" a este personaje de graves. En el poco tiempo que hablé con la contralto Muñoz le decía que era tiempo volver ese papel a las contraltos (una voz tan tibia como Fedora Barbieri para este papel).
Como a veces sucede en que te pierdes el momento de la historia por estar en otro lado, no logré ver a la ganadora del primer puesto. Pero vi oyendo al segundo puesto, excelente tenor de Angola Emanuel Mendes, quien ha aprendido de la escuela rusa y la soprano Tatiana Meira, sorprendente con sus arias de Mozart.
Queda como simple detalle que hubo un solo peruano para este concurso, del cual disfrutan los extranjeros y nosotros nos hemos convertido en meros espectadores. Esperemos que haya cambios futuros y haya una mayor presencia de cantantes peruanos.

domingo, 4 de octubre de 2009

MERCEDES SOSA. PENA



Pena. Eso es lo que uno siente en un momento como este cuando sabes que una voz que te acompañaba en tus momentos se ha apagado.

Se ha ido silenciosamente, pero su voz ha quedado marcada en cada uno de los que la oímos por sus discos o conciertos. Mercedes Sosa fue una revelación cuando alguna vez traje un disco suyo en mi casa. La había oído por los años 60, llegó con poca pantalla; llegaba mucha gente del folclor argentino y Mercedes Sosa ya era una voz. No tuve la suerte de oírla como soprano, pero la prefiero (y quiero recordarla así) como una bella contralto, una voz llena, cálida, inmensa como sus letras. Volver a los 17, La Carta, Gracias a la Vida eran temas que iba oyendo con una fruición por saber que había música así. Luego, ya creciendo, fui descubriendo a través de su selección cosas tan bellas como Ginastera. Cuando obtuve un disco de ella con sus conciertos luego del exilio en Europa, entré en un limbo hermoso de lo que era oír La Cigarra, Sólo le pido a Dios, Soy Pan, soy Paz; era la música que debería haber oído siempre. Derrumbo a muchos su Canción de las simples cosas, precisamente por simple, por sencilla, por humana.

No la veremos más en escenarios, pero tenemos un patrimonio inmenso que nos acompaña en la memoria personal y colectiva de cada uno de nosotros. Que cada lágrima que caiga en su honor sean bellas canciones que lleguen a todos, sobre todo a los jóvenes. Ellos tienen una misión, quizá ella les dé muchas luces para hallar esos caminos.

martes, 14 de octubre de 2008

EL OTRO LADO DE NUESTRO HEMISFERIO MUSICAL


¿Qué tal si,
en tus sueños
volaras al cielo
y de allí trajeras
una rara y bella flor?

Y ¿qué tal si,
Al despertar,
Tuvieras esa flor
En tu mano?

¿Qué pasaría?

Deepak Chopra

Hace ya un buen tiempo, a la llegada de Caetano Veloso a la ciudad de Lima para ofrecer diversos conciertos abrió buenas perspectivas de encontrarnos con esa gran corriente musical de nuestro inmenso vecino que, pese a la cercanía, es poco conocida por nosotros. La lenta y a veces pusilánime distribución y difusión musical en nuestro país han hecho todo lo posible para alejarnos de hitos que sirvieron para hacer conocida o enriquecer esta manifestación artística en este lado del continente. La música brasilera es una feliz mixtura de los fados portugueses, música aborigen y la infaltable presencia de los ritmos negros, que muestran ese gran crisol de razas que es el Brasil.

En la década de los 60, el Brasil, sometido a una larga dictadura, vio una extraordinaria eclosión en sus artes, desde el cine hasta la literatura. Incluso algunos célebres escritores incursionaron en la música como es el caso de Vinicius de Moraes, quien guitarra en mano y con algunas musas de sensuales y bellas voces, eternizaron el bossa nova, para felicidad de todos los amantes de la música. Es interesante el contexto en el que se va desarrollando este movimiento musical, con una revolución cubana al galope y con nuevas búsquedas en el mundo del arte, caso la nouvelle vague francesa; y éste va a influir (globalización positiva) en el famoso cinema nôvo con directores de la talla de Nelson Pereira y Glauber Rocha.

Caetano Veloso, Antonio Carlos Jobim, João Gilberto, Gilberto Gil, Chico Buarque de Hollanda son autores de numerosas canciones que renovaron el mundo musical brasilero; canciones como Bom dia tristeza, Se todos fossem iguais a vôce, agua de beber, chega de saudade y sobre todo el gran aporte de la letra en Garota de Ipanema, mundializaron la música de este país y viene de los autores previamente nombrados. Acompañaron la difusión de estas obras, voces como la de Nara Leão y Maria Creuza.

Hacia 1964, apoyados por el gran saxofonista Stan Getz y las voces de Astrud y João Gilbert, este himno carioca revoluciona el mundo de la música, y en América Latina hubo gratas influencias de las cuales no escapa nuestra música; así compositoras como Chabuca Granda se ven influidas por dicha vanguardia musical.

Un caso especial en la música de este país es el Milton Nascimento, músico extraordinario quien ha trabajado con todos los grandes músicos contemporáneos (como el caso de nuestro compatriota Alex Acuña), ha acercado la música de su país a África, el continente que aportó ritmos y armonías que los caracterizan. Además rescató los instrumentos indígenas de nuestra América primitiva y las introdujo en la música popular. Felizmente hay varios grupos, como el Inéditus de Costa Rica que están siguiendo estos pasos. Debemos hablar de dos extraordinarios trabajos que realizó en los 80 como son los casos de sus álbumes Yauaretê (Jaguar), un verdadera canto ecológico, y el extraordinario álbum Miltons, que nos ofrece una sentida canción al fallido actor River Phoenix, una magistral reinterpretación de La Bamba, una soberbia canción a Don Quixote, con un soberbio piano del no menos famoso Herbie Hancock y la percusión y voz de Naná Vasconcelos (con la de Milton hacen una excelente dupla y ha trabajado en varios álbumes con Pat Metheny, sobre todo en Offram y A letter from home, la voz de Pedro Aznar es también bella).

Están, además, Boden Powell, Jorge Ben, Djavan, Ney Matogrosso, Toquinho, entre muchos más, quienes llenan el rico y vasto mundo de ese Brasil que se agita bajo las botas de la dictadura que manda muchos de sus mejores artistas al exilio; las intérpretes de la talla de Maria Bethânia o Elis Regina, quienes llenaron los oídos de los brasileños con música que habla sobre ellos, el hombre común, sus problemas y sus sueños. Por eso, muchos de estos autores, cantantes y trovadores están en el alma popular , tanto así que hasta los transbordadores bahianos llevan sus nombres o aparecen en estampillas como si fueren héroes de batallas ideológicas. Hay muchas canciones que son ya himnos: Menino de Rio, Aguas de Março, Vai levando, Nos Bailes de la Vida, Um Jeito estupido de te amar, samba de uma nota so,...

Caetano Veloso tuvo a bien poner en uno de sus álbumes, la canción Fina Estampa, merecido homenaje a Chabuca Granda (1994). Cuando vino a Lima confesó su temor y osadía de interpretar dicha melodía a los peruanos; y salió bien parado. Su cálida voz también nos conmovió en la película HABLE CON ELLA, con su singular interpretación de CUCURRUCÚ PALOMA.
Espero que los medios masivos de comunicación asuman ese reto de hacernos conocer más y esto vaya calando ya tanto en el gusto de la gente, como en la sensibilización de aquellos que tiránicamente deciden lo que debe ver y oír la gente...”en pro del rating”...

jueves, 2 de octubre de 2008

VOCES CELESTIALES


Debo reconocer que una de las artes más extrañas que el hombre haya re-creado es la música. El poder que un conjunto de sonidos arreglados de manera diacrónica y sincrónica puede generar en una persona, ha merecido toda mi admiración desde que tengo uso de razón; adosado al hecho de que el habla humana es una actividad tan cercana a este arte. Recuerdo una crítica que leí sobre una extraordinaria cantante egipcia, Oum al Khalsoum; en ésta, el crítico nos hacía “oír” el poder de algunas voces, cuyos timbres ya forman parte de un patrimonio personal y, también, de la humanidad.
La voz humana tiene desde ya una vasta y rica clasificación que rige tanto la extensión (registro) como el timbre del cantante; las seis denominaciones genéricas que se emplea para clasificarlas (las voces) es una herramienta útil, pero herramienta al fin , cuya naturaleza fría no nos permite “entender” el carácter de cada timbre, de cada personalidad. Otra frase que me quedó grabada fue una referente a Carlos Gardel, que reza así “cada día canta mejor”. El haber escuchado de la cantante egipcia su canto extenso llamado Las mil y una noches fue todo un placer auditivo, canto acompañado de un texto poético como sólo las lenguas semitas pueden construir; cuando oí a Gardel en El día que me quieras, soberbio tango de Le Pera & Discépolo, eso no me hace más que corroborar que la voz tiene cierto sello que hace incluso la formación de una identidad de un pueblo. Tras este apasionante leit-motiv, me lancé a la búsqueda de las mismas: Mercedes Sosa y Gracias a la vida. Lila Downs y La Sandunga. Edith Piaf y La Vie en Rose. Juliette Greco y Les Feuilles Mortes. Toña la Negra y Humo en los ojos. Silvio Rodríguez y Sueño con serpientes. Pablo Milanés y Yolanda . Este pequeño grupo nos puede permitir hablar de algunos cantantes, varios conocidos; algunos de ellos dejados en el desván del olvido.

Recuerdo la primera vez que vi a Mercedes Sosa allá por 1971 en Arequipa, no era aún muy conocida en los circuitos que no correspodían a la canción comprometida como lo es hoy. Se centraba en difundir el folclor de la Argentina andina, y llegó con esas señales. En esa época, tanto Argentina como Chile, además de Bolivia, estaban generando un interesante movimiento de música popular que ya estaba entrando a los escenarios grandes. Corría la figura de la extinta Violeta Parra por esos años, y muchos cantantes tomaban sus canciones para difundir su encomiable obra, sobre todo Gracias a la vida, Volver a los 17 y La Carta. La primera canción ha sido interpretada por un sinnúmero de cantantes en varias lenguas (tuve oportunidad de escuchar a Joan Baez abriendo un concierto suyo en las ruinas romanas de Caesárea en Israel con esta canción... y la cantó en castellano), e incluso, desafiando a Pinochet, Paloma San Basilio abrió una presentación suya en un festival de Viña de Mar con esta canción. Pero fue la Sosa con su impecable álbum Tributo a Violeta Parra que la convierte en una suerte de intérprete oficial de Violeta. Casi no hubo concierto de ella en los 70 y 80 que no figurara esta canción. Cuando regresó del exilio en la apertura de la dictadura de Galtieri durante el conflicto de las Malvinas, su presentación fue apoteósica y esta canción casi hizo caer al teatro desde sus cimientos. La Sosa ha trabajado con muchos cantantes de todas las latitudes latinoamericanas, desde Pablo hasta Milton; una canción que sí debe escucharse por el dúo que hicieron es Inconsciente Colectivo, que la interpretó con su autor, Charlie García. Gracias a una colección editada y lanzada a la venta por El Comercio, hemos podido hallar una joya peruana, María Landó, de Chabuca Granda, cantada con Pedro Aznar. Su voz de contralto es fuerte y nítida, y destacada en canciones como Canción de las simples cosas (una joyita) y algunas que canta de Guastavino (¿existe algún álbum de Guastavino interpretado por ella?). Cuando era joven, sus canciones eran menos sofisticadas; pero, a veces, la madurez (¿o vejez?) eso se va postergando y caes en cosas que no van con tu espíritu.. Pero, en ella, se perdona