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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 2 de mayo de 2021

CLARA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 02 DE MAYO)


Hay muertes que nos golpean duro. Te causan una herida difícil de restañar. Esas que llegan a ti de la manera sigilosa y que calan duro en tu memoria.

Clara Claros fue una buena trabajadora en su área y, sobre todo, una buena amiga. Recuerdo vagamente cuando ella comenzó a trabajar en el Departamento que dirigía en una universidad local. Mi Departamento, el de Humanidades, convocaba un buen número de profesionales de todas las especialidades: había ingenieros, abogados, psicólogos, literatos, docentes de diversas especialidades, filósofos, artistas, estadísticos y, por supuesto, periodistas. Las reuniones eran amenas y matizadas por conversaciones de toda índole, y una de esas personas dinámicas fue Clara Claros. Discreta ella, me iba sugiriendo detalles que iban haciendo de nuestras reuniones un buen espacio de intercambio de ideas y buen trabajo en equipo. Responsable con sus clases, nunca tuve queja alguna de su puntualidad con los procesos requeridos y sí comentarios de alumnos que habían pasado por sus aulas y habían recibido observaciones puntuales con anécdotas graciosas que ella hacía. Muchos de estos eran comentados por los colegas, pues quitaba ese rigor excesivo con el que muchas veces se ve a un docente universitario. Les dio mucha calidez humana.

La Clara Claros amiga se fue mostrando paulatinamente. Con su incondicional amigo Luis Quintanilla, como Don Quijote y Sancho Panza, buscaban seguir trabajando en el bichito que tenían incorporado: el periodismo. Un día, ambos me invitaron a compartir su locura: un programa radial. Así, poco a poco comenzamos a trabajar en eso; hasta hubo días que me quedaba en la conducción de las entrevistas radiales siempre con el apoyo silencioso de Clara. Cada idea que se me ocurría encontraba escepticismo de algunos, pero de ella no. Alentaba a todos en sus proyectos y meditaba los suyos hasta poder negociarlos. Uno de estos proyectos que sé que le causaron mucha alegría personal fue la creación de la revista digital Letras, que alcanzó más de un centenar de números. Fue un espacio que permitió que todos escribiésemos y nos aguzó el gusto por la redacción: después me comentaron que eso solía hacer con los jóvenes periodistas que ingresaban a la redacción de un periódico local. Maestra. Sé cuánto le dolió cuando órdenes centralistas unilaterales fueron cancelando diversos proyectos de mi Departamento, como el de su revista digital. Comentábamos con preocupación y nostalgia el avance de modalidad virtual, esta que terminó invadiendo nuestras vidas a causa de esta pandemia. Se mortificaba al no saber quiénes eran sus alumnos, muchos de los cuales jamás llegó a conocerlos, jamás tuvieron la oportunidad de disfrutar su buen humor y disposición para el trabajo. Sin embargo, algunos medios virtuales sí nos permitieron tener una comunicación, en cierta forma, regular. Habíamos intercambiado opiniones del ambiente político no hacía una semana. Buen viaje, Clara.

sábado, 4 de diciembre de 2010

CRISIS GENERACIONAL, CRISIS EDUCACIONAL

La reciente visita del analista político internacional César Arias Quincot ha puesto en relieve algunas profundas deficiencias de la juventud universitaria actual frente a la realidad internacional y nacional, en un mundo de acceso rápido y amplio a la información local y mundial. La conversación sostenida por dicho analista con los jóvenes y los no pocos jóvenes presentes en sus diversas presentaciones tanto en la Universidad Privada del Norte como en la Alianza Francesa mostró las deficiencias sobre la información manejada por muchas de los asistentes o, en el peor de los casos, ninguna información. Esta situación se puede deber a muchos motivos. Sugiero algunos:


1) Escasa o nula formación escolar en los cursos de Ciencias Sociales. La reducción de horas en los colegios de las materias como Geografía e Historia, está pasando la factura a una juventud que conoce poco su región, país, continente y planeta. Además, los cambios gestados en los últimos años en ambas áreas, sea desde el área de la arqueología, la sociología, historia, geografía física y social, demandan una permanente capacitación a docentes y actualización de libros y textos virtuales.

2) La educación recibida en esta área es bastante deficitaria, tomando en cuenta el motivo expuesto anteriormente. Además, el desprecio como muchas veces se ve a los cursos mencionados (cursos de relleno) ha hecho que muchas direcciones de centros escolares del país hayan colocado a docentes de otras áreas en la enseñanza de estas materias. Es sabido que muchos docentes contratados especialistas en áreas como Lengua, Religión, Ciencias, Matemáticas e incluso Educación Física, se les asigne esos cursos para poder completar su carga horaria.

3) Ante lo anteriormente expuesto, muchas personas interesadas en estos temas desestiman seguir estas especializaciones por verlas, en efecto, como poco rentables y pocas posibilidades laborales. En mi vida como docente, me he topado con esta realidad; además he visto a diversas personas de sólida formación en estas áreas, pero con poca formación de metodologías de la enseñanza, trabajando en el dictado de clases con estrategias que muchas veces no eran las adecuadas para los niños, adolescentes e incluso jóvenes (universidad) y generaban repercusiones negativas sobre la percepción de los contenidos de estos nobles cursos.

4) Los currículos universitarios, cada vez más centrados en un raro sentido de productividad (cual institutos), han ido desechando paulatinamente estos cursos por verlos “poco rentables”. Hay que ver los currículos de las facultades de todas las universidades de nuestro país para constatar la desaparición de estos cursos, por lo que, adosado al problema de la educación escolar, el joven universitario tiene escaso o nulo conocimiento de su entelequia social y su espacio físico. Los temas hablados en clases para presentaciones de libros en mi curso de Lengua muestran una desesperante ignorancia de hechos históricos recientes como el caso Fujimori, el primer gobierno de Alan García, Sendero Luminoso y uno más remoto como la Guerra con Chile. El caso más patético es el de una alumna en una clase de nuestra Universidad haya conocido con mucha sorpresa que hubo alguna vez una guerra con Chile. Peor es la idea que el mundo (y en esto discrepo del dogma religioso) fue creado en 7 días, producto de una discusión que hubo en clase por un tema expuesto por una docente. Sé que se debe respetar las creencias religiosas, pero aseverar que el mundo demoró tan sólo 7 días de 24 horas en su creación torna alarmante la formación histórica y geográfica de nuestros jóvenes. Esgrimir temas dogmáticos como temas científicos en una universidad torna peligrosa la educación y envuelve a todos los integrantes de una institución educativa en una atmósfera fundamentalista, sea de pensamiento económico, político, cultural o religioso. Peor aún, si lo que se quiere de ellos es hacer líderes conscientes y responsables de su sociedad y su entorno físico, llamado como medio ambiente. Digo esto, ya que fundamentalismos de corte económico y político nos están acompañando en estos días con una única verdad “democrática” y no se tolera el pensamiento divergente.

5) El conocimiento de la realidad exige de todos y cada uno de sus actores una lectura diversa, con perspectivas que muchas veces pueden (y deben) ser diferentes a las dominantes, ya que con esas otras alternativas podemos formar seres humanos con mejores criterios para tomar futuras decisiones. Es interesante el retroceso (aunque aún pálido) de esa enseñanza “para la excelencia” de muchas universidades norteamericanas que se habían avocado en “adiestrar” a sus lumbreras en ser profesionales “de éxito” con poca formación académica de humanidades y ahora son autores, aún no sancionados, de la debacle económica del 2008. Lumbreras económicas, pero con un mínimo sentido ético o de responsabilidad de su entorno social. Es irónico que sus currículos hayan sido “maquillados” con la inclusión de algunos cursos desechados por poco rentables como ética, historias u otros, para reparar el daño generado a la humanidad. Si hay alguien a quien hay que reclamar de los tumbos económicos de nuestros días son a esas casas de estudios, que (y he aquí lo grave) son paradigmas educativos. Tienen aún el descaro de ofrecer estudios diversos a precios altísimos para los que quieren ser estudiantes “de éxito”.

6) La acreditación a la que aspiran las universidades (ahora ya va para los colegios además) exige un currículo con el retorno de muchos cursos de formación humanísticas y sociales para poder formar un espíritu, en teoría, más crítico, solidario, comprometido con su mundo y con él mismo (ya que el alumno no es un satélite o un ser exógeno social). Pero hay que ser cuidadosos que dicho espacio sea un verdadero espacio de discusión democrática, formación responsable y comprometida con los demás: tenemos una crisis social grave en ciernes y un deterioro de la calidad natural del planeta, entonces ¿no amerita estas contundentes variables replantear las cosas o seguiremos como islas de tu sociedad? Sólo basta ver los currículos de las universidades de nuestra sociedad y tendremos un panorama de lo que se nos viene en cinco años.