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Trujillo, La Libertad, Peru
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jueves, 9 de enero de 2014

CONQUES, CRÓNICA DE UN BREVE PEREGRINAJE

Julio 2013. Luego de tres intensos días calurosos en París para festejar los 130 años de la Alianza Francesa, partí hacia el sur francés por tren. Con Isabelle habíamos estado coordinando mi visita al sur, un curso que se llevaría a cabo en la pequeña ciudad de Jaca (bella) y una posterior visita a Zaragoza en Aragón, España. Viajar en tren es una verdadera delicia en verano, ya que ves la bella campiña francesa, totalmente soleada y verde como lo puede estar un verano europeo. Lastimosamente, el viaje estuvo rodeado de algunos tristes incidentes que rodearon todo mi viaje por tierra por Francia y España.  La ruta que había tomado París-Brive La Gaillard- Rodez; en el primer tramo se cruzaba una estación en la cual hubo un lamentable descarrilamiento: Brétigny-sur-Orge. Hubo siete muertes y la vía fue cerrada hasta nuevo aviso. El accidente había sido el 13 de julio y yo salía hacia el sur el 18. Fui, un día antes, a la estación de Austerlitz a ver qué pasaba. Ya en ventanilla, la señora que me atendió muy amablemente me dijo que podía viajar sin problemas y, es más, me pidió las reseñas y procedió a imprimir tanto el boleto como el de retorno a París. Ya con el alma al cuerpo, avisé a Isabelle de tan buena noticia e hice mi viaje normal por la calurosa campiña gala. Llegué a Rodez sin contratiempos y fui recibido por Isabelle. Estaba otra vez en el Midi-Pyrénées, zona rica en historia y culinaria, zona de cátaros y templarios, zona de bellos parajes naturales y de entrañables amigos. Una cena generosamente rociada de vino, acompañada de fragantes y deliciosos quesos, marcó mi breve permanencia en esta ciudad. Ya el 19 hice una ruta que ya había visitado en 2010.



























Aquella vez habíamos hecho una extensa visita por zonas ricas de historia y una de estas fue a este tesoro histórico: Conques. Isabelle había hablado con una amiga suya, profesora de historia, quien gustosa nos llevó a visitar el lugar. Tomó un atajo para ir directamente al lugar. Por los pequeños senderos que existen por siglos, fuimos con su auto y llegamos a nuestro objetivo temprano. Había estado en Conques hacía tres años en el invierno del 2010. Pero ahora con este esplendoroso sol, caminábamos por las estrechas calles de esta pequeña ciudad (¿villa?) que vive en verano y “descansa” en invierno. Aquel enero del 2010 llegamos cerca del mediodía, razón por la cual no logramos visitar uno de los lugares más interesantes, el famoso Trésor (Tesoro). Dejamos el auto aparcado en una zona llamada la Salasse e hicimos una breve caminata. La pequeña ciudad ahora estaba llena de vida, los lugares de recuerdos abiertos, los restaurantes rebosantes, mientras veías las torres de abadía de Sainte-Foy brillar esperando nuestra visita. Nos dirigimos hacia el tímpano de la entrada principal para ver su trabajo tallado impresionante. La descripción medieval del cielo y el infierno, con 134 personajes que ascienden a la gloria o que son devorados por seres monstruosos que los capturan con sus fauces. Por ahí, una pareja de lujuriosos, un avaro, la gula en todo su esplendor (¡cómo no pecar de gula en una zona tan rica en platillos, quesos y embutidos! En fin). Pero gracias a nuestra guía docente, vimos un detalle pícaro en pleno tímpano: un rostro que emerge juguetonamente entre tanta tragedia en la zona del infierno. Suponen, ya esta es una iglesia que fue construida y financiada por los campesinos de la zona, que era una forma de burlarse de los curas que los cobraban impuestos, predicaban la pobreza y vivían en la riqueza. Pero el miedo al más allá es evidente por lo mostrado en ese bello trabajo. Llenos de detalles, ingresamos  a la iglesia. En realidad, en su interior ya puedes sentir la frescura, luego de un galopante calor que ya bordeaba los 34 grados. Ahora, con el sol esplendoroso, puedes apreciar el trabajo realizado por el artista Pierre Soulages, quien procedió a restaurar las vidrieras (vitraux) de la iglesia, tratando de mantener esa atmósfera que sobrecogía a los peregrinos que iban en ruta hacia Santiago de Compostela. Conques es parte de la ruta llamada Vía Podensis, que parte desde Le Puy, antes llega a Espalion y recalas en Conques. Parece ser que el mismo nombre de Conques viene de concha (o venera) con la que los peregrinos viajaban llevada colgada en la cabeza y que la utilizaban 
tanto para recoger agua, como cubierto para las comidas. Recalaron diversos peregrinos, entre ricos y pobres, quienes dejaron ofrendas al lugar. Muchas valiosas que visitaríamos luego en su museo. El interior de la iglesia presenta una galería de columna que marca la división entre la nave central y las alas laterales.  Es una bella muestra de arte románico y está hecha totalmente en piedra y en la edificación colaboró todo el pueblo. Algunos murales de la antigua iglesia del siglo XII se mantienen, aunque tenues. El tiempo no pasa en vano. Luego de caminar bajo sus altos frescos techos y con la tenue iluminación del lugar, salimos con rumbo al museo donde se halla el Trésor y muchas cosas más. La primera vez (2010) llegamos tarde, pero esta vez paseamos el lugar a nuestras anchas. No te permiten fotos, pena. Pero el lugar reúne piezas de diversos periodos históricos de Francia, arte merovingio, carolingio, datos que me hacían recordar mis clases de historia del colegio; nombres como Carlomagno o Pepino, el Breve, aparecen entre los donantes de los tesoros. Presenta diversas vitrinas que contienen tesoros dejado por reyes peregrinos y enviado por papas para enaltecer este lugar de peregrinaje. El papado le confería ese valor y, al título, lo acompañaba con una ofrenda, como un relicario del papa Pascual II del 1100. Pero
hay una impresionante reliquia, la majestad de Santa Fe (Saint Foy), a quien se dedica el claustro, convento y todo el lugar. La estatuilla en oro y piedras preciosas ha tenido una evolución del siglo V en adelante, concluida en el siglo XVI, cuando le agregaron los brazos y las manos. Hay cuatro vitrinas en las que se muestran las piezas de acuerdo al tiempo en que llegaron a la abadía. Uno de los detalles que hacen bello el conjunto es que en torno a la iglesia, el claustro y la bella capilla del Rosario del siglo XV, se fue construyendo una bella villa medieval. Esta fue declarada entre las más bellas de Francia, un concepto que ha permitido mantener el lugar sin modificarlo en su esencia. Uno recorre sus estrechas calles y retorna al medioevo. Ahora, en el cálido invierno, la estrechez de las mismas permitía canalizar corrientes de aire fresco, aunque en invierno no es tan benévolo. El concepto de “Les plus beaux villages de France” es un concepto que podría utilizarse en la restauración y preservación de tan bellos pueblitos de la sierra y costa peruanas que son destruidos con cemento y concreto bajo equivocado criterio de modernidad. La visita fue todo un placer para seguir hallando las raíces de la vieja Francia.
La belleza de la Abadía

domingo, 21 de marzo de 2010

POR LA RUTA FRANCESA DE SANTIAGO (3)

El último día con Isabel iba a tener otro gran impacto en mi curiosidad histórica. Iba a ir a ver dos monumentos impresionantes de corte religioso: Conque, una pequeña ciudad maravillosa, parte de camino de peregrinación a Santiago de Compostela en España y la catedral de Rodez. Parece ser, además, que fui a Europa en un momento en que la búsqueda de su identidad como cultura de raíces cristiana está en todo su apogeo, me atrevo a decir, por una serie de acontecimientos recientes que han movido la identidad europea. Sea la Comunidad Europea y el posible ingreso de Turquía a la misma, sea por la gran presencia musulmana, diversos factores han hecho que este evento histórico que se pierde en el tiempo, la peregrinación a Santiago de Compostela, se haya puesto de moda. Revistas (me compré dos en el aeropuerto de Madrid y me entretuvieron en mi retorno a Lima), movimientos de peregrinos, denuncias, una serie de factores ha hecho que Santiago Apostol esté de vuelta. Me aventuro a decir, mientras leía la crisis griega y el problema del euro, que quizá haya una velada intención de pedir los buenos oficios del apostol para salvar la economía de la Comunidad. Ya nada puedo negar, porque sería absurdo decir que la fe para muchos ha muerto. Eso, parece ser, ha surgido en algunos lugares por ciertas condiciones. En fin, dejemos que la historia tome su rumbo y volvamos al viaje a Conques.
En las rutas oficiales de peregrinación, Francia ocupa un rol muy importante; por su territorio pasan 4 grandes rutas o vías que confluyen hacia Pamplona o Puente La Reina. De las cuatro vías, la que pasaba (y pasa, puesto que aún hay gente que hace el peregrinaje, como lo hizo alguna vez Isabel) es la Vía Podensis que se inicia en Le Puy y termina en Santiago. Conques es una de las estaciones de esta vía. La pequeña villa crece en torno a una de las más bellas abadías de Francia, Sainte-Foy. La ubicación es estratégica y está en cierta forma protegida a 200 metros sobre el nivel del mar, en ciertas gargantas rocosas. Según la tradición, Conques viene de la palabra "concha", la que los peregrinos usaban para varios usos, sea para recoger agua y alimentos principalmente. Es una de las tantas hipótesis. La iglesia ha sido siempre muy astuta para aprovechar la fe, muchas veces ingenua, de los feligreses. Esto lo vemos por todas partes. Aquí en Trujillo, personalmente me sorprende la cantidad de dinero que mucha gente suele dispensar para manufacturar un vestido que es obsequiado a una virgen de la zona, la llamada Virgen de la Puerta. 

El pequeño museo de sitio muestra la inmensa variedad de obsequios que muchos peregrinos dejan a la imagen. El museo de la abadía de Conques es un muestrario de ello. Cuando visité la Catedral de Colonia en Alemania vi en su museo la vasta colección de objetos preciosos dejados por los peregrinos. Lo mismo sucede en Conques. Su pequeño museo tiene maravillas, pero no pude visitarlo totalmente, ya que era mediodía y en Francia a esa hora todo se detiene. Pero la iglesia sí es una joya impresionante, sobre todo el tímpano que representa el Juicio Final.
La obra se mantiene desde el siglo XII y ha recibido pocos cambios, la restauración permanente la ha salvado, lo que no sucedió con otros monumentos franceses que fueron modificados por las nuevas corrientes artísticas. En una verdadera joya del medioevo. El tímpano está dividido claramente en dos partes: el cielo y el infierno, la parte más interesante es el infierno en el cual nos muestra los diversos pecados y las formas de castigo a los pecadores. Como el gran mural de la catedral de Albi. Ver los demonios con las almas me hizo recordar mis viejos libros de religión y cómo es que la perspectiva de la fe ha ido cambiando a través de los siglos. Dicen que la fe no cambia. Tengo mis buenas dudas, habida cuenta que veo algunas pseudo sectas que quieren volver al sometimiento del terror a sus seguidores. Creo que una visita por Conques los pondría al día. Como buena iglesia medieval, la penumbra era un recurso visual en el interior, ya que sus ventanas son altas y no muy grandes.



Dejamos Conques, comimos en el camino en un restaurante familiar; nos dieron una sopa de verduras de la casa extraordinaria. Aquí crece una suerte de nabo que no crece en el Perú, las andibas. La forma de comer es interesante: pan, una entrada, sopa, un plato fuerte, ronda de quesos con pan, postre y café. Los platos no son inmensos como aquí que te saturan el estómago. Y todo acompañado de vinos. Poca gente vi que bebiera gaseosa en el almuerzo.
Antes de ir a la ciudad, fuimos a casa de los amigos de Isabel, que estuvieron el día anterior. Retirados ellos de la educación, han comprado una iglesia abandonada y su entorno: el paisaje es maravilloso y la sensación de historia la tienes ahí. Genial.
Fuimos a Rodez (Rodés en occitano, interesante) para ver la ciudad, una de las ciudades que tuvo un asentamiento humano muy antiguo y fue una de las pocas ciudades invadidas por los musulmanes en Francia. Además cuenta con una inmensa catedral del siglo XII, edificación que ha sufrido diversos cambios en su historia. El edificio es grande y como buen principio medieval, estaba concebido como castillo feudal.

Con este visita impresionante, dejé Rodez para irnos con Isabel a Sta. Affrique a ver a Melissa y Daniel.
Espero regresar.