Vacunas. Comunicados de farmacéuticas. Oxígeno. Confinamiento. ONP. El laberinto de palabras con los que estamos construyendo las realidades cotidianas de todos los peruanos. Cuarentena rígida. Huanchaco. Pozas de oxidación. Ciclovías. Gestiones municipales. Son otras palabras que conforman el imaginario de nuestra vida citadina, local. Palabras que han estado dando vueltas en los medios de comunicación y en las murmuraciones de los vecinos en medio de arranques de populismo y especulaciones.
Las ansiadas vacunas se
acercan cada vez más a nuestro país, mientras que el laboratorio creador y
dueño la patente de Ivermectina ha sacado un comunicado que ha dejado pasmadas
a muchas personas que la ingieren o promueven su consumo. Desde que empezó esta
pandemia, desesperados ciudadanos buscaban formas de prevención o cura contra
este mal, desde la lejía, cloro hasta este medicamento; personas de toda
condición social y académica son declarados seguidores y hasta fanáticos (se ha
llegado hasta el insulto y el agravio en medios contra personas que
descalificaban su consumo). Han surgido especulaciones, como siempre; pero los
hechos ahí están y no creo que un laboratorio envíe un mensaje con el fin de
desprestigiar su producto: es solo una aclaración y un deslinde de
responsabilidades a complicaciones que puedan surgir en cualquier momento. La
segunda ola motivada por las lamentables reuniones masivas en las fiestas de
fin de año del 2020 ha creado el colapso, nuevamente, del sistema sanitario e
incremento del consumo de oxígeno. Hay iniciativas positivas de ciudadanos
honestos, sensibles y empáticos ante este drama social; pero, como siempre, los
grandes especuladores han visto en esta necesidad (al igual que el gas
doméstico) una fuente rápida de enriquecimiento. En cada tragedia, siempre hay
grandes oportunidades de negocios y oportunismos. Y de esto tenemos como clara
evidencia la trasnochada idea del uso de los recursos de la ONP para emplear dichos
recursos de manera inconsciente, una expectativa digna de políticos
populacheros que solo aspiran a buscar votos entre una población deprimida por
salud y economía.
Mientras en nuestra ciudad,
hay movidas para que la Municipalidad tome la iniciativa de importar vacunas
para la población. Si vemos el manejo que existe en la actualidad con las demás
actividades y gestiones que compete a cualquier municipio, uno puede hacerse la
pregunta cómo podrían manejar recursos de esta magnitud que implican una
infraestructura y una logística que necesariamente tendrían que coordinar con
el Gobierno central. El infierno está empedrado de buenas intenciones. La
ciudad tiene diversos asuntos que atender para su buen funcionamiento desde el
mantenimiento de un sistema vial adecuado (ver intento fallido de ciclovías),
de comunicación asertiva sobre la basura y el manejo de esta (el tema de
Huanchaco y las aguas servidas, situación colateral, está pendiente). Que
empiece a hacer bien lo que compete ahora.
4 comentarios:
Estimado Gerardo, te quedas corto sobre las posibilidades que tendríamos que soportar si el Municipio maneja la distribución de las vacunas. Seguramente, tendría un fin político y familiar. Una lástima que tengamos autoridades de medio pelo.
Realmente,un Rompecabezas!!muchas personas,no tienenconfianza en la vacuna,escucho decir; yo no me vacuno,te vacunaras!???, donde las pondrán¡¡??cuanto costarán!!??serán
Confiables!!???cuanto valdrán...muchas interrogantes,!!!y todos ahora dicen traer la Vacuna!! El Gobierno ,la Municipalidad,el Monseñor...que locura!!!!?¿
Sepan,queridos Trujillanos, que es la Misma situación en todos partes del mundo.Una falta de innovación y acción que da miedo por la planeta y sus otros desafíos para su pueblo ingrato. La responsabilidad queda en cada uno todavia, para su propia sobrevida así como para la de los otros seres. Coraje, carajo!
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