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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

sábado, 27 de febrero de 2010

PARIS, LA QUE SOÑÉ Y VIVÍ

París. Una de las ciudades más nombradas y famosas del mundo entero. Capital de la cultura y centro político de peso en el contexto mundial. Una ciudad hecha para el ojo, para el pintor, para la cámara fotográfica, para soñar. Una ciudad cargada de historia, de eventos, de arte. También una ciudad cara, trajinada, de personas aisladas, individualistas. Ciudad extensa, llena de tráfico.
Mi primer encuentro con París fue bastante impactante. Llegábamos con Olivier, el director de la Alianza Francesa de Trujillo, en un vuelo de Iberia de Madrid al aeropuerto de Orly, ya de noche. Felizmente el primo de Olivier nos fue a recoger y en su auto nos dirigimos al hotel en el cual iba a estar hospedado. Durante el aterrizaje había visto a lo lejos uno de los iconos de la ciudad. la torre Eiffel.
Las distancias en auto en París son extensas, te puede tomar una hora cruzar un sector por el tráfico. Pese a ser domingo, sí lo había de alguna manera. Una vez instalado en el hotel, la sed me sofocaba mucho y tomé mucho líquido en el bar del hotel. Era momento de descansar. Al día siguiente nos esperaba un día bastante movido.


























Lunes. Olivier vino por mí, aún no manejaba los espacios y direcciones en la ciudad. Nos fuimos caminando hasta el metro (Port d´Orleans) y de ahí mi encuentro con la historia, nos fuimos a l´Île de la Cité, nos fuimos a Notre Dame. Ingresar a esta bella iglesia es ir al pasado y hurgar en la memoria todo lo que hayas leído, visto o escuchado de ella. Victor Hugo y su jorobado, los famosos suicidas, el arte gótico, los vitrales, la música de Edith Piaf (Sous le ciel de Paris), se me agolparon en la memoria. Estaba ahí en carne y hueso. Felizmente había poco turista (el invierno es  crudo y éste se caracteriza por serlo más) y nos permitía desplazarlos a nuestras anchas en cierta manera. Luego de la visita a esta iglesia, salimos a caminar por la Cité para cruzar sus puentes e irnos hacia Louvre. El tiempo que nos restaba no nos permitía ingresar, sólo fuimos a almorzar en los subterráneos de este magnífico museo. En el restaurante hay diversos puestos que te venden comida de todas partes del mundo, comimos árabe. Una vez culminado nuestro almuerzo fuimos a las actividades de la Alianza Francesa de París. Local lleno, en el auditorio, todos los peruanos nos sentamos juntos. Diversas personalidades, como el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, dieron discursos en francés, celebrando la francofonía. Tras los discursos y exposiciones, la actividad acabó con una buena celebración a la Rusa, ya que es el año de Rusia en Francia; cambiamos el vino por vodka. Con Olivier nos fuimos a comer algo después cerca de Centro Pompidou y conocí a amigos suyos. El hecho de tener un fuerte baño lingüístico "destapó" mi francés y seguí adelante.

Martes: todo un día en la Alianza, pero tuvimos la invitación del Ministerio de RR.EE; el palacio que nos recibió fue de una belleza clásica, el buffet lo fue también. La tarde fue complementada con talleres de trabajo. La noche, el alcalde nos invitó a un brindis. Bello lugar para ir, pero mis zapatos torturaban mis pobres pies. Con Olivier fuimos a husmear librerías y luego nos fuimos a comer en un restaurante japonés
Tuve que regresar en taxi al hotel, increíbles precios. Quedé mudo por los costos.
Miércoles; ya podía desplazarme solo, el metro es una bendición. Lo malo era que la estación inicial quedaba a unas 6 cuadras y el frío matutino era cortante. Además decidí ir con mis botas al evento y luego allá las cambiaba por mi calzado. Parece ser que es una actividad muy frecuente en París. Dejé mis cosas en el lobby de la Alianza y comenzamos las actividades. Almorzamos todos los peruanos gracias a la invitación del Coordinador General de las Alianzas del Perú, un almuerzo opíparo a la usanza francesa. La noche nos iba a deparar una sorpresa. El museo Branly bello museo centrado en la etnología)  iba a acoger la clausura de estos 3 días de Alianza. Una fiesta latina con un extraordinario buffet y una excelente conversación. Ya tarde, luego de ponerme mis pesadas botas, salimos con Olivier y nos fuimos a la Torre Eiffel. Belleza nocturna. Había varios turistas como nosotros que querían llevarse un recuerdo de la torre. Alucinante. Ahora tomar el metro ya no era una cosa tan complicada.

Jueves, tomé mi desayuno tarde y acordamos con Olivier vernos en Notre Dame; ahora la iba a fotografiar y subir a sus torres. Una vez culminada nuestra visita, nos fuimos por el Quartier Latin. Sus estrechas calles nos dirigían a diversas iglesias y simpáticas tiendas de esta zona. Llegamos a pie al Louvre. Ahora sí ingresamos. Hablaré de este museo en otra ocasión. Salimos temprano puesto que Olivier se mudaba.
Viernes. Fui solo al Museo Orsay. Un sueño. Impresionistas y Art Nouveau. Quedamos con Olivier vernos para ir a almorzar juntos. Punto de reunión. Notre Dame. A pie fuimos a encontrarnos con un par de amigas de él. Un simpático almuerzo que concluyó en un  cafecito. Luego fuimos a buscar té en una tienda que se especializa en eso. Por la tarde nos fuimos a un museo único: Guimet. Ya por la noche con amigos de Olivier fuimos a algunos bares simpáticos, pero no podía estar en pie mucho tiempo, ya que al día siguiente saliamos para Toulouse.
Pisé París dos veces. Cuando retorné de Rodez para ir a Berlín, llegué a la estación Austerlitz y de ahí al aeropuerto Charles De Gaulle. Y la segunda ya fue de mi retorno, el 11 de febrero, cuando vine de Berlin para ir a Lima. Luis Miñano, muy amable, me fue a recoger al aeropuerto. Hubo cambios debido a la nieve que caía en Berlín. El vuelo se atrasó. Eso causó que con Lucho en su auto hayamos demorado casi una hora desde De Gaulle a su casa. Instalados ya, fuimos a ver a su adorable hija en el gimnasio. Tuve que dormir temprano ya que mi vuelo a Madrid era por la mañana y por seguridad te piden estar muchas horas antes. Ya el mismo 12, fuimos con Lucho al hotel (maravilloso) que administra, el cual se halla a media cuadra de los Campos Elíseos. Debido a una maleta extra que necesitaba, poco pude gozar del Paris que Lucho me mostraba. Felizmente hallé una maleta adecuada y pude respirar tranquilo. Luego de un suculento desayuno, Lucho y yo en su camioneta nos dirigimos al aeropuerto. La ciudad se iba mostrando en sus bellezas que Lucho me las iba mostrando: el Arco del Triunfo, los Campos Elíseos, la plaza de la Concordia. el Panteón, tantos edificios y monumentos que volveré para ver con más detenimiento.
Ya en el aeropuerto, los problemas se fueron solucionando y tuve que despedirme, agradecer infinitamente a Lucho por haber robado parte de su tiempo para acompañarme y por sus lágrimas en memoria de todo aquello que forma parte de nuestras vidas.
Paris bien vale una misa.

http://www.youtube.com/watch?v=Fgn8gZHJZzA&feature=related

MI ENCUENTRO CON EL GUERNICA

Por fin. Sábado 13 de febrero. Madrid. Escala para retornar a Perú. Tras una nostágica despedida de París, emprendo el retorno con una escala en Madrid. Me hospedo en el Hotel Osuna, no muy lejos de Barajas. Llego casi a las 2 de la tarde y me queda un buen tiempo para visitar mi objetivo principal: el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Tomé el metro desde Callejas e hice conexión con Gran Vía para luego bajar en Atocha. De ahí caminas un pequeño trecho de una cuadra (dependiendo por dónde vas a ingresar). Este museo tiene una vasta muestra de arte contemporáneo (XX y XXI), tanto fija como itinerante, con lo mejor del arte español de principios de los XX, tanto en lo cubista como en lo surrealista; todo acompañado de fotos de autores como Man Ray (genial) u otros soportes de comunicación-arte de la época (como afiches, filmes  o diarios). El museo de reciente data (1988, poco para un museo de esta envergadura) y el propósito es de "aggiornar" el arte, el cual se vio bastante comprometido por la dictadura de Franco, quien gobernó con mano férrea España desde 1936 hasta 1975.
El patrimonio de este museo es impresionante y sigue creciendo: ves pinturas de grandes maestros que fueron un poco rezagados en los movimientos que casi surgen en paralelo.  Maestros como Gutiérrez Solana o Ramón Casas Carbó son opacados por maestros como Picasso, Dalí, Gris, Miró, Tàpies, entre otros, fuera de los franceses que participaron en el surrealismo como Delaunay, Braque, Léger.
Los edificios están perfectamente distribuidos y han aprovechado el Viejo Hospital General, creado por Fernando VI y acabado por Carlos III,  (tiene un patio bello y una arquerías espectaculares) y han construido una modernísima ampliación en las que figuran generalemente las exposiciones temporales.
Pero el corazón de la exposición se halla en la segunda planta, la cual recorres entre estatuas, gabinetes de afiches, pantallas de TV para ver los filmes de los surrealistas (ves Buñuel con sus obras cumbres como El Perro Andaluz, la cual a varios espanta con el famoso corte del ojo por una navaja; o los cortos de Man Ray, faltan los de Jean Epstein). De pronto llegas a las salas que abordan la guerra civil. Las salas no solo muestran las pinturas de los maestros comprometidos con la República, sino afiches, fotos, diarios, revistas, estatuas, instalaciones que se hicieron durante este doloroso periodo para España. Los españoles miran a su pasado con cierta madurez, pero duele. Fue una guerra fraticida y es increíble ver en las fotos, los cadáveres de cientos de madrileños que cayeron en los bombardeos. En Madrid también compré un libro que muestra los estragos de la ciudad (es de arquitectura) y su población asediada por el famoso escuadrón Condor enviado por Hitler para apoyar a las falanges de Franco. Pero hubo un grupo de fotos que iba a impactar y que generaron una de las obras más impresionantes que jamás haya visto: Guernica.
Quizá una de las acciones más crueles vista en una guerra es la que asoló a esta pequeña ciudad muy significativa y casi sagrada para los vascos. El lunes 26 de abril, día de mercado, la ciudad estaba llena de gente del campo que había llegado a la feria del mercado. A las cuatro de la tarde, comenzaron a caer los aviones sobre la ciudad desprotegida. La gente que huía por la carretera era ametrallada; fue una masacre de civiles indefensos. Pero en una Europa al borde de la guerra, este evento era uno más en los crímenes que se sucedían en todas partes. París estaba preparando su Exposición Mundial y España estaba atrasado en su pabellón. Picasso había recibido la visita del agregado principal de la embajada española en París, nada menos que Max Aub; este le encargó una pintura, una obra que muestre los riesgos a lo que la joven república se enfrentaba; ya hacía un año que Franco se había levantado en África y amenazaba Madrid. Poco inspirado, Picasso no tenía tema concreto. Pero la dura vida le dio la inspiración que necesitaba; ese bombardeo le abrió el corazón a la rabia e indignación; y sentimos era rabia e impotencia en la madre que llora por su hijo muerto (como Eisenstein y su Potiomkim), en el caballo que corre desbocado agonizante con las vísceras al aire, con la mano del brazo despedazado y el toro, símbolo de España, desconcertado. La luz que se coloca al centro es solo para iluminar la tragedia, no para buscar la consolación. La verdad es el dolor. En sus más de 3 metros de alto y sus casi 8 metros de alto, la imagen no deja de sorprenderte y por eso, quizá, el silencio que había en la sala, pese a que esta estaba totalmente llena. Algunos murmullos llegaban a ti, pero la mayoría miraba absorta esta descomunal obra. Gente de todas partes, jóvenes y viejos miraban concentrados cada milímetro de esta impresionante pintura.
En una sala aledaña, está la maqueta del pabellón español en el que estaba el Gernika (a la vasca). El pabellón se abrió tarde. La exposición se inauguró el 24 de mayo; recién España abrió su pabellón el 11 de julio. Además tuvo poco éxito, ya que estas exposiciones tienen por fin mostrar los avances tecnológicos de un país así como sus artes. Esto sí podía exhibir España, sumida en una guerra civil. Picasso se embarcó a trabajar esta obra desde el 01 de mayo. Al terminarlo, tras 24 días, había dejado el documento más impactante contra la estupidez de la guerra.
Mi primer encuentro con esta obra fue allá por los años 60, cuando LIFE le dedicó una edición especial, en la cual mostraba su ubicación en el MOMA de Nueva York. Desde que había acabado la Exposición de París, la obra no había pisado tierra española "hasta que no haya dictadura". Fue la orden exprofesa de Pablo Picasso. Había tomado distancia con el gobierno de la Falange y no permitió su retorno, salvo en democracia. Picasso muríó en 1973 y Franco en 1975, esto generó un menudo problema para el retorno de la obra a España. Como está sucediendo con la cabeza de Nefertiti entre Egipto y Alemania (extrapolando, claro), se generó toda una situación especial para su retorno, hasta que se logró en 1981. Ya en 1992, en plenos grandes festejos para España (Feria de Sevilla, Olimpiadas de Barcelona), el Gernika se muda (quizá definitivamente) a sus actuales aposentos.

http://www.youtube.com/watch?v=xQ_uGbQanNw&feature=related  Les alcanzo este archivo de youtube con una bella descripción del cuadro en 3D

viernes, 26 de febrero de 2010

A LOS PERUANOS EXILIADOS

Tuve un viaje muy intenso durante 3 semanas. Hacía una buena cantidad de años que no hacía uno bueno hacia el exterior. El último fue a México ya hace 10 años y ciertamente muchas cosas de lo que es "viajar" han cambiado desde mi última vez; eso ya va a ameritar otra entrada.
El viaje a Europa es toda una experiencia emocional grande, habida cuenta que este incluía la visita a una de las ciudades más soñadas por muchos: París. Pero también es un viaje a senderos humanos que muchas veces se cortaron por diversas razones y que, de pronto, saltan ante tus ojos. La internet ha ayudado a restablecer esos vínculos perdidos en el tiempo, de amigos que tuvieron que partir por diversas razones y que ahora se encuentran desperdigados por el mundo con sus recuerdos, sus añoranzas, así como sus logros y sueños realizados. También me reencontré con amigos extranjeros que algún día recalaron por nuestras tierras, nuestras casas e hicieron parte de su vida lo que gozaron y sufrieron con nosotros por algunos años. Ese también era otro viaje, el cual me iba a conmover y  por el cual aún estoy emocionado. La internet te muestra una posible capacidad virtual aún difícil de poder lograr en lo físico: el poder reunirte en cuerpo y alma con todos esos amigos de la distancia. Ver la distancia en un mapa y comparla con tu cuerpo en una estación de tren o carretera te demuestra cómo la realidad física te dice cuán limitado eres. Me hubiera gustado haber ido a Heidelberg, en el mapa es tan cerca de Berlín; en el mismo París a mi retorno hubiera querido salir con mis amigos de la Universidad, pero las distancias en la Ciudad Luz son inmensas y los tiempos de todos están totalmente ocupados.
En Berlín, al escuchar la voz de Rosa desde Heidelberg sentí la nostalgia de reconocer un timbre luego de algo de más 30 años; nuestras voces se encontraron al teléfono y las cosas que teníamos por contar nos abrumaron. ¡Cuánto tiempo! Mi reencuentro con Melissa, Isabel y Daniel en el sur de Francia, pese a haber transcurrido poco tiempo fue también una intensa emoción de verlos a todos. Haber encontrado a Luis Miñano en el aeropuerto de París fue también la imagen de una persona, de un vecino, de un amigo que no veía hacía ¡38 años! Hablar por teléfono con Ana Gabriela, sentirla cuajada y segura de su vida fue otra gran carga emotiva de este viaje.  Me hubiera gustado ver a tanta gente: Ingrid, Vanina. Amigos que compartimos tantas cosas de nuestro camino por la vida.
Al encontrarnos y poder hablar en nuestra lengua (sí, así lo hice también con Melissa, Isabel y Daniel), saborear esos rincones del recuerdo en las palabras, en la memoria, en las personas comunes, nos dio un espacio para la alegría y la tristeza, para la euforia y la melancolía. Recuerdo a Lucho (ya muy bien establecido en París, con una hija adorable), cuando hablábamos a veces me detenía para recordar tal o cual palabra: su cara se llenaba de emoción al oírla luego de tantos años enterrada en la memoria. Felicidad, esos son los momentos de la felicidad.
Sé que estos medios nos acercan, pero el calor de una mano, de un abrazo, una palmada, un beso, todo eso no se puede lograr en la virtualidad. Lo siento.
Espero que este reencuentro haya sido para todos un viaje a nuestro pasado, que las lágrimas vertidas por Lucho en mi hombro hayan sido un verdadero baño reparador del pasado y que algún día nos podamos reencontrar en esos espacios que nos fueron comunes a todos. Ojalá.