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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 10 de marzo de 2024

LIMA AL PASO (CRÓNICA DE VIAJE)




Domingo 07: un día de reposo y reencuentros. Había quedado con Goyo y Chino Ricardo para reunirnos este domingo en una cebichería de Barranco. Ya habían pasado tres meses desde mi operación y durante ese lapso había hecho una fuerte abstención de cebiches, así que les pedí en ir a un lugar para comer uno bueno. La cebichería escogida era El Muelle. Tomé un sólido desayuno con bastante fruta: eso me iba a traer consecuencias, pues no había estado comiendo mucha durante las semanas europeas. En España comí una fruta que me gustó mucho: el caqui (https://www.ecoagricultor.com/caqui-propiedades-beneficios/). Personalmente no había probado esta fruta de origen oriental y que también se cultiva en nuestro país (https://www.agroperu.pe/caqui-el-manjar-de-los-dioses/). A buscarlo. Tomé un taxi para estar al mediodía en el lugar acordado. No estaba sintiendo mucho el cambio horario, pero sí el calor. Este era abrumador, luego de haber estado en temperaturas de 9 grados. Me vestí con la ropa más ligera posible. Le indiqué al taxista adónde íbamos a ir para tomar la mejor ruta posible. El paisaje de Miraflores a Barranco ha cambiado mucho en los últimos años. El taxista decidió tomar la ruta por Av. Reducto y había una serie de edificios y espacios que me hacían recordar los años que viví en Lima (18 en total). Pese a ser domingo, el tráfico era un poco complicado; esa es una de las pesadillas de esta ciudad. De todas maneras, llegué a tiempo y Goyo ya estaba en el lugar. Había ido temprano, pues el lugar se llena rápidamente. Pese a que él es un habitúe del lugar, no garantizaba el hecho de que pudieran guardar por mucho tiempo una mesa vacía. Cuando llegué, ya había una cola. Nos fundimos en un fuerte abrazo y comenzamos a charlar sobre tantas cosas. El problema es que yo había venido de Europa con un fuerte resfrío y eso iba a acarrear problemas con uno de mis objetivos: revisión de mis cuerdas vocales y visita a la foniatra. Había hablado con Saúl Suárez, el doctor quien me operó la cuerda vocal derecha, y me comentó que con el catarro que tenía, iba a ser difícil tener una revisión correcta del estado de mis cuerdas vocales; lo mismo iba a pasar con la foniatra. Ante esa realidad, me limité a disfrutar los días que iba a estar en Lima, o iba a intentar hacerlo como veremos luego. Volvamos al restaurante: https://es.restaurantguru.com/El-Muelle-Miraflores. Mientras esperábamos a Chino, tomamos una cervecita y Chino llegó a la hora que nos había indicado. Otro fuerte abrazo y ahora sí: al ataque. Le había pedido que no nos hicieran un cebiche/ceviche tan picante; los tres ya estamos acusando estragos de la edad. ¿Cuál es el cebiche/ceviche original? Gran dilema: he comido ceviches/cebiches diversos en Piura, Tumbes, Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Lima y hasta en Cuenca, Ecuador (con tomate) y cada uno tiene su exquisitez y complejidad. Pero sí hay personas que te saben hacer la combinación perfecta para que cuando pruebes el primer bocado, pases automáticamente al nirvana. Aquí la historia de nuestro plato bandera: https://rinconperuano.com/gastronomia/origenes-del-ceviche. Pero la comida no es sólo sentarse delante de un plato y comenzar a devorarlo, sino cómo maridas este con unos buenos tragos, una buena conversación y un lugar simpático. Recuerdo una vez haber comido un cebiche/ceviche sublime en Piura, en Don Pedrito, un restaurante en el que preparan el cebiche/ ceviche delante de los comensales. Y sabe a gloria (https://www.tripadvisor.com/Restaurant_Review-g667820-d8757115-Reviews-Cebicheria_Pedrito-Piura_Piura_Region.html). Un problema grande es la higiene y la conservación y frescura de los productos a consumir como el caso de los mariscos, que en verano se deterioran rápido. En fin. Felizmente todo salió bien, pedimos chaufa de mariscos, además. Una vez terminado nuestro almuerzo, ya casi a las 3 pm salimos a caminar por Barranco a buscar un postre. Nos dirigimos hacia el Parque Municipal de Barranco por la Av. San Martín, cruzamos el acceso al Puente de los Suspiros, el cual había construido por el tío de un amigo que recientemente falleció. El conjunto la Ermita, la Bajada Baños y el puente hacen de este lugar uno de los más atractivos de Lima y uno de los más llenos de gente, también (https://miviajeporperu.com/lima/puente-de-los-suspiros-barranco/#google_vignette). He ido varias veces cuando vivía en Lima y luego en esporádicas visitas fuimos a sus restaurantes y bares (https://www.paquetesdeviajesperu.com/puente-de-los-suspiros-barranco-lima/). Pero debo decir que nunca he entrado a la Ermita, punto pendiente (http://blog.pucp.edu.pe/blog/juanluisorrego/2011/05/31/la-ermita-de-barranco/).  Al llegar al Parque dimos la consabida vuelta (https://munibarranco.gob.pe/atractivos-turisticos/). Hacía años que no iba por sus instalaciones. Bajamos por la Pedro de Osma para ir a una heladería: Blu, il Gelato del Barrio. Pero había una cola que daba vuelta a la esquina. Cambio de planes. Subimos por Av. Grau y vimos el tradicional bar El Juanito, lugar de muchos encuentros; historia de la ciudad y también personal (https://es.restaurantguru.com/Juanito-Barranco-Barranco-District). Seguimos la Grau hasta llegar al tradicional pasaje Ríos en la que ves una palmera inmensa. Seguimos caminando cuando Goyo me indica en dirección hacia el Cantarrana, restaurante bar que abrieron en los últimos años de vivir en Lima. Entramos a una farmacia para comprar algunos medicamentos para nuestras gripes. Caminando unas cuantas cuadras más y nos encontramos con un lugar muy simpático con moda vintage cinematográfico: Camerino Caffe (https://es.restaurantguru.com/Camerino-Caffe-Barranca-District. Un buen postre cerró nuestra marcha de ese día. Tomamos un taxi para el departamento de Goyo donde estuvimos un rato conversando hasta que decidimos partir. Chino tenía trabajo pendiente y yo iba a mi hotel que no está lejos del dpto. de Goyo. Así terminé mi primer día activo en Lima.








Lunes 08 de enero: Como no tenía los apremios de las consultas médica, decidí hacer visitas a diversos lugares de Lima. Y me quedaron en el tintero. Primero decidí comprar unas sandalias y un gorro no tan calurosos. También bloqueador solar. Las tiendas abren tarde. Logré comprar una gorra muy buena en una tienda en calle Schell, pero la tienda de zapatos Hush Puppies y Saga no abrían sino hasta las 11 am. Mucho tiempo valioso perdido. Decidí ir a la tienda Bata en Av. Ricardo Palma, retorné al hotel para dejar los zapatos anteriores, tomé mi maletín con las cámaras y me embarqué en un taxi al Museo Larco. Con el taxi fui por las antiguas rutas que me eran conocidas, pues eran rutas que solía tomar cuando vivía en Av. Panamá o en Av. 28 de Julio hacia Av. Pezet. Nos fuimos por la Av. La Marina hasta llegar al ingreso del museo por la calle Navarra. Hacía muchos años que no visitaba este museo. Mi primera y única visita fue en los años 80. Este museo se encuentra en una bella casa que hace recordar a las casas haciendas del Norte peruano. Recuerdo que la disposición de las piezas expuestas era diferente a la que vemos ahora; esta tiene una distribución interesante y una mejor museografía: https://www.museolarco.org/. Este museo tiene una gran cantidad de videos educativos que podrían ser utilizados en clases: https://www.youtube.com/c/MuseoLarcoVideos. La visita, si la haces con calma, te puede tomar un par de horas. La sección de piezas de oro es muy buena, pero las piezas de cerámica moche son insuperables. La cerámica moche, sus famosos huacos, son obras maestras tanto de formas escultóricas (huacos retratos) como pictóricas, geniales gráficos del mundo moche, que se ven tan locuaces (https://ceramicasperu.com/cultura/moche-o-mochica/). Al igual que su metalurgia. La sección de huacos eróticos está mucho más atractiva de aquella que vi hace una buena cantidad de años. Los moches describieron su vida cotidiana en sus cerámicas, su cosmogonía, su sexualidad, su sentido de la guerra. Una cultura tan locuaz: https://www.youtube.com/watch?v=GKw4MGBL-QM. Hay otras piezas más de otras culturas del Perú precolombino, pero las piezas mochicas son de incalculable valor arqueológico. Cuando salía, pedí en la entrada un taxi para poder ir a la Catedral, pero no pensé que llegara tan rápido. Vi la tienda del lugar, pero no me dio tiempo para buscar algún catálogo del museo.








El chofer tomó el camino por la Plaza de la Bandera y fue por un camino para poder entrar por la Plaza Ramón Castilla, una ruta inusual; pero la Plaza de Armas se encontraba cerrada; bajamos por el Jr. De La Unión y me dejó a la altura del Palacio de Gobierno, el cual debo de visitar un día que me quede más tiempo en la ciudad. Tuve que bordear la plaza para llegar a la Catedral, la cual estaba abierta y ofrecía visitas guiadas. Llegué justo cuando había empezado una: https://www.elartecristiano.com/catedral-de-lima. La visita fue bastante instructiva y demostraba la historia de la ciudad. Tal como había visto en Burgos y Palencia, las capillas eran una muestra del poder económico de varios sectores económicos de la sociedad de entonces. La edificación ha recibido muchas modificaciones debido a los fuertes terremotos. Leyendo la novela histórica Una historia breve, extraña y brutal de Dante Trujillo, en esta se cuenta la historia del asesinato del presidente Balta y el posterior linchamiento de los hermanos Gutiérrez, cuyos cuerpos fueron colgados en una de las torres de la catedral. También había leído, como una interesante anécdota, que los planos de la catedral limeña corresponden a la de la ciudad de Puebla y viceversa; en otras palabras, la edificación que hay en Puebla, México, debería corresponder a Lima; pregunté al respecto y me indicó que no era cierto (https://mexicotravelchannel.com.mx/estados/20210914/catedral-de-puebla-historia-arquitectura-fachada/). Aquí datos arquitectónicos: https://www.urbipedia.org/hoja/Catedral_de_Lima. Bajamos a las catacumbas y luego visitamos el museo con un rico patrimonio de pinturas, esculturas, trajes y otros. Algunas paredes están adornadas con azulejos (https://museosnacionales.com/peru/museo-de-arte-religioso-de-la-catedral-de-lima/). En cierta forma, después de haber estado en catedrales como las de Palencia y Burgos, no me sentí tan impresionado del tesoro arquitectónico en un inicio, pero a medida que íbamos avanzando me fui entusiasmando de la belleza del lugar, sobre todo capillas como la de la Evangelización, el antiguo órgano ya en desuso (el de Arequipa sí está activo), el mausoleo de Francisco Pizarro, la historia de nuestro país a la larga (https://www.youtube.com/watch?v=ajFHRT-_3tE&t=5s, https://www.youtube.com/watch?v=exreKuR7T74, https://www.youtube.com/watch?v=qfeC3xUmlvY). Ya el hambre me apretaba, por lo que me fui a buscar algún restaurante cercano. Me fui al Embarcadero 41 (https://www.embarcadero41.com/#!). Pedí un arroz con mariscos y un buen jugo. Una vez terminado me dirigí hacia San Pedro, pero estaba cerrado al igual que el Museo del Banco Central de la Reserva (https://www.bcrp.gob.pe/museocentral/el-museo.html), museo que visité en los años 80. Vi unas bellas pinturas de Hernández y Merino, además de la colección numismática (https://mucen.bcrp.gob.pe/mucen/). He visitado los museos de Trujillo y Piura, cuyas instalaciones están en bellas casas de las respectivas ciudades. Me dirigí hacia San Francisco con el fin de poder ingresar, pero vi un desorden descomunal tras el derribo del cerco perimetral en 2022 (https://elcomercio.pe/videos/pais/cercado-de-lima-sacerdotes-protestan-por-obras-en-iglesia-san-francisco-nnav-video-amtv-noticia/#google_vignette, https://www.aciprensa.com/noticias/92182/autoridades-se-pronuncian-por-derribo-de-cerco-de-historico-templo-franciscano, https://larepublica.pe/sociedad/2022/09/15/poder-judicial-ordena-a-la-municipalidad-de-lima-reconstruir-el-muro-de-la-iglesia-san-francisco). Espero que se solucione este problema, pues el caos aleja a los visitantes. Estaba muy cansado, el calor me molestaba y las nuevas sandalias me estaban sacando ampollas. Decidí tomar un taxi para ir a mi hotel. Habíamos quedado en vernos por la tarde para reunirnos varios amigos de la PUCP, pero Goyo había dado positivo en COVID. Eso me alertó y cancelamos todo. Decidí descansar. No me sentía bien estomacalmente. Al día siguiente iría a hacerme prueba del COVID.




Martes 09 de enero: prácticamente mi último día. Tomé un desayuno con poca fruta. Tenía la flora muy activa por haber abusado de tanto comer fruta. Había quedado con Goyo para dejarle una inmensa casaca que había traído desde Portugal. Preparé mis maletas y había hablado con una amiga, Paloma, para reunirnos por la noche, pero le comenté sobre mi situación de contaminación. Me entusiasmó de todas maneras para ir. Fui temprano a dejar la casaca en la portería del edificio de Goyo y luego me fui a la Clínica Suiza para hacerme prueba del COVID. Cerca de ahí tomé un delicioso y barato menú. Me fui caminando por la Av. Arequipa hasta llegar al Centro Cultural Ccori Wasi de la Universidad Ricardo Palma. Ingresé para ver dos exposiciones, una muy interesante. Las dos exposiciones: El Día Internacional del Diseño Industrial 2023 y la de José Luis Carranza, esta última bastante inquietante (https://www.artsy.net/show/klaus-steinmetz-contemporary-art-centro-cultural-ccori-wasi-exposicion-jose-luis-carranza-2023-2024?sort=partner_show_position). Espero que la exposición haya sido visitada por muchas personas, la cual había sido curada por Manuel Munive Maco. Aquí información del pintor: https://cosas.pe/cultura/67734/jose-luis-carranza-historia-natural/. Luego me dirigí a la galería Miró Quesada de Miraflores, pero estaba cerrada. Vi una puerta aledaña y pedí al cuidador que me dejará ver parte de la exposición Erosión de Luis Sifuentes (https://www.miraflores.gob.pe/miraflores-inaugura-erosion-exposicion-de-luis-sifuentes-donde-la-piedra-se-transforma-en-arte/). Pese a no contar con la correspondiente iluminación, las piezas eran notables, sobre todo los tallados de piedra. Lo que me extrañó era el hecho de que la sala estaba cerrada; luego me he ido enterando que el actual inefable alcalde de Miraflores, declarado enemigo de manifestaciones artísticas, decidió cambiar las “funciones” de esta sala (https://www.infobae.com/peru/2024/02/10/vecinos-de-miraflores-rechazan-que-reconocida-galeria-de-arte-luis-miro-quesada-se-haya-convertido-en-oficina-de-cobros-municipales/). Para cerrar, me fui a la librería Estruendomundo donde compré algunos libros como La vida de Chejov de Irène Némirovsky y Perú Batalla, el tomo 1 de Gastón Gaviola (anteriormente me había comprado el tomo 2). La Némirovsky fue revalorada tras su muerte en Auschwitz (https://www.lecturalia.com/autor/385/irene-nemirovsky) y Gaviola se le ha dado por escribir historias apasionantes de diversos personajes (algunos conocidos, otros no) que participaron en las muchas batallas y combates que hemos tenido en nuestra complicada historia (https://diariocorreo.pe/cultura/gaston-gaviola-la-historia-nunca-es-aburrida-si-sabes-contarla-noticia/#google_vignette, https://www.youtube.com/watch?v=SYJJ9giplXA).






Ya por la noche fui a casa de Paloma para encontrarme con viejos amigos del colegio León Pinelo. Una buena conversación y buena comida (Paloma es buena anfitriona) me permitió cerrar mi estadía en Lima. Al día siguiente me iba a Trujillo. Así terminé mi viaje europeo y limeño.





lunes, 1 de enero de 2018

LIMA: MALI ED ALTRI


Domingo 17. Luego de una noche movida, nos levantamos un poco tarde. Salvo Orietta, todos habíamos llegado un poquito tarde a casa. Pese a todo, nuestros cuerpos se levantaron y, luego de una ducha refrescante, decidimos ir a tomar desayuno casi almuerzo a Surquillo a un restaurante de comida francesa: Le P´tite France. Simpático lugar, buena comida, delicioso café para despercudir la cabeza y comenzar el corto día que teníamos por delante. Ese día retornábamos a Trujillo. Luego del suculento desayuno decidimos ir a tomar el Metropolitano. Valgan verdades, hasta la fecha nunca he tomado ni el Metropolitano, ni el Metro. Así que ya bien apertrechados, salimos camino a la Vía Expresa. Estábamos no muy lejos del puente de Angamos. Descendimos para tomar uno de los buses. Lastimosamente, por ser domingo, había menos unidades e iban repletas. Orietta estaba un poco fastidiada, así que decidimos tomar un taxi que nos lleve al MALI. Esta vez no quería perdérmelo. La primera vez que vine a este museo fue en 1966 que mi padre me llevó. Vinimos a Lima desde Arequipa y permanecimos no mucho tiempo. La visita en aquella vez me impactó por su notable colección de pintura virreinal (en ese entonces no tenía aún el conocimiento ni las herramientas para identificarla como tal) y de esta, había dos pinturas que me llamaron mucho la atención, la interpretación en la escuela cuzqueña (barroco indígena) que se hacía de la trinidad cristiana. El local siempre me pareció interesante. Hubo una serie de relatos como que quiso ser trasladado como trofeo de guerra a Chile. Lo que sí recuerdo era que el cuadro de Montero Los funerales del inca Atahualpa era expuesto como uno de los pocos objetos que no fueron expoliados en esa guerra. Aquí un poco de historia del lugar (http://www.mali.pe/historia.php#1). Ese edificio fue sede de un cine club en el cual vi tantos ciclos de cine como el del Expresionismo alemán o cine mudo sueco, que son los que más recuerdo con agrado. Además algunos ambientes del primer piso se usaron como sala de teatro; así pude ver Ubu Presidente (una versión latinoamericana para nuestras repúblicas bananeras, la dirigió Ísola), La vida es sueño (con Haydée Cáceres como Segismundo), Las troyanas y Ahí viene Pancho Villa. Esos años. En los 80, el Museo estaba muy maltratado. El espacio se ha replanteado en su uso y ahora hay un Patronato que vela por su estabilidad. Hay exposiciones maravillosas, muchas de las cuales quise ver, pero siempre se interponía algún suceso. Pero pude ver la exposición temporal de Jorge Eielson, algunas de cuyas obras estuvieron en nuestras bienales en Trujillo. Aunque la exposición de arte precolombino es interesante, he visto piezas más interesantes. No es su fuerte, por algún decir, pese a que la Sala de Textiles está notable. Pero la colección de pintura y escultura virreinal sí es notable. Y la colección de acuarelas de Pancho Fierro es el retrato de la sociedad limeña de los inicios de la república, aquella que objeto de escarnio de Felipe Pardo y Aliaga, y que tenía mirada casi benevolente de Manuel Ascensio Segura. Ña Catita se puede ver en esas acuarelas de viejas chismosas y falsas beatas. Y la pintura de Teófilo Castillo, como Ignacio Merino, Lizardo Montero y Baca Flor. Y los inicios del siglo XX con Sabino Springet entre otros. Lo que sí no he visto más cuadros de arte moderno. Supongo que toda la colección habrá ido al Museo de Arte Moderno en Barranco. Me queda ese pendiente. Lo que sí me pareció interesante es el rescate de la fotografía, arte nueva y en ebullición en nuestro país: ver a los hermanas Vargas, a Chambi, a Courret; es la historia visual del Perú de fines del siglo XIX, el XX y los inicios del XXI. 















Terminada mi rápida visita al Museo (María, Alonso y Orietta estaban ya fuera) no podía pasar por alto un vistazo a la exposición de Eielson. Aquí queda este dato (http://www.mali.pe/)




Del MALI nos fuimos a almorzar al Cordano; la Plaza de Armas tenía el tránsito restringido, además para nuestros males había una celebración ruidosa por el día del Papa con un concierto estridente que reventaba los tímpanos. Nos fuimos al Cordano, un almuerzo rápido. Fuimos a la Casa de la Literatura Peruana. El espacio ha sido rescatado al mismo estilo del Museo Orsey de París que recuperó esa bella estación para hacerlo museo con el éxito que eso significó. Todo el Jeu de Paume se trasladó ahí y tienes una colección notable de impresionistas. En Lima se habilitó para hacer la Casa de  la Literatura, un espacio para el libro. Había una exposición temporal de la Revista Amauta y su contexto. Luego salimos en dirección de la Iglesia de San Francisco. Lima está recuperando su historia, la cual fue muy postergada y gracias a Andrade se comenzó a rescatar el Centro Histórico. Algo que debe de hacer Trujillo. Arequipa ya lo está haciendo. Lima aún no es capaz de convertir más calles en peatonales. Arequipa convirtió la calle Mercaderes en peatonal como lo es Jirón de la Unión. En vez de ir a la iglesia franciscana, nos fuimos al Parque de la Muralla para ver la estatua de Pizarro, la que recuerdo que se hallaba en la esquina de la Plaza de Armas. Creo que está ubicada en el lugar correcto. La intensa actividad  que había, acompañada de un ruido incesante, nos hizo partir a casa para preparar todo y regresar a Trujillo.






Así culminó mi visita a Lima