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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

domingo, 26 de mayo de 2019

LISBOA A SUS HÉROES Y SU PASADO: PANTEÓN Y SÉ.





Jueves 17 de enero. Último día, prácticamente, en Lisboa y en Portugal. El viernes partía para Francia, vía Madrid. El tiempo se fue volando como de costumbre. Íbamos a emplear la mañana para visitar el barrio antiguo de Alfama, su Panteón Nacional, el castillo de São Jorge, su vieja catedral. Una buena caminata por una de las colinas más tradicionales de esta vieja ciudad. Históricamente, Alfama es el barrio más antiguo de Lisboa. Ahí se encuentra el antiguo castillo de San Jorge y su vieja catedral. Pero Maria había decidido hacer una buena caminata para recorrer la vieja Lisboa. Para eso nos fuimos hasta la estación de Santa Apolonia. Este nombre lo tenía fijo en la cabeza. Cuando estuve en Europa entre 1994-1995, compré el famoso Euralpass para poder viajar por tren entre varias ciudades y países; te daban un folleto en el que salían todas las estaciones de trenes y los horarios de conexiones de estas con diversas ciudades de Europa. Ir a Lisboa o Sevilla era bastante complicado, puesto que en ese entonces estuve viviendo en Dinamarca. Era casi dos días ir hasta allí y, para complicar la situación, España había impuesto unilateralmente la visa para los peruanos. Eso fue a pocos días de partir a Dinamarca y no pude hacer los trámites debidos. Leía el nombre de Santa Apolonia, así como el de Santa Justa de Sevilla, dos estaciones que terminé de conocerlas 25 años después. Santa Apolonia es una estación que recibe este nombre, pues hubo anteriormente un convento con ese nombre. Bajamos del metro, (la línea se ha extendido hasta esta estación) y ascendimos hasta el edificio central; al salir nos topamos con el Museo Militar, el cual no íbamos a visitar. Decidimos caminar por las calles sinuosas para llegar a nuestro primer objetivo: El Panteón Nacional, O Panteão Nacional.





Este gran edificio es la memoria intelectual, artística e histórica de Portugal. Tiene una larga historia que se mezcla con la leyenda y el mito popular. Aquí hay datos interesantes de su pasado (https://www.abc.es/internacional/20140119/abci-panteon-nacional-lisboa-lugar-201401170047.html). Todo panteón es una gran visita para navegar en el imaginario de una nación, no importando el momento que uno le toque visitar. Este sitio acoge tumbas simbólicas como la de Luis de Camões o Vasco da Gama, pero también es el espacio de la gran cantante de fados Amalia Rodrigues o el jugador de fútbol Eusébio da Silva Ferreira, más conocido como Eusebio. Aquí un fado de Amalia Rodrigues sobre la vieja Lisboa (https://www.youtube.com/watch?v=v6P68KXeBy4) y aquí un video con varios goles de Eusébio (https://www.youtube.com/watch?v=GLBBCjM4b_w). Aquí más datos anecdóticos de este lugar (https://www.visitlisboa.com/es/node/853). Lo más destacado es subir a la cúpula, recorrer los pasillos laterales y controlar un poco tu acrofobia para ver todo el panteón desde la parte superior. Luego salir a una amplia azotea para ver el Tajo y parte de la ciudad antigua: es una vista maravillosa. Al descender, hicimos una última vuelta por el panteón para despedirnos de Luis de Camões, Vasco da Gama, toda la pléyade de portugueses que son el orgullo de la nación lusa.




Al salir nos fuimos en dirección a la iglesia de San Vicente de Fora, una blanca iglesia grande frente a un pequeño parque. El edificio es sobrio, pero monumental. Esta gran iglesia tiene al costado un antiguo convento agustino, que es famoso por sus azulejos. No ingresamos puesto que teníamos más cosas pendientes en mi último día. Además, luego nos enteramos de que aquí está el cementerio real de la Familia Braganza (Bragança). Aquí tenemos más datos de tan bello lugar (http://www.sietelisboas.com/sao-vicente-de-fora/). Está muy ligado a la historia de esta vieja ciudad, pues este es el resultado del éxito del asedio cristiano contra la ciudad mora que era Lisboa en el siglo XII. Afonso Henriques, una vez reconquistada la ciudad, mandó a erigir un monasterio e iglesia a cargo de los agustinos. Está dedicada a este santo español y sus restos fueron traídos desde el Algarve a este sitio.  Aquí hay más datos (https://destinoinfinito.com/monasterio-san-vicente-fora/) (http://www.sietelisboas.com/sao-vicente-de-fora/).
Al salir nuestro objetivo era el castillo de San Jorge. Pero no iba a ir de Lisboa sin haber subido al tranvía para un recorrido más extenso. Al intentar tomar uno para subir en dirección al castillo, creo yo que hubo un mal entendido con el conductor de uno de estos el cual entendió que nosotros queríamos pasar, cuando nuestra intención era subir al tranvía. Ya habrá otra oportunidad. Antes de llegar al castillo hicimos una escala en el Miradouro de Chão do Loureiro (Mirador del Terreno del Laurel), en el que hay muchos cafés y pastelerías como una pascana natural de los cientos de turistas que, como nosotros, estaban recorriendo la Lisboa vieja.



Luego de un reparador café y un delicioso pastel nos fuimos hacia el castillo. Este ascenso se hizo por las estrechas calles de una ciudad medieval, aunque los edificios son nuevos, tras el terremoto de 1755. Así llegamos a la entrada del castillo. Hicimos una pequeña cola y recogimos algunos folletos informativos. Ya adentró nos dirigimos hacia las instalaciones militares para culminar en el museo de la ciudad. Este espacio era originalmente una fortaleza y espacio real de los musulmanes y luego pasar a manos cristianas tal la reconquista de Afonso Henriques. Esta fue la zona real portuguesa hasta el siglo XVI. Fue usado como lugar militar. En la actualidad es un monumento y patrimonio nacional; además se han hecho muchos avances en las investigaciones arqueológicas y se está descubriendo todo ese mundo musulmán que le dio mucha gloria arquitectónica a esta zona. Los azulejos son bellos y hay interesantes reconstrucciones de varios de ellos bellos pero dañados.









Aquí más datos (https://elcuadernoviajero.wordpress.com/2016/10/20/castelo-de-sao-jorge-eterna-fortaleza-de-lisboa/) (http://castelodesaojorge.pt/site/es/historia/)
Nuestro último objetivo era la Catedral de Lisboa, La Sé. En el camino vimos los restos del teatro romano cerca a nuestra meta. No logramos ingresar por estar en reparaciones. Así que seguimos hacia la catedral, la cual es una suerte de madre de todas las iglesias de Lisboa, pese a no ser tan grande como los Jerónimos, es una sólida iglesia que carga con la historia de esta ciudad. Está edificada sobre la mezquita de los musulmanes vencidos por Afonso y sus huestes. Su construcción es románica, por eso esos anchos muros de espíritu militar, inspirado en el ambiente de las cruzadas medievales. Se parece a la Sé Velha de Coimbra. La iglesia tiene muchos tesoros y los tienen escondidos en el segundo piso en una bien cuidada ala que guarda casullas, incunables, objetos de culto e imágenes. En la parte posterior al altar principal hay una serie de salas en las que vemos viejos y bellos trabajos escultóricos tumularios. La iglesia es sobria y discreta. Según la historia, ha tenido varios problemas aparte de terremotos e incendios. Aquí tenemos más datos al respecto (http://www.sietelisboas.com/se/) (https://www.e-cultura.sapo.pt//patrimonio_item/7602). Esta fue una visita reconfortante. En esta caminata por la ciudad, nos dirigimos hacia la Casa dos Bicos (casa de los picos), donde se halla la Fundación Saramago (Fundação Saramago). Esta casa perteneció a una familia noble y la casa quedó muy dañada por el sismo de 1755. Fue utilizada como almacén de bacalao, el pescado base en la dieta portuguesa. En las últimas décadas del siglo pasado, la casa fue rescatada y actualmente es un espacio para exposiciones. De ahí nos fuimos a Praça do Comercio y al Parque Saba Praça do Município, donde María me tomó algunas fotos. Desde ahí caminamos por la zona pombalina para ir a nuestro siguiente objetivo: el almuerzo. Y este lo íbamos a tomar en A Tendinha, un lugar informal que sirven especialidades diversas y acompañado de cerveza, pero la especialidad es la bifana, razón por la cual Maria había escogido este restaurante; no es nada elegante, pero el ambiente es simpático y ves poco turista; sin embargo, estaba lleno. El restaurante está en la Plaza Rossio, también llamada Praça de Dom Pedro IV. La bifana es un rico sánguche hecho con lonjas de chancho macerado en ajos, vino blanco, laurel y pimiento, y tras ser colocado a la plancha, se lo sirve en pan portugués. (https://www.196flavors.com/es/portugal-bifana/).
Antes de retornar ya a casa para preparar nuestras cosas, pues tanto Maria como yo teníamos que viajar al día siguiente, fuimos a dar una vuelta y llegamos a un pequeño bar regentado por un peruano que vive en Lisboa. Fuimos para bajar el chancho y lo mejor para estos casos es un corto de pisco. Estuvimos conversando largo y tendido, pues el dueño era de Trujillo. Tras nuestra larga conversa, decidimos retornar a casa para preparar las cosas ya que salía a Toulouse, vía Madrid, muy temprano. Mi último día en Portugal estuvo cargado de historia. Hasta una próxima vez.









BASTA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 26 DE MAYO)


Hay instituciones y empresas que por sus acciones y negaciones se van convirtiendo en entidades que generan animadversión y rechazo por un grupo social. Así hemos tenido varios ejemplos que, por una razón u otra, estas eran identificadas con diversos adjetivos negativos: ladrones, coimeros, usureros, corruptos, monopolizadores, falsos, trasgresores, un largo etcétera que acompañaban a las bondades de entes públicos o privados. En el mundo privado, estos adjetivos han recaído sobre empresas mineras, de transporte, de telecomunicaciones, de salud. Muchas de estas han tratado de resarcirse con el fin de mejorar la deteriorada imagen que fueron ganando por diversos errores de gestión o de acción. La lista es grande. En cuanto al mundo público, este es cada vez más percibido como corrupto, las más de las veces, así como inepto o incapaz. Diversos poderes del Estado tienen una muy mala percepción: Poder Judicial es uno de ellos, por ejemplo. Pero, el Poder Legislativo es uno de los que ha ido generando una tendencia negativa en la opinión pública, así como en el ciudadano de pie. Uno puede leer las encuestas y constatarlo con las preguntas que uno puede hacer a muchos ciudadanos en diversos círculos, y hay casi una coincidencia en cuanto a dicha percepción. 
El Congreso ha tenido siempre una relación azarosa con el presidente de turno; desde que tengo uso de razón, recuerdo los tensos desencuentros entre Francisco Belaunde Terry y el famoso gabinete UNO-APRA que generó una separación de varios militantes del partido de la estrella. Muchos aducían a una estrategia política, pero para varios militantes fue un pacto vergonzoso con el fin de desarticular cualquier propuesta que Belaunde propusiese al Legislativo. Se boicoteó una gran cantidad de reformas necesarias que hubieran contenido los dramáticos cambios posteriores y el golpe del 68. El retorno de la democracia formal permitió la creación de las dos cámaras. Estas no estuvieron al nivel de poder detener situaciones nefastas para el Perú de los 80: Sendero Luminoso y la hiperinflación del primer gobierno de AGP. Fujimori cocinó fácilmente el autogolpe gracias a la masiva mediocridad, salvo excepciones, de los legisladores electos en 1990. Fujimori hizo un congreso a su medida con parlamentarios en mayoría que facilitaron el avance de uno de los periodos más corruptos de la historia peruana. Desde entonces, nuestros Congresos han sido poblados por varios personajes díscolos, mediocres, corruptos, ladrones, que han trabajado poco por el electorado que los encumbró al poder. El actual, electo en 2016, fue confrontado con un referéndum por la sociedad peruana hastiada de sus bochornosos actos de corrupción, blindaje, inacción y boicot. Cada día nos sorprenden con más desatinos.
Pero, a través de astutos en artilugios legales, quieren postergar sus obligaciones exigidas, olvidándose que sirven a la ciudadanía, la que ha determinado su futuro de manera contundente.

domingo, 19 de mayo de 2019

COMPARACIONES ODIOSAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 19 DE MAYO)

Una escapada por otras realidades nos abre los ojos y permite medir muchas cosas de los innumerables planos que conforman nuestra sociedad. El día a día nos atrapa y no nos permite observar la realidad que una ciudad y una Región encierra, caso Trujillo y La Libertad. Un viaje a Ecuador generó en mí una sana, bastante sana envidia y, también, una frustración por las posibilidades perdidas por nuestra sociedad debido a diversos factores. Con un grupo de amigos logramos cruzar la frontera en auto para poder hacer una rápida y selectiva visita a Machala, la cuarta ciudad de Ecuador en economía y la quinta en población; y su puerto, Puerto Bolívar, no muy lejos de la misma. Haber ido en auto nos permite hacer las primeras comparaciones: su sistema vial. No es que uno se sorprenda por la buena autopista que une la frontera con esta ciudad, sino que es una zona que también sufrió los embates del Niño costero del 2017. Pueden leer el trabajo de investigación hecho por Shiela Serrano con otros al respecto. Viajar por tierra de un lado a otro de la frontera es frustrante, puesto que del lado ecuatoriano quedan pocos daños en sus calles y carreteras, producto del Fenómeno de ese año; sin embargo, Trujillo, tercera ciudad peruana, y su sistema vial están aún en un lamentable proceso de reconstrucción que, me temo, sea solo un paliativo hasta el próximo Niño. Ni hablar de Chiclayo, ni de Piura.
Ingresar a Machala fue otra experiencia; yendo al volante en un país ajeno al tuyo, el estado de alerta es latente; pero la no circulación de combis, ticos o mototaxis es todo un alivio para cualquier conductor. Manejar en Trujillo, Chiclayo, Piura e, incluso, Tumbes se ha convertido en un verdadero desafío para el más paciente y tenaz. El casco antiguo machaleño tiene algunas zonas peatonales y posee anchas calles, en las que se ha destinado un carril para transporte de buses. En una ciudad con muchos vehículos, hay poco uso del claxon, son respetuosos de semáforos y señales de tránsito, y respetan el orden de ingreso a un óvalo. Recuerdo una entrevista radial a un dirigente de transporte público pesado, quien se quejaba de la presencia de óvalos en una carretera o en la ciudad. Bueno, si un chofer, dizque llamado, profesional desconoce su uso, dice mucho del riesgo que todos tenemos al transportarnos en buses y explica el alto número de accidentes mortales viales.
La ciudad lucía limpia, ordenada. Ecuador trabaja mucho en atenuar el impacto generado por la deforestación y la contaminación de la basura. Esta ciudad ha obtenido logros; a diferencia de nuestras ciudades. El caso La Hermelinda quedará, todo parece, en una intentona de calmar las iras de molestos ciudadanos que esperaban una acción más radical y eficaz contra este flagelo de nuestra salud, seguridad y ornato de nuestra ciudad.
Tanta gastronomía de calidad y bellos paisajes se deslucen gracias al desorden que somos como sociedad, paraíso de la impunidad.

domingo, 12 de mayo de 2019

LOS JERÓNIMOS EN LISBOA. LA HISTORIA DE UN IMPERIO





Miércoles 16 de enero. Nos íbamos a hundir más en la historia lisboeta. Mis últimos días en Lisboa y Portugal. Este día estuvo nublado, con varios conatos de lluvia. Tuvimos que llevar nuestro paraguas. Nos íbamos a visitar el impresionante Monasterio de los Jerónimos, el Monumento a los descubrimientos, Palacio de Ayuda y el Cementerio de los Placeres.
Salimos temprano con el fin de visitar el Monasterio de los Jerónimos (Mosteiro dos Jerónimos) a conocer esta bella construcción de estilo manuelino. Manuel I quiso convertir a Lisboa en la capital de un extenso reino que se había desarrollado gracias a los descubrimientos de sus navegantes. Su corte se volvió rica y poderosa, y se codeaba con sus suegros, los Reyes Católicos, Maximiliano de Austria y Enrique VIII de Inglaterra en cuanto a la importancia en la Europa expansiva. Los descubrimientos allende las mares le permitieron la riqueza necesaria y también el giro que va a tener Portugal frente a estos cambios tan brusco que dan impulso al Renacimiento europeo. Los reyes portugueses apostaron por el mar, luego de que Constantinopla había caído bajo las huestes turcas. El descubrimiento de nuevas rutas fortaleció la presencia portuguesa en los océanos como el Atlántico y el Índico, y vio expandir su territorio en otras partes del mundo. Además, abrió la mentalidad de la corte antes los descubrimientos y las nuevas culturas. La corte se pobló de animales extraños y el rey solía pasear por las calles de Lisboa sobre un elefante vestido de sedas traídas de Oriente. Este rey, Manuel I, comenzó a engrandecer Lisboa como capital, ya no de una nación, sino de un imperio. Ligado a la iglesia, confió en los jerónimos para llevar a cabo esta gran construcción asemejándose a una gran nave marina. Se escogió el lugar que era una ermita en la cual pasó toda la noche orando Vasco da Gama antes de salir en su viaje a la India. El artífice de tan impresionante obra es el arquitecto español Juan del Castillo, a quien en Portugal lo conocen como João de Castilho. Es un monumento que hay que visitar sí o sí en un viaje a Lisboa, así sea por una única vez. Hay una colección arqueológica notable del viejo pasado luso. El convento es toda una visita que te transporta a los años dorados de esta nación. Su convento es la obra maestra del arte manuelino, estilo como se le conoce a este movimiento.





Cuando llegamos al lugar aún no habían abierto el lugar, así que decidimos ir a ver el Palacio de Ajuda. Este palacio fue construido para sustituir a aquel que había sido destruido en el terremoto del 01 de noviembre de 1755, el que arrasó a Lisboa. La historia es muy accidentada y no pudo ser del todo concluido por una serie de avatares: un incendio, la invasión napoleónica y el desplazamiento de la corte portuguesa a Rio de Janeiro en Brasil hasta la partida al exilio de la realeza portuguesa en 1901 que se inicia la República. (http://www.palacioajuda.gov.pt/pt-PT/palacio/historia/ContentDetail.aspx). Para mala suerte, el día que escogimos, el palacio no estaba abierto. Pese a todo pude apreciar las dimensiones de semejante construcción. El palacio se llama así, pues se construyó al lado de las ruinas de lo que quedó del convento de Nuestra Señora de la Ayuda, del cual queda una torre. Aquí más datos (http://meusroteiros.com/palacio-da-ajuda-lisboa/).




Terminada la visita nos dirigimos a los Jerónimos. Antes de ingresar al gran complejo, fuimos a ver el Monumento de los Descubrimientos, elevado a orillas del río Tajo, cerca de la torre de Belem, de la cual salían los navegantes en el siglo XVI y XVII. Dedicado al rey que impulsó el espíritu marino de su nación, Enrique el Navegante, fue construido en 1960 a 500 años de su muerte. Tiene 33 figuras mirando al Tajo, la ruta natural de los navegantes; entre ellos, destacan Alfonso V, Vasco da Gama, Fernando de Magalhães, Alvares Cabral, entre otros como el escritor Luis de Camões. Es la historia de una nación que vive del mar, por eso el diseño de la proa de un barco (https://arte.laguia2000.com/escultura/el-monumento-de-los-descubrimientos-en-lisboa). No pudimos visitar sus instalaciones internas, ni tampoco la Torre de Belem, pues el tiempo nos era apretado. Nos quedaba aún el cementerio de los Placeres.
Ahora sí. Los Jerónimos. Tanto se ha escrito de ellos. He aquí algunos vínculos para poder conocer más sobre este lugar: (http://www.viajeuniversal.com/portugal/lisboa/monasteriojeronimos/historiajeronimos.htm). Lo que sí sorprende es hallar al ingresar a la iglesia, fuera de sus dimensiones, es encontrarse con las tumbas de Luis de Camões y Vasco da Gama. En el caso del primero, era lo menos que podía hacérsele al escritor de Os Lusiadas. He aquí datos de su dura vida en la que las pasó negras. Y es un héroe nacional. (https://www.portalsolidario.net/ocio/visu/biografia.php?rowid=9323). Aquí más datos del monasterio (https://rutacultural.com/monasterio-de-los-jeronimos-de-belem/).








Una vez concluida nuestra larga y pausada visita, nos fuimos a almorzar cerca de ahí. Comida de Goa, antigua colonia portuguesa en la India con bastante picante. Rico. De ahí nos fuimos a ver nuestro último objetivo del día: Cementerio de los Placeres. Cemitério dos Prazeres está ubicado en la colina de Ourique y surge por una fuerte epidemia de cólera que devastó la ciudad en los años 30 del siglo XIX. La zona era la Quinta dos Prazeres, por eso se quedó con Placeres. Es un camposanto que hay que visitar para ver la arquitectura funeraria, tan en boga en nuestros días. Además, es el lugar ideal para ver la historia de una ciudad. Esta zona acoge a los más pudientes lisboetas y se ve por los bellos mausoleos que hay en el lugar. No pudimos estar mucho tiempo, pues ya estaba por cerrar fuera de que amenazaba una fuerte lluvia. Recorrimos algunas calles para ver destacadas estatuas, así como panteones familiares, algunos ya colapsados por el paso del tiempo. En sus instalaciones estuvieron enterrados personajes como Amalia Rodriguez, cuyos restos fueron trasladados luego al Panteón Nacional. También estuvo Fernando de Pessoa, pero luego sus restos fueron llevados al Monasterio de los Jerónimos. Preguntamos por este último y nos dieron este dato. En la visita a ese lugar no sabíamos tal hecho.  Aquí más datos de este bello lugar (http://www.sietelisboas.com/cementerio-de-los-placeres-lisboa/) (https://www.elrincondesele.com/un-paseo-en-blanco-y-negro-en-el-cementerio-de-los-placeres-de-lisboa/) (http://www.sietelisboas.com/cementerio-de-los-placeres-museo/) Este otro de famosos cementerios de Europa: https://www.traveler.es/experiencias/galerias/cementerios-famosos/485/image/23350.





Salimos casi a las 5 pm para dirigirnos a casa. En el retorno, nos confundimos de camino, cosa que nos hizo demorar un poco más la llegada a casa. Al día siguiente iba a recorrer la ciudad vieja. Mi último día en Lisboa.