Las noticias que nos rodean. Segundo
país en la zona sudamericana con más contagiados. Revuelta carcelaria con reos
fallecidos. Keiko y Susana Villarán libres. Colas inmensas para comprar cerveza
en Piura, una de las zonas más castigadas por la pandemia. Viaje cuestionado
del Ministro de Salud a Lambayeque llevando un puñado de pruebas para el
coronavirus. Ley que faculta el retiro del 25 % de las AFP. Empresas grandes
pugnando acceder a la Suspensión Perfecta. Renuncia del Ministro de Interior
por graves casos de corrupción. Varios policías muertos por contagio.
Trabajadores de servicios públicos, como SEGAT, suspenden sus labores por
contagio de muchos trabajadores. El desempleo crece día a día. Comienza la migración
en masa de residentes transitorios en grandes ciudades hacia sus lugares de
origen. El dilema entre hambre o enfermedad. Reacción negativa de padres de
familia contra la educación virtual. Fatiga social por el aislamiento. Colapso
de la Salud Pública. Fotos de grandes fosas comunes de algunas ciudades que
muestran entierros masivos. Redes llenas de noticias alarmistas que hablan de
conspiraciones chinas y comunistas contra el mundo. Perú entre
los primeros veinte países con más contagio a nivel mundial. Recesión nacional
y mundial.
Hay muchas más noticias que
estas. Son las que pueblan los diversos medios de comunicación, sean virtuales
o físicos. En el mundo virtual, plagado de noticias falsas, estas van
acompañadas de comentarios de toda índole, siendo los negativos los que más
abundan en estas redes de las que están pendientes millones de personas
“prendidas” a sus celulares, computadores o televisores. La gente está atenta a
cifras, números, curvas y cuadros estadísticos, de campanas de Gauss. Hemos preferido
congelar nuestro miedo a través de envolturas numéricas, fotos o filmaciones digitales
en HD.
Paulatinamente, de manera
personal, estas frías cifras comenzaron a tener rostro humano. Primero, ya son
14 personas del vecindario que cayeron enfermas con 2 muertos. Un policía,
conocido de varios colegas míos, fallece por complicaciones respiratorias a
causa de la infección. Luego, un compañero de trabajo está en UCI con
respirador artificial con pronóstico reservado. Casi a inicios de la pandemia
en nuestra sociedad, una amiga española, directora de un colegio, me escribió
un extenso correo en el que me contaba el panorama lamentable de su escuela,
PPFF y profesores contagiados, y con un sistema de salubridad en camino al
colapso. Al leer su correo sentí lejano ese mensaje, pero como una clara
advertencia. Ahora toca nuestra pequeña realidad. Pero, pregunté a varias
personas si tenían conocidos o familiares suyos infectados, y la respuesta es
negativa. Quizás estemos negando esta realidad por defender nuestro único rincón
de protección frente a esta hecatombe que nos está arrollando.
Defendemos con garras nuestro último reducto.
Urge crear espacios de alivio social.
Defendemos con garras nuestro último reducto.
Urge crear espacios de alivio social.
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