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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

domingo, 28 de marzo de 2021

YO SÍ, TÚ NO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 28 DE MARZO)


En e
l mundo infantil, las relaciones interpersonales son muy directas y francas. Aún no tienen filtros que modulen sus reacciones verbales o físicas, las cuales se van moldeando en la familia, en las aulas, en los grupos de amigos, las bandas (sí, también en ese espacio) y las reglas sociales coercitivas en los espacios que a uno le toca moverse. En esta última, más abstracta por ser más masiva, los humanos han construido entelequias como la moral, la ética, las religiones, la justicia, las normas sociales que sirven para enmarcar el buen comportamiento de una persona o de un ciudadano. En este proceso de modulación, valores y principios van creando en un individuo patrones de comportamiento que justifican, validan o censuran su actitud, su accionar y su forma de pensar.

Desde el inicio de la pandemia, muchos límites del comportamiento humano se han roto por diversas razones: la cercanía de la muerte; la pérdida de un ser querido, un patrimonio o el trabajo; el desconocimiento ante una nueva situación; y, luego de casi un año, el deterioro causado por el largo aislamiento, un profundo estrés y depresión que ha ido carcomiendo a muchos ciudadanos de todas las edades. El relajamiento de normas en diciembre nos pasó una dura factura que aún no terminamos de pagar y, quizás, dure un poco más de tiempo. Sin embargo, hay comportamientos que llaman la atención, pues son personas que asumen ciertos roles para una sociedad que ha visto desmoronarse un modelo tras otro. Todo empezó con el VacunaGate, emporio de faltas éticas; destapado, mostró la podredumbre de cualquier sociedad en la que políticos corruptos aprovechan de su poder. Este fenómeno se ha dado en otros países de Latinoamérica y otros de Europa y Asia. Este escándalo aún no termina, pues hay más personas vacunadas sin que les corresponda haberla recibido. Falta conocer la lista dorada de la Embajada China, por ejemplo. Luego ha acaecido una serie de escándalos al vacunar a gente que no les correspondía como ha sucedido con 66 personas en Iquitos, gente ligada a círculo de poder del Gobierno Regional, y 110 más en la Región Ucayali, también a gente cercana a esta entidad política. Aún está fresco el recuerdo de las primeras vacunas que llegaron a Trujillo y que no fueron destinadas al personal de primera línea como se denomina al personal de riesgo. Ahora se van reportando extravíos de vacunas en pequeñas porciones como las detectadas en Tacna y Arequipa. No está del todo claro cómo fue el proceso de vacunación realizado la semana pasada en las instalaciones de la UPAO, pues circularon listas en redes que dieron muchas esperanzas para terminar generando zozobra y desazón por el mal manejo de la información. Recientemente la decepción también se generó por un candidato quien negó su vacunación para que termine justificando su accionar de manera lamentable. Falta ética que debilita la credibilidad de su persona y su candidatura, y del mundo político.


domingo, 21 de marzo de 2021

EL PERÚ DE UN CONGRESISTA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 21 DE MARZO)


En las últimas semanas que van, en medio de la locura de la pandemia y una huelga de transportistas, algunos sucesos dan una radiografía de uno de los países más centralistas del mundo y con una fuerte anomia social.

Los comentarios registrados en un audio de Anthony Novoa de AP y la candidata al Congreso por la Región Pasco por Renovación Popular, Aracelli Castillo, son solo mínimas evidencias de una gran verdad de un mundo político deteriorado, prostituido y deplorable que se manifiesta en cada contienda electoral. Fuera de las planchas presidenciales, tenemos algo más de 3 mil setecientos candidatos a ocupar 130 curules de congresistas y 5 del Parlamento Andino. A lo largo de la historia de nuestra bicentenaria república, los congresos (bicameral o la versión actual) han tenido políticos perennes cuya finalidad era ocupar un escaño de manera casi vitalicia e instalarse en el mundo político oficial en el que hacían carrera personal. Hay otros factores peligrosos como el narcotráfico y lazos de poder. Antaño, quiero creer así, los partidos maniobraban de tal manera que permitían formar sólidos grupos con los que se negociaban leyes y otros favores. Aún recuerdo todo el escándalo por la escisión del APRA en un ala rebelde y el descontento por la famosa convivencia con la UNO odriísta. O la escisión de la Democracia Cristiana que generó el Partido Popular Cristiano encabezado por el recientemente fallecido Luis Bedoya Reyes. Eran tiempos de confrontaciones ideológicas y los fraccionamientos eran actos trascendentes y sonados. El desprestigio del Congreso décadas después del retorno de la democracia fue tal que, hay que recordar esto, la decisión de Fujimori de cerrarlo en el golpe del 92 fue aplaudido por muchas personas. Las palabras vertidas por Novoa es solo una manera descarada de mostrar un modo de vida de muchas personas que fagocitan en política; se van deslizando entre los vínculos del poder para sacar réditos proselitistas, aunque la más de las veces apuntaba a intereses personales. Y no dudan en cambiar de bandera con el fin de mantener su bastión personal. El deterioro de los “partidos políticos” y las motivaciones de un congresista han permitido que actos como el trasfuguismo sean hechos cotidianos y esperados en cierta forma. Por otro lado, lo de la candidata Castillo no nos debe ser extraño. Desde que tengo uso de razón, recuerdo nombres de senadores y diputados anclados en los congresos de manera casi perenne: apellidos como Chirinos Soto, Melgar, Polar Ugarteche, Cáceres entre los que me vienen a la memoria, representaban a Arequipa, Puno o Ayacucho, ciudades en las que no vivían por décadas. En los primeros años de la república, el Congreso estaba constituido por notables que asumían la representación de una intendencia en las que habían nacido, muchas veces, por casualidad. En últimas elecciones tuvimos postulantes golondrinos liberteños: casos como Doris Sánchez, Octavio Salazar o Rosa Bartra me vienen a la memoria. No sé cuánto sabían de nuestra Región y dudo que muchos de ellos hayan retornado al sitio que los catapultó al poder. Somos un mero trampolín para sus intereses. Me temo que tendremos un congreso peor que el anterior. 


domingo, 14 de marzo de 2021

VILEZA INFORMATIVA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 14 DE MARZO)

En 1981, una noticia intrigante recaló en las redacciones de muchos diarios del mundo. Un físico, Brian Brady, había hecho diversos estudios sobre suelos y predijo tres sismos en territorio peruano, entre Pisco y Lima. Brady lanzó una primera alerta en 1978 en la que informaba sobre intensa actividad sísmica en 1980. La sismología, como ciencia, ha procurado y procura predecir movimientos de características desastrosas para salvar vidas, tomar medidas extremas de prevención y atenuar en algo las consecuencias de un fuerte sismo. Aunque el científico era refutado por diversos organismos científicos, siguió adelante con su teoría e, incluso, predijo las fechas en las cuales Lima iba a ser devastada: 6 de julio, 24 de agosto y 24 de setiembre. Todos los diarios peruanos, sobre todo limeños, lanzaron la alarma. Uno de ellos, el Diario Marka, cuyo director era Guillermo Thorndike, manejó la noticia de una manera sensacionalista y alarmante que causó grandes problemas al gobierno presidido por Fernando Belaunde. Pese a las advertencias de varios círculos científicos dudando de la predictibilidad de un terremoto, prevaleció la alarma y un insano prurito de llenar las portadas de los diarios con noticias tremendas. Hubo muchas personas que liquidaron bellas casas en La Punta, lugar amenazado de desaparición. Recuerdo que la familia de un conocido de la universidad vendió su casa y se mudó a Cuzco. Lima quedó vacía por esos días: julio fue un mes perdido para esa ciudad. Al final no tuvimos el sismo físico, pero sí económico: se perdió más de 300 millones de dólares (cálculos discretos), pues se redujo toda actividad turística que afectó a todo al país; además se paralizó mucha actividad constructiva. El Gobierno trataba de responder las alarmantes noticias de la mejor manera posible. Recuerdo un comentario de un ministro: se había comprado cientos de miles de bolsas para cadáveres para prevenir cualquier tipo de epidemia. Nuestra suerte estaba echada. No hubo terremoto alguno. Pasada la turbulencia, todo volvió a la normalidad. Eso sí: el diario Marka tuvo una venta extraordinaria durante tres meses de su campaña a tal grado que diariamente casi al mediodía ya había agotado su tiraje. Buena estrategia de marketing, le dicen.

Viernes 05 marzo, un programa dirigido por Beto Ortiz y difundido por Willax sacó al aire una edición que empleó información sobre la vacuna china. La información era parcial y fue manipulada con cierta sevicia justo ad-portas de la vacunación de los adultos mayores. Omisiones, interpretaciones erradas y conclusiones precipitadas causaron zozobra en la población. Hubo candidatos que, incluso, invitaban a la sedición contra el actual régimen. La incompetencia comunicativa del Gobierno hizo que la falacia prosperase, pero hubo pronto otras reacciones que frenaron esta insania; el médico que acompañó a Ortiz en ese programa terminó cambiando su versión en otros medios. Vileza y cizaña en tiempo de elecciones generales.

domingo, 7 de marzo de 2021

SALUD MENTAL Y SOCIAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 07 DE MARZO)


En poco más de una semana, los peruanos recordaremos el inicio de un confinamiento riguroso acatado por varios ciudadanos, temerosos del avance de una pandemia incontenible. Este aislamiento forzado desnudó muchas fallas de un sistema que se pensaba ideal para lograr el ansiado desarrollo económico. Todo esto se comenzó a desmoronar en menos de una semana desde ese 16 de marzo. Desde inicios del 2020, las noticias que llegaban desde Asia y Europa eran cada vez más alarmantes; era cuestión de días o semanas que América Latina tomara medidas para enfrentar este mal que comenzaba a cobrar vidas rápidamente. Cada país trató de sortear la pandemia a su manera: algunos de manera drástica, como nosotros, pero con saldos terribles; otros relajados, como USA, Brasil, Suecia o México, también con saldos de espanto. El caso brasileño vive una situación extrema y se torna una amenaza para los países vecinos por su nueva temida cepa. Solo dos países latinoamericanos han salido de manera airosa frente a este drama mortal: Uruguay y Cuba. Al ver sus cifras de contagios y de fallecidos son bastantes bajas a moderadas. Incluso Cuba ya apunta hacia su propia vacuna.

Desde el momento del encierro, el miedo y la pérdida del trabajo, más nuestra alta tasa de informalidad, comenzaron a mellar la salud mental de la población. Las redes se volvieron un medio para acrecentar la incertidumbre ante esta nueva situación: negacionismo, atentado global, recetas y respuestas erráticas, exacerbación del aislamiento fueron los primeros mensajes virtuales. Muchos negaron la existencia del virus: una creación mediática de círculos de poder. Recuerdo una pregunta hecha por una persona, en tono de burla, en redes de si conocíamos a alguien quien haya muerto por este virus. A estas alturas, incluido yo, hay muchísimos que podrían responderle con mucha tristeza que sí. Hubo personajes mediáticos que se burlaban de las medidas y, de pronto, se vieron infectados del mal; algunos, incluso, abusaron de privilegios, los cuales ellos mismos critican. Vino la retahíla de recetas para el tratamiento, sugiriendo todo tipo de medicamento. Queda en nuestra memoria el consejo de Trump que casi llevó a la muerte a varios de sus seguidores. Luego la vacuna, el rechazo a esta, las teorías desopilantes sobre las mismas que llevaron a situaciones tan ridículas como la destrucción de torres de comunicación. Surgieron los antivacunas sembrando más dudas y alarma entre la gente cada día más deprimida. Ahora que las vacunas llegaron a nuestra nación, vemos a personas que, inicialmente críticas, exigen celeridad para su aplicación e, incluso, muchos pierden la ecuanimidad y actúan del mismo modo censurable como Vizcarra y sus ministros.

Algunos políticos o funcionarios no entienden las palabras cultura y arte. Incluso algunos quieren desaparecer el Ministerio de Cultura.  De haberse trabajado mejor, artistas, con psicólogos y médicos, hubieron ofrecido un mejor soporte a una sociedad urgida de alivio y esperanza.