En las últimas semanas, autoridades regionales y municipales han pregonado por todos los medios y a los cuatro vientos una serie de obras que tendrán un impacto positivo en la sociedad trujillana y liberteña en general. Estos anuncios han sido difundidos por diversos medios creando una expectativa y, obviamente, una justificada suspicacia por parte de la ciudadanía sobre la prontitud de la ejecución de las mismas o de la calidad de su edificación. La reciente lluvia del sábado 05 puso en entredicho las obras de canalización y contención de las quebradas, las que son siempre una amenaza latente para la seguridad ciudadana, la economía y la propiedad pública y privada de miles de trujillanos. La advertencia de huaico cundió entre los mortificados habitantes, sobre todo los de aquellas zonas en las que el agua discurre como su curso natural atravesando la ciudad de este a oeste. El Niño costero del 2017 y el ciclón Yaku del 2023 generaron tantos daños en la ciudad en la infraestructura que aún no nos reponemos de esos estragos. La Municipalidad se limita a resanar calles y avenidas que, luego de una lluvia estival (como la reciente), vuelven a mostrar las deficiencias de siempre: basta con pasar por las avenidas como Jesús de Nazaret para constatar lo comentado. Un plan de reconstrucción de calles y avenidas con alcantarillado y drenajes ya se hace necesario, urgente para nuestra ciudad; postergar esta decisión es acrecentar el problema, pues no contamos con un buen transporte público masivo que ya lo exige una ciudad que tiene más de un millón de habitantes. Nuestro sistema vial es tan penoso que zonas que exigen pistas en buen estado, como las del Hospital de Alta Complejidad, son una muestra del lamentable trato que sufren los trujillanos. Las puertas de entrada a nuestra ciudad, como el aeropuerto, muestran al visitante cuál es el verdadero compromiso ciudadano de nuestras autoridades. Se ha comenzado a trabajar en la ruta Trujillo – Aeropuerto – Huanchaco; la intervención se ha limitado a un único tramo de dicha vía desde hace dos semanas y ahí está detenido hasta “nuevo aviso”. Desde el año pasado nos han ido anunciando un interesante proyecto de esta vía que se ha ido postergando mes tras mes y es justo que uno ya ponga en duda el mismo, habida cuenta de que es nuestra Región una de las últimas en ejecución de su presupuesto anual. Sinceramente, La Libertad pudo haber liderado proyectos de gran envergadura para el Bicentenario, siendo precisamente nuestra Región la que iba a liderar estas conmemoraciones; pero no tuvimos las autoridades de cualquier rango que estuviera a la altura de las circunstancias. No hubo líderes capaces de asumir el reto de hacer obras extraordinarias para nuestra ciudad, limitándose a sólo apagar incendios ante los problemas que van apareciendo como la erosión costera, el limitado aeropuerto, el débil sistema vial que tenemos entre otros que pudieron evitarse a tiempo.
Este espacio ha sido creado por Gerardo Cailloma con el fin de difundir mis ideas y poder compartir con el que esté interesado temas sobre cine, música, educación, viajes, literatura y todo aquella diletancia que produzca placer estético (como el buen comer)
Datos personales
- Gerardo Cailloma
- Trujillo, La Libertad, Peru
- Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
domingo, 20 de abril de 2025
domingo, 14 de noviembre de 2021
100 DÍAS: URGENTE, UN LÍDER (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 14 DE NOVIEMBRE)
Quiero empezar con una frase atribuida a Simone de Beauvoir: “Nadie es un monstruo, si lo somos todos”; esta frase se encuentra en un libro de Iván Degregori, en el que se nos detalla cómo se fue destruyendo el sistema político hasta haber llegado a la situación que estamos viviendo. Deteriorada por décadas, el extenso periodo de Alberto Fujimori (iba por la re-reelección) destrozó la vida política y sus organizaciones, lo que nos dio una suerte de tugurización del poder posteriormente. Partidos tradicionales como el APRA, AP y PPC entraron en franco deterioro desapareciendo del mapa electoral; la izquierda siguió con su cantaleta de atomizarse emitiendo un discurso desfasado; y nuevos partidos políticos aparecieron más parecidos a gavillas de delincuentes de corbata que se legitiman para arranchar el poder. Desde municipalidades distritales hasta la presidencia de la República, estos puestos son ocupados por personajes cada vez más lejanos de lo que debe de ser un líder político. El Congreso de la República sintetiza todo ese incontenible deterioro.
¿Qué es un líder político? Me
presto la descripción de Diego Almeida del Diario El Comercio de Ecuador: “Hablar
de liderazgo es referirse a la capacidad de un ser humano de orientar y guiar a
un conglomerado social. Max Weber, cuyas tesis afianzaron el desarrollo de una
nueva aproximación a la sociología política, clasifica a los líderes en
autocráticos, participativos o democráticos, y liberales.” Esta es una
descripción y clasificación bastante sencillas del liderazgo. El experto en
Liderazgo Auténtico, Sergio Edú Valsania, agrega lo siguiente: “[..] El
desarrollo del auténtico liderazgo implica un cambio en el que los candidatos incrementan
su autoconsciencia, reducen sus sesgos y establecen relaciones éticas y
genuinas con sus colaboradores. Los líderes políticos son “aquellas personas
elegidas por la ciudadanía (o pretenden serlo) para actuar como sus
representantes y tomar decisiones beneficiosas para el funcionamiento de la
sociedad en temas como salud, educación, seguridad, calidad de vida,
legislación, medioambiente y economía [..]”. Del planteamiento de Weber,
tomemos al líder participativo/democrático: este “[..] sin complejos ni
temores, consulta con su pueblo, pero no delega el derecho consubstancial que
como tal (líder) tiene a adoptar la decisión final. Es el liderazgo más difícil
de encontrar, demanda de capacidad y voluntad en asumir la responsabilidad de
sus actos, ejercidos con reflexión y sabiduría, las cuales no las proporciona
solo su formación letrada sino principalmente su sentido común [..]”. Evaluando
a nuestro mundo político, el panorama es estéril. Entre actos corruptos, caprichos
individualistas, evasores natos e inauguraciones ególatras de bustos de sí
mismo, la situación es alarmante. Una vacancia es posible, pero nos preguntamos
después a quién pondríamos los peruanos para que dirija nuestro destino.
domingo, 25 de abril de 2021
LECCIONES DE UNA PESADILLA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 25 DE ABRIL)
Ambos candidatos vienen con
mochilas muy pesadas. Uno, la de haber pertenecido a movimientos que causan
temor entre muchas personas que vivimos la dantesca década de los 80, que
creció ante la ineficiente respuesta de los gobiernos de turno; además, Castillo
ha dirigido una larga huelga de los docentes en el 2017 y mantiene vínculos con
personas ligadas a la corrupción, como es el caso de Vladimir Cerrón. Keiko tiene una mochila mucho más pesada, por
eso arrastra tras de sí un rechazo de mucha gente en nuestra sociedad: trae a
rastras el pasado de su padre que permitió que la corrupción calase en todas
las instituciones de la sociedad peruana; envileció medios de difusión, amenazó
a opositores a su régimen; compró el Poder Judicial a su medida y destruyó la
credibilidad en las fuerzas armadas y policiales. Permitió un modelo económico
exitoso a nivel macro, pero no hubo un desarrollo positivo en todos los niveles
sociales. En su plan de privatizaciones, lanzó a las calles a miles de personas
y, para atenuar la situación, permitió el ingreso de ticos, buses camión,
combis, custer, mototaxis; convirtiendo al sistema de transporte público en la
pesadilla que es ahora. Aceleró el centralismo y permitió el crecimiento de
monopolios de servicios como el de telefonía e internet convirtiéndolo en uno
caro. Permitió la apertura de instituciones educativas lo que fue lentamente
envilecido por personas que vieron más un negocio que un servicio en bien de la
comunidad.
Ambos candidatos tienen un bolsón duro de votantes, uno bastante mayor que el de la otra. La refriega se va a dar en el campo de los indecisos. Hay muchas personas que no cederán su voto al otro contrincante; otros dudan. Castillo es una inmensa incertidumbre. Pero, la imagen asociada de Keiko a realidades que se han desnudado con la pandemia y la corrupción, con el comportamiento de sus congresistas que generaron tanta inestabilidad y los escándalos que la asocian con lavado de activos y narcotráfico; todo eso hace dudar a muchos. Su influencia se ha visto en medios que la apoyan abiertamente y la reciente destitución en América TV genera muchas más dudas. Los estrategas de marketing político de cada candidato tratarán de convencer a gente que ha sido olvidada o ha sido testigo de tantos desaciertos que nos han llevado, quiérase o no, a la situación en la que nos hallamos. Y hay algo que sí debería de preocuparnos mucho: el narcotráfico. Ser un narcoestado es una condición que nos hundiría en una espiral de violencia tan grave o peor como la que pasamos en los 80. Duro dilema.