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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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viernes, 19 de julio de 2019

EL ESCORIAL, ESPLENDOR DE ESPAÑA DEL SIGLO DE ORO




Sábado 26 de enero. Despidiéndome de Toulouse. Me levanté temprano y tomamos un rápido desayuno. Desconocía la ubicación del aeropuerto y eso me preocupaba un poco. Sin embargo, los dueños de casa conocían las distancias e íbamos con buen tiempo. Estaba un poco preocupado, pues en mi viaje de venida había tenido que pagar 60 euros, casi 240 soles. Felizmente no pasó lo mismo en el vuelo de retorno, ni tampoco hubo necesidad de que mi equipaje de mano sea enviado a equipaje. Ya en el bonito aeropuerto de esta ciudad, tuvimos tiempo para despedirnos tranquilamente. Isabelle es una mujer con mucho temple; pese a su salud, ella ha encontrado una fuerte razón de vivir en sus proyectos que desarrolla en el Perú, específicamente en El Porvenir, Trujillo. Ella tuvo esa idea en la cabeza desde una primera vez que vino por nuestra ciudad: el poder crear una conexión de su grupo de amigos comprometidos con la ayuda social en diversas partes del mundo. Ella, como habla español, identificó esta oportunidad de crear un centro para niños en una zona deprimida. Pero eso no queda ahí, su persistencia y visión de las cosas le han permitido ir creciendo en su proyecto y en Francia es una activa organizadora de actividades para venta de objetos donados y cenas que venden no solo a sus amigos, sino a la ciudadanía. Por eso, ella había logrado este apoyo de los chicos del Liceo de Rodez al darle un fondo significativo para su proyecto. Ojalá tuviera el mismo apoyo en nuestra ciudad; muchas personas creen que hay una obligación para pobladores en riesgo y se genera un círculo vicioso llamado asistencialismo que no beneficia a ninguna de las partes: el asistido ve como un derecho adquirido y exige a su asistente que lo mantenga en todo; y el asistente, de pronto, cae en ese sentimiento de culpa que lo obliga a tener que darle dinero, ropa o alimentos, coactando las capacidades a desarrollar de una persona para poder resolver sus problemas y hacerse autónomo. Es un vicio peligroso que se ha extendido en muchas ONG e instituciones benéficas. Fuera del hecho de que varios de los organizadores de dichas instituciones han visto una forma de lucro con esos sentimientos. Conversamos por un buen tiempo, pero ya era momento para ellas a retornar, pues Isabelle todavía debía de retornar a Rodez. Nos dimos grandes abrazos y besos, y me despedí de ambas, de Dominique e Isabelle. Ella me dijo que iba a Perú en mayo…y cumplió.

El vuelo era corto, se hacía un poco más largo pues era un avión más pequeño con capacidad para solo 120 pasajeros y con una cabina bastante estrecha; para las personas altas es bastante complicado, peor una persona gorda y alta. Felizmente llegamos a Barajas sin ningún problema. Este aeropuerto ya me era familiar, era la tercera vez que tocaba este aeropuerto en menos de un mes. Todas las gestiones las hice rápido, pues me esperaba Carmen Ortega. Saliendo me encuentro con ella, nos dimos un extenso abrazo, pues era la primera vez que iba a ver España con su ayuda, su explicación, sus ojos. Nos dirigimos a su camioneta para irnos no directamente a Palencia, su hogar, sino a ¡El Escorial! Gran regalo. Tomamos la salida de Madrid para irnos en dirección a este impresionante monumento. Pero antes de ir tienes que haber conocido a su gestor: Felipe II. En la historia que leí de esta construcción, Felipe II la ideó como un recuerdo de la batalla de San Quintín en la cual los españoles, aliados de ingleses y flamencos, vencieron a los franceses, el 10 de agosto de 1557. Lo interesante es que este rey quiso recordar ese triunfo recordando al santo de dicha fecha, San Lorenzo, quien fue ejecutado sobre una parrilla. Por tal motivo, la construcción está ideada de esa forma. Pero hay que hacer un poco de historia sobre Felipe II, quien en su juventud fue un hombre simpático y con alto sentido de gobernar. Lo irónico de la vida es que este se casó en segundas nupcias con su prima María Tudor, mayor que él, matrimonio de conveniencia. La idea era conseguir el apoyo de Inglaterra en su lucha contra Francia. El matrimonio fue un desastre; pero era conveniente. Lo interesante es que Felipe logró que la hermanastra de su esposa, la que sería Isabel I, sea salvada de los celos y las locuras de su esposa. Quién iba a imaginar que Isabel iba a convertirse en su más fiera rival. María Tudor estaba muy enamorada de Felipe, pese a que este ya había perdido toda esperanza de un heredero. Cuentan que la última vez que partió este, María lloraba tan desconsoladamente que inspiró muchos cantos lastimeros en la música popular y que quizá haya sido la inspiración de la más triste aria de la ópera Dido y Eneas de Purcell. Por otro lado, la batalla de San Quintín fue el corolario de un asedio violento sobre la ciudad y una matanza sistemática entre franceses y españoles tal que pasó al lenguaje popular con el dicho: “se va a armar las de San Quintín”. A mi padre le pusieron ese nombre mis abuelos, pues él nació el 30 de octubre: Gerardo Quintín. Aquí algunos datos curiosos de esa batalla (https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-se-recuerda-a-san-quintin-conocido-por-la-frase-se-armo-la-de-san-quintin-48142). Me comentaba Carmen en el trayecto que el conducir en España se había tornado en un problema, pues había muchas acciones que podían costar una multa. Pero Carmen también sabe cómo es el tráfico en Perú. Si varios de nuestros choferes fueran a Europa, Chile u otros países de un tráfico estricto; muchos de los nuestros estarían en la cárcel por años. En el camino pasamos por la gran iglesia construida por los prisioneros de la dictadura franquista, el Valle de los Caídos. Justo por esos días se estaba viviendo en España la polémica de la exhumación y traslado de los restos del Franco a un nuevo destino. Fue todo un movimiento que removió las heridas de la Guerra Civil que aún no cierran. 


Antes de llegar al lugar, puedes distinguir las torres de tan magnífico monumento. Carmen halló un lugar donde dejar el auto. Lentamente nos dirigimos a nuestro objetivo. El Escorial es inmenso. Datos de una revista de historia: 33.327 metros cuadrados, 4 mil estancias, 2.673 ventanas, 1.250 puertas, 15 claustros, 16 patios, 15 fuentes, 89 escaleras, etc. Es inmensa y algunos sectores no tienen acceso al público. Es un lugar que encierra muchos enigmas, siempre bajo la rígida perspectiva católica de este hombre que vivió una rara austeridad. Se dice que se construyó allí para cerrar el acceso a una cueva cercaba que era la entrada y salida al infierno; pero también era la moda de construir palacios fuera de las ciudades centrales, como el caso de Versailles que se construyó al mismo tiempo de El Escorial. El arquitecto que lo empezó fue Juan Bautista de Toledo, quien había trabajado bajo las órdenes de Miguel Ángel. El rey Felipe II había decidido construir un monumento regio a su padre, Carlos I de España y V de Austria, el que inició la dinastía Habsburgo en el trono español. Felipe II amaba cierto tipo de arte como la pintura, por eso este convento-palacio es también un gran museo de varias pinturas todas de motivo religioso. Pero además acoge en su gran bella biblioteca libros prohibidos por la Inquisición. Felipe era apasionado de la alquimia, actividad mal vista en ese entonces por estar asociada a la brujería. Pero él, siendo rey, tenía su corona bien puesta. Entre los muros de este local se ve obras de El Bosco, Durero, El Greco, Roger van der Weyden, de quien vimos un cuadro suyo recién restaurado: el Calvario. Además, vimos una exposición de las obras de Juan Fernández de Navarrete, llamado el mudo (era sordomudo). Genial. Otro de los momentos estelares fue la visita a la cripta real. Me hizo recordar a las visitas que hice a la catedral de Berlín, en la que vi la familia Hohenzollern, siendo su último representante el Kaiser Guillermo II, quien renunció a la corona germana y Alemania pasó a ser un estado; o la iglesia de Roskilde en Dinamarca donde los reyes y reinas daneses se encuentran enterrados. Allí hay dos lugares especiales: uno para enterrar los cuerpos de niños que aún no han recibido los sacramentos importantes como bautizo o comunión; y otro llamado pudridero real, para tener los restos de reyes y reinas por 25 años para quedar solo con restos y colocarlos en pequeñas cajas de un poco más de un metro. Aquí más datos (https://sites.google.com/site/obrasdestacadas/el-escorial). La visita fue todo un placer y, debido a la larga marcha, nos fuimos a almorzar comida típica de la zona. El restaurante de Carmen estaba totalmente lleno, escogimos otro: la Jarana, nombre sugerente. Nuestras conversaciones fueron largas, recordando diversos momentos entre nosotros y nuestra amiga Orietta, los planes de ella y mi nueva vida. Nos tomamos unas últimas fotos ya en camino de retorno en la puerta de salida de la gran iglesia. 








Poco después, nos fuimos a Palencia, a la cual llegamos tras dos horas de viaje. En la ruta cruzamos lugares y ciudades que recordaba por mis estudios escolares o universitario: Medina del Campo, Tordesillas, Valladolid. Este viaje a España iba a ser otro buceo de la historia. Por la noche nos fuimos a cenar al restaurante La traserilla, buena opción. Así cerré mi primer día en España. Al día siguiente, iríamos a Cuéllar y Segovia.





sábado, 17 de enero de 2015

RELIGIOSIDAD CHICLAYANA

Sábado 26 y domingo 27 de diciembre. Viaje relámpago a Chiclayo. Me había propuesto conocer una pequeña iglesia que me había sido esquiva en cada visita: la simpática capilla La Verónica. Había leído que las zonas más antiguas desde el punto de vista histórico social acogen muchos recintos o espacios sacralizados. He ahí las huacas, construcciones que abundan en esta Región. Recuerdo en mi niñez cuando íbamos a visitar a unos parientes en Lambayeque ciudad desde Chiclayo, ciudad en la que pasábamos largos meses de vacaciones (dos meses). En el corto trayecto (en ese entonces, los años 60 me parecía interminable) recuerdo haber visto muchas huacas y grandes dunas cubiertas con vegetación, en algunos casos. Ahora con la autopista y la construcción, más la previa ampliación de la frontera agrícola, todo eso ha desaparecido y no creo que se haya hecho un inventario de todo ese patrimonio prehispánico (mejor, para así no sentir más pena por todo el daño que le hemos hecho y hacemos a nuestro pasado). Y generalmente, en el proceso de evangelización y cristianización, muchos religiosos ubicaban los nuevos edificios cristianos sobre los lugares religiosos, sean huacas o apachetas. La cantidad de capillas que hay en Lambayeque es inaudita. Y debo volver a lugares como Mórrope o la pequeña capilla que se halla cerca de Túcume. O santuarios como Motupe. Las iglesias como la de Lambayeque o Ferreñafe merecen una buena visita. Pero La Verónica sí bien valió “una misa”.


Esta pequeña capilla queda en pleno centro de Chiclayo. Felizmente no ha sido demolida como le pasó al  bello convento franciscano, cuyos restos (arcos) aún se pueden contemplar en la plaza de armas (según comentan, hay un proyecto de restauración, pero espero no sea un Ripley o algo así). Sus orígenes se pierden en el tiempo. Buscando más información al respecto, todo indica que no existe un “acta” formal de su fundación. Y parece que era una capilla en terreno de indios dedicada al culto mortuorio. Este terreno fue cedido a un hombre rico, José Leonardo Chiclayo, apodado El calvo, quien edificó la capilla inicial y la restauró varias veces.
Todo indica que en el terreno cedido se halló un entierro (en realidad, en nuestro país, dónde no los hay). El edificio que se visita ahora data del siglo XIX. Hay un banner cerca de la entrada que da esa información (creo que lo deberían colocar exteriormente para que la gente se informe más); la decoración es bastante sencilla. Cuenta con un altar que presenta un retablo de yeso pintado en dorado y las hornacinas en las que se hallan los santos son totalmente polícromas. Además tiene altares laterales pequeños para destacar a una divinidad. Lo interesante es el techo, formado por vigas de algarrobo, tradicional forma de construcción de la zona. El edificio ha sido declarado monumento nacional. Y espero que respeten su condición como tal. Recientemente hemos tenido la liberalización de muchas zonas arqueológicas y arquitectónicas que han permitido a personas inescrupulosas intervenir o demoler diversos lugares (Lima tiene varios casos) para activar la economía. En realidad, Chiclayo debe trabajar sostenidamente en el concepto de turismo para mejorar su ciudad, hacerla más ordenada, arreglar el caótico tráfico que tiene. Ha habido buenos intentos de restauración y orden, pero se limita a un solo espacio y no interviene lo demás. Y se pierde en barullo, la estridencia.
Decidimos, César y yo, ir a ver la imponente basílica de San Antonio, iglesia más nueva del siglo XX, pero estaba cerrada. Sin embargo optamos por visitar el viejo hospital Las Mercedes. Es una construcción de casi 160 años y hace recordar al hospital Loayza en Lima y el Goyeneche en Arequipa por presentar la misma arquitectura, aunque ambas construcciones ya corresponden al siglo XX. He tratado de buscar la fecha de construcción para ubicar en la historia las personas involucradas. Se sabe que fue un proyecto de necesidad pública dado por una  ley en 1851 en la época de Rufino Echenique, antepasado de nuestro famoso escrito Alfredo Bryce. La capilla ha sido modificada y se le ha agregado un piso más el cual es usado como depósito.

De aquí nos dirigimos a la catedral, edificio construido bajo un diseño de uno de los arquitectos-ingenieros de moda en el boom de la construcción del siglo XIX: Gustavo Eiffel. La iglesia solo se concluyó en el siglo XX. No sé qué hubiera pasado si la antigua iglesia matriz se hubiera preservado.

Para cerrar este corto viaje, nos fuimos a ver uno de los lugares más interesantes del Perú, incluido en muchas guías viajeras del exterior: el mercado Modelo. Otros lo llaman el mercado de los brujos. Es un lugar fascinante. Insólitamente es ordenado y limpio, puedes recorrer las galerías y los puestos buscando pócimas de amor, amarres, cura del mal del ojo, etc. Todo un bagaje cultural alucinante y con las explicaciones más simpáticas para diversas curas. Es una visita obligada. Ya apurados porque nos íbamos a encontrar con una buena amiga para almorzar (Chiclayo tiene una de las mejores gastronomías del Perú), recogimos nuestras cosas del hotel para ir a un buen restaurante. Mórrope y Zaña me esperan.




jueves, 9 de enero de 2014

CONQUES, CRÓNICA DE UN BREVE PEREGRINAJE

Julio 2013. Luego de tres intensos días calurosos en París para festejar los 130 años de la Alianza Francesa, partí hacia el sur francés por tren. Con Isabelle habíamos estado coordinando mi visita al sur, un curso que se llevaría a cabo en la pequeña ciudad de Jaca (bella) y una posterior visita a Zaragoza en Aragón, España. Viajar en tren es una verdadera delicia en verano, ya que ves la bella campiña francesa, totalmente soleada y verde como lo puede estar un verano europeo. Lastimosamente, el viaje estuvo rodeado de algunos tristes incidentes que rodearon todo mi viaje por tierra por Francia y España.  La ruta que había tomado París-Brive La Gaillard- Rodez; en el primer tramo se cruzaba una estación en la cual hubo un lamentable descarrilamiento: Brétigny-sur-Orge. Hubo siete muertes y la vía fue cerrada hasta nuevo aviso. El accidente había sido el 13 de julio y yo salía hacia el sur el 18. Fui, un día antes, a la estación de Austerlitz a ver qué pasaba. Ya en ventanilla, la señora que me atendió muy amablemente me dijo que podía viajar sin problemas y, es más, me pidió las reseñas y procedió a imprimir tanto el boleto como el de retorno a París. Ya con el alma al cuerpo, avisé a Isabelle de tan buena noticia e hice mi viaje normal por la calurosa campiña gala. Llegué a Rodez sin contratiempos y fui recibido por Isabelle. Estaba otra vez en el Midi-Pyrénées, zona rica en historia y culinaria, zona de cátaros y templarios, zona de bellos parajes naturales y de entrañables amigos. Una cena generosamente rociada de vino, acompañada de fragantes y deliciosos quesos, marcó mi breve permanencia en esta ciudad. Ya el 19 hice una ruta que ya había visitado en 2010.



























Aquella vez habíamos hecho una extensa visita por zonas ricas de historia y una de estas fue a este tesoro histórico: Conques. Isabelle había hablado con una amiga suya, profesora de historia, quien gustosa nos llevó a visitar el lugar. Tomó un atajo para ir directamente al lugar. Por los pequeños senderos que existen por siglos, fuimos con su auto y llegamos a nuestro objetivo temprano. Había estado en Conques hacía tres años en el invierno del 2010. Pero ahora con este esplendoroso sol, caminábamos por las estrechas calles de esta pequeña ciudad (¿villa?) que vive en verano y “descansa” en invierno. Aquel enero del 2010 llegamos cerca del mediodía, razón por la cual no logramos visitar uno de los lugares más interesantes, el famoso Trésor (Tesoro). Dejamos el auto aparcado en una zona llamada la Salasse e hicimos una breve caminata. La pequeña ciudad ahora estaba llena de vida, los lugares de recuerdos abiertos, los restaurantes rebosantes, mientras veías las torres de abadía de Sainte-Foy brillar esperando nuestra visita. Nos dirigimos hacia el tímpano de la entrada principal para ver su trabajo tallado impresionante. La descripción medieval del cielo y el infierno, con 134 personajes que ascienden a la gloria o que son devorados por seres monstruosos que los capturan con sus fauces. Por ahí, una pareja de lujuriosos, un avaro, la gula en todo su esplendor (¡cómo no pecar de gula en una zona tan rica en platillos, quesos y embutidos! En fin). Pero gracias a nuestra guía docente, vimos un detalle pícaro en pleno tímpano: un rostro que emerge juguetonamente entre tanta tragedia en la zona del infierno. Suponen, ya esta es una iglesia que fue construida y financiada por los campesinos de la zona, que era una forma de burlarse de los curas que los cobraban impuestos, predicaban la pobreza y vivían en la riqueza. Pero el miedo al más allá es evidente por lo mostrado en ese bello trabajo. Llenos de detalles, ingresamos  a la iglesia. En realidad, en su interior ya puedes sentir la frescura, luego de un galopante calor que ya bordeaba los 34 grados. Ahora, con el sol esplendoroso, puedes apreciar el trabajo realizado por el artista Pierre Soulages, quien procedió a restaurar las vidrieras (vitraux) de la iglesia, tratando de mantener esa atmósfera que sobrecogía a los peregrinos que iban en ruta hacia Santiago de Compostela. Conques es parte de la ruta llamada Vía Podensis, que parte desde Le Puy, antes llega a Espalion y recalas en Conques. Parece ser que el mismo nombre de Conques viene de concha (o venera) con la que los peregrinos viajaban llevada colgada en la cabeza y que la utilizaban 
tanto para recoger agua, como cubierto para las comidas. Recalaron diversos peregrinos, entre ricos y pobres, quienes dejaron ofrendas al lugar. Muchas valiosas que visitaríamos luego en su museo. El interior de la iglesia presenta una galería de columna que marca la división entre la nave central y las alas laterales.  Es una bella muestra de arte románico y está hecha totalmente en piedra y en la edificación colaboró todo el pueblo. Algunos murales de la antigua iglesia del siglo XII se mantienen, aunque tenues. El tiempo no pasa en vano. Luego de caminar bajo sus altos frescos techos y con la tenue iluminación del lugar, salimos con rumbo al museo donde se halla el Trésor y muchas cosas más. La primera vez (2010) llegamos tarde, pero esta vez paseamos el lugar a nuestras anchas. No te permiten fotos, pena. Pero el lugar reúne piezas de diversos periodos históricos de Francia, arte merovingio, carolingio, datos que me hacían recordar mis clases de historia del colegio; nombres como Carlomagno o Pepino, el Breve, aparecen entre los donantes de los tesoros. Presenta diversas vitrinas que contienen tesoros dejado por reyes peregrinos y enviado por papas para enaltecer este lugar de peregrinaje. El papado le confería ese valor y, al título, lo acompañaba con una ofrenda, como un relicario del papa Pascual II del 1100. Pero
hay una impresionante reliquia, la majestad de Santa Fe (Saint Foy), a quien se dedica el claustro, convento y todo el lugar. La estatuilla en oro y piedras preciosas ha tenido una evolución del siglo V en adelante, concluida en el siglo XVI, cuando le agregaron los brazos y las manos. Hay cuatro vitrinas en las que se muestran las piezas de acuerdo al tiempo en que llegaron a la abadía. Uno de los detalles que hacen bello el conjunto es que en torno a la iglesia, el claustro y la bella capilla del Rosario del siglo XV, se fue construyendo una bella villa medieval. Esta fue declarada entre las más bellas de Francia, un concepto que ha permitido mantener el lugar sin modificarlo en su esencia. Uno recorre sus estrechas calles y retorna al medioevo. Ahora, en el cálido invierno, la estrechez de las mismas permitía canalizar corrientes de aire fresco, aunque en invierno no es tan benévolo. El concepto de “Les plus beaux villages de France” es un concepto que podría utilizarse en la restauración y preservación de tan bellos pueblitos de la sierra y costa peruanas que son destruidos con cemento y concreto bajo equivocado criterio de modernidad. La visita fue todo un placer para seguir hallando las raíces de la vieja Francia.
La belleza de la Abadía