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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 19 de noviembre de 2017

GOLPES BAJOS (ARTÍCULO DIARIO CORREO DOMINGO 19 DE NOVIEMBRE TRUJILLO)

Las retinas y oídos de millones peruanos han sido saturados con la clasificación de un equipo peruano para un Mundial, luego de años de espera, 36 en total. Será la noticia que llenará diarios, radios, televisión, las redes sociales. Los periodistas y los aficionados se dedicarán a transformar en boom cualquier cosa que haga los jugadores. Serán la portada, la contraportada, la temática de publicidad, un largo etcétera que, espero personalmente, no sea tan duradero. La visita mediática del Papa será teñida por atisbos peloteros y no sería nada raro que le pidan hasta el hartazgo que coma cebiche y se ponga el polo de la selección. En fin, es cuestión de subirse al carro en medio del atosigamiento informativo que se nos viene.
La fiebre pelotera ha sepultado varias noticias nada gratas para la cultura peruana, la cual como siempre ha recibido poca cobertura mediática, salvo que haya un pelotero de por medio. Uno de ellos sucedió el domingo pasado en Lambayeque: el centro arqueológico Ventarrón fue destruido por un incendio de origen aún desconocido, el cual ha calcinado en pocos minutos investigación de décadas y borrado literalmente vestigios de más de cuatro mil quinientos años. Lo que no pudo la naturaleza, lo pudo (parece ser) la mano del hombre. Una zona arqueológica que se oferta en el interesante paquete turístico de esa Región no contaba con medios para poder proteger el complejo arqueológico. Lambayeque, Región con una oferta museística por demás interesante, no es capaz de proteger adecuadamente a su “gallina de huevos de oro”. También es una muestra de la situación en la que se halla el patrimonio arqueológico, arquitectónico y ecológico de nuestro país. Imagino lo que podría ser un incendio en el Bosque del Cañoncillo, o el Bosque Seco de Amotape compartido por Piura y Tumbes. Las amenazantes lluvias de un posible Niño pueden significar la estocada final para varias casas antiguas de adobe de nuestras ciudades (nuestro Centro Histórico sin ir muy lejos). Pero centros arqueológicos del pasado Moche o Chimú también se ven amenazados. Quizá algunas estrategias para atraer la atención de la población y autoridades en general, indiferentes a su patrimonio, deban considerarse la presencia de algunos de estos futbolistas para tocar la “”fibra de peruanidad” que ha rezumado a borbotones en estos días. Así como se han gastado miles de soles en polos, fuegos artificiales, televisores y licor, puedan destinarse algunos para ayudar este alicaído rubro; como imaginar que Paolo Guerrero hable sobre Mocollope o Ventarrón para generar un terremoto de medios. Creo y eso espero. 
En un pueblo tan triste como el nuestro, así descrito por AGP, estos logros deportivos sirven como una suerte de placebo frente a tanta desgracia, corrupción, inoperancia e indiferencia, los móviles que han sido los principales causantes de los últimos eventos aquí comentados. Pero podemos voltear la torta, ¿no?

jueves, 24 de diciembre de 2015

CRÓNICAS DE LAMBAYEQUE 2


Luego de Mórrope, nos dirigimos hacia Ventarrón. La primera vez, en el 2008, recuerdo que el espacio investigado era pequeño. En ese entonces también fui a la huaca Cullup. Ahora Ventarrón dispone de mejores instalaciones, hay señalética y ha crecido el espacio investigado. Ya se acerca a las pequeñas colinas de alrededores. Para hacer una buena visita, un medio día sería ideal. Lo de Ventarrón sí es interesante y, de prosperar, la historia arqueológica peruana tendrá que cambiar nuevamente. Desde el hallazgo de la tumba del Señor de Sipán hasta Caral, nuestra historia prehispánica ha estado dando tumbos positivos. La presencia de murales de más de 4 mil quinientos años en Ventarrón obliga a plantearse nuevas hipótesis. Además, desde la Dama de Cao, la presencia de la mujer en el mundo del poder ha cambiado igualmente; y parece que este lugar también demostró esa tendencia (http://larepublica.pe/07-06-2014/ventarron-el-peso-de-la-mujer-en-el-antiguo-peru). De prosperar el proyecto, el cual ha cambiado la vida de todos los pobladores de la zona, pronto estarán construyendo otro museo de sitio más, fuera de los cinco grandes que existen en la actualidad: Túcume, Tumbas Reales, Sicán, Brüning y Huaca Rajada. Hay en Huaca Chotuna, pero está esperando aprobación para tener un museo más digno para el sitio arqueológico que tiene. Nuestra guía en Ventarrón fue una joven del lugar, con buena información.  En el poblado vimos a varios estudiantes de turismo haciendo limpieza de la plaza principal.






Luego nos dirigimos a Huaca Rajada, el verdadero hogar del Señor de Sipán; bueno, uno de los tantos. En esta huaca-cementerio vemos las otras tumbas en réplicas para hacernos una idea de cómo fueron enterrados. El guía del monumento estuvo un poco exaltado con sus observaciones, menospreciando otras culturas tan o más viejas que Sipán. En este campo, del guía turístico, se necesita gente que sea más preparada, menos chauvinista y más lógica en su exposición. Decir que la era del bronce empezó en Sipán es una exageración y una falta de respeto a otros visitantes. Recuerdo cuando en 1988 hubo el revuelo del descubrimiento. También todos los problemas que se generaron con la población. Incluso hubo un huaquero asesinado. Hay muchas piezas saqueadas que circulan por el mundo impunemente, rematadas en galerías de arte o expuestas en museos a los que llegaron de manera muy oscura. Algunos gobiernos han cumplido con el gesto de devolver algunas piezas, pero faltan muchas. El robo y comercio de piezas arqueológicas o de arte es, después del narcotráfico, el movimiento de dinero ilícito más desarrollado y poderoso. Incluso hay pedidos a catálogo el patrimonio arqueológico y artístico de nuestro país es bastante codiciado. Pinturas, huacos, textiles, esculturas religiosas, estatuas mortuorias, libros incunables; todos han sido objeto de saqueos a iglesias, cementerios, huacas, casas antiguas o museos. Y las leyes son benévolas o no pueden alcanzar a gente poderosa que acuña dinero gracias a este oscuro negocio que hasta asesinatos o líos diplomáticos han causado. Se habla de una tumba anterior un poco antes hallada del joven Señor de Sipán, la cual fue saqueada y algunas piezas han sido encontradas. Se comenta que el tesoro hallado era más impresionante que las tumbas posteriormente descubiertas. Hay todo un velo de misterio que ha generado un fuerte rencor en la población. Si el río suena..






Nuestro último destino fue Zaña o Saña, la ciudad española derruida por un fenómeno del niño de 1720. Esta ciudad fue poderosa y rica. Acogió a muchas familias ricas que huían de Trujillo, luego del devastador terremoto de 1616. Ligada a la agricultura, tuvo una gran población negra por la esclavitud. Y fueron ellos los que se quedaron luego del abandono “oficial” de esta ciudad “maldita”. Esta ciudad acogió muchas iglesias y conventos, los cuales quedaron totalmente arruinados por el desborde del río del mismo nombre. De algunas queda la fachada como La Merced. De otras, la estructura como la Iglesia Matriz; de San Francisco quedan arcos; pero la que tiene mejores restos es el convento de San Agustín, una verdadera joya. Al llegar una señora nos declamó una décima sobre Zaña. Ahora hay una preocupación por preservar el monumento y trabajar por la identidad negra de la ciudad. Visitamos las instalaciones, ya hay más protección a los restos y ahora han recuperado algunos espacios que no había visto en mis anteriores. El claustro es siempre un lugar digno de ver y reflexionar. Luego de esta visita (la primera vez fue en 1984), nos dirigimos al Museo Afroperuano. Abierto en 2005, tiene una valiosa colección de la presencia negra en el Perú y en el mundo (http://www.lambayeque.info/pueblos/el-museo-afroperuano-de-zana/). Casi tuvimos la oportunidad de conversar con Luis Rocca Torres, autor de varios libros sobre la negritud peruana. En verdad, la herencia negra en nuestro país no sido profundamente estudiada y ha sido una minoría despreciada y maltratada. Por parte de mis raíces maternas descendemos de negros, pero no sabemos cuál es la herencia real. Fueron traídos desde diversos lugares de África para trabajar en las plantaciones de caña de azúcar y suplantar a la mano indígena que fue bastante diezmada por las epidemias que trajeron los conquistadores. En las salas y la exposición de carretas uno puede ver cómo vivieron y cómo fueron tratados la mayoría (hay un libro interesante de José Ramón Jouve sobre el trato que se hacía con ciertos esclavos que se volvieron letrados y trabajaron en diversos oficios: Esclavos de la ciudad letrada del IEP-2005). Pero la suerte no sonreía mucho a los demás. Fue en los 70, bajo el gobierno de Velasco que comenzaron a hacerse las investigaciones históricas y sociales de esta antigua emigración.  (https://www.facebook.com/jesusgerardo.caillomanavarrete/media_set?set=a.1229411173755568.1073742051.100000600914417&type=3). Por esa época surgen personas como los hermanos Santa Cruz y grupos como Perú Negro, que comenzaron a abrir un espacio para esta minoría, de gran presencia cultural en nuestra nación: gastronomía, ritmos musicales, cantos, tradiciones religiosas y presencia en el deporte de masas como el fútbol o vóley. Pero falta mucho. Tan solo hay que oír a Victoria Santa Cruz y su poema “Me gritaron negra” para entenderlo todo (https://www.youtube.com/watch?v=lN5M0jehU7s). 









Un viaje a la historia como siempre debe ser un viaje. 

viernes, 31 de julio de 2009

EL NORTE TIENE LO SUYO


Luego de una espléndida visita a Chacha recalamos en Chiclayo, donde nos quedamos un día y medio antes de retornar a Trujillo. Animados por nuestro gran viaje a la arqueología de la zona amazonense, hicimos la respectiva visita a la arqueología chiclayana. Como decía el guía nuestro Julio César, en el Perú ya no se habla antes o después de los incas; sino antes y después del Señor de Sipán. Es cierto. Quienes fuimos al colegio en los 60 y 70, la historia giraba en torno a lo inca; pero en los últimos años, los descubrimientos arqueológicos en nuestro país han puesto de cabeza toda la historia oficial de muchas décadas y tenemos toda una nueva visión. La idea de cultura pacífica y no sangrienta terminó con los descubrimientos de las huacas norteñas y, cual cerecita, el descubrimiento de la momia Juanita, sacrificada al volcán Sabancaya.



El imaginario inca predominó en nuestra construcción de identidad, gracias también a la visión idílica del Inca Garcilaso de la Vega y corroborada con libros que los idealizaron como el de Charles Baudin. Pero los incas fueron guerreros expansionistas nos lo muestra las etapas de extensión del Tawantinsuyo, con los estudios de Wachtel, Murra, Rostworowski, Spalding y los recientes descubrimientos hechos en los sitios arqueológicos que les tocó la buena o mala suerte de toparse con los incas en el camino de su expansión. El libro de Peter Lerche me gustó mucho y el reciente viaje a Chachapoyas me ha permitido entender más el encuentro o choque de estas dos culturas. Chimúes y tallanes también se vieron aplastados por el avance de este pueblo.
Así pues, el apoyo velado o abierto de muchos de estos habitantes a los españoles era considerado como un acto de traición, puesto que lo veíamos desde el concepto de territorio actual. Errada visión. Cuando estuve en Colombia, además, una arqueóloga al ver un polo mío con un detalle chimú, me preguntó de dónde era, le dije que era peruano; recibí como reflexión una de las observaciones más espectaculares que haya oído sobre lo peruano: "imaginar que ustedes estuvieron por aquí también". No sé si lo haya tomado como una observación de orgullo o de aseveración, ya que los incas estaban al borde de la guerra con los chibchas, la cultura colombiana de entonces. Los incas eran expansionistas y mucha gente los ve así.
Hago este preámbulo para entender el porqué de este sentimiento de identidad regional que ha brotado en algunas partes de nuestro país. Hasta nosotros llegó la herencia moche a través de diversos pueblos, siendo el principal heredero el chimú.


Los moche estuvieron por todo el norte del país y tuvieron magníficas obras en Moche actual, el Brujo, Sipán hasta Túcume. Entre estos espacios hay cientos, miles de lugares en los que hay mucho por ver, excavar y estudiar.
Chiclayo: 29 de julio. A la una de la tarde nos embarcamos en un viaje hacia lugares más remotos: Cullup y Ventarrón, zonas arqueológicas cercanas a Pomalca. La primera es una huaca en total descuido, pero me han dicho de Ignacio Alva ya está haciendo gestiones para su recuperación. Luego fuimos a Ventarrón. El lugar me hizo evocar a Narihualá, pero Ventarrón tiene mayor atención y se ve ahora un trabajo con la comunidad. Aquí también han trasladado el minizoo que tenía David Novoa en Trujillo; espero que aquí tenga una mejor atención por parte de la población.



Ventarrón es...¡PRECERÁMICO! Una locura histórica, este lugar lo hace tan viejo como Caral; el trabajo es en adobe y con murales. Este viene a ser el lugar más antiguo identificado en la zona que corresponde al dpto. de Lambayeque. El dibujo representa a un venado cazado, además algunos muros están pintados, va a ser muy interesante que se haga un estudio muy detallado de la zona para ver la antigüedad de todo lo hallado. Ya de por sí es emocionante ver que en un par de años tendremos que replantear nuestros textos de historia. El lugar ya va tomando forma, ya que la huaca había sido cubierta y se empleaba como basural, como se ha tratado a la historia en nuestro país.


El viaje de este día concluyó con una visita a Huaca Rajada, a la cual había ido tres veces; pero ahora se ha construido un excelente museo de sitio con los últimos descubrimientos hechos; desde el descubrimiento del Señor de Sipán, este lugar no ha dejado de ofrecer maravillas a la arqueología, historia y turismo de nuestro país. La zona de la necrópolis en este complejo tiene todavía muchas maravillas por ofrecer. El descubrimiento que se halla en el museo quizá sea el primer personaje que tenga nombre propio. Si todo se organiza con un criterio lógico estamos en una necrópolis en la que se halla toda una genealogía dinástica. La historia ya tendría nombres propios y que podrían partir desde la Huaca Chotuna (tendré que ir de todas maneras), construcción hecha por ¡Naylamp! Pero son hipótesis.


El museo es un dechado de tecnología al servicio de la educación en arqueología y turismo. Entras con la iguana o lagartija a visitar esta tumba abierta para los hombres del siglo XXI. Y ves la belleza y la cosmogonía de un hombre mucho más antiguo que el Señor de Sipán. Además vas entendiendo más el mundo dual de esta cultura: sol y luna, oro y plata, hombre y mujer. Además es una cultura en la que la mujer tenía un poder increíble, tanto como la cultura tallán, en la que la mujer era la regente de todo: la famosa capullana. La subida a la Huaca Rajada fue el corolario de este interesante viaje a las profundidades del tiempo, en la que los muertos nos cuentan lo que hicieron para perpetuarse en la vida. La grandeza del paisaje costeño me hizo recordar lo que había visto un día antes en Chacha: la inmensidad de estos espacios que ocupamos y que queremos conocer.
El museo está dando un buen trabajo a los pobladores, quienes se encargan de cuidar su tesoro: saben que este viejo espacio les va a dar más riquezas que si se dedicaran a otras cosas. Es un proyecto sostenible que incluye el orgullo de pertenecer a esta continuidad histórica.


Al día siguiente acompañé a Gustavo a ver Sicán: según Julio César, esta cultura, aunque contemporánea a Sipán y las otras, fue un poco postergada o negada, quizá rivalidad u otras causas, vaya uno a saber.
Sicán es siempre una maravilla ver todo lo que pasó en esa huaca que queda en los bosques secos de Pómac. Las dos tumbas halladas son tan diferentes a todo lo visto en las otras manifestaciones funerarias de las otras zonas de este fértil valle. El entierro invertido de la tumba este es un misterio. La vida humana sí que era en cierta forma terrible para esta gente; muchas mujeres fueron empleadas como sacrificio para ciertas construcciones (me hizo recordar un cuento de Margarita Yourcenar en sus Cuentos Orientales). El entierro oeste es mucho más terrible, unas 23 mujeres fueron sacrificadas para acompañar al personaje que fue enterrado en esta tumba. Según los estudios hechos tenían una vinculación consanguínea, pero no directa; quizá hayan sido abuelo-nieto. Las mujeres sacrificadas también representaban consanguineidad (hasta 4 familias). Estas tumbas son todo un misterio que se encuentran en estas huacas que presentan un magnífico paisaje rodeadas de algarrobos.
Indudablemente que el norte tiene lo suyo.