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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 2 de abril de 2017

EL PELIGRO DE PROTESTAR (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 02 DE ABRIL)

La protesta es tan antigua como la humanidad, es una manifestación de nuestra disconformidad o incomodidad frente a determinada situación. Según la RAE, es “expresar, generalmente con vehemencia, su queja o disconformidad”. Además, es “expresar la oposición a alguien o a algo”. A lo largo de la historia, la humanidad ha tenido diversos momentos de protestas sociales que han permitido avances en la condición humana. Recordemos: cada primer día de mayo, muchas personas conmemoran un triste sofocamiento contra grupos de obreros en Chicago por las condiciones laborales; tras varios días de violentos desenlaces que causó la muerte de varios obreros y policías, los trabajadores obtuvieron paulatinamente las 8 horas laborales (derecho que se está perdiendo en nuestros países por las formas peculiares del libre mercado). El movimiento femenino recuerda cada ocho de marzo la masacre de casi un centenar de mujeres obreras en huelga por pedir mejores condiciones de trabajo. Ambos hechos luctuosos nos permitieron acceder a logros que, en cierta forma, ahora gozamos.
La parte protestada no ve con buenos ojos estas acciones. Trata de minimizar las razones de la protesta, así como desacreditar a las personas que la incitan. Nuestro país vivió durante el fujimorato una campaña de demolición contra todos aquellos que iban cuestionando la corrupción y la pérdida de derechos (trabajo, comunicación, educación) que se fomentaba abiertamente durante la década de uno de los regímenes más corrupto del planeta. Frases peyorativas, falsos testimonios, historias sembradas, fueron algunos de los sucios recursos que se emplearon contra abogados, sindicalistas, estudiantes, periodistas que buscaban desnudar la escandalosa corrupción de la época. Y así cayó la dictadura. Sin embargo, fuertes secuelas de aquella época quedan en el imaginario social. Una persona que protesta es un agitador, un desadaptado, un rojo. Esos son los calificativos incluso otorgados por los medios. Lo tratan de deslegitimar ante la sociedad. El hecho de protestar por un derecho perdido hace que incluso una persona mediática califique esta acción de “acto terrorista”. Aún la palabra “sindicato” suena mal, incluso, a los oídos de las mismas personas que ven cómo cada día van perdiendo sus derechos laborales y sus condiciones de vida.
La sociedad, no obstante, ha ido desarrollando un compromiso sistemático para velar por sus intereses. Ayuda a ello que los medios virtuales permiten una rápida difusión de hechos censurables que conmueven a la opinión pública. Desorganización, explotación, falsas promesas, descoordinación, corrupción, uso ilegal de recursos públicos, hechos que ahora son más expuestos que antes, son manifestaciones que provocan la legítima reacción de varios ciudadanos al ver la malversación e incapacidad de personajes públicos que fueron elegidos para velar por nuestro bienestar. A golpes estamos aprendiendo. Esperemos que no sea en vano.

sábado, 28 de noviembre de 2009

PARA REFLEXIÓN: LA SEGURIDAD INTERNA Y LOS INTERESES

Luego de un buen silencio, abrumado por el trabajo y las sandeces que te rodean, además el hecho de que muchas personas han callado en todos los idiomas esta situación, este texto de Humberto Campodónico nos debe inivtar a la reflexión  sobre una posición clara en este mundo del mercado, pero ¿escucharán las autoridades al respecto? Sigo en mi silencio escéptico.


El capital sí tiene patria


Por: Humberto Campodónico

Son dos los problemas centrales del Art. 63 de la Constitución de 1993 que dice: “La inversión nacional y la extranjera se sujetan a las mismas condiciones”. El primero tiene que ver con el enfoque de desarrollo, pues se plantea, de acuerdo con el modelo neoliberal, que no debe existir preeminencia del capital nacional sobre el extranjero.


Esta premisa es falsa y no es aceptada por la enorme mayoría de países en desarrollo (PED) que consideran clave el derecho soberano de otorgar tratamiento diferenciado a sus empresas. Por eso, en la Ronda Doha de la OMC ,los PED acordaron excluir de la agenda a la inversión extranjera (Cancún, 2003), pues consideraron que ello es materia de negociación entre los países (repitámoslo, de negociación) y que no era conveniente incluirla ahora.

Pero Fujimori lo incluyó en la Constitución de manera unilateral y “graciosa”, cediendo el mercado nacional a cambio de nada. Esto no figura en la Constitución de EEUU, de ningún país europeo y, tampoco, de América Latina.

Por eso, el Art. 63 se debe derogar ya para volver al pensamiento mundial mayoritario, que está en la Constitución de 1979 de Haya de la Torre: “Por causa de interés social o seguridad nacional, la ley puede reservar para el Estado actividades productivas o de servicios. Por iguales causas puede también el Estado establecer reservas de dichas actividades en favor de los peruanos” (Art. 114). Así de simple.

Lo segundo es que para el neoliberalismo no hay sectores estratégicos, donde el Estado debe cumplir un papel central, ya sea en una función reguladora o con actividad empresarial directa. Eso sucede en EEUU, donde no se permitió a Dubai Ports (de Emiratos Árabes) adquirir el puerto de Nueva York, ni que la estatal china CNOOC compre la petrolera Unocal. Hay muchos ejemplos más, como por ejemplo que todo el servicio de cabotaje doméstico tiene que ser realizado por empresas norteamericanas.

Así, cada país define “su” sector estratégico y actúa en consecuencia. Pero aquí no. El petróleo y el gas es todo extranjero (Petroperú agoniza), así como todas las minas. Lo mismo va a suceder con los puertos y aeropuertos. Pero en Chile la estatal ENAP es dueña de las dos únicas refinerías de petróleo, y la minera estatal de cobre Codelco es la primera del mundo (además le da un canon del 10% de las exportaciones a sus FFAA).

Lo negativo del “trato nacional” se eleva exponencialmente cuando los gobiernos neoliberales permiten que empresas de países vecinos controlen sectores estratégicos, como el espacio aéreo, el transporte naviero y los servicios de carga, así como la distribución nacional de combustibles (Primax es 50% de ENAP y 50% del Grupo Romero). Más grave aún: con Chile tenemos un diferendo marítimo.

Por lo expuesto, la derogatoria del Art. 63 no tiene nada que ver con el “cambio del modelo económico”. Lo único que hace es volver a igualarnos con las leyes mundiales (incluida la chilena), que se reservan el derecho de otorgar trato diferenciado a sus empresas y ejercer soberanía nacional sobre los sectores estratégicos.

La aparición del “espía peruano” debiera hacer reflexionar a toda la clase política y empresarial sobre la absoluta necesidad de devolver al Estado los roles ya señalados. Pero no. Alan García se llena la boca de adjetivos bravucones (muchos fuera de lugar), pero no mueve un dedo para derogar el Art. 63 ni para definir sectores estratégicos ni, menos, tomar medidas que permitan revertir la actual situación, como la revisión del actual TLC con Chile.

El problema de fondo es que “el capital sí tiene patria” (incluso en la globalización) y sí existen sectores estratégicos. Eso lo saben todos los políticos del mundo (incluidas la derechas nacionalistas), menos los gobiernos peruanos, que siguen abrazando el fundamentalismo neoliberal de la Constitución de 1993. Su lema es “no cambiar nada, para que nada cambie”. Mientras siga el inmovilismo, nuestros problemas se agravarán.




martes, 6 de octubre de 2009

MAESTROS LATINOAMERICANOS



Toda cinematografía (como cualquier quehacer humano) tiene una historia, no ha surgido exnihilo, de la nada. Surge de la presencia de ideas, situaciones y, sobre todo, hombres que, como pioneros, empezaron con sus propuestas a “echar la rueda” de diversas actividades humanas, entre ellas, el cine. El de Sudamérica tiene sus pioneros a largo de su accidentada historia.
En el periodo mudo, casi todas las cinematografías de las naciones de esta parte del mundo veían a varios directores, actores, guionistas, fotógrafos, entre otros, hacer obra. Nuestro país tuvo varias personas imbuidas en la factura de filmes, algunos de los cuales fueron éxitos en su momento. Los avances en los primeros años del cine silente eran notables en nuestros países, ya que la brecha tecnológica no era tan amplia como en la actualidad. La llegada del cine a nuestras ciudades fue bastante fulgurante y el cine llegó por primera vez a Lima en 1897, más exactamente el 02 de enero. Aunque las cámaras de filmación no eran lo pequeñas y prácticas como lo son en la actualidad, muchos países como México, Argentina y Brasil fueron cuna de algunas primeras creaciones notables en la filmografía. Casos como el que el primer largometraje de animación fue creado por primera vez en Argentina (El Apóstol, 1917) u otros datos interesantes y anecdóticos. Pero la gran producción siempre venía de Francia o Estados Unidos, países que hicieron del cine una arte y, sobre todo, un negocio rentable. Además, las condiciones socioeconómicas de nuestros países hicieron que el cine haya tenido por mucho tiempo una elaboración artesanal, más que una industria. Interesante es saber que esta situación de manufactura básica permitía que hubiera incluso una cinematografía regional, pero debido a su carácter de artesanal no permitió un crecimiento del mismo. Era sobre todo un sueño romántico que se fue extinguiendo hacia la aparición del sonoro.
El cine sonoro aleja la producción artesanal y demanda una suerte de “profesionalización” de la cinematografía; ante esta exigencia muchas realidades cinematográficas decaen hasta casi la extinción. Por eso, el paso al sonoro fue más lento por las exigencias técnicas. Así las personas interesadas en el cine se convirtieron en personas que se encargaban en la distribución de cine extranjero que manufactureros. Hacer cine se convirtió en un acto heroico y, pese a las propuestas de algunos gobiernos de hacer un cine nacional para masas, poca gente mantuvo un vivo interés en filmar como sí se hizo en el periodo silente. La presión económica (público consumidor) fue una de las primeras limitantes; la otra fue la censura que se fue desarrollando paulatinamente en los diversos poderes de la sociedad latinoamericana: lo político, lo religioso y los grupos de poder económico se volvieron factores de coerción en la producción cinematográfica. Inicialmente, los filmes en el periodo mudo eran filmes de entretenimiento, históricos, de aventuras y documentales, pocos de ellos tenían un carácter social. A medida que las nuevas técnicas se iban implementando, las temáticas se iban haciendo cada vez más ricas; ahí empezó los primeros choques con las diversas autoridades e intereses. Sobre todo, cuando diversas naciones comenzaron a caer en manos de militares o civiles dictadores. Así pues, los numerosos artistas que veían al arte como una forma de denuncia, se volvieron personajes muy incómodos para las dictaduras de turno. Brasil, Argentina, Chile, vieron su mundo intelectual y artístico bastante diezmado durante las dictaduras de los 60 hasta los 80. Muchos murieron en prisión, otros optaron por el exilio. La efervescencia de los 60 en el mundo generó diversas corrientes, sobre todo en Brasil, Argentina, Perú y Chile, muy ligadas a lo popular. Algo así también pasó en Bolivia, nación que vio un notable surgimiento de un cine con temática indígena como se vio un poco en la fotografía, pintura, literatura e incluso arquitectura en el indigenismo de los años 20 en el Perú. Casos como Miguel Littin, Raúl Ruiz, Glauber Rocha, Jorge Sanjinés, Silvio Caiozzi o Leopoldo Torres Nilsson son los más evidentes, quienes resistieron con sus propuestas de hacer un cine social. En una entrevista hecha a Leopoldo Torres, comentaba cómo la dictadura militar argentina bajo la liberalización de la economía fue estrangulando toda la producción cinematográfica de entonces; cabe recordar que las dictaduras argentinas diezmaron de manera sangrienta el mundo artístico, asesinando algunas personas ligadas al cine como el caso de Raimundo Gleyzer. Muchos de los cineastas se vieron obligados a trabajar en un cine comercial de corte erótico con el fin de sobrevivir. Otros varios se fueron a hacer un cine en el exilio. En Chile, la junta de Pinochet mandó al exilio a muchos artistas del cine, caso Patricio Guzmán, Miguel Littin (este último estaba en proceso de filmar su película LA TIERRA PROMETIDA, la cual finalizó en 1991). El proyecto desarrollado por Unidad Popular fue desarticulado y algunos trabajos fueron concluidos en el exilio. La ley de fomento del cine dada en 1967 se desarticuló del todo en 1974 en la que se liberalizó la economía: caso parecido en el Perú fue con el gobierno de Alberto Fujimori y su ministro de economía de entonces, Carlos Bologna en 1992. En el caso chileno, hubo un cine comercial que sobrevivió por años hasta que el retorno de la democracia permitió que varios cineastas retornaran (aunque en los 80, hubo una amplia amnistía y esto permitió la visita de varios artistas al terruño como músicos, literatos y, obviamente, cineastas). Silvio Caiozzi se quedó en Chile y siguió haciendo cine en su país luchando con la censura de la Junta con formas veladas de crítica social. El caso de Raúl Ruiz ya es definitivo: su cine es del exilio y vive actualmente en Francia, donde tiene una producción prolifera. De ahí en adelante, el cine de nuestros países han tenido diversas trayectorias: para muchas cinematografías el camino ha sido duro, pero han ido contado con el apoyo de entes estatales o de compañías extranjeras que han visto un potencial en los viejos y jóvenes hombres de cine: nuestro reciente éxito LA TETA ASUSTADA es una coproducción española. IBERMEDIA ha sido una de las empresas que ha dado un espaldarazo a varios de los jóvenes o ha concretado sueños de los viejos. Pero esa dependencia puede ser caprichosa o peligrosa, dependiendo como se la vea.

Algunos filmes de interés de estos maestros:
EL CHACAL DE NAHUELTORO MIGUEL LITTIN (1969) Para muchos, la película fundamental del cine chileno de todos los tiempos. La historia del asesino José del Carmen Valenzuela Torres se vuelve un espejo de la pobreza inhumana y violenta de la sociedad chilena. Desnuda la humanidad miserable en la que podemos caer en la desesperación provocada no por tus voluntades, sino la respuesta furtiva ante la injusticia que te coloca en situaciones extremas. Y además de situaciones absurdas como se verán en este film. Duro film como la pobreza misma.

LA TIERRA PROMETIDA MIGUEL LITTIN (1971/1991) Tras su éxito con El Chacal, Salvador Allende, presidente de Chile de entonces, nombra a Littin director de Chile Films. Uno de sus proyectos fue filmar la historia del que fuera el primer gobierno socialista chileno en 1932. Este gobierno fue derrocado y esta historia se vuelve cíclica, puesto que al gobierno de Unidad Popular le va a pasar lo mismo en 1973, cuando Pinochet ejecute su golpe. Littin se va al exilio, a Cuba, y es ahí donde debe terminar su proyecto (en 1991). Es un cine que evoca las propuestas de un cine de actores masivos y se asemeja a un canto coral como los propuestos por Miklos Jancső.

BOQUITAS PINTADAS LEOPOLDO TORRES NILSSON (1974) Basada en la novela de Manuel Puig. La historia transcurre en una ciudad provinciana argentina de los 30. La muerte de un hombre, Juan Carlos, por tuberculosis hace recordar a su ex amada lo diversos amores furtivos que Juan sostuvo con diversas prostitutas. Tanto la novela como el film nos muestran la represión sexual castrante en las pequeñas ciudades provincianas, acompañada de gente chismosa y frustrada. La obra del escritor Puig siempre fueron polémicas y otra de ellas, El Beso de la Mujer Araña, fue llevada con éxito al cine por el brasileño Héctor Babenco.



CACHIMBA SILVIO CAIOZZI (2004) Una simpática comedia de Caiozzi que se volvió todo en éxito de cartelera a su emisión. Un mediocre empleado de banco encuentra accidentalmente una colección de cuadros de un dudoso pintor de los 30. Cual hombre de buen corazón, decide dejar este legado artístico a la nación, pero surge una serie de acciones que ponen en peligro su altruista decisión. Fue todo un éxito comercial en Chile y en otros países y anunciaba un resurgir económico del cine chileno.

MARTIN FIERRO LEOPOLDO TORRES NILSSON (1968) Para este film Torres Nilsson tomó como base el gran poema gauchesco de José Hernández, y tiene por principal actor a Alfredo Alcón como el gaucho. Muchos actores jóvenes se irán forjando en este cine épico como María Aurelia Bisutti, Lautaro Murúa, Leonardo Favio. Martín Fierro fue un personaje mitológico, que había pertenecido a la nobleza agraria argentina y por razones varias del destino, se vuelve desertor, delincuente; pero, a través de él, vemos las injusticias del campo.

JULIO COMIENZA EN JULIO SILVIO CAIOZZI (1976) Una de la obras más exitosas del cine chileno, es una obra que podría ser considerada histórica, pero que en el contexto se utilizó como una descripción critica de una casta social en extinción, en cierta forma. Para su filmación empleó una serie de referentes, guionistas y documentos que describían la vida de los terratenientes de principios del siglo XX, muy parecidos a los teníamos en el Perú antes de la reforma agraria de Velasco. Las costumbres de este grupo social, con sus peculiares percepciones de la vida, sociedad y justicia se ven graficadas a través de un joven que es forzado a hacerse hombre por su edad iniciándolo con prostitutas y burdeles. Cuenta Caiozzi que visitó a muchos de decadentes personajes para hacer una reconstrucción muy detallada de la época, pese al poco respaldo económico con el que contaba. En una entrevista hecha en los 80 por su film, decía que esta obra, de manera velada, describía también a los grupos sociales del Chile actual, con sus traumas y complejos.

GÜEMES LEOPOLDO TORRES NILSSON (1971) La historia del general Martin Miguel de Güemes es llevada a la pantalla para narrar su lucha contra los españoles por la independencia apoyando la campaña de Don José de San Martin. Nuestro director hizo otras obras fílmicas con temas históricos sobre todo centrados en la lucha por la independencia (El Santo de la Espada). La obra está basada en un guión teatral de Juan Carlos Dávalos.

domingo, 27 de septiembre de 2009

COPENHAGUE Y DOE RUN: PUNTOS EN COMÚN


Sorprendente. Esto es lo único que queda decir ante la actitud de AGP y su gobierno frente a intereses en común. Dos eventos recientes terminan por pintar de cuerpo entero el tipo de estadista que lastimosamente nos dirige.
El conflicto de Doe Run no puedo desligarlo al problema que tuvimos en abril en Bagua y la no asistencia de AGP a Nueva York para ver el asunto del Cambio Climático. Si vemos los tres eventos unidos por un verdadero hilo conductor, entendemos el porqué de ciertas actitudes y acciones hechas por diversas partes del gobierno (todo controlado por el mismo partido) hacia este espinoso tema, el cual a AGP y su gente no quieren abordar.

Lo de Doe Run es una muestra de un gobierno que se quiere mostrar débil, maniatado, humillado ante la opinión pública. Su capacidad de negociación es baja (o quiere serlo), puesto que el pueblo de La Oroya se levantó contra la inercia del gobierno por tomar decisiones. Quien tiene todo claro es el dueño de Doe Run, quien nuevamente ha salido ganando, gracias a la política que practica este gobierno (espero que no se vuelva de estado). Desde Pittsburgh, sus principales inversionistas duermen tranquilos. Desde junio del 2006, la Corte Superior demandó al gobierno actuar para que en 30 días se declarara La Oroya como zona de alta contaminación, por lo tanto en emergencia. Según la Constitución, el Estado debe velar por la salud de cada uno de nosotros, los ciudadanos peruanos. Eso reza la Constitución. Reza. Desde que Doe Run opera esta zona (1997) poco se ha hecho por mejorar este problema y este ha sido el principal problema de la extracción minera. El alto riesgo de contaminación es una realidad y es una actividad depredativa, pese a todos los avances que hay. Es algo que transforma el entorno ambiental y eso no se puede negar. Algunas mineras han logrado disminuir el impacto, pero sólo eso. Tratamientos de suelos, agua (importante) y aire son acciones costosas que no se cumplen a cabalidad. Va en contra de los intereses económicos, la rentabilidad y los ingresos netos. Es sorprendente cómo nuestras ricas zonas mineras tienen aún altos índices de desnutrición, analfabetismo y bajas esperanzas de vida. Nuestro boom minero ya va más allá de 18 años; las construcciones de malls u otras cosas por el estilo no significan mejora de calidad de vida. La Oroya además tiene en su haber notables récords para el Guinness; por mucho tiempo tuvo la chimenea más grande del mundo, la cual veías (impresionante) desde la carretera central como una marca de desolación en esa yerma zona. La otra es ser la 4ta ciudad más contaminada del mundo. Gran honor. La desidia de nuestros gobiernos en cuanto al cumplimiento de la Constitución fue, es y será permanente, porque, de aplicarse, chocaría con una serie de "compromisos" adquiridos por los gobiernos sucesivos desde entonces. Los intereses de las empresas están por encima de los ciudadanos. Vox populi.

Sería muy interesante si se leyese los informes de Rocío Meza Suárez, uno titulado LA BRUTALIDAD DEL PODER (Die Brutalität der Macht) y EL MANDATO JUDICIAL Y LA PROTECCIÓN DEL DERECHO A LA SALUD Y AL MEDIO AMBIENTE. UN CASO PERUANO (Judicial Enforcement and protection to the right to health and the environment. A peruvian case).

Las decisiones del gobierno actual (quien al recibir el poder traicionó las expectativas de la población al no actuar con coerción con las empresas mineras) han permitido que hayan surgido graves conflictos sociales: uno de ellos es Bagua, conflicto que ha quedado pendiente. Irónicamente la ley de derogación de leyes ha quedado suspendida, está en el limbo. Interesante.
El otro es el de La Oroya y Doe Run. Quizá el rol pasivo del gobierno ha logrado captar muchos adeptos, puesto que el papel de víctima a AGP y su partidocracia les cae a pelo. Es una estrategia que parece le está funcionando. La opinión pública está de su lado. Pese a toda la parafernalia demostrada y aún con acusasiones judiciales, Doe Run ha salido con la suya.

La otra sí es más sorprendente y que ha pasado desapercibida por la prensa complaciente (casi toda): la no participación de AGP en el encuentro sobre Cambio Climático en Nueva York. Ironías de la vida, el tercer país con más alto riesgo para sufrir desastres naturales por el calentamiento global rehúsa asistir. Más interesante para él es hacer declaraciones floridas sobre la carrera armamentista (que sabe va a ser un gesto lírico contra sus pares) y no asumir como estadista lo que es su deber: representarnos a todos y velar por nuestros derechos como ciudadanos y como personas. Sabe AGP que este asunto sí es más fuerte a la larga e implica tomar ciertas decisiones que están por encima de la mecánica del mercado. Frenar proyectos que sólo benefician a unos es ir contra la lógica que ha impreso desde que ocupa el sillón de Pizarro: la libre empresa brutal nos está pasando factura hace un buen tiempo y las personas que nos rigen no quieren mover un dedo al respecto.

La Cumbre de Copenhague va a ser el espacio en el que la humanidad debe a comenzar a corregir sus errores. Si esta, la humanidad, es inteligente, se podrá dar el cambio y comenzaremos escuchar menos a banqueros (grandes protagonistas del último desastre del planeta) y oiremos más a científicos. Pero si tenemos gente como Berlusconi o nuestro consciente presidente, entonces la Cumbre de Copenhague será como nuestro Ministerio del Ambiente: la carabina de Ambrosio.

jueves, 24 de septiembre de 2009

GLOBALIZACIÓN O NEOCOLONIALISMO: PANDILLAS, LENGUA. ¿IDENTIDAD?



La reciente visita de Jesús Valero a nuestra Universidad y a la Alianza Francesa de Trujillo ha abierto una serie de interrogantes. El conversatorio ha invitado a la reflexión sobre este tema, el cual queda mucho por definir, sea por actitudes, sea por perspectivas. Convertido en debate, las reflexiones sobre la globalización y las incidencias en la migración interna y externa, y en la conformación de la cultura y la identidad de dichos grupos humanos demandan aclarar definiciones sobre lo que entendemos por globalización y neocolonialismo.

Creo que los ejemplos cotidianos pueden ayudar a entender (o a enredar más) estas dos palabras.
El primero que me viene a mente es el de los jóvenes: estuve leyendo diversos artículos sobre las pandillas y las maras. El primer movimiento social (lo es) se da por una serie de causas que concurren en nuestras sociedades. Una de ellas es la presencia de familias disfuncionales a causa de la migración de uno de los miembros cabezas de una familia: generalmente era el padre, pero recientemente, es la madre quien se ha visto en la necesidad de migrar para contribuir con el ingreso familiar. La ausencia de autoridad y el abandono han hecho que muchos adolescentes, en nuestro instinto gregario, hallen en una pandilla la familia que no tiene: pertenencia, identidad, seguridad. La migración forzada de tantas personas a países que les ofrecen oportunidades ha cambiado la fisonomía de pueblos enteros en América Central (sobre todo en El Salvador y Guatemala) y en Ecuador. Muchas familias peruanas han visto partir a la madre para trabajar en ciertos servicios que generalmente los oriundos no suelen hacer: servicios domésticos, niñeras, servicios de poca exigencia formativa. La pandilla otorga al nuevo "huérfano" una suerte de estabilidad y pertenencia que ya no halla en su familia. Algunas personas tienen la suerte de reunir a sus familias, pero algunas de estas reuniones en el extranjero han sido poco satisfactorias, puesto que muchos de los adolescentes reubicados en sus nuevos lugares de residencia enfrentan una serie de problemas de adaptación, tanto personal como social. La nueva sociedad que los acoge no es del todo permeable, situación que se ha agravado con la reciente crisis de los países ricos, en desmedro tanto de los países pobres como los residentes de los mismo en sus espacios geográficos. El desplazamiento humano (la transhumación de miles de personas por varias naciones europeas) ha generado graves problemas sociales, políticos y económicos. Uno de estos graves problemas en sociedades como la norteamericana fue la creación de pandillas en sus territorios, que luego fueron "reexportadas" a sus lugares de origen; tal es el penoso caso de El Salvador, donde han surgido sólidas pandillas o maras, de jóvenes de origen salvadoreño-americano, y han creado una sociedad con reglas estrictas de convivencia y violencia. De las guerillas, surgen ahora las sofisticadas maras.

Pero el origen de estas pandillas obedece también a la poca capacidad que tuvieron los países receptores de migrantes, muchos de ellos explotados o forzados a radicar en estos países (recuerdo la película Gran Torino y el grave problema de las minorías vietnamitas viviendo en USA).

En la discusión se habló de la posición y perspectiva que se tiene con los migrantes. Es interesante ver el grave problema que ha estallado en los países ricos que no tuvieron capacidad de respuesta o, si la hubo, no fue la acertada. Algunas leyes francamente racistas fueron muchas veces las provocadoras directas de la forzosa aglutinación de estos grupos humanos tratados como subciudadanos, si cabe el término.

La quimérica globalización habla de la aldea global; simpático eufemismo que no concuerda con lo que esta declaración presenta: ciudadanos del mundo. De serlo, implicaría un trato de igualdad a todos, libre movilidad, equidad en el trabajo y oportunidades: esto implicaría, como un ejemplo, que una persona que trabaja en Singapur, Nueva York o Trujillo de una transnacional perciba el mismo sueldo. Lo último será rebatido, obviamente, por cualquier economista. No son criterios de igualdad, son otros. Ese punto de partida lo dice todo. Las desigualdades priman para pesar de muchos y benéplacito de otros.

Sigo pensando en el neocolonialismo.

sábado, 22 de agosto de 2009

PUTIS, NOMBRE DE LA IGNOMINIA


Estuve leyendo sobre lo de Putis y hallé este artículo que me impactó mucho. Este episodio fue todo un hecho lejano para la gente en Lima, donde vivía por esos años. Pero ciudad indiferente a lo que pasaba en la sierra. Cuando Lombardi decidió hacer una película que tenía por leit motiv este hecho luctuoso (LA BOCA DEL LOBO), Giovanna, su esposa entonces, me contaba que la realización del filme era casi una odisea por lo espinoso del tema. Filmarla en la sierra de Tacna no los alejaba del hecho de sentirse asediados por estar mostrando algo que no se quería remover. El estreno de la película fue más accidentado y ahora, viéndolo desde la perspectiva de los años, nada indica que esa psicosis y conatos de bomba en las salas de cine no hayan sido parte de actividades del ejército o de seguridad del estado. Nosotros decíamos sendero. Una vez tuvimos que salir casi en estampida.

Pero volviendo a este delicado asunto de nuestra sociedad, aquí en Trujillo no se hizo homenaje alguno para golpear nuestra conciencia. Duele más saber que luego de los ataques de "sendero" en la selva de la semana pasada, el inefable Giampiettri haya dicho que no es necesario un museo de la memoria. Una más para nuestra desmemoriada sociedad.

Este relato artículo es conmovedor. Se los alcanzo y difúndanlo. No hay que olvidar.



Renzo Aroni, Historiador – EPAF
Hermano mío no me vayas a olvidar, hermano y hermana nunca me olviden; en el fondo de tu corazón siempre me vas a guardar, estés donde estés guárdame en tu memoria (canción de Telésforo Huashuayo “Si no vuelvo, búsquenme en Putis”)
El pasado viernes 26 de junio, en la ciudad de Ayacucho, mientras me dirigía a comprar el boleto de regreso para Lima, escuché el gemir de una guitarra y la voz nostálgica de un gran amigo, Abilio Soto Yupanqui, músico y folclorista ayacuchano, quien se encontraba en el escenario de una radio-teletón haciendo vibrar su quru guitarra (guitarra mocha), sumándose a la campaña de “Solidaridad y Justicia para Putis: Ayúdanos a construir nuestro Campo Santo”, en el parque María Parado Bellido, frente a la antigua cárcel de Ayacucho. El evento fue organizado por la Asociación Paz y Esperanza, el Consorcio Projur y la Comisión Multisectorial para la Reconstrucción de Putis. Además, en el acto se podía distinguir a diversas personas que miraban con tristeza la exposición fotográfica y artística de la violencia política; había bolsas de cemento y ladrillos donados por el público, y una caseta donde la gente se acercaba a colaborar con dinero de acuerdo con sus posibilidades.
Escribir sobre la memoria de la barbarie ocurrida en el pueblo de Putis, localizado en el distrito de Santillana, en las alturas de Huanta, Ayacucho, es muy doloroso; sin embargo, lo intentaré, y lo haré a través del recorrido de las letras de una poesía testimonial, Putis Llaqta/Pueblo de Putis, cuya autora es la profesora Felícitas Pozo Chávez (Huanta, 1946), de la Asociación de Quechua de Letras y Artes Ayacucho-Chanca (QANTU). La poesía fue publicada en el boletín n.° 3 de Qantu el 12 de septiembre del 2008, en la ciudad de Ayacucho. La poesía comienza con un sentido humanitario y muestra de solidaridad con el pueblo de Putis y sus deudos:



Tukuy tiqsi muyun/ Todo el mundo


riqsiykusunki/ ya te conoce


pitaq mana waqaykuspa/ quién no llora


hukllawakusunkichu./ y se solidariza contigo.


En Putis fue hallada la fosa común más grande de “ejecución extrajudicial” que conocemos hasta el momento, obra del Ejército peruano perpetrada durante el periodo de la violencia política ocurrido en el Perú entre 1980 y el 2000. Según la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), en Putis fueron asesinadas 123 personas por los militares en diciembre de 1984. De ellos, diecinueve eran menores de edad:

Putis llaqtallay/ Querido pueblo de Putis


imayna yana sunquraq/ cómo será el negro corazón


pipa kamachisqanraq/ y quiénes darán órdenes


chay wayrurukuna/ a aquellos militares.

Hasta antes de desatada la guerra, Putis era un pueblo abandonado en los confines de nuestra serranía. Quizá por eso fueron los miembros de Sendero Luminoso (SL) los primeros foráneos en llegar a Putis; luego lo hicieron los militares persiguiendo a los senderistas. En respuesta, los de SL elevaron sus acciones asesinando al Teniente Gobernador de Putis y, más tarde, obligando a los campesinos a abandonar su comunidad para moverse a las “retiradas” en los cerros. De ahí que los militares hayan visto a los campesinos como “terrucos”, cómplices de los senderistas:

Manachu mamayuq,/ No tendrán madre,


manachu paniyuq,/ no tendrán hermana,


manachu wawqiyuq,/ no tendrán hermano,


chay suqru butaskuna/ ésos que calzan botas.

Cuando los militares establecieron su base en Putis, convocaron a los campesinos para que retornaran al pueblo; les ofrecieron seguridad y desarrollo y les dijeron que iban a construir una “piscigranja”. Los campesinos creyeron en el ofrecimiento y retornaron. Cavaron la inmensa fosa durante tres horas y luego fueron reunidos en varios grupos. Fue entonces cuando los militares les dispararon a matar para luego enterrarlos en la fosa excavada, al mismo estilo nazi:

Wiksanku ukupi/ Con su hijito


wawachantinta,/ en su vientre,


kuchuykunankupaq/ por qué los cortaron


balyaykunankupaq./ por qué los balearon.

En mayo y junio del 2008, los miembros del Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF), por encargo de la Segunda Fiscalía Penal Supraprovincial-Ayacucho, realizaron, como peritos oficiales, la diligencia de exhumación de cinco fosas ubicadas en la localidad de Putis. Entre fines de agosto y comienzos de septiembre, el EPAF expuso centenares de prendas y objetos personales de los restos hallados en las fosas comunes de Putis, no solo para que los familiares puedan ayudar a identificar a sus deudos, sino también para denunciar públicamente esta barbaridad y la necesidad de hacer justicia. La exposición fue hecha en la ciudad de Huanta, en el distrito de Santillana y en la misma localidad de Putis:

Manacha runaqa/ Seres humanos


kanmanchu/ no creo que sean


warmachakunata huñuykuspa/ aquellos que juntaron


kañaqkunaqa./ niños e incineraron.

Lo más doloroso de la exposición fue quizá ver las ropitas de los niños. Esta exhibición itinerante fue registrada por el fotógrafo peruano Domingo Giribaldi, y se expuso por primera vez en noviembre del 2008 con el título “Si no vuelvo… búsquenme en Putis”, en la galería del Centro de la Imagen, en la ciudad de Lima. Desde entonces la muestra fotográfica ha recorrido el interior del país para sensibilizar a los sectores insensibles y al público visitante. También ha sido exhibida en los Estados Unidos y Europa, para que sea vista por la comunidad internacional
Pampasqa pachakunapim/ Entre las ropas


exhumadaskasqa waknaña/ están los pañalitos,


pañalchakuna, uya watachakuna/ pañuelitos de cara


añilluchankuna, pili milipas./ anillos y pili milis.

Putis sigue viviendo en la indiferencia, la exclusión y la invisibilidad. ¿Cómo es eso posible? Es una muestra de que nuestro país sigue siendo un país fragmentado social y culturalmente. Los asesinados de Putis eran campesinos quechuahablantes y altoandinos; no tenían documentos de identificación —es decir, ni siquiera existían legalmente, no eran ciudadanos peruanos—. Quizá por eso el desprecio de sus vidas por quienes los ejecutaron; quizá por eso aún hay indiferencia: nos cuesta recordar este suceso; quizá por eso, la memoria como deber aún no es posible; quizá por eso, el amor por la humanidad, por la justicia y la verdad, aún no es parte de nuestra cultura de vida.

Wayqachaypi kuka kintu/ Coca quinto de mi bolso


willaykullaway yachachkankim/ comunícame tu saber


maypitaq tariyman/ dónde se puede encontrar


justicia nisqankuta/ esa justicia que llaman.

Además, los familiares de las víctimas no han hallado respuesta explícita desde el Estado respecto de lo que pasó realmente con sus deudos. Este caso, como muchos otros, es aún parte de la agenda pendiente. Si bien el Estado tiene obligación de investigar cualquier tipo de crimen de violación de los derechos humanos durante el periodo de la violencia, se hace necesario que establezca la búsqueda, recuperación, identificación y restitución de las víctimas bajo un “paraguas humanitario”. Esto quiere decir que tiene la obligación de ir más allá del protocolo judicial o de la agenda política, utilizando los elementos de la “justicia restaurativa y retributiva”, con la participación de los afectados o los familiares de las víctimas, para garantizar la confianza en el proceso judicial y así ayudar a cerrar el ciclo de duelo con la restitución de los restos de sus seres queridos en un acto de reparación simbólica.
De la misma manera, la búsqueda humanitaria no perjudica la judicialización, siempre y cuando la recuperación de la evidencia en el proceso de la búsqueda se haga de manera protocolizada. El “paraguas humanitario” favorece el dar respuesta, mientras que los procesos judiciales, por definición, obtienen evidencia; por su naturaleza, los procesos no siempre tienden a dar respuesta, de modo que convierten a los familiares de las víctimas en rehenes de la justicia. Los responsables de la masacre en Putis tendrán que explicar a los familiares, a los peruanos y las peruanas, a la historia, por qué cometieron esta masacre. Los encubridores y cómplices, que ocultan los nombres de los asesinos, tienen mucho que decirnos. Sin embargo, tarde o temprano la diosa Alethia revelará los secretos de esta ejecución tan vil; mientras tanto, con la ayuda de la diosa Mnemósine, nos mantendremos vigilantes para que este acontecimiento se esclarezca y no quede en el olvido.
A fines de agosto del 2009, con ocasión del VI Aniversario de la CVR y el Día Internacional de los Desaparecidos, se tiene previsto enterrar los restos de las víctimas asesinadas en Putis. Será una caravana de solidaridad que prevé actividades culturales, misa y velorio, tanto en la ciudad de Ayacucho como en Huanta, para, finalmente, realizar el entierro de los restos en un Campo Santo construido en la comunidad de Rodeo del Centro Poblado de Putis. Participarán en el evento las organizaciones de familiares de víctimas, los movimientos ciudadanos por los derechos humanos, autoridades gubernamentales y ediles, y personalidades reconocidas del país y de la comunidad internacional. Será una fecha de conmemoración en la que podremos regocijarnos y construir memorias para la reconciliación social y, con ello, contribuir a la restitución del tejido social.
¡Acompañemos a cerrar un capítulo de la memoria de Putis!