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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 3 de mayo de 2020

EN NUESTROS FRÍOS LABERINTOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 03 DE MAYO TRUJILLO)


Las noticias que nos rodean. Segundo país en la zona sudamericana con más contagiados. Revuelta carcelaria con reos fallecidos. Keiko y Susana Villarán libres. Colas inmensas para comprar cerveza en Piura, una de las zonas más castigadas por la pandemia. Viaje cuestionado del Ministro de Salud a Lambayeque llevando un puñado de pruebas para el coronavirus. Ley que faculta el retiro del 25 % de las AFP. Empresas grandes pugnando acceder a la Suspensión Perfecta. Renuncia del Ministro de Interior por graves casos de corrupción. Varios policías muertos por contagio. Trabajadores de servicios públicos, como SEGAT, suspenden sus labores por contagio de muchos trabajadores. El desempleo crece día a día. Comienza la migración en masa de residentes transitorios en grandes ciudades hacia sus lugares de origen. El dilema entre hambre o enfermedad. Reacción negativa de padres de familia contra la educación virtual. Fatiga social por el aislamiento. Colapso de la Salud Pública. Fotos de grandes fosas comunes de algunas ciudades que muestran entierros masivos. Redes llenas de noticias alarmistas que hablan de conspiraciones chinas y comunistas contra el mundo. Perú entre los primeros veinte países con más contagio a nivel mundial. Recesión nacional y mundial.
Hay muchas más noticias que estas. Son las que pueblan los diversos medios de comunicación, sean virtuales o físicos. En el mundo virtual, plagado de noticias falsas, estas van acompañadas de comentarios de toda índole, siendo los negativos los que más abundan en estas redes de las que están pendientes millones de personas “prendidas” a sus celulares, computadores o televisores. La gente está atenta a cifras, números, curvas y cuadros estadísticos, de campanas de Gauss. Hemos preferido congelar nuestro miedo a través de envolturas numéricas, fotos o filmaciones digitales en HD.
Paulatinamente, de manera personal, estas frías cifras comenzaron a tener rostro humano. Primero, ya son 14 personas del vecindario que cayeron enfermas con 2 muertos. Un policía, conocido de varios colegas míos, fallece por complicaciones respiratorias a causa de la infección. Luego, un compañero de trabajo está en UCI con respirador artificial con pronóstico reservado. Casi a inicios de la pandemia en nuestra sociedad, una amiga española, directora de un colegio, me escribió un extenso correo en el que me contaba el panorama lamentable de su escuela, PPFF y profesores contagiados, y con un sistema de salubridad en camino al colapso. Al leer su correo sentí lejano ese mensaje, pero como una clara advertencia. Ahora toca nuestra pequeña realidad. Pero, pregunté a varias personas si tenían conocidos o familiares suyos infectados, y la respuesta es negativa. Quizás estemos negando esta realidad por defender nuestro único rincón de protección frente a esta hecatombe que nos está arrollando. 
Defendemos con garras nuestro último reducto. 
Urge crear espacios de alivio social.

domingo, 19 de abril de 2020

TROGLODITAS Y FANÁTICOS EN EL CORONAVIRUS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 19 DE ABRIL)


Chepén. Un mototaxista lanza de su vehículo a una mujer con acceso de asma pensando que estaba infectada de coronavirus. La mujer dio negativo. En diversas ciudades de España, mujeres y doctores reciben anónimos mensajes amenazantes e insultantes en sobres, colgados en los vidrios de las puertas principales e, incluso, pintas en sus autos estacionados en el parqueadero colectivo del edificio; para su vecindario, el cuerpo médico es la nueva peste que circula. En Lima, fallece el propietario de una discoteca quien, una vez iniciada la cuarentena, vociferaba delante de las cámaras que esta pandemia era una farsa. Hace recordar, a la larga, a la sorna que protagonizó Rafael Rey, excongresista, quien resultara infectado. O los comentarios de Donald Trump y Jair Bolsonaro sobre la pandemia. El primero ya atenuó sus desafortunadas opiniones al respecto, mientras que la obstinación del segundo ha hecho que surja una suerte de gobierno en paralelo para evitar una catástrofe social en Brasil.
Por otro parte, diversos pastores religiosos protestantes, judíos ortodoxos o seguidores de sectas fatalistas son reacios a acatar todas las medidas de seguridad sanitaria para evitar el contagio y propagación de la pandemia. Basta recordar la reunión de más de 600 personas de varios grupos religiosos en el Swissôtel en Lima una vez iniciada el aislamiento social. O las noticias de ver a diversos pastores que lucran con la desesperación de la gente o amedrentan a sus feligreses por usar mascarillas, pues “la divinidad les da una coraza contra el virus”. Por otro lado, seguidores de un modo de pensar y defensores de algunos modelos económicos y sociales centrados en el liberalismo han chocado con las medidas tomadas por diversos gobiernos en pro de la protección social, tal como ha sucedido en Michigan, Ohio y Texas en contra del adalid del liberalismo económico, Donald Trump. Muchos estados se están viendo en la necesidad de replantear sus fundamentos económicos, aquellos que medraron lo público para dar prioridad a la iniciativa privada que la está pasando bastante mal en cuadros como estos. Grandes y pequeñas empresas piden que el Estado tome medidas de flexibilización y, en otros casos, que las salven. La Salud Pública ha sido el detonante por el cual las cosas no deben de ser como antes. Es un grave error que no se sabe cuánto nos va a costar como sociedad.
Tenemos muchas lecciones: mayor conciencia ecológica es una de ellas. Nuestra presencia en el planeta es nociva. Necesitamos energías limpias y renovables. Además, muchos arquitectos y planificadores hablan de priorizar ciudades pequeñas en desmedro de las megápolis. Cambio de modelo económico; la durabilidad de los artículos debe de ser más larga, solo nos preocupa el consumo, el mercado. Y pensar en el control de la natalidad como un principio racional de una sociedad que apunta hacia una armonía holística.
¿Podremos dar el salto?