Una presidente que quiere gobernar de manera teledirigida (quizás así no meta la pata con tanto desatino que suele decir); decisiones congresales que demuelen varias consecuciones logradas, como las alcanzadas en el área educativa o DDHH; un país sumido en una nueva epidemia en rápido crecimiento y posibles plagas amenazantes con un ausente ministro de salud surgido de las canteras de la corrupción más contundente; quizás estas movidas ministeriales que involucran a APP hayan dado, como toma y daca, un ministro en reciprocidad a Chavimochic. Todo cabe en lo posible. Somos un país que crece a medias, pero que no se desarrolla. El caso del atentado contra la calidad educativa es un grave golpe a esa necesidad de desarrollarnos por lo que muchos actores educativos han reaccionado alertados; pero son los congresistas con sus negociados turbios los que deterioran el futuro de los ciudadanos peruanos. Los grandes medios de comunicación poco han comentado, de manera íntegra, los recientes paquetes de lamentables medidas congresales. Por las acciones del poder ejecutivo y legislativo, vemos una agresión permanente contra la ciudadanía, amenazada por un gobierno que nos pregunta cuántos muertos más queremos. Las soluciones lindan con lo absurdo y lo cínico, muchas reñidas con la legalidad. Sin embargo, ellos están jugando su partido, el partido de sus intereses en los que nosotros nos convertimos en meros espectadores. Las formas de control que propone la cúpula política se circunscriben a permanentes amenazas, acostumbrados a repetir el sonsonete de terruco o terrorista; así de limitado se ha vuelto el vocabulario de estos personajes sostenidos entre ellos con casi todos los poderes copados descaradamente. A estas alturas, por ejemplo, defender a la Fiscal de la Nación Patricia Benavides es encubrir un acto descarado de corrupción en el tan venido a menos Poder Judicial. Mucho se comenta sobre la inseguridad social que no permite inversiones; pero el panorama legal y político también aleja a posibles inversionistas que no ven nada de transparencia y sostenibilidad a largo tiempo. Lo que se viene son las movidas de dos partidos que jugarán con el grueso del electorado: APP y FP. Lentamente estarán sacando de juego a los partidos de derecha limeña (su bolsón electoral); la gestión de Rafael López Aliaga está contribuyendo con ello; por otro lado, el circo que es Perú Libre, acostumbrados a atomizarse según los hábitos de la izquierda hace negociaciones con FP; estas no son puntadas sin hilo. PL tiene a un ex Presidente golpista y una presidente totalmente impopular. Pesado bagaje que puede ayudar a borrar del mapa a ese partido de convenidos. ¿Y el centro? Borrados por la polarización de las últimas elecciones podrían capitalizar el descontento de mucha ciudadanía con todo lo que se está viendo. Pero la fama que tiene este lamentable Congreso los va a terminar por empañar. ¿Otro marginal más en la mira?