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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 11 de abril de 2021

ELECCIONES AL VACÍO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 11 DE ABRIL)

Hoy es un día clave para millones de peruanos. Tras una década turbulenta, llegamos a un periodo electoral trascendental para nuestra sociedad: hoy debemos elegir al presidente del Bicentenario. No solo para que dirija el destino de nuestro país en los próximos cinco años, sino la persona que reciba una celebración clave que debe de resaltar nuestra identidad como nación.

Este último lustro ha sido una agonía por nuestra inestabilidad política. No bien se determinó una segunda vuelta entre PPK y Keiko Fujimori para que diversos analistas vieran la fragilidad de la situación. Ambos candidatos venían con duros pasivos de corrupción (no olvidar Panamá papers, por ejemplo). El triunfo por escaso margen de PPK fue el inicio del suplicio para la sociedad peruana: un poder legislativo desafiante y boicoteador contra un endeble presidente que veía a sus ministros censurados, oír pedidos extravagantes y soportar la malcriadez de la candidata contrincante por no reconocer el triunfo del contendor e, incluso, sugerir fraude. PPK se vio en el tortuoso camino de entablar conversaciones con diversos partidos con el fin de generar estabilidad. Hasta que llegaron las negociaciones con un grupo de disidentes del fujimorismo con Kenji a la cabeza obteniendo el insólito indulto a Alberto Fujimori, acción que precipitó la caída de su gobierno de turno y el inicio de una larga pesadilla entre el legislativo y el ejecutivo lo que devino en dos congresos (uno peor que el otro), cuatro presidentes (incluidos PPK), todo en medio de una avasallante pandemia que mostró la realidad de una sociedad que aparentó ser rica y solo sirvió para acentuar las profundas divisiones socioeconómicas y geográficas. Las últimas décadas, lejos de haberse trabajado en ser una sociedad más inclusiva, más equilibrada en servicios para su población, con mejor sistema de salud y educación, con sistema de justicia más eficiente y con criterio de imparcialidad, y una seguridad otorgada a toda su población; todo esto, por lo contrario, se derrumbó con la crisis sanitaria. Una salud pública venida a menos ha hecho que miles de peruanos se hayan visto forzados a asumir costos onerosos que la salud privada exigía y sigue exigiendo. Cosas como balón de oxígeno o camas UCI pueden significar la ruina familiar, todo por haber descuidado un sistema que debió haber sido reforzado y haberse convertido en paradigma para los demás países que se compraban el concepto de vernos un país con un modelo económico exitoso. De manera brusca, los peruanos nos hemos desnudado. Una segunda fantasía del guano llega a su fin.

Las encuestas finales son, sin embargo y de ser ciertas, una triste evidencia de que no se ha aprendido. Temerosos y avasallados, los ciudadanos se están volcando en extremismos pensando que hallarán estabilidad. Además, con un posible congreso peor que los anteriores, veremos más oscuridad en el horizonte. Todo está ahora en nuestras manos.

domingo, 7 de marzo de 2021

SALUD MENTAL Y SOCIAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 07 DE MARZO)


En poco más de una semana, los peruanos recordaremos el inicio de un confinamiento riguroso acatado por varios ciudadanos, temerosos del avance de una pandemia incontenible. Este aislamiento forzado desnudó muchas fallas de un sistema que se pensaba ideal para lograr el ansiado desarrollo económico. Todo esto se comenzó a desmoronar en menos de una semana desde ese 16 de marzo. Desde inicios del 2020, las noticias que llegaban desde Asia y Europa eran cada vez más alarmantes; era cuestión de días o semanas que América Latina tomara medidas para enfrentar este mal que comenzaba a cobrar vidas rápidamente. Cada país trató de sortear la pandemia a su manera: algunos de manera drástica, como nosotros, pero con saldos terribles; otros relajados, como USA, Brasil, Suecia o México, también con saldos de espanto. El caso brasileño vive una situación extrema y se torna una amenaza para los países vecinos por su nueva temida cepa. Solo dos países latinoamericanos han salido de manera airosa frente a este drama mortal: Uruguay y Cuba. Al ver sus cifras de contagios y de fallecidos son bastantes bajas a moderadas. Incluso Cuba ya apunta hacia su propia vacuna.

Desde el momento del encierro, el miedo y la pérdida del trabajo, más nuestra alta tasa de informalidad, comenzaron a mellar la salud mental de la población. Las redes se volvieron un medio para acrecentar la incertidumbre ante esta nueva situación: negacionismo, atentado global, recetas y respuestas erráticas, exacerbación del aislamiento fueron los primeros mensajes virtuales. Muchos negaron la existencia del virus: una creación mediática de círculos de poder. Recuerdo una pregunta hecha por una persona, en tono de burla, en redes de si conocíamos a alguien quien haya muerto por este virus. A estas alturas, incluido yo, hay muchísimos que podrían responderle con mucha tristeza que sí. Hubo personajes mediáticos que se burlaban de las medidas y, de pronto, se vieron infectados del mal; algunos, incluso, abusaron de privilegios, los cuales ellos mismos critican. Vino la retahíla de recetas para el tratamiento, sugiriendo todo tipo de medicamento. Queda en nuestra memoria el consejo de Trump que casi llevó a la muerte a varios de sus seguidores. Luego la vacuna, el rechazo a esta, las teorías desopilantes sobre las mismas que llevaron a situaciones tan ridículas como la destrucción de torres de comunicación. Surgieron los antivacunas sembrando más dudas y alarma entre la gente cada día más deprimida. Ahora que las vacunas llegaron a nuestra nación, vemos a personas que, inicialmente críticas, exigen celeridad para su aplicación e, incluso, muchos pierden la ecuanimidad y actúan del mismo modo censurable como Vizcarra y sus ministros.

Algunos políticos o funcionarios no entienden las palabras cultura y arte. Incluso algunos quieren desaparecer el Ministerio de Cultura.  De haberse trabajado mejor, artistas, con psicólogos y médicos, hubieron ofrecido un mejor soporte a una sociedad urgida de alivio y esperanza.

domingo, 13 de diciembre de 2020

NEUROSIS BICENTENARIA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 13 DICIEMBRE)

Calles y avenidas cerradas, tráfico sin rutas alternativas. Choques entre ambulantes y la policía municipal. Vecindarios con pistas destrozadas. Hospitales que colapsan. Radiografía diaria de una ciudad neurótica.

Este es el retrato de una urbe que, de pronto, se ha visto sometida a situaciones caóticas que atormentan a los preocupados y sufridos trujillanos. En medio de la crisis sanitaria y económica que muchos estamos pasando, hemos sido testigos de fuertes reacciones como lo fueron las protestas sociales contra la asonada provocada por congresistas de móviles oscuros y, por otro lado, el problema agrario que causó zozobra en la ciudadanía al haber mucha población laboral involucrada en esta modalidad. Cada vez es más frecuente ver negocios que se ven forzados a cerrar sus puertas o ver por muchas partes carteles que alquilan o venden inmuebles. Los intentos de retornar a una suerte de resurgimiento económico chocan con otras veleidades del mundo político que genera desconfianza e incertidumbre. Las acciones populistas y ramplonas, y el doble lenguaje empleado por parlamentarios y líderes de partidos políticos han generado un fuerte resentimiento en la población que va a ser difícil de ser olvidado; y esperemos que así sea, pues hay tristes evidencias de amnesia colectiva política como lo podemos ver a lo largo de nuestra historia electoral. En cuanto al panorama sanitario, no deja de causar grandes temores. Se habla de una segunda ola, mientras muchos ciudadanos se vuelcan a las calles para satisfacer sus ansias de consumo o para disipar las tensiones vividas en nuestro forzado encierro. Mucha gente clama por libertades individuales y exigen libre circulación. Tras la amarga experiencia que vivimos entre los meses de junio a septiembre nos debería invitar a la reflexión y no convertirnos en portadores de la desgracia para sus familiares o para uno mismo.

En este complicado escenario, surgen acciones desatinadas que obedecen a un prurito proselitista más que el bien cívico. De haber pensado en este último, no nos veríamos en la estresante situación que ahora estamos viviendo: mientras cientos de ciudadanos reclaman el asfaltado de calles que fueron abandonadas por la gestión edil (otro caos que raya con la hilaridad), se abocan a romper otras sin haber generado rutas alternativas y causando molestias en momentos como estos. El desatino cunde por la ciudad que pareciera ser golpeada por diversas plagas, muchas de ellas evitables si hubiera la coordinación correcta, el criterio técnico más que el político, una visión más global de la ciudad y una comunicación más efectiva; realidades bastante escasas por las evidencias que estamos sufriendo.

Si todo esto obedece como parte de una campaña electoral de un debilitado líder identificado como mendaz y traicionero, dudo que la población se sienta agradecida por esto. Salvo que el lema “Sufre, peruano, sufre” sea parte de nuestra compleja identidad.

domingo, 20 de mayo de 2018

ORIETTA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 20 DE MAYO) MI SENTIDO HOMENAJE A ORIETTA BRUSA


El lunes 14, por la madrugada, Orietta Brusa partió en un viaje sin retorno. Se fue silenciosamente, durmiendo. Partió en paz. Cerró su paso por esta ciudad, por este mundo, con una estela grande que ha originado una respuesta inusitada entre jóvenes, amigos, enemigos y la intelectualidad de nuestra ciudad.
Italiana de nacimiento, adoptó la nacionalidad peruana y decidió afincarse en nuestra ciudad en la que se desarrolló en el mundo académico y cultural. Por su notable personalidad y carisma, fue conociendo a diversos amigos, algunos de los cuales la adoptamos como nuestra familia. Amiga de sus amigos, fiel a ellos, tenía un alto sentido de la fidelidad, algo ya poco conocido en mundo tan egoísta e individualista en el que nos hemos convertido. Militante de izquierda, feminista, atea confesa, fue una mujer que luchó por la mujer, por la posición de esta en la sociedad, a pesar de que muchas de ellas no entendieron su mensaje por lo osado y revolucionario que era. Reconocía en ellas el peor enemigo de su género por volverse complacientes y hasta aliadas de machistas que ofenden a las mujeres día a día. Su sencillez era conocida, así como su amor por los animales desvalidos; pero era mujer de vasta cultura, que empequeñecía, sin quererlo, a docentes universitarios, incluso decanos. Su posición de respeto a los derechos humanos y laborales le hizo granjearse muchos enemigos. Sus argumentos (actividad tan poco conocida por gente patán en el poder) eran contundentes y cuestionaban decisiones tomadas por las autoridades de las instituciones por las que pasó; por eso, no es raro que ambas universidades para las que laboró la hayan tomado como un personaje incómodo y hayan buscado diversos artilugios para “desprenderse” de ella. Pero, les dio el nivel académico que una universidad, si se jacta de serlo, debe de tener.
Ahora me viene el recuerdo de un cuento que leí en la niñez: El pintor de mariposas de Rafael Santos Torroella. En este, un pobre pintor que vivía solo se dedicó a reparar las alas de mariposas que habían quedado dañadas por una u otra razón; el pintor muere y en el camino a su entierro anónimo en una fosa común, sobre su pobre ataúd se comenzaron a posar un puñado de mariposas y luego, cientos, miles. Fue el entierro más bello que hubiera querido un rey. Orietta fue como ese pintor que fue arreglando la vida de sus estudiantes. Tanto en la UNT como en la UPN, cientos de alumnos fueron tocados por las palabras y ejemplos de ella, a quienes les orientó o reorientó la vida. Mujeres y hombres, jóvenes y maduros, decidieron cambiar sus rumbos gracias al apoyo de esta mujer que ayudó a muchos a hallar un sentido de vida en medio de la oscuridad y la sombra. Los cientos de testimonios de ellos, de todas las edades y carreras, dan una buena esperanza de que su legado no se perderá. Su memoria está, pues, en la semilla que plantó en ellos y que la harán crecer a través de sus acciones y gestos. Gloria Mundi.

miércoles, 22 de marzo de 2017

BREVE CRÓNICA DE UNA CIUDAD ABATIDA (TRUJILLO Y SUS HUAICOS NATURALES Y SOCIALES)

Miércoles 22 de marzo. Luego de una semana de lluvias y huaycos (riadas de lodo y piedra), salí a ver cómo estaban mis amigos y una parte de la ciudad: el centro histórico de Trujillo. Premunido de una máscara, gorro, agua y una cámara fotográfica me enfilé hacia la Av. América Norte, ubicada a dos cuadras de mi casa. Mi caminata fue un poco accidentada, pues se habían colocado bolsas de arena en lugares que entorpecían el paso o lo obstaculizaba del todo. Además se veían muchas calles con el acceso a ellas totalmente cerrado. Ojalá que alguno de sus residentes no vaya a pasar alguna urgencia, pues la posibilidad de llegar a cualquier domicilio en esa calle es nula. Agreguémosle la cantidad de tranqueras que se han colocado en varios barrios para que uno imagine el caos que hay en la ciudad. Y muchos vecinos han sacado sus bolsas de basura para depositarlas en las calles a las cuales, tal como están las cosas, dudo que llegue el camión de recojo. En varios aspectos, los ciudadanos, más que ser parte de la solución, somos parte del gran problema en situaciones como estas. En realidad, tenemos de nota en Civismo: 0.



Luego de seis riadas, el Centro Histórico ha sido uno de los barrios más castigados de la urbe. El Porvenir y Buenos Aires, ambos equidistantes, son también los que más graves consecuencias han tenido. Estos barrios han sido construidos sobre varios lechos de ríos secos que se activan en temporadas pluviales como esta. Recuerdo una visita que hice por el sur de Israel, zona generalmente desértica, en la cual hay lluvias esporádicas pero violentas. Las autoridades habían planificado estos lugares llamados Wadi (un poco como los lechos de ríos secos) para que nada se construyese sobre ellos y que haya advertencias para cualquier visitante, fuera de refugios por su hubiera una furtiva riada de agua. Me tocó la experiencia de vivir una tormenta sorprendente con rayos que iluminaban la noche y que retumbaban sobre las cabañas en las que estábamos hospedados; al día siguiente, hubo una fuerte lluvia y vi cómo esos lechos secos se cargaban de agua que formaban una fuerte corriente y que arrastraba con todo. Buen susto, pero todo bien previsto. Aquí varios de estos lechos son zonas urbanizadas e incluso lotizadas “legalmente”, producto de invasiones, traficantes de tierras y de políticos inescrupulosos para obtener votos futuros. A mi parecer, hay zonas en las cuales la intervención de un proyecto de canalización de aguas significará forzosamente la expropiación de casas e incluso cuadras para construir un gran canal dren para la ciudad. Esperemos que haya ese líder que se faje esta impopular medida, pero necesaria si la ciudad en su conjunto quiere seguir existiendo. Las medidas hechas en Ecuador para su sistema de drenaje han sido extraordinarias, un verdadero ejemplo para el de nosotros, el país que lideraba la economía del continente y no ha sido capaz de crear verdaderos proyectos de impacto social como sí lo ha hecho Ecuador. 19 años perdidos desde el Fujimorato con el Niño del 98 y 34 años desde el Niño 82-83 desde el segundo gobierno de Belaunde. Tiempo perdido.
Sigamos con el lamentable periplo. Entré por la Avenida Manuel Vera Enríquez para encontrarme con un tráfico endemoniado y que levantaba un polvo bastante dañino. Esta tierra llegó del famoso camposanto de Mampuesto, un ex reservorio chimú ahora un cementerio. Huelgan las palabras para preguntar cómo es que este reservorio natural terminó de cementerio que colapsa por ¡segunda vez! Imagino que en la era Chimú, muchos canales se servían de estas aguas cuando había lluvias cuyas aguas alimentaban este reservorio natural. Ahora no existen esas fugas o las mismas se han convertido en calles, avenidas o manzanas de casas. Al llegar a la esquina entre la avenida mencionada y la 8 de Octubre me hallé con un microbús atascado en un hoyo abierto por la corrosión de la capa asfáltica. La presencia de varios policías de tránsito como algunos voluntarios controló el tráfico de gente desesperada de salir como sea de ese tráfago. La gente acataba las reglas, pero no faltaba algún abusivo en camionetas 4x4 que generaban desorden: increíble, no era el transporte público, sino energúmenos al volante que se creen con todo el derecho del mundo a avanzar sin respetar a los demás; incluso algunos parecían tener la intención de arrollar peatones. Subí un par de cuadras la avenida 8 de Octubre y la situación era caótica. Muchas calles estaban bloqueadas u otras llenas de lodo de la riada del domingo 19 (la que fue más fuerte). Me dirigí nuevamente a la Avenida Manuel Vera y tomé la dirección de Av. España. Era un caos total, los policías indicaban a los choferes de no tomar la Vera Enríquez por la cantidad de barro acumulado. Crucé hacia la calle Junín. Un triste panorama; sin embargo, ya había maquinaria removiendo el barro para que haya un tránsito fluido. Tres cuadras de Junín, cercanas a la calle San Martín, estaban llenas de lodo y basura. Y así sucedió con todas las transversales a San Martín, la que ha soportado todas las riadas y, quizá, las que vengan aún. Cuando escribo esto, ya están anunciando otra.




Entrar a San Martín es sentirse desolado. Imagino la pesadilla que habrán vivido residentes y comercios que se hallan en esta calle. Aún discurría agua cerca de las bermas. Me acerqué a la Alianza Francesa a ver el edificio. No había nadie, pero luego hablé con el Director y me comentó que habían previsto varias medidas: cubrir objetos y elevarlos, igual libros y otros materiales, asegurar ventanas y puertas. En el 98, el entonces Director vio pasar flotando un gran conteiner de basura desde la avenida Miraflores. No sé qué habrán visto esta vez. Me acerqué al restaurante de unos amigos, el Patio Rojo: daños considerables. Espero que los bancos tengan una política de préstamos blandos a muchos pequeños y medianos empresarios que han sufrido pérdidas parciales o totales de sus medios de trabajo: es lo mínimo que pueden hacer, ya que ahora te prestan dinero a por doquier. Solo espero que no sea una política de usura total que es la esencia, en cierta manera, de un banco.
Seguí caminando por San Martín y vi las tres casas que amenazan desplomarse. Creo que se haría una acción de emergencia, ya que la gente pasa al costado de ellas sin medir el peligro de la caída parcial o completa de una de estas casas. Lamentable. Esta vez me dirigí hacia el Club Libertad. Hablé con el Sr. Anticona, guardián del lugar; me contó aterrado cómo el agua y el lodo ingresaron en el local inundando parte de las canchas de básquet y la entrada. De ahí me dirigí hacia la calle Almagro. Antes di una mano a un señor gasfitero que iba a hacer unos arreglos a una casa, el señor es discapacitado físico y no podía subir los montículos creados con los sacos de arena. Vi otros casos más; si la ciudad en sí es poco amable con los discapacitados físicos, por estos días el panorama es peor. De Almagro fui hacia la Plaza de Armas que yacía aún con polvo, pero ya no como la vi fotografiada el domingo. Subí por Pizarro y en el camino te encuentras con vendedores improvisados de venta de mascarillas. Fui a una farmacia a comprar una medicina que sí había, aparte pregunté por mascarillas: agotadas. Todas estas están en las calles sobrevaloradas. Imagino que el índice de inflación por estos días debe de estar llegando más allá del 40 %. Seguí por Pizarro, quise tomar un jugo y no tenía vuelto: el billete de 10 o 20 soles era raro. Me abstuve y me dirigí hacia la Casa de Emancipación: cerrada. Luego Club Central: cerrado. Doblé por Junín para ver Santa Clara: cerrada. Tomé la calle Independencia hasta España en cruce con Av. Del Ejército. Crucé la avenida, ya no tan caótica para dirigirme hacia la Av. Miraflores. Aquí ya es otro el panorama y el caos volvía a cundir. 




La Av. Miraflores ha sido el cauce “natural” de estas riadas. El asfalto se ha hundido por muchas partes, pero no se ven dichos huecos por la presencia de agua. El caos se iba acentuando a medida que uno se acerca a la Av. Túpac Amaru. La calle está cerrada y a lo largo de la avenida en dirección hacia la Av. América Este las calles trasversales están todas cerradas con barreras de sacos o tranqueras. Es la locura total. En algunos casos, la gente ha hecho una suerte de fortines que a la llegada del agua la derivan hacia el vecino afectándolo. Los trujillanos se quejan del molón de Salaverry y ellos han hecho réplicas del mismo sin importarles a quiénes afectan. Nuevamente, 0 civismo.
Pasé frente al Cementerio de Miraflores. No vi mucho, pero creo que los vivos se han preocupado más por sus vidas que por los muertos. Seguí hasta llegar a Borgoño, doblé para ver cómo estaba la Universidad Privada del Norte, mi ex centro de trabajo, poco afectado. Luego me dirigí hasta Daniel Hoyle para visitar a María. Estaba tranquila felizmente. Pero problemas de agua y organización son los que carcomen la paciencia de la gente. En su casa hice una buena pascana. Como reflexión es la necesidad de organizarnos para exigir a las autoridades presentes y venideras en embarcarse en proyectos globales urbanos que consideren drenes, canales, parques, una urbanización ordenada de la ciudad.




Tomé el camino hacia 8 de Octubre, luego de mi pascana. También en un estado lamentable. Hay algunos sectores que han llegado a situaciones extremas: han construido un muro rápido de ladrillos y cemento.

Trujillo tiene que pensar que ya somos una ciudad tropical y que esta experiencia sea el punto de partida de una ciudad mejor. No queda otra. Porque Trujillo sigue siendo un  lugar bonito para vivir y lo haremos.