Este espacio ha sido creado por Gerardo Cailloma con el fin de difundir mis ideas y poder compartir con el que esté interesado temas sobre cine, música, educación, viajes, literatura y todo aquella diletancia que produzca placer estético (como el buen comer)
Datos personales
- Gerardo Cailloma
- Trujillo, La Libertad, Peru
- Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
domingo, 19 de enero de 2025
DISTANCIAS INSALVABLES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 19 DE ENERO 2025)
domingo, 11 de abril de 2021
ELECCIONES AL VACÍO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 11 DE ABRIL)
Hoy es un día clave para millones de peruanos. Tras una década turbulenta, llegamos a un periodo electoral trascendental para nuestra sociedad: hoy debemos elegir al presidente del Bicentenario. No solo para que dirija el destino de nuestro país en los próximos cinco años, sino la persona que reciba una celebración clave que debe de resaltar nuestra identidad como nación.
Este último lustro ha sido una
agonía por nuestra inestabilidad política. No bien se determinó una segunda
vuelta entre PPK y Keiko Fujimori para que diversos analistas vieran la
fragilidad de la situación. Ambos candidatos venían con duros pasivos de
corrupción (no olvidar Panamá papers, por ejemplo). El triunfo por escaso
margen de PPK fue el inicio del suplicio para la sociedad peruana: un poder
legislativo desafiante y boicoteador contra un endeble presidente que veía a
sus ministros censurados, oír pedidos extravagantes y soportar la malcriadez de
la candidata contrincante por no reconocer el triunfo del contendor e, incluso,
sugerir fraude. PPK se vio en el tortuoso camino de entablar conversaciones con
diversos partidos con el fin de generar estabilidad. Hasta que llegaron las
negociaciones con un grupo de disidentes del fujimorismo con Kenji a la cabeza obteniendo
el insólito indulto a Alberto Fujimori, acción que precipitó la caída de su
gobierno de turno y el inicio de una larga pesadilla entre el legislativo y el
ejecutivo lo que devino en dos congresos (uno peor que el otro), cuatro
presidentes (incluidos PPK), todo en medio de una avasallante pandemia que
mostró la realidad de una sociedad que aparentó ser rica y solo sirvió para acentuar
las profundas divisiones socioeconómicas y geográficas. Las últimas décadas,
lejos de haberse trabajado en ser una sociedad más inclusiva, más equilibrada en
servicios para su población, con mejor sistema de salud y educación, con
sistema de justicia más eficiente y con criterio de imparcialidad, y una
seguridad otorgada a toda su población; todo esto, por lo contrario, se
derrumbó con la crisis sanitaria. Una salud pública venida a menos ha hecho que
miles de peruanos se hayan visto forzados a asumir costos onerosos que la salud
privada exigía y sigue exigiendo. Cosas como balón de oxígeno o camas UCI
pueden significar la ruina familiar, todo por haber descuidado un sistema que
debió haber sido reforzado y haberse convertido en paradigma para los demás
países que se compraban el concepto de vernos un país con un modelo económico
exitoso. De manera brusca, los peruanos nos hemos desnudado. Una segunda
fantasía del guano llega a su fin.
Las encuestas finales son, sin
embargo y de ser ciertas, una triste evidencia de que no se ha aprendido. Temerosos
y avasallados, los ciudadanos se están volcando en extremismos pensando que
hallarán estabilidad. Además, con un posible congreso peor que los anteriores,
veremos más oscuridad en el horizonte. Todo está ahora en nuestras manos.
domingo, 7 de marzo de 2021
SALUD MENTAL Y SOCIAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 07 DE MARZO)
En poco más de una semana, los peruanos recordaremos el inicio de un confinamiento riguroso acatado por varios ciudadanos, temerosos del avance de una pandemia incontenible. Este aislamiento forzado desnudó muchas fallas de un sistema que se pensaba ideal para lograr el ansiado desarrollo económico. Todo esto se comenzó a desmoronar en menos de una semana desde ese 16 de marzo. Desde inicios del 2020, las noticias que llegaban desde Asia y Europa eran cada vez más alarmantes; era cuestión de días o semanas que América Latina tomara medidas para enfrentar este mal que comenzaba a cobrar vidas rápidamente. Cada país trató de sortear la pandemia a su manera: algunos de manera drástica, como nosotros, pero con saldos terribles; otros relajados, como USA, Brasil, Suecia o México, también con saldos de espanto. El caso brasileño vive una situación extrema y se torna una amenaza para los países vecinos por su nueva temida cepa. Solo dos países latinoamericanos han salido de manera airosa frente a este drama mortal: Uruguay y Cuba. Al ver sus cifras de contagios y de fallecidos son bastantes bajas a moderadas. Incluso Cuba ya apunta hacia su propia vacuna.
Desde el momento del encierro,
el miedo y la pérdida del trabajo, más nuestra alta tasa de informalidad,
comenzaron a mellar la salud mental de la población. Las redes se volvieron un
medio para acrecentar la incertidumbre ante esta nueva situación: negacionismo,
atentado global, recetas y respuestas erráticas, exacerbación del aislamiento
fueron los primeros mensajes virtuales. Muchos negaron la existencia del virus:
una creación mediática de círculos de poder. Recuerdo una pregunta hecha por
una persona, en tono de burla, en redes de si conocíamos a alguien quien haya
muerto por este virus. A estas alturas, incluido yo, hay muchísimos que podrían
responderle con mucha tristeza que sí. Hubo personajes mediáticos que se
burlaban de las medidas y, de pronto, se vieron infectados del mal; algunos,
incluso, abusaron de privilegios, los cuales ellos mismos critican. Vino la
retahíla de recetas para el tratamiento, sugiriendo todo tipo de medicamento. Queda
en nuestra memoria el consejo de Trump que casi llevó a la muerte a varios de sus
seguidores. Luego la vacuna, el rechazo a esta, las teorías desopilantes sobre
las mismas que llevaron a situaciones tan ridículas como la destrucción de
torres de comunicación. Surgieron los antivacunas sembrando más dudas y alarma
entre la gente cada día más deprimida. Ahora que las vacunas llegaron a nuestra
nación, vemos a personas que, inicialmente críticas, exigen celeridad para su
aplicación e, incluso, muchos pierden la ecuanimidad y actúan del mismo modo
censurable como Vizcarra y sus ministros.
domingo, 13 de diciembre de 2020
NEUROSIS BICENTENARIA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 13 DICIEMBRE)
Calles y avenidas cerradas, tráfico sin rutas alternativas. Choques entre ambulantes y la policía municipal. Vecindarios con pistas destrozadas. Hospitales que colapsan. Radiografía diaria de una ciudad neurótica.
Este es el retrato de una urbe que,
de pronto, se ha visto sometida a situaciones caóticas que atormentan a los
preocupados y sufridos trujillanos. En medio de la crisis sanitaria y económica
que muchos estamos pasando, hemos sido testigos de fuertes reacciones como lo
fueron las protestas sociales contra la asonada provocada por congresistas de
móviles oscuros y, por otro lado, el problema agrario que causó zozobra en la
ciudadanía al haber mucha población laboral involucrada en esta modalidad. Cada
vez es más frecuente ver negocios que se ven forzados a cerrar sus puertas o
ver por muchas partes carteles que alquilan o venden inmuebles. Los intentos de
retornar a una suerte de resurgimiento económico chocan con otras veleidades
del mundo político que genera desconfianza e incertidumbre. Las acciones
populistas y ramplonas, y el doble lenguaje empleado por parlamentarios y
líderes de partidos políticos han generado un fuerte resentimiento en la
población que va a ser difícil de ser olvidado; y esperemos que así sea, pues hay
tristes evidencias de amnesia colectiva política como lo podemos ver a lo largo
de nuestra historia electoral. En cuanto al panorama sanitario, no deja de
causar grandes temores. Se habla de una segunda ola, mientras muchos ciudadanos
se vuelcan a las calles para satisfacer sus ansias de consumo o para disipar
las tensiones vividas en nuestro forzado encierro. Mucha gente clama por
libertades individuales y exigen libre circulación. Tras la amarga experiencia
que vivimos entre los meses de junio a septiembre nos debería invitar a la
reflexión y no convertirnos en portadores de la desgracia para sus familiares o
para uno mismo.
En este complicado escenario,
surgen acciones desatinadas que obedecen a un prurito proselitista más que el
bien cívico. De haber pensado en este último, no nos veríamos en la estresante
situación que ahora estamos viviendo: mientras cientos de ciudadanos reclaman
el asfaltado de calles que fueron abandonadas por la gestión edil (otro caos
que raya con la hilaridad), se abocan a romper otras sin haber generado rutas
alternativas y causando molestias en momentos como estos. El desatino cunde por
la ciudad que pareciera ser golpeada por diversas plagas, muchas de ellas
evitables si hubiera la coordinación correcta, el criterio técnico más que el
político, una visión más global de la ciudad y una comunicación más efectiva;
realidades bastante escasas por las evidencias que estamos sufriendo.
Si todo esto obedece como parte de
una campaña electoral de un debilitado líder identificado como mendaz y
traicionero, dudo que la población se sienta agradecida por esto. Salvo que el
lema “Sufre, peruano, sufre” sea parte de nuestra compleja identidad.