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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 4 de febrero de 2024

Y SI ARDIERA LA CIUDAD (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 04 DE FEBRERO)

 


Comentaba con varios amigos sobre lo inclemente que se ha tornado el clima en nuestra ciudad en las últimas décadas. Con temperaturas cada vez más extremas, fenómenos climáticos que se vuelven cada vez más frecuentes y con políticas erradas con las que se maneja no sólo la ciudad, sino casi el país entero que incrementan estas situaciones intensas que vivimos cada día; Trujillo ha ido perdiendo su condición de “ciudad primaveral” para ir convirtiéndose en “ciudad infernal” en verano y una suerte de “ciudad glacial” en invierno. Y no hay visos de que esto cambie para bien, salvo que haya acciones por parte nuestra de contener esta realidad (¿alguien la niega?) y de ir atenuando puntos críticos para mejorar la calidad de vida de todos los trujillanos. Debemos comenzar por reconocer que los dramáticos cambios que vivimos en nuestros días son dados por grandes obras hechas por la mano del hombre: Chavimochic y el molón de Salaverry. El primero ha influido dramáticamente en toda la región: mayor humedad que incrementa los extremos de sensación climática, así como una actividad pluviosa más frecuente anualmente; napa freática alta en muchas regiones que daña las bases de diversas construcciones y terrenos de cultivo, y con algunas consecuencias peligrosas como la propagación de enfermedades y pestes volviéndose algunas endémicas. En el caso del segundo, para todos es sabido que dicho molón es el principal causante del problema de la erosión costera que afecta desde Las Delicias hasta Huanchaco. Lo justo sería tener representantes de estas entidades con roles muy activos en las mesas técnicas que ven estos problemas que afectan a más de un millón de personas. Además, está el problema de la planificación urbana: muchos arquitectos son conscientes de la escasez de áreas verdes en una ciudad que bordea el millón de habitantes; más dramático lo es en barrios más populosos. La corrupción y el tráfico de terrenos han generado un grave problema al haber “habilitado” zonas de áreas verdes para convertirlos en espacios de construcción de viviendas. Las áreas verdes no son meramente decorativas; son áreas de integración social y mitigación climática, tan urgente en momentos que Trujillo va a tener fuertes olas de calor. Como áreas de integración, las áreas verdes integran más a diversos grupos etarios que una losa deportiva, centros que lastimosamente se han convertido en espacios de pandillaje y violencia verbal. En el caso de mitigación climática, las grandes ciudades del primer mundo han comenzado a reducir la presencia de autopistas para dar más cabida a áreas verdes, grandes árboles y jardines temáticos. Trujillo necesita, por lo menos, 10 jardines botánicos en sus barrios y un gran parque de la ciudad por el que los ciudadanos podamos disfrutar de grandes áreas verdes. Cada vez hay más ciudadanos que no tienen espacios vivos en sus casas. ¿Nuestras autoridades estarán a nivel de promover estos cambios?


domingo, 17 de octubre de 2021

CONVIVIENDO CON MONSTRUOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 17 DE OCTUBRE)


El miércoles 13 fue el Día de la Reducción de los Desastres Naturales. Ese mismo día a las 4 am aproximadamente un sismo remeció varias ciudades costeras, incluida la nuestra. Irónico. Sin embargo, es una latente realidad.

Nuestra ciudad está expuesta a una serie de desastres naturales, súbitos o paulatinos, que ponen en riesgo la vida y la propiedad de sus habitantes. Terremotos y fenómenos de El Niño han dado cuenta de vidas y patrimonios de muchos ciudadanos a lo largo de la historia de este valle en el que se halla ubicado Trujillo. Ahora se van a agregando nuevas amenazas como la erosión costera y la humedad, fuera de un estrés hídrico que ya afecta otras ciudades costeras como Lima; y tenemos no sólo un virus mortal, sino varios (dengue, por ejemplo) que circulan entre los ciudadanos. Algunos de estos monstruos son inevitables: un terremoto puede acaecer en cualquier momento y aún no se logra su predictibilidad: pero muchas consecuencias de estos son provocadas por una serie de condiciones propiciadas por nosotros; desde construir en zonas riesgosas hasta las formas de construcción empleadas que ponen en riesgo a sus habitantes. La adopción de la quincha y el adobe, ya usado en tiempos prehispánicos, fueron una respuesta a los terremotos vividos en nuestras ciudades durante la colonia. Los Niños también nos muestran los errores humanos al edificar en lechos de ríos secos o al deforestar las quebradas cuyos nombres nos causan temor tras una lluvia fuerte. Errores que vamos pagando caro como lo que vivimos en 2017. Aunque felizmente no hubo fallecidos, los daños fueron cuantiosos y nos muestran que no hemos aprendido nada. Las aguas discurrieron por los mismos lugares que atravesaron la ciudad en el Niño de 1997-98, aguas que provinieron del embalse de Mampuesto, ahora usado como cementerio. Esto también es narrado por Don Miguel de Feijóo en relación con el Niño de 1728, cuyas aguas casi se llevan las murallas que rodeaban al Trujillo de ese entonces. Como si nada hubiera cambiado. El terremoto del 70 golpeó duramente a la ciudad y su reconstrucción fue lenta. Muchas iglesias y casas estuvieron en estado ruinoso por décadas; algunas iglesias fueron restauradas por la visita papal de 1985. Tenemos un silencio sísmico por décadas, mientras la ciudad yergue edificios que esperemos estén en la capacidad de poder resistir un movimiento de envergadura; sino tendremos muchos muertos qué lamentar.

Hay dos cambios intencionales que están causando daños, quizás, irreversibles en la ciudad: la erosión costera y la humedad. La primera está muy ligada al molón de Salaverry. La segunda se ha acentuado con la presencia de Chavimochic, generando una suerte de tropicalización que genera cada vez más lluvias. Los intereses económicos son muy fuertes en ambos casos: algunas propuestas han tratado de atenuar los cambios generados con poca suerte. ¿Cómo estamos ante el crecimiento de estos monstruos?

miércoles, 26 de agosto de 2015

ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 23 DE AGOSTO

HUANCHACO, DESASTRE EN CIERNES

En las últimas semanas la situación del litoral huanchaquero se ha vuelto insostenible. La inacción por parte de los gobiernos regional y central, así como la demagogia esgrimida por un expresidente de la República, quien anunció, pomposamente en 2011, un plan de recuperación del litoral trujillano con 70 millones de soles (http://diariocorreo.pe/politica-y-economia/recuperaran-litoral-trujillano-con-setenta-millones-de-soles-426646/),  han incrementado la desazón de toda la población de nuestro litoral, la cual ha venido sufriendo embates del mar desde los años 60 a raíz de la construcción de un molón para defender el puerto de Salaverry de la corriente marina que lanzaba arena sobre sus costas. Irónica realidad, Salaverry recibe en abundancia lo que las otras costas carecen: arena.

Huanchaco es un balneario emblemático. Es un espacio ocupado principalmente por pescadores y gente que vive de su ecosistema, aprovechando su naturaleza. No es una playa suntuosa, pero sí rica en historia y esa es su identidad. El turista viene por ese concepto. Están sus olas, las que tienen ya fama mundial, lo que le ha permito ser declarado la quinta reserva mundial de surf en 2013. El estudio económico de su ola justifica la presencia de restaurantes, hoteles, bares. Hay propuestas interesantes como vincular el origen del famoso surf con su historia, planteada por el investigador Enrique Amayo.  

Diversas propuestas han surgido con el fin de rescatar el litoral y estas propuestas deben verse de manera global y articulada. El ejemplo del molón salaverrino debería servirnos de pauta para las futuras acciones que se tomen para el rescate ribereño. Su edificación causó severos daños paulatinos a todas nuestras playas. Historia conocida.  El anuncio de la construcción de un espigón, más las condiciones climáticas mundiales y la expansión de Chavimochic (causante de muchos cambios, no solo climáticos, en nuestra Región), traerán consecuencias imprevisibles.   Solución de ahora, grandes problemas del mañana.