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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 1 de mayo de 2022

DESAFÍOS PARA UNA SOCIEDAD (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 01 DE MAYO)

 


 Trujillo es una ciudad que fluctúa en el millón de habitantes. Una ciudad que ha crecido caóticamente, pese a algunos intentos loables de poder ordenarla en muchos de los rubros importantes de movilización urbana. El Gobierno Central ha dispuesto el retorno al cien por ciento de la presencialidad, situación que ha generado problemas no sólo en las instituciones educativas por cuestiones logísticas, sino por todo el problema vial que se genera por el desplazamiento de estos miles de estudiantes sea por movilidad particular o pública privada. Trujillo tiene registrados, desde motos y mototaxis hasta camiones y remolques más de ciento veinte mil unidades, de las cuales entran “en actividad” temprano de lunes a viernes unos cien mil vehículos (motos hasta buses), una realidad vial estresante que se apiña en avenidas o calles en las que están ubicados centros educativos, grandes y pequeños, privados o públicos. El retorno de miles de estudiantes escolares a aulas ha generado grandes malestares en hogares (en lo microsocial) como en las instituciones educativas (macrosocial). Aún no regresan los estudiantes de universidades privadas o la única pública. La UNT cuenta con más de quince mil estudiantes, solamente. Con la escasa educación vial que hay en nuestra ciudad por parte de muchos conductores, los estudiantes están en alto riesgo. Muchos sectores de la ciudad tienen calles deterioradas y algunas fueron intervenidas "gracias" a la campaña electoral del próximo octubre. Una intervención que pudo haberse hecho el año pasado cuando todo el sistema educativo estaba en la virtualidad. Por otro lado, nuestra ciudad cuenta con un servicio público (que es privado) caótico; tienen muchas unidades en deterioro crítico y son altamente contaminantes; deberían de estar fuera de circulación desde hace muchos años. Los ticos, por ejemplo, ya tienen más de ¡30 años de circulación!; además, al no haber una regulación en este campo y al igual que el comercio ambulante, hay mucha informalidad en estos servicios, pues vemos escaso control de muchas empresas al contar con personal no idóneo y, lo más alucinante de todo, con un prontuario de papeletas e infracciones que ahora quieren que se las condonen o eliminen. Cinismo o delincuencia. La informalidad se ve en la sobreoferta de rutas (arreglos políticos) y en la insana competencia que surge entre los conductores de unidades de trasporte a los cuales vemos en carreras por calles y avenidas de nuestra ciudad para captar clientes. Cuatro o cinco micros o custer ofreciendo la misma ruta. Un raro sentido de competencia empresarial. Esas son las unidades las cuales usan muchos estudiantes exponiéndose a un riesgo total que espero no termine en un accidente fatal como ya hemos visto anteriormente. En Lima circulan unas unidades de transporte público completamente informales y que causaron accidentes fatales. Se hizo el seguimiento de ellas, incluso reportajes; pero las autoridades no respondían. ¿Y aquí?

domingo, 7 de noviembre de 2021

LA DEMOCRACIA TALADRADA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 07 DE NOVIEMBRE)

 


“¡Baja Napo! - ¡Con tiempo, pe, doña!

El transporte público en la ciudad de la “primavera eterna” es un conjunto de laberintos de metal y carne podrida. Humanoides oxidados. Cajas de sorpresas indeseables. Ataúdes móviles. Menester es que el pasajero posea cierto grado de flexibilidad y tolerancia para soportar lo que durará el recorrido; en buena medida, también es importante el equilibrio y la fuerza, sobre todo cuando se está de pie asiendo el pasamanos, balanceándose como mono no desarrollado”. Este es un extracto del excelente cuento Línea B del libro Sórdido de Marcio Taboada Zapata que relata el trayecto penoso de un viajero de microbús. Es el contexto en que se ubica su cuento que se lo tomo prestado, pues su descripción no puede ser más exacta de esa pesadilla que es el transporte público. Este servicio que está en manos privadas es un territorio en el que todo vale: lo vemos en el estado de las unidades, en las formas cómo “choferes” manejan las mismas trasgrediendo toda norma de tránsito. Hay empresas serias que son opacadas por la actitud indolente y lumpenesca de muchos de los integrantes y empresas de ese sector; en los últimos años se ha ido agravando no sólo por el franco deterioro de muchas unidades (algunas con más de dos décadas) con la consiguiente inseguridad y contaminación de todo tipo; sino por la impunidad con la que hacen este servicio diversas personas que no son choferes profesionales o distan de serlo. Agravado también por la evidente corrupción en el tráfico de brevetes u otros procesos ligados al sector vial. El Fujimorato, con el fin de “paliar” la crisis generada por los despidos masivos durante su gobierno, permitió una serie de barbaridades en este sector al "regular" la importación de vehículos chatarras, buses camión, autos con timón cambiado, los ticos; autorizar sin muchos criterios técnicos el uso de combis, custer o mototaxis (verdaderas pesadillas), que generan pingües ganancias a muchas personas que les permitió, astutamente, no sólo comprar abogados corruptos, sino hasta colocar diversos personajes como concejales, congresistas y lobistas de todo tipo; estos presionan y amenazan a alcaldes, gobernadores regionales y ministros quienes sucumben o terminan en arreglos en desmedro de la sociedad y su movilización. La permisividad y complicidad de ambas partes en las últimas décadas nos han dejado en esta encrucijada. La última crisis mundial de combustibles nos está afectando fuertemente y la gente está en todo su derecho de protestar; pero al leer algunos de los reclamos de asociaciones de este sector rayan con el cinismo y la impunidad. Se mezclan demandas justas con pedidos dignos de bajos fondos. Ganancias a río revuelto.

En el ensayo Las repúblicas también se suicidan, tomado del libro La República agrietada de Carmen Mc Evoy, ella expone cómo la democracia se pone en riesgo ante situaciones en que se prioriza sólo lo económico, tolerando situaciones extremas como las que estamos viendo. Toma como ejemplo el caso de la República de Weimar que termina en brazos del Nazismo. ¿Formas extremas para una solución? ¿Estamos cayendo en esto?

domingo, 27 de diciembre de 2020

2021 (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 27 DE DICIEMBRE)

Hace un año despedíamos el 2019 con incertidumbres políticas y sociales, pero con la voluntad de que podíamos aspirar a un avenir positivo. Rumores de una enfermedad nos llegaban desde el Asia, pero nos eran lejanos en ese entonces. Nadie presagiaba que nuestro mundo, tal como lo conocíamos hasta esos momentos, iba a dar un giro sorprendente. Y a lo largo de este año hemos ido descubriendo, para bien o para mal, las capacidades e incapacidades que como humanos tenemos y que es una dura lección por enfrentar, y que es la herencia con la que entramos al 2021.

Desde los meses iniciales, cuando la pandemia azotaba ya varios países, comenzaron voces de alerta, así como las de negación y escepticismo que un evento de esta magnitud acarrea. Hemos visto líderes de opinión, políticos y personalidades de toda índole convirtiéndose de la noche a la mañana en una suerte de exégetas en una materia tan complicada y novísima como lo fue este virus. Grandes errores se fueron acumulando al haber permitido que personas que no tenían nada que ver con el tema médico aseverasen opiniones que generaban grandes desconciertos. Líderes como Bolsonaro o Trump, muy interesados en salvar otras cosas que vidas, llevaron a desastres sanitarios a sus países. En nuestro país, periodistas de diversos medios mostraban su incredulidad ante este evento y, peor aún, se mofaban del mismo. Cuando dos de ellos cayeron contagiados, su sonsonete paró. Los medios han jugado un papel tan ambiguo en las campañas realizadas por todo el mundo como en nuestro país. Y hemos visto que incluso no han sido transparente en informar todo el problema sanitario en nuestro país. Focos grandes de contagio como zonas industriales, agrarias o mineras, tanto formales como informales, no fueron difundidas del todo o lo hicieron de manera parcial más por intereses económicos que por el manejo de la verdad. Por otro lado, las marchas de noviembre eran difundidas con la advertencia de ser un caldo de cultivo para la pandemia; pero parece ser que esto no ha sucedido al no haber el temido rebrote pandémico a fines de noviembre. Más que la opinión de políticos u otros personajes, esperamos que la ciencia dé más explicaciones al respecto para poder actuar con propiedad y salvar vidas.

Pero las sociedades, como la peruana, han buscado soluciones ante esta situación. Se vio una interesante capacidad de organización y respuesta que nos queda como aprendizaje con la cual debemos de trabajar para futuro. Muchas personas han salido adelante tanto por ingenio, resiliencia; pero también de trabajo colaborativo. Son fortalezas que deben primar, de ahora en adelante, en nuestras planificaciones.  

2021 puede ser un año de reconstrucción en todos los ámbitos. Hemos sido golpeados por muchas pandemias: COVID 19, corrupción política, informalidad en todos los campos y deficiencias de un modelo incapaz de haber satisfecho pilares de nuestra sociedad: salud, educación y seguridad. ¿Seguiremos en lo mismo?

domingo, 14 de junio de 2020

HÉROES Y CAÍDOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 14 DE JUNIO)


Las dos últimas semanas han sido luctuosas para La Libertad, epicentro peruano del COVID-19, compartido con Lambayeque, Piura, Lima y Loreto. Hombres y mujeres, profesionales y aspirantes han ido cayendo en esta lucha sin cuartel contra esta pandemia. Personas que, lastimosamente a pesar de su sacrificio, pronto van a pasar al olvido en una epidemia en la que, como la guerra, la muerte pierde todo ese rito de recordación y homenaje que solemos respetar en tiempos relativamente normales. Así vamos viendo, cada día, caer policías, militares, brigadistas, enfermeras, voluntarios. Personas valiosas y valerosas que han enfrentado con pocas herramientas y muchas carencias una de las más grandes catástrofes de estas últimas décadas que aún estamos sufriendo. No solo han tenido que pelear contra la escasez de recursos y la premura de la situación, sino contra la indolencia de personas irrespetuosas, díscolas e, incluso, agresivas que atentan contra su labor e integridad; la ignorancia perniciosa que cunde cada vez más en espacios caóticos; la corrupción hasta de las mismas autoridades que presiden tal o cual institución (como los sonados casos de la policía); el acaparamiento de material indispensable por parte de personas inescrupulosas e insensibles (incluso médicos) para poder hacer su riesgosa labor. Y todo para que al final se conviertan en cifras más o cifras menos en medio de esta locura. No habrá tiempo para el luto, pues las exigencias y la competencia serán los nuevos faros de la vida que queremos restablecer a la normalidad.
La muerte de César Flórez Corbera, subgerente de Defensa Civil, el reciente 11 de junio, ha puesto un rostro visible a las víctimas de la pandemia. Hombre comprometido con su labor, le tocó atacar uno de los mayores focos de contagio: los mercados. Se enfrentó a esos espacios en los cuales la desgracia va desnudando más ese sueño inconsistente que los peruanos hemos vivido por casi tres décadas. Sueño en el que se permitió que la brecha entre un país idealizado se alejaba del país real. El rostro de Flórez Corbera, como el de otros cientos de peruanos, debe de quedar en el inconsciente colectivo para cuestionarse y replantear nuestra sociedad una vez culminada esta pesadilla. Pero me temo que esos héroes anónimos y conocidos se les olvidará para seguir con la rutina de un estilo de vida, ese que nos exige trabajar por metas prescindiendo lentamente de todo el entorno social que nos rodea y mantener una suerte de burbuja para negar lo demás; ese que ha venido siendo desnudado por críticos nacionales y extranjeros, por periodistas de opinión que han cortado fino la burbuja peruana.
Crónica de un suicidio anunciado. Así es como quería llamar a este artículo de opinión. Hubiera sido más justo para la triste realidad de la que somos asombrados y atemorizados testigos. Y, quizás, como cómplices, nos olvidemos de ellos. Espero que no.

domingo, 24 de mayo de 2020

¿VOLVER A LO MISMO? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 24 DE MAYO TRUJILLO)


Diciembre 2019. Más 250 mil vehículos circulan por las mal tenidas calles trujillanas; de estos, casi un 30 % son de servicio público. Un dato interesante es que, por antigüedad, anualmente unos seis mil vehículos, tanto públicos como privados, deberían estar fuera de circulación; por una u otra razón, la más de las veces política, estos aún circulan poniendo en riesgo a la población y haciendo de Trujillo una de las ciudades peruanas más contaminadas. Ticos, combis, microbuses, colectivos que han pasado de los 20 años de antigüedad siguen ofreciendo servicio con todo el peligro que esto significa, adosado actualmente al hecho de ser grandes focos contaminantes en las últimas semanas. Las horas punta trujillanas están pobladas de choferes irresponsables, tanto particulares como públicos. Pese a la restricción se ha visto a una buena cantidad de salvajes al timón de una 4X4.
Mercados, comercio ambulatorio, basura. La pesadilla trujillana que rebasó el control municipal en las recientes fiestas de fin de año ha sido otro de los factores que han hecho de nuestra ciudad un centro de contagio y caos. Infructuosos proyectos de formalización, estropeados por el populismo y afán electorero, y carencia de autoridad han hecho que esta anomia socioeconómica haya prosperado en las últimas décadas. La informalidad campea impunemente; ante esta situación, incluso negocios formales afectados por esta comenzaron a realizar sus actividades económicas orientadas hacia esta modalidad. Esta incrementó con la migración venezolana que vio una forma de subsistencia gracias al descontrol que les permitía ganar ciertos derechos sobre los sitios ocupados a vista y paciencia de la pintada autoridad. Ahora, es bastante posible que el segmento microempresarial, modalidad resaltada como forma de espíritu emprendedor, engrose el número de personas dedicadas al comercio ambulatorio. Y de este último se desprende otra gran preocupación: la basura. Su incremento en las últimas semanas se ha dado por la cantidad de guantes, táper, envases de gaseosas, mascarillas desechados en cualquier lugar. De volver los mercados, más todo lo anterior nombrado, ¿volverá Trujillo a generar 300 toneladas diarias de desechos?
¿La normalidad significará, entonces, que se abra nuevamente La Hermelinda, el lugar indicado como uno de los de mayor contagio en el Perú? ¿Los otros mercados desordenados y caóticos? Ya hay mucha gente que ve con esperanza su retorno para lo cual surgen todos los argumentos posibles. Estos espacios son una demostración de una de las famosas frases del presidente Prado: “En el Perú hay dos tipos de problemas: los que nunca se arreglan y los que se arreglan solos”. Ante la posición de muchas personas, no será nada raro que este espacio vuelva a ser lo mismo.
Con la poca capacidad que han tenido muchas autoridades en nuestra ciudad y Región, y el escaso sentido cívico de la población; la normalidad promete una pesadilla peor.

domingo, 10 de mayo de 2020

¿CAMBIAR? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 10 DE MAYO TRUJILLO)


El Gobierno peruano decidió ir “soltando” diversas actividades económicas con el fin de paliar la presión económica de algunas empresas y, sobre todo, de muchas familias que viven el día a día, segmento al cual se han venido “adhiriendo” un buen grupo de personas quienes han perdido sus empleos durante esta crisis. La acción se da en momentos en que vemos una sociedad peruana costeña, la más “rica y con mejores potenciales” económicamente hablando, que presenta cuadros verdaderamente patéticos de contagios y de desorden civil, producto (quizás) de errores sociales que se han cometido en las últimas décadas; y con manifestaciones alarmantes reflejadas en un lenguaje basado en la incapacidad de comprender la real dimensión de la situación como lo dicho por la presidenta de la CONFIEP que ha dejado a más de uno destemplado por las observaciones hechas ante las medidas de seguridad que se requieren para volver a un intento de normalidad. También está ese espíritu mal concebido del “emprendedor” en ver “oportunidades de negocios”; así surgieron los servicios de entrega (delivery) con escasas o nulas medidas de seguridad que exponen no solo al vendedor, sino al comprador de cualquier producto. Sensato es pensar que las cosas no serán como antes, obtuso es pensar lo contrario.
Mientras tanto, otras actividades, las informales, sí han estado “laborando” de manera efectiva en todas partes del mundo. Una de ellas es la tala ilegal, la gran depredadora de nuestros bosques y selvas. Ante la concentración del control en regiones urbanas, la tala ha prosperado y, con ella, la minería ilegal. Cómo habrá sido de escandalosa esta situación que hasta Jair Bolsonaro, el presidente brasileño promotor silencioso de esta actividad, ha tenido que mandar al ejército a detener esta depredación de la selva amazónica. ¿Estas actividades cambiarán? ¿es posible apuntar a trabajar en energías limpias cuando vemos que los países ricos tienen un sobre almacenamiento del crudo y con precios extremadamente bajos?   
En esta pandemia, el Norte peruano se volvió en un paradigma negativo cuyas explicaciones no son de índole económico ni comercial; sino sociológico o antropológico, incomprensible para muchos imbuidos en cuadros estadísticos o flujos de mercado que no toman en cuenta estos detalles. Las preguntas surgen por sí solas: ¿podremos cambiar para que, en una situación futura de la misma gravedad, las respuestas sean más asertivas y pensando en el bien común, pese al sistema en el que han crecido las últimas generaciones bajo esa mentalidad? ¿Podremos aspirar a una sociedad con buenos mecanismos de respuesta que protejan sus preciados bienes como salud y educación?
En la biografía escrita por Alonso Salazar sobre Pablo Escobar, el autor concluye con una pregunta hecha a un hombre de confianza del famoso narcotraficante: “¿Qué significaría la muerte de Escobar?” y tuvo por respuesta: “¡nada! ¡Absolutamente nada, todo seguirá como antes!”

domingo, 26 de enero de 2020

DEMOCRACIA ENFERMA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 26 DE ENERO)


Jueves 23 de enero, 7 de la mañana. Villa El Salvador. Un terrible accidente, uno solo, hace una radiografía violenta y cruda de la sociedad peruana. Un camión cisterna de la empresa Transgas hace explosión, luego de una imprudente maniobra que provoca la fuga de GLP (Gas Licuado de Petróleo), el cual se esparció por la zona. Este va a generar una dantesca llamarada que causó la muerte de 10 personas (hasta la fecha de redacción de este artículo) y más de cincuenta heridos, muchos de ellos con graves quemaduras. El accidente es la suma de todos los errores humanos posibles: la mala calidad de las calles de la zona; la circulación de un camión no autorizado que ya había tenido un accidente en 2018 y había sido observado técnicamente; el chofer de la empresa tenía en su haber ¡83 papeletas!; la empresa no tenía licencia de funcionamiento, ni permiso de Defensa Civil; la escasa educación cívica para casos como estos que, aunque no frecuentes. Es, pues, la suma de la informalidad de la cultura peruana en todos sus niveles: empresarial, laboral, político, educativo; y una que nos engloba: cultural. Es esa predisposición a la mediocridad, facilismo y falta de respeto por todo (incluido, por uno mismo) la que ha salido a relucir ese día en este lamentable siniestro. Algunos destellos en nuestra oscura situación: un niño tratando de salvar a su mascota y una respuesta masiva de la población para donar sangre para las víctimas. Notable.
Viernes 24. Se realiza la captura de Juan Sotomayor, líder del partido Vamos Perú, nos muestra el grado de informalidad que cunde en todos los estratos de la ciudadanía peruana. Este político de cuestionado pasado intentó la Presidencia de su Región, Callao, pero fue denegado, tal vez una forma para seguir evadiendo la justicia; pero, esta vez ella ya llegó para ponerlo en vereda. Su gestión como burgomaestre ha estado plagada de muchos escándalos de corrupción y se lo identifica, nada más y nada menos, como cabecilla de una organización dedicada al cobro de trabajadores fantasmas.
Domingo 26. Hoy es una fecha crucial para dar pasos hacia adelante o retroceder a la misma situación del Congreso anterior. Construir o destruir. Crear fe en el futuro o ensombrecer más el panorama de un país que ha ido caminando estos últimos años a trompicones. La informalidad ha permitido que las listas estén plagadas de personas reñidas con ley. Buscan la impunidad que otorga la inmunidad parlamentaria. Quieren evadir la ley. Hay muchos que apuestan a esa cultura que ha permitido que diez personas hayan muerto en Villa El Salvador. Nos quieren convertir en sus cómplices. Y eso que no se ha tocado otro tema espinoso: el narcotráfico que ha sembrado sus aliados en todas las capas de la sociedad peruana.
Hay que ser conscientes que estas elecciones están marcadas por la incertidumbre. Como nunca, los electores hemos estado viendo las hojas de vida de los candidatos. Duro aprendizaje para no olvidar de ahora en adelante.

domingo, 25 de junio de 2017

TROGLODITAS PERUANOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 25 DE JUNIO) A PROPÓSITO DE INCENDIO LAS MALVINAS, BUTTERS, ALARCÓN, CASTAÑEDA

La semana que culmina ha sido el escenario de eventos que nos han desnudado como una sociedad con grandes carencias. Diversas acciones hechas por variados actores han mostrado el lado más vil que el ser humano puede mostrar diariamente. Día a día cientos de miles de peruanos sufren barbaries diversas por parte de otros compatriotas que no ven en ellos a personas sino rivales primitivos, piezas de un engranaje de intereses personales o incluso pedazos vivientes de carne a los cuales hay que sacarles el máximo provecho.
Un incendio desastroso o un comentario sobre un jugador de fútbol del equipo rival han sido leves desencadenantes de la vergüenza social que soportamos permanentemente. Comentarios humillantes forman parte de nuestra interrelación social y tratamos al otro como un objeto carente de respeto. Lo sucedido con cuatro trabajadores en el lamentable incendio en las galerías Nicolini en la zona comercial Las Malvinas es una muestra del trato que damos y recibimos cotidianamente. La situación ha desnudado una verdad por todos conocidas: la explotación laboral. Miles de personas reciben trato vejatorio, aprovechado por la necesidad de tener un empleo. Diversas modalidades laborales avalan situaciones denigrantes (recorte de derechos, por ejemplo), las cuales son aceptadas por diversos trabajadores que prefieren callar a perder el puesto obtenido. Un local clausurado por las condiciones de seguridad, el encierro de trabajadores bajo llave, las horas extras no remuneradas, un largo etcétera de una verdad sabida pero no oficialmente aceptada. 
El incidente desatado la semana pasada por un dizque periodista deportivo, Philipp Butters, encendió el llano de las comunicaciones. Muchos rieron ante sus destempladas declaraciones. El susodicho, lejos de corregirse ante sus declaraciones, arremetió incluso contra el Ministro de Cultura insultándolo como lo puede hacer un patán. Este personaje ha tenido desafortunados comentarios con otros compatriotas como las comunidades selváticas que tuvieron que desplazarse forzosamente a vivir a Lima y perdieron sus propiedades en otro lamentable incendio. Tildados como ciudadanos de segunda (recordemos a AGP), según expresiones de este inefable periodista, fueron insultados prácticamente por su condición de provincianos, habiendo olvidado que él mismo era uno más en la capital. Como escupir al cielo.

La sofisticación de estos hechos se condensaría en la libertad de Alberto Fujimori. Una mayoría congresal conformada con tanto personaje mediocre y arribista, y de comportamiento casi cavernícola obtendría su objetivo, luego de haber humillado a diversas autoridades políticas; mientras un personaje controversial como el Contralor Alarcón sigue impávido en su puesto. Estaríamos, pues, ante la legitimación de la sociedad troglodita peruana. Hora de hacer rectificaciones.