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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 26 de diciembre de 2021

SALUD EN SALA UCI (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 26 DE DICIEMBRE)


Ómicron, restricciones, vacunas, tercera dosis, confinamiento, libertades individuales, antivacunas. Palabras que uno encuentra con mayor frecuencia en todos los medios de comunicación nacionales e internacionales, así como en las redes sociales. Fiestas navideñas, fin de año, frustración. Desde diciembre del 2020 al actual, muchos elementos nuevos, mismo escenario.

Cuando en marzo del año pasado nos fuimos al confinamiento, una sombra de incertidumbre cubrió a todo el tejido social; en un inicio, los acontecimientos eran vistos como lejanos e, incluso, generaban dudas. La presión económica fue decisiva para ir saliendo de nuestro enclaustramiento, pero también contribuyó en la expansión de la pandemia: grandes focos de contagio no sólo eran los mercados o tiendas, sino las fábricas, las minas y las agroindustriales. Estos hechos trataron de ser poco difundidos, pero fueron conocidos sottovoce. En la desesperación de la gente surgieron propuestas, algunas temerarias, que han pasado al olvido como el cloro o la ivermectina que fue muy usada con resultados aún nada claros. Hubo intentos desesperados y cuestionables de atacar la pandemia, de la importación de vacunas por privados hasta el famoso Vacunagate que arrastró a Vizcarra y mucha gente de su gobierno. Las fiestas de hace un año fue el inicio de una ola más agresiva y mucho más mortal: tras el sueño iluso de haber superado la peor parte, los peruanos nos vimos avasallados viendo a muchos familiares, vecinos o amigos fallecer en medio de acciones indignas de muchas personas e instituciones. Los cementerios se poblaron de entierros rápidos. La llegada de las vacunas fue campo de la especulación y del escepticismo. Programas de periodistas cuestionables despotricaron de la efectividad de algunas vacunas, las listas de vacunados privilegiados (fuera de Vizcarra) y la presión de grupos de poder para importar sus propias vacunas hicieron que la ciudadanía dudase de recibir por lo menos una dosis este año. Ya, a finales del 2021, muchos tenemos las tres dosis; ahora ya han vacunado a grupos etarios más jóvenes y pronto se estarán vacunando un segmento sensible y numeroso: de 5 a 12 años. Sin embargo, surgen personajes que no dejan de sorprender por su actitud: el caso de Juan Francisco Escobar, por ejemplo, causó mucha indignación. Un prurito raro de entender de estas personas. He visto a personas dudar de la ciencia médica y llevan litros de bótox en su rostro: no quieren inocularse, pero sí se inyectan en el cuerpo elementos estéticos. Una cosa es cierta: la epidemia se convierte en pandemia ayudada por dos grandes factores no biológicos, fuera de la pobre salubridad: el comercio y las grandes movilizaciones humanas. La Peste Negra llegaba con los buques mercantes. El gran desplazamiento de tropas en la Primera Guerra Mundial permitió que la Gripe Española diezmase familias y pueblos. Dos elementos que confluyen en estas fiestas. Para reflexionar.


domingo, 19 de diciembre de 2021

TRUJILLO, NUEVO FAR WEST (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 19 DE DICIEMBRE)


Hablaba con un amigo sobre cine y tocamos el género western que me hizo evocar esas imágenes de un Medio Oeste norteamericano de calles polvorientas y con una ley rampante del más fuerte y con predominancia de pistoleros, asaltantes y autoridades corruptas. Caí en cuenta de que, a medida que iba imaginando escenarios urbanos y sus habitantes, hallaba muchas similitudes entre nuestra ciudad, sucia y polvorosa, con esas imágenes cinematográficas. He venido comentando a través de esta columna sobre el sostenido deterioro de nuestra calidad de vida. Me viene a la memoria una teoría planteada por los científicos sociales James Q. Wilson y George L. Kellinge para explicar el deterioro social, el incremento de la violencia y un amplio espectro de anomias sociales, la Teoría de las Ventanas Rotas.
 A través de diversas observaciones en la que las condiciones físicas urbanas (una de ellas, el ornato) de un lugar ayudan al “relajamiento” peligroso del respeto de las reglas. Otro científico social, Philip Zimpardo, realizó otro experimento hecho con dos vehículos abandonados en dos barrios de condiciones sociales diferentes, Bronx de Nueva York y la residencial Palo Alto en California. Los resultados fueron interesantes: “[..] Cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable, los investigadores rompieron un vidrio del automóvil de Palo Alto. El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx, y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado que el del barrio pobre. [..] No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología humana y con las relaciones sociales. Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que vale todo. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos cada vez peores se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional [..]”. Extrapolemos esta descripción con lo que nuestra ciudad ofrece a sus habitantes; mejor dicho, lo que ofrecemos a nosotros mismos. Daniel Eskibel resume lo siguiente: “[..] Si una comunidad exhibe signos de deterioro y esto parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Si se cometen 'pequeñas faltas' (estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja) y las mismas no son sancionadas, entonces comenzarán faltas mayores y luego delitos cada vez más graves [..]” Interesante observación en la que Trujillo tiene todas las de perder. Eskibel concluye: “[..] Se trata de crear comunidades limpias, ordenadas, respetuosas de la ley y de los códigos básicos de la convivencia social humana, como la que no tenemos ahora.” Parte de nosotros, ciudadanos, ver qué ciudad queremos para vivir.

domingo, 5 de diciembre de 2021

CAVILACIONES TRUJILLANAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 05 DE DICIEMBRE)



Visitas inesperadas de amigos de antaño son siempre una verdadera cajita de sorpresas y un gran regalo para nuestras abrumadas vidas cotidianas. Así sucedió el pasado fin de semana con la visita de un amigo de tiempos universitarios con el que nos fuimos alejando por el tráfago de nuestras vidas en particular. El reencuentro inicial fue bastante simpático y entrañable, pues miraba en él un optimismo y alegría no sólo por el encuentro, sino por sus planes personales que habían empezado a caminar prácticamente con esta visita. No quiero ahondar detalles en sus planes de vida, pero sí reflexionar sobre las circunstancias que fueron rodeando este reencuentro.

Su entusiasmo y admiración por la ciudad que lo acogió momentáneamente fueron decantándose y desvaneciéndose por una serie de eventos que me permitieron entender más, a través de su experiencia, nuestra propia decadencia. Trujillo no sólo son bellas casas solariegas, “las Huacas del Sol y la Luna o el coloso Chan Chan”. En su estancia inicial, hizo un viaje a nuestros patrimonios arqueológicos, visitas en las que pudo constatar el deplorable mantenimiento de nuestro sistema vial. Al final de su visita, ya no le causaba sorpresa hallar una calle o avenida en la que haya encontrado numerosos huecos, rompemuelles de irregulares dimensiones o escasa o nula señalética. Su capacidad de tolerancia a “mínimos” detalles le permitía aceptar hasta ese entonces que seguíamos siendo la segunda ciudad peruana y con una buena calidad de vida. Tras su retorno de una breve ausencia de nuestra ciudad y hospedado en un céntrico hotel, de pronto se vio abrumado por la clausura de la plaza de armas, el tráfico endemoniado generado por esta medida, el desorden de nuestras calles, la mendicidad de todo tipo y la violencia que se respira entre las personas. Lo llevé a Huanchaco para “relajarnos” y terminar encontrándonos con desorden y basura. Lo llevé por la ex Vía de Evitamiento para ver las “espaldas” de Chan Chan para encontrarnos con un nuevo relleno sanitario de la ciudad; en realidad, es una vía que hay que tratar de evitar. Por eso, “evitamiento”. Mi amigo trabajó un buen tiempo en el área de comunicaciones de PromPerú. Sus observaciones reflexivas tuvieron un buen fundamento: no era sólo para el visitante, sino también para el residente. Él está pensando pasar una larga temporada fuera de Lima, sea en Arequipa o Trujillo. El viaje le aclaró más la situación. Trujillo ve un marcado deterioro en el cual todos los ciudadanos hemos contribuido con nuestro grano de arena: desde permitir que personas o empresas intervengan nuestro espacio sin respeto a normas mínimas de vecindad, hasta elegir autoridades incompetentes y corruptas; desde trasgresiones arquitectónicas y físicas (ruido y tratamiento de basura, por ejemplo) hasta el mantenimiento de nuestras vías, erosión costera o el criminal tráfico de terrenos. Trujillo. Ay… Y el cadáver siguió muriendo.

domingo, 21 de noviembre de 2021

PRIORIDADES Y RECHAZOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 21 DE NOVIEMNBRE)




Las semanas pasadas han develado muchas cosas que invitan a este artículo reflexivo: una ciudad con muchas y graves debilidades, y una sociedad con contradicciones nocivas. El accionar de muchos personajes del circo político peruano nos hacen postergar algunos puntos álgidos que debemos abordar urgentemente.

Cuando estalló la pandemia obligándonos a sumirnos en un aislamiento riguroso, comenzaron a surgir una serie de movimientos y personas que promovían una acentuada oposición a todo lo que estaba pasando. Surgió una corriente “anti medidas” contra el aislamiento, uso de mascarillas o las vacunas. Hubo reacciones que proponían el rechazo total a dichas medidas arguyendo razones religiosas o las promovidas por científicos de todo tipo, grupo en el que había desde charlatanes hasta investigadores que se oponían a la poderosa industria farmacéutica. Líderes religiosos pedían a sus feligreses no usar mascarillas o inocularse cualquier vacuna. Hubo comunicadores que rechazaban cualquier intento de controlar esta epidemia hasta sufrir en carne propia el contagio. Sólo basta recordar el caso de Rafael Rey o lo vivido por Beto Ortiz quien usó sus influencias para obtener una situación privilegiada en los momentos de mayor crisis sanitaria. Luego este comunicador, coludido con un personaje oscuro de la política, creó desasosiego en plena campaña de vacunación al difundir parcialmente los resultados de una investigación de una de las vacunas que se estaba aplicando en nuestro país; esta incertidumbre se acentuó por el abuso de poder del expresidente Vizcarra y un círculo allegado, incluida Pilar Mazzetti, exministra de Salud, quienes se vacunaron a espaldas de la ciudadanía. Las campañas pesimistas eran dramáticas y las voces disidentes contrarias a la vacunación no tenían tanta repercusión como sí las tenían las que dudaban de una rápida vacunación. Aún recuerdo en las redes comentarios escépticos de grupos etarios muy jóvenes quienes se veían vacunados en el 2022 o 2023. Uno de los países con mayor reticencia, USA, buscó mover su economía con la angustia de muchos que dudaban de la eficiencia del sistema sanitario en este proceso. Miles de peruanos se agolpaban en los centros de salud o puntos de vacunación. Hoy el MINSA sale a las calles, mercados e, incluso, casas a buscar personas que no hayan recibido dosis alguna. En enero ya se vacunará a niños desde los 5 años. Pese a todo, estamos aún en un poco más de 51 % de población vacunada. Ahora es el turno de los antivacunas. Las redes revientan con sus argumentos, algunos claros, otros insostenibles; voy conociendo a personas que rechazan la vacuna. Ahora argumentos legales circulan en las redes y los medios. Se arguyen derechos personales, pero también derechos colectivos que protegen a grupos vulnerables, cuyos integrantes fueron diezmados en estos meses y que hubieran, gustosos, puesto su hombro para luchar por sus vidas. Difícil encrucijada.

domingo, 7 de noviembre de 2021

LA DEMOCRACIA TALADRADA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 07 DE NOVIEMBRE)

 


“¡Baja Napo! - ¡Con tiempo, pe, doña!

El transporte público en la ciudad de la “primavera eterna” es un conjunto de laberintos de metal y carne podrida. Humanoides oxidados. Cajas de sorpresas indeseables. Ataúdes móviles. Menester es que el pasajero posea cierto grado de flexibilidad y tolerancia para soportar lo que durará el recorrido; en buena medida, también es importante el equilibrio y la fuerza, sobre todo cuando se está de pie asiendo el pasamanos, balanceándose como mono no desarrollado”. Este es un extracto del excelente cuento Línea B del libro Sórdido de Marcio Taboada Zapata que relata el trayecto penoso de un viajero de microbús. Es el contexto en que se ubica su cuento que se lo tomo prestado, pues su descripción no puede ser más exacta de esa pesadilla que es el transporte público. Este servicio que está en manos privadas es un territorio en el que todo vale: lo vemos en el estado de las unidades, en las formas cómo “choferes” manejan las mismas trasgrediendo toda norma de tránsito. Hay empresas serias que son opacadas por la actitud indolente y lumpenesca de muchos de los integrantes y empresas de ese sector; en los últimos años se ha ido agravando no sólo por el franco deterioro de muchas unidades (algunas con más de dos décadas) con la consiguiente inseguridad y contaminación de todo tipo; sino por la impunidad con la que hacen este servicio diversas personas que no son choferes profesionales o distan de serlo. Agravado también por la evidente corrupción en el tráfico de brevetes u otros procesos ligados al sector vial. El Fujimorato, con el fin de “paliar” la crisis generada por los despidos masivos durante su gobierno, permitió una serie de barbaridades en este sector al "regular" la importación de vehículos chatarras, buses camión, autos con timón cambiado, los ticos; autorizar sin muchos criterios técnicos el uso de combis, custer o mototaxis (verdaderas pesadillas), que generan pingües ganancias a muchas personas que les permitió, astutamente, no sólo comprar abogados corruptos, sino hasta colocar diversos personajes como concejales, congresistas y lobistas de todo tipo; estos presionan y amenazan a alcaldes, gobernadores regionales y ministros quienes sucumben o terminan en arreglos en desmedro de la sociedad y su movilización. La permisividad y complicidad de ambas partes en las últimas décadas nos han dejado en esta encrucijada. La última crisis mundial de combustibles nos está afectando fuertemente y la gente está en todo su derecho de protestar; pero al leer algunos de los reclamos de asociaciones de este sector rayan con el cinismo y la impunidad. Se mezclan demandas justas con pedidos dignos de bajos fondos. Ganancias a río revuelto.

En el ensayo Las repúblicas también se suicidan, tomado del libro La República agrietada de Carmen Mc Evoy, ella expone cómo la democracia se pone en riesgo ante situaciones en que se prioriza sólo lo económico, tolerando situaciones extremas como las que estamos viendo. Toma como ejemplo el caso de la República de Weimar que termina en brazos del Nazismo. ¿Formas extremas para una solución? ¿Estamos cayendo en esto?

domingo, 30 de mayo de 2021

UNA FINAL TENEBROSA, ¿VALE TODO? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 30 DE MAYO)


El viernes pasé mi primera vacuna. De manera ordenada y con poca gente, íbamos avanzando para ser inoculados; había pocas personas y pregunté a una doctora que nos atendió por qué había poca gente; ella nos comentó, apesadumbrada, que muchos ciudadanos no quieren vacunarse por temor a los efectos que estas puedan causar según habían oído. Cuando me comentaba eso, recordé ese programa en el que un periodista y un médico generaron tal desasosiego y dudas entre tantas personas mayores. El miedo funcionó; muchos compatriotas quizás hubieran podido evitar enfermarse e, incluso, salvar sus vidas; ese par de personajes siniestros sigue sus vidas sin remordimiento.

Sabemos que en toda campaña electoral la verdad es la primera sacrificada en estas contiendas. La invención o tergiversación de hechos personales, familiares o partidarios pasan por los comentarios escritos u orales entre la gente; eso es lo usual. Lo malo es cuando ya pasa a publicaciones reconocidas con sesgo tendencioso. El problema se agrava cuando la manipulación de datos cruentos oculta la verdad en desmedro de identificar y analizar el problema más profundo: narcotráfico; además, causa un profundo agravio, como es en este caso, contra los familiares de las víctimas, así como la grave situación en la que se deja a las personas comprometidas en la investigación (jueces y otras autoridades): todo esto confluye en el luctuoso evento acaecido en una pequeña localidad de la convulsa zona del VRAE. Extrañamente, la difusión de este hecho no fue por canales oficiales y su manipulación ha dejado desconcertada a mucha de la opinión pública que trata de no contaminarse de la locura mediática de estos días. En vez de abordar ese complejo tema que corroe la sociedad, los grandes medios de comunicación están optando por realizar campaña con un descarado y escandaloso manejo subjetivo de la información. Es sabido que nuestros medios informativos no son un dechado de profesionalismo periodístico imparcial, pero un poco de decoro sería bueno para evitar tocar fondo. La semana que resta será campo minado en el que la mentira y medias verdades relucirán de diferentes formas, más de un bando que de otro, obviamente. De uno solo escucharemos y leeremos sus propuestas; del otro, sus “maldades”. Después de haber escuchado las insólitas preguntas que le hicieron algunos reporteros a Richard Webb sobre su identidad y la temática que iban a abordar, uno se pone a pensar en manos de quiénes está la información que nos debe de llegar en momentos cruciales. Panorama incierto por venir.

PD. Juan Manuel Ochoa, Jaguar en el imaginario popular, ha muerto. Conversamos largo y tendido en su visita durante nuestra segunda versión del Festival de Cine Peruano de Trujillo. Hablamos de amigos comunes, cine y algunos proyectos que quería desarrollar en nuestra ciudad. Murió como ese villano entrañable que tenemos en nosotros: luchar por uno mismo. Buen viaje.


domingo, 23 de mayo de 2021

DESPEDAZÁNDONOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 23 DE MAYO)


En todas las últimas elecciones, desde las municipales hasta las presidenciales, estamos viendo que los recursos del agravio y del insulto se han ido incrementado. Esta campaña lo evidencia. Dichos recursos han existido en diversas contiendas de nuestra historia electoral. Recordemos los violentos grupos organizados de partidos políticos que tenían una participación disuasiva o ejercían violencia física, como el caso de los famosos búfalos o los comunistas. La publicación de libelos o pasquines era frecuente. A lo largo de varias décadas del siglo XX, agrupaciones políticas como las aprista y comunista estaban prohibidas y proscritas, y la presencia de algunas de ellos en los resultados parciales originaron anulaciones de las elecciones generales de 1936 y 1962. La solución era relativamente sencilla: prohibir partidos políticos y deportar a sus líderes. El caso más virulento fue el Ochenio de Odría. Por otro lado, las campañas electorales siempre estaban plagadas de ataques en las que los medios cumplían determinadas funciones. A medida que la tecnología iba avanzando, una febril campaña de difamación del postulante contrincante era más elaborada y lograba alcances más amplios. Los medios escritos, radiales y, luego, televisivos jugaban un rol decisivo en el electorado. Inclinaban la tendencia hacia tal o cual candidato de su preferencia y las redacciones modulaban los mensajes para inflar o tirarse abajo a determinado contendor electoral. Columnistas, dibujantes, locutores llenaban de sesgada información dirigida a sus receptores. Debido a la celeridad que iba exigiéndose en el mundo moderno, la información era cada vez más compacta, sencilla, pero también sofisticada. Eso lo entendió bien Montesinos con la creación de los famosos diarios y programas chichas: sencillos y hasta vulgares en su forma, y selectivo y destructivo en su contenido. La construcción positiva o negativa de un candidato pasaba por las líneas de estos medios que moldeaban a sus receptores: movilizaban sentimientos, frustraciones, ambiciones y pasiones que fueron muy bien capitalizadas políticamente. El desborde vino con Internet: la relativa libertad de este medio y el capital poderoso y peligroso que encierra lo hemos visto en las últimas décadas: grupos (u hordas) de personas (PPKausas, trolles) que dirigían ataques arteros contra un candidato o su grupo de electores con mensajes racistas, clasistas, misóginos hasta genocidas corrían de un lado a otro. Los hay en chats de nuestros amigos y de otros círculos, quienes utilizan estos como argumentos contra tal o cual candidato; son mensajes altamente violentos en su contenido. Además, hemos visto a postulantes recientemente lanzando diatribas e injurias no solo contra su contrincante, sino contra otros grupos como los mismos medios de comunicación de manera verbal (“mermeleras”) o incluso agresión física. Se está abriendo una profunda brecha insalvable en nuestra sociedad.


domingo, 9 de mayo de 2021

METAMORFOSIS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 09 DE MAYO)

 




Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, encontrose en su cama convertido en un monstruoso insecto[..]”. Estos son los primeros renglones de una de las novelas cumbres que retrata, de manera figurada, la incomprensible transformación de un hombre sencillo y común que no entiende lo que le sucede. La Metamorfosis, con la excelente traducción del alemán al español por Jorge Luis Borges, nos va describiendo no solo la transformación de este hombre, sino el de todo su círculo familiar hasta llegar a rechazarlo, negarlo y olvidarlo. Eran años de una Europa enloquecida de los rezagos de la Gran Guerra (Primera Guerra Mundial) y se encaminaba inexorablemente hacia la Segunda Guerra.

Tras los resultados de la primera vuelta de las últimas elecciones generales, se han visto varios cambios en muchas personas. En los círculos de las redes sociales a las que pertenezco, así como la información correcta que llega por diversos medios de comunicación hemos visto esos drásticos cambios. Entre los círculos de amigos hay fujimoristas y castillistas, y han sido fiel a su posición; también hay de todas las tendencias políticas, desde la derecha extrema hasta la izquierda. Han cruzado todo tipo de información y posición hasta ese 11 de abril. Los cambios comenzaron a gestarse una vez concluidos los escrutinios. Así como los candidatos que no pasaron a la segunda vuelta comenzaron sus negociones y, supongo, condiciones; lo mismo está pasando con cierta cantidad de personas quienes comenzaron a “negociar” sus votos. En el camino de esta transformación personal por querer justificar una posibilidad electoral he ido viendo mucho deterioro de personas sensatas. En esta trayectoria, también, se ve la facilidad con la que las personas confunden un modelo económico con uno político: la historia nos ha mostrado, precisamente, que el modelo que muchos quieren mantener surge de fuertes gobiernos autoritarios y represivos que les permitía aplicar una doctrina que surge de un laboratorio económico en Chicago. Volvamos a esa metamorfosis que es preocupante, pues esta está dañando el débil tejido de la sociedad peruana. He leído en chats comentarios racistas y clasistas de toda índole, incluso viniendo de personas vinculadas a la educación: un quiebre grave y delicado ha surgido en muchos como si la novela Doctor Jekyll y Mr. Hyde se hubiera hecho realidad en muchos que ocultaban un odio visceral contra un modo de ser, una raza, un idioma, una gran parte de nuestra sociedad. Y los hacen circular con toda intencionalidad.

No sé quién será el ganador de esta segunda vuelta, una encrucijada en la que muchos peruanos jamás pensamos que llegaría. Quizás, esta sea nuestra verdadera lección. Patrick Modiano, nobel francés de literatura, escribía un poco para exorcizar ese terrible pasado que conoció a medias de su padre: judío él, para salvarse, se dedicó a traicionar a su gente denunciándolos ante los nazis. Oscura verdad.


domingo, 14 de marzo de 2021

VILEZA INFORMATIVA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 14 DE MARZO)

En 1981, una noticia intrigante recaló en las redacciones de muchos diarios del mundo. Un físico, Brian Brady, había hecho diversos estudios sobre suelos y predijo tres sismos en territorio peruano, entre Pisco y Lima. Brady lanzó una primera alerta en 1978 en la que informaba sobre intensa actividad sísmica en 1980. La sismología, como ciencia, ha procurado y procura predecir movimientos de características desastrosas para salvar vidas, tomar medidas extremas de prevención y atenuar en algo las consecuencias de un fuerte sismo. Aunque el científico era refutado por diversos organismos científicos, siguió adelante con su teoría e, incluso, predijo las fechas en las cuales Lima iba a ser devastada: 6 de julio, 24 de agosto y 24 de setiembre. Todos los diarios peruanos, sobre todo limeños, lanzaron la alarma. Uno de ellos, el Diario Marka, cuyo director era Guillermo Thorndike, manejó la noticia de una manera sensacionalista y alarmante que causó grandes problemas al gobierno presidido por Fernando Belaunde. Pese a las advertencias de varios círculos científicos dudando de la predictibilidad de un terremoto, prevaleció la alarma y un insano prurito de llenar las portadas de los diarios con noticias tremendas. Hubo muchas personas que liquidaron bellas casas en La Punta, lugar amenazado de desaparición. Recuerdo que la familia de un conocido de la universidad vendió su casa y se mudó a Cuzco. Lima quedó vacía por esos días: julio fue un mes perdido para esa ciudad. Al final no tuvimos el sismo físico, pero sí económico: se perdió más de 300 millones de dólares (cálculos discretos), pues se redujo toda actividad turística que afectó a todo al país; además se paralizó mucha actividad constructiva. El Gobierno trataba de responder las alarmantes noticias de la mejor manera posible. Recuerdo un comentario de un ministro: se había comprado cientos de miles de bolsas para cadáveres para prevenir cualquier tipo de epidemia. Nuestra suerte estaba echada. No hubo terremoto alguno. Pasada la turbulencia, todo volvió a la normalidad. Eso sí: el diario Marka tuvo una venta extraordinaria durante tres meses de su campaña a tal grado que diariamente casi al mediodía ya había agotado su tiraje. Buena estrategia de marketing, le dicen.

Viernes 05 marzo, un programa dirigido por Beto Ortiz y difundido por Willax sacó al aire una edición que empleó información sobre la vacuna china. La información era parcial y fue manipulada con cierta sevicia justo ad-portas de la vacunación de los adultos mayores. Omisiones, interpretaciones erradas y conclusiones precipitadas causaron zozobra en la población. Hubo candidatos que, incluso, invitaban a la sedición contra el actual régimen. La incompetencia comunicativa del Gobierno hizo que la falacia prosperase, pero hubo pronto otras reacciones que frenaron esta insania; el médico que acompañó a Ortiz en ese programa terminó cambiando su versión en otros medios. Vileza y cizaña en tiempo de elecciones generales.

domingo, 24 de enero de 2021

RESPONSABILIDADES ABRUMADORAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 24 DE ENERO)

A uno le gustaría empezar una actividad, como el redactar un texto, con buena predisposición. Sin embargo, la presencia de tantos incidentes, cifras y noticias ligados a la pandemia lo hacen a uno cambiar de opinión en el camino. Por ejemplo, el mundo político con su campaña electoral daría tanto que hablar que uno podría escribir muchos artículos al respecto, entre alarmantes y jocosos, irónicos y reflexivos. O el Poder Judicial y sus sorprendentes liberaciones de personajes peligrosos. Pero no.

Círculos cercanos de amigos y experiencias personales me han llevado nuevamente a este asunto, que ya parece monotemático, único. La semana comenzó a fragmentárseme al leer los textos de diversos grupos de amigos y colegas de trabajo que informaban sobre el contagio de amigas y amigos que habían sido muy cautelosos en su quehacer. A estas alturas, puedo afirmar que no hay ningún chat colectivo en los que participo en el que no haya habido personas contaminadas, enfermas o fallecidas desde el inicio de la pandemia. En junio y julio del año pasado leía textos desesperanzados de familiares cuyos padres, hermanos o tíos habían caído enfermos y necesitaban urgente apoyo. O saber que algunos de ellos fallecieron. Y, de pronto, en estas últimas semanas se repite ese duro panorama. Dos buenos amigos están infectados y guardan su aislamiento de rigor. Un excolega de trabajo y su familia están en el hospital bajo observación. Mi madre que sigue un tratamiento por una dolencia tuvo que ser desplazada a un piso superior por la demanda de espacio para personas infectadas. Mi esposa me comenta que Portugal vive lo mismo y en los hospitales hay hileras de ambulancias esperando colocar a los enfermos. Ahora los jóvenes conforman el nuevo grupo de riesgo; cada día hay más infectados. Acabo de hablar con un exalumno mío que sale de su convalecencia. Estos datos no son de noticias elaboradas, son los que recibo de manera directa.

La gente pide no parar las actividades económicas. Nos tratamos de recuperar. Pero nuestros errores como sociedad nos han puesto en esta encrucijada. El debilitamiento del sistema de salud pública es uno de ellos y estamos pagando las consecuencias. Hay gente que pide que el sector privado asuma la entrega de vacunas. Si algún candidato ofrece esto, ese es el promotor de una estrategia terrible: genocidio. Vemos que no hay una receta social eficaz que contenga el avance de la pandemia hasta la fecha. Algunos datos preocupantes latinoamericanos:  Panamá, un país modelo de economía pujante: población 4´711 mil habitantes y 4,980 muertos por COVID. En otras palabras, un poco más de un muerto por cada 1000 habitantes; al igual que nuestro país en relación con el número de habitantes. Colombia y Argentina se dispararon. Ni hablar de Brasil o México. Y cada vez rodeados de irresponsables antivacunas o antimascarillas (hasta un candidato sale así en las entrevistas). La verdad, ¿la hay?

domingo, 17 de enero de 2021

INCERTIDUMBRES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 17 DE ENERO)

Esta semana no nos ha traído buenas noticias. Había luces de esperanza en cuanto a las vacunas, pero el contexto no es muy motivador. Además, lo que iba a pasar, pasó: incremento de casos de personas infectadas por COVID y un alza en el número de fallecidos por dicha epidemia. En realidad, no era de sorprender, pues con todas las actividades realizadas durante las últimas fiestas el número de contagios iba a ser inevitable, sobre todo por la costumbre calurosa (ahora muy peligrosa) de abrazos, besos y muestras efusivas de cariño que exponen a mucha población vulnerable (no solo mayores de edad) a un inminente contagio. A estas alturas, puedo confesar con vergüenza que no pude evitar la visita de muchos familiares a casa; pese a que en mi caso no hubo algo que lamentar, no sucede lo mismo en muchos hogares peruanos e, incluso, a nivel mundial; lo que obliga a casi todos los gobiernos volver a modos de cuarentena más rígida. En algunos casos, la justificación económica se va a sustentar para enterrar a un familiar cercano o internarlo en un clínica u hospital para el tratamiento necesario (disculpen la ironía o el cinismo). Tras una enredada explicación de las medidas por parte del presidente Sagasti, la única certeza que nos queda pues es que cada uno de nosotros debe ser lo más responsable posible consigo mismo y toda su familia inmediata, familiares o amigos cercanos propenso a verse contagiados. Debemos tener siempre en mente la pesadilla que fueron los meses de junio a agosto para todos los peruanos.

Por otro lado, la incertidumbre de la llegada de las vacunas se da en el contexto del rechazo de muchas personas de recibirla para su prevención. Cierto es que uno puede tener sus reticencias ante algo nuevo y, sobre todo, en lo concerniente a la salud e integridad física; sin embargo, estas se vienen testeando, tal como se informa, en muchas personas voluntarias para ver los efectos de la vacuna china Sinopharm a lo largo de los últimos meses del 2020. Dudas, fanatismo religioso, manipulación política o comercial, ignorancia o rechazo individual o colectivo son grandes enemigos no solo de la persona como individuo, sino en la posibilidad potencialmente peligrosa de ser portadora de esta una vez adquirida por un rápido contagio. Hay casos tristes como la muerte de más de 140 mil personas durante el 2018 a causa del sarampión, enfermedad controlable si la gente se vacunase; pero hay muchos grupos antivacunas, no necesariamente religiosos, promotores de la no vacunación. Campañas educativas no solo dirigida por médicos, sino por maestros y artistas que elaboren mensajes adecuados se hace necesario.

Hay que tener en claro que estas elecciones generales en abril próximo el tema de salud será manoseado hasta el hartazgo por varios candidatos populistas generando más confusión en una sociedad carente de líderes positivos y un digno sistema adecuado de salud. Basta ver lo que prometen alcaldes y congresistas con las vacunas. Lamentable.

domingo, 10 de enero de 2021

2021, INICIO TURBULENTO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 10 DE ENERO)

No había pasado ni una semana del 2021 y tenemos muchas sorpresas. Estas están vinculadas al mundo político, tanto nacional como internacional. No bien terminamos con las celebraciones navideñas y del año viejo 2020, una avalancha de sucesos ha generado respuestas de sorpresa, esperanza, estupor e indignación por dichos acontecimientos. Desde las fotos del congresista liberteño Luis Valdez divirtiéndose en Miami por año nuevo, mientras nuestra Región vivía la convulsión del paro agrario; hasta la intentona de golpe de los seguidores de Trump azuzados por este con el parlamento repetido de fraude.

Cuando nuestra Región se veía envuelta en enfrentamientos a causa del descontento de la nueva Ley Agraria, situación por la que algunos congresistas se trasladaron a nuestra ciudad, Valdez brilló por su ausencia; y calentó los ánimos al ver que su inasistencia era por frivolidades. Peor fue la justificación del líder de su partido y, luego, la inocua separación de dicho personaje de la campaña de APP. Además, todo sucede en momentos que nuestro país vive una nueva emergencia sanitaria que está obligando a otros países a confinamientos más estrictos, pese a contar con vacunas para su población. El mensaje es claro hacia la sociedad civil liberteña.

Por otro lado, está lo sucedido en Estados Unidos y su todavía presidente, Donald Trump; lo que hemos visto es una de las situaciones que vivimos aquí tras las elecciones en las que salió ganador PPK. La intransigencia, la obstinación, el fanatismo e intolerancia han sido las principales razones por la que muchos ciudadanos (no son pocos) hayan reaccionado así. Ese es el peligro. Cuando un grupo de personas de tendencia fundamentalista sostiene la idea de ser dueños de la verdad, estamos ante un verdadero peligro. El pensamiento Trump no es único y se sostiene en la matonería, en el abuso del poder, en la humillación de los otros. Una cosa es cierta en ese actuar: pensamiento y actitud sí están asociados. Mucha gente lo apoya, no solo en su país; conozco varios peruanos que ven en él el adalid de una Norteamérica que recuperaba su esplendor de ser la primera potencia del mundo sin que nadie la avasalle. Son de la política del Big Stick de Theodore Roosevelt y mucha gente de la extrema derecha y la derecha lo ve como un paradigma. Esta gente, ligada a grupos religiosos extremos, o partidos fascistas y racistas permitirían sacrificar cualquier condición esencial por la cual uno aprecia a esa sociedad: ellos ven la necesidad de volver al antiguo orden. Son un peligro, pues dicen sostener la verdad gracias principios fundamentalistas.

Lo vivido con Trump no ha terminado; por el contrario, es una pesadilla que ha crecido como el virus. Salvando distancias y momentos, los peruanos lo hemos vivido en dos congresos lamentables, obstrucciones, preocupados más en sus intereses que en el bien común. En abril tenemos elecciones. ¿Qué panorama tenemos entonces? 

domingo, 20 de diciembre de 2020

NAVIDAD ESPECIAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 20 DICIEMBRE)

Estamos próximos a una de las fiestas centrales del mundo cristiano. Una de las celebraciones que tiene un gran significado centrado en el amor hacia los demás, cuya síntesis la viene a dar la familia y que tiene más universalidad de todas conmemoraciones cristianas. Como otras grandes fiestas de origen religioso, moviliza a millones de fieles con el fin de preservar el sentido de esta o el de continuar una tradición cuyas raíces se pierden en las honduras de los tiempos. Una tradición que se adhirió a esta es la del obsequio, ahora inherentemente asociada a esta festividad; con el tiempo se “empapó” de un sentido comercial que ha estropeado el sentido inicial de amor en sus diversas formas coactando a este con la necesidad de un regalo.

Otro de los grandes significados que encierra esta fiesta es la de la Paz. Los humanos aspiran permanentemente a la búsqueda de la paz, pese a que su entorno no ha sido precisamente el que asegure esta. Hemos visto, incluso, a lo largo de la historia que bajo símbolos religiosos diversos se ha tergiversado la esencia de diversas religiones que pueblan nuestro planeta haciendo uso de la fuerza, del autoritarismo y el fanatismo para hacer proselitismo, conquistar e, incluso, desaparecer al contrincante o al “otro”. Uno es testigo frecuente de actos realizados por personas que dicen llamarse cristianas y en sus acciones distan kilómetros de la esencia de lo que predican. Me tocó la suerte de estar en Belén dos veces el siglo pasado y ambas oportunidades hubo actos de violencia que empañaron dichas visitas, actos que nos obligaron a escondernos en algunos lugares públicos no lejos de la iglesia construida en el lugar donde supuestamente había nacido Jesús, el enviado de Dios.

Ahora, enfrentamos una pandemia. Una que ha afectado todos los rincones del planeta, pues es una enfermedad que se moviliza con el humano. Estamos viviendo una plaga que goza de las facilidades de la modernidad; pues, con los hombres, recorre en menos tiempo más kilómetros y con grandes masas de portadores. Llevamos la enfermedad (cualquiera) con nosotros al lugar que vayamos; y viceversa, la traemos de los lugares que anduvimos. Somos, pues, una amenaza potencial, más aún aquellos que no son conscientes del peligro latente que nos rodea. Diversas medidas se han tomado alrededor del mundo y poco se ha logrado para conseguir el avance de esta pandemia, pues vemos que algunas sociedades que fueron exitosas en un principio ahora se ven envueltas en dramas sanitarios y sociales. Queremos volver a la normalidad y esta navidad ha sido la prueba para muchos. Pero, muchos hogares lamentarán las pérdidas de familiares o pasarán en vela por salud de uno de los suyos. El dramático mensaje enviado por Angela Merkel a sus connacionales es un llamado de atención para todos nosotros. En nuestras manos está el hecho de que el año entrante podamos estar con todos los nuestros sin haber sido cómplices de la muerte de uno de ellos.

domingo, 13 de diciembre de 2020

NEUROSIS BICENTENARIA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 13 DICIEMBRE)

Calles y avenidas cerradas, tráfico sin rutas alternativas. Choques entre ambulantes y la policía municipal. Vecindarios con pistas destrozadas. Hospitales que colapsan. Radiografía diaria de una ciudad neurótica.

Este es el retrato de una urbe que, de pronto, se ha visto sometida a situaciones caóticas que atormentan a los preocupados y sufridos trujillanos. En medio de la crisis sanitaria y económica que muchos estamos pasando, hemos sido testigos de fuertes reacciones como lo fueron las protestas sociales contra la asonada provocada por congresistas de móviles oscuros y, por otro lado, el problema agrario que causó zozobra en la ciudadanía al haber mucha población laboral involucrada en esta modalidad. Cada vez es más frecuente ver negocios que se ven forzados a cerrar sus puertas o ver por muchas partes carteles que alquilan o venden inmuebles. Los intentos de retornar a una suerte de resurgimiento económico chocan con otras veleidades del mundo político que genera desconfianza e incertidumbre. Las acciones populistas y ramplonas, y el doble lenguaje empleado por parlamentarios y líderes de partidos políticos han generado un fuerte resentimiento en la población que va a ser difícil de ser olvidado; y esperemos que así sea, pues hay tristes evidencias de amnesia colectiva política como lo podemos ver a lo largo de nuestra historia electoral. En cuanto al panorama sanitario, no deja de causar grandes temores. Se habla de una segunda ola, mientras muchos ciudadanos se vuelcan a las calles para satisfacer sus ansias de consumo o para disipar las tensiones vividas en nuestro forzado encierro. Mucha gente clama por libertades individuales y exigen libre circulación. Tras la amarga experiencia que vivimos entre los meses de junio a septiembre nos debería invitar a la reflexión y no convertirnos en portadores de la desgracia para sus familiares o para uno mismo.

En este complicado escenario, surgen acciones desatinadas que obedecen a un prurito proselitista más que el bien cívico. De haber pensado en este último, no nos veríamos en la estresante situación que ahora estamos viviendo: mientras cientos de ciudadanos reclaman el asfaltado de calles que fueron abandonadas por la gestión edil (otro caos que raya con la hilaridad), se abocan a romper otras sin haber generado rutas alternativas y causando molestias en momentos como estos. El desatino cunde por la ciudad que pareciera ser golpeada por diversas plagas, muchas de ellas evitables si hubiera la coordinación correcta, el criterio técnico más que el político, una visión más global de la ciudad y una comunicación más efectiva; realidades bastante escasas por las evidencias que estamos sufriendo.

Si todo esto obedece como parte de una campaña electoral de un debilitado líder identificado como mendaz y traicionero, dudo que la población se sienta agradecida por esto. Salvo que el lema “Sufre, peruano, sufre” sea parte de nuestra compleja identidad.

domingo, 4 de octubre de 2020

MAFALDA Y EL MUNDO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 04 OCTUBRE)

Joaquín Lavado, Quino, el padre de Mafalda, falleció el 30 de setiembre en su natal Mendoza, Argentina, a la edad de 88 años. Al leer la biografía de este hombre sencillo, bonachón y hasta un poco tímido, quizás no sea comprensible para muchos jóvenes de ahora el hecho de que su fallecimiento haya causado una suerte de conmoción a muchas generaciones de hombres y mujeres que somos el producto de la cultura e historia visual de nuestros países. Como sucedió con la muerte de Stan Lee para muchas personas que vivían pendientes de la televisión o de los cómics para ver fascinadas un capítulo más de El hombre araña o Los 4 fantásticos, había otro gran grupo de personas que estábamos atentos a las viñetas que salían en algunos diarios que llegaban a nuestras casas y que, a cierta hora del desayuno o durante la jornada, veíamos con fruición y alegría. La tira cómica, en su momento, apareció como una estrategia novísima de publicidad, luego se volvió educativa para terminar siendo una poderosa herramienta de comunicación y crítica mordaz del sistema en el cual determinado personaje había nacido de un tintero y de una coyuntura. Mafalda nace en 1963. Argentina vivía uno de sus numerosos golpes de estado de esa década y el mundo estaba sumido en la Guerra Fría. Esa pequeña niña de cabello rebelde y gran cabezota va a ir enunciado frases y reflexiones cada vez más agudas que destiemplan a cualquier lector: para el niño y el joven, ella ponía en nuestras mentes y bocas ideas que no nos atrevíamos a decir; a los adultos, dardos que no sabían responder. Salía a la calle y era testigo de dramas de la vida diaria; la televisión la frustraba. De Mafalda y sus amigos, jamás supimos sus apellidos ni nunca conocimos a los padres de alguno de ellos como Libertad. Mafalda solo necesitaba nada más que su nombre, pues lentamente se fue convirtiendo en nuestra conciencia, en la voz que plasmaba nuestras frustraciones e impotencias. Fue una activista del Mayo del 68 francés y amaba a los Beatles. Sus amigos, con los cuales nos íbamos identificando, solidarizando o burlando, eran soñadores, pragmáticos, luchadores, conformistas, ingenuos, hipócritas. Seres que forman el espectro social: dónde no hay un Manolito, una Susanita, un Guille. Quino los creó para que, a través de ellos, nos veamos en nuestro diario vivir. A pesar de ser una niña urbana, sus reflexiones eran sobre nuestra condición humana, atormentada por problemas sencillos como grandes (políticos, sociales, económicos y culturales). En 1973 deja de ser publicada en diarios y revistas. En 1976, Quino tuvo que exiliarse en Italia por el ascenso de una cruenta dictadura militar de derecha dirigida por Rafael Videla. Potentes, prepotentes e impotentes es un texto que permite entender ese periodo doloroso que tuvo que pasar el autor en tal difícil trance.    

La cultura popular ha perdido un artista, pero hemos ganado una niña que perdurará en la memoria colectiva.

domingo, 30 de agosto de 2020

PELIGRO: POPULISMO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 30 DE AGOSTO)

2021: elecciones presidenciales y generales para un nuevo periodo en el Bicentenario de nuestra independencia política. Un nuevo escenario político que comienza a regir sobre las nuevas decisiones y cambios en lo que resta del periodo del actuar poder político. En otras palabras: ya empezó la campaña electoral, comienza el populismo en acción.

El populismo no es una modalidad política muy antigua; aparece a fines del siglo XIX y, desde entonces, trata de fagocitar las democracias formales débiles y bajo una presión social y económica fuerte para existir. Sin embargo, el populista desprecia la democracia como forma de gobierno, pese a que utiliza todas las reglas del juego de aquel sistema para catapultarse al poder. Es la forma cómo se legitima ante la sociedad interna y externa de una nación; por eso, los dictadores no caben en esta categoría. Los populistas han convertido la política en un circo, puesto que en los últimos años han recurrido a las formas populares, incluso las más ramplonas, para atraer a su público objetivo. Necesitan de las masas para vivir, les succionan la mente y tratan de comportarse como ellos: por eso, los mítines son espacios para vedettes, futbolistas o grupos de música chicha, en el caso peruano. Mucha gente confunde al populista con un izquierdista: aunque dice preocuparse por el pueblo, es una posición ideológica totalmente opuesta al comunismo; es más, es un zafarrancho de ideas adecuadas a la coyuntura, como una suerte de ameba social que aparenta compromiso y sensibilidad social. En la historia los más grandes populistas, Mussolini y Hitler, fueron enemigos acérrimos de movimientos sociales pese a que sus partidos se decían llamar socialistas. Sus estrategias de movilización social, eso sí, fueron empleadas por las extremas derechas que los utilizaron como tapón. En nuestro país, tal como se ha descrito líneas arriba, hemos tenido muchos gobernantes de ese talante, con matices en sus perfiles que terminan fascinando no solo a una población desesperada de legitimidad y atención, sino por intelectuales y personas con formación personal relevante. Fujimori, por ejemplo, tuvo a varias personalidades académicas que justificaron sus atropellos contra DDHH o los opositores de su régimen, el que iba cayendo cada vez más en la corrupción. Son personas que buscan el reconocimiento de su labor y, al igual que el corrupto, justifican sus actos como una acción justa hacia el pueblo, que lo aclama y se admira de sus hechos, pese a que estos son obligaciones que le corresponden a su función.

En los próximos meses, veremos atentamente cómo ideas desfachatadas surgen en el marco de esta situación extrema de una sociedad golpeada en su economía y en su sanidad. Campo ideal para un oportunista avezado como lo es cualquier populista. Así, jugando con la necesidad de una masa electoral enceguecida y enfurecida, esta pueda poner en el sillón presidencial el pináculo de su desgracia.

domingo, 16 de agosto de 2020

LO MISMO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 16 DE AGOSTO)

Cuarentena. ¿Inesperada? No. ¿Injusta? Quizás para muchos que viven el día a día en la burbuja en la que hemos vivido por años y que nos estalló de pronto. El modelo de país apoyado por muchos se nos vino abajo. Las críticas hacia otros llueven para zafarnos de la responsabilidad política que tenemos como sociedad. Pese a los llamados de atención de diversas personas que reclamaban por los errores ahora desnudados descarnadamente y con una virulencia que han afectado a muchas personas cercanas a muchos ciudadanos, volteamos el dedo acusador a la cabeza máxima de un estado debilitado por nuestras propias decisiones. Veamos nuestra historia electoral y veamos la lista de autoridades que hemos puesto en alcaldías, gobiernos regionales y gobiernos centrales. La democracia nos exige también que asumamos nuestra responsabilidad histórica.

En marzo cuando se entró en la primera cuarentena, la reacción de todo el mundo era obvio: pánico. No solo por la pandemia, sino por el cáncer enquistado en nosotros. Es tan grande la informalidad que cualquier plan de ayuda de directa o indirecta será insuficiente para poder asistir a ciudadanos o familias. Otro factor: la actividad bancaria es un servicio caro y, como se ha visto ahora en muchos casos, ineficiente que deja secuelas lamentables. Los bonos no funcionarán no porque sea una mala intención del Gobierno actual, sino por la escasa bancarización de una sociedad que desconfía de cualquier banco por los costos de sus servicios. Y también está el gusto de la informalidad de muchas personas que prefieren estar fuera del sistema para evitar tributar, por ejemplo. Costo y evasión son variables de un mismo drama.

También están los negacionistas y anti reglas de toda índole que surgieron desde que empezó la pandemia. Recuerdo a aquellos comentaristas que se burlaban del COVID-19 y las medidas adoptadas; y que, al final, resultaron infectados quedando en el mayor de los ridículos. Pero, lejos de aprender esa lección, vemos una nueva oleada de comunicadores, líderes religiosos (abrir los templos para el culto, por ejemplo), políticos (“todo está bien en mi ciudad”), empresarios (la actividad minera es un foco infeccioso del que poco se está hablando) y muchas personas que con sus actitudes han permitido que la pandemia se haya expandido más en las últimas semanas. Haber levantado la cuarentena fue motivo para que mucha gente haya hecho locuras. Me comentó una amiga de Huanchaco que el primer domingo libre de las restricciones, el conocido balneario recibió una visita apabullante de gente tal que la distancia social no era para nada respetada. La celebración del aniversario de un equipo de fútbol con fuegos artificiales y marchas fue una muestra infeliz en momentos como estos. El desequilibrio emocional puede ser una causante, pero la irresponsabilidad es también un factor que nos indica cuán miserable ha sido nuestra formación social por velar nuestra persona y su entorno.

domingo, 5 de julio de 2020

SOBREVIVIENDO AL COVID-19 (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 05 DE JULIO)


1 de julio, 2020. Se levanta la cuarentena. Desde el confinamiento riguroso a partir del 16 de marzo, varios fallidos intentos se hicieron con el fin de evitar la expansión de una pandemia que la sabíamos desastrosa para lo cual se idearon diversos protocolos con el fin de detener su incontenible avance como sucedió en Asia y Europa. Se empleó diversas estrategias, pero hubo una buena dosis de desconocimiento de un país debilitado en sus estructuras estatales en las últimas décadas en educación, seguridad y, ahora añadimos, salud. Pocos son los países que han sabido controlar la pandemia. Los que priorizaron la economía la están pasando mal, bastante mal. China, Italia, USA, Brasil, Chile (país que pronto pasará al nuestro en cuanto a contagios y fallecidos) y ahora el nuestro, han aplicado diversos métodos contra un enemigo invisible y que ha “aprovechado” todos los medios alcanzados por esta sociedad para su rápida expansión. Algunos países que “relajaron” el confinamiento se han visto en la necesidad de volver a este pues los contagios volvieron a subir. Como me comentaba mi hijastra quien es médico en Portugal, la gente volvió a la supuesta normalidad y el país lusitano, modelo de control, ha entrado en emergencia por la irresponsabilidad de muchas personas, sobre todo jóvenes, que retomaron sus ritmos de vida y diversión sin medir las consecuencias; una simple fiestecita playera fue el foco infeccioso que llevó a casi un centenar de imberbes y sus familiares a copar algunos hospitales lisboetas.
¿Y nosotros? Fuera de la irresponsabilidad e indolencia demencial, y la urgencia social, hay otras situaciones alarmantes. Por ejemplo: basta ver el pésimo servicio de transporte público, las posibilidades de un rebrote son bastante altas. La pesadilla heredada por décadas, el transporte público exige ahora una obligatoria revisión profunda. Los líderes del transporte público privado planteaban a sus usuarios la posibilidad de cobrárseles casi 5 soles por pasaje por un servicio de pésima calidad y que hace que los pasajeros vayan literalmente como ganado. La necesidad de transporte masivo a escala se impone en urbes en las que el panorama es cada vez más lamentable y en franco deterioro. El sentido de las ciudades grandes como centros atractivos de trabajo tienen que replantearse lentamente. Existen diversas anomias sociales, puesto que nuestras ciudades crecen desmesuradamente por el centralismo económico, social, laboral, académico, cultural, político; esta anomalía histórica incrementa el cáncer de la informalidad, fuera del debilitamiento de las estructuras del Estado. Además, es evidente que las grandes ciudades han sido los principales focos de infección que se ha dispersado por el resto del territorio. Situaciones como estas han sido lamentablemente una forma de aprendizaje.  
Gremios profesionales y la Academia deben de plantear propuestas urgentes y atendidas por el sector político.

domingo, 14 de junio de 2020

HÉROES Y CAÍDOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 14 DE JUNIO)


Las dos últimas semanas han sido luctuosas para La Libertad, epicentro peruano del COVID-19, compartido con Lambayeque, Piura, Lima y Loreto. Hombres y mujeres, profesionales y aspirantes han ido cayendo en esta lucha sin cuartel contra esta pandemia. Personas que, lastimosamente a pesar de su sacrificio, pronto van a pasar al olvido en una epidemia en la que, como la guerra, la muerte pierde todo ese rito de recordación y homenaje que solemos respetar en tiempos relativamente normales. Así vamos viendo, cada día, caer policías, militares, brigadistas, enfermeras, voluntarios. Personas valiosas y valerosas que han enfrentado con pocas herramientas y muchas carencias una de las más grandes catástrofes de estas últimas décadas que aún estamos sufriendo. No solo han tenido que pelear contra la escasez de recursos y la premura de la situación, sino contra la indolencia de personas irrespetuosas, díscolas e, incluso, agresivas que atentan contra su labor e integridad; la ignorancia perniciosa que cunde cada vez más en espacios caóticos; la corrupción hasta de las mismas autoridades que presiden tal o cual institución (como los sonados casos de la policía); el acaparamiento de material indispensable por parte de personas inescrupulosas e insensibles (incluso médicos) para poder hacer su riesgosa labor. Y todo para que al final se conviertan en cifras más o cifras menos en medio de esta locura. No habrá tiempo para el luto, pues las exigencias y la competencia serán los nuevos faros de la vida que queremos restablecer a la normalidad.
La muerte de César Flórez Corbera, subgerente de Defensa Civil, el reciente 11 de junio, ha puesto un rostro visible a las víctimas de la pandemia. Hombre comprometido con su labor, le tocó atacar uno de los mayores focos de contagio: los mercados. Se enfrentó a esos espacios en los cuales la desgracia va desnudando más ese sueño inconsistente que los peruanos hemos vivido por casi tres décadas. Sueño en el que se permitió que la brecha entre un país idealizado se alejaba del país real. El rostro de Flórez Corbera, como el de otros cientos de peruanos, debe de quedar en el inconsciente colectivo para cuestionarse y replantear nuestra sociedad una vez culminada esta pesadilla. Pero me temo que esos héroes anónimos y conocidos se les olvidará para seguir con la rutina de un estilo de vida, ese que nos exige trabajar por metas prescindiendo lentamente de todo el entorno social que nos rodea y mantener una suerte de burbuja para negar lo demás; ese que ha venido siendo desnudado por críticos nacionales y extranjeros, por periodistas de opinión que han cortado fino la burbuja peruana.
Crónica de un suicidio anunciado. Así es como quería llamar a este artículo de opinión. Hubiera sido más justo para la triste realidad de la que somos asombrados y atemorizados testigos. Y, quizás, como cómplices, nos olvidemos de ellos. Espero que no.

domingo, 12 de abril de 2020

FACTURA DE 30 AÑOS DE ANOMIA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 12 ABRIL)


Preguntaba un amigo tratando de identificar al o a los culpables del fallecimiento del primer médico peruano en medio de esta pandemia, en medio de esta locura que está transformando desde los vínculos sociales más íntimos hasta la economía de nuestra nación. La respuesta creo que nos atañe a todos.
Desde hace tres décadas y tras los crasos errores de la gestión de AGP, el Estado se convirtió en una suerte de paria en la sociedad peruana. Las palabras “estatal” o “gestión pública” tenían una carga semántica muy negativa, la cual se ha acentuado más gracias a los múltiples de actos de corrupción, la cual se ha incrustado en todos los tejidos del aparato estatal, sobre todo en el político y en el judicial. Son tres décadas de habernos martillado que lo estatal y lo público son lacras sociales. Casi dos generaciones de peruanos han crecido bajo esa mirada.
El debilitamiento del Estado ha permitido, tras su desmantelamiento productivo, que surjan diversas formas de poder económico que, incluso, pueden cuestionar su autoridad. El sistema impuesto por el Fujimorato no solo desarmó todo lo que pudo del aparato estatal, sino que supo, además, cómo hacer una sociedad acrítica, hedonista, aprovechadora, trasgresora, egoísta y poco empática con la problemática nacional. La palabra del Estado era y es cada vez más débil y carente de credibilidad y autoridad, tanto de este como de todos los organismos encargados de ejecutarla. Esto nos permite entender que, incluso, entidades religiosas convocaran reuniones o la actitud de muchos jóvenes recién empezada la cuarentena. Una real anomia.
A lo largo de estas décadas hemos visto crecer poderes alternativos que asumen roles que ahora están colapsando. El crecimiento de corporaciones en este periodo lo explica. Incluso esto ha influido en pilares esenciales como la educación y la salud; en el primer caso, se la orientó al sentido del mercado, modelando las habilidades y capacidades de las personas con el fin de poder incorporarse en una empresa o crear una, realidades en total situación crítica por los momentos que vivimos. Habilidades blandas como empatía y solidaridad no han sido prioridad, justo cuando más las necesitamos y pueden salvar la vida de varios, incluida la tuya, estimado lector. En la salud, se permitió una lamentable reducción, cual escarnio social, del sistema público. Con esta pandemia, enfrenta además la herencia de tuberculosis y dengue. La sociedad, nosotros hemos permitido llegar a esta situación a través de políticos electos que aceptaron dichas condiciones; nosotros los colocamos a través de las urnas. Esa es la verdadera democracia; no es un término económico, es un término social y compartimos todos este sistema. Reflexionemos, además, sobre la situación de los llamados partidos políticos y sus líderes, los cuales han demostrado hasta ahora no estar a las alturas de las circunstancias.
Estos son, pues, nuestros 30 años de boom económico.