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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 10 de julio de 2022

EL PRECIO DE LA MALA FAMA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 10 DE JULIO 2022)

 


“Cría fama y échate a la cama”. “Cría fama y échate a dormir”. O la extrapolación de la fábula de “El pastorcito mentiroso” atribuida a Esopo. Estos refranes y la fábula mencionada sintetizan, de alguna manera, las diversas reacciones en las redes sociales y las conversaciones de café y entre amigos ante lo ocurrido recientemente en el mundo de las comunicaciones masivas.

El miércoles último se suscitó un extraño incidente en el distrito de Chadín, provincia de Chota en Cajamarca: un secuestro (así se lo identifica) de dos periodistas del programa Cuarto Poder que estaban haciendo una investigación sobre el caso de la cuñada del presidente Pedro Castillo. Además, hubo una interrupción en la programación de una televisora a nivel nacional en la que uno de los periodistas leyó un pronunciamiento dictado por los ronderos. Este incidente generó toda una serie de reacciones de censura y rechazo contra los autores de dicha acción y solidaridad con los periodistas. Hasta aquí todo iba dentro de lo correcto, si cabe el término, pues lo que vino después sí puede ser preocupante para la labor periodística en sí, un poder tan necesario para combatir la corrupción que recorre campante por todos los estamentos sociales. Una ola de escepticismo y burla corrió por las redes, agravada por el mensaje que en grupo se dio en dicho canal de televisión. El efecto debe de invitar a la reflexión a la parte afectada.

Este hecho enfrenta dos entidades de nuestra sociedad: el periodismo de los grandes medios y las rondas campesinas. En los 80, durante un viaje a Cajabamba tuve un encuentro con una de estas rondas que custodiaba la zona de Cauday; una verdadera tensa situación, muy tensa. Las rondas fueron potenciadas durante el Fujimorato en su lucha contra el terrorismo de SL y MRTA. Pedro Castillo se autodenominó rondero, aunque la Confederación de estas lo desmintió. Se ha desarrollado una situación límbica desde el inicio de este gobierno que desconcierta y genera temores entre muchas personas. Por otro lado, el periodismo de muchos grandes medios se desvirtuó por su actuación extremadamente parcializada durante el último periodo electoral presidencial y es precisamente el programa Cuarto Poder que tuvo una de las más escandalosas parcializaciones que restaron demasiada credibilidad entre la primera, la segunda y la intentona de anulación de dichas elecciones aduciendo un fraude que nunca pudo ser comprobado. El despido y la renuncia de muchos periodistas de este programa y el comportamiento vergonzoso de otros periodistas en la búsqueda sin razón debilitó la fiabilidad a tal grado que ahora muchas personas dudan de la veracidad del actual incidente; en realidad, fue lamentable ver una retahíla de invitados con el fin de justificar dicho fraude distrayendo a la audiencia que hubiera focalizado su atención hacia el improvisado y mediocre gobernante que subió al sillón presidencial.  El restablecimiento de la credibilidad es urgente.


domingo, 20 de febrero de 2022

PERIODISMO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 20 DE FEBRERO)


A lo largo de mi vida universitaria y laboral, he tenido contactos con muchas personas que han ejercido y ejercen el periodismo de manera profesional. Muchas de ellas terminaron convirtiéndose en grandes amigos, amistad que sigo cultivando hasta nuestros días. A lo largo de la historia de medios de nuestro país, sobre todo cuando aparecen los periódicos como tales y, luego, otros medios de comunicación (radio, televisión y, ahora, la virtualidad) uno termina de entender por qué esta profesión puede convertirse en un cuarto poder.

En artículos míos anteriores, recordé algunos ejemplos de su mal uso: cuando vivía en Lima un amigo y colega de trabajo, al enterarse de un avasallador cáncer terminal, se suicidó; en medio de esta tragedia familiar, un canal de televisión emitió la noticia como un ajuste de cuentas por narcotráfico. La reacción de muchos amigos, familiares y colegas fue inmediata: una carta de rectificación por parte del canal que difundió la noticia sin pruebas. Nunca hubo dicha rectificación. Otra fue la manipulación tendenciosa de posibles sismos que causó pánico y problemas económicos a nuestro país. El principal diario promotor no enmendó su error. Fue una noticia más. Ejemplos como estos hay muchos que quedan impunes, sobre todo para las personas que no tienen recursos ni poder para exigir rectificaciones. Algunos periodistas cuestionados han expuesto contubernios políticos, económicos o sociales; pero sus trabajos se desdibujan debido a acciones como defenestrar campañas sanitarias urgentes para la comunidad o manipular la memoria de personas a su antojo. Se usa la libertad de expresión como un cajón de sastre en el que hechos bastante cuestionables denigran la profesión. No olvidemos de lo que fue la prensa Geisha presta a ocultar los crímenes de una dictadura, avalar sus atropellos y ser cómplices de toda la red putrefacta que sigue asolando nuestra sociedad. Un periodista, honesto y leal a su profesión, busca la verdad y la comprueba con hechos tratando de mantener la difícil imparcialidad. Hay periodistas que luchan contra todo tipo de corrupción perseverante y transparentemente generando espacios de discusión y buscando las evidencias para construir la noticia muchas veces enfrentando riesgos. No es fácil. Hace una semana vi la proyección de un documental sobre la masacre de 8 periodistas en Uchuraccay y la evolución de este acontecimiento (y también el olvido). Toda forma de corrupción económica o política busca diversas formas de amenazas y amedrentamiento. Recientemente, en Trujillo, un grupo de periodistas de investigación tuvo que cancelar en último momento una entrevista a una candidata a la alcaldía, pues esta le es incómoda al dueño de la radio; o las declaraciones de un jefe policial corrupto que, con gritos, quiere ocultar su crimen menospreciando la sistemática investigación hecha por un periodista local. Han expuesto parte de la gangrena. Mi completa solidaridad con ellos.

domingo, 30 de mayo de 2021

UNA FINAL TENEBROSA, ¿VALE TODO? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 30 DE MAYO)


El viernes pasé mi primera vacuna. De manera ordenada y con poca gente, íbamos avanzando para ser inoculados; había pocas personas y pregunté a una doctora que nos atendió por qué había poca gente; ella nos comentó, apesadumbrada, que muchos ciudadanos no quieren vacunarse por temor a los efectos que estas puedan causar según habían oído. Cuando me comentaba eso, recordé ese programa en el que un periodista y un médico generaron tal desasosiego y dudas entre tantas personas mayores. El miedo funcionó; muchos compatriotas quizás hubieran podido evitar enfermarse e, incluso, salvar sus vidas; ese par de personajes siniestros sigue sus vidas sin remordimiento.

Sabemos que en toda campaña electoral la verdad es la primera sacrificada en estas contiendas. La invención o tergiversación de hechos personales, familiares o partidarios pasan por los comentarios escritos u orales entre la gente; eso es lo usual. Lo malo es cuando ya pasa a publicaciones reconocidas con sesgo tendencioso. El problema se agrava cuando la manipulación de datos cruentos oculta la verdad en desmedro de identificar y analizar el problema más profundo: narcotráfico; además, causa un profundo agravio, como es en este caso, contra los familiares de las víctimas, así como la grave situación en la que se deja a las personas comprometidas en la investigación (jueces y otras autoridades): todo esto confluye en el luctuoso evento acaecido en una pequeña localidad de la convulsa zona del VRAE. Extrañamente, la difusión de este hecho no fue por canales oficiales y su manipulación ha dejado desconcertada a mucha de la opinión pública que trata de no contaminarse de la locura mediática de estos días. En vez de abordar ese complejo tema que corroe la sociedad, los grandes medios de comunicación están optando por realizar campaña con un descarado y escandaloso manejo subjetivo de la información. Es sabido que nuestros medios informativos no son un dechado de profesionalismo periodístico imparcial, pero un poco de decoro sería bueno para evitar tocar fondo. La semana que resta será campo minado en el que la mentira y medias verdades relucirán de diferentes formas, más de un bando que de otro, obviamente. De uno solo escucharemos y leeremos sus propuestas; del otro, sus “maldades”. Después de haber escuchado las insólitas preguntas que le hicieron algunos reporteros a Richard Webb sobre su identidad y la temática que iban a abordar, uno se pone a pensar en manos de quiénes está la información que nos debe de llegar en momentos cruciales. Panorama incierto por venir.

PD. Juan Manuel Ochoa, Jaguar en el imaginario popular, ha muerto. Conversamos largo y tendido en su visita durante nuestra segunda versión del Festival de Cine Peruano de Trujillo. Hablamos de amigos comunes, cine y algunos proyectos que quería desarrollar en nuestra ciudad. Murió como ese villano entrañable que tenemos en nosotros: luchar por uno mismo. Buen viaje.