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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 1 de enero de 2017

SALDOS DEL 2016 (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 01 DE ENERO 2017)

Se fue el 2016. Un año movido, con muchos hechos que han generado interrogantes por aclararse a lo largo del 2017 en adelante. Nuestras elecciones generales, cuyas secuelas aún no acaban, hasta las elecciones en diversas partes del mundo, como las estadounidenses, tienen y tendrán repercusiones en un mundo cada vez más globalizado e interdependiente. Ha sido el nocturno escenario para varios viejos y nuevos saurios de la política nacional. El bisoño César Acuña pagó cara su osadía presidencial  y fue descalificado por el JNE para participar en la contienda por donaciones no permitidas; irónicamente, la candidata de FP usó esas mismas artimañas, pero prefirieron sacrificar a su candidato a la vicepresidencia, Vladimir Huaroc. A Acuña no se lo sancionó por el escándalo del plagio o copia (como lo denomina él); pero, su acción dejó mal parado al mundo universitario nacional y  de España. Otro bisoño, Julio Guzmán, también fue desembarcado; sin embargo quedó catapultado para futuras contiendas. De los viejos saurios, Lourdes Flores Nano apostó aliarse al líder AGP, su antiguo rival. Lo único positivo de esta errática decisión es haber permitido a su partido, junto al APRA, pasar la valla electoral para no declararlo extinto, como también le pudo pasar al partido de la estrella. Es el fin de Lourdes Flores Nano para estas lides. Otros saurios, AGP y KFF, sí recibieron un fuerte revés; en el primer caso, AGP no solo puso en riesgo la existencia de su partido, sino que se expuso a la vergüenza pública en el debate presidencial. La noche se incrementa con el escándalo Odebrecht. Por su parte, Keiko quedó con los crespos hechos pues tenía la Presidencia ganada. Ni los Panamá Papers la afectaron (tampoco a PPK), pero los escándalos de Joaquín Ramírez (caso que ha quedado congelado) y la información manipulada torpemente por José Chlimper y otros le pasaron una pesada factura. Queda en la suposición saber qué hubiera pasado si la DEA hubiera soltado la bomba antes de la primera vuelta. Quizá el panorama político (por ejemplo, el Congreso) hubiera sido otro.
En el plano internacional, aunque en el Oriente se abre una luz de esperanza sobre Siria, el nuevo Presidente de los EE.UU. es aún toda una incógnita sobre lo que hará. Su discurso fue muy agresivo y caló en muchos estratos sociales, tanto dentro como fuera de su país. Un discurso aislacionista, racista y clasista han alertado a la sociedad mundial por la validación de su pueblo. De ejecutar todas sus promesas, el panorama mundial se verá fuertemente alterado y nuestro país no escapa a sus posibles consecuencias. De endurecer sus teorías migratorias, pronto veremos a muchos connacionales desterrados, remesas recortadas y todo otro tipo de actividad (visas, intercambios, convenios) afectado. Las futuras elecciones europeas, como la francesa, pueden verse influidas por este tipo de gobiernos de un capitalismo chauvinista, primitivo y bravucón. Esperemos que la opinión pública juegue roles decisivos para evitar más estas situaciones, como pasó en Austria que evito que ganase un partido de extrema derecha con rasgos neonazis.


domingo, 19 de junio de 2016

HERIDA SANGRANTE (PROBLEMA FP) (ARTÍCULO PUBLICADO EN EL DIARIO CORREO DE TRUJILLO DOMINGO 19 DE JUNIO)

Han pasado dos semanas de la contienda electoral y hemos visto una serie de acciones, actitudes y comentarios que han estado caldeando el ambiente político, social y económico peruano por una actitud beligerante de la candidata derrotada y sus correligionarios tras las elecciones del 05 de junio. Desde el silencio “atento” guardado por la excandidata hasta su “reconocimiento” público con sus 73 legisladores electores y el cuestionado José Chlimper, su aceptación fue parcial, pues abrió su discurso con “aún quedando pendientes varias actas” y destacó: "Seremos una oposición responsable que pensará siempre en el futuro de nuestro país, teniendo como línea matriz representar el sentir de más de 8,5 millones de peruanos que votaron" por ella con una actitud poco conciliadora y dispuesta al diálogo. En las semanas siguientes, en las redes y algunos diarios capitalinos se difundieron artículos y comentarios que mostraban esa disconformidad y la latencia de una herida por una campaña perdida que se sintió ganada y por la que se apostó ingente cantidad de dinero. Desde el flash a boca de urna del 05 de junio, se han estado buscando estrategias para ir sembrando dudas sobre la estabilidad y seguridad de un candidato que tomó la cresta de una ola social una semana antes de las elecciones. Las redes se lanzaron a atacar la “coalición” de líderes, partidos y ciudadanos (sobre todo) que permitieron el triunfo de PPK. Defenestraron a excandidatos como Verónica Mendoza recibiendo adjetivos de todo tipo. Incluso en uno de los principales diarios capitalinos, el periodista de opinión Ricardo Vásquez Kunze escribió el 14 de junio un artículo por lo demás insidioso; en este, supone que el entorno femenino de PPK pueda tener las mismas características de la actual Primera Dama. Dice lo siguiente: “al parecer, en el (entorno) del presidente electo ese entorno tiene por mayoría a mujeres. Esto sería magnífico si no fuera por el detalle que trasciende de que la ambición de poder de estas no va de la mano con los talentos políticos necesarios para dar buenos consejos para gobernar. Ya hemos tenido prueba del mal fin que una ambición así ha tenido para con el gobierno saliente”. Comentario por lo demás tendencioso y atentatorio contra la capacidad de las mujeres. Hasta puede convertirse en un contundente búmeran que dejaría malparada a su excandidata.

Pocas serán las diferencias que pudieran existir entre los excontendores. Si Keiko acepta ser una saludable oposición responsable, entendemos que esta será para una buena fiscalización y tenaz lucha contra la corrupción, pilares que se ven como flancos débiles debido a la catadura de algunos de sus congresistas electos y por el pasado que arrastra su apellido. Si intenta una nueva carrera presidencial en el 2021, la limpieza de sus pesadas herencias debería de empezar desde ahora para forjar su propia identidad y despojarse de la carga atávica que la ata con el séptimo presidente más corrupto del planeta.

domingo, 22 de mayo de 2016

¿HACIA UN NARCOESTADO? ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 22 DE MAYO

“Detrás de cada gran fortuna, hay un delito”. Esta frase fue acuñada por el escritor francés Honoré de Balzac que aparece recurrentemente en su libro La comedia humana; una frase que describe la Francia posrevolucionaria en la que hombres y mujeres inescrupulosos sacaban provecho y amasaban grandes fortunas de manera ilícita y, como leía un comentario, “haciendo harina a los demás”.
Por estos días, la nueva denuncia contra Joaquín Ramírez, congresista de la República por Cajamarca y amasador de una gran fortuna meteóricamente acumulada, ha refrescado la memoria de todos los peruanos sobre los diversos sucesos en los que diversas formas reñidas de la ley han intervenido de manera directa en la política peruana corrompiéndola. La investigación en su contra se abrió el octubre del año pasado por la Fiscalía de Lavados de Activos al solicitar, como primer paso, levantar su inmunidad parlamentaria. Las investigaciones han ido desmadejando no solo el accionar de este personaje, sino el de muchos miembros de su familia que militan en el partido Fuerza Popular.
Los negocios turbios siempre han tenido fuerte presencia en la política nacional a través de diversos personajes que militaban en los partidos de turno. Los contubernios eran variados: en la época del primer gobierno de Fernando Belaunde, el contrabando, sobre todo textil, avalado por el entonces Ministro de Marina, almirante Florencio Texeira, debilitó a ese gobierno. El retorno de la democracia en los 80 trae otros dos sonados casos: el de Guillermo Cárdenas Dávila, “Mosca Loca”, quien se ofreció pagar toda la deuda externa del Perú de entonces; y el caso de Carlos Langberg, quien financió la campaña de Villanueva del Campo por el APRA, frente a Belaunde por su segundo gobierno. Ya el narcotráfico, poderosa herramienta de corrupción, se había instalado en el Perú y comenzaba a extender sus turbias redes. Ambos gobiernos de AGP también estuvieron regados de escándalos como el caso de Reynaldo Rodríguez López, “El Padrino”; y los famosos narcoindultos o los extraños vínculos con Gerald Oropeza y familia. Pero fue el gobierno de Alberto Fujimori y su siniestro socio Vladimiro Montesinos en el que el narcotráfico y la descarada corrupción de prebendas y dinero contante y sonante se enraízan en todos los niveles de la sociedad peruana, fuera de la densa red de corrupción que recorrió el mundo de la privatización como el sonado caso Yanacocha. Los estudios de Alfonso Quiroz, destacado historiador fallecido prontamente (HISTORIA DE LA CORRUPCIÓN EN EL PERÚ, IEP, 2013); Carlos Iván Degregori, antropólogo también fallecido (LA DÉCADA DE LA ANTIPOLÍTICA, IEP, 2012; así como el de las periodistas británicas Sally Bowen y Jane Holligan (EL ESPÍA IMPERFECTO, PEISA, 2002); todos, con sus respectivas investigaciones, develaron una red corrupción insospechada que se convierte en la pesada herencia que recibe nuestra debilitada sociedad política. La historia identifica al gobierno de Alberto Fujimori como un narcoestado.   
¿Estamos en camino de seguir esa línea?

domingo, 15 de mayo de 2016

DEBATES PRESIDENCIALES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 15 DE MAYO)

Estamos a menos a tres semanas de nuestra prueba de nervios como electores peruanos. Por ahora vayamos a las cifras, ya que estas nos ayudarán a dar un panorama interesante y a entender el porqué de algunas acciones que los dos candidatos están realizando y que posiblemente hagan en lo que resta de este periodo preelectoral.
Según los datos de la ONPE, en las últimas elecciones del 10 de abril, hubo 22’901,954 electores hábiles para ejercer su voto; de esta cantidad, lo ejercimos el 81.8 %; esto es, 18’734,130 electores. Sigamos con las cifras. Los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta recibieron: Keiko Fujimori, 6’115,073; y Pedro Pablo Kuczynski, 3’228,661. Si sumamos los votos de ambos tenemos: 9’343,734. Resta, pues, una gran masa electora de 9’390,396. Si agregásemos los electores hábiles que no votaron en la primera vuelta (4´167,824), hace en conjunto la envidiable masa electoral de 13’558,220. Esta es la cantidad de peruanos que no votaron por ninguno de los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta. Casi un 65 % de los ciudadanos no optó por ninguna de las dos propuestas de gobierno que se parecen tanto y, con las cuales, muchos peruanos no comulgan. Es más, casi tres millones de peruanos, entre blancos y viciados, no optaron por ninguno de los diez candidatos de la primera contienda. Entonces quedan unos diez millones de votantes a los cuales tratarán de atraer a su redil y captar algunos de los totalmente escépticos
Con las cifras frías que tenemos, comienza el peligroso juego de captar votos a través de promesas insostenibles y golpes sucios entre candidatos que se apoyaron mutuamente ante el “monstruo” Ollanta Humala en 2011. Entramos al campo de la demagogia pura, en la que la pena de muerte, la compra de un millón de patrulleros, limpieza de delincuencia en un año u otras vanas promesas han surgido y surgirán en boca de los candidatos para atraer a su tienda a electores casi nihilistas, cansados de indiferencia y algunos al borde de la insurgencia y beligerancia, como se ha visto en algunos resultados de la primera vuelta. En las giras que hacen los candidatos vemos anuncios como revisión de leyes mineras, acercamiento a la minería ilegal, relectura de las ideas de Gregorio Santos, baja del impuesto a la renta, son peligrosos cantos sibilinos que dejarían a una sociedad peruana bastante convulsionada. El torpe centralismo de los candidatos no les permite leer lo que pasa en el resto del país, pese a los trabajos de dirección política que han hecho algunos partidos como el fujimorismo.
Queda como una opción de aclarar las cosas para ese gran público a través de un buen debate en el que aclaren las ideas y que muestren claramente las diferencias entre uno y otro candidato. El hecho de que uno de ellos sea la hija de uno de los gobernantes más corruptos del planeta no es impedimento para que varios peruanos puedan votar por ella. 
Demos paso a las ideas.

domingo, 1 de mayo de 2016

RIESGOS DINÁSTICOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 01 DE MAYO)

En los relatos históricos de los reyes hispánicos, hay varios datos interesantes y espeluznantes de aquellos hombres y mujeres que recibían el derecho divino de gobernar sobre millones de súbditos. Historias secretas como el posible asesinato accidental del infante Alfonso de Borbón por el anterior rey Juan Carlos de España; o la locura de la última de los Trastámara, Juana la loca, son algunas de las perlas dinásticas. Pero la que se lleva los créditos es el oscuro fin del sucesor Don Carlos, el cual nació con evidentes taras y poco equilibrio emocional. Según el historiador Javier Marcos y otros biógrafos de Felipe II, Don Carlos “tiró a uno de sus criados por la ventana [..], apaleó a algunas niñas, amenazó con un cuchillo en la garganta al Duque de Alba [..] e incluso, de un mordisco, arrancó la cabeza a una ardilla viva”. Parece que su padre no tuvo mejor solución que provocar su muerte para evitar que tamaño personaje ascendiera al  trono por derecho propio. Los ingleses tuvieron a uno sombrío en Ricardo III, quien recién recibió sepultura real cinco siglos después de su muerte. Franceses, italianos, rusos, todas las naciones que llevaron reinados hereditarios tuvieron personajes que cubrían su incapacidad y su reñido comportamiento solo por tener una divina justificación.
La Revolución Francesa, bajo la inspiración de las ideas de Rousseau y Voltaire, no solo cortó la cabeza del rey sino el concepto mismo del poder hereditario. Algunos estados monárquicos, ante las tristes evidencias históricas, también han puesto límites y salvaguardas ante posibles dislates reales. Además el concepto de partido político surge como consecuencia de la necesidad de ir reemplazando los cuadros gubernamentales reales y preparar a la gente en rubros de gestión pública.
Pero la historia nos muestra que los hombres tendemos a olvidar los errores cometidos y volvemos a ellos. En la actualidad, las inspiraciones monárquicas surgen con bastante frecuencia por nuestros países. Pareciera que la constitución de partidos políticos en nuestras naciones obedece, en el fondo,  a la formación de castas reales para perpetuarse con el control de sus súbditos. El caso de los hermanos Cáceres en el Sur peruano es fiel reflejo de la forma de pensar de muchos “líderes” políticos que siguen los pasos de Piérola u otros caudillos. Los comentarios poco afortunados del electo primer congresista de la República evidencian claras intenciones de tener el poder a perpetuidad.
Es un buen momento en que los peruanos, los votantes, hagamos una radiografía de nuestros partidos políticos. Muchos de estos son manejados como chacras privadas, nombrando o destituyendo a dedo a personas a su antojo, desplazando a personas capaces por otras serviles y útiles a su ego. En camino a nuestro Bicentenario, como sociedad, debemos de madurar nuestra política a través de los espacios creados para la Res Pública: el partido político.

domingo, 17 de abril de 2016

RESACA ELECTORAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 17 DE ABRIL)

Una semana pasada las accidentadas elecciones presidenciales y congresales, ya tenemos un panorama político de interesante lectura. Elecciones en las que hubo “heridos” de muerte que ya se cuentan como cadáveres políticos, así como ganadores insospechados que han cambiado el contexto social de nuestro país.
Para los muertos de esta contienda, estas elecciones han significado, para varios de ellos, su definitivo retiro de la política peruana; pero también ha significado, para desgracia de sus correligionarios, la casi o total extinción de otrora partidos poderosos que animaban las campañas electorales pasadas. El gran favor del JNE de mantener la valla mínima salvó a dos partidos que habían acuñado laureles políticos: APRA y PPC. La alianza formada para estas elecciones fue el clarinazo que pasó dura factura a sus ambos líderes. Tanto Alan García como Lourdes Flores Nano ya están dando pasos al costado para que sendos partidos traten de salvar lo que se pueda en la debacle. Sin embargo, la peor parte la llevó el PPC, puesto que ha perdido a buenos congresistas que tenían una buena carrera política para permitir que asuman escaños otros de dudosa capacidad del partido acompañante. Los militantes del partido limeño no se lo perdonarán a su lideresa. En el caso de AGP, su ego no le permitió ver el antivoto que carga históricamente y que tiñe a todo su partido. El hecho de que en enero la cúpula partidaria no le haya permitido su renuncia a esta contienda ha sido una interesante forma de desembarazarse definitivamente de este personaje. Otro dato interesante es el hecho de que el partido de Castañeda no va más allá de su cuestionado líder y, para Nano Guerra, fue el momento para darse cuenta de que ya es momento de que baje del bus y siga otro camino. El caso de Toledo ya linda con la lástima. Su obcecada actitud lo ha dejado en maltrecha posición y el poder judicial estará determinando su suerte.
En saldos positivos tendríamos a Acuña que, aunque separado por medidas que no se aplicaron por igual a los demás candidatos, vio que era posible “oler a popularidad”. Sus estrategias son las que han empleado descaradamente los otros contendientes. Si la sociedad acepta fácilmente este tipo de acciones ilícitas, Acuña puede tentar para la próxima contienda. El populismo asistencialista es una buena arma. Keiko y Acuña lo comparten. Barnechea trajo a un partido que lo rescató de los últimos rincones: ACCIÓN POPULAR. Sus últimos errados desplantes lo hicieron trastabillar, pero estuvo presente en la contienda. El otro es Verónika Mendoza (FRENTE AM, quien subió de un casi 2 % en diciembre a 18 %. El contendor a quien pisaba los talones, PPK, no dormía en calma. Y si la campaña demoraba un par de semanas más, quizá los resultados hubieran sido otros.
En realidad, los dos candidatos de segunda vuelta casi se mantuvieron iguales. Ahora comienza el segundo tiempo.

domingo, 10 de abril de 2016

CORRUPCIÓN NUESTRA DE CADA DÍA

Aunque la noticia no es tan nueva (un diario capitalino, La República, ya hablaba sobre el caso de los Panamá Papers), la corrupción cuyos hilos llegan a todos los segmentos de la sociedad ha vuelto a la boca de todos. Es un tema recurrente en todas las sociedades del planeta y, pese a ser nociva contra el bien social, se incrementa en países de acentuada pobreza o en las que las brechas económicas, como el nuestro, son bastante marcadas y escandalosas.
Para entender más este fenómeno vamos a tomar prestadas las ideas presentadas en la revista Filosofía Hoy No 21 con fecha de agosto del 2013 en dossier dedicado a la corrupción que azota a España y otros países (pág. 21-31). La crisis originada en los Estados Unidos en 2008 causó una serie de destapes (Maddock, uno de ellos) que por afán de lucro y una sed insaciable de bienes y dinero arrastraron a muchos ciudadanos a una seria debacle económica evitada por los gobiernos de turno de entonces: salvando bancos, por ejemplo. La revista dirigida por Amalia Mosquera habla de la naturaleza de la corrupción. Los seis puntos son claros y aplicables a cualquier caso, sea en entidad privada o pública (siendo esta última más grave ya que afecta la estabilidad de una sociedad y se instala como un cáncer o metástasis social. Todo parte de un agente corruptor que pervierte su entorno: 
1) este cree que lo suyo es más valioso (“sobrevaloración psicótica de lo propio”) frente a una subvaloración de lo ajeno, y lo hace sin remordimiento. 
2) Genera un clima de credibilidad de tal manera que las personas que sean víctimas de sus actos colaboren con ellos con toda pasividad; por eso detestan la violencia para no generar inestabilidad en su juego. 
3) Son hábiles y crean mecanismos que aseguran una cierta estabilidad para mantener la actividad corruptiva.  
4) El corrupto se convierte paulatimente en una persona admirada por dotes intelectuales y capacidad de “emprendimiento”.
5) El corrupto desprecia a las demás personas que, pudiendo hacer lo mismo, no son arrojados a realizar dichos actos. 
 6) Y por último, ya cayendo en los límites de la insania social, tiene una escasa percepción del riesgo y desarrolla una confianza amparada en la impunidad. 

En este texto aparece una explicación etológica al respecto: a lo largo de la historia el hombre ha demostrado: 
 a) un instinto permanente a obtener cosas de manera ilícita y desenfrenada; 
 b) ante el crecimiento social, apareció el bien común que trató de poner límites a la exagerada ambición al hombre de manera individual; 
 c) sin embargo, las sanciones y descrédito no son bastante fuertes, pese a ser un conjunto de acciones que atentan contra el bien común; y 
 d) los corruptos siguen actuando como si no fueran a ser descubiertos. Este es un vivo retrato de una persona y una sociedad corrupta. 
Para el destacado etólogo Konrad Lorenz, en su estudio de la adaptabilidad humana a lo largo de la historia se han ido acentuando algunas alteraciones que han distorsionado principios de supervivencia que respondían a la pregunta para qué. Así se ha llegado a casos casi enfermizos como la desmedida reproducción, el ansia competitiva, armamentismos, visto por el famoso etólogo austríaco como trastornos de nuestros mecanismos de comportamiento, que tuvieron una finalidad para preservar a la especie y en la actualidad son “mecanismos patológicos”,
Pero para todos es ya una verdad que la corrupción daña a la sociedad. Genera atrasos en todos los niveles del quehacer humano: tergiversa las relaciones humanas y pasamos a ser meras fichas de personas e instituciones que no tienen escrúpulo alguno.

Cerrando el informe sobre corrupción, se habla de Bertrand De Speville, abogado inglés y especialista en lucha contra la corrupción, quien plantea tres elementos muy importantes para la lucha contra la corrupción en una sociedad: la represión (penas duras sin capacidad de negociación), la prevención y la educación, eje importante y de los más descuidados en países pobres como los nuestros. Todo esto enmarcado en voluntad política. La pregunta es: ¿existió o existe voluntad política en nuestros entes gubernamentales frente a este hecho?

Publicado en La Industria de 10 de abril, suplemento Enfoque

DÍA D (ARTÍCULO PUBLICADO EN EL DIARIO CORREO DOMINGO 10 DE ABRIL)

El día decisivo llegó. Casi veintitrés millones de peruanos, y entre ellos casi tres millones de nuevos votantes jóvenes, iremos a las urnas para escoger entre los diez candidatos que postulan a la Presidencia a aquel que nos gobernará por los siguientes cinco años, acompañado de sus vicepresidentes; y, además, a los 130 congresistas que conformarán el nuevo Congreso que legislará durante un lustro a la sociedad peruana. En este acto electoral, los peruanos delegaremos a 138 personas que nos representen, legislen, protejan, eduquen, cuiden nuestra salud, actúen racionalmente, defiendan nuestros intereses y el bien común, culturicen, protejan nuestro medio ambiente, respeten nuestras ideas, faciliten nuestros proyectos; todo bajo la perspectiva de lograr una sociedad más justa, integrada, inclusiva y dirigida hacia la felicidad.  Esas son las promesas que los cientos de candidatos han estado difundiendo en diferentes medios a una sociedad bastante vapuleada y desencantada de mensajes positivos que se lanzan al aire y que vienen de personas cargadas de un pesado pasado que debe de ser tomado en cuenta.
Desde el inicio de la democracia formal en nuestro país, hemos tenido diversos presidentes electos y de facto que han intentado propuestas y modelos para poder desarrollar nuestra sociedad. Hubo 59 presidentes (algunos interinos y de transición) desde que nuestro país se declaró independiente de España. Todos ellos ascendieron al poder, de manera legal o subrepticia, con la responsabilidad de gobernar a una sociedad que tiene grandes carencias y profundas diferencias. Una sociedad en la cual muchas formas de escepticismo e indiferencia han ido ganando terreno gracias a que las grandes necesidades básicas no han sido satisfechas o son de mala calidad; necesidades convertidas en  promesas de diversos gobernantes de turno, los cuales las olvidaron o postergaron una vez ya en el poder. Una sociedad que ha visto a sus instituciones políticas debilitarse por el carácter caudillista de sus líderes, la escasa educación cívica de la ciudadanía y la carencia mortificante de una ideología tras un partido político. Y estas elecciones se han visto agravadas por haber tenido poco espacio para discutir planes concretos de gobierno y sí para defenestrar al oponente y crear un clima de zozobra y pánico que nada bien le hace a nuestra sociedad.
Quien suba al sillón presidencial este 28 de julio tiene la obligada misión de trabajar para la sociedad, que apunte hacia el desarrollo y no solo el crecimiento, el cual ha deslumbrado a un grupo de peruanos por haber contemplado solo lo económico sin ver los demás rubros importantes como salud, educación, integridad y bienestar, y que alcance a la mayoría de peruanos. Sino, todo esto, como de costumbre, volverá a ser promesa electoral en cinco años.  La pobreza e ignorancia son fuentes inagotables de réditos políticos.


sábado, 9 de abril de 2016

LA SOLEDAD DEL ELECTOR PUBLICADO EN CORREO DOMINGO 03 DE ABRIL

Cuando salga este artículo, estaremos a una semana de una de las elecciones más perturbadoras e irregulares que los peruanos hemos vivido en los últimos años en nuestro país. Esta anómala situación me hace evocar el film inglés, La soledad del corredor de fondo de Tony Richardson, en el que un joven marginal, descubre que es un buen fondista y comienza a especializarse. En su entrenamiento en solitario, recuerda su vida dura familiar, pero, sobre todo, lo cruel de un sistema que hizo todo lo posible por aislarlo y frustrarlo. Extrapolando este film con lo que se viene el próximo 10, cuando se esté en el cuarto secreto y delante de las urnas el dubitativo elector peruano tendrá que escoger entre 10 candidatos sobrevivientes de este proceso electoral, los cuales casi todos ofrecen lo mismo con escasa diferencia o matiz, y casi todos presentan un pasado escandaloso ligado a la corrupción. Son candidatos que se han transformado para bailar para nosotros, beber cerveza en vasos que en otras ocasiones no lo harían, comer potajes en platos que en su vida lo volverán a hacer. Para hacer el ridículo para nosotros. Incluso algunos han pasado a mostrar casos de abuso como el desembarco de todos los pasajeros de un vuelo interno para facilitar el desplazamiento de una candidata. Hemos sido testigos de gestos ligados al populismo del momento, cuya única intención es que demos nuestra fuerza, nuestro voto a personajes que nos ven como un número más o como parte del porcentaje por el cual están perdiendo la cabeza.
Además, estaremos con nuestra duda recordando lo anómalo que ha sido este periodo electoral. El votante ha sido remecido por acontecimientos que han enturbiado esta campaña y, peor aún, tanto el JNE como JEE han colaborado en ello tomando decisiones que han generado malestar en la sociedad peruana por un escandaloso favoritismo. Son situaciones que han mostrado poco respeto por reglas y personas.

Pero, volviendo al film, el solitario corredor se da cuenta paulatinamente del poder que tiene para cambiar su vida. Siguiendo con la extrapolación, el elector en su soledad debe de ser consciente que estará tomando una trascendental decisión para un país que necesita propuestas concretas, despojadas de prejuicios y que apunten a defender los derechos de los peruanos sin excepción. Estará delegando su fuerza, como lo dijo Rousseau en su Contrato Social, a una persona que recibe ese encargo del elector. Luego de las elecciones, gane quien gane, el elector debe de continuar con su actitud crítica hacia los personajes que vayan a gobernarlo a partir de julio del 2016. Es hora de organizar la sociedad civil para evitar que aquellos que reciben la designación popular no se olviden rápidamente de la gente que le otorgó su voto. Esa es la democracia y eso es lo que pregonan los candidatos a todos los poderes.

martes, 29 de marzo de 2016

LA ESTRATEGIA DEL MIEDO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 27 DE MARZO)

Un lamentable suceso acaecido esta semana en Bélgica ha movilizado ciertos temores en ambos lados del continente y que suelen ser incorporados durante las campañas electorales como la que estamos viviendo los peruanos. La detonación de tres bombas en Bruselas ha repercutido en la memoria de varios peruanos a quienes los temores y recuerdos de los años 80 han retornado con temor. En situaciones como estas, la mayoría opta por la política de la verticalidad, el endurecimiento de las leyes, las acciones punitivas y la presencia de un Estado sancionador. En Europa las candidaturas de partidos de extrema derecha, muy racistas y aislacionistas, han tenido “un golpe de suerte” para seguir promoviendo este tipo de políticas, pese a que la sociedad europea tiene ya experiencias históricas que frenan “en seco”, todavía, algunas descabelladas propuestas legales para evitar repetir la última experiencia que originó una guerra mundial y costó 80 millones de vidas.
En el Perú, algunos de los candidatos peregrinan la idea de aplicar políticas fuertes para contrarrestar la violencia urbana así como la violencia de grupos sediciosos. Están aplicando la estrategia del miedo en el electorado. Esto se oye en entrevistas y las redes difunden estas insidiosas noticias. Se prometen leyes que serían difíciles de aplicar por una serie de “candados” constitucionales que, de romperlos, colocarían a nuestro país en una situación delicada internacionalmente hablando. Además, las propuestas chocan con una triste realidad: un Estado débil y golpeado por la corrupción en casi todas sus entidades que lo conforman. Uno de los candidatos recuerda la estabilidad generada en la última década del siglo pasado, pero esa estabilidad fue a coste de debilitar la presencia del Estado hasta volverla prácticamente nula en muchas partes de la nación y en diversos sectores de nuestra estructura social. Se lo degradó y se lo convirtió en una rémora. A esto hay que agregar la gangrena de la corrupción que infestó todos los niveles de los organismos y poderes estatales como sucedió con el Ejército y el Poder Judicial.  De querer aplicar medidas para la seguridad de la Nación, estas deben empezar con una reforma cabal del Estado para hacerlo sólido y eficaz,  y un combate cerrado contra la corrupción, la cual fue fomentada, precisamente, en los gobiernos anteriores de algunos partidos que están candidateando en esta contienda y que usan, contradictoriamente, argumentos basados en el miedo histórico.
Esta contienda dista de ofrecer debates serenos sobre estos dos puntos. Sus planes son inmediatistas y eso es peligroso. Ideas absurdas como política de “tierra arrasada” vieron su fracaso en la campaña contra SL, por ejemplo. Por eso, es bueno darse una vuelta por el libro Sendero de Gustavo Gorriti para comparar lo que se promete y lo que puede suceder de seguir con esas promesas ante estas realidades.


jueves, 24 de marzo de 2016

EL PODER DE LA NEGACIÓN (ARTÍCULO PUBLICADO EN DIARIO CORREO DOMINGO 20)

En 1972 estalla el famoso escándalo Watergate en los Estados Unidos. Una interesante campaña desinformativa se comenzó a desarrollar a través de los diversos canales manejados por las personas cercanas al entonces Presidente de esa nación, Richard Nixon. Esta campaña de la negación fue desmentida paulatinamente a lo largo de dos años, hasta que las evidencias mostradas por los periodistas Woodward y Bernstein del Washington Post derrumbaron toda la maraña legal y comunicativa que había desarrollado la administración Nixon. Ante tal insostenibilidad, Nixon tuvo que renunciar el 8 de agosto de 1974 para evitar ir a juicio y tener un final más penoso del que tuvo. Ahora todo esto es historia; sin embargo, estos hechos pasados nos permiten entender gestos y acciones actuales en diversas contiendas políticas como la que estamos viviendo.
En las democracias formales, como la que trata de mantener nuestra nación, muchas estrategias son retomadas de experiencias y ensayos hechos en diversos procesos electorales en esta y otras latitudes. El poder de la negación es una estrategia frecuentemente usada por candidatos de toda talla y talante que quieren ocultar algún dolo para aparentar que todo está dentro “del marco de la ley”. En la época Nixon, las presentaciones del entonces Presidente ante radio y televisión era una retahíla de negaciones ante las preguntas o dudas formuladas por los periodistas. Se acuñó esta frase cliché: “No se ha robado. Repito: no se ha robado”. Fue casi como la frase oficial que resonaba en los medios.
En los últimos años nuestra nación ha sido remecida por una serie de acontecimientos que afectan directamente a casi todos los actuales candidatos a la Presidencia o al Congreso. Estos hechos impedirían, en otras latitudes, el retorno o el ascenso en el mundo electoral de tal o cual candidato. Oscuros negociados, evidencias contundentes de corrupción, compra de jueces y autoridades, indultos escandalosos, visitas y convivencia con personajes corruptos; son algunos de los ejemplos que han originado que las estrategias de comunicación de muchos de los partidos en la actual contienda se aboquen a una intensa campaña de negación. Frases como “pesada mochila” o “se robó menos” encierran un mensaje ambiguo que ayuda a esta desinformación. Peor aún en un país cuyos medios de comunicación masivos no son del todo independientes y marcan un sesgo por tal o cual candidato al cual ayudan a destilar o borrar “su pasado”. Sin embargo, hay periodistas y personas que trabajan en el mundo de la información que mantienen fresca la memoria para una población que carga sobre sus espaldas haber sido gobernados por el sétimo presidente más corrupto de la historia mundial. Esa sí es una pesada mochila.


domingo, 13 de marzo de 2016

EL PAÍS DE LA INCERTIDUMBRE

En los últimos días, el ambiente electoral ha pasado a ser una verdadera incógnita en la que el electorado peruano se encuentra sumido en el aturdimiento. A casi un mes de las elecciones presidenciales y congresales, la lista de 18 candidatos que iniciaron la carrera electoral ha quedado reducida a 14; uno por retiro voluntario, otro por decisiones gubernamentales, y otros dos por tachas a sus candidaturas. La primera es una sana ocurrencia que se da cuando un candidato pulsa la realidad y ve que sus oportunidades son bastante magras. En versiones anteriores, algunos candidatos han hecho lo mismo y lo más coherente es retirarse de unas justas en la que ya no vale la pena hacer una inversión de energías y dinero tanto para el candidato como para sus seguidores y partido. La de Urresti es una acción de sacrificio del candidato hecha para salvar la existencia del partido. Las otras tienen otra razón. Las tachas, salvo caso de gravedad evidenciada como puede ser esta coyuntura, suelen darse al inicio de cualquier periodo electoral para que esta situación no enturbie la transparencia institucional de un proceso bastante sensible en una sociedad que muestra bastante escepticismo con organismos públicos, como es el caso del Jurado Nacional de Elecciones. Ya esta entidad se ha visto involucrada en situaciones bastante escandalosas como las famosas reelecciones de Alberto Fujimori, la última bastante cuestionada por los organismos inspectores internacionales que supervisaron todo el proceso.
Estos acontecimientos están acentuando en nuestra sociedad una suerte de caos social y político heredado en las últimas décadas, generados por una “desorganización moral”. Las marchas y contramarchas de JNE y el JEE han dado la sensación de improvisación, de parcialización y dubitación que no hacen nada bien al periodo electoral. Nuestra madurez política es una utopía, estamos bastante lejanos a ello. Por lo contrario, nuestra sociedad manifiesta rasgos peligrosos desarrollados en las últimas décadas. La sensación de desorden está calando todos los niveles del tejido político hacia una anomia. Tomando como fuente al analista chileno Rodolfo Leiva, quien hace un estudio sobre la anomia política, esta se produce en condiciones de debilitamiento del aparato institucional y el alejamiento de la ciudadanía en la participación política originando “una escasa cohesión de la sociedad con baja integración de los individuos, sumado a la ilegitimidad, la corrupción y la escasa justicia. Lo que genera la llamada crisis de participación, de representación, la desafección política, la escasa ciudadanía y la consolidación del poder en  base a minorías. Es decir, una apatía política”. La coyuntura actual está alimentando esta situación tan generalizada en el electorado, inmaduro, volátil y manipulable por una serie de personajes que, lejos de consolidar principios políticos necesarios para cualquier sociedad, hacen de la masa votante un grupo de incondicionales nada leales e irresponsables de las decisiones que tomen (o no) una vez hayan sido elegidos. Los lamentables ejemplos de congresistas improvisados y tránsfugas validan.
Futuro nada auspicio para nuestra política nacional.

Gerardo Cailloma

(Publicado por extractos en el Diario La industria 13 de marzo)

¿LA MISMA VARA? ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 13 DE MARZO

César Acuña y Julio Guzmán están fuera de la carrera a la Presidencia. La decisión tomada por el JEE el miércoles 9 cierra un capítulo más de esta contienda electoral. De más está decir que las repercusiones han comenzado para ambos, sobre todo para nuestro ex alcalde cuyas instituciones académicas han sufrido una remecida que está causando “muertos y heridos”.
Una de las razones esgrimidas para sacar a al ex candidato Acuña, fuera de las graves e irrefutables pruebas de plagio, es la de entrega de dádivas, acción prohibida durante cualquier proceso electoral.  Las gruesas evidencias de entrega de dinero en Piura y Chosica han sido la causa contundente de su exclusión. Lo realizado por los jefes de campaña del fallido candidato era práctica común de su partido, como lo mostraron antiguas campañas electorales para la Alcaldía o la Gubernatura regional; además de utilizar sus centros universitarios como cantera barata en la cual ejercía un proselitismo evidente bajo el cual sus estudiantes y profesores tienen que “alinearse”. Varias veces se han denunciado casos de docentes cuyos contratos eran condicionados por una velada lealtad exigida que trasgrede el concepto de universidad como tal. Todo esto ha sido siempre alimentado por un acentuado asistencialismo, el cual es justificado como la forma cómo ganar presencia (y votos) en diversos sectores sociales sensibles económicamente. Bolsas de arroz o azúcar equivalían a votos potenciales. Esta práctica viene desde los inicios del siglo XX desde Leguía hasta nuestros días.
La práctica asistencialista paternalista apunta precisamente a necesidades básicas descuidadas por el Estado o instituciones para las cuales fueron creadas.  Salud, alimentación o seguridad han sido cubiertas en diversas campañas electorales  por diversos candidatos (Acuña no es el único) que, en cierta forma, agradecen esta realidad, porque obedece a una costumbre fácil de captar votos. La pobreza es una extraordinaria oportunidad de negocios y genera una forma peculiar de seguridad colectiva o de “cubrirse las espaldas”, como bien lo saben la mafia y el narcotráfico. Son los nuevos héroes sociales. Esta práctica no la ha hecho solo Acuña y sus seguidores. Debemos recordar los famosos panetones de la Casa del Pueblo de antaño o los de Keiko durante la campaña navideña del 2015. Pero en los últimos días, la tentación de ser dadivoso coincide con la angustia de una posible segunda vuelta electoral y todo lo invertido en la presente campaña se vaya al agua.  Eso parece que ha pasado por la cabeza de Vladimir Huaroc en Satipo. Si humanitaria fue la justificación que esgrimió Acuña, la que costó su salida electoral, ergo, ¿qué se está esperando con el candidato a la segunda vicepresidencia de Fuerza Popular para sancionarlo como al ex alcalde trujillano? ¿O son medidos todos con diferentes varas? La salud política nacional espera que el JNE y JEE actúen prontamente con esta acción o la gente seguirá viendo en este proceso algo tan turbio que ya muchos hablan, irresponsablemente, de fraude.

Gerardo Cailloma

DAÑOS COLATERALES (PUBLICADO EN EL DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 06 MARZO)

La exclusión de la candidatura de César Acuña a la Presidencia causará una serie de repercusiones que  ya se han venido sintiendo y cuyas consecuencias no son del todo previsibles, aunque sí estimadas. Los impactos de su nueva situación se pueden identificar en tres niveles: académico, ciudadano y político.
Lo académico afectará más a un sinnúmero de instituciones, docentes y estudiantes de las mismas. Acuña creó un emporio educativo a nivel nacional que ha sido remecido por los últimos acontecimientos, pues este fue empleado sin descaro por el candidato para su proselitismo. Además, en plena campaña, las evidencias del plagio impactaron sobre otras universidades tanto en el país como en el exterior. Estos impactos causaron una fuerte merma en la imagen académica de las mismas y una gran duda en el imaginario de una población que apuesta ciegamente en la educación superior, la cual  ha sido el espacio para acciones inescrupulosas que generan un fuerte engranaje no muy transparente en el mundo de la profesionalización. El libre mercado en este campo ha generado distorsiones y aberraciones que ahora estamos pagando. ¿Cómo quedará su Universidad luego de su penosa campaña? Las aulas tienen su retrato y su nombre aparece en la segunda estrofa del himno de la Universidad. ¿Cuánto está afectando a sus estudiantes, docentes y graduados este escándalo?  Y de paso, ¿cuál es la factura que se le puede pasar a universidades como la Complutense con este ruido? El mundo académico es muy estricto y, en diversos casos de plagios, no es nada indulgente. Casos abundan y las respuestas son severas. Imagino que los jurados académicos españoles habrán “puesto sus barbas en remojo”.
Lo ciudadano es un bumerán para Trujillo, ciudad que le otorgó el derecho de gobernarnos por dos periodos ediles. Utilizó nuestros votos al Gobierno Regional como trampolín para lanzarse a la Presidencia. Durante su permanencia en el sillón edil fue sordo a diversas observaciones de su gestión y hubo un manejo nada transparente de los recursos municipales. El famoso video de “plata como cancha” durante su campaña para la reelección no fue impedimento para que la masa electoral apostara por él. Hizo a toda una población cómplice.

Y en lo político ha logrado el entierro de varios personajes de nuestra política. Lo de Humberto Lay y Anel Townsend han sido los primeros náufragos de este descalabro. Aunque, las cataduras morales no son prioridad en este ambiente. Las llamadas “ñustas” de Acuña quizá vayan a sobrevivir como las famosas geishas de Fujimori, quienes defendieron y defienden a ojos cerrados a este personaje fuertemente cuestionado por la corrupción. En un país de escasa memoria, todo puede pasar.