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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 1 de noviembre de 2020

CARNAVAL ELECTORAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 01 DE NOVIEMBRE)

 ¡24 candidatos a la presidencia con sus respectivas planchas! Otras tantas listas para el Congreso de la República. Si una persona mirara a la distancia esta contienda política, diría que nuestro país resuma democracia. Tanto, así como pensar que somos la sociedad mejor preparada académicamente por la copiosa cantidad de universidades que tenemos en cada región y ciudad. En el mundo de las apariencias somos una sociedad con un alto sentido de participación ciudadana electoral y con una formación académica generalizada. Nada tan lejos de la verdad.

Por décadas, el desprestigio del Congreso vino acompañado del deterioro de las agrupaciones políticas. A la mente me vienen viejos partidos que sostenían líneas ideológicas y formaban cuadros partidarios con personas entrenadas para el mundo político formal. Cada uno de ellos ha ido perdiendo el sentido de su razón de ser para quedar como un simple conjunto de personas que se reúnen para alcanzar el poder a como dé lugar. Un torcido sentido práctico los guía. Sus intenciones son descaradamente evidentes y esta es la forma cómo ahora entendemos el quehacer proselitista. En su desenfrenado camino por el poder se ha buscado, moda de antaño, artilugios y leguleyadas con el fin de llevar “agua para su molino”, sea partidario, sea de interés personal. De hace un buen tiempo, hay estrategias diversas como las de recurrir a personajes mediáticos con el fin de ganar votos de personas con escasa madurez electoral. No es nuevo. Recordemos el polémico paso por el hemiciclo de la vedette Susy Díaz, quien hizo una campaña desopilante mostrando, en su nalga derecha, el número 13 con el postulaba al Congreso en la lista de uno de los usuales desaparecidos partidos “express” Movimiento Independiente Agrario (MIA); debemos de tomar en cuenta de que ella tomó “prestada” la táctica que había utilizado la actriz porno italiana Cicciolina que le permitió entrar al parlamento de su país. Por el número de leyes aprobadas, Susy Díaz fue más prolífera que muchos congresistas reelectos; sin embargo, la corrupción la envolvió. El mundo de la televisión, de la farándula y el deporte es tentado por líderes partidarios interesados en captar el voto de ese electorado díscolo o desinformado. Recordemos el boom de las voleibolistas que llevó al congreso a Leila Chihuán y Gaby Pérez del Solar por Fuerza Popular; Cecilia Tait por Perú Posible; y Cenaida Uribe por Gana Perú. Leila y Cenaida no salieron bien paradas.

Así también, y contradiciendo la mala fama de muchos estos personajes públicos, tenemos el interesante prospecto político de un Salvador del Solar que muchos lo querían en el sillón presidencial. No postulará, pues se sabe que lo que se viene en los años siguientes será una dura prueba de fuego de la cual pocos sobrevivirán políticamente a la cólera de una nación cansada de estos partidos políticos demagogos, los cuales parecen velar solo por sus intereses, tal como lo evidencian.

domingo, 6 de mayo de 2018

ESCEPTICISMO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 06 DE MAYO) POBLACIÓN ELECTORAL UN POCO ENFERMA


Nuestro país no es un espacio para el aburrimiento. Todos los días, en el mundo político ocurren situaciones que pueden generar perturbación, molestia, hilaridad y, como ya va sucediendo en los últimos lustros, escepticismo. Esta actitud escéptica comenzó con la complacencia y complicidad aceptando a personajes cuestionados convertirse en dirigentes de nuestro país o de ciudades importantes. El lema “roba, pero hace obra” se volvió una suerte de eslogan que tipificaba nuestra complacencia con políticos de dudosa reputación, pero que recibían la anuencia popular a través de los votos. Un poco a lo “ya, pues, qué importa”. Esta complicidad pasiva de la población ha permitido que la corrupción crezca en desmedro de nosotros mismos. Sabido es que cualquier acto de corrupción tiene una repercusión negativa, mínima o de magnitud, que se evidencia en la lentitud de procesos en favor de un grupo o población, así como una escuela o un hospital menos. Quizá nuestro sentido de culpabilidad por haber otorgado un voto más a estos personajes hace que la sociedad calle en todos los sentidos.
Estamos presenciando un momento clave para la alicaída política peruana. El único líder importante que estaba en prisión preventiva, Ollanta Humala y su esposa, ha salido para seguir su proceso en libertad. La Justicia peruana se halla en la encrucijada de acelerar una imputación de lavado de activos que, por extensión, obligará a, de ser correcto, encerrar a otros líderes de la política peruana o regional, entre ellos, varios expresidentes. Sin embargo, Perú es el país de la magia y podría convertir sorpresivamente, de la noche a la mañana, un delito, en algo correcto, propio, saneado: de ser así, todos los personajes, incluso nuestro renunciante expresidente podría respirar tranquilo y solo tener “remordimiento de conciencia” el haber liberado a un criticado personaje como lo es Alberto Fujimori. De todo esto, los votantes somos testigos. De ser coherentes las observaciones hechas tipificadas como delitos, todos esos cuestionados personajes: Alan García (dos veces elegido), Alejandro Toledo, PPK, Ollanta Humala y la dos veces candidata Keiko Fujimori (todos fueron llevados o acercados al sillón presidencial, por nuestro voto); todos deberían de ir a prisión. Pero, Perú es país de posibilidades.
El Congreso, plagado de personajes altamente cuestionables, vinculados –muchos de ellos- con redes turbias de corrupción, ha sido “construido” por nuestros votos preferenciales. Estos han aprendido, por la indiferencia nuestra, a vivir a expensas de nosotros como avaladores de sus inconductas. Esta indiferencia viene de un socavamiento contundente desarrollado por la dupla Montesinos-Fujimori desde su primer gobierno. Destruyeron la vida política y creó una sociedad inerme, indiferente, banal (con ayuda de los medios) y hasta infantil, preocupada más por su álbum Panini o un mundial de fútbol, que por la realidad de su entorno social. Un mal que no se extingue; por el contrario, crece desmesuradamente.

domingo, 18 de diciembre de 2016

HERIDAS ABIERTAS (ARTÍCULO DIARIO CORREO DOMINGO 18 DE DICIEMBRE)

La semana que muere ha acumulado muchas frases alusivas a quehaceres sublimes de la humanidad (literatura, cine) para entender lo prosaico y vil que puede ser la politiquería peruana: desde Crónica de una muerte anunciada hasta Ascensor para el cadalso o La decapitación de Juan Bautista, estos son los títulos que han descrito todo un escenario lleno de errores, cobardías e insanias sociales en lo que se ha convertido el panorama político nacional. En un contexto de costosas canastas navideñas, turrones y compra de computadoras,  hechos irregulares que saltan por todos lados en este Congreso bastante venido a menos, varios de sus integrantes censuraron a Jaime Saavedra, abandonado por PPK, ahora exministro de Educación. Una semana de esquizofrenia alucinante
Los movimientos realizados durante esta semana, tanto por PPK como por la mayoría congresal, han sido una verdadera muestra de errores y desaciertos que atentan contra los intereses generales de los peruanos como a la aún débil democracia peruana. Saavedra ha sido el peón empleado para medir fuerzas políticas en desmedro de un plan trazado para recuperar uno de los pilares de cualquier sociedad: la educación. Pese a las evidencias de corrupción dadas, algunas ya abordadas, el objetivo ha sido torpedear las leyes que exigen calidad en la educación superior. En la construcción de argumentos de varios congresistas opositores, la pobreza académica ha sido una de las primeras evidencias de varios opositores, rayano con el ridículo. Esos personajes han tenido en sus manos la decisión de tirarse abajo lo avanzado en cuanto a calidad educativa. De cultura combi a cultura mototaxi, así bautizada por ellos mismos. Esta realidad ha merecido el comentario de varios periodistas extranjeros que destacan lo absurdo de esta decisión política: la ignorancia es atrevida y va más allá de su espacio de regodeo.
Por el lado gubernamental, ha sido lamentable la postura del Gobierno con un ministro que ocupaba esta cartera bastante sensible. En su gestión había convocado a diversos actores e incluso recibió el apoyo del SUTEP. La cesión de su cabeza ha envalentonado a un grupo que actúa más por oposición destructiva que constructiva. Quizá en los cálculos gubernamentales pueda estar el sacrificar algunos otros ministros como forma de convivencia con estos pésimos vecinos. De algo que sí se está seguro es que ninguna de las dos fuerzas, similares en el fondo, criticará al ministro de Economía u otra cartera sensible, ya que sería descerrajarse un disparo a la sien.

Pero las punzadas dadas han vuelto a polarizar a la sociedad civil peruana. Las reacciones provocadas deberían de ser tomadas en cuenta por esos congresistas, si no quieren ir aislándose de los electores que los eligieron; y también por el Gobierno como una fuerza activa nada despreciable. No debe de olvidar que precisamente esa ola social fue la que le permitió ocupar el sillón de Pizarro. Un poder social silencioso que ha comenzado a crecer en el último lustro.

domingo, 20 de noviembre de 2016

DERECHA BRUTA Y ACHORADA (DBA) (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 20 DE NOVIEMBRE)

El Achoramiento es un término sociológico acuñado por el jurista peruano Luis Pásara en los años 70 para describir a la sociedad peruana que reúne ciertas peculiaridades, producto de una permanente situación emergente. Está vinculado al término Anomia: “conjunto de situaciones que deriva de la carencia de normas sociales o de su degradación” (RAE). El Achoramiento está ligado a la anomia social que, como define Eduardo Catalán, “es la visión sesgada de un grupo social cuyo desarrollo depende de aprovechar en su favor los vacíos legales, los proyectos sociales, [...]. Toda sus posibilidades gramaticales son aceptadas en el habla diaria peruana: achorarse, achorado; pero no está aún aceptada por la RAE. Sin embargo, es un término preciso para describir reacciones, comportamientos y hasta un modo de vida de determinadas personas que tienden hacia ese tipo de anomia.
En el 2010, el periodista Juan Carlos Tafur acuñó la frase Derecha bruta y achorada (DBA) para identificar a un grupo de personas que conforman “una coalición en la que participan, entre otros, periodistas corruptos, empresarios mafiosos y políticos pendejos”, en términos de Augusto Álvarez Rodrich. Son personas que cultivan la viveza y la bajeza como marco referencial de sus acciones y relaciones con los demás. Son identificados como personas patanes, soberbias, rayando con la ignorancia. Su capacidad de diálogo es nula y sus chatos argumentos son tomados por ellos como verdades absolutas y utilizados como armas para apabullar (atarantar, más criollo) a sus contendores. Y para colmo de males, algunos de ellos se convierten en una suerte de adalides de determinados grupos sociales, como ellos, que ven en esta una fácil forma de obtener resultados positivos para sus intereses.
En las últimas semanas las redes sociales y diversos medios de comunicación han mostrado las lamentables participaciones de diversos congresistas fujimoristas en interpelaciones con autoridades del actual gobierno. Sus comentarios y actitudes han bordeado la chabacanería, como una estrategia para ocultar tanto sus pasados oscuros así como su escasez de conocimiento frente a temas cruciales. Han desdibujado la majestad del Parlamento, cada vez más venido a menos. Recuerdo el lamentable comportamiento de una congresista fujimorista, cuando académicos de una universidad peruana exponían sus justificaciones para la asignación de recursos a dicha universidad. Es pedir peras a un olmo seco.
Lo alarmante es que con el ascenso de un personaje como Donald Trump en los Estados Unidos, en cierta manera, ha “legitimado” un lenguaje de provocación y confrontación, actitudes taimadas y burlonas, argumentaciones chatas y ramplonas como las que ya pueblan nuestro Congreso. Un espaldarazo internacional a la gente DBA del cotorreo político nacional.

domingo, 1 de mayo de 2016

RIESGOS DINÁSTICOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 01 DE MAYO)

En los relatos históricos de los reyes hispánicos, hay varios datos interesantes y espeluznantes de aquellos hombres y mujeres que recibían el derecho divino de gobernar sobre millones de súbditos. Historias secretas como el posible asesinato accidental del infante Alfonso de Borbón por el anterior rey Juan Carlos de España; o la locura de la última de los Trastámara, Juana la loca, son algunas de las perlas dinásticas. Pero la que se lleva los créditos es el oscuro fin del sucesor Don Carlos, el cual nació con evidentes taras y poco equilibrio emocional. Según el historiador Javier Marcos y otros biógrafos de Felipe II, Don Carlos “tiró a uno de sus criados por la ventana [..], apaleó a algunas niñas, amenazó con un cuchillo en la garganta al Duque de Alba [..] e incluso, de un mordisco, arrancó la cabeza a una ardilla viva”. Parece que su padre no tuvo mejor solución que provocar su muerte para evitar que tamaño personaje ascendiera al  trono por derecho propio. Los ingleses tuvieron a uno sombrío en Ricardo III, quien recién recibió sepultura real cinco siglos después de su muerte. Franceses, italianos, rusos, todas las naciones que llevaron reinados hereditarios tuvieron personajes que cubrían su incapacidad y su reñido comportamiento solo por tener una divina justificación.
La Revolución Francesa, bajo la inspiración de las ideas de Rousseau y Voltaire, no solo cortó la cabeza del rey sino el concepto mismo del poder hereditario. Algunos estados monárquicos, ante las tristes evidencias históricas, también han puesto límites y salvaguardas ante posibles dislates reales. Además el concepto de partido político surge como consecuencia de la necesidad de ir reemplazando los cuadros gubernamentales reales y preparar a la gente en rubros de gestión pública.
Pero la historia nos muestra que los hombres tendemos a olvidar los errores cometidos y volvemos a ellos. En la actualidad, las inspiraciones monárquicas surgen con bastante frecuencia por nuestros países. Pareciera que la constitución de partidos políticos en nuestras naciones obedece, en el fondo,  a la formación de castas reales para perpetuarse con el control de sus súbditos. El caso de los hermanos Cáceres en el Sur peruano es fiel reflejo de la forma de pensar de muchos “líderes” políticos que siguen los pasos de Piérola u otros caudillos. Los comentarios poco afortunados del electo primer congresista de la República evidencian claras intenciones de tener el poder a perpetuidad.
Es un buen momento en que los peruanos, los votantes, hagamos una radiografía de nuestros partidos políticos. Muchos de estos son manejados como chacras privadas, nombrando o destituyendo a dedo a personas a su antojo, desplazando a personas capaces por otras serviles y útiles a su ego. En camino a nuestro Bicentenario, como sociedad, debemos de madurar nuestra política a través de los espacios creados para la Res Pública: el partido político.