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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 21 de junio de 2020

DESINFORMACIONES PERNICIOSAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 21 DE JUNIO)


La noticia corrió como pólvora. En una sociedad sitiada por el COVID-19, las personas buscan desesperadamente una solución ya no solo para retornar a su vida cotidiana, sino una para evitar caer enfermo y con altas posibilidades de morir. En un mundo en que las noticias falsas como el de las antenas 5G, hallar una cura a la pandemia es una pera endulzada para los voluntariosos que tratan de quedar bien con su entorno o con los sediciosos de la información. La Ivermectina acaparó los titulares de diversos medios de comunicación como una medicina contra la pandemia; este medicamento antiparasitario ha sido empleada con éxito en enfermedades tropicales como la malaria y fue usado en un principio como una posibilidad para contraatacar al virus. Los resultados son diversos y muchas fuentes recomiendan su uso con muchas restricciones y advertencias como se alcanza a leer en esta página que habla de la necesidad de ahondar en la investigación y de su posible e inadecuado uso por parte de la población (https://www.isglobal.org/healthisglobal/-/custom-blog-portlet/ivermectin-and-covid-19-how-a-flawed-database-shaped-the-covid-19-response-of-several-latin-american-countries/2877257/0). El gesto hecho por algunos gobiernos regionales, incluido el de La Libertad, puede tener consecuencias no esperadas, habida cuenta que no habido una adecuada información a una población asustada y que, por desesperación, actúa de manera intrépida poniéndose en riesgo y su entorno familiar. Ya habiendo visto el comportamiento de nuestra sociedad al inicio de la pandemia, es necesario tener buenas estrategias de comunicación social para evitar situaciones en las que el remedio sea peor que la enfermedad.
El tema de los octógonos es otro asunto sensible que involucra el manejo de la información de manera apropiada o no. La resolución de la Comisión de Eliminación de Barreras Burocráticas del INDECOPI a un reclamo hecho por un ciudadano el año pasado considera que el criterio del Ministerio de Salud (MINSA) para la exigencia de los octógonos de la Ley de Alimentación Saludable en la publicidad sí es una barrera burocrática para la gestión comercial y empresarial. Esta ley, promulgada finalmente en octubre del año pasado, había sido permanentemente cuestionada por diversos grupos de poder económico ligados a las industrias alimentarias, tras haber sido manipulada y tergiversada por diversos congresistas que velaban el interés de poderes económicos más que por la ciudadanía. Nuestro derecho de información sobre alimentos poco saludables puede verse obstaculizado al considerar que la ley es una barrera burocrática ilegal al exigir que las advertencias publicitarias tengan octógonos en un área de hasta 15% del tamaño de un anuncio y otras consideraciones que atentan contra el conocimiento al cual todos los ciudadanos tenemos derecho.
La verdad torcida, en tiempos como estos, puede ser más dañina que la ignorancia.

domingo, 15 de marzo de 2020

APOCALIPSIS MEDIÁTICA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 15 DE MARZO)


El coronavirus llegó al Perú. ¡Hay que salvar nuestros hijos, hay que matar a todos los enfermos y comprar todo el papel higiénico y botellas de gel que haya para poder proteger con estos a mis párvulos embadurnándolos y envolviéndolos como una momia egipcia! ¡Los venezolanos la han traído, bótenlos al mar! ¡Ya hay 38 contagiados y el curita ya murió! Pero ¿por qué el gobierno toma medidas tan drásticas como cancelar las clases de mis hijos del colegio y la universidad? Pucha, o sea que por culpa del virus ya no podré ir al estadio a ver al equipo de mi corazón, ni compartir un par de chelas con un solo vaso con mis patas; no vale. Y no podré ir a celebrar mis fiestas patronales, ni cargar el anda en la procesión. ¡No es justo! Así es cómo, lentamente, la incongruencia y una suerte de insania se han comenzado a instalar en la psique social de los peruanos y de todas las personas, en general.
La situación del coronavirus ha desnudado la sociedad peruana, no solo en su parte política y legal, sino en lo social y antropológico. Así como hay actos altruistas, hay también manifestaciones del lado más ruin que puede ocultar una persona. Desde el punto de vista gubernamental, las acciones tomadas han sido las correctas: primero evitar que millones de niños (no hay mortandad entre ellos, pero son agentes conductores) y jóvenes adquieran el virus, sea por los encuentros en aulas escolares, sino en el pésimo servicio público privado, pues miles de vehículos sucios (combis, colectivos, micros, buses de 25 años de antigüedad o más) llevan como ganado a estos grupos sociales hacia y desde sus destinos. ¿Cree uno que diariamente estos vehículos son limpiados con desinfectantes? Viajar apiñado es exponerse a contraer, más que el colegio o universidad, el dichoso virus. Es raro que no se haya abordado este tema. ¿Muchos intereses de por medio? Ahora queda en las conciencias de padres y madres no exponer a estos en sitios masivos; la gente tiene graves problemas de comprensión, pues tergiversan los mensajes enviados por los medios correctos. Muchas lecciones positivas se pueden sacar. Si la familia refuerza lo aprendido por los niños en aulas sobre la limpieza, habremos dado un gran paso. La pelota está en el terreno familiar.  Por otro lado, las acciones de apoyo al sector productivo son correctas en la medida de lo posible. Podemos volver a una suerte de normalidad, si es que acatamos las reglas. Italia fue una muestra del dejar actuar libremente y ahora acarrea el desastre que tiene. Pero un matiz centralista relució inicialmente; todo a Lima. Ahora ya han descentralizado las unidades de análisis a las grandes ciudades. Ojalá hubieran actuado así con el dengue, tan lejos de Lima, tan lejos.
Se reclama agua. Ahora es el turno de los políticos. Dirigir el gasto hacia zonas de alto riesgo es despilfarro. Desde 2017, estamos esperando que actúen correctamente nuestras autoridades locales. ¿Lo harán?

martes, 29 de marzo de 2016

LA ESTRATEGIA DEL MIEDO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 27 DE MARZO)

Un lamentable suceso acaecido esta semana en Bélgica ha movilizado ciertos temores en ambos lados del continente y que suelen ser incorporados durante las campañas electorales como la que estamos viviendo los peruanos. La detonación de tres bombas en Bruselas ha repercutido en la memoria de varios peruanos a quienes los temores y recuerdos de los años 80 han retornado con temor. En situaciones como estas, la mayoría opta por la política de la verticalidad, el endurecimiento de las leyes, las acciones punitivas y la presencia de un Estado sancionador. En Europa las candidaturas de partidos de extrema derecha, muy racistas y aislacionistas, han tenido “un golpe de suerte” para seguir promoviendo este tipo de políticas, pese a que la sociedad europea tiene ya experiencias históricas que frenan “en seco”, todavía, algunas descabelladas propuestas legales para evitar repetir la última experiencia que originó una guerra mundial y costó 80 millones de vidas.
En el Perú, algunos de los candidatos peregrinan la idea de aplicar políticas fuertes para contrarrestar la violencia urbana así como la violencia de grupos sediciosos. Están aplicando la estrategia del miedo en el electorado. Esto se oye en entrevistas y las redes difunden estas insidiosas noticias. Se prometen leyes que serían difíciles de aplicar por una serie de “candados” constitucionales que, de romperlos, colocarían a nuestro país en una situación delicada internacionalmente hablando. Además, las propuestas chocan con una triste realidad: un Estado débil y golpeado por la corrupción en casi todas sus entidades que lo conforman. Uno de los candidatos recuerda la estabilidad generada en la última década del siglo pasado, pero esa estabilidad fue a coste de debilitar la presencia del Estado hasta volverla prácticamente nula en muchas partes de la nación y en diversos sectores de nuestra estructura social. Se lo degradó y se lo convirtió en una rémora. A esto hay que agregar la gangrena de la corrupción que infestó todos los niveles de los organismos y poderes estatales como sucedió con el Ejército y el Poder Judicial.  De querer aplicar medidas para la seguridad de la Nación, estas deben empezar con una reforma cabal del Estado para hacerlo sólido y eficaz,  y un combate cerrado contra la corrupción, la cual fue fomentada, precisamente, en los gobiernos anteriores de algunos partidos que están candidateando en esta contienda y que usan, contradictoriamente, argumentos basados en el miedo histórico.
Esta contienda dista de ofrecer debates serenos sobre estos dos puntos. Sus planes son inmediatistas y eso es peligroso. Ideas absurdas como política de “tierra arrasada” vieron su fracaso en la campaña contra SL, por ejemplo. Por eso, es bueno darse una vuelta por el libro Sendero de Gustavo Gorriti para comparar lo que se promete y lo que puede suceder de seguir con esas promesas ante estas realidades.


martes, 19 de enero de 2016

DECADENCIA SOCIAL

Vivir en Trujillo se viene haciendo cada vez más una experiencia más frustrante. Las fiestas, lejos de haber permitido manifestaciones de solidaridad y fraternidad (que es el mensaje que encierran estas festividades) entre todos los habitantes de esta ciudad, han sido el contexto y pretexto en los cuales hemos visto flagrantes evidencias de deterioro social que pasan desapercibidas a la mayoría. Es más alarmante cuando visitantes comienzan a describir a la ciudad con rasgos más negativos que positivos. En una reunión hablaba con una persona que regresaba luego de 6 años; a pocas horas de su llegada le pedí sus impresiones citadinas, estas se redujeron a tres adjetivos: ruidosa, caótica, sucia. Estas características no se manifiestan solo en estas conmemoraciones. Es parte de nuestro panorama urbano.
Extrapolando la teoría de la “ventana rota” sobre violencia y criminalidad, elaborada por J. Wilson y G. Kelling de la Universidad de Stanford, esta explica que un contexto de desorden, suciedad y bullicio transmite a cualquier ciudadano o un simple vecino,  “una idea de deterioro, desinterés, despreocupación, que va rompiendo códigos de convivencia”. (http://www.cel.edu.mx/servicios/La%20teoria%20de%20las%20ventanas%20rotas.pdf). En otras palabras, las situaciones permisivas generadas en las últimas décadas han sido el caldo de cultivo en el cual los trujillanos hemos ido generando una serie de inconductas que las toleramos gracias al incremento del egoísmo y mal espíritu de competencia en nuestra sociedad: todo vale.

Ejemplificando los tres adjetivos iniciales, no faltan a la verdad.  Lo ruidoso se da no solo en el tráfico, sino en el uso comercial (léase tiendas de electrodomésticos) o cualquier manifestación cívica o religiosa. El uso de pirotécnicos ruidosos que, además de estar prohibidos (trasgresión de la ley), ha sido una clara demostración que a varios les importa un bledo el llamado a la conciencia del uso de los mismos o la tranquilidad de sus vecinos. Lo caótico se da en el tráfico, en el abuso de particulares y transporte público-privado quienes compiten entre ellos sin importarles peatones, usuarios o los otros conductores; caótica en su construcción; caótico es el uso de espacios públicos para parrandear. Y lo sucio surge en la ineficiencia de autoridades municipales de cualquier distrito y, sobre todo, en nuestra capacidad para generar basura: fiestas populares, comercio ambulatorio, el simple peatón son generadores de basura. Los desechos en el piso no son problema de la autoridad, lo es de sus habitantes: calles, parques, jardines, entidades y lugares públicos, universidades, colegios; espacios en los que no faltan botellas de plástico, descartables u otros restos.


Parafraseando a Fethullah Gülen, para tener una mejor existencia en una sociedad, requiere que cada uno ajuste y limite su libertad de acuerdo de criterios de la vida social. ¿Habrá voluntad social de cambio?